El artículo 882 del código de comercio contempla la llamada acción de
enriquecimiento cambiario para los casos en que una deuda se satisface con un título valor que luego no se puede hacer efectivo quedando la deuda impaga por supuesto. Sucede por ejemplo que se nos paga una deuda con un cheque que luego no podemos cobrar por fondos insuficientes. ¿Qué se puede hacer en ese caso? Este tema está regulado por el artículo 882 del código de comercio como ya lo mencionamos, y el inciso primero dice lo siguiente: «La entrega de letras, cheques, pagarés y demás títulos-valores de contenido crediticio, por una obligación anterior, valdrá como pago de ésta si no se estipula otra cosa; pero llevará implícita la condición resolutoria del pago, en caso de que el instrumento sea rechazado o no sea descargado de cualquier manera.» La norma nos está diciendo que la entrega de un título valor por parte del deudor vale como pago de la deuda, si es que no se pacta expresamente lo contrario (que es lo recomendado), y en caso de aceptarse como pago, en todo caso lleva implícita la condición resolutoria del pago, de manera que si el título valor no se puede hacer efectivo, la deuda original «revive» ante la imposibilidad de concretarse el pago por medio del título valor entregado. El inciso segundo del artículo 882 del código de comercio señala: «Cumplida la condición resolutoria, el acreedor podrá hacer efectivo el pago de la obligación originaria o fundamental, devolviendo el instrumento o dando caución, a satisfacción del juez, de indemnizar al deudor los perjuicios que pueda causarle la no devolución del mismo.» Sucedido lo anterior, el acreedor puede perseguir la satisfacción del pago de otro modo, un proceso ejecutivo, por ejemplo, y para ello debe devolver el título valor al acreedor para que este proceda según le resulte pertinente, y si el acreedor no devuelve el título valor, debe constituir una caución en favor del deudor para cubrir los perjuicios que éste sufra por la no devolución del título valor. Luego dice el inciso tres del mismo artículo: «Si el acreedor deja caducar o prescribir el instrumento, la obligación originaria o fundamental se extinguirá así mismo; no obstante, tendrá acción contra quien se haya enriquecido sin causa a consecuencia de la caducidad o prescripción. Esta acción prescribirá en un año.» Interesante asunto: Si el acreedor deja prescribir o caducar el título valor que le fue entregado como pago de la deuda, la deuda queda extinta, pues no puede cobrarle al deudor cuando ha sido su culpa que se haya prescrito o caducado el título valor con el que le pretendió pagar, y por ello lo recomendado es que el acreedor devuelva al deudor el título valor inmediatamente le resulte imposible hacerlo efectivo, para que salve responsabilidades y si este prescribe o caduca que sea en manos del deudor. Prescripción de la acción de enriquecimiento cambiario El artículo 831 del código de comercio sentencia que nadie se puede enriquecer sin justa causa a expensas de otro, y de allí surge la acción que busca la solución al problema, pero como toda acción legal, esta también sucumbe al fenómeno de la prescripción por el transcurso del tiempo sin ejercer el derecho incorporado en los títulos valores. El inciso 3 del artículo 882 del código de comercio señala que esta acción prescribe al año sin dar más señales ni detalles. La doctrina de la Corte suprema de justicia señala que la prescripción empieza a contarse desde que ocurre la prescripción o caducidad del instrumento o título de la discordia. En sentencia SC2343-2018 del 26 de junio de 2018 con ponencia del magistrado Luis Armando Tolosa ha dicho: «1. Que el hito para tener por configurada la prescripción o la caducidad de la acción cambiaria, como presupuesto estructural, es la simple consumación de uno cualquiera de esos fenómenos jurídicos, por cuanto nada distinto es del resorte del artículo 882 citado. 2. Que como consecuencia, el momento a partir del cual comienza a transitar el año para la prescripción de la acción de enriquecimiento cambiario es el instante en que se configura la caducidad o la prescripción del instrumento negociable, y no la fecha de la providencia que declara una u otra cosa dentro la acción promovida por el acreedor, tal cual se ha motivado en las ya citadas sentencias 034 de 14 de marzo de 2001, expediente 6550; 147 de 19 de diciembre de 2007, radicación 00101; 057 de 26 de junio de 2008, expediente 00112; 13 de octubre de 2009, radicación 00605 y de 9 de septiembre de 2013, expediente 00339.» Es decir que no hace falta que exista una sentencia judicial que declare la prescripción o caducidad del título valor, pues lo que esta declare resulta irrelevante, ya que la prescripción de la acción de enriquecimiento cambiario empieza a correr desde el momento mismo en que los títulos valores prescriben.