quede pura! «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes
a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están
llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera
aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de
iniquidad. «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los
sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: "Si
nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido
parte con ellos en la sangre de los profetas!". Con lo cual atestiguáis contra
vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmad
también vosotros la medida de vuestros padres! « ¡Serpientes, raza de víboras!
¿Cómo vais a escapar a la condenación de la gehenna? Por eso, he aquí que yo
envío a vosotros profetas, sabios y escribas: a unos los mataréis y los
crucificaréis, a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de
ciudad en ciudad, para que caiga sobre vosotros toda la sangre inocente
derramada sobre la tierra, desde la sangre del inocente Abel hasta la sangre de
Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el Santuario y el altar .Yo os
aseguro: todo esto recaerá sobre esta generación. « ¡Jerusalén, Jerusalén, la que
mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces he
querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no
habéis querido! Pues bien, se os va a dejar desierta vuestra casa. Porque os digo
que ya no me volveréis a ver hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre
del Señor!»" Jesús salió del Templo, y mientras caminaba, sus discípulos le
hacían notar las imponentes construcciones del Templo. Jesús les dijo: « ¿Ven
todo eso? En verdad les digo: no quedará ahí piedra sobre piedra. Todo será
destruido.» Como Jesús después se sentara en el monte de los Olivos, los
discípulos se acercaron y le preguntaron en privado: «Dinos cuándo ocurrirá todo
eso. ¿Qué señales anunciarán tu venida y el fin de la historia?» Jesús les
contestó: «No se dejen engañar cuando varios usurpen mi nombre y digan: Yo soy
el Mesías. Pues engañarán a mucha gente. Ustedes oirán hablar de guerras y de
rumores de guerra. Pero no se alarmen; todo eso tiene que pasar, pero no será
todavía el fin. Unas naciones lucharán contra otras y se levantará un reino contra
otro reino; habrá hambre y terremotos en diversos lugares. Esos serán los
primeros dolores del parto. Entonces los denunciarán a ustedes, y serán
torturados y asesinados. Todas las naciones los odiarán por mi causa. En esos
días muchos tropezarán y caerán; de repente se odiarán y se traicionarán unos a
otros. Aparecerán falsos profetas, que engañarán a mucha gente, y tanta será la
maldad, que el amor se enfriará en muchos".