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REFLEXIONES DE MARTA NAVEDA

Uno no puede pasar mucho tiempo de su presente “Revolcándose” en los


porqués, en regresar el casette y tratando de entender ¿porque sucedió tal o cual
hecho? El desgaste seria infinito, porque en la vida usted, su hijo (a), amigo (a),
hermano (a), yo, todos y todas estaríamos orientados a ir cerrando capítulos, a
pasar las hojas, a terminar con etapas o momentos de la vida a seguir adelante. No
podemos estar en el presente añorando el pasado, ni siquiera preguntándonos ¿Por
qué? Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar; hay que desprenderse, no podemos
ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni
tener vínculos con quien quiere estar vinculados a nosotros ¡NO! Los hechos pasan
y hay que dejarlos ir, por eso esta importante destruir recuerdos, regalar presente,

cambiar de casa, votar documentos, vender o regalar libros.

En la vida nadie juega con las cartas marcadas, hay que aprender a perder y a
ganar; hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir solo con lo que tenemos
en el presente; el pasado ya pasó. No espere que le devuelvan algo, no espere que
le reconozcan sus méritos, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es
usted, suelte el resentimiento, encender “su TV personal” para darle y darle al

asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo y amargarlo.

La vida es para vivirse, hacia adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda
por la vida dejando puertas abiertas “por su acaso” nunca podrá desprenderse de
eso ni vivir lo de hoy con satisfacción; noviazgo o amistades que nunca clausuraron
posibilidades de “regresar” ¿para qué?. Necesidad de aclaraciones, palabras que se
dijeron, silencios que lo invadieron… ¡se puede enfrentar ya y ahora, hágalo! Sino

déjelos ir, cierre capítulos.


Dígase a usted mismo que no, que no vuelve, pero no lo haga por orgullo, ni
por soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en
esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese trabajo usted ya no es el
mismo que se fue hace dos días, tres meses o un año. Por tanto no hay nada a que
volver, cierre la puerta, pase la hoja, cierre el circulo, ni usted será el mismo, ni el
entorno al que regrese será igual porque en la vida nada se queda quieto, nada es

estático.

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