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Este tipo de crónica es muy utilizado en periodismo, siendo uno de los principales tipos de crónica
de los distintos diarios y algunos noticieros audiovisuales, dando a conocer narraciones de los
sucesos, hechos y situaciones que suceden durante diversos lapsos (horas o días), así como sus
matices de una forma pormenorizada.
El 27 de julio del año pasado, día en que parecía todo en calma, pues había fue un día soleado e
incluso uno de los más calurosos del año, se desencadenó la tormenta más fuerte del año, tan
fuerte, que según los vecinos del lugar, no se había visto tormenta similar en veinte años. Esta
tormenta ocasionó que se desbordara el río “Las Esmeraldas,” provocando la inundación de gran
parte de la localidad.
Los vecinos tuvieron que salir rápidamente de sus casas, aún bajo la lluvia torrencial que caía
sobre ellos. Escapaban en botes improvisados y se refugiaban en los techos de las casas más altas
y en los edificios aledaños, mientras veían que todas sus pertenencias se las llevaba el agua. Lo
peor sucedió cuando el cerro Mina de La Esmeralda, que le da nombre a la localidad y al río, se
desgajó provocando un aluvión de lodo y piedras que sepultaron varias casas en la madrugada del
día 28. El deslizamiento de tierra sucedió en la misma zona en que el gobierno municipal había
establecido un refugio para posibles inundaciones, y donde un gran número de ciudadanos que se
refugiaron de la inundación, perecieron bajo el alud, y otros aún se encuentran desaparecidos.
Al pasar los días se fue conociendo con más detalle la dimensión de la catástrofe. Se contabilizaron
30 muertos y más de 20 desaparecidos; más de tres mil hogares se vieron afectados seriamente,
de los cuales, a rededor de cien casas fueron arrasadas por completo por la fuerza del agua, y
otras 50 quedaron enterradas bajo el cerro.
Si bien la ayuda del gobierno llegó oportunamente durante las primeras horas del desastre, el
tamaño de la devastación era tan grande que los auxilios médicos y alimenticios se comenzaron a
agotar a tres días después de la tormenta, causando que los pobladores comenzaran a hacer
tumultos y asaltar los camiones de ayuda humanitaria, lo que provocó que el gobierno utilizara la
fuerza pública para poner orden.
Un mes después de la tragedia, comenzó a mejorar la situación de los damnificados, quienes vivían
en campamentos improvisados, en escuelas y en parques públicos. Poco a poco comenzaron a
regresar y reconstruir sus hogares, aquellos que aún tenían un hogar en condiciones aceptables.
El gobierno demolió los inmuebles que consideró peligrosos para ser habitados, por el daño
estructural que tenían, a pesar de las protestas de los dueños. Estas personas fueron trasladadas a
otro campamento temporal, donde permanecieron por tres meses más. Mientras tanto, el
gobierno preparó un plan de apoyo mediante el cual proporcionó empleo a los habitantes en la
construcción de nuevas casas, donde, hace seis meses, en una ceremonia oficial, fueron
reubicados todos los habitantes que habían vivido en campamentos.
En la actualidad al pasar por aquel lugar, apenas se ven los vestigios de aquella inundación. En la
parte del cerro que se desgajó, la maleza cubre toda la zona, evitando ver los escombros que
quedan en ese lugar, las casas nuevas no dejan ver las heridas que dejó la tragedia; sin embargo
sus habitantes aún llevan el recuerdo de sus paisanos que perecieron, la esperanza de encontrar a
quienes aún están desaparecidos, pero sobre todo, levantan la cabeza orgullosos de haber logrado
reconstruir su vida.
Escribe tu crónica en hojas tamaño carta (mínimo 2 páginas, máximo 3) con márgenes: superior 3
cm, inferior 2 cm, izquierdo 4 cm y derecho 2 cm. Con portada. No olvides incluir el párrafo de tu
papá/ mamá.