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1. ECOLOGIA DE LA NUTRICIÓN.

El término nutrición ecológica fue acuñado en 1986 por un grupo de nutricionistas en la


Universidad de Giessen, Alemania (6). La nutrición ecológica como una disciplina científica
interdisciplinar es un concepto holístico que considera todos los eslabones del sistema nutritivo,
con el propósito de la sostenibilidad. Además, la nutrición ecológica describe un nuevo campo
en las ciencias de la nutrición que trata las consecuencias locales y globales de la producción
de los alimentos, el procesado, el comercio y el consumo. La nutrición ecológica va más allá
de la econutrición, la cual está limitada a las interacciones de la nutrición y el medio ambiente.
La nutrición ecológica va más lejos que el antiguo concepto de la ecología de los alimentos y
la nutrición, el cual está limitado a los modelos alimenticios de las poblaciones indígenas y
aborígenes. En el presente, las ciencias de la nutrición están dominadas por aspectos saludables
de los alimentos y, en parte, por la calidad de los alimentos. Las recomendaciones se basan en
primer lugar en consideraciones fisiológicas y toxicológicas (7). Las implicaciones de nuestro
sistema de nutrición actual son más complicadas y van más allá de los contenidos de los
nutrientes y su contaminación con aspectos patógenos y contaminantes. Para evitar el daño
ecológico causado por el sistema de nutrición y para lograr una seguridad nutricional para la
población mundial, aspectos adicionales necesitan ser incorporados (8-10). La necesidad de
tomar una visión más holística para un desarrollo sostenible está subrayada por las crisis
actuales en los sistemas nutricionales, como se debatió en la Cumbre Alimenticia Mundial de
Junio 2002 (11).

2. CADENAS TRÓFICAS.

El concepto de cadena trófica se emplea para nombrar a la interrelación que establecen los
seres vivos que se alimentan unos de otros en un cierto orden. La idea de cadena alude a que
un organismo se come a otro y, a su vez, es comido por un tercero.
También llamada cadena alimenticia, la cadena trófica revela los vínculos alimenticios entre
descomponedores, consumidores y productores. Se trata de una corriente de energía que se
inicia con la fotosíntesis: esa energía, mediante la nutrición, luego es transferida de un
organismo a otro.
Los integrantes de la cadena trófica deben formar parte de un conjunto de organismos
denominado comunidad biológica, biótica, ecológica o, simplemente, biocenosis. Se trata de
las especies que comparten un mismo biotopo (un área cuyas propiedades ambientales dan
lugar a la vida de una determinada flora y fauna).
La comunidad biológica se divide en tres conjuntos bien definidos: el de vegetales, el de
animales y el de microorganismos, que se conocen con los nombres fitocenosis, zoocenosis y
microbiocenosis, respectivamente. Si nos basamos en una definición de ecosistema provista
por el botánico Arthur Tansley en el año 1935, podemos decir que lo conforman tanto una
biocenosis como su correspondiente biotopo.
Puede decirse, por lo tanto, que la cadena trófica comienza con las plantas fotosintéticas que
crean materia orgánica a partir de inorgánica utilizando la energía de los rayos de sol. Estos
seres vivos actúan como productores. La cadena continúa con los consumidores: organismos
que se alimentan de la materia orgánica que procede de otras especies. Finalmente tenemos a
los descomponedores, que se alimentan de los residuos y restos.
Tomemos el caso de un roedor que se alimenta de plantas. De esta manera obtiene la energía
que necesita para subsistir. Este roedor puede convertirse, a su vez, en el alimento de un zorro.
Luego el zorro, al morir, es comido por un ave carroñera. Como se puede advertir, todos estos
animales (roedor, zorro y ave carroñera) son eslabones de la cadena trófica y cada uno
constituye un nivel trófico diferente.
Es importante señalar que a lo largo del paso por la cadena trófica se genera una gran pérdida
de energía, a medida que ésta se transfiere de un eslabón al siguiente. En otras palabras, un
consumidor de nivel alto recibe una cantidad de energía bastante menor que uno bajo. En este
contexto hablamos de consumidor primario, secundario, etcétera. A causa de dicho fenómeno,
se cree que no es posible extender una cadena trófica más allá de los consumidores
cuaternarios; de hecho, en general tan sólo llega al nivel terciario.
2.1.El ser humano en la cadena trófica.
Si, por algún motivo, desaparece uno de los eslabones de la cadena trófica, puede generarse un
desequilibrio fatal para toda la comunidad biológica. Retomando el ejemplo anterior, si el ser
humano deforesta la región y el roedor ya no tiene plantas para comer, puede extinguirse. Así
el zorro se queda sin alimento, afectando también al ave carroñera.
El ser humano no sólo interfiere de manera negativa a través del modo en el que se relaciona
con las plantas y el suelo, sino que su rol dentro de la cadena trófica se ha distorsionado a tal
punto que no parece formar parte de este planeta.
A diferencia de todas las demás especies de la Tierra, la nuestra no usa sus propias herramientas
para conseguir su alimento: no arranca las hojas de los árboles con su propia boca ni desgarra
a sus presas con sus propias manos, sino que se apoya en un sistema abusivo de cría y matanza
de animales, así como en plantaciones masivas y artificiales que empaquetan la comida y la
distribuyen en tiendas comerciales. Esto, que nos hace sentirnos superiores a los demás, debería
darnos vergüenza por haber perdido nuestra identidad.

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