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I. RESEÑA HISTÓRICA-JURÍDICA.
Los Trapezitas fueron los primeros banqueros, mientras que los colubistas fueron los
encargados de constatar la autenticidad y valor de cada moneda, función importante, toda
vez que el uso de la moneda se había expandido ampliamente, al grado que cada ciudad
acuñaba su propia moneda; de ahí la necesidad de contar con especialistas que
garantizaran la autenticidad y validez de las monedas.
El antecedente más inmediato del modelo económico actual se ubica en la baja Edad
Media, con el renacer de la vida económica y comercial. En un primer momento, los
mercados dominaban espacios económicos insignificantes; el uso del dinero, que
comenzaba a superar la fase de intercambio por trueque, se limitaba a los metales
acuñados o amonedados; y el crédito se desenvolvía con bastante dificultad, a través de
las relaciones directas que establecían prestamistas y prestatarios, las que, en su gran
mayoría, debían ser encubiertas bajo la forma de otros negocios jurídicos, en atención a la
condena moral que la Iglesia hizo recaer sobre la percepción de intereses.
En ese estadio histórico los primeros bancos llevaban a cabo funciones restringidas,
básicamente, el cambio de moneda y su entrega distancia loci (cambio trayecticio)
vinculado al uso de un documento o carta, instituyéndose como el precursor de la letra de
cambio (cambio per litteras).
Entre las instituciones de naturaleza financiera de esa época, se destaca el Banco fundado
en Venecia en el siglo XII, durante la guerra contra Bizancio. Dicha entidad tenía como fin
principal efectuar préstamos y admitir depósitos, aunque los empréstitos para financiar
aquella guerra tuvieron la particularidad de haberse celebrado incluyendo en la deuda de
capital, los intereses pactados, con lo que se logró burlar la prohibición Papal de prestar
con interés.
En 1397, Giovanni di Bicci de Médicis funda el Banco de Florencia, que con el tiempo
llegaría a ser el más poderoso banco italiano, de hecho, este llegó a constituirse en el
soporte dinerario del renacimiento florentino. Por su parte, en 1409 se creó, en Génova, el
Banco di san Giorgio, fundado en condiciones similares a las del Banco de Venecia, ya que
sirvió para financiar la guerra de aquel Estado, justamente, contra Venecia.
Ya en el Siglo XIX, y con mayor regularidad en el Siglo XX, los bancos se convierten en
verdaderas “entidades de depósito”, que no sólo custodian el dinero sino que lo utilizan para
prestarlo a terceros, de modo que, no se limitan a concentrar la concesión de crédito, sino
que, de igual forma, intermedian recursos entre los deficitarios de los mismos y aquellos
que los tienen de “sobra”, convirtiéndose así en “entidades de crédito” o entidades que
desarrollan una “actividad crediticia”.
Esta actividad creó un efecto multiplicador sobre el crédito mismo, que permitía la
reutilización de los mismos fondos (“depósitos primarios”) que, luego de ser prestados, son
“redepositados”, completa o parcialmente, en la misma entidad o en otra entidad crediticia
(“depósitos derivados”), de tal forma que se reproducen o multiplican funcionalmente. Por
tal razón, se afirma que las instituciones financieras bancarias se han venido a transformar
en “creadoras de crédito”, y, a la vez, en modernos “medios de pago” (“dinero bancario”),
ya que los depósitos bancarios o los cheques y demás instrumentos bancarios que permiten
movilizarlos, suelen aceptarse, sin problemas, como sustitutos del dinero legal. Todo ello
termina configurando a las “entidades de crédito” en pieza fundamental del sistema
económico y de la política económica moderna, lo mismo que en el sistema general de
pagos, donde cada vez menos se emplea el efectivo.
El primer Banco Central se fundó en Inglaterra y tuvo la autorización para emitir promesas
de pagos que empezaron a circular con endoso y después al portador, dando origen a la
primera institución con la prerrogativa para emitir papel moneda.
Para una mejor comprensión de la evolución histórica del fenómeno de la banca y finanzas
en Nicaragua, conviene dividir su estudio en cuatro períodos perfectamente diferenciados:
⇒ Período 1821 a 1939
⇒ Período 1940 a 1979
⇒ Período 1979 a 1990
⇒ Período 1990 a la actualidad
En primer lugar, por Decreto del 14 de mayo de 1870, se fijó la equivalencia de las
abundantes monedas extranjeras que circulaban, la cual fue extensiva y obligatoria al
comercio por otro Decreto Ejecutivo, emitido el 7 de julio del mismo año. Tal equivalencia
en pesos abarcaba las monedas inglesa (libra esterlina, chelín), costarricense (onza de oro,
escudo, medio escudo de oro), colombiana (cóndor), chilena (idem) y peruana (medio sol,
sol de plata y moneda de oro de 20 soles).
El primer intento por fundar un Banco en nuestro país se emprendió el 6 de abril de 1871,
fecha en que el Gobierno de la República suscribió un contrato con D. Jesús L. Costigliolo,
representante de su hermano César Costigliolo, para fundar el Banco de Nicaragua, el cual
podría emitir billetes por menos del duplo de su capital. No obstante, el negocio jurídico no
fue consumado ya que el banco no llegó a fundarse en el término de seis meses concedidos
por el Congreso Nacional para tal efecto.
El centavo de 1878, cuya emisión alcanzó a quinientas mil piezas, dejó de circular por
disposición de la “Ley que dispone el tipo de cambio oficial para la conversión de moneda
nacional con el Córdoba”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°.67 del 26 de marzo de
1913, cuando fue sustituido por el centavo de córdoba.
En 1882 el Congreso aprobó lo que podemos considerar como la primera ley bancaria, a
través del Decreto Legislativo del 4 de marzo, “Sobre establecimiento de Bancos de la
República”, publicado en el Código de la Legislación, la que autorizaba la creación de
“Bancos de Emisión”, bajo las condiciones enunciadas en dicha Ley, con el objetivo de
regular la incipiente actividad bancaria y la emisión de billetes pagaderos a la vista y al
portador, cualquiera que fuera la forma en que estaban extendidos. Todos los bancos
podían ser emisores, pues no existía un monopolio para la emisión de la moneda nacional.
El 19 de enero de 1887, fue creado el Banco de Nicaragua, primer banco comercial del
país, aprobado mediante Ley publicada en La Gaceta Oficial N°.29 del 2 de julio de 1887 y
modificado posteriormente por el contrato que fue publicado en La Gaceta Oficial N°.13 del
28 de febrero de 1893.
En los años siguientes se proyectó la creación de otros bancos, entre los que destacan el
Banco Nacional de Nicaragua o British Bank of Central América (1890) y el Banco
Hipotecario (1890).
Las actividades del Banco de Nicaragua sufrieron importantes cambios, cuando el Gobierno
del Partido Liberal dispuso emitir billetes del Tesoro Nacional. De esta forma, el primero de
enero de 1894, se modificó la naturaleza de dicho Banco, adquiriendo la Sucursal del Bank
of Nicaragua Limited, con sede central en Londres, la que luego se incorporó al London
Bank of Central América Limited, el 20 de enero de 1895.
Es importante destacar que aparte de las emisiones de moneda tanto en metálico como en
billetes, a finales del Siglo XIX y comienzos del XX, circularon las “contraseñas”, llamadas
también “fichas” o monedas particulares que los hacendados mandaban acuñar para pagar
con ellas a sus jornaleros. Estos no podían usarlas fuera de los límites de la hacienda, pues
sólo eran válidas para comprar en el comisariato de la propiedad.
A finales de 1894, la circulación de billetes en el país ascendía tan sólo a 8,538, debido al
compromiso con el Banco de Nicaragua, de incinerar mensualmente cierta cantidad; pero
los conflictos del momento: dos guerras civiles y una contra Honduras, sumado a la
insolvencia del Tesoro, indujeron al gobierno a emitir la cantidad de quinientos mil pesos
($500,000), en Billetes del Tesoro Nacional, siendo estos billetes de circulación forzosa y
recibidos en las oficinas fiscales como moneda de curso legal. Esta disposición fue
publicada en el Diario de Nicaragua N°.7 del 8 de noviembre de 1894.
Mientras tanto, para evitar la circulación de los billetes del Banco de Nicaragua, fortalecer
los propios del Tesoro y controlar el tipo de cambio, fue dictada la “Disposición relativa a
los billetes del Tesoro”, publicada en el Diario Oficial N°.333 del 11 de septiembre de 1897,
por la cual se establecía que los impuestos fiscales debían ser recaudados en moneda de
oro y plata o en billetes del Tesoro Nacional. Esta disposición se hacía, según el Ministro
de Hacienda Coronel Félix P. Zelaya, “en justa represalia por la hostilidad que los
administradores del Banco de Nicaragua, ya transformado en London Bank of Central
América Limited, empleaban ya contra la moneda nacional”.
El Banco de Nicaragua, como sucursal del Bank of Nicaragua Limited, parte del London
Bank of Central American Limited, continuó sus operaciones hasta 1898, fecha en que este
último se fusionó con el London Bank of South American Limited.
Además de realizar las actividades propias de una institución bancaria, el “National Bank of
Nicaragua, Incorporated” contaba con los derechos de franquicias y concesiones especiales
y exclusivas, incluyendo la de Agente Fiscal y Pagador del Gobierno de Nicaragua, además
de ser el depositario de sus fondos, encargado de poner en práctica el Plan Monetario
Nacional y el emisor de billetes de bancos. Es decir, desarrolló funciones de banco central
pero bajo la administración directa de los Estados Unidos. Dejó de circular la moneda de
curso legal “el peso”, establecido por el Gobierno de José Santos Zelaya y comienza a
circular el córdoba. Es decir, desarrolló funciones de Banco Central.
Con la Ley General de Instituciones Bancarias de 1940, se crea por primera vez la
Superintendencia de Bancos, como un Departamento adscrito a la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, a cargo de la vigilancia de todas las instituciones bancarias
nacionales o extranjeras que operaban en el país, garantizando la correcta aplicación de la
nueva ley bancaria.
En 1960, se creó el Banco Central de Nicaragua a través del Decreto Legislativo N° 525,
publicado en La Gaceta, Diario Oficial N° 211 de 16 de septiembre de 1960, asumiendo la
responsabilidad de la emisión monetaria que hasta ese momento desempeñaba el
Departamento de Emisión del Banco Nacional de Nicaragua, absorbiendo todos sus activos
y pasivos. En esta misma Ley, aparece la Superintendencia de Bancos y de Otras
Instituciones, que pasa a integrarse como un Departamento del Banco Central a cargo de
la vigilancia y fiscalización permanente de bancos y de las instituciones financieras que
operaban en el país.
Es importante destacar que ya a finales de los años 70, la familia Somoza y sus allegados
que ostentaban el poder político y el económico también, eran propietarios o tenían
participación accionaria en más de 80 empresas nacionales y extranjeras, llegando a
acumular una fortuna que se ha estimado entre mil y cinco mil millones de dólares, sin
contar las numerosas propiedades y haciendas en Nicaragua y en todo el mundo. Dentro
de esta actividad económica, existía también una alta participación en las actividades
bancarias y financieras del país, ejemplo de esto fue la “Nicaragüense de Ahorro y
Préstamo, S.A. NIAPSA”, especializada en préstamos para viviendas o la
“INTERFINANCIERA” que ofrecía financiamiento diverso, así mismo el Banco de Centro
América. Somoza tenía además, acciones en grandes empresas bancarias y financieras
internacionales, tales como el Bank of América y el Chase Manhattan Bank, entre otras.
En las décadas de los 60’s y 70’s, la composición estructural del Sistema Financiero
Nicaragüense era la siguiente:
1. Bancos Comerciales (privados y estatales).
2. Sociedades Financieras y de Inversión.
3. Instituciones de Ahorro y Préstamos
Por todo lo anterior, a partir de julio de 1979, se inician una serie de transformaciones que
incidieron de manera trascendental en el sistema financiero nicaragüense durante todo el
periodo. En los 80’s, el gobierno reestructuró el sector financiero, mediante las siguientes
medidas:
● Nacionalizó el Sistema Financiero Nacional (Decreto N° 25, del 26/7/1979, Gaceta N°
3, del 24/8/1979). con el que el Estado adquiere por ministerio de la Ley, el total de las
acciones de todas las instituciones bancarias privadas nacionales, así como también
estableció regulaciones a las sucursales de bancos privados extranjeros.
● Creó el Sistema Financiero Nacional y su Consejo Superior (Decreto N° 136 de 1979,
Gaceta N° 48, del 3/11/1979), como el órgano rector de la actividad financiera del país.
En 1980, se constituye el Gabinete Financiero a través del Decreto JGRN N°.262,
publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.28 del 2 de febrero de 1980, que fungió como
“organismo de dirección superior de la política financiera y económica del país”.
● Disolvió la Asociación de Instituciones Bancarias de Nicaragua (Decreto N° 194 de
1979, Gaceta N° 77, del 7/12/1979).
● La Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras entró a formar
parte del Gabinete Financiero (Decreto 298 de 1980, Gaceta N° 41, del 18/2/1980).
● Creó la Corporación Financiera de Nicaragua “CORFIN” (Decreto N° 463, de 1980,
Gaceta N° 153, del 7/7/1980), que extinguió al Consejo Superior del Sistema Financiero
Nacional (SFN), organismo que a su vez estuvo subordinado al Gabinete Financiero,
con la finalidad de representar los intereses del Estado en todas las instituciones del
sistema; señalar las directrices y formas de operación de las mismas y procurar la
homogenización de sus estructuras administrativas y legales. No obstante, en 1981, a
través del Decreto JGRN N°.755, publicado en La Gaceta, N° 154 del 13/7/1981, se
aprueba la Ley de Consolidación del Sistema Bancario, por medio de la cual
CORFIN se adscribe al BCN.
● Las funciones de la SIBOIF fueron absorbidas por la Contraloría General de la
República “CGR” (Decreto N° 86, “Ley Creadora de la Contraloría General de la
República”, del 20/9/1979, Gaceta N° 16, del 22/9/1979).
● Se dictó la Ley de Consolidación del Sistema Bancario-Financiero Nacional (Decreto
N° 755 de 1981, Gaceta N° 154, del 13/7/1981).
Para obtener una mayor racionalización de los recursos financieros y humanos, así como
una mayor cobertura de los servicios bancarios en el país, se estructuró el sistema
financiero de la siguiente manera:
a. Banco Nacional de Desarrollo (BND), como la principal entidad bancaria del país.
d. Banco de América (BANAMERICA), que operaba con servicios similares a los del
BANIC.
e. Banco Inmobiliario (BIN), que operaba con servicios de captación de recursos en
cuentas de ahorro y certificados a plazo, orientando sus créditos al financiamiento
de viviendas.
En 1983, a través del Decreto JGRN N°.1360, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.280
del 13 de diciembre de 1983, se crea el Fondo Nicaragüense de Inversiones (FNI), con el
objetivo de financiar proyectos de inversión y reinversión, desapareciendo así el Fondo
Especial de Desarrollo (FED), creado en 1972.
En 1985, el Banco Nicaragüense S.A. absorbió el Banco de América S.A. a través del
Acuerdo Presidencial N°46, “Aprobación de Fusión del Banco Nicaragüense y el Banco de
América y de Reformas a Escritura de Constitución del Banco Nicaragüense” (Gaceta N°
199 del 17/10/1985) y a partir de ese momento pasó a llamarse Banco Nicaragüense de
Industria y Comercio S.A., nombre con el que se le denominó hasta el día de su cierre en
agosto del 2001.
Todo este proceso de reorganización y nacionalización bancaria conllevó a una
compactación de las instituciones bancarias del país, siendo éstas las siguientes:
a. Banco Nacional de Desarrollo (BND), como la principal entidad bancaria del país.
d. Banco de América (BANAMERICA), que operaba con servicios similares a los del
BANIC.
En este contexto se aprobó la Ley de Conversión Monetaria a través del Decreto N° 306,
publicado en La Gaceta, N° 43 del 2/3/1988, con la que se organizaba la salida de
circulación de los billetes y monedas de córdobas emitidas hasta entonces y se ordenaba
la emisión de nuevos billetes, a una tasa de cambio equivalente a 1,000 córdobas “viejos”
por 1 córdoba “nuevo”, fijando además un techo máximo por cabeza de familia de
10,000,000 de córdobas viejos a ser canjeados.
Una de las primeras medidas tomadas por el Gobierno fue poner en circulación el “Córdoba
Oro”, que entró en vigor a partir de mayo de 1990, a través de la aprobación del Decreto-
Ley N°.23-90 publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°.127 del 3 de julio de 1990. Esta
emisión tenía paridad igual al Dólar estadounidense, aunque antes de un año, la paridad
anunciada tomó su curso real y se devaluó seis veces a su valor de emisión.
En agosto de 1991 fue autorizado el primer banco privado, el Banco Mercantil (BAMER),
siguiéndole el Banco de la Producción (BANPRO), el Banco de Crédito
Centroamericano (BANCENTRO) y el Banco de América Central (BAC), estos dos
últimos autorizados en diciembre de 1991. Banco de Finanzas S. A. (BDF), Banco de la
Exportación S. A. (BANEXPO) y Banco Caley Dagnal, S. A. (CALEY), estos tres Bancos
autorizados en 1992. Ya 1995 se habían autorizado un total de doce bancos.
El nuevo modelo, requirió de un marco jurídico que se ajustara a las realidades del sector,
por lo que en 1991, se aprobó la Ley Creadora de la Superintendencia de Bancos y de
Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), Ley N°.125, publicada en La Gaceta, N° 64 del
10/4/1991, donde se le reconoce como órgano con autonomía funcional, independiente del
BCN y de la Contraloría General de la República. La Superintendencia asume las funciones
que tenía en esta materia el BCN y la Contraloría General de la República durante los años
80.
A inicios de 1992, se aprobó una nueva Ley Monetaria, publicada en La Gaceta, N° 2 del
7/1/1992, que fija nuevamente como moneda nacional el Córdoba, subdividido en cien
partes iguales denominadas centavos.
Con la nueva Ley Orgánica del Banco Central, de julio de 1992, se fijó como principal
función de este, el mantenimiento de la estabilidad de la moneda nacional, prohibiéndose,
salvo excepciones justificadas, el financiamiento del Gobierno Central. En razón de lo
anterior, el BCN dejó de ser el motor del crédito de la economía, a la vez que se inició un
proceso de eliminación de las líneas de redescuento de los bancos comerciales, la cual era
una forma de crédito que brindaba el Banco Central a los bancos comerciales con el fin de
evitar situaciones de iliquidez ante los depositantes.
En 1999 se aprobaron normas que pueden ser consideradas como las bases sobre las que
se encuentra establecido el sistema financiero actual, tales como la Ley N° 314, “Ley
General de Bancos, Instituciones Financieras no Bancarias y Grupos Financieros”
(derogada); la Ley N° 316, “Ley de la Superintendencia de Bancos y de otras Instituciones
Financieras” (todavía vigente) y la Ley N° 317, “Ley Orgánica del Banco Central”
(derogada).
No obstante, estos marcos jurídicos, a finales del Gobierno del presidente Arnoldo Alemán
entre los años 2000 y 2001 Nicaragua sufrió la crisis bancaria y financiera más devastadora
de su historia. De los 12 Bancos que operaban en el país, el Banco de Crédito Popular
cerró operaciones y cinco entraron en procesos de quiebra, culminando con su intervención
y liquidación forzosa:
Además, la asistencia financiera del Banco Central de Nicaragua para los rescates
bancarios y atender los problemas de iliquidez de los bancos compradores de los bancos
quebrados sumó, al 31 de diciembre de 2000, un monto equivalente a US$139 millones de
dólares y contribuyó a la caída de US$116 millones de las reservas internacionales netas
ajustadas.
Esta crisis, motivó a la Asamblea Nacional a aprobar la Ley N°.371, “Ley de Garantía de
Depósitos en Instituciones del Sistema Financiero”, publicada en La Gaceta, Diario
Oficial N°. 21 del 30 de enero de 2001, como mecanismo financiero que garantizara a los
cuenta habientes de todo el sistema bancario la restitución de sus depósitos, previendo
cualquier escenario futuro de quiebras bancarias.
Para tal fin la UAF designa a un Oficial de Cumplimiento en cada entidad bancaria, como la
persona responsable para que administre, vigile adecuadamente la implementación y
funcionamiento del Sistema de Prevención del Lavado de Activos y Financiamiento del
Terrorismo. Además de ello, podemos destacar que Nicaragua al cumplir con las
Recomendaciones Claves y Esenciales establecidas por el Grupo de Acción Financiera
Internacional (GAFI), mejoró la posición del país en el ámbito económico mundial, la
competitividad y la consolidación de dicho Sistema, lo que permitió que en el año 2015 el
GAFI eliminara a Nicaragua de la lista gris, que contiene el listado de las naciones no
cooperantes contra el lavado de dinero y de alto riesgo para el financiamiento al terrorismo.
7 Bancos comerciales:
Banco de la Producción, S.A. (BANPRO)
Banco Lafise Bancentro, S.A. (BANCENTRO)
Banco de América Central, S.A. (BAC)
Banco de Finanzas, S.A., (BDF)
Banco Procredit, S.A. (PROCREDIT)
Banco FICOHSA Nicaragua, S.A. (FICOHSA)
Banco Corporativo, S.A. (BANCORP)
1 Banco de fomento:
Banco de Fomento a la Producción (PRODUZCAMOS)
4 Sociedades Financieras:
Financiera Fondo de Desarrollo Local, S.A. (FDL)
Financiera FUNDESER, Sociedad Anónima
Financiera Finca Nicaragua, S.A. (FINCANICARAGUA)
Financiera Fama, S.A. (FAMA)
4 Oficinas de Representación de Bancos extranjeros:
Banco DAVIVIENDA Salvadoreño, S. A.
Towerbank International Inc. (TOWERBANK)
Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES)
Banco Internacional de Costa Rica, S.A. (BICSA)
Oficina de Representación, S.A. (BANITSMO)
● Industria de valores:
1 Bolsa de Valores:
Bolsa de Valores de Nicaragua
1 Central de Custodia:
Central de Valores de Nicaragua
5 Puestos de Bolsa:
BAC VALORES
INVERCASA
INVERNIC
LAFISE VALORES
PROVALORES
● Industria de Seguros: