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Independencia de Centroamérica

Bandera de Guatemala cerca del Palacio Nacional en el día de la Independencia.

En 1820, Atanasio Tzul, ante el interés de su pueblo por acabar con los impuestos
eclesiásticos y el tributo, unió fuerzas con Lucas Aguilar y con el Alcalde Mayor de
Totonicapán, Narciso Mallol. Juntos lucharon en contra del poder de la colonia española,
manejada por el Capitán General del Reino de Guatemala, el Arzobispo de Guatemala Ramón
Casaus y Torres, la élite ladina local y los caciques de Totonicapán, quienes tenían privilegios
con respecto al resto de la población indígena debido a su apoyo a la conquista europea. Los
tributos reales habían sido suprimidos en 1811 por las cortes de Cádiz, pero fueron impuestos
de nuevo por el rey Fernando VII. Tzul fue azotado durante nueve días 22 y encarcelado más
tarde en Quetzaltenango, después de que el movimiento sufriera una represión a manos de
alrededor de mil milicianos.23 El 25 de enero de 1821, él y otros dirigentes solicitaron la gracia
del indulto, el cual les fue concedido el 1.° de marzo de 1821, después de una manifestación
de individuos totonicapenses.22

Firma del Acta de Independencia de Centroamérica, 15 de septiembre de 1821, pintura de Luis Vergara
Ahumada.

En México, la revolución obtuvo un completo triunfo y a través del Plan de Iguala declaró su
independencia total del Imperio español el 24 de febrero de 1821. Esta noticia desconcertó a
las autoridades españolas de Guatemala y a la vez sirvió de estímulo a la causa
independentista. El 9 de marzo, presionado por los liberales independentistas, el capitán
general dejó el puesto para que fuese ocupado por el subinspector del ejército Gabino Gaínza.
Gaínza era un hombre de una edad muy avanzada, de carácter débil y voluble. Bajo su
mando, Centroamérica experimentó una agitación social de niveles intolerables que obligó a la
diputación provincial a solicitar a Gaínza una reunión para discutir el difícil tema de la
independencia. El capitán general Gaínza, entonces, atendiendo este llamado, reunió una
junta de notables compuesta por el arzobispo, los diputados, los altos cargos militares, los
prelados de las órdenes religiosas, y empleados de hacienda. En aquella memorable reunión,
presidida por el mismo Gaínza, los criollos presentes manifestaron su opinión con
libertad. José Cecilio del Valle tomó la palabra y en un largo discurso, demostró la necesidad y
la justicia de la independencia, pero manifestando que, para proclamarla, primero debía oírse
el voto de la Provincias.
Tras un breve período de incertidumbre política, el 5 de enero de 1822, las provincias
centroamericanas fueron anexadas al Imperio Mexicano, una idea de Agustín de Iturbide para
contrarrestar la expansión estadounidense. El Imperio Mexicano quería ser una monarquía
que desembocase en una unión de lo que fueron habitantes del Virreinato de Nueva
España bajo una bandera única, católica y poderosa. Sin embargo un año más tarde, el
imperio se colapsó y militares republicanos instauraron una democracia y un estado mexicano;
Guatemala y sus provincias se separaron de él, declarando de nuevo su independencia y
pasando a formar las Provincias Unidas del Centro de América en julio de 1823.
El día 12 de abril de 1829, tras tratar de mantenerse en el poder tras pactar con el presidente
de la Federación Centroamericana, Manuel José Arce y Fagoaga, los conservadores en
Guatemala, liderados por Mariano de Aycinena y Piñol, firmaron un Convenio de Capitulación
con el general liberal hondureño Francisco Morazán, quien había logrado que el resto de
provincias centroamericanas se rebelaran contra el poder conservador de Guatemala.
Aycinena fue enviado a prisión junto con sus compañeros de gobierno; Morazán, por su parte,
anuló el documento el 20 del mismo mes, pues su principal objetivo era eliminar el poder de
los criollos conservadores y la jerarquía de la Iglesia Católica en Guatemala, a quienes los
criollos liberales detestaban por haber estado bajo su dominio durante la colonia española. 24
En los combates participó como soldado Rafael Carrera, quien tenía apenas quince años y
cuya familia sufrió numerosas vejaciones a manos de las tropas de Morazán; 25 también
participaron el poeta y militar José Batres Montúfar y el oficial Miguel García Granados,
quienes fueron hechos prisioneros por las tropas liberales.26

Mapa de Guatemala en 1839. Obsérvese las fronteras no delimitadas con México en Yucatán y Chiapas,
y que Belice todavía era un asentamiento inglés.27

Para 1837, en el Estado de Guatemala se inicia una lucha armada contra quien gobernaba el
Estado de Guatemala, liberal al igual que Francisco Morazán, el doctor José Mariano Gálvez.
Empujados por las reformas liberales y la propaganda conservadora, movimientos insurgentes
se iniciaron en las montañas de Guatemala y Rafael Carrera y Turcios fue el máximo dirigente
de las mismas; entre las tropas sublevadas se encontraban numerosos indígenas 26 que
lucharon durante dos años para conseguir la secesión guatemalteca de la federación. Los
alzados empezaron por asaltar las poblaciones, sin dar oportunidad de tener encuentros con
las tropas del gobierno y propagaban la idea de los enemigos de Gálvez, que consistía en
acusarlo del envenenamiento de las aguas fluviales para propagar el cólera morbus a la
población. Ahora bien, el gobierno no era el culpable de tal envenenamiento: el crecimiento
poblacional y la poca capacidad de la estructura sanitaria de la ciudad contribuyeron a la
propagación de la enfermedad. Esta acusación favoreció a los objetivos de Carrera, poniendo
a una gran parte de la población en contra de Mariano Gálvez y los liberales; dentro de los
mismos liberales empezaron a atacar a Gálvez: José Francisco Barrundia y María Josefa
García Granados llegaron incluso a publicar periódicos satíricos en su contra.28
El área de Los Altos estaba poblada mayoritariamente por indígenas, quienes habían
mantenido sus tradiciones ancestrales y sus tierras en el frío altiplano del oeste
guatemalteco.29 Durante toda la época colonial habían existido revueltas en contra del
gobierno español.29 Después de la independencia, los mestizos y criollos locales favorecieron
al partido liberal, en tanto que la mayoría indígena era partidaria de la Iglesia Católica y, por
ende, conservadora.29 Durante la administración del gobierno del Dr. Mariano Gálvez, Los
Altos desaprobaron los cambios introducidos por el jefe del gobierno, pero los líderes de la
región no fueron conservadores, sino liberales que se oponían a Gálvez. 30 Por su parte, los
criollos y ladinos de Los Altos tenían un gran resentimiento contra los comerciantes de
la Ciudad de Guatemala —los miembros del Clan Aycinena—, quienes monopolizaban el
comercio y se oponían rotundamente a la construcción de un puerto en el Pacífico y de una
carretera que le sirviera a Los Altos para comerciar con países extranjeros directamente. 30
Al caer el gobierno de Gálvez, los representantes criollos de Los Altos aprovecharon para
separarse del Estado de Guatemala el 2 de febrero de 1838. El gobernador Valenzuela no
pudo hacer nada al respecto, y el congreso de la Federación Centroamericana reconoció al
Sexto Estado el 5 de junio de 1838 con una junta de gobierno provisional compuesta por
Marcelo Molina Mata, José M. Gálvez y José A. Aguilar, mientras que el general
mexicano Agustín Guzmán —antiguo oficial del ejército de Vicente Filísola que se había
radicado en Quetzaltenango— quedó al mando del ejército del Estado. 30 La bandera de Los
Altos era una modificación de la de las Provincias Unidas del Centro de América, con escudo
en el centro mostrando un volcán al fondo y un quetzal resplandeciente —un ave local que
representaba la libertad— delante.
General Rafael Carrera y Turcios, Presidente Vitalicio de Guatemala. Museo Nacional de Historia de
Guatemala.

El 18 de marzo de 1840, siendo el líder liberal Morazán el jefe de Estado de El Salvador, este
invadió a Guatemala con 1500 soldados para eliminar de una vez por todas la amenaza
conservadora para Centroamérica que en Guatemala tenía su principal baluarte. Morazán se
apoderó fácilmente de la capital, ya que Carrera fingió una retirada. Cuando los invasores
celebraban e iniciaban el saqueo de la ciudad, Carrera los atacó con 400 soldados y piezas de
artillería y contrasitió la plaza, habiendo triunfado y recuperado la ciudad al día siguiente, 19
de marzo. El desastre fue tal, que Morazán tuvo que huir de Guatemala con sus más
allegados gritando «¡Que viva Carrera!» para salvar la vida, mientras sus soldados quedaron
en la ciudad, a merced de las tropas de Carrera. 31 Poco después, Rafael Carrera, al enterarse
que Los Altos se había vuelto a declarar independiente pensando que Morazán lo había
derrotado, dirigió sus fuerzas contra tal Estado y lo reincorporó al Estado de Guatemala
en 1840.32
Estando ya en el poder, Rafael Carrera iniciaría la construcción de un régimen conservador,
revirtiendo las reformas liberales hechas anteriormente. Durante su gobierno, los aristócratas
conservadores y el Clero Mayor recuperaron el poder que habían perdido. Los liberales, por
su parte, lo acusaban de ser un militar analfabeto, y decían que firmaba con el nombre
«Racaraca». Para los conservadores, fue más conocido como «Caudillo Adorado de los
Pueblos».26
Carrera fue nombrado presidente vitalicio en 1854 y gobernó Guatemala hasta su muerte,
ocurrida el Jueves Santo 14 de abril de 1865. 33 El gobierno de Carrera estuvo influenciado por
la guerra en Yucatán hasta cierto punto; la inconformidad del pueblo maya era patente desde
antes de la independencia de México. Las condiciones de vasallaje en que se encontraban los
indígenas mayas que habían sido conquistados en el siglo XVI y su enorme superioridad
numérica en la península de Yucatánmantenían a la región en un estado permanente de
tensión social. La Guerra de Castas surgió en Yucatán debido, en parte, a las precarias
condiciones de vida de los indígenas mayas en la península: solamente los criollos y
algunos mestizos eran yucatecos con plenos derechos y, en general, ellos solían ocupar la
parte superior de la escala social y económica, por lo que los mayas, pertenecientes a la clase
depauperada, no se sentían parte de ellos, eran simplemente mayas, foráneos en su propio
territorio, en la tierra de sus antepasados.34
En 1854 se estableció el Concordato con la Santa Sede, el cual había sido suscrito en 1852
por el cardenal Jacobo Antonelli, secretario de Estado de la Santa Sede, y Fernando
Lorenzana, ministro plenipotenciario de Guatemala ante la Santa Sede. Por medio de este
tratado, el cual fue diseñado por el líder del Clan Aycinena, Juan José de Aycinena y Piñol,35
Guatemala otorgaba la educación del pueblo guatemalteco a las órdenes regulares de la
Iglesia católica.36 El concordato mantenía la relación estrecha entre Iglesia y Estado y estuvo
vigente hasta la caída del gobierno conservador del mariscal Vicente Cerna y Cerna.36

Primer Escudo de la República de Guatemala.


Vigente de 1847 al 31 de mayo de 1858.

Segundo Escudo de la República de Guatemala.


Vigente del 31 de mayo de 1858 al 17 de agosto de 1871.

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