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LOS

ACORDES
DEL AMOR

AKUMARINA
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No paraba de observar mi pelota de baloncesto,
la llevaba entre los brazos. Dirigí mi vista a los
asientos traseros del coche, mirando mi
guitarra acompañada por el transportín de
Romo y trastos de valor e indispensables como
una mini nevera, sacos de dormir... Suspiré y
dirigí mi vista a mi madre; estaba concentrada
en la carretera, llevábamos en la autopista por
lo menos una hora y en el coche todo el día, nos
mudábamos.
Debía reconocer que en un principio la idea me
gustó, me emocionó incluso pero, me tuve que
despedir de mi calurosa vida de Texas para
iniciar una nueva, fría, en Utah... No quería,
simplemente no quería, me tuve que despedir
de mis amigos de allí para siempre, nos
podríamos volver a ver pero, a saber cuándo
sería eso, nos separaban más de mil kilómetros
de distancia. Así es, unos 1300 kilómetros
separaban San Antonio de Lake City, lo que en
un tiempo sería mi nuevo hogar.
El camino se había hecho bastante largo, pero
por suerte ya estábamos en la última parte del
recorrido. Era por la tarde y 50 kilómetros nos
separaban de la ciudad, o pueblo...o lo que
fuera. A decir verdad tenía miedo de bajar del
coche y encontrarme con cuatro aldeas. Sonreí
ante ese pensamiento... Saqué el móvil de mi
bolsillo, echando la pelota a mis pies y entré en
mis redes sociales, estaban muertas. Ni rastro
de mis amigos, ellos posiblemente estaban en la

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calle, jugando y mientras yo, rumbo a otro sitio,
sólo y en un coche encerrado por horas.
Finalmente llegamos a la ciudad, tras pasar
alguno que otro bosque. Quedé estupefacto; era
una gran ciudad, tenía edificios como
rascacielos, oficinas. Pero a la vez era un
pueblo; rodeado de montañas, con casas rurales
y un gran lago en lo que parecía el final del
valle. Se podía notar el frío, la temperatura
cambió en cuanto las montañas, que estaban
mayoritariamente blancas, nos rodearon. Abrí
mi boca, era la primera vez que veía la nieve.
—Es bonita ¿Verdad Austin? —Rompió mi
madre el silencio al verme pegado a la
ventanilla, yo solo asentí. Siempre había
contemplado la nieve en vídeos y fotos, pero
nunca había tenido la suerte de verla en
persona, ¡hasta podríamos hacer snowboard!
Era un deporte que me llamaba la atención tras
el skate —Es bueno verte así de emocionado
después de dos días en los que hemos estado en
el coche—dijo, yo me incorporé de nuevo y la
miré, creo que la sonrisa aún estaba en mi cara,
el frío sería soportable si podía ver esto todos
los días.
Tras atravesar toda la ciudad, llegamos a la
parte más “rural”, eran casitas separadas con
un aire más rústico, cerca del lago. Me gustaba
nadar pero ni loco me metería en el lago, de
hecho creo que a no ser que tuvieran una
piscina climatizada no volvería a tocar el agua a
no ser que fuera la de la ducha o el baño...
Llegamos a nuestra casa, el número trece,
aparcó el sitio correspondiente mientras yo

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observaba la casa. En la plaza del garaje podría
poner mi propia canasta para el baloncesto.
Salí del coche, apreciando más la casa de cerca;
de dos plantas y posiblemente con buhardilla,
la fachada era de ladrillo, o eso parecía, tenía
varias ventanas y un ventanal que se extendía
hasta el segundo piso al lado de la puerta de la
entrada. Miré el jardín; a Angel le habría
gustado esta casa, no sólo por las montañas, si
no por el amplio jardín, no disponía de eso en la
otra casa... Decidimos entrar; un recibidor
grande, que tenía la escalera al fondo y un
montón de puertas, las cuales daban a la cocina,
al salón y a una habitación amplia.
El salón daba al baño que estaba conectado con
la habitación también. Mientras que mi madre
miraba la habitación, con intención de usarla
para sus cosas yo subí, el segundo piso era más
pequeño; según subías tenía una puertecilla en
el techo, que daba a la buhardilla. Había varias
habitaciones arriba, como tres, y otro baño...
Fui mirando de habitación en habitación y
escogí la más luminosa, no era la más grande,
pero me serviría.
Mi madre miró la casa y tras colocar lo poco
que traíamos en el coche y el remolque,
sacamos los sacos de dormir y los extendimos
en el salón, solté a Romo y él enseguida se puso
a curiosear cada centímetro de la casa... Mi
madre metió el coche en el garaje y yo
aproveché la plaza para salir con la pelota de
baloncesto, no tendría canasta, pero podría
jugar un poco dando botes y botes y corriendo
de un lado a otro, eso era una de las cosas que

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más me divertía, perder la noción del tiempo
mirando el balón, jugando con él.
Era lo que me pasaba con la música; cada vez
que tocaba un acorde, cantaba una canción o
componía, me sentía en otro mundo, sentía el
tiempo pararse, hasta que entonces me daba
cuenta de la hora que era porque mi madre me
llamaba, soy un poco despistado con eso.
Tras un rato de correr de un lado a otro con la
pelota me cansé y me senté en el bordillo de la
acera, pensando en lo tonto que había sido por
dejar el skate en el camión de la mudanza, a
saber cuando venían y yo sin skate, no tenía
ganas de estar con la guitarra hoy, y aún era
pronto, por lo que opté por seguir jugando,
haciendo lanzamientos a la nada hasta que
entonces, sentí la mirada de alguien clavada en
mí, lo quise ignorar y seguir jugando pero poco
a poco me desconcentraba, logrando que
perdiese la pelota varias veces.
Miré hacia ambos lados y, en el derecho, había
un chico mirándome desde el porche de su casa,
no apreciaba mucho a esta distancia y tampoco
me quería quedar mucho viéndole, pude
apreciar que su pelo era castaño, vestía con
ropa suelta y creo que sonreía al verme.
Incómodo por aquella situación, tomé la pelota
y entré en casa, me quité el abrigo y lo dejé en la
barandilla de la escalera.
—Austin, cariño, si vas a jugar baloncesto al
menos hazlo antes, es muy tarde y aquí hace
mucho frío, no te viene bien estar sudando en la
calle—me dijo. Yo asentí.

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—Ya lo sé, esto no es Texas...Pero es que
necesitaba correr, moverme, llevo dos días
sentado en el coche...—Me excusé, ella sonrío y
me dio la cena. Se puso a leer un libro y yo a
falta de televisión, me quedé con mis
pensamientos y, a pesar de que no le di
importancia me vino ese chico a la cabeza, el
vecino, ¿por qué me estaría mirando con tanto
interés?

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—Bueno, me voy a dormir—le dije a mi madre
quien, seguía absorta en el libro. Caminé hacia
el salón y tomé mi saco de dormir, quité a
Romo de encima y tras cambiarme y entrar al
saco, le dejé un hueco dentro de este, aún no
había calefacción y hacía frío... Al instante se
puso a ronronear por el calor, adormeciéndome
lentamente. Caí dormido a los minutos; el
baloncesto me había dejado cansado antes.
No sé cuánto dormí, porque al despertar ya
entraba bastante luz a la habitación y el saco de
mi madre estaba vacío. Romo ya no estaba
durmiendo conmigo, me levanté y me vestí con
algo de ropa de la mochila; una camiseta roja,
unos vaqueros y las deportivas. Tomé mi
chaqueta de ayer y fui a la parte de la habitación
que era la cocina, estaba unida con el salón.
Abrí la bolsa de congelado que trajimos y saqué
un poco de carne y unos huevos.
Puse la sartén y me los preparé, para mi mala
suerte me quemé un poco en la mano con el
maldito aceite... El olor de la carne atrajo a
Romo a la cocina, maulló varias veces hasta que
consiguió que le diera de comer parte de mi
desayuno.
Terminé de comer todo y dejé el plato en la pila,
salí de la habitación a la entrada y me puse mi
cazadora. Salí a la calle, mirando como era el
barrio con la luz mañanera; estaba mejor que
ayer. Oí unas cuantas voces y busqué con mi
mirada de dónde provenían; estaba mi madre
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hablando con un chico de piel blanca, pelo
castaño claro y a medida que me acercaba pude
ver que sus ojos eran verdes. Mi madre me
miró.

—¡Ey Austin! Mira, él es uno de nuestros


vecinos, se llama Kendall —me lo presentó, yo
extendí la mano y él me correspondió el saludo.
—Hola Austin—dijo mirándome.
—Hola...—respondí apartando la vista. Él era
algo más alto que yo y se notaba que era más
mayor que yo. Me quedé en silencio mientras
que él y mi madre continuaban hablando de
cosas como lugares del pueblo; farmacia,
supermercado... Hasta que de pronto salió el
chico de ayer, el que se me quedó mirando.
Se acercó hacia nosotros, se notaba diferente de
ayer gracias a que podía apreciar más detalles
debido a la cercanía; tenía la piel algo tostada,
se notaba especialmente en su rostro. Su pelo
era castaño claro o rubio oscuro quizás, estaba
en forma de cresta y los lados de la cabeza
tenían el pelo más corto, como si se hubiera
rapado hace tiempo y ya le hubiera crecido un
poco. Sus labios tenían un tono rosado que
contrastaba con el tono de piel y tenía unos ojos
color miel impresionante.

Llevaba un chándal solamente, a pesar del frío


que hacía no se le notaba inmutado, aparte del
chándal llevaba una bolsa de deporte con el
logo de una escuela.

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—Hola Kendall—Miró a mi madre y luego se me
quedó viéndome, sonrió instantáneamente
cuando su mirada se cruzó con la mía—Eh...
—Son los nuevos vecinos Justin, ella es
Michelle y él es Austin
—Hola, encantado—le extendió la mano a mi
madre y después a mi—Soy Justin—me dijo
mientras aceptaba su apretón, su piel era suave
—Soy Austin...—le dije a pesar de la
presentación que Kendall había hecho antes.
Miré nuevamente su bolsa, más detenidamente,
tenía el dibujo de un escudo con dos leopardos,
"EAST Leopards" Tenía dibujado una pelota y
canastas, posiblemente Justin las pintó.
Soltamos nuestras manos y el sonrió
nuevamente.
—Bueno, me voy a entrenar, luego nos vemos—
se dio la vuelta y empezó a caminar.
—¿A qué juega?—le pregunté al mayor.
—Baloncesto, está en el equipo de su instituto,
le obsesiona.
—Eh, ¿puedo ir con él?—Le pregunté a mi
madre, ella asintió y yo me eché una pequeña
carrera hasta alcanzarle—¡Justin!—lo llamé, se
giró y me quedó viendo extrañado—Me dijeron
que juegas al baloncesto.
—Ajá... ¿A ti también te gusta? Te vi jugar
ayer...—Informó.

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—Me encanta jugar y bueno, estaría bien
meterme en el equipo del instituto, si te
acompañó al menos ya sabré dónde es—sonrió
y asintió.
—Me agrada que te guste, ya tenemos algo en
común...— Sinceramente, estaba feliz, Justin
me daba muy buenas sensaciones, ¡y encima
nos encantaba el mismo deporte! Como él dijo,
ya tenemos algo en común y estaría bien
disfrutar de eso.

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Caminamos por un rato, el silencio se formó
entre nosotros y yo me maldecía por haberme
decidido a acompañarlo, no sabía nada de él,
sólo que jugaba al mismo deporte que yo.
—Y bueno...—dijo, buscando algo para
preguntar—¿En qué posición juegas?—
Preguntó tras unos segundos de silencio.
—Eh, juego como escolta, pero puedo ser base o
alero—le informé, sonrió y continuó hablando.
—Ey, ey, ey... En caso de que entres al equipo, la
posición de base no me la quitas, ni la de
capitán tampoco, por muy hábil que seas,
¿entendido? —sonreí ante ese comentario.
—Entendido capitán.
Finalmente llegamos, era un instituto enorme;
un gran edificio gris al fondo, en forma de U y
por delante varios campos con árboles,
asientos, mesas... El edificio era rodeado por un
camino de cemento los cuales también
separaban los campos entre sí, llegamos a la
parte de atrás, había un gran pista de atletismo
y un campo de fútbol. Justin se me adelantó y
entró en un edifico aparte, el gimnasio. Entré y
lo contemplé; el suelo de parqué color naranja,
la pista de baloncesto en todo el centro y las
gradas rodeándola. Había espacio de sobra para
otros deportes como gimnasia rítmica.

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Todos los jugadores se posicionaron al ver
entrar a Justin, entre ellos salió un señor de
color más mayor, tendría como treinta, treinta y
cinco quizás... Llevaba gafas de sol a pesar de
estar en un espacio cerrado, su pelo estaba
rapado y vestía un chándal. Miró a Justin y
luego me miró a mi.

—¿Quién es?—preguntó interesado.


—Se llama Austin y bueno, pensé que podría ver
nuestro entrenamiento ya que a él le gusta el
baloncesto—Frunció el ceño pero terminó
sacando una media sonrisa.
—Está bien, que se quede entonces. Tú vete a
cambiar—ordenó, Justin se dirigió a los
vestidores aún con la bolsa en la mano. De
pronto se dio la vuelta y dando unas cuantas
palmadas ordenó al equipo dar unas cuantas
vueltas fuera del recinto para la resistencia y se
fijó en mí.—¿Te gusta el baloncesto entonces?
—Sí... tengo planeado intentar unirme al equipo
cuando entre a clases—le informé, sonrió de
lado.
—Si quieres las pruebas te las puedo hacer ya—
me miró de arriba abajo—te falla la
vestimenta... Pero puede que...—apareció Justin
al otro lado de la sala, con un pantalón corto
blanco, unas deportivas y una camiseta roja de
tirantes con un "jersey" de blanco debajo—
Justin, en cuanto empieces a sudar te va a tocar
quitarte el de abajo, lo sabes, ¿no? —Asintió.
—Pero de momento tengo frío Terry...
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—Justin...
—Está bien, perdón, entrenador Terrence.
—Oye, ¿crees que le podrías dejar tus
pantalones a este chico? Con los que viniste de
chándal, le vamos a hacer las pruebas ahora.
—¿Así?—Me miró y sonrió de lado.—Ya mismo,
ven conmigo Austin, te enseñaré dónde están
los vestuarios—Él empezó a andar y yo lo seguí,
fuimos por un pequeño pasillo el cual tenía
algunas puertas y por fin, llegamos a los
vestuarios; un pequeño especio separaba las
duchas de los mingitorios y ya en un lado,
estaban los cubículos de los baños.
A un lado de las duchas había unas cuantas
taquillas de color rojo, él se acercó a una y sacó
su bolsa, sacando el pantalón y lanzándomelo,
lo atrapé al vuelo. Miré a ambos lados y vi un
banco, fui allí a cambiarme. Me quité mis jeans
y me coloqué el chándal de Justin, me
quedaban algo grandes ya que el compraba
ropa de talla mayor que él. Se acercó y tomó
mis jeans y los guardó en su taquilla.

—Muchas gracias...—le dije mirándome de


arriba abajo, el imitó mi acción.
—De nada...——Cerró su taquilla y me guió de
nuevo a la pista. Allí estaba de nuevo todo el
equipo, el entrenador los mandó hacer flexiones
menos a Justin y a otro, un chico rubio que
parecía de entre 18 y 19 años... no más que
Justin.

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—Bien Cody, él intenta marcar y tú lo defiendes,
¿entendido?—Asintió y nos dirigimos al campo,
yo me puse a la mitad y él delante de mí. Dio un
pitido y me lancé a atacar, peor Cody era
bastante rápido y lo tenía delante de mí,
impidiéndome el paso.

Haciendo un poco de zigzag, me decanté por


tirar el balón hacia arriba y pasar para luego
recibirlo cuando cayese en el suelo, y así lo
hice, me posicioné debajo de la canasta y tras
darme impulso lancé la pelota, logrando que
rodara por el aro, pero que cayese fuera,
chasqueé la lengua. Dirigí mi vista al
entrenador y Justin quienes, ahora estaban
hablando—Bien Cody, ve a entrenar con los
demás.
Yo me acerqué a ellos y me quité la chaqueta ya
que empecé a sudar, tras susurrarse entre ellos
se acercaron a mi—Bien, buenas noticias...
cuando ingresen en el instituto estarás dentro—
me informó mi nuevo capitán, sonreí.

—¿De verdad? ¡Muchas gracias!—les dije.


—Juegas bien, espero que sea eso y que no
hayas jugado así por pura suerte chico...
Bienvenido al equipo, ahora a entrenar como
todos los demás—me ordenó. Asentí y me puse
al lado del chico que hizo la prueba conmigo.
Justin no tardó en venir y se puso entremedia
de ambos, mientras comenzaba con los
ejercicios.

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Tras las flexiones hicimos un montón de cosas
más, hasta que sonó el último silbido, eran
cerca de las dos de la tarde, hora de comer, y
mis tripas lo notaban, se revolvían suplicando
por algo de comer. Poco a poco todos se fueron,
quedando Justin y yo en los vestuarios, él se
había duchado y se estaba cambiando, yo no me
duché ya que no tenía los objetos adecuados
para terminar la ducha.
Comenzó a ponerse los pantalones que me
habían prestados, los cuales ahora no estaban
tan limpios como él me los había dejado.

—Lo siento...—le dije, me miró y sonrío.


—No pasa nada, sólo les tendré que dar una
lavadita. Hoy ganamos un buen jugador y el
precio es meterlos en la lavadora, no me
quejo—consiguió que soltase una carcajada, la
verdad que se le veía muy sociable, y del tipo de
personas que siempre están ahí para apoyarte.
—Lo haré lo mejor que pueda.
—En caso de que empeorases, me tienes a mí a
unos metros para entrenar, jaja—Bromeó, me
coloqué la chaqueta y comenzamos a caminar,
para regresar a casa.

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La vuelta a casa se hizo incómoda, ya que
ninguno de los dos hablábamos.

—Bueno. ¿a qué curso irás? —preguntó,


claramente forzado para sacar un tema de
conversación.
—Eh, duodécimo grado. ¿y tú?
—Digamos que pre grado de universidad—
informó riendo—Estudia porque es difícil—
aconsejó.
—Pf... No creo que llegue a la universidad, doy
gracias de al menos ser “graduado” jaja.—reí
nerviosamente, él se detuvo y me miró.
—¿Por qué dices eso? —Preguntó mirándome
con el ceño levemente fruncido.
—Soy malo estudiando Justin.
—Eso decía yo de como jugaba al baloncesto y
mírame, capitán del equipo y soy uno de los que
más anota.
—¿Me intentas animar o intentas presumir?—
una sonrisa ladina asomó tras mi cuestión.
—Me caes bien Austin—dijo mirándome sin
quitar esa sonrisa— Escucha, en algunas
asignaturas te puedo ayudar yo a estudiar, no
me molesta en absoluto y así repaso un poco.

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Me quedé en silencio, me acababa de conocer,
¿porqué se ofrecía así?

—Pe—pero Justin.
—No aceptaré un no por respuesta, mira que si
no apruebas te saco del equipo.—amenazó,
claramente en broma. Sonreí.
—Vale... primero quiero esperar a ver cómo van
de adelantados en clase, pillar el curso
empezado es un asco.
—Más razón para que te dé clase, soy muy
bueno en varias materias y, antes de que lo
digas, sí, ahora sí estaba presumiendo. —ambos
reímos.
—Muchas gracias Justin.
—No me las des, sólo aprueba todo con buenas
notas y ya.
—Lo intentaré.
—No sólo lo intentarás, tras recibir mis clases,
lo harás. —Me dedicó una gran sonrisa.
—Entendido. —Llegamos a nuestras casas.—
Gracias de nuevo.
—Te dije que no me las dieras. A propósito,
Kendall dará una fiesta mañana y seguro que
invita a gente sólo de su clase y bueno, estaría
bien tener a alguien que conozca yo.
—¿Es una invitación?

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—Es una invitación. —afirmó él.
—Bueno, no me agradan la fiestas pero.—no
podía decirle que no tras haberse ofrecido a
darme clase—iré—Sonrío.
—Gracias... será tarde, ya que el lunes no
tenemos clase. —Me informó.
—Estaré. ¿a las once?
—A las diez y así cenas.
—A las diez entonces. —afirmé sonriendo.

Finalmente, nos volvimos a despedir y cada uno


entramos en nuestras casas, nada más cerrar la
puerta un agradable olor invadió mis fosas
nasales; mi madre estaba haciendo de comer
filete de pollo con especias. El aroma mezclado
del perejil con el ajo y la carne era el paraíso.
Dejé mi chaqueta en la barandilla y entré al
salón—cocina.

—Hola. —saludé, tomando asiento en uno de


los taburetes que estaba fijo al suelo, enfrente
de la encimera.
—Hola hijo, ¿Cómo fue lo del baloncesto? —
preguntó centrada en dar la vuelta a los pedazos
de carne de la sartén.
—Bien, estoy en el quipo de ante mano a estar
en clase, así que, genial.

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—Jajaja, mejor jugar que estudiar, ¿verdad? —
Me miró y asentí— Odias los libros.
—Lo hago.— Dije serio, mirando alrededor —
Eh. ¿se sabe algo de los de la mudanza?
—Vienen el Lunes, han tenido un problema con
el camión.
—¿¡El Lunes?!—pregunté alarmado.
—Te acabo de decir que sí.
—Jo. Estaré sin cama hasta el Lunes. —ella
soltó una carcajada y me sirvió un plato con la
comida—Gracias.
—Toma—me dio los cubiertos y se sentó en otro
de los taburetes, continuando con su lectura,
dejándome sólo con mis pensamientos de
nuevo.

Aparte del baloncesto y la guitarra, ¿qué más


hago para distraerme? Entonces recordé mi
móvil y fui a la aparte del salón a por él, estaba
en el suelo al lado del saco de dormir ya
doblado, abrí las respuestas y nada, estaban
vacías, ¿no me escribieron? Me dirigí de nuevo
a la mesa y fui comiendo a la vez que entraba en
facebook y twitter; Alex me había escrito.

"Se me hace raro pasar por delante de tu casa y


saber que no estás...¿Cómo es todo allí?”

Una sonrisa de tristeza asomó por mi cara,


tenía a Tyler, Zach y Robert pero... pero a Alex
lo conozco desde que éramos niños, es al que
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más voy a extrañar y se ve que el también me
echa de menos.

“Hablas como si me hubiese muerto... ¿Aquí?


Wow, comparado con San Antonio este pueblo es
un glaciar, hay nieve por todos lados y hace
muuuuucho frío, ¿Allí cómo va todo? ¿Qué hacéis
para entreteneros ahora que no venís a mi casa a
gorronear? (: jajaja”

Dejé el teléfono y terminé mi plato, lo dejé en la


pila y fui nuevamente dónde los sacos de
dormir, puse el de mi madre también y me
tumbé sobre ellos con el teléfono encima de mi
cabeza, mirando twitter, tenía a alguna que otra
compañera de clase allí, esas que tonteaban
conmigo porque, “estaba bueno”.
Eso decían, pero años atrás a Alex y a mí nos
ignoraban como si fuéramos mierdas... El
mundo estaba lleno de gente falsa y lo odiaba,
tenía miedo de eso, ¿y si un día me apegaba
mucho a alguien así? De momento ni Kendall ni
Justin parecían de ese tipo de personas, pero no
sé... Sólo llevo aquí un día y medio y ya me he
replanteado cómo son realmente mis amigos;
Robert, Zach y Tyler, ellos que me querían
mucho y ahora pasan de mí, ni un simple
mensaje... Me eché del todo sobre los sacos y
me puse a ver vídeos hasta que el móvil volvió a
vibrar, Alex había respondido.

“No gorroneamos y lo sabes jeje, sólo nos


invitabas y aceptábamos (: “

Reí ante eso.

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“Aquí va genial Aus, aburrido sin ti y con el calor
de siempre, pero bueno siendo positivos va
genial... ¿ya hiciste algún amigo?”

Comencé a contestar el mensaje:

“la casa también es aburrida sin ti AC, animabas la


fiesta (: Ya estoy en el equipo de basket y mi
vecino es super majo J “

Seguí mirando vídeos, recostándome sobre los


sacos hasta que mis párpados se fueron
cerrando y caí dormido.

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El tiempo pasaba bastante rápido a pesar de ser
una tortura por el aburrimiento, hace nada me
estaba levantando de la cama y ahora ya estaba
frente a la casa de Justin, con unos jeans
levemente ajustados oscuros, unas zapatillas
deportivas y una chaqueta marrón, debajo de
esta sólo tenía una camiseta blanca y un collar
que me encantaba; era un rombo morado con
un pequeño camión dentro.
Tomé aire y levanté la mano, dispuesto a llamar
pero la bajé, agaché mi cabeza, ¿qué me pasa?
¿Por qué estoy actuando así? Joder, Justin
quería que fuese a la fiesta con él y aquí estoy
¿porqué no tengo valor de simplemente llamar?
Quería estar con Justin un rato, pasar el tiempo
con él era agradable pero, me imaginaba a toda
esa gente ir llegando y puf, la gracia de estar
con él se iba.
Respiré fuertemente y volví a levantar mi mano,
llegando a tocar tres veces seguidas esta vez,
tardó un poco pero finalmente oí a alguien al
otro lado y abrieron, era Kendall. Me miró y
sonrió.

—Eh... ¿Austin? —Asentí.—Je, tengo buena


memoria para algunas cosas, ¿qué quieres?—
preguntó amablemente.
—Hola Kendall... Justin dijo que viniera a esta
hora.—informé, el frunció el ceño y se apartó,
invitándome a pasar—Gracias...—Tras un “de
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nada” por su parte, se fue dejándome sólo en la
entrada.

Entré por una puerta de la derecha, era el salón


el cual estaba pegado a la cocina también, olía a
algo con tomate y carne, me quedé quieto en la
puerta del salón, esperando, cuando él apareció
por lo que sería la puerta de la cocina, al otro
lado de la habitación. Me miró y sonrió, se
acercó a mí y me fijé su vestimenta; una
camiseta blanca larga y unos pantalones
vaqueros algo caídos, iba descalzo.
—Ey Austin.—miró el reloj.—Eres puntual.
—B—bueno, no me gusta hacer esperar.
— Eso me agrada—me dedicó una sonrisa y
aparté la mirada. Sentí como me agarraba de la
muñeca y tiraba levemente de mí, llevándome
hasta la cocina—hice la cena—informó sin
quitar esa sonrisa. Yo le dediqué una algo
tímida.
—Muchas gracias.
—No las des, sólo disfrútala, ¿te gusta la comida
italiana?—me preguntó, lo podía notar algo
nervioso, quizás emocionado.
—He comido pocas veces, pero la verdad es que
me encanta— Él sonrió, miró al suelo y se
volteó a la encimera, sirviendo lo que parecían
espaguetis en los platos, cogió un trozo de tela
de la encimera y se fue a otra habitación,
dejándome solo y confundido, volvió y cogió
varios cubiertos junto con una jarra y un par de
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vasos, se fue nuevamente, volvió y ya se dirigió
a mí.
—Ven. —tomó los platos puestos en una
bandeja y lo seguí.
—P—puedo llevar yo el mío.—le dije.
—Tú eres el invitado. —entramos a una
pequeña salita que tenía un sillón color crema
en el centro, una mesita con la jarra, los
cubiertos y la tela como mantel y una tele
delante de todo esto. Sonreí y lo miré.
—Kendall canceló su fiesta, nosotros vamos a
ver una película si quieres—miré al suelo por
medio segundo y asentí, sin la fiesta todo esto
sería mejor, disfrutaría más de su compañía. Se
sentó en el sillón y me hizo unos gestos,
golpeándolo levemente para que yo también me
sentase.
—¿No mancharemos el sillón?
—Pff, este me lo traje yo de mi anterior casa, así
que me da igual. Si fuera de Kendall ni nos
acercaríamos jaja —Tomó el control remoto y
encendió la televisión y el DVD—No sé qué tipo
de cine te gustaba así que escogí una de risa—
pulsóplay y esperé intrigado, no sabía cuál era,
pasaron varios anuncios, lo cual comprobó que
la película era original, dato que tampoco me
era de gran interés.
Tras empezar el intro de la película, en el cual
había un asesinato apareció el tan codiciado
título “ScaryMovie”, nunca había llegado a
verla, alguna vez lo hablé con Alex pero nos
llamaban más los videojuegos hasta caer
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rendidos en la cama a horas inapropiadas para
“niños” de 14 y 15 años como éramos.
Ambos íbamos comiendo a medida que la
película avanzaba, una vez terminé de comer
dejé el plato en la mesita y me acomodé,
apegándome más a Justin inconscientemente,
se volvió algo incómoda tanta cercanía. Me
sentía incómodo con el hecho de pensar que a él
le incomodaría esto también. Sinceramente a
mí en parte me... ¿agradaba? Me estaba
encantando sentir su compañía, no sé por qué.
En un momento de la película pude oír la voz de
Kendall de fondo. Justin tomó el control
rápidamente y la paró, centrándose para
escuchar.

—Sí cariño... Estoy a punto de irme a la cama,


¿y tú? —Pude notar una sonrisa burlesca en la
cara de Justin, ¿por qué le parecía tan gracioso
que Kendall hablase con su novia?—El martes
te veré en la universidad, me da igual que tus
padres te hayan castigado, no es impedimento
para mí—hubo una pausa—te quiero, buenas
noches Logie —Abrí mis ojos impactado por un
segundo, ¿la pareja de Kendall era un hombre?
No era raro, para nada, pero simplemente se
me hace raro que Kendall sea homosexual...
Dirigí mi vista a Justin, quien reía más con esta
escena que con la película.
—Es graciosísimo por que cuando está con
Logan es otra persona—rió—amo esas dos
personalidades que tiene—rió y se incorporó,
volviendo a tomar el control, dándole play. La
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película siguió avanzando y avanzando, eran las
once y media y podía notar mis párpados
pesados.
Quería irme a casa a dormir, pero no podía
hacerle el feo a Justin de largarme sin terminar
la película. Me incorporé un poco más recto,
aunque lentamente esa posición recta y erguida
se cambió por una medio tumbada. Me picaba
debajo de los ojos, genial, me salían ojeras.
Poco a poco mi cabeza se iba ladeando y mis
ojos se fueron cerrando, logrando que llegase a
un estado en el que no estaba durmiendo y no
estaba despierto.
Poco a poco me fui cayendo a un lado y algo
paró mi cabeza, era algo calentito y suave...
¿Era Justin? Ante este pensamiento quise
levantarme e incorporarme de nuevo y, rogar
por que la tierra me tragase pero los párpados
ya eran demasiado pesados y la posición muy
cómoda, lo que ocasionó que cayese dormido al
instante.

6
—Mm...—Me cambié la posición y abrí
levemente los ojos, adormilado.

Pude apreciar que la televisión aún seguí


encendida, pero la película había acabado.
Cerré mis ojos y me acomodé mejor, notando
todavía mi apoyo caliente, abrí los ojos poco a
26
poco y vi que mi apoyo era el hombro de Justin,
había movido la camiseta al moverme por lo
que mi mejilla chocaba con su piel, con su
cálida piel.
Justin se encontraba dormido también, con la
cabeza echada hacia el lado izquierdo, estaba
sorprendido pero a la vez me agradaba, mucho.
Contemplé su cara, su labio estaba entre
abierto, sus mejillas mantenían un color
levemente rojizo, mezclado con el moreno, sus
ojos estaban cerrados y su pelo se había
despeinado completamente, provocando que
algunos mechones se le fueran a la frente.
Todos estos detalles lograban crear una faz
llena de paz y a la vez hermosa, espera,
¿¡hermosa?! ¡¿Qué dices Austin?! Oí un ruido y
se prendió una luz detrás de mí, cerré mis ojos
me hice el dormido, intentando que mi
respiración fuese igual de lenta y profunda que
la de Justin. Pude escuchar un suspiro detrás de
mí y lo siguiente fue dejar de recibir la luz de la
televisión, supuse que era Kendall y que la
había apagado. De pronto me invadió una
sensación de calor y pude sentir el tacto de una
tela, ¿nos había tapado?
Pude oír otro ruido extraño, cómo si nos
hubiera sacado una foto. Quise pretender que
no había pasado y seguir fingiendo que dormía.
Pude sentir como abandonaba la sala y cómo
pulsaba varios interruptores para, por último
sentirle subir las escaleras. Estábamos solos.
Abrí mis ojos y gracias a la débil luz de la luna
pude verificar que sí, nos había tapado con lo
que parecía una manta de ganchillo, cómo esas
27
que hacen las ancianas, como las que hacía mi
abuela.
Me acomodé mejor, aún contra el hombro de
Justin y lo contemplé de cerca, la frágil luz que
ofrecía la ventana de encima de la televisión
bastaba; el color de su piel se veía aclarada, el
de su pelo oscurecido pero daba igual, porque
esa carita de ángel no se iba de su rostro.

De pronto un pensamiento impulsivo apareció


por mi mente; “bésalo” Intenté calmarme y
pensar, ¿Cómo lo iba a besar? No lo conocía, no
me gustaba y no me atraen los hombres. Creo.
Nunca había tenido novia en San Antonio,
tampoco tuve oportunidad, no había dado mi
primer beso cosa que todos mis amigos ya
habían hecho, ¿podría significar algo? ¡No!
¡Para nada! ¿Por qué si quiera estaba teniendo
esta duda? ¿Por qué ahora, con diecisiete, me
cuestiono mi sexualidad? El asunto seguía
dando vueltas por mí cabeza, hasta que Justin
se movió y yo cerré mis ojos, haciéndome el
dormido de nuevo.
Intenté calmar mi respiración nuevamente,
pude oír una especie de risa por su parte y
mierda, me sentía observado. De pronto él se
incorporó, me tuve que dejar llevar por lo que
sería la gravedad, me sostuvo, se incorporó y
me volvió a colocar sobre su hombro... Un
fuerte calor recorría cada centímetro de mi
cara, debía estar rojo y el sentir que me miraba
no lo mejoraba, se movió de nuevo, lo sentía
cerca. La punta de mi nariz rozó parte de su

28
piel, parecía la mejilla y entonces, entonces
pude notar sus labios rozar los míos.
Mi corazón iba a salirse de mi pecho, me
preguntaba si él podría oírlo también. Sus
labios se alejaron de los míos y se pararon en
mi frente, dónde él apartó mi flequillo y me
dejó un beso, volvió a su otra posición y apoyó
su cabeza contra la mía, durmiéndose
nuevamente mientras que a mí me dejaba con
mucha intriga, ¿Qué acababa de pasar? ¿Él me
había besado? ¿Lo había intentando? ¿Porqué?
¿Cómo?
No.
Cálmate Austin, todo tiene una explicación
lógica, ¿y si era el sueño? O.... ¿Y si él era
sonámbulo?
Más de mil ideas pasaban por mi mente,
tratando de convencerme que lo que acababa de
vivir no era real, finalmente los párpados se me
hicieron pesados nuevamente y caí sobre su
hombro totalmente, recibiendo su calor
corporal y el que la manta nos proporcionaba.
Abrí mis ojos lentamente, algún que otro rayo
del sol se colaba entre mis pestañas con mis
ojos entrecerrados. De pronto, el recuerdo de la
noche vagó por mi cabeza, despertándome
totalmente. Miré dónde estaba; en el sillón,
tumbado en él con mi cabeza apoyada en dónde
los brazos deberían estar. Oí el ruido del
microondas y armarios abrirse y cerrarse.

29
—Enserio se veían bien ambos...—Era la voz de
Kendall, estaba en la cocina.
—Cállate—Justin se oía muy serio, no entendía
porque.
—Enserio, lo que según tú pasó.
—¿Lo que según yo? Maldita sea Kendall, sé
bien lo que casi hago—Sacó la taza del
electrodoméstico y pude oír como la cuchara
chocaba con la cerámica.
—Okey, casi le besas, ¿y qué?
—¿¡Y qué?! —recibió una regañina por parte del
mayor.
—Te recuerdo que está durmiendo.
—Uf... Perdón es sólo qué.
—Lo que pasó con Melody, no tiene porqué
repetirse.
—Es sólo que, con él me vuelvo a sentir como
estaba con ella. No quiero herirle.
—Ey, ¿discutiremos esto de nuevo? Lo que pasó
no fue tu culpa.
Espera, ¿de qué hablaban? ¿Quién era Melody?
Y entonces. ¿Justin realmente quería besarme?
¿Cómo me sentía yo referente a esto? ¿Es bueno
o es malo? ¿Me agrada o me desagrada?

—Fuera o no mi culpa, no quiero que se repita.


Ya te he dicho, no quiero lastimarlo.
30
31
7
Cuando la conversación pareció acabar me
levanté del sofá, coloqué la manta doblada en el
respaldo de este, y sacudí levemente la funda
del sillón para quitarle las arrugas que habían
dejado nuestros cuerpos. Fui a la cocina y allí
estaba, Justin mirando perdidamente al líquido
que había en su taza de café. No notó mi
presencia mientras me iba acercando a el.
—Bu…buenos días—dije, casi murmurando. Él
se volvió y al verme sonrió dulcemente, dejó el
desayuno y se acercó.
—Buenos días, ¿Cómo dormiste? —Me
preguntó mientras me dirigía una mirada tierna
y, ¿nostálgica?
—Dormí bien...—por un momento la situación
se hizo incómoda—Perdón por...—agaché la
vista y sentí mucho calor en mis mejillas,
¿podría ser un sonrojo? ¡Maldita sea!
—Me alegra que durmieras bien y, tranquilo—
apoyó su mano en mi hombro— no pasa nada,
sólo te dormiste, no quise despertarte y
dormimos juntos—cerró sus ojos y me brindó
una cálida sonrisa—No pasa nada por eso
Austin.
—Eh. V—vale, ¿Gracias?—pregunté mirándole,
realmente se me hacía extraña la situación y no
sabía cómo tomarla.
— ¿Quieres desayunar? No, espera. Te quiero
enseñar algo, ven—Me tomó de la mano para
32
guiarme pero rápidamente me soltó, ¿estaba
incómodo? Lo seguí hasta la entrada de la casa,
allí subimos por las escaleras del fondo y al
estar en el segundo piso, había un pasillo,
segunda puerta a la derecha y entramos.

Era una habitación sencilla; estanterías, un


armario, una cómoda, algún poster de
baloncesto, una cama mediana y un escritorio.
Justin abrió el armario y de la parte de arriba
sacó una pelota, me la pasó y la miré, estaba
firmada nada más y nada menos que por
Michael Jordan, lo miré boquiabierto.
—¿Cómo?—pregunté incrédulo aún mirando la
firma, Michael Jordan se había convertido en
mi jugador favorito de basket desde que vi
aquella película en la que sale junto a los
personajes de la Warner Bross.
—Mi padre, en uno de los fines de semana que
me tocaba con él, me llevó a un partido, era el
domingo y salimos el viernes por la noche, era
un niño, me pasé casi todo el viaje durmiendo
en la furgo. Fue divertido a pesar de que sólo
era un niño —Una sonrisa se formó en su cara y
en la mía también debió ser emocionante para
él.
— ¿Justin, tus padres…—No pude evitar sacar el
tema al haberle oído decir “en uno de los fines
de semana que me tocaba con él”

—Están divorciados—agachó la mirada—pero


no pasa nada—sonrió falsamente, revisé la
habitación rápidamente, tratando de buscar
33
otro tema del que hablar... Entonces en una de
las cuatro esquinas me pareció ver una guitarra.
— ¿Tocas la guitarra?—le pregunté
entusiasmado, con mi sonrisa agradada, el
asintió—¡Wooow! ¡Qué bien! —Me levanté a
verla y antes de cogerla lo pensé, era suya. Me
giré y lo miré —Puedo... ¿Puedo verla por
favor?—Asintió mientras me miraba
dulcemente, aún de espaldas podía sentir su
mirada clavada en mí, pero la guitarra captaba
más mi atención ahora... Era una guitarra
buena y se veía que la usaba, ya que las cuerdas
estaban algo desgastadas y los bordes estaban
rozados, tenía sus años.— ¿Cantas?—le
pregunté.
—Ajá, toco, canto y compongo, Austin—me
informó mientras guardaba el balón.
—¿Podrías cantar algo?—se paralizó por medio
segundo y cuando volvió en sí, asintió
nuevamente—¿Estás bien?—le pregunté al ver
esa reacción, se acercó a tomar la guitarra, yo
me senté al borde la cama, sin quitar mi vista de
él.
—Sí, tranquilo, sólo se me hizo raro que me lo
pidieras, hacía mucho que nadie lo hacía—
apoyó su pie en la silla, garraspó la voz y se
colocó la guitarra de manera adecuada, tocando
algunos acordes en silencio hasta que tomó
aire— Well let me tell you a story , about a girl
and a boy, He fell in love for his bestfriend ,
when she's around, he feels nothing but joy —
me quedé embobado, maldita sea, su voz es
perfecta... Podría escucharla por siempre— But
she was already broken, and it made her blind,
34
But she could never believe that love would
ever treat her right,but did you know that I
love you? Or were you not aware? You're the
smile on my face—De pronto, su voz se quebró
y él al notarlo dejó de cantar, puso la guitarra
en su sitio y al mirarme, pude notar que sus
ojos estaban cristalizados.
—Eh...—sinceramente, no sabía que decir,
nunca había sabido cómo actuar en este tipo de
situaciones.
—Uf, perdón, simplemente... la canción me trae
recuerdos—suspiró y pasó la manga de su jersey
por sus ojos.
—No. no pasa nada Justin—me levanté de la
cama y me quedé a su lado—tu voz es
asombrosa.—esbozó una débil sonrisa ladina y
me miró, con sus profundos ojos miel.
— ¿Cómo cantas tú? Tienes una voz muy
dulce—aparté la mirada, sin saber porqué, ante
ese comentario...
—B—bueno yo—se apartó de mi lado y me dejó
su guitarra, ahora fue él quien estaba sentado
en la cama—no sé que tocar.
—Lo que sea Aus, ¿no compones? —Pude sentir
un gran ardor en mis mejillas, ¿Aus?
—Sí pero no sé.
—Venga, la que sea, no te voy a comer—sonrió
dulcemente y yo bajé la mirada, observando
fijamente los acordes, pensé en una canción que
se me ocurrió hace algún tiempo y empecé a
tocar—I see you ,baby where you go? Can i
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roll? —No apartaba la mirada de los acordes
mientras tocaba, podía sentirle mirándome.
Creo que yo debía estar rojo, además, empezaba
a hacer calor en la maldita habitación.

Finalmente, terminé poco a poco la melodía,


consiguiendo un disminuyendo. El se levantó y
hasta aplaudió, haciéndome reír, apartando la
vista al suelo nuevamente.

—Definitivamente, ha nacido una estrella—


soltó una carcajada y colocó de nuevo la
guitarra en la esquina. Se fue al armario y lo
abrió—voy a cambiarme—me dijo y cuando me
iba a ir habló de nuevo, dando a entender que
no lo había dicho con idea de que me
marchase—¿Y desde cuando tocas la guitarra?
—Eh...—se había sacado el jersey y la camiseta,
dejándome ver toda su espalda y sus brazos,
con algún que otro tatuaje—d—desde que era
pequeño, mi madre me compró una de mentira
y me dije que quería seguir tocando, pero de
verdad—reí y él igual. Se puso una camiseta de
tirantes y se volteó a verme.

El “escote” le dejaba al aire parte de los


pectorales, las clavículas y los hombros... Pude
apreciar un tatuaje de una corona en su
pectoral izquierdo, se puso una chaqueta
cualquiera y cerró el armario, antes de eso,
pude ver una fotografía de él con una chica, a lo
lejos parecía rubia y por la cercanía que tenían
36
parecían novios, ¿Justin ya estaba saliendo con
alguien? Mierda... Espera, ¿por qué me
molesta? No debería hacerlo, claro que no.
De repente mi estómago me sacó de mis
pensamientos, tenía hambre. Justin sonrío y se
acercó a mí, nuevamente evitó el contacto físico
cuando nuestras manos casi se rozan. Bajamos
al piso de abajo y ahora en la cocina, se
encontraba Kendall atendiendo su teléfono.
Tras colgarlo nos miró y sonrío.
—¿Tenéis hambre?—preguntó de buen humor,
pude notar que se había colocado el pelo e iba
con ropa de calle, pero bien complementada.
—Austin sí—respondió Justin por mí, yendo
hacia la nevera cuando el más alto lo detuvo,
¿qué quería?
—Logan va a estar esta semana libre, vamos a
ir a desayunar a un bar, si venís invita la casa.
—No sé Kendall.
—Venga Justin—se dirigió hacia mí y pasó su
mano alrededor de mi cuello, apegándose a
mi— Austin, tú no me dirás que no, ¿verdad?
—Peor no quiero molestar.
—No lo harás, venga, tú y Justin vais a pasarlo
bien.
—Agh, iremos—dijo Justin de fondo—Y al
volver a casa te vas a enterar—amenazó.
Tomaron sus abrigos y salieron, yo me acomodé
mejor la chaqueta, hacía frío y la casa estaba
cerrada. Me tocaba aguantarme.
37
Tras dar varios pasos alejándonos de la casa,
sentí algo caliente sobre mis hombros, Justin
me había puesto una chaqueta encima. Me
sonrió levemente.

—Es un pueblo frío y tú no tenías con qué


cubrirte.
—Muchas gracias—le dije, sonriéndole
amistosamente.

38
8
—Es un pueblo frío y no tenías con qué cubrirte.
—Muchas gracias—agradecí, sonriendo
amablemente y bajando mí vista al suelo, a
pesar del frío de la calle pude notar que mis
mejillas se acaloraban, sonrojado otra vez no,
no delante de él. Pero es que este gesto, ¿por
qué se preocupa así por mí? Perfectamente
podría haberme dejado ir sin abrigo.

Me fijé en la prenda que me había puesto; una


cazadora vaquera, forrada por dentro con
imitación de piel, realmente abrigaba.
Kendall iba por delante de nosotros, se le
notaba entusiasmado por la sonrisa estúpida
que tenía hacia su teléfono. Justin vio que
miraba a Kendall y me dio un leve codazo, para
llamar mi atención, me sonrió.

—Te dije que con Logan es otra persona—rió.


—Él y Logan... ¿llevan mucho juntos?
—Juntos en sentido de conocerse sí, de novios
no llevan más de 5 meses—asentí al recibir esa
información, de pronto Kendall paró, siguió
escribiendo y al recibir respuesta tuvo una gran
sonrisa.
— ¿Porqué tan emocionado?

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—Casi no se ven, Logan vive en la otra punta del
pueblo y además, se toma muy a pecho su
carrera, se pasa la mitad del día estudiando y la
otra mitad trabajando para pagársela, es como
una relación a distancia—un semblante triste
asomó por mi rostro, debía ser duro llevar una
relación así. —Oh venga, pero se supone que
esto es lo bonito del amor, ¿no? Casi no se ven y
mira con que ilusión lo hacen, muchas parejas
se ven todos los días y no aprovechan ese lujo.
Me quedé mirándolo, llevaba razón; las parejas
siempre están juntos y nunca lo valoran, no sólo
las parejas si no cualquier relación, emocional,
de amistad. Yo no valoraba tanto ver
diariamente a Alex, o a Robert o a Zach... Y
ahora posiblemente nunca lo haría de nuevo,
más viendo que ya no me hablaban, quizás sólo
con Alex.
— ¿Qué piensas tanto? —parpadeé dos veces
seguidas y lo miré, me había sacado de mis
pensamientos con su voz.
—Tienes razón.

Una sonrisa ladina asomó por su rostro,


reflejaba tristeza.

—Desgraciadamente sí... Básicamente perdí a


alguien que quería y no valoré nada mientras
estaba con esa persona—Su voz se quebró
nuevamente, como esta mañana.
—Ey, chicos—Nos llamó Kendall desde más
adelante—Vais muy lentos...—nos riñó, miró a
40
Justin—Tú sabes cómo llegar, allí nos vemos —
dijo antes de cruzar la calle y perderse a través
de la esquina.
—E—eh... ¿wow? —Dije al ver con la rapidez
que se marchó, Justin soltó una carcajada.
— El es así...—me tomó del brazo y tiró de mí,
sin hacerme daño, guiándome—ven, entremos
en esta cafetería.
—V—vale...—Me metió dentro del local, estaba
adornado estilo años 90, al lado de las ventanas
sillones con las mesas, la barra con varias
estanterías detrás, la rocola y una máquina de
discos. Escogimos la mesa de la esquina, me
senté en uno de los sillones y él en frente de
mí—No sabía que te gustasen los sitios así.
—Apenas nos conocemos Austin, sólo de dos
días, pero con el tiempo nos iremos conociendo
más—sonrió— ¿Qué te gusta hacer?

—No sé... baloncesto, componer, cantar.


—Venga, algo más habrá—insistió, cerré los
ojos y me puse a pensar.
—Dibujar de vez en cuando, no me sale bien
pero no sé, pierdo mucho tiempo perdiéndome
en el folio, y ah, algo de skate—su semblante
serio se tornó en uno de interés.
— ¿Te gusta el Skate? ¡A mí me encanta! —dijo
sonriendo, lo cual me hizo sonreír a mí, se veía
bastante bien con sus labios curvados, me
causaba alegría a mi también, no sé porqué.
41
—Buenos días Justin—una voz sonó detrás de
mí, me giré y vi al mismo chico que hizo la
prueba conmigo, creo que se llamaba Cody.
Pude deducir que trabajaba aquí por el delantal
que llevaba con el logotipo del local, por el
gorro que cubría su cabello rubio y por el
cuadernito que llevaba para anotar pedidos.
—Buenos días Cody—respondió Justin,
confirmando que llevaba razón ante su nombre.
Él me miró— Es Austin, ya sabes de...
—De la prueba de baloncesto—sonrió—Buenos
días Austin.
—Hola—le respondí—buenos días—sonreí
levemente.
—¿Qué haces trabajando un Lunes por la
mañana? Si hubiera clases, deberías estar en
ellas.
—Pf, hoy cambié el turno, quiero la tarde libre.
—Dios mío que loco, prefieres venir por la
mañana en vez de dormir, jaja—los tres reímos
ante ese comentario.
—Ya ves, soy todo un pirado... Bueno, ¿qué vais
a tomar?
—Unos huevos revueltos con bacon—Pidió
Justin, después me miró a mí, observé la
pequeña carta que había sobre la mesa.
—Eh...un chocolate con tostadas....—respondí
apartando mis vista del papel y dirigiéndola al
camarero, a Cody, quién se marchó a la cocina.
Al ponerme a pensar recordé que no traía
42
cartera, si hubiésemos seguido con Kendall nos
invitaban en el restaurante, aquí no.
—¿Qué pasa Aus?—me sonrojé levemente ante
la forma en la que me llamó.
—N—no traje cartera.. ¿Me lo podrías pagar y
en cuánto lleguemos a mi casa te...?—me
interrumpió.
—No, no, Austin te invito yo.
—Pero...
—Quiero invitarte, tranquilo, devuélvemelo
aprobando todo y marcando mucho en los
partidos—le sonreí ante eso—Pero enserio, no
te sientas incómodo por que te lo pague, quiero
hacerlo.
—No me gusta sentirme un mantenido.
—¿Porqué te ibas a sentir así?
—Me invitas a cenar, duermo en tu casa y ahora
me pagas el desayuno.
—Austin, me llamaste la atención y
simplemente quiero que seamos amigos...como
mínimo — a pesar de que lo último lo susurró,
pude oírlo aunque fingí que no lo hice,
comenzando a reflexionar sobre todo, ¿y si lo de
esta noche fue intencionado? Ah, no seas tonto
Austin, ¿por qué le iba a interesar besarme?

43
9
—¿En qué piensas?—preguntó dulcemente,
mirándome con cierta ternura.
—En nada...—se quedó en un silencio
incómodo. En el periodo de silencio Cody nos
trajo el desayuno, rompió el silencio pero al
marcharse a atender otros clientes volvió de
nuevo, Jugaba con parte de la tostada,
toqueteándola con la cuchara—Bueno, vives con
Kendall... ¿qué hay de tu familia?—agachó la
cabeza.
—Bueno... Mis padres se divorciaron antes de
que naciera, así que mi vida ha sido de diario
con mi madre y fines de semana con mi padre...
En parte era genial por que se peleaban por
comprar mi cariño, recibía muchas cosas,
también pasaba muchos días en casa con mis
abuelos... Y actualmente tengo dos
hermanastros por parte de mi padre, Jaxon de
unos cuatro años y Jazzy de unos 5 años, no los
he visto desde hace un montón...—tragué saliva,
una sensación de culpabilidad recorrió mi
cuerpo—Oh venga Austin, no pongas esa cara,
no es tan horrible como suena... ¿qué hay de ti?
—Eh.... Perdón—le dije en primer lugar.
—No es tu culpa Austin, no te disculpes...
Repito, ¿qué hay de ti?
—Eh, vivo con mi madre... Mi Padre falleció
cuando tenía dos años debido al cáncer que
tenía, vivía con mi abuela y mi madre en San
Antonio y hace unos años desgraciadamente mi
44
abuela falleció también y bueno, quedábamos
mi madre y yo y ella se mudó para aceptar otro
trabajo aquí, se supone que nos ayudará pero
bueno, en San Antonio estábamos bien, no me
quejaba. No tengo hermanos de sangre pero
tengo a mi primito que—esbocé una sonrisita—
se llama Logan, y bueno en San Antonio me
dejé otro hermano para mí—Mi sonrisa se tornó
de melancolía a tristeza, recordando a Alex.

—Debe haber sido duro abandonar tu otra vida


así...—me dijo algo afligido.
—Sí pero, no nos centremos en esto... ¿Cómo te
fijaste en la música o el skate? ¿y el
baloncesto?—pregunté tratando de evitar el
tema familiar, se veía que a ambos nos había
ido mal en este campo.
—Pues, no sé como decírtelo... El skate lo
empecé a usar como método de transporte, no
podía coger el autobús escolar porque tenía
unos matones que me asustaban—rió— el
baloncesto como ejercicio ya que empecé a
engordar un poco, y la música... bueno la
música siempre ha sido mi puerta de salida, mi
forma de expresión, básicamente comenzaba a
tocar la guitarra o la batería y...
—¿Te sentías libre?—lo interrumpí, una gran
sonrisa adornó su rostro.
—Así es, era mi modo de escapar de mi realidad
y, sirvió y sigue sirviendo... Kendall sabe un
montón de composición y me enseña—me
informó sin quitar su hermosa sonrisa de su
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rostro, espera, ¿hermosa?— Él es como... como
un hermano mayor para mí, es tan bueno—
informó.
—Hm... Sé lo que se siente—me miró
extrañado—El tener un “hermano mayor” —
hice los gestos de las comillas con las manos y
enseguida pensé en Alex, casi éramos de la
misma edad, pero el por meses era mayor que
yo.

De pronto, irrumpiendo cuando Justin iba a


contestar apareció una chica rubia, vestida de
animadora y se pegó a Justin, llevó sus manos a
su pelo y empezó a jugar con él.

—Hola Jus—dijo melosamente.


—¿Qué quieres Melanie? —preguntó tras soltar
un suspiro.
—Eh pues... ya sabes—empezó a enredar los
mechones castaños en sus dedos— tras el
concurso de música está el baile y bueno...—rió
tontamente— sigo esperando tu invitación.
—Melanie—se apartó, logrando un pequeño
tirón de su pelo—te he dicho que no voy a ir al
baile... Así que sigue esperando, te recomiendo
sentarte.
—Idiota...—susurró la chica antes de irse del
local.
—Eh...¿Qué fue eso?—pregunté confuso.

46
—Nada es solo que, ahg—se quejó—las chicas
del instituto y la uni.
—Oh ya entiendo, Justin Bieber es de los
populares, ¿no?—sonrió.
—No hables de mi en tercera persona, no me
gusta—aclaró y suspiró nuevamente—
Realmente, me atrevería a decir que Cody es
más popular que yo, lo que pasa es que más que
verme a mí, parece que ven a un modelo o algo
por el estilo...—Me quedé mirándolo; realmente
podría ser modelo así que no me extraña que
las chicas lo vieran de esa manera y Dios, más el
querer estar cerca de él y tenerlo como novio...
Ya, por fin lo admito, siento algo por el chico
que tengo delante, hace minutos lo dudaba pero
no puedo evitar querer besarlo y el
simplemente pensar que él me había besado
esta noche es... —¿Austin? —Chasqueó sus
dedos en frente de mi, haciéndome volver a la
realidad.
—P—perdón—tomó su chaqueta y me sonrió
dulcemente.
—No pasa nada... Venga vámonos, ya pagué.
—Gracias, en cuánto lleguemos a casa te lo
duvuel...
—Shh—puso su dedo en mi labio dulcemente—
te dije que lo pagaba yo, no me importa—me
dijo sonriendo.

Salimos del local tras despedirnos de Cody.


Fuimos caminando lentamente, yo iba
47
observando cada detalle de la calle; los carteles
de los comercios, la forma en la que estaban
recubiertas algunas ventanas por el frío, la
gente que paseaba por la acera.

—¿Quieres conocer algún sitio?—Me preguntó.


—Bueno, me has llevado al sitio que quería ir, el
instituto, estoy servido—De pronto vi que se me
quedó mirando fijamente, me puse nervioso y
más cuando acercó sus manos a mi frente.
—Quieto...—dijo rozando mi piel por unos
segundos antes de echar a un insecto de mi
cara. Él se me quedó mirando a los ojos y tras
varios segundos se dio cuenta de lo cerca que
estábamos y se apartó—Bueno...—Tomó mi
mano y empezó a tirar de mí—Ven.

Caminamos por unos 30 minutos y vi como de


la parte “moderna” de la ciudad me llevaba a lo
que parecía la abandonada, casas medio
derrumbadas, coches rotos y objetos sin dueños
eran los que adornaban el lugar. Nunca me
habían gustado los lugares tan tétricos y para
colmo estaba nublado.

—Justin...¿a dónde vamos? —le pregunté, el se


giró y me dedicó una sonrisa.
—Ya verás—nos colamos en el jardín de una de
las casas y saltamos la valla de atrás,
adentrándonos al bosque, unos pocos pasos y
llegamos a una superficie plana, había hojas y
48
ramas por todas partes pero se podía ver que
era un campo de baloncesto en sus buenos
tiempos, los palos de las canastas estaban
oxidados—Es increíble como el tiempo desgasta
todo... Hasta hace dos o tres años Kendall y yo
jugábamos aquí, pero la nieve y el paso de los
años lo desgastó—Miró al suelo y sonrió—El
baloncesto antes de entrenar con Kendall era
ejercicio, gracias a él ahora es pasión.

Sonreí ante lo que dijo

—¿Porqué Kendall no está en el equipo de


baloncesto?
—Le gusta el baloncesto, pero la universidad le
es más importante y yo como siga así me temo
que también así que—apoyó su brazo en mi
hombro—Si me voy ocuparías mi lugar—Me
sonrió—bueno, podemos irnos ya, solo quería
enseñarte el lugar donde el baloncesto se
convirtió en mi pasión, nada que no me he
llevado raspones y heridas aquí.

El camino de regreso se hizo más ameno,


íbamos hablando de todo lo que nos gustaba y
parecía que conocía a Justin de toda la vida;
realmente sería una buena pareja para mí, nos
gustaba exactamente lo mismo, y en lo que no,
conseguíamos complementarnos el uno al otro
pero, él es.
Lo considero un buen amigo, y él pensará igual
de mí, no podríamos estar juntos en ese
49
aspecto, estoy en la friendzone pero, joder, me
ha besado y se vio intencionado gracias a la
conversación que tuvo en la cocina noté... ¿Le
gusto? Me da igual parece una colegiala
enamorada ya, me atrae, y no puedo cambiarlo.
Al llegar a casa le devolví la chaqueta y entré en
casa, nuestra nueva y vacía casa, mañana
vendrían los muebles al fin y mañana sería mi
primer día en el instituto, y a decir verdad,
tenía miedo.

50
10
Miedo. Era lo que se mezclaba con el nerviosismo.
Podía notar como mis piernas temblaban mientras
estaba parado frente a aquel imponente edificio,
Justin me trajo antes para las pruebas de baloncesto,
pero ahora me tocaba estar por seis horas, con gente
que no conocía. Empecé a caminar adentrándome,
me guié por algunos carteles y subí varios pisos,
hasta el tercero. Entré al grupo A del grado que me
correspondía, todas las miradas vinieron a mi,
incluyendo la de la profesora. Se apartó uno de sus
mechones castaños y sonrió.

—Vaya, tú debes ser Austin, ¿Verdad?—asentí—


Bienvenido, puedes sentarte, eh...—Con sus ojos
castaños revisó toda la clase—Al lado de Cody, en
la cuarta fila—Asentí nuevamente y fui dónde me
indicó, sorprendiéndome de ver a Cody allí, sabía
que no era mucho mayor que yo, pero no que era de
mi edad. Me dedicó una sonrisa al sentarme a su
lado.

La profesora se presentó y prosiguió con la clase


mientras que yo miraba hacia todos lados; observaba
cada espacio de la habitación; las caras de los
compañeros, la forma de colocación, de vez en
cuando a Cody, ya que era la única cara conocida
del lugar.

De golpe, me pasó una nota.

51
“Quedan 5 minutos,
después te
interrogo”
Sonreí ante la carita que añadió a la frase, lo
miré y asentí, aún sonriente. La clase de
historia era la siguiente según el horario
colgado en la pared. Apoyé mi mejilla sobre mi
mano y suspiré; primer día y ya era aburrido.
Finalmente sonó el timbre y, en cuanto la
profesora abandonó la clase, sentí a Cody a mi
lado, pegado a mi.

—Bueno Austin. ¿Así que tienes 17?


—Ajá—respondí a la vez que asentía.
—Es curioso, pensaba que tenías quince o por
ahí... —Apoyó su mano en mi hombro— Me
alegro por la equivocación—Al no saber qué
hacer, sólo sonreí—hoy irás al entrenamiento
de baloncesto, ¿Verdad?
—¡Es verdad! Ya estoy en el equipo—mi sonrisa
se agrandó.
—Sí, y te recomiendo esfuerzo, están dando
oportunidades para ir a una escuela profesional
de baloncesto este año, Justin y yo nos lo
tomamos muy enserio—Lo miré interesado,
¿Ese era uno de los objetivos de Justin?
52
—Y...¿Dónde sería la escuela?
—Pf, no te puedo decir, pero desde luego aquí
no... Son en otros estados. A mí la idea de viajar
me apasiona, sólo te digo que cada verano me
voy a Australia por todas las vacaciones, es
genial—Me contó con un suspiro, se apoyó en la
pared y se quedó mirándome.
—Me alegra, viajar tanto debe ser genial.
—La verdad es que sí—hizo una pausa—
¿Intentarás conseguir la beca?
—Sinceramente no, realmente la quiero pero el
tener que cambiar de estado me pone muchas
pegas... Pero suena bien.
—¡Claro que suena bien!—dijo eufórico—En
parte, me alegra que no te interese, así no tengo
que competir contra ti, Aus—Fruncí el ceño.
—¿Aus?—Ladeé la cabeza.
—Sí, así ahorro saliva—bromeó. Lo miré mal.
—Tampoco tengo un nombre tan largo.
—Sólo bromeaba Austin—Me dijo sonriendo, se
incorporó al ver entrar al profesor y yo imité su
acción. La clase fue muy similar a las
siguientes; el profesor se me queda mirando
raro, me toca presentarme, se hace el majo
conmigo y continua con la materia.

La mañana se pasó lenta con esta rutina, el


único descanso era el recreo y no vi a Justin en
ningún sitio, lo cual me amargó la mañana.
53
Estábamos al final de la última clase y podía oír
a varios compañeros contar los segundos que
quedaban para que el timbre sonase y, cuando
la cuenta atrás llegó al 0, sonó. Quedé algo
asombrado por eso.

—Tienen precisión para estas cosas,


acostúmbrate—dijo por detrás de mí, riendo
ante mi reacción.
—Se notan las ganas que tienen de irse...—Dije
terminando de recoger mis cosas.
—Muchos vienen obligados por sus padres, es
como una cárcel, así que el timbre es su
salvación.
—Ah...bueno....—Ya habíamos bajado las
escaleras y estábamos en la salida—Yo me voy
ya...—me di la vuelta y entonces, agarró mi
brazo, tirando de mi.
—¡Espera! Sé que es de repente pero, no sé,
¿Quieres venir a comer a mi casa?—me
preguntó de improviso, ¿podía ir? ¿Debía
aceptar? Me daba cosa decirle que no, pero mi
madre me regañaría si no iba a casa. Entonces
puso una mueca—Venga, sólo será comer y ya,
¿vale?—Suspiré y acepté, me daba pena
negarme ante la carita que me puso.

NARRADOR
—Las tres y media y aún no llegó—Se quejó la

54
mujer, cargando una de las muchas cajas que
había en el jardín.
—No se preocupe señora Mahone, Austin
vendrá pronto... quizás, quizás se perdió—dijo
Kendall, ayudando a meter las cosas dentro,
mientras que la intentaba tranquilizar.
—O, no sé, a lo mejor algún profesor quiso
hablar con él, es normal el primer día si es
nuevo—Completó Justin quien, más que tratar
de convencer a Michelle, intentaba convencerse
a sí mismo.

Pasó una hora y ya estaba todo dentro de la cara


y algunas cosas colocadas incluso.

—Justin, vete a subir esto a la habitación de


Austin, subes las escaleras y el cuarto grande,
por favor—pidió la mujer.
—¡Entendido!—El castaño claro cargó la caja y
la subió, casi como un impulso, abrió el
contenedor para ver que tenía dentro.

Una sonrisa de tristeza se formó al ver una foto


de Austin de bebé, junto con un hombre,
“seguramente era su padre”. Siguió hurgando y
encontró, aparte de más fotos, un cuaderno,
“lyrics”, esa era la palabra que había en la
portada. Lo abrí y empecé a leer las letras, que
iban adjuntas con su partitura. Alcé la vista y
ahí vi su guitarra, sonreí de medio lado, Austin
tenía algo especial, y no sabía el que. Sólo sabía
55
que me gustaría estar con él más tiempo, quería
conocer a ese compositor, guitarrista y jugador
de baloncesto que entró en mi vida por
“casualidad”

JUSTIN
De pronto, miré la hora y me preocupé. Bajé las
escaleras y con toda mieducación posible, le
pedí a su madre el teléfono—Es que... quizás no
sabe que el entrenamiento de hoy se canceló y
esté allá esperando...—Con esta excusa— que en
realidad era razón— conseguí el número, me fui
de nuevo a su habitación y lo marqué. Estaba
preocupado, ¿Y si le había pasado algo malo?
Los pitidos se estaban haciendo insoportables
hasta que descolgó

—¿Diga?—El simple hecho de oír su voz me


calmó, suspiré y respondí
—Austin... Soy Justin, ¿Dónde estás? Tu madre
está preocupada, ¿Te perdiste o...? —Pude oír
otra voz al fondo, ¿Estaba con Cody? Mi alivio
volvió a convertirse en angustia.

Quise terminar la frase, pero no podía. No sabía


del todo el porqué, pero sentía una fuerte
presión en el pecho, como una preocupación.
Cody me caía bien, a pesar de nuestra rivalidad
por la beca, pero últimamente se comportaba
de manera extraña, y, alguna vez, lo había visto
haciendo cosas indebidas y juntándose con el
tipo de gente inapropiada. No lo estoy

56
juzgando, pero no creo que sea normal tener
una bolsita de “polvos blancos” en su mochila.
—Ah, Justin...—Su voz me trajo al mundo real
de nuevo, donde mis pensamientos no
conseguirían alejarlo de él— Verás...
—¿Dónde estás? —Pregunté de nuevo,
haciéndome el loco—Se supone que te iba a dar
clases.
—¡Es verdad! Lo siento Justin, estoy en casa de
Cody. Nos enteramos que no había
entrenamiento y me quedé más tiempo en su
casa.
—Llegaron los muebles en a tu casa—Me sabía
mal, pero lo quería en su casa, cuidado por su
madre y alejado de ese chico, ¿Y si le acercaba
al mundo de las drogas?
—Oh... es cierto, llegaban hoy. Dile a mi madre
que ya voy...—Una sonrisa se formó en mi cara.
—Adiós, ahora nos vemos—recibí otra
despedida de su parte y, tras colgar, suspiré de
alivio. Bajé al piso de abajo, Kendall y Michelle
ya habíanmontando todos los muebles del
salón, los estaban colocando.
—¿Has contactado con él?—Me preguntó su
madre, yo asentí—Menos mal, estaba
preocupada.
—Está en casa de un compañero, ahora viene —
informé, miré a Kendall—¿Puedes salir un
momento?—Me miró raro pero aceptó, ambos
salimos al jardín.

57
—¿Qué pasa?—me preguntó preocupado.
—Él está con Cody y...y....—Miré al suelo al no
encontrar con qué palabras describir mi
disgusto con la situación.
—Justin, él ya es mayorcito para saber con
quién se junta, tranquilízate.
—¡No lo entiendes Kendall! ¡Él no es buena
influencia para Austin!
—Tú no puedes decidir eso, además, ¿por qué te
importa? Pensé que no querías herirle, si
considera a Cody su amigo lo harás —
Entrecerré los ojos y lo miré mal, esa frase iba
con segundas, y odio que me lance indirectas,
más relacionadas con este tema— Es la vida de
Austin, no puedes decidir por él.
—Pero...—traté de buscar con qué defenderme,
al no encontrar ningún argumento válido, bajé
mi cabeza contemplando el césped. Cerré mi
puño y lo apreté—Kendall, no sé si sea amor,
pero siento que Austin me importa y no quiero
que haga un estupidez en su vida como fumar,
mucho menos drogarse y beber, y siento que
con Cody lo hará.
—Cody es un buen chico...
—¡Era! ¡E—RA! Hasta que se juntó con gente
como es él ahora y míralo, ¡míralo!
—Justin, cálmate...—me ordenó. Tomé aire y
cerré los ojos, respirando profundamente.

58
—Kendall... ¿Cómo te sentirías si Logan
pudiese drogarse o fumar?—Se quedó en
silencio.
—Jus, no es lo mismo. Logan es mi pareja,
Austin un chico al que acabas de conocer—Sentí
un nudo en la garganta.
—Siento que lo conozco de toda la vida, Kendall
esto es algo que no me había pasado ni con ella.
—Justin, ya, deliras, pídele a Michelle que te
haga un té, una tila o lo que sea que te calme...
Estabas enamorado de ella, ¿Cómo comparas a
un desconocido con Melody?
—Kendall... le quiero.—dije sin más—y me jode
que se lastime por un imbécil y gilipollas como
Cody.
—Según pensabas tú ayer, lo ibas a lastimar
también.
—Yo también soy imbécil, pero no soy tan
gilipollas como para drogarme... ¡esta discusión
es estúpida! ¡Sólo quería tu opinión!—Grité,
volviendo a apretar mi puño, clavando las uñas
en la carne de mi palma. Cerré mis ojos y de
pronto sentí un cálido abrazo—Kendall...
¿porqué me comporto así?—pregunté
derribado, sin saber exactamente por qué esto
me afectaba tanto.
—Porque estás enamorado tonto, lo acabas de
decir tú.
—Esta conversación es contradictoria.

59
—Lo sé, pero es que Justin, ayer mismo no
querías acercarte a él y ahora te matas por
protegerlo.

Se separó de mí, y al minuto de esto, pude


divisar a Austin al final de la calle, acompañado
por Cody. Tomé aire.
—Métete a casa anda, eres capaz de hacer algo
de lo que te arrepentirás—Opté por hacerle caso
y entré en la casa de Austin. La madre de él me
miró confundida— Está al final de la calle, en
poco entra—Sonrió.
—¿Queréis cenar aquí Kendall y tú? O no sé...
Os quiero pagar con algo el ayudarme con la
casa.
—Bueno, lo de cenar aquí suena bastante bien—
A pesar de estar hablando con ella, podía
escuchar murmullos al lado de la puerta, la cual
se abrió, dejando entrar a Austin y Kendall.
—Hola mamá—Dijo Austin dejando su
chaqueta en la barandilla de la escalera
—Che—llamó su atención Michelle—Ahora está
puesto el perchero...—Austin sonrió de lado,
tomó la prenda y la colocó donde su madre le
indicó, después se acercó y le abrazó—Me tenías
preocupada.
—Lo siento, es que un amigo me invitó a su
casa y...

60
—Ya, lo entiendo—Señaló unas cuantas cajas—
súbelas a tu habitación y ve montando los
muebles mientras preparo algo de cenar
Asintió y se dirigió hacia ellas, Kendall me
codeó por atrás y yo comencé a andar también
—Yo te ayudo—me ofrecí, se giró y me sonrió.
Tras volver a poner los pies en la tierra tomé la
caja y subí detrás de él. Entramos en su
habitación, la cual estaba con más cosas de las
que recordaba.
—Gracias Jus—Sonrió, y sonreí
automáticamente, más por el “Jus”
—De nada, ¿Aus?—pregunté riendo.
—Puedes llamarme así si quieres—sonrió—
¿cómo conseguiste mi número? Lo pensé en la
vuelta, fui tan descortés de no dártelo ayer.
—Fue tu madre, no pasa nada Aus... Ya lo
tengo—Sonreí. Empezamos a montar la cama, y
tras mucha coordinación— la cual costó
conseguir— y mucha paciencia, la terminamos.
.

Seguimos con las estanterías y el sifonier (como


una cómoda). Entre los dos subimos su
escritorio por las escaleras y la mesilla. Después
objetos como un reproductor de música, un
teclado y objetos personales.

61
—Austin, ¿Cuántos instrumentos tocas?—
pregunté al ver el teclado, ya montado.
—El piano y la guitarra, no es nada del otro
mundo—Rió— Y con suerte la batería, Cody me
dijo que me iba a enseñar—Me informó
inocentemente, sin saber que esos datos me
hicieron sentir como una cuchilla por dentro.
—Q—que bien Aus, eso es genial—le dije
tratando de no sonar muy afligido—Yo también
toco la batería, si quieres te puedo enseñar,
vivimos literalmente pegados— bromeé.
—Muchas gracias Justin, pero no quiero robarte
todo tu tiempo, no me importa tener que
caminar hacia casa de Cody—dijo mientras
colocaba las cosas de una caja entre los
estantes.

Apreté de nuevo mi puño, ¿prefería a Cody en


vez de a mí? No, espera Justin, él lo dijo, no me
quiere molestar pero, no sabe que me molesta
mucho más yéndose con él que “robando” mí
tiempo... Quise insistir pero, Michelle y
Kendall terminaron a habitación de esta e
hicieron la cena. Austin y yo bajamos a cenar,
sentándonos juntos en la recién colocada mesa
del comedor.

62
11
AUSTIN
Fueron pasando los días; clases por las
mañanas y clases por la tarde. Justin se portaba
muy bien conmigo en las clases de la tarde—
las que creo que no hace falta decir que son mis
favoritas… y bueno, reconozco que tiene
demasiada paciencia conmigo, ya que soy de
cabeza dura y me cuesta entender las cosas,
especialmente matemáticas. Lo bueno de
terminar esas clases es que él se trae la guitarra
a casa y tocamos entre los dos las canciones
compuestas por cada uno y Dios, tengo tanta
suerte de que pueda oír su dulce voz pronunciar
las palabras que él me ha estado inspirando a
escribir... Lo admito, en estas tres semanas que
han pasado me he ido enamorando poco a poco
de él, desde su forma de ser, hasta su físico. Es
superficial amar a alguien por eso, pero él es
tan hermoso.
En estas tres semanas, no sólo he tenido
relación con Justin; he empezado a hablar con
los amigos de Cody y con él. Por cierto, empecé
a ir con Cody para que me enseñase a tocar la
batería, pero a la semana dejé de hacerlo puesto
que su casa estaba muy lejos y no sé porque,
pero Justin insistía tanto y se veía tan feliz
queriendo enseñarme.
Para mi desgracia, Tyler, Zach y Robert son
historia, en 3 semanas me enviaron sólo 4
mensaje, y 2 era para que les votase en un
concurso. Me daba pena Alex, me escribía todos
los días y al parecer, también tuvo movida con
63
ellos, estaba sólo. Me hablaba con él siempre, y
cuando podíamos ambos utilizábamos skype, es
gracioso verle con cámara por que se ha cortado
el pelo y, el ir al gimnasio le ha cambiado la
cara –y el cuerpo— , se nota que es él pero sé,
tiene algo que lo diferencia del chico del que me
despedí al venir aquí. Realmente lo extraño,
mucho, me hace falta como un hermano, al fin y
al cabo, fue él quien me motivó a cantar.
También tuve problemas con los jugadores del
equipo, ya que sólo me hablaba con Justin y
Cody. Con el resto, bueno, sólo me querían
porque encesto en los partidos.
Y para terminar con el diario de mi vida social,
he entablado una buena relación con el novio
de Kendall, con Logan. Se lía mucho con la
universidad y si no, está con el trabajo pero el
tiempo que está libre lo pasamos bien, aunque
siempre está Justin o Kendall con nosotros, la
verdad es que los cuatro sabemos cómo pasarlo
bien, sin necesidad de copas, vicios o demás
cosas perjudiciales.
Nuestro pasatiempo era componer y cantar,
aunque claro, yo solo soy un chico de
duodécimo grado que no importa cuanta nota
saque, sólo si aprueba y, ellos se tienen que
esforzar por sacar la mejor nota posible para
ahorrarse dinero con las becas... En estas tres
semanas sólo coincidimos dos veces, dos horas
en total.
De pronto la canción Human Nature de
Michael Jackson estaba sonando, llamaban a
mi móvil. Era un número privado, igual
contesté.
64
— ¿Diga?—pregunté esperando respuesta.
— ¿El señorito Austin Mahone?—pude oír risas
de fondo.
—Ajá, ¿Dígame?
— ¿Sabe usted que ha ganado un tour por el
pueblo, debido a que son las fiestas de este?
—Hm, no, no lo sabía Cody—escuché un
“mierda” al otro lado de la línea.
— ¿Quieres venir Austin?
—Sí, ¿Dónde nos vemos?
—Podemos ir a buscarte, si tu quieres—fruncí el
ceño.
— ¿Podemos?—pregunté confundido.
—Ajá, estoy con amigos—Tuve un mal
presentimiento pero opté por aceptar.
—Vale, me cambiaré.
—Ponte ropa cómoda—sugirió y me colgó. Fui a
mi armario a buscar ropa para las fiestas pero,
sorpresa, todo era de manga corta.

Junté un jersey con una camiseta, colocando


esta última de color rojo sobre la otra prenda
blanca, para cubrir mis piernas elegí unos jeans
negros y por último, me puse las primeras
deportivas que encontré.

65
Bajé las escaleras y cogí mi chaqueta, después
tomé dos juegos de llaves; uno lo guarde en mi
bolsillo y, tras cerrar la puerta fui a la casa de
Kendall y Justin. Llamé al timbre, y me abrió
Logan.

—Ey Austin—Estaba despeinado


completamente, su novio me vino a la mente.
—Hola Loggie—pude oír una queja por parte
del chico que aún estaba dentro de la casa.
Sonreí ante eso, Kendall odiaba que yo llamase
de esa forma a su novio. Ante la mirada de este,
extendí mi mano con las llaves—voy a salir y
tengo miedo de perderlas, ¿me las puedes
guardar?
—Oh, claro—las tomó— ¿Dónde vas a ir?
—Con Cody y sus amigos a las fiestas del
pueblo—La expresión de su cara se tornó a una
insatisfecha y preocupada— ¿Pasa algo?
—No, no pasa nada Austin, diviértete—Me
sonrió y cerró la puerta.

Algo extrañado ante esa reacción comencé a


caminar, hasta que me encontré con Cody y
como otras 3 personas con él. Venía con su pelo
rubio en forma de cresta, a pesar de las nubes
con unas gafas de sol tapando sus ojos y vestía
con vaqueros, converse y una chaqueta de
cuero negra, al igual que el resto del grupito.
Otro, un poco más bajo que él era de piel

66
oscura, y estaba rapado, llevaba ropa oscura,
desde el abrigo hasta las nike

—Hola Cody...—saludé algo inseguro


contemplando a todos. Miré al más alto de
todos, tenía pelo corto pero peinado en cresta
llevaba un jersey de lana y unos pantalones de
chándal.
—Ey, Aus—sonrió y se pegó a mi—Hola, mira—
se giró para verlos—Este es Carlos—me
presentó al de la ropa oscura—Este es James—
El chico alto hizo un gesto—Y...—miró al
último, un poco más alto que Carlos. Vestía con
una cazadora vaquera, un pantalón vaquero y
unas converse negras. Al quitarse las gafas me
miró fijamente con sus ojos azules—él es Blas.
—Un gusto Austin—Saludó el que parecía
latino.
—Ojala nos llevemos bien Aus—dijo James.
—Bueno, vámonos...—Sugirió, más bien ordenó
Blas, yendo delante.

Tras caminar rodeando el lago. El amino se me


hizo incómodo ya que no conseguía meterme en
la conversación y me quedaba atrás. Llegamos
al extremo de este, que daba a un extenso
descampado en el cuál había puestos
ambulantes, atracciones y un escenario. Había
mucha gente, podría jurar que todo el pueblo
estaba.

67
—Hey! —James le dio un codazo a Carlos—mira
que culo—le señaló a una chica que venía con
una minifalda innecesariamente corta, y ambos
fueron tras ella. Cody miró a Blas mal y este se
fue a comprar unos perritos con patatas.
—¿Quieres comer Austin? Te invito yo...—se
ofreció y le sonreí.
—No gracias Cody, no tengo hambre...—Estaba
incómodo, ahora mismo me arrepentía por
venir. El silencio inundaba nuestra
conversación y tenía la paranoia de que alguien
me estaba observando, pero mi vista no lo
encontraba.
La noche fue pasando y mi móvil tenía varias
llamadas pérdidas, que no era capaz de
contestar porque entre la música y la multitud
me sería imposible entender una palabra. Cody
tomó comida, y alguna que otra cerveza,
además de que había fumado 3 cigarrillos—
creo que eran cigarrillos— De Blas no sabía
nada, pero a James y Carlos los había vistos con
unas gemelas dándose más que un roce, y más
borrachos que una cuba.

—Y bueno Austin ¿enserio no quieres nada?—


Preguntó de nuevo, su voz comenzaba a vacilar
por causa del alcohol.
—N—no gracias... Cody, creo que me voy a ir a
casa.

68
—Hey, no, no, no—me sostuvo del brazo—
quédate un rato más, mañana no hay clase...
¡subamos en algo!
—Cody, si subes ahora te veo capaz de vomitar.
— ¡Pero estoy perfectamente!
—Típica mentira de alguien borracho—suspiré y
él se me acercó— Cody, estás ebrio.
—Lo sé, ¿p—por qué tú no te emborrachas
también? Así iríamos de parejita.

Me mordí la lengua para no mandarlo a la


mierda y justo en ese momento aparecieron
James y Carlos, cada uno con una marca de
mano en la mejilla y cada uno... Cada uno con
lo que parecían ser bolsas de cocaína.

—Traemos la magia, para la fiesta—comentaron


tambaleándose a los lados.
—Oh, genial—dijo Cody tomando una de las
bolsas, ¿Dónde tomamos?
—Austin, tu casa está cerca—propuso Carlos,
negué de inmediato.
—No quiero tomar eso... Además, mi madre
está en casa ya —me intenté librar, me miraron
con mala cara.
—¿No quieres magia?—comenzaron a reír como
tontos—James...—De pronto se colocó detrás de
mí y me sujetó.
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—¿Q—que?—me intenté liberar—¡Soltadme!—
intenté gritar pero, ahora mismo sonaba
Titanium, de David Getta a todo volumen.
—Tienes que probarla Austin...—dijo Cody de
fondo.

Vi como Carlos sacaba de la bolsa un pequeño


artefacto, en forma de cucharilla y tomó un
poco del polvo blanco, la acercó a mi nariz.
Estaba asustado, podía notar como James
apretaba más y más su agarre, y de pronto, me
tomó del pelo, tirando, haciendo que inclinase
la cabeza, y en ese momento Carlos deposito el
polco en una de mis fosas nasales. Aspiré y, fue
la peor sensación de mi vida; sentí como cada
granito iba por mi esófago, desgarrándome por
dentro, o eso me parecía. Un escozor salvaje
comenzó a joderme vivo. Mis ojos se pusieron
llorosos ante la horrible sensación.
—¿Está genial eh? —Susurró James,
soltándome y tomando un poco de lo que
parecía su calmante. Frote con la manga de la
chaqueta mi nariz y empecé a caminar, tratando
de irme. Lo impidieron y me obligaron a
tomarlo de nuevo.
Dos veces más metí esa sustancia en mi cuerpo
y comencé a sentirme raro, hasta me pareció
ver a Justin entre la multitud de la fiesta, pero
era imposible, tiene que estudiar para sus
exámenes, no saldría de fiesta.
Intenté escapar de nuevo, lo cual los enfadó.
70
—Niñato desagradecido—dijo Carlos
tomándome de los brazos de nuevo. Se las
apañaron para que se convirtieran en dos veces
más. Dos dolorosas veces más sentir la maldita
sustancia por mi nariz. A pesar del mareo por la
música y por la nueva sensación me sentía
despierto—¿Qué más te tenemos que dar para
que te guste? Ya te has llevado cinco de
cocaína—Me tomó del pelo nuevamente,
tirando, logrando que me quejase. De pronto,
sacó una inyección de la bolsa y estiraron mi
brazo, inyectándola en mi—Oh si, jugo de los
dioses....—Me revolví y me quejé, inútilmente.
Sentía mi corazón latir súper rápido. Entre los
tres me rodearon y yo ya sin poder luchar
mucho debido a que me empezaba a marear de
forma fuerte, me senté en un trozo de muro que
había por ahí..

En un último intento de consciencia tras


también obligarme a tomar alcohol, salí
corriendo y mierda, según recuerdo casi lo
consigo, pero me pillaron tras tropezarme.

—Hijo de puta, sigues sin ser agradecido por


mejorarte la noche, ¿eh?—James me tomó de
las manos y Carlos de los pies, y pude ver cómo
me acercaban al puente del lago.

Mi corazón seguía latiendo fuertemente, sentía


mi estómago revolverse y lo siguiente que
71
recuerdo fue notar como el aire chocaba contra
mi cuerpo ya que me habían tirado por el
puente en plan “broma” y, un fuerte golpe en la
cabeza contra la pared de este, haciéndome caer
dormido bajo el agua.

72
12
Todo era un recuerdo borroso.
Tras chocar contra el suelo y recordar la imagen
del puente cada vez más cerca, me vino a la
mente un golpe en mi cabeza y el agua helada
cubrir todo mi cuerpo. Sentí que iba a morir.
Realmente pensaba que moriría.
Pero no fue así.
Fui abriendo los ojos poco a poco y pude ver lo
que parecía una sala de hospital, podía sentir
una mascarilla en mí cara. Observé mi brazo
con mis ojos entrecerrados, tenía una vía que
me conectaba al suero y una bolsa de sangre. Y
no hablemos de que podía sentir algo en mi
cabeza, molestándome, apare de un fuerte
dolor, ¿Qué me había pasado?
El oxígeno entrando por mi nariz lograba que
me escociese hasta la garganta, joder como
duele.
De pronto, entró una enferma a mi habitación.
Se me quedó mirando y se acercó a subir el
oxígeno tras observar la pantalla a la que me
tenían conectados.

— ¿Estás despierto Austin?—me preguntó


amablemente. Asentí como pude, cerrando los
ojos ante el dolor en mi cabeza—Oh no, no te
puedes mover, se te pueden saltar los puntos—
abrí mis ojos.

73
—¿P—puntos?—pregunté débilmente, me miró
con cara de no entender nada de lo que dije, así
que moví mi mano para apartar por un
momento la mascarilla—¿puntos porqué?—me
la volví a colocar debido a su mala mirada por
mi acción.
—Oh, ayer te trajeron a urgencias tu madre y un
chico. Tenías hipotermia y una herida grave en
la cabeza a la cuál tuvimos que poner puntos —
Sentí mi corazón acelerarse de nuevo—
También tenías problemas respiratorios por el
gua y porque, según el análisis de sangre tenías
heroína y cocaína en la sangre, además un poco
de alcohol—Pude notar cómo iba con sentido
acusatorio, me tomaba por un jodido alcohólico
drogadicto—¿Quieres comer algo?—preguntó
de golpe, a lo que negué con la cabeza. Se
marchó de mi pequeña habitación reducida,
dejándome pensativo; ¿Qué pasó exactamente
después de que me tirasen?
Mi cabeza comenzó a doler nuevamente, y no
por los puntos, sino que esta nochecita me
había provocado tal dolor, por lo que cerré los
ojos e intenté dormir, pero podía oír una
conversación desde fuera de la habitación,
impidiendo que el sueño llegase a mí.

—Por favor, déjenme entrar.


—Ta te hemos dicho que no eres familia, no
puedes entrar.
—Pero... su madre me deja entrar, tengo el
permiso de ella—Era Justin, lo tenía al otro lado
74
de la puerta. Tenía que entrar, le tengo que ver.
La enferma dijo que me había traído un chico y
mi madre, seguramente era Justin o... No, no
seas tonto Austin, sería un chico cualquiera
porque Justin estaba estudiando y Cody
demasiado agilipollado como para traerme.

—Nos da igual, ella no está aquí para


confirmarlo.
— ¡Si quiere la llamo!
—¡Shhh!—lo regañó—Hay pacientes dormidos.
—Soy su novio—Soltó de golpe, hubo un
silencio durante un momento, excepto por qué
tal respuesta aceleró mi pulso y la máquina
pitó.
— ¿Enserio?
—S—sí, somos pareja.
—Haberlo dicho desde un principio—dijo la
enfermera sonando arrepentida, pude oír cómo
se abría la puerta de mi cuarto—sigues sin ser
familia, adiós—cerró la puerta y volvió enfrente
de mi camilla—Austin te tienes que tomar.
—Déjelo entrar—pedí apartando de nuevo la
mascarilla transparente de mi boca—quiero
verlo.
—Vuelve a ponerte la mascarilla—ordenó.
—Déjelo entrar—volví a pedir.

75
—No estamos aquí para hacer trueque, chaval o
te pones la mascarilla hasta que venga el
médico y te dice que te puedes ir, o te la pongo
yo y te ato las manos—La máquina empezó a
pitar ya que el nivel de oxígeno bajó a 88, y
comenzaba a notarlo, por lo que cedí y me la
puse.
—¿Por qué tengo que llevarla?—pregunté lo
más claro posible.
—Austin, ayer casi te ahogas, tienes 5 puntos en
tu cabeza por el golpe, te hemos dado un
medicamento para intentar limpiar la droga de
tu cuerpo y, tienes agua en los pulmones, la cual
llevamos intentando sacar desde que entraste
en urgencias. Imagino que no quieres estar
aquí, pero estás mal y hasta que no te cures no
te puedes ir, así que compórtate... Por favor.

Me quedé en silencio; no sabía qué decir. Cinco


puntos en mi cabeza y encima lo del agua en
mis pulmones, lo de ayer casi me mata.

—Vale, no haré más preguntas, sólo...sólo


déjelo pasar 5 minutos, por favor—Dio un
fuerte suspiro y salió de la habitación.
—5 minutos, vengo y te echo—le dijo, pude oír
la voz de Justin agradeciendo, y rápidamente la
puerta de mi cuarto volvió a sonar con unos
cuantos pasos después.
—¡Austin!—me vio con pena y se acercó a mí
con la intención de abrazarme, extendiendo los
76
brazos, pero al verme conectado a tanto
aparato cambió de parecer y volvió a una pose
normal—¿C—como estás? ¿Te sientes mejor?

Asentí, lo tenía delante tras suplicar a la


enfermera que lo dejase pasar y yo voy y sólo
muevo la cabeza, muy bien Mahone, excelente.

—¿Sabes qué pasó?—tomó la silla de la fría


habitación y se sentó pegado a mi.
—Es difícil entenderte—se pegó a mí y mierda,
me puse nervioso. En una situación normal me
daría igual, pero en esta se notaba por la
maquinita, mi ritmo cardíaco de 90 subió a
130...—¿Estás bien?—preguntó de nuevo
mirándome, tras contemplar el monitor. Asentí
nuevamente.
—Justin, ¿Qué pasó?—pregunté de nuevo. Tras
dejar de mirar mi cabeza y volver a mi cara me
contestó.
—Ayer volví a casa por la noche, y Logan me
dijo que estabas con Cody y sus amigos en las
fiestas del pueblo. Me preocupé y salí a
buscarte, y te vi dos veces, pero cuando me iba
a acercar siempre me detenía un chico alto y
moreno... Y lo siguiente que vi fue como te
tiraban esos idiotas y, y.... y no sé, sentí que
debía ir por ti y me tiré detrás. Te hundiste
mucho y me costó tiempo encontrarte. Cuando
lo hice y te saqué del agua, estabas helado y
temblando y no respirabas bien así que...—se
sonrojó levemente—me tocó aplicarte primeros
77
auxilios —Abrí los ojos ante eso, otro sonrojo
adornó mi cara, a juego con la suya— s—sé que
te puede resultar incómodo pero sentía que
tenía qué decírtelo.

Tomé su mano con la mía y la apreté.

—Gracias Justin—suspiré y tomé aire— ¿Q—que


pasó con Cody y estos?
—No agradezcas Austin—Me sonrió, pero su
semblante volvió a ser serio— De momento
poco, tu madre denunció la situación y yo tengo
que ir a testificar.
—Oh...—fijé mi vista en la esquina de la
habitación— ¿Qué dirás?
—Eso quería preguntarte Austin... Sé que Cody,
bueno, te cae bien... Y realmente me molesta,
pero no quiero meterlo en un lío si tú no
quieres.
—Wow...—sonreí, aunque creo que con la
máscara no se me debía notar— Gracias por
tenerlo en cuenta... Pf, no sé, Justin no quiero
meterlo en un lío pero...—estiré mi mano como
pude para apartar algunos cables y con la otra
me toqué la cabeza, cerca de la zona afectada,
por detrás de la oreja, a la derecha de la nuca—
¿Cómo está?
—Eh... Te han rapado por la parte de atrás de la
cabeza—lo miré preocupado—Tranquilo,
tranquilo, te sigues viendo bien y no fue tan
78
grande—sonreí de nuevo por el “te sigues
viendo bien”

Él me correspondió la sonrisa. Mi corazón


aceleró de nuevo.
Se me quedó mirando a los ojos. Las
pulsaciones subían a 150.

—Justin—solté su mano y empecé a jugar


inconscientemente con ella—di lo que te
parezca justo.
—Entonces la verdad—dijo sin quitar su
sonrisa, la cual aumentó al contemplar mi
estúpido juego, con el cual ya estaba
acariciando sus tatuajes— ¿te gustan?
—No soy muy fan pero... en ti se ven bien— dije
sin pensar. Se me quedó mirando raro y yo sólo
le sonreí estúpidamente, sin saber qué hacer.
La enfermera terminó por entrar y lo echó, no
quería estar sin él, el hospital era muy aburrido
pero, no podía dejar de pensar en los roces
tontos que habíamos tenido, y también en la
parte de mi cabello que faltaba, no suelo ser
muy exquisito con mi pelo, pero raparlo me
parecía exagerado.
Quería irme del hospital ya, y como mínimo me
quedaban dos días más ahí, se me hacía
insoportable la tarde, así que volví a pensar en
Justin, y la conversación:

79
Me tocó aplicarte primeros auxilios.
Un sonrojo apareció por mi cara, pero a la vez
una sonrisa; era el simple hecho de pensar que
nuestros labios se habían juntados. No lo podía
recordar, me vienen flashbacks a mi mente de
un primer plano de su cara preocupada y sus
labios pronunciando palabras, pero nada tan
cercano como un boca a boca.

80
13
Tras cuatro amargos días. Corrijo, amargos y
aburridos, salí del hospital, ¡libertad! Lo peor
de todo esto era que ahora mi madre se
preocupaba mucho más por mí, tanto que no
me dejaba solo y, si tenía que hacerlo, me
dejaba con Kendall y Justin, y sólo llevaba dos
días en casa.

Mis pulmones estaban limpios, ya respiraba


perfectamente y bueno, aún tenía los puntos,
los cuales había que limpiar dos veces al día,
pero por lo demás todo iba de perlas.
Exceptuando que estos dos días que he estado
en casa no he querido ir al instituto, Cody
continuaba yendo y maldita sea, lo tenía al
lado... No sé por qué, pero tenía miedo de verlo
en persona, directamente, no entendía el
motivo pero me asustaba el simple hecho de
imaginar una conversación con él.
— ¿Austin? —Una voz me sacó de mis
pensamientos y como por arte de magia,
desperté. Unos hermosos ojos miel me
extasiaron. Volví a la realidad; estaba en casa
de Justin. Ambos sentados en el sillón viendo la
tele.
— ¿Eh?—sacudí mi cabeza.
— ¿Bajaste de las nubes?
—S—sí, es sólo, no sé, estaba pensando...—
sonrió de lado. Maldita sea, que sonrisa más
perfecta.

81
— ¿Qué pensabas?
—En que tengo que ir a clase.
—Ou... Es verdad, ya has faltado unos cuantos
días y no te puedo poner al día con todo—Me
miró e hizo una mueca.
—Jus... Ya me has ayudado bastante, no te
pongas así, no es tu obligación hacer que pase
de curso.
—Austin—me miró serio—últimamente entre el
equipo y el concurso, más lo del hospital te
estoy alejando de tus estudios y no quiero que
lo hagas.
—Justin—correspondí su mirada y lo miré a los
ojos—si no llega a ser por ti, ni estaría aquí
ahora—me sonrojé al pensar en lo del boca—
boca, a diferencia de él ya que pareció percibir
lo que pensaba y una media sonrisa se hizo en
su cara.
—Fue un placer entonces, el hacer que estés
aquí ahora—Me miró dulcemente y sonreí.
—B—bueno...—dirigí mi vista a la televisión,
creo que debía estar como un tomate.
—Austin... Verás yo...—lo miré; estaba
levemente rojo al igual que yo, y me miró
directamente, clavando su hermosa mirada
color miel sobre la mía— te querría decir una
cosa... pero no te rías ni nada.
—Vale—dije sin estar muy seguro, se estaba
comportando raro. Me giré, incorporándome
para mirarlo de frente. Él jugueteaba con la
82
manga de la chaqueta, sin apartar la vista de la
tela azul.
—Esto... Ya tengo los acordes de la canción que
cantaremos en el concurso—pude notar un gran
cambio de tono y su sonrojo desapareció de
golpe, junto con el nerviosismo.

Se acercó a mí y me tomó de la mano,


comenzando a tirar para guiarme a su
habitación. Sentí mi respiración acelerarse
junto con mi ritmo cardiaco, Justin me gusta,
me gustaba mucho. Y sentir su suave tacto con
el mío era una sensación agradable. Me subió
por las escaleras, él delante de mí con mi mano
aún entrelazada a la suya, tirando leve y
cuidadosamente de mí, como si no quisiera
dañarme.
Llegamos a su habitación y la observe; ya era
familiar para mi. Desde el edredón color
morado, porque era su favorito hasta algún que
otro seis dibujado por los muebles. Observé la
esquina y destacando entre las paredes azules
se encontraba su guitarra, ahí seguía. Me senté
en la cama y él se fue a su armario, abriendo la
puerta para buscar los folios donde estaba la
partitura. Esperando a que los encontrase me
quedé mirando la puerta y volvía observar la
foto que tenía en ella; él con otra chica. Todo el
tiempo que he entrado en su casa y he visto ese
papel me he preguntado y preguntado quien
sería tal muchacha, por la cercanía diría que
hermana o novia, y la primera queda
descartada. Sentí una punzada en mi pecho al

83
pensar en la segunda opción... Así que, harto de
dudas, pregunté.

—Oye Jus... —Se giró rápidamente para verme a


los ojos— Esto... ¿Quién es ella?—pregunté
señalando la fotografía, él la contempló y sonrió
con pena. Estiró su brazo y acarició el papel.
— ¿Ella?—suspiró y me miró.

Dicen que los ojos son la entrada al alma, que si


te pierdes en la mirada de una persona estás
viendo como realmente es a través de sus iris.
Lo que yo vi en aquel momento no me gustó,
pude ver que estaba destrozado, y aquella era
una visión que no quería de él.
Estuve a punto de detenerlo, e pedirle que no
me explicara pero fue tarde.

—Era mi novia...—me contó mirándola—


Estuvimos saliendo por un año y medio, hace
dos años... digamos que todo terminó—dejó
caer su mano y agachó la cabeza— Y
básicamente desde entonces odio el estúpido
instituto al que fui y al que tu vas.
No comprendí esa frase, pero no le iba a
preguntar por explicaciones.

—Se llamaba Melody y bueno, la quería mucho,


pero nuestra historia no nos quería juntos—su

84
voz se quebró—Bueno, en el pasado queda—Me
levanté y lo abracé, el apoyó su cabeza en mi
hombro y correspondió, sentía un fuerte nudo
en mi garganta y no tenía del todo claro por
qué; si por que ahora estaba así por mi culpa,
por saber que había tenido novia y eso lo
alejaba de mi ya que sería heterosexual o... el
saber que ha sufrido tanto desde pequeño, con
su familia y luego con esto.

Me gustaría estar a su lado por siempre para


hacer que no se sintiese solo, debe costar
mucho que una persona con esta historia confié
en la gente y, quiero que confíe en mi.
Tras conseguir calmarse, empezamos a
practicar la nueva melodía de la canción que
había compuesto Justin, era un villancico
“Mistletoe”. Tras terminar por falta de tiempo,
cené con él. Kendall estaba con Logan y mi
madre no me quería solo, así que Justin se
ofreció a cuidarme y a limpiar los puntos pero...
eso era un tema que no quería tratar por qué...

— ¡A—au!—aparté la cabeza.
— ¡Austin!—me gritó— ¡Casi logras que tire el
alcohol!
— ¡Perdona, es que duele!—me quejé. De golpe
volví a sentir el algodón contra la herida, cerré
los ojos y apreté el puño—Shh...—chasqueé mi
lengua y esperé a que pasase.
—Te comportas como un niño pequeño...—dijo
con, ¿ternura? Se apartó y guardó el bote en un
85
cajón y tiró los algodones. Luego se acercó e
nuevo y me trajo la cena a la mesa.
—No tenías porqué hacerlo—rechisté.
—No quería que el niño pequeño se perdiera de
camino la cocina—fingí una rabieta y entonces
él se sentó a mi lado, comenzamos a comer
volviendo a poner la televisión
Pasábamos mucho tiempo con este sillón, tanto
que tenía hasta nombre “Tim” porque sí, nos
parecía buen nombre para él y punto.
Terminé mi plato de espagueti y lo dejé en la
mesa, apoyándome en el sillón, comenzando a
tener sueño. Este momento comenzaba a serme
familiar, como cuando estuve aquí por primera
vez. Salvo que ahora no me daba tanta
vergüenza apoyarme en Justin y más hoy,
quería que me sintiese cerca, quería que él
pudiese confiar en mi... Porque lo quiero.

86
14
Me desperté lentamente, mientras escuchaba el
molesto ruido de mi móvil, me estaban
llamando. Finalmente opté por levantarme,
pero el cuerpo en el que me apoyaba se
adelantó. Había vuelto a dormirme encima de
Justin y esta vez me sentía a gusto, no había
vergüenza.

— ¿Diga?—preguntó contestándolo—Ah,
señora Mahone... sí, Austin está aquí—me hice
el dormido, manteniendo mi respiración lenta y
profunda—está dormido, ¿lo despierto?... Vale,
entendido, no se preocupe, lo acompañaré al
instituto— Maldita sea, su voz estaba ronca por
el sueño y se oía tan bien —Buenas noches,
hasta mañana.

Colgó el teléfono y lo siguiente fue oír pasos por


la habitación, hasta que poco a poco se
acercaron a mí, me sujetó cuidadosamente y
volvió a su sitio, volviendo a apoyarme sobre él.
Mierda, si se volvió a poner en esta posición es
porque le gusta.
Sentí mi corazón acelerarse. Se las apañó para
taparnos con una manta— la cual supongo que
fue a buscar en entre que colgó y vino, y
entonces apoyó su cabeza en la mía,
acomodándose. Un suspiro en aprobación por
la posición fue lo que hizo antes de dormirse,
abrí mis ojos y no pude ver mucho, sólo
87
distinguía su silueta. Pero no necesitaba los ojos
para sentirlo, podía oír su respiración, podía
notar como su pecho subía y bajaba. No nos
estaríamos besando, y deseaba que lo
hiciéramos, pero no quería que este momento
se acabase, no quería dormirme, quería sentirlo
así de cerca toda la noche, por siempre si se
pudiese.
Abrí mis ojos pesadamente al sentir algo o
alguien empujándome.

—Venga Aus, levantate—me decía esa voz


suavemente. Abrí mis ojos por completo y vi a
Justin.
— ¿Q—que pasa?
—Vamos a clase—Mis ojos adaptaron una
expresión de sorpresa
—N—no quiero...
—Venga Aus—se sentó a mi lado—Tienes que
ir...
—Pero está Cody...—dije intentando que
comprendiese la razón de mi actitud
—Ya lo sé, pero venga... Sólo serán 6 horas y
entremedias está el recreo, podemos vernos ahí,
no te puede hacer nada delante de un
profesor—Tragué saliva— vamos...—tomó mi
mano para levantarse y tirar de mi. Cedí ya que
quería que me soltase lo antes posible por mi
sonrojo... Tiró demasiado de mí y casi me caigo
contra él. Me apoyé en su pecho para evitarlo y
nos miramos directamente a los ojos.
88
—P—per...
—No, fue mi culpa, perdóname a mi—sus ojos
miel cambiaron de una mirada de preocupación
y sorpresa a una dulce al verme. Se quedó
contemplando mi rostro por varios segundos, y
sonrió—Aus...—tomó mis dos manos—Hoy, en
cuanto salgamos de clase tenemos que hablar
de una cosa, ¿vale?—asentí.
—Vale...—lo miré extrañado. ¿Por qué no me lo
decía ya?

Me cambié de ropa en mi casa, tenía la llave


debajo del felpudo, ese viejo truco me había
ayudado en San Antonio por tantas veces...
Recuerdo cuando me escapé con Alex— con él
estuve hablando constantemente, menos en el
hospital— para ir a un concierto y volví a las 6
de la mañana, para mi suerte, con este truco no
se dio cuenta nadie de mi ausencia... Tomé una
camiseta bastante larga que llegaba a cubrir
por debajo de la cintura, unos jeans oscuros y
para adornar un collar dorado a juego con los
resaltes de las zapatillas. Me puse una cazadora
vaquera en lugar de jersey, de lo cuál de seguro
me arrepentiré luego.
Salí de casa y ahí estaba Justin, con su mochila
cargada a la espalda, esperándome. Él había
insistido en no entrar en casa a pesar de que lo
invité varias veces, pero bueno, está bien,
supongo. Fuimos caminando uno al lado del
otro por la acera, y el frío mañanero nos
acompañaba. Por las bocas de ambos salía vaho
al hablar, pareciese que fumábamos... Llegamos
a la esquina de la calle dónde se encontraba el
89
instituto y me paré, sentí mi corazón acelerarse,
Justin me miró, deteniendo su paso.
—Aus... No va a pasarte nada—dijo mirándome
con preocupación, se acercó a mí y estiró sus
manos hacia mi cabeza, para colocarme
cuidadosamente el gorro de lana que llevaba
para ocultar la parte rapada de mi cabeza.—El
negro te queda bien—comentó mirando el
resultado, se agradecía el intentar distraerme,
pero no colaría tan fácil
—No quiero...—susurré.
—Austin... Venga, no te pueden hacer nada con
profesores delante, además... sólo es Cody
—¿Y los demás?—le cuestioné, hizo una mueca
—Son más mayores y están en el mismo edificio
que yo, el único pequeño es Cody y,
sinceramente, aprecia mucho los estudios como
para dejar que lo expulsen
—Y—yo...—suspiré y miré el edificio, que a
pesar de estar rodeado por setos se podía
apreciar las plantas altas. Tragué saliva y miré a
Justin nuevamente—Vale...tienes razón

Él, al oírme decir eso sonrió y me abrazó.

—¡Genial! ¡Vamos!—Gritó eufóricamente. Echó


a caminar y yo con él, volviendo a andar
pegados el uno con el otro, podía sentir el roce
de nuestras cazadoras –Él llevaba una gris de
imitación de cuero—. Antes de entrar pasó un
padre acompañando a su hijo, llevando a un
90
pastor alemán con él, me quedé mirándolo, me
encantaban los perros.—Son bonitos, ¿verdad?
—Sí... pero desde que mi antigua perra murió,
mi madre no quiere más—le informé, en forma
de queja; odiaba que mi madre no me dejase
tener otra mascota aparte de Rommo.
—Bueno...—sonrió, ¿qué estaba pensando?
—¿Jus?—Lo llamé
—¿Qué?—respondió quitando la mueca
pensativa que tenía hace unos segundos
—¿Volviste? —pregunté riendo
—S—sí...es solo, tengo una idea... Vamos
dentro— Justo cuando le iba a preguntar por
esa idea que había tenido, él echó a andar y yo
fu detrás, entró en mi edificio, perdiéndose
entre la gente. Lo imité y entré, estuve
buscándolo con la vista por la entrada, una vez
divisado su peinado entre las escaleras, subí
tras él. Llegamos a mi planta, justo enfrente de
mi clase, él acaba de entrar, ¿para qué?

Entré y estaba hablando con la profesora, que


había llegado al aula antes de tiempo, al igual
que muchos otros alumnos— como Cody—
Tragué saliva y finalmente me adentré por
completo a la clase, yendo hacia mi sitio, con
ese chico que no sabía si odiar, temer o qué
mierdas sentir hacia él al lado.
Tiré la mochila a un lado de la mesa, dejando
que se apoyase en la pata y me senté. Justin
91
seguía “hablando” con la profesora, realmente
susurraba y ella le correspondía, ¿Qué estarían
diciéndose? Jus iba a llegar tarde a su clase por
mí.
Mientras tanto, el chico que tenía al lado no
paraba de mirarme, suspiré y finalmente lo
miré de vuelta. Justin se fue por fin, esa
angustia de llegar tarde por mi desapareció,
antes de abandonar la sala me dedicó una de
sus hermosas sonrisas, la cual correspondí.

—Austin...—Cuchicheó Cody.
—Déjame—le respondí.
—Cody, cámbiate de sitio por Sasha— Una
mueca de sorpresa se hizo en su rostro.
—Pero...—rechistó.
—Simpson, cámbiate de sitio.—ordenó por
última vez, Cody tomó sus cosas y se fue. En su
lugar se colocó una chica mulata, de pelo
castaño y rizado.

Las clases prosiguieron una tras otra, esta


profesora al abandonar la sala, habló con la
siguiente, también sobre mí... Ciencias,
literatura y gimnasia... La última, con la cosa de
los puntos no la hice, aunque fue realmente
incómodo tener que quitarme el gorro delante
de todos para que vieran la mierda de herida
que tenía allí. Pude apreciar que Cody, al verme
sin gorro, puso una cara de culpabilidad.

92
Finalmente, la clase terminó, después de que el
profesor les mandase calentar y jugar al fútbol
–a mí me dio una libreta, para aprender la
lección de forma teórica—. Todos fueron a los
vestuarios para cambiarse y asearse, menos
Cody.
—A-Austin...—Me llamó por detrás de mí, lo
ignoré y caminé más deprisa—¡ Austin!—echó a
correr hasta que llegó a mi altura y me sujeto
del brazo
—¡S—suéltame!—ordené/pedí, mi respiración
al igual que mis latidos se aceleraron. Él me
observó de arriba abajo con sus ojos azules.
—Ven— ordenó, tirando de mí. Me quejé e
intenté soltarme, pero apretó más. Me
arrinconó contra la pared del gimnasio.
—¿Qué mierdas quieres?—pregunté con asco.
—Austin...—su expresión de cabreo se tornó a
una de ternura, ¿Qué cojones?
—Déjame en paz—me intenté soltar e irme y
casi lo consigo, pero él me empujó contra la
pared, mi cabeza se golpeó levemente—¡Au!
—P—perdón...—dijo mirándome preocupado.
Llevé mi mano a la nuca—Austin yo... me quería
disculpar por lo que pasó.
—¿Y ya? ¿Crees que con un simple perdón se
soluciona todo? ¡Casi me matáis!

Se quedó en silencio y agachó la cabeza.

93
—Llego a saber que te drogas y no te habría
dirigido la palabra nunca...—dije antes de
marcharme corriendo.
—¿Pero a Justin si te acercas?—Me paré de
golpe, volteándome a ver.
—¿qué?
—Eso... que a mí no te acercas por las drogas,
cuando sólo me perjudico a mi mismo pero, si
te acercas a Justin que te trata como un
juguete—Apreté el puño.
—¡Él no me trata como un juguete!—le grité,
¿cómo osaba a hablar así de Justin? De MI
Justin, le quiero mucho como para permitir que
digan que es un manipulador.
—Es verdad, no te trata como un juguete, sino
como a un sustituto.

¿Qué? ¿Cómo que un sustituto?... ¿Cody se


estaría refiriendo a ser el sustituto de Melody?
No, ¿cómo podía siquiera pensar eso?

94
15
“Te trata como un sustituto”
Esas palabras resonaban en mi cabeza. Es cierto
que Justin tenía novia y... no sé como
acabarían, pero venga, ¡no puedo ser el
sustituto de esa chica!

—No sé de qué hablas...—Un suspiro, en forma


de burla, abandonó su boca— Déjame en paz,
¿quieres?—Se acercó a mi lentamente
—Ay Austin... ¿Justin no te contó de su pasado?
—Su pasado no me incumbe—respondí, a punto
de abandonar el lugar.
—¿No te contó sobre Melody? —Me detuve de
golpe, ¿Cómo sabía él sobre ella?
—¿Qué sabes de ella?—Pregunté interesado,
una sonrisa ladina asomó por su cara. De golpe
sacó su teléfono del bolsillo y se acercó a mí.
—Sé bastantes cosillas, como que era una chica
que tenía un año más que yo y que tú...— “que
tenía” ¿porqué hablaba en pasado?
—¿Porqué cortaron Justin y ella?—pregunté
directamente, él me miró, un poco sorprendido.
—¿Ni eso sabes?—tragó saliva y contempló su
teléfono, creo que debía ser la página de
instagram. Me la mostró por un momento,
aunque por el reflejo no pude apreciar mucho.
Una sonrisa apenada se formó en sus labios—
95
Ella....murió. —Abrí mis ojos, sorprendido por
la noticia.
—¿cómo que murió?
—Pues ella... No, no creo que sea apropiado,
esto sí que respeto que te lo diga o la familia de
ella, o Justin.

Ladeé la cabeza en forma de duda, ¿porqué los


detalles de su muerte me los tendría que decir
alguien cercano como...?
Maldición.
Si ella murió, quiere decir que no había roto con
Justin ni viceversa.... Por lo que aún la quiere.
Sentí una punzada atravesar mi pecho. Cody se
acercó a mí de nuevo.

—Bueno Aus, nos vemos luego—tocó mi


hombro y se marchó del lugar, dejándome allí
solo.

Tras sonar el timbre, anunciando el descanso,


reaccioné. Fui hacia la salida del instituto,
esperando encontrar a Justin allí... Vaya, por
primera vez, verlo, me pondría triste. Pasé
entre la multitud de la entrada y, justo en frente
de mi, apoyado en el muro, estaba él.
Sonrió al verme y se acercó.

96
—¿Qué tal?—preguntó—¿Te ha dado alguien
problemas?
—No—sonreí falsamente—Tranquilo, de
momento todo me fue estupendo—mentí. El
hecho de saber que no había cortado con su
novia me quitaba todas las posibilidades de
salir con él, aún la quiere y aún no la superó.
—Me alegro—sonrió nuevamente y se acercó a
mí, colocándome el gorro de nuevo—Austin
yo... te quiero decir una cosa—Me miró a los
ojos directamente, transmitiéndome
nerviosismo pero a la vez felicidad.
Ladeó la cabeza a ambos lados y, al ver la
multitud, me tomó de la manga y me alejó.
Salimos del recinto y él me guió hasta el parque
de enfrente, el cual también tenía algunos
alumnos que eran más rápidos que nosotros.
Noté un ruido de queja provenir de su garganta,
como un gruñido y entonces me agarró más
fuerte a manga de la cazadora, haciendo que me
resultase tirante.

—¿J—Jus?—Pregunté confundido, ¿por qué me


traía aquí?

Finalmente el se adentró, junto conmigo entre


los verdes arbustos y los troncos de los árboles,
quedando totalmente apartados del resto del
parque. Él se veía aún más nervioso que antes,
¿Qué planeaba?

97
—Austin...—Bajó su mano, soltando la manga
de la prenda de ropa y tomando la mía. Con el
otro brazo imitó la acción, me sonrojé.
—¿S—si?—pregunté nervioso. El sonrió
dulcemente y como pudo, me miró a los ojos.
—Verás...t—tú...—pude notar cómo se tensó y
tragó saliva— M—me...gustas.
Abrí mis ojos, sentí mi corazón detener por
años y latir en breves instantes, a toda
velocidad, parecía que se me fuese a salir del
pecho. Era consciente de todo, pero a la vez
fuese como si estuviese en las nubes. Madre
mía, esto es un sueño hecho realidad, ¡se me
acababa de declarar! Una sonrisa tonta se
formó en mi cara.

—¿T—te gusto?—volví a preguntar, incrédulo de


lo que anteriormente había oído.
—Sí Austin, me gustas—aseguró, más confiado
de sus palabras.
—Dios...—No pude evitar soltar una risa del
nerviosismo y la felicidad que estaba
experimentando en este momento. No sabía
qué hacer, así que sólo lo abracé, mis manos se
fueron bajo sus brazos y, estos rodearon mi
cintura—Dios...—volví a repetir, sintiendo que
mi corazón se saldría de mi pecho en cualquier
momento, quedamos abrazados por unos
cuantos minutos y de golpe, Justin se apartó
suavemente, mirándome a los ojos y, como por

98
inercia, nuestras caras se acercaron y, ¡pom!,
estaba dando mi primer beso.

Cerré mis ojos al sentir sus labios contra los


míos, no sabía qué hacer, sólo movía mi boca al
compás de la suya. De golpe, sus dientes
mordieron mi labio inferior y al quejarme, su
lengua se coló en mi boca, para jugar con la
mía—cosa que tampoco tenía claro cómo
hacer— Sentí su mano sujetando mi barbilla.
¿Mariposas? No, realmente no sentía eso. En
mi estómago lo que había era una estampida de
caballos salvajes, galopando de un lado a otro.
Justin se separó poco a poco, nos miramos por
unos segundos.

—Esto es...
—Perfecto—interrumpí. Aún o miraba como si
fuese estúpido, aunque ese adjetivo para
describirme se me queda corto. Más si se
trataba de mi relación hacia él.
—Más que eso... Dios, Austin, me has estado
gustando al poco de conocerte y ya... por fin
tuve el valor—extendió su mano y tomó la mía.
—Me gustaste desde que te vi mirándome jugar
baloncesto—confesé, besando su mejilla—te
quiero, te quiero, te quiero...—repetí. Él me
sonrió tiernamente y acarició mi rostro.
—Aún recuerdo cuando vi a esos mal nacidos
tirarte al agua...Me asusté, no sabía qué hacer
99
y...y... que ahora estés aquí, me hace sentir...
orgulloso.

Iba a contestarle, pero oímos la campana sonar


desde nuestra posición. Él comenzó a guiarme,
sin soltarme la mano. Definitivamente esto
debía ser un sueño, el sueño que adornaba mi
mente desde que lo vi por primera vez, y más
desde que nos conocimos.
El sueño se desvaneció, de golpe era pesadilla.
Y no sólo porque Jus y yo nos separamos para ir
a estudiar, sino porque vi a Cody cuando la
profesora lo mandó salir a la pizarra. Me volvió
a la cabeza la conversación que tuve con él y no
sé, no puedo creer que Justin me trate como un
sustituto, él no es así.
Paré de pensar en eso y volví a re—memorizar
el hermoso momento de Justin declarándose,
joder, desearía haberlo grabado en algún lugar
aparte de mi mente, aunque quedaría grabado
para siempre en mi corazón... Aún no me lo
creo.

100
16
Mis dedos se colaron por cada rincón de su
pelo, enredándose en este, adoraba ese color
castaño dorado. Él tiró de mi cintura, pegando
más nuestros cuerpos, mientras tanto nuestras
lenguas peleaban entre ellas por tomar el
control de nuestras bocas. Noté como poco a
poco me quedaba sin aire, por lo que me separé
lentamente.

—Te quiero—susurré, con nuestras frentes


pegadas, le miré y pude apreciar una tierna
sonrisa.
—Aus...—beso la punta de mi nariz y
permanecimos abrazados, con nuestras frentes
juntas, el resto del tiempo que nos quedaba
antes de irnos a entrenar, amaba pasar tiempo
con él... Más desde que hace — casi— 4 meses
que somos pareja. Desde el día en el que él se
me declaró y empezamos a salir todo en mi vida
había mejorado; mis notas, mi asistencia a
clase, mi forma de jugar, mi forma de tocar la
guitarra... Pero especialmente cambió mi
ánimo.

Nunca me he considerado un chico triste, pero


por Dios, estaba tan feliz de tenerle a él a mi
lado, tenía ganas de levantarme por las
mañanas para verle, ganas de ir al instituto por
en el camino iba con él, ganas de aprobar para
que estuviese orgulloso de mi. Le quería, le
quiero y le querré pase lo que pase.
101
Tomó mi mano y me guío hasta la puerta de su
casa, cosa que no hacía falta puesto que ya la
conocía, una vez fuera soltamos nuestro agarre
y avanzamos por la calle el uno pegado al otro, a
pesar de llevar ya un tiempo no queríamos que
nuestros vecinos se enterasen, ni si quiera mi
madre lo sabía y bueno... en el instituto se
enteraron varias personas, entre ellas Cody y
desde entonces no hablamos, él continuaba en
el equipo de baloncesto pero siempre por su
cuenta y en clase me hace el vacío
completamente, así que nada, fue él quien
decidió separarse sólo porque salía con Jus, es
su problema.

—Escucha Aus. —me susurró de golpe al oído,


sonreí y lo miré de vuelta, clavando mis ojos en
los míos.
—Dime, Kidra— le puse el apodo de "kidrauhl"
hace un tempo, ni si quiera sé de dónde salió,
pero esa era mi forma especial de llamarle y no
la iba a cambiar, sólo yo podía llamarlo así.
—Ya sabes. Esta semana, el viernes.
—Es nuestro aniversario— completé sonriendo
por completo, aún no me creía, qué ya íbamos a
hacer 4 meses juntos, era una idea que ni si
quiera se me pasaba por la cabeza, por el hecho
de que a mí no me parecían ni si quiera dos
meses, con él a mi lado perdía la noción del
tiempo por completo.
—Exacto y...—de pronto me tomó de la cintura
y me besó en los labios. El beso fue tan rápido
102
que no fui capaz de corresponderlo—pensé en
hacer algo especial.

Mi sonrisa estúpida no se quitaba de mi cara,


con estos pequeños detalles me enamoraba más
y más. Me pegué más a él y acaricié la palma de
su mano con mis dedos.

— ¿Algo especial?—pregunté en su oído—¿El


qué?
—Ya verás. —sonrió. Tomó mi mano y prosiguió
caminando, me pareció extraño este
comportamiento pero no hice amagos de
apartarme, quería que me viesen con él, con el
mejor novio del mundo— Te quiero—susurró,
pero para mí fue perfectamente audible.
Durante el resto del camino fui pensando en
nosotros; creo que sería la cuarta o quinta vez
que nos tomábamos de la mano en público, y
bueno... no nos habíamos mostrado mucho en
público como novios. Sólo nos tratábamos
como pareja dentro de nuestras casas y en la
mía en caso de que mi madre no estuviese. No
podía evitar darle vueltas a esto pero, quizás yo
no me terminaba de comportar como un novio
para él, llevábamos 4 cortos meses saliendo y
aún no habíamos hecho "cosas malas".
Es mi primera relación y no sé cómo
comportarme, sólo sé que quiero pasar todo el
día con Justin a mi lado, pero eso era algo que
deseaba de antes de ser novios, recuerdo
cuando dejé de ir a casa de Cody para que fuese
103
Justin quien me enseñase a tocar la batería, y
no hablemos de los infinitos partidos que
habremos jugado en la plaza de garaje de mi
jardín, lo bonito de esto era jugarlos cuando ya
salíamos puesto que después tocaba pelea de
besos.
Suspiré al recordarlo y miré a Jus, iba
concentrado en el camino, pero sonriendo. Besé
su mejilla de improvisto y comencé a caminar
más rápido

—¡Vamos a llegar tarde si te quedas así de


empanado!—sonreí y empecé a tirar de él,
sonrió yechó a correr, alcanzando mi ritmo.
Corrimos hasta llegar en frente del instituto, y
entonces ahí todo se rompió, él soltó mi mano.
Comenzó a caminar y yo fui tras él, pensándolo
bien, si nos viesen como pareja posiblemente
todo el instituto se nos echase encima con
insultos, ''bromas'' y hasta quizás agresiones
físicas.
******
—¡Chicos, venid aquí!—Nos llamó el entrenador
Terrence, tras varios minutos de entrenamiento
por parejas; pases, defender, estrategias. —
Sabéis que se acerca un partido importante,
¿verdad? —Todos los del equipo asentimos al
unísono— Bien, a partir de mañana
empezaremos con las estrategias, la colocación
y demás preparación para el partido, ahora
continuad. —Tras decir esto abandonó el
gimnasio, dejándonos a todos allí. Justin y yo

104
nos volvimos a la esquina de la pista, mientras
que el resto del equipo salía fuera a correr.

Su mirada se clavó en la mía, comenzamos a


caminar, él de espaldas y yo de frente a él, nos
colocamos en mitad de la pista, Justin sonrió
ladinamente.
— ¿Un 1 contra 1? —propuso, yo sólo asentí—
Bien. —nos incorporamos y él lazó la pelota al
aire. Ambos saltamos con la intención de tener
su posesión, le di un manotazo, impulsándola a
mi campo, al volver al suelo corrí hacia ella y
Justin comenzó a correr hasta el área de mi
canasta.

Cuando tomé la pelota llegué justo a estar


delante de él, quien me cubría para que no
lanzase, boté la pelota varias veces contra el
brillante suelo de la cancha, Kidra intentó
arrebatármela varias veces, pero yo era rápido
también, puesto que no podía avanzar sólo
intenté marcar desde mi posición, si entraba
sería un triple, ¿por qué no? Apunté lo mejor
que los brazos de Justin me dejaban y tiré... No
entró, rozó el aro y cayó al suelo, Jus
rápidamente fue a por ella y de golpe comenzó a
correr hacia su portería, ¡mierda! Tenía que
alcanzarle, eché a correr hasta ponerme a su
lado, estiré mi brazo para intentar arrebatársela
y funcionó.

105
Estuvimos peleando de campo a campo a saber
por cuánto tiempo, me perdía en su mirada
constantemente.
—Jus—dije frente a él, sonriendo, tratando de
quitarle la pelota
—Estás muerto, ¿eh?—dijo con su respiración
algo agitada — tienes toda la cara sudada —río.
—Estoy como tú—respondí divertido, de
pronto, él se me quedó mirando por unos
segundos, soltó el balón y se acercó más, para
besarme.

Me empujó hasta que mi espalda dio contra la


pared del gimnasio, sonreí y correspondí el
beso. Llevé mis manos a sus hombros, con la
intención de rodear su cuello pero él me tomó
de las muñecas y las sujetó contra la pared
mientras seguía el beso. Mordió mi labio y yo
abrí mi boca, dejando que su lengua entrase.
Poco a poco Justin decidió apartarse levemente.

—Joder, te quiero. —Susurró, para después


mirarme y besar mi frente. — Te quiero mucho.
—su voz sonaba algo más ronca de lo normal y
más profunda, al punto de que logró que todo el
bello de mi cuerpo se erizase. Sólo eran
nuestras miradas en este momento, nos
habíamos clavado en los ojos del otro.
—Te amo. —le dije, sin apartar mí vista de él.

106
La puerta se cerró. No la habíamos oído abrirse,
¿por cuánto tiempo?

—Oh, qué conmovedora escena. —dijo


irónicamente la persona que se encontraba
ahora dentro del gimnasio con nosotros. Tenía
un móvil en la mano, mierda, nos grabó.

107
17
Miré con miedo el móvil que sostenía Cody,
mierda, ¿enserio nos tenía qué grabar? Se aceró
un poco más, quedando a la mitad de la cancha.

—Dios, ha sido tan meloso que me han dado


hasta ganas de vomitar. —Justin apretó los
dientes, pude ver que cerró su puño y lo apretó.
— ¿Qué coño harás con el vídeo?—preguntó, el
enfado se notaba en su voz. Cody sonrió.
—No sé, capi, ¿qué debería hacer con el
vídeo?—Justin se acercó a él.
—Eres un maldito niñato.
—Y tu un engreído... pero bueno, ¿Qué se le va a
hacer?—Apoyé mi mano en la tensa espalda de
Justin quién, al notar mi tacto se relajó un
poco.
—Cody, ¿podemos hablar?—pregunté lo más
amable posible, lo que el enfado y el miedo me
permitían ese momento. Él me miró extrañado,
finalmente asintió y yo eché a andar con él
hacia la puerta, Jus se quedó ahí parado.
Fuera había comenzado a hacer frío y yo estaba
sin abrigo y sudado, el cambio de temperatura
fue brutal para mi cuerpo.

—B-bueno. —comencé a hablar, tratando de


que no se me notase los nervios. —Cody, por
favor, no subas eso.
108
—Dame una maldita razón por la que debería
hacerlo—pude notar frustración en su voz.
—Si todos supiesen que Jus y yo somos pareja
nos iría mal aquí.
—¿Y a mi qué?—Abrí mis ojos, ese comentario
me había molestado bastante.
—¿Enserio no te importa jodernos de esa
manera?—el negó—Cuando tú y tus amiguitos
me tirasteis por aquel puente a ti te quité la
denuncia.
—Joder Austin...—suspiré—no quiero subirlo
por joderte a ti... es por Justin.
—No lo entiendo... ¿Nos has visto antes? herirle
a él es herirme a mí...—noté que apretó sus
puños.
—No lo entiendes. Simplemente no lo
entiendes.
—Mira, si quieres causar problemas,
cáusamelos a mí pero a él déjalo en paz.

Cody de golpe se fue, ya llevaba su mochila


puesto que al entrar al gimnasio la cogió. Vi
como su figura desaparecía al girar la esquina y
suspiré; a mí me daba igual que todo el instituto
me bulease, que me tuviesen asco...incluso que
me echasen del club de baloncesto. Pero, para
Justin todo esto valía más, él estaba luchando
por una beca para convertirse en jugador
profesional y si se enteran de que es gay quizás
todo eso se desvanezca, todos esos sueños por
lo que él ha estado luchando... por mi culpa. Ser
109
gay aquí no está bien visto y parece que por
serlo pierdes derechos.
Empujé la puerta del gimnasio y al entrar, lo
pude divisar; estaba sentado en una grada con
la mirada perdida en alguna parte del suelo. Fui
hacia él y me senté al lado.
—Austin yo. —Comenzó a hablar de
improviso— yo te quiero...mucho... t—tengo
miedo de que al ver ese vídeo la gente te haga
daño y...y.... si yo te llegase a perder por algo
así...—me miró, sus ojos estaba cristalizados.
Le besé. Tomé su mano y la apreté.
—No quiero que el video te joda la beca Jus...—
me miró con cara de pena—es lo que más me
importa ahora...—acaricié su mejilla.
—Estás helado. —Tras decir aquello me
abrazó—Vamos a los vestuarios anda.
Nos vestimos y volvimos a nuestras casas en
silencio, sólo un "te quiero" por su parte lo
rompió tras darnos un beso de despedida en la
puerta del hogar de Jus, un "te amo" por mi
parte lo siguió, le besé la mejilla y me fui a casa.
Los siguientes días transcurrieron de forma
normal; en el instituto nada había cambiado,
así que deducimos que Cody no difundió el
vídeo. También tuve un empeoramiento
sanitario, me encontraba algo mal.
—Aus, pásame mi mochila. —Me pidió Justin al
otro lado de la mesa, tomé la mochila roja y la
pasé por encima de nuestros almuerzos— ¿Qué
clase tienes ahora?—preguntó mientras re
buscaba algo.
110
—Eh... —me quedé mirando a otro sitio
pensando—matemáticas, creo—Pude oír que
chascó la lengua— ¿Qué ocurre?
—Te iba a pedir que nos quedásemos en esta
hora, pero por lo que veo no puedo, necesitas ir
a esa clase—Tosí un poco de repente.
— ¿por qué quieres saltart...?
—¿Y esa tos?—preguntó sin dejarme terminar.
—No es nada... habré cogido algo de frío—me
miró preocupado.
—¿te has notado fatigado o algo?—volvió a
preguntar, ¿por qué se preocupaba tanto?
—Un poco pero estoy bien, tranquilo.
De repente sonó el timbre, indicando que debía
volver a clases. Tomé mis pertenencias, le
sonreí y comencé a irme.
—Espera...—me volteé a verle y de repente besó
mi mejilla—intenta pasarlo bien en clase—mi
sonrisa aumentó.
—Luego nos vemos, precioso.
Las siguientes horas fueron terribles puesto
que mi cabeza comenzó a doler, mucho. Quizás
Jus se preocupó con razón. Oía todo el rato la
voz de la profesora de matemáticas retumbando
en mi cabeza, luego pasó a ser la de historia y
más tarde la de literatura. Entre medias el ruido
del timbre me apuñalaba los tímpanos. Mierda,
enserio comenzaba a sentirme muy mal. Sonó
el último timbre y todos salieron despavoridos

111
de clase, menos yo. El dolor de cabeza ahora era
mareo también, mierda.
Llegué a la puerta del edificio y allí estaba
Justin, me jodió que hubiese llevado razón al
preocuparse tanto, intenté fingir y pretender
que yo estaba bien, pero Justin es la única
persona que puede leerme completamente.

—Tienes mala cara, Aus...—me comentó


preocupado.
—Tranquilo, estoy bien —mentí, intentando
sonreír.
—¿Seguro?—solamente asentí mientras
comenzaba a caminar, quería llegar a casa y
estar en la cama toda la tarde.

Yo iba caminando a un ritmo más lento de lo


normal y aunque no lo quisiese, Justin lo notó,
pero no dijo nada, mejor para mí. El dolor de
cabeza cada vez se hacía más y más
insoportable, logrando que maldijese al maldito
frío, en San Antonio apenas sabía lo que era un
constipado y aquí a la mínima que pillas uno
empeora.
Finalmente tras unos cuantos minutos de un
silencio que en otra situación me hubiese
parecido incómodo, llegamos. Agradecí la falta
de sonido de vuelta, realmente era un gusto
poder volver así sin que mi dolor de cabeza
empeorase por escuchar algo.

112
Justin me tomó de la mano y me arrastró un
poco hasta su casa, opuse resistencia, se volteó
y me miró extrañado.

—Kidra, cielo, me quiero ir a mi casa


directamente... además, no te quiero besar no
vaya a ser que te lo pegue—bromeé.
—Aus. —soltó mi mano y me acompañó hasta la
puerta. —¿Seguro que estás bien?—asentí.
—So—sólo necesito dormir, tranquilo—Nos
despedimos y yo entré directo hacia las
escaleras, hacia mi habitación. Me quedé en
boxers, tirando mi ropa y la mochila por ahí y
me metí entre las cobijas de mi cama, deseando
que con una buena siesta todo mejorase.

Pero no fue así.


Cuando mi madre vino a la noche me tuvo que
dar medicación, puesto que tenía fiebre. Y de
vuelta a la cama... Eran las once de la noche y el
martes amenazaba con irse y dar paso al
miércoles, día que falté a clase. No tardé en
tener a Justin en la puerta preguntando por mí,
mi madre le estuvo contando y le explicó que
necesitaba unos días de reposo, lo cual
agradecía.
Estaba con medicamento cada 8 horas y a
pesar de que sólo llevaba dos días tomándolo
había mejorado lo suyo; me sentía más aliviado
con la tos, la fiebre me había bajado— aunque
aún tenía—, las náuseas desaparecieron... Y el

113
maldito dolor de cabeza sólo aparecía por
momentos.
El jueves por la tarde Jus vino a verme,
necesitaba verlo, así que cuando oí que la
puerta se abría y a él hablar me sentí como el
típico perro que se alegra cuando sus amos
vuelven a casa. La puerta de mi cuarto comenzó
a abrirse.

—¿Aus?—preguntó dulcemente.
— ¡Kidra!—exclamé contento, él sonrió al verme
así y se acercó a la cama para darme un beso en
la frente. Sonreí como todo un idiota por el
gesto.
—Dime que estás mejor por favor...—pidió, ¿el
verme tan animado no le servía?
—Ay jus, sólo es un catarro, tranquilo, no es el
fin del mundo... estoy bien—de pronto miré la
hora—deberías estar entrenando.
—Ya, tú deberías estar sano y no te digo nada—
miró el reloj—me apetecía estar más contigo.
Me sonrojé por completo.
—Eres tonto. —Dijemirando a otro lado—
puedes hacer algo que me parezca mal, siempre
sabes cómo convencerme.
Besó la punta de mi nariz.

—Sólo dije la verdad, tonto.

114
Justin pasó el resto de la tarde conmigo,
preocupándose de traerme la cena, preocupado
por traerme la medicación...es un cielo. MI
cielo.
Finalmente llegaron las diez de la noche, hora a
la que debería dormirme y él lo sabía y me
estuvo incordiando con eso por más de treinta
minutos. Tras insistir conseguí algo que he
estado deseando por mucho tiempo; dormir
juntos. Lo conseguí con la excusa de que sólo no
iba a dormir y necesitaba de una muy muy
dulce compañía—Je, yo también poseo el arte
de la convicción.
—¿Seguro que quieres que durmamos juntos?—
preguntó antes de empezar a desvestirse.
—Más que seguro cielo, quiero pasar una noche
a tu lado—me pegué al extremo de la cama para
dejarle sitio y él entró, se quejó del frío así que
opté por abrazarlo, podía sentir su calor, su olor
y su compañía... ¿Qué más podía pedir?
—Austin. —me llamó, el sueño se notaba en su
voz, ya que estaba algo ronca.
—¿Hm?—le hice notar que aún estaba
despierto.
—Te quiero. —Dios, cómo con dos palabras
podía llenarme emocionalmente. Me pegué más
a él y apoyé mi cabeza encima de su pecho, casi
su hombro.
—Te amo almohada mía. —respondí casi
dormido.

115
Realmente no lo entendía, cómo una persona
que conozco de relativamente poco podía
hacerme sentir así, cómo él que hace unos
meses no era nada más que un desconocido,
ahora lo era todo. Había anhelado una noche
como esta durante mucho tiempo... él y yo,
abrazados, durmiendo juntos, compartiendo
sueños. Besé su mejilla y volví a acomodarme,
sintiendo sus latidos y escuchando su
respiración, la cual se volvía más y más
profunda... Esto era un sueño del que no me
quería despertar.

116
18
—Hm...—me revolví en la cama un poco y de
pronto noté un brazo sobre mí, entre abrí mis
ojos y pude contemplar un rostro angelical a mi
lado, el de Justin. Cerré mis ojos y aferré mis
manos a ese brazo, intentando dormir de
nuevo, cuando de repente reaccione;
—¡Kidra!— grité. Él se despertó con un
espasmos y me miró asustado
—¿Q-Qué?—preguntó confundido
—Tienes que ir a clase—le dije, mientras que mi
vista buscaba un reloj. Mierda, era ya media
mañana, se había perdido tres ya —Justin... no
te digo que no estés conmigo pero joder, no
faltes a clase por m...— Calló mi boca con un
beso
—Buenos días rey—dijo mientras se
acomodaba de nuevo en la cama
—¡Justin!
—Sh... hoy falto para quedarme contigo tonto—
llevó su brazo a mi cintura y tiró, haciéndome
caer por completo al colchón. Besó mi
hombro—quería estar con mi novio el día de
nuestro cuarto aniversario—De golpe una
sonrisa estúpida se formó en mi cara y lo abracé
—Te quiero—susurré, él soltó una risita y besó
mi mejilla
—Te quiero bebé—Me acomodé mejor sobre su
pecho y él llevó su mano a mi pelo, comenzando
a acariciarlo

117
—No soy tu perro—bromeé mientras que sus
latidos y su actividad me iban adormeciendo.
—Aún es pronto para despertarnos...—susurró
acomodándose un poco mejor, besó mi cabeza y
prosiguió acariciando mi pelo hasta que caí
dormido.

No sé por cuánto más tiempo dormí, tampoco


me importaba la verdad, era mejor pasarse el
día durmiendo que odiando estar en la cama.
Un aroma apetecible entró en mi habitación,
me desperté al olerlo y pude ver que Jus no
estaba en la cama conmigo

—pf...—me revolví y me levanté de la cama,


tomé el pantalón del pijama y me lo puse, para
después colocarme directamente un jersey
bastante ancho. Bajé a la cocina y allí estaba;
frente a fogón, con una sartén en mano. Aspiré
el olor y pude apreciar las tortitas, entré y me
coloqué tras él, apoyando mí barbilla en su
hombro—huele delicioso—susurré. Él esbozó
una sonrisa y las sacó de la sartén, las dejó en
el plato que tenía al lado y se fue a la nevera,
sacando un bote de sirope

—¿Comemos?—propuso feliz. Nos sentamos y


desayunamos juntos, perdiéndonos entre
miradas y risas estúpidas por mi parte. Le
quería. Definitivamente le quería mucho.

La mañana y la tarde fueron pasando así, uno


118
en compañía del otro. Tras desayunar
recogimos un poco la casa, yo ya me sentía
mucho mejor así que podía hacerlo. Tras la
limpieza vimos una película, trataba de dos
jóvenes enamorados que no se atrevían a
decirse que se querían, hasta que el muchacho
toma el valor de decírselo a la chica varios años
después... cuando ya tenía marido. La dichosa
película me hizo reflexionar; ella aún estaba
enamorada del muchacho pero ya estaba casada
y entonces, ¿Toda su vida al lado de una
persona que no quieres? Debe ser un
suicidio...Tras acabar la película tratamos de
jugar baloncesto, pero un 1vs1 no me era
posible por mi estado de salud, así que sólo
jugamos a pasarnos en balón desde la distancia,
hasta que me dio un ataque de tos y Jus me
obligó a entrar. Nos acurrucamos en el sillón
tras tomar mi medicación y permanecimos
juntos por varios minutos; mi cabeza en su
hombro, su mejilla en mi cabeza, sus manos
rodeando mi cintura... Era perfecto.

—¿Sabías que eres guapísimo?—solté de golpe,


él sonrió y me miró
—¿Y ese comentario?
—Sólo hacía una observación, te tenía
preparado un regalo especial para hoy per-
—¡Es verdad!—Exclamó—Aus, cielo, ¿puedo
coger tu guitarra?

Asentí, tras ese gesto él salió pitando, subió las


escaleras y lo siguiente que oí fue la puerta de
mi cuarto dos veces
119
—¿Qué diablos?—pregunté divertido al verle
posicionarse con la guitarra entre sus brazos
—Te he hecho una canción—sonreí como idiota
ante eso
—No... ¿Enserio me hiciste una canción?—El
asintió—Dios, necesito escucharla—Me
acomodé en el sillón y me quedé mirándolo
fijamente, impaciente.

Él entonó la voz y comenzó a tocar la guitarra a


la vez que cantaba

—As long as you love me, as long as you love


me, as long as you love me...—Dejó de mirar la
guitarra y se me quedó viendo fijamente,
penetrándome con su mirada miel...
We're under pressure, seven billion people in
the world trying to fit in.
Maldita sea. Su voz se escuchó jodidamente
genial, la canción era perfecta. No pude evitar
saltar a abrazarlo, realmente era preciosa y se
había molestado en hacerla para mí. Sólo para
mí...

—TE QUIERO, TE QUIERO, TE QUIERO—


repetí constantemente mientras besaba su
mejilla. Él sonrió, dejó la guitarra en el sillón y
me abrazó—muchísimas gracias Kidra, es
preciosa...—me separé, lo miré la cara y lo besé,
sentí sus brazos apoderándose de mi cintura y
apretándome un poco contra él. Nos separamos
por falta de aire—Te voy a pegar el resfriado—

120
comenté, él me miró con una
sonrisa...¿burlona?
—¿Crees que me importa?—me besó de nuevo—
Ya estoy enfermo por ti—sonreí de nuevo ante
eso. Me miró curioso—¿Cuál es mi regalo bebé?

Me sonrojé. Dios... sentía mi cara arder como si


de un incendio se tratase

—E-eh... v-veras yo...—mi mirada se quedó


contemplando el suelo— Es que, llevamos...
llevamos cuatro meses y, no hemos hecho...
una c-cosa específica de...de pareja...
—Tonto...—sonrió de lado y me besó— ¿Quieres
hacerlo?—preguntó de manera más calmada
—Y-Yo...—No puedo negar que más de alguna
vez me he imaginado haciéndolo con Justin y
ahora mismo quería, 4 meses con él... quiero
demostrarle le amo sin dudas, y voy a hacerlo.

De pronto me besó y realmente lo agradecí. No


era capaz de contestar. Rodeé con mis brazos su
cuello y lo atraje más hacia mí, sintiendo
nuestros cuerpos rozarse. Tras la pequeña
guerra de lenguas nos separamos y no pude
evitar gemir, ya que su pierna hizo presión en
mis partes.

—A tu cuarto, ya—ordenó de repente,


tomándome de la mano y guiándome –lo cual
es gracioso porque es mi casa-

Entramos y el cerró la puerta sin cuidado,


121
dando un portazo. No me importó. Me miró y
mordió su labio para después abalanzarse sobre
mí y comenzar a besarme de forma
desesperada, correspondí a los besos de forma
gustosa

—Dios... —jadeó Justin tras sentir mi mano


adentrarse bajo su camiseta. De pronto
necesitaba tocarlo, necesitaba sentir su piel.
Y proseguimos...
Al sentir su mano adentrarse en mis bóxers me
di cuenta de la situación; ambos estábamos de
rodillas sobre mi cama, sólo en ropa en interior
y sin parar de besarnos

—Ah...Jus—apoyé mi mano encima de su brazo,


con el cuál había empezado a masturbarme por
debajo del bóxer, me los quité para que le fuese
más fácil y al verle recorrer cada centímetro de
mi piel con sus ojos me sonrojé—joder...—
susurré del placer que me provocaba su mano.
Estiré la mía y ejercí presión sobre su erección,
él movió sus caderas y amé esa reacción, por lo
que, con movimientos torpes imité lo que él
hizo conmigo, colé mi mano por su ropa
interior y empecé a acariciarlo. Cerró sus ojos y
aceleró sus movimientos—A-ah...—eché mi
cabeza hacia atrás y mi mano volvió a su brazo,
apretando.

De golpe el paró. Lo miré confuso y me besó

122
—No quiero que se acabe ya cielo...—acarició mi
pelo y besó mi cuello de nuevo, comenzando a
dejar marcas—eres mío...eres completamente
mío...—susurró, mientras mordía mis pezones y
continuaba bajando. Alcé mi cabeza al verle
trazar con la lengua un recorrido de saliva hasta
mi ingle, me miró burlón y de pronto se levantó
de la cama. Mi mirada de confusión lo seguía
por toda la habitación. Tomó su cartera de la
mochila y sacó un plastiquito, tiró la cartera y
volvió a la cama, dándome un apasionado beso
nada más llegar. Abrió el condón con la boca
mientras me miraba.
Me empujó y yo caí boca arriba en el colchón,
él se posicionó sobre mí con el preservativo ya
puesto y llevó su mano a mi boca. Lo mire con
dudas, el rió

—Venga, ¿lo has estado haciendo bien y ahora


te entran las dudas de qué hacer? —Preguntó
divertido, su mirada cambió de golpe— sólo,
chúpalos—me ordenó con deseo. Yo lo hice y
tras unos minutos, quizás segundos los sacó de
mi boca y bajó hasta mi...
—Ah—gemí de dolor al sentir dos adentrándose
en mí. Justin comenzó a moverlos y yo arqueé
mi espalda intentando apartarme, él besó mi
abdomen y comenzó a acariciar mi pene con su
mano libre. Introdujo el tercero y los movió por
minutos, que a mí me parecían años hasta que
dejó de doler. Los sacó y se posicionó con su
miembro rozando mi entrada, ejerció presión y
lo noté adentrarse en mí. Tomé con una mano
las sábanas y con otra el brazo de jus, clavando

123
mis uñas.—¡Justin!—cerré mis ojos fuertemente
y mordí mi labio, no quería preocuparlo...
Él besó mis labios y comenzó a acariciar mi
abdomen, se quedó quiero por unos minutos
hasta que sentí que ya no dolía tanto, le indiqué
que podía moverse y así lo hizo, primero con
movimientos lentos para que más tarde se
convirtieran en profundos y rápidos

—¡Ah!—Gemí tras sentir una embestida más


fuerte que las demás—¡J-jus!...ah—Jadeé y grité
—N-no pares...d-de de-cir... m-mi nombre—me
ordenó entre gemidos que intentó contener de
forma inútil y con la voz más ronca de lo
normal, y más tensa...lo cual me gustaba. Mis
manos estaban en su espalda, me encontraba
arañándola cuando sentí que el placer me
sobrepasaba
—¡Jus-Justin! —Gruñí—n-no...—Sentí una
especie de punzada en la ingle y por instinto,
bajé mi mano a mi miembro, masturbándome.
Sentí como su mano me rodeaba y comenzaba a
masturbarme con movimientos errados pero
rápidos, nuestros dedos chocaban en alguna
subida y bajada—A-Ah...Dios, n-no pares—pedí.
Golpeó un punto en mí que me enloqueció por
completo—¡A-Ahí!—exigí muriendo de placer
—Austin...—gimió profundamente

De pronto mi cuerpo se tensó por completo y


comencé a eyacular sobre mi mano, la de Justin
y nuestros abdómenes. Justin aguantó unos
segundos más y tras deshacerse en gemidos se
corrió. Apoyó su cabeza encima de mi clavícula,
124
la cual estaba llena de chupetones. Cuando
recuperó el aliento salió de mí y tras hacer un
nudo en el condón lo tiró por el lado izquierdo
de la cama, se tumbó a mi lado y se me quedó
viendo, aún me costaba vence la fatiga, pero eso
no me quitaba la sonrisa de la cara, acababa de
tener mi primera vez con Justin y lo amaba, y él
lo había disfrutado, todo era perfecto... Saber
que quería hacerlo tanto como yo, que quería
que nos convirtiésemos en uno...

—te amo...—susurró abrazándome. Aún no me


terminaba de recuperar, solamente besé su,
puesto que esta posición es a lo que llegaba—
Dios...ahora me duele la espalda, tigre—
comentó riéndose, besando mi frente. Su mano
se quedó acariciando mi espalda, suspiré
—Te quiero muchísimo...—dije medio
adormilado cuando me había recuperado—feliz
aniversario—deseé, antes de acomodarme
mejor besé su mejilla y después sus labios, para
después caer en un sueño profundo, sintiendo
sus latidos.

125
19
Al despertar noté los brazos de Justin
rodearme, de una manera un tanto posesiva y
sonreí, quisiera despertar así todas las
mañanas. Giré mi cabeza y pude contemplar su
carita de ángel mientras dormía. No quería
despertarle, así que me acomodé un poco y
volví a cerrar los ojos, queriendo dormir más,
pero...

—¡Austin!—era mi madre—¡Tienes a Alex al


teléfono!—Abrí mis ojos de sorpresa e intenté
quitar el agarre de Jus como pude, entonces al
moverme noté un pequeña molestia en cierta
parte de mi cuerpo y de golpe, recordé lo que
pasó la noche anterior.

Vale. Tenía una sonrisa tonta en la cara. Me


puse unos calzoncillos y una camiseta para
estar presentable

—¡Austin!—insistió mi madre desde el piso de


abajo. Abrí la puerta y bajé corriendo para
ponerme al teléfono
—¡AC!—exclamé al cogerlo
—¡Austin!—dijo feliz—Adivina
—¿Hm?—pregunté esperando que me lo
contase
—Estoy ahorrando—soltó de golpe
—¿Para qué?
126
—Pues para ir a verte tonto, no porque te hayas
largado de aquí te librarás de mi —Sonreí—llevo
bastante dinero ahorrado, podré estar allí como
que en dos meses
—¡Genial! ¡Quiero verte! ¡Tengo tantas ganas de
presentarte mis vecinos!—Estaba feliz, de
seguro Jus y Kendall le caerían bien, más si
podemos jugar baloncesto juntos

Terminé de hablar con él y subí corriendo a la


habitación, moría de frío. Al abrir la puerta
pude ver que Justin me estaba esperando
despierto y sonrió al verme. Levantó la manta,
dejándome hueco en la cama, me acerqué para
meterme entre las cobijas y...

—Chissss, la camiseta—Esbocé una sonrisa y


me la quité para entrar, él me abrazó —Estás
helado... No puedes estar aquí con tan poca
ropa
—¿Lo dice el que me pidió que me quitase la
camiseta?—Sonrió y besó mi frente
—Eso es porque yo te puedo dar todo el calor
que me pidas—Reí ante el comentario y
entonces le observé; Justin tenía la vista
clavada en mí, con una sonrisa en la cara. Soltó
su agarre por un momento, para que con su
brazo izquierdo apartase un mechón que caía
en mi frente—Eres precioso... Dios, te quiero
muchísimo—apretó su abrazo y yo como pude
traté de rodearle con los míos para
correspondérselo

127
—¿Sabes que es mutuo?—pregunté sonriendo—
Lo de ayer...
—Fue genial—me interrumpió—¿Te hice
daño?—me preguntó sin soltar el abrazo
—No, tranquilo—Dolió al principio, pero
después mereció la pena, no se lo quería
decírselo

Se separó de mí un poco para mirarme

—Lo hiciste muy bien—mordió su labio y me


besó de seguido. Me sonrojé
—Jus...—Sentí una pequeña punzada—Lo de
ayer...¿F-fue tu primera vez?—Mierda. No sé
por qué tuve que preguntarlo.
—Con un chico sí—Forma sutil de decir que no.
Mierda, no sabía que decir—¿Aus?—lo miré y el
suspiró—¿Quieres algún dato?
—N-no... Tranquilo
—Hagamos un trato... tú me cuentas yo te
cuento sobre mi ex y tu...—bajó su mano hasta
mi cintura, un poco más abajo—tú me cuentas
sobre esas marcas
—¿Cómo?...—pregunté incrédulo
—Ayer estaba concentrado en hacerte el amor,
pero no soy ciego amor
—Esto...no hace falta hablar de tu primera vez,
enserio—me abrazó
—Vístete—ordenó susurrándome al oído, le hice
caso.

128
Una vez ambos vestidos bajamos, no podía para
de pensar lo adorable que Justin se veía con mi
camisa de cuadros, ambos íbamos a juego en
vaqueros, pero su combinación de camiseta
blanca con mi camisa de cuadros roja le daba
mis vueltas a mi sudadera morada.
Desayunamos en mi cocina en silencio, no
estaba incómodo, con su presencia nunca lo
estaré, o eso creía, porque al terminar de
desayunar fuimos a su casa y allí abrió su
armario, las fotos de él con la chica rubia
seguían ahí

—A ver cielo...—suspiró—Ella fue mi novia, mi


primera novia y bueno
—No tienes porqué contármelo Kidra...—le
interrumpí
—Quiero hacerlo—Me interrumpió, entonces
aclaró la voz y continuó contando—Nos
conocimos cuando me mudé, era un año mayor
que tú, nos cruzamos por casualidad en el
instituto, empezamos a hablar, más tarde
comenzamos a quedar y un día en una quedada
nos besamos, comenzamos de pareja y...—su
voz se quebró— se suponía que yo iba a volver a
Canadá, eso a ella le sentó mal, muy muy mal y
una vez cogí el vuelo kendall me llamó y
Melody...se...se había suicidado

Abrí mis ojos.


—¿Qué?—pregunté incrédulo

129
—Yo creía que no iba a volver, que iba a
quedarme allí ya y...corté con ella. —agachó la
cabeza—nunca me di cuenta de que ella estaba
rota Aus, nunca vi síntomas de que estuviese
mal, pero lo estaba...

Me acerqué a abrazarlo, él apoyó su cabeza en


mi hombro

—Yo la maté Aus, maldita sea—lágrimas


comenzaron a caer de su cara a mi clavícula—si
yo no la hubiese dejado...si hubiese estado más
atento ella seguiría viva, si hubiese sido más
atento...
—Jus cielo, no fue tu culpa...
—no debí haberme ido... fue un gran error,
encima irme de aquí para ir a ver a mi familia,
quienes no quieren saber nada de mí, no me
jodas... Por eso...cuando te conocí y me fijé en
ti no quería salir contigo, tengo miedo de
hacerte tanto daño Aus, no soportaría que tu
murieses por mi culpa
—Lo de ella no fue tu culpa Kidra, simplemente
sucedió
—No debía haber pasado, maldita sea, me
siento un asesino desde entonces... un asesino
no merece una buena vida, lo de mi familia era
un karma adelantado

Lo aparté y lo miré a los ojos

130
—Justin ya, no fue tu culpa, mételo en esa
cabecita, ¿Vale? —El asintió

Nos quedamos en su casa el resto de la mañana,


y toda la tarde y bueno... mi madre no me
dejaba quedarme a dormir en su casa –
vivíamos al lado, no entiendo esta
sobreprotección-
Había sido una buena tarde, tocamos la
guitarra intentando aprender "If this was my
last song" Era una canción de un grupo español,
y me gustó y quería que Jus y yo la tocásemos,
pero por primera vez él tenía más torpeza que
yo al tocar, pasamos de aquello y comenzamos a
jugar a un videojuego, que terminó en peleas de
besos en el sillón por quién ganaba o quién no.

—Tonto—susurré cuando mordió mi labio.


Ahora mismo él estaba sobre mí y yo boca
arriba, mirándolo
—Te quiero—me susurró él, haciendo que cada
músculo de mi cuerpo se tensase, que mis pelos
se erizasen y que una sonrisa estúpida
apareciese en mi cara. Suspiré y acaricié su
mejilla
—Eres un cielo—su mirada se mostraba tan
dulce... Acarició mi frente y se volvió a
incorporar
—Aus...—su tono de voz se volvió más serio—
Aún no me explicaste esas cicatrices...—bajó su
mirada a mi cintura—¿P-puedo verlas?

131
Me sonrojé pero asentí, el desabrochó mi
pantalón y lo bajó un poco, para después subir
la 'manga' de mis boxers. En verdad eran pocas,
pero viendo su experiencia con actos
autodestructivos lograba entender por qué se
ponía así

—Jus... son de hace mucho tiempo, sólo fui


estúpido y ya...—acaricié su mejilla—
escúchame, yo ya no hago eso y sólo lo hice una
vez, fue cuando mi abuela falleció y echaron a
mi madre del trabajo—el e miró—fue mi forma
de hacer el idiota, porque sólo preocupé a mi
madre ya que me lo vio y yo no me sentí mejor
ni nada, no voy a volver a hacer, ¿Vale?

Mi teléfono móvil sonó, Jus miró la pantalla y


lo cogió

—Buenas noches señora Mahone... ajá, está


aquí. Ya cenamos y, le quería preguntar si se
puede quedar a dormir, por favor... mañana le
tiene en casa pronto para qué pase el día con
usted—Una sonrisa se formó en su cara y me
miró. Colgó el teléfono y se abalanzó sobre mí
para besarme—Adivina quién se queda a
dormir—comentó feliz
—¿Yo?—pregunté, aun sabiendo la respuesta
—Exacto, vamos—me fui a subir el pantalón y
me detuvo—Te los puedes quitar aquí, Kendall
no viene esta noche—le hice caso y dejé que se
terminasen de caer y fui subiendo mientras que
Jus se quedaba cerrando la puerta con llave.
132
Una vez en su habitación me quité el jersey y la
camiseta y me acurruqué en su cama. Oí cómo
se cerraba la puerta detrás de mí y lo siguiente
fue sentir su peso en la cama, me abrazó y
acercó su cabeza a mi oído

—Estás helado, aún te afecta el frío, ¿eh?—Reí


por el comentario—¿Qué piensas?
—Es una estupidez cielo...—me di la vuelta y lo
miré a los ojos, la luz estaba apagada pero
entraba algo de la calle a través de la ventana—
Si cortaste con ella por necesidad, ¿a-aun la
quieres? O... no sé... no sé qué decir—aparté la
mirada
—Aus—se puso serio— yo a ella la perdí y lo
superé, me volví muy frío tras eso y cielo,
agradezco mucho que aparecieses en mi vida,
vuelvo a sentir... vuelvo a sentir esas estúpidas
mariposas, volví a sentir la necesidad de estar al
lado de alguien... volví a ser una persona y todo
gracias a ti...—me besó— y te amo por eso, cielo

Lo abracé tras ese discurso y apoyé mi cabeza


en su pecho. Pasó el tiempo y ambos nos
dormimos, le quería. Me quería. Era perfecto.

133
20
Tal y como Justin le prometió, estaría pronto en
casa al día siguiente.

—Jus, cielo, ¿qué hora es?—pregunté


somnoliento
—Las nueve menos cuarto, cielo. Toma, ponte
la chaqueta—me puso su chaqueta por encima
cuando vio que yo no reaccionaba
—Mi madre no se levanta hasta las once por lo
menos, vamos a dormir más...—rogué, sentía
como bajo mis ojos picaba, en señal que las
ojeras estaban empezando a salir. Vi que él
negó con la cabeza
— le prometí a tu madre que a las nueve en casa
y lo voy a cumplir—me abrazó y me besó—te
quiero—continuó pegando sus labios a mi
frente
—Podríamos dormir juntos durante dos horas
más... —Intentaba camelármelo pero me era
imposible, era cabezota.

Sin más salimos de su casa y andamos por...


¿Un minuto? Hasta llegar a la puerta. Justin
llamó a la puerta débilmente

—Tenemos timbre—solté burlesco, él me miró y


esbozó una sonrisa de superioridad en el
momento que la puerta se abrió lentamente,

134
dejando ver a mi madre vestida con un albornoz
naranja
—Buenos días—dijo Jus educadamente, mi
madre sonrió débilmente
—Buenos días Justin, gracias por la
puntualidad—saludó y agradeció. Me tomó del
brazo y tiró de mi hacia dentro para tras decir
un "ten un buen día" cerrarle la puerta en las
narices
—Hey, eso no era nece...—me abrazó de golpe y
empezó a sollozar en mi hombro, yo soy más
alto que ella así que era fácil esa escena. No
entendía por qué esta actitud, sólo correspondí
el abrazo.

Tras unos cuantos minutos de llanto de golpe


mi madre se separó de mí y fue a la cocina-
salón, me sirvió el desayuno mientras que yo la
miraba confundido y preocupado. Se sentó en la
mesa y yo me puse frente a ella, comí las
tortitas que puso en mi plato sin dejar de
mirarla, esperaba muriéndome por dentro,
¿Qué podía haber pasado?. Troceé la comida
con el tenedor y comencé a jugar con los trozos
mientras que pensaba, ¿habría muerto alguien
cercano a nosotros? No creo... Quizás ha tenido
un mal día en el trabajo o... ¿Y si se ha enterado
de Jus y yo estamos saliendo? ¿Le resulto una
deshonra? ¿Le doy asco? ¿Le doy pena?
Quizás... por eso le cerró la puerta a Jus en las
narices. Finalmente me decidí a hablar

135
—Mamá...—comencé cabizbajo, mirando mi
comida—¿Q-qué ha pasado?—pregunté
finalmente, con miedo
—Austin—dejó los cubiertos sobre la mesa—
Verás hijo, ayer en el trabajo el jefe anunció una
reducción de plantilla y yo...—Abrí mis ojos. No.
No podía ser...— mi nombre está en la lista
cielo, estoy en la calle

Mierda, mierda, mierda, mierda... ¡No! ¿Qué


significaba esto? ¿Cómo íbamos a vivir ahora?
¿Cómo íbamos a pagar la casa?

—He estado mirando otros trabajos disponibles


en el lugar y no hay ninguno tan bueno como
para poder pagar todo esto—su voz se quebró—
No sé qué hacer, hijo

"Ni tú, ni yo" pensé. Joder, mi mundo acababa


de caer, nos mudamos aquí porque no podía
mantener la casa en San Antonio, el traslado de
trabajo era la solución y ahora... ¿Ahora la
echaban? ¿Nos vamos a volver a mudar? ¿A
dónde? ¿Vamos a terminar en la calle?
Mierda, podría jurar que la ansiedad se
apoderaba de mi cuerpo, demasiada angustia,
demasiado exceso de preocupación por el
futuro. Suspiré, me levanté y llevé mi plato al
refrigerador, subí las escaleras en silencio y
llegué a mi habitación, me tiré sobre la cama y
miré el techo por un tiempo. ¿Qué puedo hacer?
Podría buscar un trabajo por la tarde a la vez
que estudio.
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De pronto mi móvil vibró, lo encendí y era Jus,
habrían pasado unas cuatro horas desde que me
dejó en casa

J: ¿Qué tal en casa cielo? ¿Te ha caído bronca?

Sonreí

''Nah, pero desearía que solo hubiese sido eso...''

Bajé sin hacer ruido y salí por la puerta trasera


–ya que esta no sonaba tanto como la que daba
a la parte delantera cuando la abrías- y fui a
casa de Justin. Llamé y cuándo él abrió lo
abracé, literalmente me lancé sobre él,
esperando sentir sus brazos sobre mi espalda.
Cerró la puerta conmigo abrazado a él y
correspondió mi abrazo. Aún no me había dado
cuenta de lo dependiente que me había vuelto
de Justin, de necesitar sentir su presencia, sus
abrazos, sus besos.... Para calmarme.

—Aus, cielo, te he dicho que no puedes salir de


casa tan destapado, acabas de superar un
resfriado
—Justin....—susurré afligido. Él al notar que las
cosas no iban bien, simplemente incrementó la
fuerza del abrazo y acortó la poca distancia que
nos separabas
—¿Qué ocurre cielo?—preguntó en un susurró a
mi oído, estaba preocupado

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—Han...han despedido...a... mi madre...—
informé de manera pausada, comenzando a
caer en el llanto de nuevo.

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