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Antecedentes Históricos del Derecho Bancario

I. RESEÑA HISTÓRICA-JURÍDICA.

Se consideran como cimientos de la economía moderna de mercado, el dinero y el crédito.


Ambos institutos son el resultado de una larga evolución, cuyos antecedentes remotos se
ubican en el Templo Rojo de Uruk, en Mesopotamia, en los albores de la historia de la
humanidad, en donde los sacerdotes prestaban parte de los dones y ofrendas a los esclavos
y prisioneros. Por su parte, el Código de Hammurabi, en Babilonia, regulaba con un rico
nivel de detalle, algunas actividades que podrían tildarse de bancarias (préstamo con
interés, depósitos sobre mercancías y metales, entre otras).

Posteriormente, en Atenas, se llegaron a reglamentar las actividades de los “trapezitas”


(prestamistas), llamados así por que desarrollaban su actividad en una mesa denominada
“trapeza”, y de los “colubitas” (cambistas). En estas negociaciones se realizaba un contrato
muy similar al seguro marítimo, el denominado préstamo a la gruesa, por medio del cual el
“banquero” entregaba al mutuatario una cantidad de dinero que este devolvía únicamente
en los casos en que las mercancías llegasen sanas a puerto.

Los Trapezitas fueron los primeros banqueros, mientras que los colubistas fueron los
encargados de constatar la autenticidad y valor de cada moneda, función importante, toda
vez que el uso de la moneda se había expandido ampliamente, al grado que cada ciudad
acuñaba su propia moneda; de ahí la necesidad de contar con especialistas que
garantizaran la autenticidad y validez de las monedas.

En Roma, en una etapa intermedia, florecieron los “nummularii” (cambistas) y los


“argentarii” (que desarrollaban actividades crediticias). Los romanos, al igual que los
griegos, emprendían operaciones que guardaban una estrecha similitud con las actuales
operaciones bancarias, entre otras: cobros y pagos por cuenta de sus clientes, entrega de
dinero a interés, recepción de depósitos. A la vez que iniciaron los primeros pasos para el
establecimiento de un sistema contable, organizando la llevanza de tres libros (Diario, Caja
y Mayor) que servían como medio de prueba.

El antecedente más inmediato del modelo económico actual se ubica en la baja Edad
Media, con el renacer de la vida económica y comercial. En un primer momento, los
mercados dominaban espacios económicos insignificantes; el uso del dinero, que
comenzaba a superar la fase de intercambio por trueque, se limitaba a los metales
acuñados o amonedados; y el crédito se desenvolvía con bastante dificultad, a través de
las relaciones directas que establecían prestamistas y prestatarios, las que, en su gran
mayoría, debían ser encubiertas bajo la forma de otros negocios jurídicos, en atención a la
condena moral que la Iglesia hizo recaer sobre la percepción de intereses.

En ese estadio histórico los primeros bancos llevaban a cabo funciones restringidas,
básicamente, el cambio de moneda y su entrega distancia loci (cambio trayecticio)
vinculado al uso de un documento o carta, instituyéndose como el precursor de la letra de
cambio (cambio per litteras).

Entre las instituciones de naturaleza financiera de esa época, se destaca el Banco fundado
en Venecia en el siglo XII, durante la guerra contra Bizancio. Dicha entidad tenía como fin
principal efectuar préstamos y admitir depósitos, aunque los empréstitos para financiar
aquella guerra tuvieron la particularidad de haberse celebrado incluyendo en la deuda de
capital, los intereses pactados, con lo que se logró burlar la prohibición Papal de prestar
con interés.

En 1397, Giovanni di Bicci de Médicis funda el Banco de Florencia, que con el tiempo
llegaría a ser el más poderoso banco italiano, de hecho, este llegó a constituirse en el
soporte dinerario del renacimiento florentino. Por su parte, en 1409 se creó, en Génova, el
Banco di san Giorgio, fundado en condiciones similares a las del Banco de Venecia, ya que
sirvió para financiar la guerra de aquel Estado, justamente, contra Venecia.

Ya en el Siglo XIX, y con mayor regularidad en el Siglo XX, los bancos se convierten en
verdaderas “entidades de depósito”, que no sólo custodian el dinero sino que lo utilizan para
prestarlo a terceros, de modo que, no se limitan a concentrar la concesión de crédito, sino
que, de igual forma, intermedian recursos entre los deficitarios de los mismos y aquellos
que los tienen de “sobra”, convirtiéndose así en “entidades de crédito” o entidades que
desarrollan una “actividad crediticia”.

Esta actividad creó un efecto multiplicador sobre el crédito mismo, que permitía la
reutilización de los mismos fondos (“depósitos primarios”) que, luego de ser prestados, son
“redepositados”, completa o parcialmente, en la misma entidad o en otra entidad crediticia
(“depósitos derivados”), de tal forma que se reproducen o multiplican funcionalmente. Por
tal razón, se afirma que las instituciones financieras bancarias se han venido a transformar
en “creadoras de crédito”, y, a la vez, en modernos “medios de pago” (“dinero bancario”),
ya que los depósitos bancarios o los cheques y demás instrumentos bancarios que permiten
movilizarlos, suelen aceptarse, sin problemas, como sustitutos del dinero legal. Todo ello
termina configurando a las “entidades de crédito” en pieza fundamental del sistema
económico y de la política económica moderna, lo mismo que en el sistema general de
pagos, donde cada vez menos se emplea el efectivo.

El primer Banco Central se fundó en Inglaterra y tuvo la autorización para emitir promesas
de pagos que empezaron a circular con endoso y después al portador, dando origen a la
primera institución con la prerrogativa para emitir papel moneda.

Hitos históricos en Nicaragua sobre el Derecho de Banca y Finanzas.

Para una mejor comprensión de la evolución histórica del fenómeno de la banca y finanzas
en Nicaragua, conviene dividir su estudio en cuatro períodos perfectamente diferenciados:
⇒ Período 1821 a 1939
⇒ Período 1940 a 1979
⇒ Período 1979 a 1990
⇒ Período 1990 a la actualidad

Período de 1821 a 1939.


Luego de la independencia de España, la historia patria se caracterizó por las disputas
hegemónicas entre liberales y conservadores. En ese contexto histórico inicia el desarrollo
de la actividad crediticia y monetaria en nuestro país.

En primer lugar, por Decreto del 14 de mayo de 1870, se fijó la equivalencia de las
abundantes monedas extranjeras que circulaban, la cual fue extensiva y obligatoria al
comercio por otro Decreto Ejecutivo, emitido el 7 de julio del mismo año. Tal equivalencia
en pesos abarcaba las monedas inglesa (libra esterlina, chelín), costarricense (onza de oro,
escudo, medio escudo de oro), colombiana (cóndor), chilena (idem) y peruana (medio sol,
sol de plata y moneda de oro de 20 soles).

El primer intento por fundar un Banco en nuestro país se emprendió el 6 de abril de 1871,
fecha en que el Gobierno de la República suscribió un contrato con D. Jesús L. Costigliolo,
representante de su hermano César Costigliolo, para fundar el Banco de Nicaragua, el cual
podría emitir billetes por menos del duplo de su capital. No obstante, el negocio jurídico no
fue consumado ya que el banco no llegó a fundarse en el término de seis meses concedidos
por el Congreso Nacional para tal efecto.

Por Decreto Legislativo del 21 de marzo de 1873, se autorizó al Ejecutivo a celebrar un


contrato preliminar “de banco y cuño” con el General Héctor Galinier, quien actuaba en
calidad de representante de la Compañía General de Centroamérica, con sede en París,
sin embargo el banco no se estableció.

A través de un Decreto Ejecutivo publicado en Gaceta Oficial N°.49 del 23 de noviembre de


1878, se creó el centavo nacional, a pesar de que varias décadas atrás se había venido
usando el centavo de los Estados Unidos. Este centavo debía llevar grabado en una de sus
caras el Escudo y el nombre de la República, así como el año en que se acuñó; y en la otra,
expresión de su valor. Sin embargo, lo más significativo fue su circulación forzosa, no
obstante, nadie estaba obligado a recibir en cada transacción más de veinte centavos. Esta
se considera la primera moneda nacional, precedida por el centavo de cobre del
Mercado de León, emitido en 1859, de carácter local.

El centavo de 1878, cuya emisión alcanzó a quinientas mil piezas, dejó de circular por
disposición de la “Ley que dispone el tipo de cambio oficial para la conversión de moneda
nacional con el Córdoba”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°.67 del 26 de marzo de
1913, cuando fue sustituido por el centavo de córdoba.

En cuanto a la emisión de billetes, durante el Gobierno del Presidente de la República


Joaquín Zavala, se ordenó la emisión de los primeros billetes nacionales a través del
Decreto Ejecutivo, “Emitiendo documentos de crédito público de circulación voluntaria en la
República”, publicado en La Gaceta Oficial N°.16 del 9 de abril de 1879, cuya cantidad fue
de cien mil pesos, “con el objeto de facilitar las traslaciones de dinero de o para las cajas
nacionales”, siendo muy bien recibidos. Un año después, se aprobó una segunda emisión
con valor de doscientos cincuenta mil pesos, a través del Decreto Ejecutivo publicado en
La Gaceta Oficial N° 48 del 6 de noviembre de 1880.

En 1882 el Congreso aprobó lo que podemos considerar como la primera ley bancaria, a
través del Decreto Legislativo del 4 de marzo, “Sobre establecimiento de Bancos de la
República”, publicado en el Código de la Legislación, la que autorizaba la creación de
“Bancos de Emisión”, bajo las condiciones enunciadas en dicha Ley, con el objetivo de
regular la incipiente actividad bancaria y la emisión de billetes pagaderos a la vista y al
portador, cualquiera que fuera la forma en que estaban extendidos. Todos los bancos
podían ser emisores, pues no existía un monopolio para la emisión de la moneda nacional.

El 19 de enero de 1887, fue creado el Banco de Nicaragua, primer banco comercial del
país, aprobado mediante Ley publicada en La Gaceta Oficial N°.29 del 2 de julio de 1887 y
modificado posteriormente por el contrato que fue publicado en La Gaceta Oficial N°.13 del
28 de febrero de 1893.

En 1888, el Gobierno autorizó la constitución del Banco Agrícola Mercantil, mediante


acuerdo publicado en La Gaceta Oficial N°.71 del 20 de octubre de ese año. Este Banco
tuvo su sede en León, un capital inicial de un millón de dólares, cerrando operaciones con
déficit por falta de pago de sus deudores.

En los años siguientes se proyectó la creación de otros bancos, entre los que destacan el
Banco Nacional de Nicaragua o British Bank of Central América (1890) y el Banco
Hipotecario (1890).

Las actividades del Banco de Nicaragua sufrieron importantes cambios, cuando el Gobierno
del Partido Liberal dispuso emitir billetes del Tesoro Nacional. De esta forma, el primero de
enero de 1894, se modificó la naturaleza de dicho Banco, adquiriendo la Sucursal del Bank
of Nicaragua Limited, con sede central en Londres, la que luego se incorporó al London
Bank of Central América Limited, el 20 de enero de 1895.

Es importante destacar que aparte de las emisiones de moneda tanto en metálico como en
billetes, a finales del Siglo XIX y comienzos del XX, circularon las “contraseñas”, llamadas
también “fichas” o monedas particulares que los hacendados mandaban acuñar para pagar
con ellas a sus jornaleros. Estos no podían usarlas fuera de los límites de la hacienda, pues
sólo eran válidas para comprar en el comisariato de la propiedad.

A finales de 1894, la circulación de billetes en el país ascendía tan sólo a 8,538, debido al
compromiso con el Banco de Nicaragua, de incinerar mensualmente cierta cantidad; pero
los conflictos del momento: dos guerras civiles y una contra Honduras, sumado a la
insolvencia del Tesoro, indujeron al gobierno a emitir la cantidad de quinientos mil pesos
($500,000), en Billetes del Tesoro Nacional, siendo estos billetes de circulación forzosa y
recibidos en las oficinas fiscales como moneda de curso legal. Esta disposición fue
publicada en el Diario de Nicaragua N°.7 del 8 de noviembre de 1894.

Mientras tanto, para evitar la circulación de los billetes del Banco de Nicaragua, fortalecer
los propios del Tesoro y controlar el tipo de cambio, fue dictada la “Disposición relativa a
los billetes del Tesoro”, publicada en el Diario Oficial N°.333 del 11 de septiembre de 1897,
por la cual se establecía que los impuestos fiscales debían ser recaudados en moneda de
oro y plata o en billetes del Tesoro Nacional. Esta disposición se hacía, según el Ministro
de Hacienda Coronel Félix P. Zelaya, “en justa represalia por la hostilidad que los
administradores del Banco de Nicaragua, ya transformado en London Bank of Central
América Limited, empleaban ya contra la moneda nacional”.

El Banco de Nicaragua, como sucursal del Bank of Nicaragua Limited, parte del London
Bank of Central American Limited, continuó sus operaciones hasta 1898, fecha en que este
último se fusionó con el London Bank of South American Limited.

En 1911 el Gobierno de Nicaragua, siendo Presidente de la República Adolfo Díaz Recinos,


por Decreto Presidencial del 6 de junio, autorizó una concesión a favor de los banqueros
norteamericanos Brown Brothers & Company, J.W. Seligman & Company y James Brown
& Company, de Nueva York, dentro de la que se constituiría una Corporación Bancaria con
participación accionaria nicaragüense, que funcionaría bajo las leyes de Estados Unidos.
Este banco surgió con el nombre de “Banco Nacional de Nicaragua, Incorporado”, o
“National Bank of Nicaragua, Incorporated”, aprobándose dicha concesión por la
Asamblea Nacional Constituyente mediante Decreto publicado en La Gaceta Oficial N°.371
del 31 de octubre de 1911. Dicho Banco inició sus operaciones el 19 de agosto de 1912,
con sede principal en la ciudad de Managua.

Además de realizar las actividades propias de una institución bancaria, el “National Bank of
Nicaragua, Incorporated” contaba con los derechos de franquicias y concesiones especiales
y exclusivas, incluyendo la de Agente Fiscal y Pagador del Gobierno de Nicaragua, además
de ser el depositario de sus fondos, encargado de poner en práctica el Plan Monetario
Nacional y el emisor de billetes de bancos. Es decir, desarrolló funciones de banco central
pero bajo la administración directa de los Estados Unidos. Dejó de circular la moneda de
curso legal “el peso”, establecido por el Gobierno de José Santos Zelaya y comienza a
circular el córdoba. Es decir, desarrolló funciones de Banco Central.

El 20 de marzo de 1912, durante el gobierno del Presidente de la República Adolfo Díaz


Recinos, se decretó la Ley de Conversión Monetaria a través del Decreto emitido por la
Asamblea Constituyente, publicado en La Gaceta Oficial N°.74 del 30 de marzo de 1912,
que adopta como unidad de cambio el Córdoba en honor al conquistador español Francisco
Hernández de Córdoba, siendo ésta la moneda circulante en la actualidad. La
responsabilidad de la emisión monetaria recayó en el Banco Nacional de Nicaragua
mediante su Departamento de Emisión y Acuñación de monedas hasta 1961.

En 1914 se anexa la Compañía Mercantil de Ultramar, empresa de comercio exterior,


propiedad de los accionistas del Banco Nacional de Nicaragua.

En 1924, bajo la administración del Presidente de la República Bartolomé Martínez


González y contando siempre con la colaboración de banqueros norteamericanos en su
administración, el gobierno de Nicaragua compró la totalidad de las acciones del “Banco
Nacional de Nicaragua”, lo que provocó mucho temor en la economía nicaragüense,
creándose rumores de inflación y muchos depositantes particulares comenzaron a retirar
sus fondos. Sin embargo, la alarma cesó ante el ofrecimiento de los banqueros
norteamericanos de avisar con suficiente anticipación, si llegaba el caso de la decisión de
retirarse de los puestos y que mientras tanto retendrían y garantizarían con dinero en
efectivo el cien por ciento del monto de los depósitos particulares. Además, el gobierno de
Nicaragua aseguró mantener la moneda nacional (Córdoba) a la par del dólar.

En el ramo inmobiliario, en 1930, se aprobó la Ley del Banco Hipotecario de Nicaragua


(Gaceta Nº 221 del 6/10/1930), como una Institución del Estado destinada a facilitar
préstamos garantizados con hipotecas de inmuebles, reembolsables a largos plazos por el
pago de cuotas periódicas que comprendieren los intereses y una cuota de amortización.
Posteriormente se aprobó la Ley Orgánica del Instituto Nicaragüense de la Vivienda – INVI
(Decreto Nº 416, del 12/3/1959, Gaceta Nº 86 del 21/4/1959), sucesor sin solución de
continuidad del Banco Hipotecario; luego en 1966 se aprueba la Ley Orgánica del Sistema
Nacional de Ahorro y Préstamo (Decreto Nº 1192, del 1/6/1966, Gaceta Nº 136 del
18/6/1966), mediante el cual se crea el Banco de la Vivienda (BAVINIC), sucesor sin
solución de continuidad del Instituto Nicaragüense de la Vivienda (INVI). (Actualmente el
INVUR es sucesor sin solución de continuidad del BAVINIC).

2. Período de 1940 a 1979.


En 1940, por medio de un Decreto-Ley, el “Banco Nacional de Nicaragua” fue
completamente nacionalizado, acción impulsada por el entonces Ministro de Hacienda y
Crédito Público, Dr. Salvador Guerrero Montalván, quien presentó una memoria en tal
sentido ante el Congreso Nacional, es decir, pasaba a ser patrimonio de la República de
Nicaragua, como Ente Autónomo de dominio comercial del Estado y con una Junta Directiva
compuesta por nicaragüenses residentes en Nicaragua; con funciones de Banco Central,
Banco Comercial, Banco Agrícola y Banco de Comercio Exterior. En esta fecha inicia la
circulación de billetes con la leyenda “Banco Nacional de Nicaragua”, mientras se producía
el ajuste por eliminación de los billetes viejos en los que estaba escrito “National Bank of
Nicaragua” que circularon hasta 1948.

El Estado de Nicaragua, en octubre de 1940, ya durante la presidencia de Anastasio


Somoza, llevó a cabo un proceso integral de reforma bancaria y monetaria, bajo la
asesoría del economista alemán Dr. Hermann Max, con el que se aprobó un paquete de
leyes dirigidas a:

● Liquidar el “Banco Nacional de Nicaragua Incorporado” y crear el “Banco Nacional


de Nicaragua”, a través de la “Ley del Banco Nacional de Nicaragua”, publicada en
La Gaceta, Diario Oficial N° 244 del 31 de octubre de 1940;

● Aprobar una nueva “Ley Monetaria” a través del Decreto-Ley publicado en La


Gaceta, Diario Oficial N°.246 del 4 de noviembre de 1940;

● Aprobar la primera “Ley General de Instituciones Bancarias”, mediante el Decreto-


Ley del 26 de octubre de 1940. (Gaceta N° 244 y 245 del 31 de octubre y 2 de
noviembre de 1940). Con esta Ley se le dio tratamiento o nombre de Banco a 2
casas comerciales y cuya función principal era la exportación del café: Casa Téfel
y la Casa Caley Dagnall;

● Reorganizar el Banco Hipotecario de Nicaragua, mediante el Decreto-Ley publicado


en La Gaceta, Diario Oficial N°.247 del 5 de noviembre de 1940;

● Crear la “Caja Nacional de Crédito Popular”, mediante el Decreto-Ley N°.5-L,


publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 248 del 8 de noviembre de 1940;

● Reformar el sistema de control de cambios internacionales, a través del Decreto Ley


publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.246 del 4 de noviembre de 1940; y

● Aprobar una nueva Ley de Intereses, a través del Decreto-Ley publicado en La


Gaceta, Diario Oficial N°. 246 del 4 de noviembre de 1940.

Con la Ley General de Instituciones Bancarias de 1940, se crea por primera vez la
Superintendencia de Bancos, como un Departamento adscrito a la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, a cargo de la vigilancia de todas las instituciones bancarias
nacionales o extranjeras que operaban en el país, garantizando la correcta aplicación de la
nueva ley bancaria.

No obstante, es en la década de los 50 cuando comenzó a estructurarse verdaderamente


el Sistema Financiero Nicaragüense, respondiendo a las necesidades de desarrollo del
sector privado agro exportador y de la inserción de Nicaragua al mercado mundial
capitalista como país productor de materias primas. En 1952, se consolida el Banco de
América (BANAMÉRICA), conocido como “Banco Conservador”, fundado en julio de ese
mismo año, que representaba los intereses de la oligarquía conservadora, ganadera y
comercial, y de los productores de azúcar y bebidas alcohólicas. Alrededor de dicha
institución se creó un complejo grupo de instituciones “auxiliares”, que dotaron de fortaleza
al grupo, siendo estas instituciones las siguientes: Financiera Industrial Agropecuaria (FIA)
(configurada como instrumento de inversión y gestión de variadas operaciones financieras);
Bienes y Raíces, S.A. (BIRSA) (participa en el negocio inmobiliario); Inmobiliaria de Ahorro
y Préstamos, S.A. (financia los proyectos inmobiliarios de BIRSA); e Inmobiliaria de Seguros
(que incursionó en la actividad aseguradora).

En 1953 un grupo de algodoneros de occidente, junto con sectores industriales de la capital,


crearon el Banco Nicaragüense (BANIC), conocido popularmente como el “Banco Liberal”.
Teniendo como núcleo central a dicho banco, se logra articular el denominado “Grupo
BANIC”, que también gira en torno a otras cuatro instituciones financieras: INDESA
(especializada en inversiones industriales); FINANSA (inmersa en el negocio de bienes
raíces); Financiera de la Vivienda (capta ahorro de manos de los particulares e invierte en
la construcción de viviendas) y Compañía de Seguros La Protectora (dedicada a la actividad
aseguradora).

En abril de 1956, la Superintendencia de Bancos asumió la inspección, vigilancia y


fiscalización de las organizaciones o instituciones dedicadas a operaciones de
capitalización, de ahorro y préstamo para la vivienda; ahora dentro de la estructura del
Ministerio de Economía, esto según el Decreto Ejecutivo N°.23, “Ley de vigilancia e
inspección de las Instituciones de Crédito y demás instituciones u organizaciones”,
publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.81 del 14 de abril de 1956. Con la evolución del
sector bancario y financiero del país, la Superintendencia de Bancos fue ampliando de
forma progresiva su ámbito de competencias.

En 1960 la Compañía Mercantil de Ultramar pasa a formar el Instituto de Comercio Exterior


e Interior (INCEI), adscrito al Banco y se crea el Departamento de Crédito Rural. A la par
del “Banco Nacional de Nicaragua” operaban en el país 2 bancos más: “Banco de Londres
y América del Sud, Ltd.” y “Banco Caley Dagnall”, ambos de capital extranjero.

En 1960, se creó el Banco Central de Nicaragua a través del Decreto Legislativo N° 525,
publicado en La Gaceta, Diario Oficial N° 211 de 16 de septiembre de 1960, asumiendo la
responsabilidad de la emisión monetaria que hasta ese momento desempeñaba el
Departamento de Emisión del Banco Nacional de Nicaragua, absorbiendo todos sus activos
y pasivos. En esta misma Ley, aparece la Superintendencia de Bancos y de Otras
Instituciones, que pasa a integrarse como un Departamento del Banco Central a cargo de
la vigilancia y fiscalización permanente de bancos y de las instituciones financieras que
operaban en el país.

En 1963 se aprueba una nueva Ley General de Bancos y de Otras Instituciones


mediante el Decreto Legislativo N°.828 publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.102 de 10
de mayo de 1963, que derogó a la anterior de 1940.

En abril de 1969, la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones, se convierte en


un órgano con funciones específicas, a cargo de un funcionario denominado
“Superintendente de Bancos y de Otras Instituciones” nombrado directamente por el
Presidente de la República. Este órgano, sin embargo, estaba bajo la vigilancia de la
Comisión de Superintendencia, y operaba siempre como un Departamento dentro del
Banco Central de Nicaragua. Esto estaba contenido en el Decreto Ejecutivo N°.9-L,
“Reformas y Modificaciones a Ley Orgánica del Banco Central de Nicaragua”, publicado en
La Gaceta, Diario Oficial N°.81 de 15 de abril de 1969.

Es importante destacar que ya a finales de los años 70, la familia Somoza y sus allegados
que ostentaban el poder político y el económico también, eran propietarios o tenían
participación accionaria en más de 80 empresas nacionales y extranjeras, llegando a
acumular una fortuna que se ha estimado entre mil y cinco mil millones de dólares, sin
contar las numerosas propiedades y haciendas en Nicaragua y en todo el mundo. Dentro
de esta actividad económica, existía también una alta participación en las actividades
bancarias y financieras del país, ejemplo de esto fue la “Nicaragüense de Ahorro y
Préstamo, S.A. NIAPSA”, especializada en préstamos para viviendas o la
“INTERFINANCIERA” que ofrecía financiamiento diverso, así mismo el Banco de Centro
América. Somoza tenía además, acciones en grandes empresas bancarias y financieras
internacionales, tales como el Bank of América y el Chase Manhattan Bank, entre otras.

En las décadas de los 60’s y 70’s, la composición estructural del Sistema Financiero
Nicaragüense era la siguiente:
1. Bancos Comerciales (privados y estatales).
2. Sociedades Financieras y de Inversión.
3. Instituciones de Ahorro y Préstamos

Bancos Comerciales Privados Nacionales:


1. Banco Nicaragüense,
2. Banco de América,
3. Banco de Centroamérica,
4. Banco Caley Dagnall y
5. Banco Exterior.

Bancos Comerciales Privados Extranjeros:


1. Citibank,
2. Bank of América,
3. Banco de Londres y América del Sud, Ltd.

Bancos Comerciales Estatales:


1. Banco Nacional de Nicaragua (BNN)
2. Banco de Crédito Popular (BCP)
3. Banco de la Vivienda (BAVINIC)

Sociedades Financieras y de Inversión:


1. Corporación Franco Americana de Finanzas (FRANCOFIN);
2. Compañía Interfinanciera Nicaragüense, S. A. (INTERFINANCIERA);
3. Inversiones Nicaragüenses de Desarrollo, S. A. (INDESA);
4. Corporación Nicaragüense de Inversiones (CNI);
5. Financiera del Norte, S. A. (FINSA)
6. Financiera de Occidente, S. A. (FIDOSA);
7. Financiera Industrial Agropecuaria (FIA);

Instituciones de Ahorro y Préstamo:


1. Centroamericana de Ahorro y Préstamo, S. A. (CAPSA)
2. Nicaragüense de Ahorro y Préstamo, S. A. (NIAPSA)
3. Financiera de la Vivienda, S. A. (FINANCIERA)
4. Inmobiliaria de Ahorro y Préstamo, S. A. (LA INMOBILIARIA)

3. Período de 1979 a 1990.


Con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, el Frente Sandinista de Liberación
Nacional planteó como objetivos centrales de su política económica, la realización de un
proceso de profundas transformaciones internas, principalmente en el agro, en el sistema
financiero y en el comercio exterior, paralelamente al objetivo de lograr la reactivación y
estabilización de la economía.

El Gobierno revolucionario pretendía reducir los desequilibrios internos, especialmente la


inflación, y externos, déficits de la balanza de pagos, todo ello dentro del marco del avance
gradual hacia la conformación de un modelo económico con una fuerte influencia estatal,
en la cual, en línea de principio, coexistirían las diversas formas de propiedad.

El mejor reflejo de dicho modelo económico lo encontramos en la Constitución Política de


1987, que en la redacción original de su artículo 99 establecía que “La Banca Central, el
Sistema Financiero Nacional, los Seguros y Reaseguros y el Comercio Exterior, como
instrumentos de la dirección económica, corresponden al área estatal de manera
irrenunciable”.

Por todo lo anterior, a partir de julio de 1979, se inician una serie de transformaciones que
incidieron de manera trascendental en el sistema financiero nicaragüense durante todo el
periodo. En los 80’s, el gobierno reestructuró el sector financiero, mediante las siguientes
medidas:
● Nacionalizó el Sistema Financiero Nacional (Decreto N° 25, del 26/7/1979, Gaceta N°
3, del 24/8/1979). con el que el Estado adquiere por ministerio de la Ley, el total de las
acciones de todas las instituciones bancarias privadas nacionales, así como también
estableció regulaciones a las sucursales de bancos privados extranjeros.
● Creó el Sistema Financiero Nacional y su Consejo Superior (Decreto N° 136 de 1979,
Gaceta N° 48, del 3/11/1979), como el órgano rector de la actividad financiera del país.
En 1980, se constituye el Gabinete Financiero a través del Decreto JGRN N°.262,
publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.28 del 2 de febrero de 1980, que fungió como
“organismo de dirección superior de la política financiera y económica del país”.
● Disolvió la Asociación de Instituciones Bancarias de Nicaragua (Decreto N° 194 de
1979, Gaceta N° 77, del 7/12/1979).
● La Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras entró a formar
parte del Gabinete Financiero (Decreto 298 de 1980, Gaceta N° 41, del 18/2/1980).
● Creó la Corporación Financiera de Nicaragua “CORFIN” (Decreto N° 463, de 1980,
Gaceta N° 153, del 7/7/1980), que extinguió al Consejo Superior del Sistema Financiero
Nacional (SFN), organismo que a su vez estuvo subordinado al Gabinete Financiero,
con la finalidad de representar los intereses del Estado en todas las instituciones del
sistema; señalar las directrices y formas de operación de las mismas y procurar la
homogenización de sus estructuras administrativas y legales. No obstante, en 1981, a
través del Decreto JGRN N°.755, publicado en La Gaceta, N° 154 del 13/7/1981, se
aprueba la Ley de Consolidación del Sistema Bancario, por medio de la cual
CORFIN se adscribe al BCN.
● Las funciones de la SIBOIF fueron absorbidas por la Contraloría General de la
República “CGR” (Decreto N° 86, “Ley Creadora de la Contraloría General de la
República”, del 20/9/1979, Gaceta N° 16, del 22/9/1979).
● Se dictó la Ley de Consolidación del Sistema Bancario-Financiero Nacional (Decreto
N° 755 de 1981, Gaceta N° 154, del 13/7/1981).

A través del Decreto de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) N°.22,


publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.3 del 24 de agosto de 1979, el Banco Nacional de
Nicaragua pasa a denominarse Banco Nacional de Desarrollo y se constituyó en sucesor
sin solución de continuidad del Instituto de Fomento Nacional (INFONAC) y absorbió al
Banco Caley Dagnall por Decreto Nº 360 del 11/4/1980 (Gaceta Nº 82 del 14/4/1980)

Mediante el Decreto JGRN N° 55, publicado en La Gaceta, N° 12 del 18/9/1979 se aprueba


la Ley de Defensa de la Moneda Nacional, que tenía por objeto evitar el surgimiento de un
mercado negro en base a la moneda nacional que fue extraída por los allegados al régimen
somocista al momento del triunfo de la revolución, así como la salida masiva del mismo al
exterior. En esta línea se aprobó la desmonetización de los billetes de C$1,000 y C$500.

Para obtener una mayor racionalización de los recursos financieros y humanos, así como
una mayor cobertura de los servicios bancarios en el país, se estructuró el sistema
financiero de la siguiente manera:

a. Banco Nacional de Desarrollo (BND), como la principal entidad bancaria del país.

b. Banco de Crédito Popular (BCP), para atender financiamiento para la pequeña


industria, corporativa, trabajadores, entre otros.

c. Banco Nicaragüense (BANIC), el cual operaba con servicios de captaciones de


recursos en cuentas corrientes, de ahorro y certificado a plazo, y otorgamiento de
créditos para el sector industrial, comercial, agropecuario y otros.

d. Banco de América (BANAMERICA), que operaba con servicios similares a los del
BANIC.
e. Banco Inmobiliario (BIN), que operaba con servicios de captación de recursos en
cuentas de ahorro y certificados a plazo, orientando sus créditos al financiamiento
de viviendas.

En 1983, a través del Decreto JGRN N°.1360, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.280
del 13 de diciembre de 1983, se crea el Fondo Nicaragüense de Inversiones (FNI), con el
objetivo de financiar proyectos de inversión y reinversión, desapareciendo así el Fondo
Especial de Desarrollo (FED), creado en 1972.

Durante este período:

El Banco Nicaragüense, S. A., absorbio a las entidades:


1) Corporación Franco Americana de Finanzas (FRANCOFIN);
2) Compañía Interfinanciera Nicaragüense, S. A. (INTERFINANCIERA);
3) Inversiones Nicaragüenses de Desarrollo, S. A. (INDESA);
4) Corporación Nicaragüense de Inversiones (CNI);
5) Banco de Centroamérica. S. A.

El Banco de América, S. A., absorbió a las entidades:


1) Financiera del Norte, S. A. (FINSA);
2) Financiera de Occidente, S. A. (FIDOSA);
3) Financiera Industrial Agropecuaria (FIA);
4) Banco Exterior, S.A.

En el sector Inmobiliario, NIAPSA fue absorbida por CAPSA (Ley de Absorción de


"Nicaragüense de Ahorro y Préstamo, S. A." por "Centroamericana de Ahorro y
Préstamo, S. A.", Decreto Nº 526 del 17/9/1980); se creó el Banco Inmobiliario de
Nicaragua – BIN (Ley Constitutiva del Banco Inmobiliario, S. A., Decreto Nº 558 del
25/10/1980, Gaceta Nº 252 del 1/11/1980) y posteriormente este Banco absorbió las
siguientes instituciones de ahorro y préstamo:
1. Centroamericana de Ahorro y Préstamo, S. A. (CAPSA), que ya había absorbido a
NIAPSA
2. Financiera de la Vivienda, S. A. (FINANCIERA)
3. Inmobiliaria de Ahorro y Préstamo, S. A. (LA INMOBILIARIA)

En 1985, el Banco Nicaragüense S.A. absorbió el Banco de América S.A. a través del
Acuerdo Presidencial N°46, “Aprobación de Fusión del Banco Nicaragüense y el Banco de
América y de Reformas a Escritura de Constitución del Banco Nicaragüense” (Gaceta N°
199 del 17/10/1985) y a partir de ese momento pasó a llamarse Banco Nicaragüense de
Industria y Comercio S.A., nombre con el que se le denominó hasta el día de su cierre en
agosto del 2001.
Todo este proceso de reorganización y nacionalización bancaria conllevó a una
compactación de las instituciones bancarias del país, siendo éstas las siguientes:
a. Banco Nacional de Desarrollo (BND), como la principal entidad bancaria del país.

b. Banco de Crédito Popular (BCP), para atender financiamiento para la pequeña


industria, corporativa, trabajadores, entre otros.

c. Banco Nicaragüense (BANIC), el cual operaba con servicios de captaciones de


recursos en cuentas corrientes, de ahorro y certificado a plazo, y otorgamiento de
créditos para el sector industrial, comercial, agropecuario y otros.

d. Banco de América (BANAMERICA), que operaba con servicios similares a los del
BANIC.

e. Banco Inmobiliario (BIN), que operaba con servicios de captación de recursos en


cuentas de ahorro y certificados a plazo, orientando sus créditos al financiamiento
de viviendas.

Todas nacionalizadas o de carácter estatal.

En 1988, el Estado Revolucionario sostenía una economía de guerra producida por la


política de agresión organizada y financiada por el entonces Gobierno de los Estados
Unidos en contra de Nicaragua, lo que entre muchos otros efectos, produjo graves
repercusiones en la economía nacional, con una cadena de costos y precios altamente
desarticulada, la hiperinflación que llegó a superar el 33,000% y el elevado endeudamiento
externo.

El Gobierno aprobó un paquete de leyes, dirigidas a realizar ajustes económicos que


permitieran enfrentar la crisis de dicha etapa, lo que se conoció como “Operación Berta”.

En este contexto se aprobó la Ley de Conversión Monetaria a través del Decreto N° 306,
publicado en La Gaceta, N° 43 del 2/3/1988, con la que se organizaba la salida de
circulación de los billetes y monedas de córdobas emitidas hasta entonces y se ordenaba
la emisión de nuevos billetes, a una tasa de cambio equivalente a 1,000 córdobas “viejos”
por 1 córdoba “nuevo”, fijando además un techo máximo por cabeza de familia de
10,000,000 de córdobas viejos a ser canjeados.

Adicionalmente, se aprobó la Ley que Regula el Ingreso y Salida de Moneda Nacional,


mediante el Decreto N°.307, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.43 del 2 de marzo
de 1988, que tenía por objeto prohibir la salida e ingreso de los córdobas “desmonetizados”,
y el Decreto N°.312 que contenía Disposiciones relativas a la Moneda Extranjera,
publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°.44 del 3 de marzo de 1988, que limitaba la
tenencia de cantidades de dinero superiores a $500, debiéndose informar por escrito al
Banco Central de dicha situación.
Finalmente, en ese mismo año, la Asamblea Nacional aprobó la Ley N°.45, “Ley que
prohíbe la internación, uso y distribución de Fondos provenientes, del Congreso de
los Estados Unidos de América”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°.202 del
25/10/1988, con la que se tipificaba como delito de traición el ingreso a Nicaragua de
fondos, bienes o valores que provengan directa o indirectamente del presupuesto de los
Estados Unidos, esto en la lógica de la guerra de agresión financiada por dicho Gobierno
en contra de nuestro país.

4. Período de 1990 a la actualidad.

En 1990, con la nueva administración de la Presidenta Violeta Barrios de Chamorro, se


inicia el cambio radical de modelo económico. En marzo de 1991 se puso en marcha el
programa que se denominó de “Estabilización y Ajuste Estructural” conocido por sus siglas
en inglés como ESAF, que debían implementar los Gobiernos en los países
subdesarrollados solicitado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial
(BM), para poder ser tomados en cuenta en caso que desearen renegociar la deuda externa
de su país. Se trataba de una estrategia de ganancias financieras para el FMI y el BM,
destinado a cobrarle al país los intereses de su deuda en un período extendido. Sin
embargo, el ajuste estructural fue para Nicaragua extremadamente recesivo por basarse
exclusivamente en el recorte del gasto del gobierno, generando 13 mil desempleados, lo
cual desembocó en una contracción extrema del gasto público y del crédito bancario.

A inicios de los años noventa, el bajo nivel de exportaciones, de actividad económica y de


inversiones, lo mismo que el balance en cuenta corriente, se explicaba dado el abrupto
cambio de régimen de política económica, pasando de un modelo de economía estatal, que
se implementó a lo largo de los años ochenta, a uno de ajuste ortodoxo y de economía de
mercado en 1990.

En este período se procede a autorizar nuevamente la creación de bancos privados, al


saneamiento y reestructuración de la banca estatal, a la liberalización de las tasas de interés
y al establecimiento de una bolsa de valores, todo esto a pesar de la limitante constitucional
que representaba el artículo 99 de la Constitución Política de 1987.

Una de las primeras medidas tomadas por el Gobierno fue poner en circulación el “Córdoba
Oro”, que entró en vigor a partir de mayo de 1990, a través de la aprobación del Decreto-
Ley N°.23-90 publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.127 del 3 de julio de 1990. Esta
emisión tenía paridad igual al Dólar estadounidense, aunque antes de un año, la paridad
anunciada tomó su curso real y se devaluó seis veces a su valor de emisión.

En agosto de 1991 fue autorizado el primer banco privado, el Banco Mercantil (BAMER),
siguiéndole el Banco de la Producción (BANPRO), el Banco de Crédito
Centroamericano (BANCENTRO) y el Banco de América Central (BAC), estos dos
últimos autorizados en diciembre de 1991. Banco de Finanzas S. A. (BDF), Banco de la
Exportación S. A. (BANEXPO) y Banco Caley Dagnal, S. A. (CALEY), estos tres Bancos
autorizados en 1992. Ya 1995 se habían autorizado un total de doce bancos.

El nuevo modelo, requirió de un marco jurídico que se ajustara a las realidades del sector,
por lo que en 1991, se aprobó la Ley Creadora de la Superintendencia de Bancos y de
Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), Ley N°.125, publicada en La Gaceta, N° 64 del
10/4/1991, donde se le reconoce como órgano con autonomía funcional, independiente del
BCN y de la Contraloría General de la República. La Superintendencia asume las funciones
que tenía en esta materia el BCN y la Contraloría General de la República durante los años
80.

A inicios de 1992, se aprobó una nueva Ley Monetaria, publicada en La Gaceta, N° 2 del
7/1/1992, que fija nuevamente como moneda nacional el Córdoba, subdividido en cien
partes iguales denominadas centavos.

Con la nueva Ley Orgánica del Banco Central, de julio de 1992, se fijó como principal
función de este, el mantenimiento de la estabilidad de la moneda nacional, prohibiéndose,
salvo excepciones justificadas, el financiamiento del Gobierno Central. En razón de lo
anterior, el BCN dejó de ser el motor del crédito de la economía, a la vez que se inició un
proceso de eliminación de las líneas de redescuento de los bancos comerciales, la cual era
una forma de crédito que brindaba el Banco Central a los bancos comerciales con el fin de
evitar situaciones de iliquidez ante los depositantes.

En 1999 se aprobaron normas que pueden ser consideradas como las bases sobre las que
se encuentra establecido el sistema financiero actual, tales como la Ley N° 314, “Ley
General de Bancos, Instituciones Financieras no Bancarias y Grupos Financieros”
(derogada); la Ley N° 316, “Ley de la Superintendencia de Bancos y de otras Instituciones
Financieras” (todavía vigente) y la Ley N° 317, “Ley Orgánica del Banco Central”
(derogada).

No obstante, estos marcos jurídicos, a finales del Gobierno del presidente Arnoldo Alemán
entre los años 2000 y 2001 Nicaragua sufrió la crisis bancaria y financiera más devastadora
de su historia. De los 12 Bancos que operaban en el país, el Banco de Crédito Popular
cerró operaciones y cinco entraron en procesos de quiebra, culminando con su intervención
y liquidación forzosa:

● Banco Intercontinental, S.A. INTERBANK (agosto 2000),


● Primer Banco Inmobiliario de Nicaragua, S.A. PRIBANCO (septiembre 2000),
● Banco del Café de Nicaragua, S.A. BANCAFÉ (noviembre 2000),
● Banco Mercantil, S.A. BAMER (marzo 2001),
● Banco Nicaragüense de Industria y Comercio, S.A. BANIC (agosto 2001).

Los Bancos que continuaron funcionando fueron:


● Banco de la Producción S.A BANPRO;
● Banco de Crédito Centroamericano S.A. BANCENTRO;
● Banco de América Central S.A. BAC;
● Banco de Finanzas S.A BDF;
● Banco de la Exportación S.A BANEXPO; y
● Banco Calley Dagnall, S.A. BANCALEY.

En el proceso de liquidación de los bancos quebrados, el BANPRO adquirió al INTERBANK


y al PRIBANCO, el BDF al BANCAFE y el BANCENTRO al BAMER. Respecto al BANIC,
en 2001 el Consejo Directivo de la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones
Financieras, le suspendió definitivamente la autorización para continuar operando debido a
su estado de iliquidez grave e insuperable.

El Estado, a través del BCN, Superintendencia de Bancos y el Ministerio de Hacienda y


Crédito Público, asumió como deuda pública la garantía de las carteras que fueron
adquiridas por dichos Bancos, lo que generó la emisión de Certificados Negociables de
Inversión (CENI) por un monto superior a los trescientos treinta millones de dólares (U$330
millones).

Además, la asistencia financiera del Banco Central de Nicaragua para los rescates
bancarios y atender los problemas de iliquidez de los bancos compradores de los bancos
quebrados sumó, al 31 de diciembre de 2000, un monto equivalente a US$139 millones de
dólares y contribuyó a la caída de US$116 millones de las reservas internacionales netas
ajustadas.

Esta crisis, motivó a la Asamblea Nacional a aprobar la Ley N°.371, “Ley de Garantía de
Depósitos en Instituciones del Sistema Financiero”, publicada en La Gaceta, Diario
Oficial N°. 21 del 30 de enero de 2001, como mecanismo financiero que garantizara a los
cuenta habientes de todo el sistema bancario la restitución de sus depósitos, previendo
cualquier escenario futuro de quiebras bancarias.

En el año 2005, se promulgó la vigente Ley N°.561, “Ley General de Bancos,


Instituciones Financieras no Bancarias y Grupos Financieros”, publicada en La
Gaceta, Diario Oficial N°.232 del 30 de noviembre de 2005; así mismo se aprobaron
importantes reformas a la Ley de la Superintendencia de Bancos y de otras Instituciones
Financieras; se aprobó una nueva Ley que derogó a la Ley N°.371, la vigente Ley N°.551,
“Ley del Sistema de Garantía de Depósitos”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial
N°.168 del 30 de agosto de 2005.

En la actualidad, los esfuerzos estatales se han dirigido principalmente a fortalecer los


mecanismos de vigilancia y estabilidad de la actividad bancaria y financiera privada. De
igual forma, la producción legislativa, ha impulsado un proceso de modernización de los
marcos normativos de las instituciones públicas vinculadas con la autorización,
fiscalización, supervisión y control de los mercados financieros del país, tales como la
Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras, Banco Central de
Nicaragua, Comisión Nacional de Microfinanzas, Fondo de Garantía de Depósitos, además
de la creación de la Unidad de Análisis Financiero (UAF) como pieza clave fundamental
en la sanidad del sistema financiero nacional, frente al fenómeno del lavado de dinero,
bienes o activos.

Para tal fin la UAF designa a un Oficial de Cumplimiento en cada entidad bancaria, como la
persona responsable para que administre, vigile adecuadamente la implementación y
funcionamiento del Sistema de Prevención del Lavado de Activos y Financiamiento del
Terrorismo. Además de ello, podemos destacar que Nicaragua al cumplir con las
Recomendaciones Claves y Esenciales establecidas por el Grupo de Acción Financiera
Internacional (GAFI), mejoró la posición del país en el ámbito económico mundial, la
competitividad y la consolidación de dicho Sistema, lo que permitió que en el año 2015 el
GAFI eliminara a Nicaragua de la lista gris, que contiene el listado de las naciones no
cooperantes contra el lavado de dinero y de alto riesgo para el financiamiento al terrorismo.

Finalmente, en este periodo, se aprobaron marcos regulatorios novedosos para fortalecer


las micro, pequeñas y medianas empresas, los almacenes generales de depósito, la factura
cambiaria, el factoraje, el fideicomiso y las sociedades de inversión, por mencionar algunos
temas puntuales.

Según el Informe del Sistema Financiero Nacional de mayo 2016, de la Superintendencia


de Bancos y de Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), el sector bancario y financiero del
país está estructurado de la siguiente forma:
● Industria bancaria:

7 Bancos comerciales:
Banco de la Producción, S.A. (BANPRO)
Banco Lafise Bancentro, S.A. (BANCENTRO)
Banco de América Central, S.A. (BAC)
Banco de Finanzas, S.A., (BDF)
Banco Procredit, S.A. (PROCREDIT)
Banco FICOHSA Nicaragua, S.A. (FICOHSA)
Banco Corporativo, S.A. (BANCORP)

1 Banco de fomento:
Banco de Fomento a la Producción (PRODUZCAMOS)

4 Sociedades Financieras:
Financiera Fondo de Desarrollo Local, S.A. (FDL)
Financiera FUNDESER, Sociedad Anónima
Financiera Finca Nicaragua, S.A. (FINCANICARAGUA)
Financiera Fama, S.A. (FAMA)
4 Oficinas de Representación de Bancos extranjeros:
Banco DAVIVIENDA Salvadoreño, S. A.
Towerbank International Inc. (TOWERBANK)
Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES)
Banco Internacional de Costa Rica, S.A. (BICSA)
Oficina de Representación, S.A. (BANITSMO)

● Industria de valores:

1 Bolsa de Valores:
Bolsa de Valores de Nicaragua

1 Central de Custodia:
Central de Valores de Nicaragua

3 Calificadoras de Riesgos Internacionales:


Fitch Ratings
Pacific Credit Rating
SCRiesgo Rating Agency

1 Sociedad Administradora de Fondos de Inversión:


Sociedad Administradora de los Riesgos de Inversión (INVERCASA)

5 Puestos de Bolsa:
BAC VALORES
INVERCASA
INVERNIC
LAFISE VALORES
PROVALORES

● Industria de Almacenes Generales de Depósito: 4 almacenadoras que operan


como Almacén General de Depósito, institución auxiliar de crédito, 3 de las cuales
pertenecen a bancos que son parte de grupos financieros;
Almacén Financiero BAC, S.A. (ALFIBAC)
Almacenadora Lafise, S.A. (ALAFISE)
Almacenadora de Exportaciones, S.A. (ALMEXSA)
Almacenadora Financiera de Nicaragua, S.A. (ALFINSA)

● Industria de Seguros:

1 Compañía aseguradora estatal:


Instituto Nicaragüense de Seguros y Reaseguros (INISER)
4 Compañías aseguradoras privadas, dos de las cuales están ligadas a grupos
financieros:
Assa Compañía de Seguros, S.A.
Mapfre Seguros Nicaragua, S.A. (MAPFRE)
Seguros América S.A. (AMÉRICA)
Seguros Lafise, S.A.

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