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Bubner, Rüdiger - Polis y Estado. Líneas Fundamentales de Filosofía Política PDF
Bubner, Rüdiger - Polis y Estado. Líneas Fundamentales de Filosofía Política PDF
Serie: Estudios
Director de la Colección :
ALFONSO SILVÁN RODRÍGUEZ
RÜDIGER BUBNER
Polis y Estado
Líneas fundamentales de la filosofía política
Prefa cio
Traducción
PILAR MANTILLA
BERND MARIZZI
Madrid
2015
Título de la edición original:
Polish und Staat. Grundlinien der politischen philosophie
RüdigerBubner
© Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main 2002
Prefacio
© Antonio de Murcia Conesa, 2015
ISBN: 978-84-9085-322-1
Preimpresión:
SAFEKAT, S. L.
www.safekat.com
Prefacio ........................................................................ 9
Introducción ................................................................. 37
Anexo y anotaciones previas ........................................ 57
1. Preludio arcaico..................................................... 77
2. Ilustración y tiranía................................................ 89
3. Allí donde cada uno hace lo que le corresponde,
debe implicarse al rey filósofo............................... 103
4. La autocracia de los libres e iguales ...................... 133
5. Participación política a través del logos ................ 155
6. La privatización del aristotelismo.......................... 167
I. EL FILÓSOFO Y LA ESCUELA.
PRELUDIO ARCAICO
ILUSTRACIÓN Y TIRANÍA
1.
Platón puso por escrito en su filosofía las en-
señanzas orales de su maestro Sócrates e imitó el proce-
dimiento dialógico que Sócrates ejercitó durante toda su
vida de forma literariamente brillante y argumentativa-
mente sagaz. Los diálogos platónicos presentan conver-
saciones didácticas y polémicas con reconocidos sofis-
tas, es decir, los artistas del lenguaje que van de ciudad
en ciudad para proporcionar por así decirlo un saber
válido a nivel “internacional” en todo el mundo griego.
Para la percepción de los coetáneos, Sócrates pertenecía
claramente a ese polémico grupo de ilustrados que se
ganaban el respeto de los progresistas y el escepticismo
de los tradicionalistas. La pertenencia del Sócrates
histórico al mismo grupo de sus oponentes, descalifica-
dos en los Diálogos de Platón, así como al de los que
beben copas de cicuta confirman el juicio con el que la
sociedad ateniense dio cuenta ejemplarmente de su
irritación.
Las grandes batallas oratorias de los expertos
salen al encuentro de las breves preguntas del irónico y
despliegan en general ante un público, entre el que se
encuentran los lectores de siglos posteriores, incluidos
nosotros mismos, las disputas entre contenido y método
del movimiento cultural sofista. ¿Se pueden reducir las
104 Rüdiger Bubner
2.
El verdadero logro de la filosofía platónica
frente a la técnica social de los sofistas radica claramen-
te en el proyecto de un Estado. Es cierto que llamar a
éste un Estado ideal o incluso una Utopía es una forma
habitual de hablar, pero esto no es en absoluto admisi-
ble, pues la Politeia argumenta, sobrada de concreción,
hasta los más mínimos detalles relativos a la educación
y de la organización. Hemos de volver todavía a la
cuestión de la aplicación práctica, pero en cualquier
caso no estamos ante el producto de la fantasía de un
cerebro de filósofo realizando abstracciones. Hegel71
subrayó con razón que en la República de Platón se
pone de manifiesto la sustancia de la ética griega. Y en
108 Rüdiger Bubner
3.
La ciudad correctamente ordenada, por el con-
trario, es aquella en la que cada uno hace lo que le es
propio. Mientras se garantice que cada uno realmente
pueda hacer lo suyo, se excluyen la variedad de ocupa-
ciones (πολυπραγμοσύνη), la disipación de las fronteras
competenciales, la injerencia en otros campos de activi-
dad y la apariencia que ello conlleva de competencias
plurales y sustituibles arbitrariamente 87. Puesto que el
actor es pensado desde la especificidad de su trabajo,
ante el problema de la justicia no tenemos que hacer
enteramente lo mismo con el arreglo, referido al conte-
nido, de la combinación entre lo diferente y la coopera-
ción.
A los oídos contemporáneos, acostumbrados a
planes de organización, no debería resultarles muy
extraña la idea de que cada cual tiene su sitio, mientras
que entrenamiento y educación sirven para dejar que
cada persona encuentre su lugar adecuado en la estruc-
tura general de acciones colectivas y complejas. La
apariencia, la fingida adecuación y la presentación de
uno mismo, perfeccionada por la retórica para aparentar
ser otro de lo que se es forman parte también del tesoro
de experiencias del trabajo organizativo en la burocracia
y en la administración de empresas.
Pero si la justicia tiene que conservar todo su
sentido ya no se trata de aumentar la producción en un
sector protegido, tampoco de evitar pérdidas por fric-
ción en interés de la maximización del beneficio y tam-
poco de la racionalidad de la administración por parte de
los funcionarios frente a un público de millones de
Polis y Estado 119
4.
Si la clave del orden del Estado está en la jus-
ticia, como ya hemos visto al rechazar el cálculo indivi-
dualista de beneficios, y si hay que definir además la
justicia de forma que en el contexto de acción interper-
sonal cada uno hace lo que le es propio, surge inevita-
blemente la pregunta de cómo puede alcanzarse y man-
tenerse ese estado de cosas. La concentración del indi-
viduo en el hacer de lo suyo le sustrae cualquier otra
competencia. La figura del que está muy ocupado y se
adapta camaleónicamente, el que se entromete en todo,
está en franca oposición con el correcto estado de la
polis. Por tanto es necesaria una autoridad que sea capaz
de dirigir el conjunto, de modo que no pueda interferir
en su trabajo ningún actor individual orientado solamen-
te a lo suyo.
Desde el principio hay dos cosas claras. Por
una parte, aquí no predomina un modelo de autodominio
Polis y Estado 123
1.
La cumbre de la filosofía política de la Anti-
güedad la alcanza Aristóteles con sus lecciones ético-
económico-políticas. Como es sabido, para él los ámbi-
tos de actuación del individuo, de la comunidad econó-
mica familiar y del orden de la polis como horizonte
definitivo de toda práctica están entrelazados. Los escri-
tos al respecto o tratados (pragmatíai), como se les
llama, revelan a cualquier filólogo un origen de compi-
laciones más o menos afortunadas de materiales de clase
y apuntes. Se trata por tanto de una situación muy dife-
rente a la del maestro Platón. Éste publicaba por un lado
diálogos de intención exotérica y por otro pronunciaba
conferencias difíciles de entender para un estrecho
círculo de alumnos avanzados100. Y mientras que de
éstas sólo existen huellas secundarias, con Aristóteles se
da el caso contrario de que lo que se ha perdido son los
diálogos que presumiblemente estaban dirigidos al gran
público, y en lugar de ello se han transmitido por escrito
las lecciones que dio en contextos académicos. Así
juega la tradición con las intenciones declaradas de los
autores.
La filosofía política de Aristóteles determinó
la tradición europea durante largos períodos 101. Incluso
134 Rüdiger Bubner
2.
3.
4.
2.
3.
4.
6.
1.
2.
3.
4.
5.
LIBERALISMO E INSTITUCIONES
1.
El liberalismo es un hijo de la revolución
francesa. Naturalmente tiene una prehistoria. Siempre
que el individuo se sitúa con sus innatos derechos de
libertad en el primer plano de las consideraciones teóri-
cas acerca del Estado, comprobamos que el liberalismo
ha dado un paso más en su realización. Así, se podría
considerar a Hobbes “cum grano salis” como uno de los
primeros representantes del liberalismo. Porque el con-
trato que es fundamento del Leviatán surge de los inte-
reses particulares y en ellos tiene su vara de medir. Y
sobre todo hay que mencionar a John Locke, cuya in-
fluencia en el desarrollo angloamericano fue muy distin-
ta de la que tuvo el autor de aquel lúgubre drama de
confrontación entre la vida y la muerte escenificado en
el pórtico de acceso del “estado natural” hacia el Le-
viatán.
2.
1
Metafísica IV, 1 [N. del ed.: en el pasaje aristotélico a que se
refiere encontramos: “habiendo separado alguna parte de él, del
Ente en cuanto ente (μέρος αὐτοῦ τι ἀποτεμόμεναι) consideran los
accidentes de esta parte (περὶ τούτου θεωροῦσι τὸ συμβεβεκός)”;
y para el comentario subsiguiente, en Metafísica I, 2, 20 leemos:
“queda, pues, dicho cuál es la naturaleza de la ciencia que se busca
(τῆς ἐπιστήμης τῆς ζητουμένης)”. La traducción procede de la de
V. García Yebra, ed. Gredos].
2
David Easton, The political System, 1953, 19712, cap. V. “Alloca-
tion”, asignación, remite como término técnico a T. Parsons (The
Social System, 1951, pp. 114 y s.: “esentially an economic con-
cept” [trad. esp. de J. Jiménez y J. Cazorla El sistema social,
Madrid, Alianza Editorial, 19842, p. 114]). Sobre “authoritative”
Easton se ha pronunciado más tarde en repetidas ocasiones.
3
Como un ejemplo sirve la lección What is Political Philosophy?
(Chicago, 1959, p. 13). “Lo político está sujeto por naturaleza a
aprobación o desaprobación, aceptación y repulsa, a alabanza y a
crítica. Lleva en su esencia el no ser un objeto neutro; exige de los
hombres la obediencia, la lealtad, la decisión o la valoración. No se
puede comprender lo político como tal, si no se acepta seriamente
la exigencia implícita o explícita de juzgarlo en términos de bon-
dad o maldad, de justicia o de injusticia, si no se le aplican unos
módulos, en suma, de bondad y de justicia” [trad. esp. de Amando
A. de la Cruz Qué es filosofía política, Madrid, Guadarrama, 1970,
p. 14].
4
Un documento temprano es la introducción Zum Begriff der
politischen Beteiligung, de 1958, que en el estudio de Habermas
Student und Politik (Neuwied, 1961), junto con otras publicacio-
nes, se convirtió en acta fundacional del llamado movimiento
estudiantil de los años sesenta. Allí se dice: “Las ciencias políticas
326 Rüdiger Bubner
23
Cf. sobre Arendt en general: S. Benhabib, The Reluctant Mod-
ernism of Hanna Arendt, Londres, 1996 (trad. alemana 1999).
24
Cf. Peter Graf Kielmannsegg (entre otros editores): Hanna
Arendt and Leo Strauss. German Emigrés and American Political
Thougt after World War II, Cambridge, 1995. Entretanto existen
incluso comparaciones no convencionales, p. ej. Clemens Kauff-
mann, Leo Strauss und Rawls. Das philosophische Dilemma der
Politik, Berlín, 2000.
25
Los Gesammelte Schriften se publican desde 1996, con
asesoramiento de Heinrich Meier. También hay que referirse al
estudio de Meier Die Denkbewegung von Leo Strauss,Stuttgart,
1996.
26
Cf. su defensa ilimitada de Heidegger en un discurso en
memoria de Kurt Riezler (New School of Social Research, 1956),
en What is Political Philosophy?, Chicago, 1988, p. 246 [trad. esp.
pp. 334 y ss. : vid. supra Introducción, n. 3].
27
Naturrecht und Geschichte, Stuttgart 1956, p. 36 (original en
inglés 1953) [trad. esp. de A. Leiva y R. Da Costa, Barcelona,
Círculo de Lectores, 2000, p. 70].
28
The City and Man, Chicago 1964, p. 7 [trad. esp. de L. Livchits
La ciudad y el hombre, Buenos Aires, Katz, 2006, pp.18 y s.].
29
Citado según la versión alemana (1959) [trad. esp de J. E.
Sánchez Pintado Nueva ciencia de la política, Madrid, Rialp,
1968, p. 204].
30
Ibid., p. 185 [trad. esp., p. 205].
31
“Politik und Existenz. Eric Voegelins Suche nach der Ordnung
in uns selbst“, Philosophische Rundschau 48 (2001) 184.
34
Algunas reacciones: el filólogo clásico, y amigo de Nietzsche,
Erwin Rohde da crédito a Fustel, pero recuerda el círculo herme-
néutico según el cual los comienzos parciales solo se pueden
entender teniendo en cuenta la totalidad del final. Y por ello no se
puede imaginar la familia sin el Estado (Psyche, Seelenkult und
Unsterblichkeitsglaube der Griechen, 1894, reimpresión en
Darmstadt, 1961, vol. I, pp. 166 y ss., 253) [trad. esp. de S.
Fernández Ramírez, Psique. El culto de las almas y la creencia en
la inmortalidad entre los griegos, Barcelona, Labor, 1973, pp.
177-178, 245]).
35
“Puis la philosophie parut, et elle renversa toutes les règles de la
vieille politique“ (edición de París, 1984, p. 418) [ed. esp. cit.
p.349].
36
Traducción alemana, p. 161 [ed. esp. cit. p. 137 y s.].
37
Ibid. p. 170 [ed. esp. cit. p. 144].
38
Christian Meier, Die Entstehung des Politischen bei den
Griechen, Fráncfort del M., 1982, 250 A.
39
J. Bleicken, Die athenische Demokratie, Paderborn, 19954, p. 66.
40
Ibid. p.75. Vid. Aristóteles, La constitución de Atenas, cap. 27 y
ss.
I, 1 - PRELUDIO ARCAICO
41
Friedrich Schlegel, Kritische Schriften, Darmstadt, Rasch, 1964,
p. 27
42
Holzwege, Fráncfort d. M., V. Klostermann, 1950, p. 296 [trad.
esp. de H. Cortés y A. Leyte, Caminos de bosque, Madrid, Alianza
Editorial, 20103. pp. 239]
43
Hans-Georg Gadamer (ed.), Um die Begriffswelt der
Vorsokratiker, Darmstadt, 1978.
44
Esto es rebatido por Ch. Kahn, en Anaximander and the Origins
of Greek Cosmology, Nueva York, 1960.
45
Vid. Solón, fr. 24, 1-7.
46
“Equality and Justice in Early Greek Cosmology”, 1947, en
Furley / Allen (ed.), Studies in Presocratic Philosophy I, Londres,
1970.
47
Diels A I, 27 y ss.
330 Rüdiger Bubner
48
Loc. cit., 31 y ss.
49
Cf. A. Verdross, Zeitschrift für öffentliches Recht XXII, 1942;
Gadamer, Heraklitstudien (Gesammelte Schriften VII, 51) y
Vlastos, Equality and Justice, en loc.cit.
50
Cf. frag. 33. [trad. de Heráclito de Agustín García Calvo].
51
Cf. frags. 67, 80, 102.
52
Loc. cit.,72.
53
Cf. frags. 2 y 113.
54
Frags. I, 16, 17, 26, 41, 50, 51, 89.
55
Cfr. W. Jaeger, Paideia I, Berlin 1936, 187 ss. [trad. esp. de J.
Xirau, Paideia, México, F. C. E., 19782, pp. 137 y ss.] En co-
nexión con Jaeger: Gr. Vlastos, Solonian Justice, en: Vlastos,
Studies in Greek Philosophie 1, Princeton, 1995.
56
Anthologia Lyr. Gr. (Diehl) I, 27 y ss. fr. 3; [trad. de A. Silván].
57
Estos versos recuerdan muy de cerca las palabras de Anaximan-
dro.
58
Federico Schiller hace en sus escritos históricos el siguiente
juicio sobre Solón (Gesetzgebung des Lykurgus und Solon, 1790):
“Fue bello y acertado por parte de Solón que tuviera respeto por la
naturaleza humana y nunca sacrificara el fin al medio, sino que
hiciera servir el Estado al ser humano. Sus leyes eran lazos flexi-
bles a través de los cuales el espíritu de los ciudadanos se movía
fácilmente y con libertad en todas direcciones y sin darse cuenta
nunca de que lo dirigían. Las leyes de Licurgo eran yugos de
hierro en los que se erosionaba el ánimo inquieto, que hundían al
espíritu por medio de su peso oprimente” (Historische Schriften
und Erzälungen I, ed. O. Dann, Fráncfort del M., 2000, p. 506)
[ed. esp. Escritos de Filosofía de la Historia, U. de Murcia, 1991,
pp. 86-87].
I, 2 - ILUSTRACIÓN Y TIRANÍA
59
Cfr. el contexto completo: Christian Meier, Die Entdeckung des
Politischen bei den Griechen, Fráncfort del M., 19953 .
60
Platón, Protágoras, 320d-322c [trad. de C. García Gual, ed.
Gredos].
Notas 331
61
Etimológicamente la palabra procede probablemente de los
vecinos orientales de Grecia.
62
Cfr. A. Heuss, Die archaische Zeit Griechenlands als geschicht-
liche Epoche (en Antike und Abendland 2, 1946, 45 y ss.), reedi-
tado en F. Gschnitzer (ed.), Zur griechischen Staatskunde, Darms-
stadt 1969.
63
Platón, Gorgias 466b-d, 491e-92c.
64
Se hace advertencia aquí de un testimonio adicional que va más
allá de una información filtrada de sentido contrario a lo que
aparece en los Diálogos de Platón. Mientras que no existen mu-
chos documentos de la sofística propiamente dicha, se ha conser-
vado en la arena seca de Egipto un papiro que reproduce las ense-
ñanzas del sofista Antifón en fragmentos importantes: “La justicia
consiste en no transgredir las normas legales vigentes en la ciudad
de la que se forma parte. En consecuencia un individuo puede
obrar justamente en total acuerdo con sus intereses, si observa las
grandes leyes en presencia de testigos. Pero si se encuentra solo y
sin testigos, su interés reside en obedecer a la naturaleza. Pues las
exigencias de las leyes son accidentales (τὰ τῶν νόμων ἐπίθετα);
las de la naturaleza, en cambio, necesarias (τὰ τῆς φύσεως
ἀναγκαῖα)” … “Lo útil (ξυμφέρον), tal como está fijado por las
leyes, es una cadena impuesta a la naturaleza (δεσμὰ τῆς φύσεως);
lo útil que la naturaleza fija es, en cambio, libre (ἐλεύθερα)”. Y en
otro momento se dice: “Nos comportamos como bárbaros los unos
con los otros, puesto que por nacimiento somos todos naturalmente
iguales en todo (ὁμοίως πεφύκαμεν), tanto griegos como bárbaros”
(Diels / Kranz II 346 y ss., frag. 44) [trad. de A. Melero, ed. Gre-
dos].
65
Fedón, 89d.
66
República, 509c y ss.
67
Fedón 100d y ss.; 101d.
332 Rüdiger Bubner
68
Así lo explica el Filebo, en parte como mito y en parte irónica-
mente (16c, cf.14c y ss.).
69
Sigue siendo fundamental la extraordinaria disertación de H. J.
Krämer, Areté bei Platon und Aristoteles (Abhandlungen der
Heidelberger Akademie der Wissenschaften, 1959).
70
P. ej. Plato lesen, Stuttgart, 1993 [ed. esp. Leer a Platón,
Madrid, Alianza Editorial, 1977].
71
Grundlinien der Philosophie des Rechts, prefacio (XIX), 1821
[vs. n. 254].
72
Tomás Moro en: Der utopische Staat (Ed. Klaus Heinrich),
Reinbeck, 1960, p. 43 [ed. esp. de J. Mallafré, Utopía, Barcelona,
Orbis, 1985, p. 111].
73
República, I, 338c y ss.; 343b -344c.
74
Gorgias, 466b y ss.
75
II, 368c y ss. Aunque no muy ampliamente tratado: Wolfgang
Kersting, Platons “Staat”, Darmstadt 1999, 76 y ss.
76
P.ej. en Thomas Szlezák, Platon und die Schriftlichkeit der
Philosophie, Berlin, W. de Gruyter, 1985.
77
Cf. República, 331d, 36d, Gorgias, 461c/d, 508c, Fedón, 88e,
Sofista, 251a.
78
368d 6, se atribuye etimológicamente a Hermes, el enviado de
los dioses.
79
A continuación recurro a una explicación que presenté con
anterioridad (Rüdiger Bubner, Welche Rationalität bekommt der
Gesellschaft?, Fráncfort d. M., 1996, 18 y ss.
80
Cf. Aristóteles, Política, 1252b 29.
81
Las pruebas que presenta Diels para Demócrito y para el sofista
Hippias parecen inespecíficas para construir una categoría política.
82
República, 369c 10, emparentado etimológicamente con “ma-
no”.
83
República, 369d ss.
84
Adam Smith, The Wealth of Nations, I1 (1776), Ed. Londres
1960, 5 [trad. esp. de A. Lázaro, La riqueza de las naciones,
Madrid, Aguilar, 1961, pp. 9-10].
Notas 333
85
Hegel anticipó la crítica posterior a Smith y su ejemplo del
alfiler: “Pero en esta esfera (la división del trabajo) ocurre que
también hay mucha pérdida. Los trabajadores se hacen dependien-
tes, quedan embotados. Todo cambio molesta y es repetición de sí
mismo, de lo que se deriva el embotamiento. La persona también
queda embotada. Se encuentra en muchos casos perdida, por muy
diligente que sea por lo demás. Al haberse hecho tan simple la
producción no se necesita ningún espíritu concreto y puede la
persona confiar su trabajo a la máquina” (Vorlesungen über die
Philosophie des Rechts, Berlin 1819/20. Nachschrift Ringier, Ed.
Angehrn/Bondeli/Seelmann, Hamburgo 2000, p. 119).
86
República, 370b7 – c5 [trad. de C. Eggers, ed. Gredos].
87
El tema esencial de la Politeia vuelve una y otra vez: 397e,
420e, 423d, 433e y ss., 441d, 443d, 462c, 557c, 558e (¡sin llegar a
completarse!).[N. del ed.: en 433a, p. ej., encontramos: τὸ τὰ
αυτοῦ πράττειν καὶ μὴ πολυπραγμονεῖν δικαιοσυνη ἐστί “que la
justicia consistía en hacer lo que es propio de uno, sin dispersarse
en muchas tareas” (trad. C. Eggers, Ed. Gredos)].
88
Cfr. las batallas oratorias publicitarias de Habermas y Luhmann
(Theorie der Gesellschaft oder Sozialtechnologie, Fráncfort d. M.
1971), que constituyen el núcleo de posteriores obras magnas de
los autores (Habermas, Theorie des kommunikativen Handelns, dos
volúmenes, Fráncfort d. M., 1981 [ed. esp. Teoría de la acción
comunicativa, trad. de M. Jiménez, Madrid, Trotta, 2010], así
como Luhmann: serie de volúmenes Recht der Gesellschaft,
Fráncfort d. M., 2000).
89
República, 473 c/d.
90
República, 503e.
91
Cfr. Rüdiger Bubner, Theorie und Praxis bei Platon (1987),
incluido en el libro del mismo autor Antike Themen und ihre
moderne Verwandlung, Fráncfort d. M., 1992.
92
Die Idee des Guten. Sonnenglecihnis und Liniengleichnis, en:
Otfried Höffe (Ed.), Platon, Politeia, Berlin, 1997, p. 198.
93
P.ej. República, 422-3,462.
94
Aristóteles, Política II, 2.
95
República, 520.
334 Rüdiger Bubner
96
Cfr. Wolfgang Wieland, Platon und die Formen des Wissens,
Göttingen 1992, 138 y ss.
97
República, 505d/e [trad. de C. Eggers, Edd. Gredos].
98
Cf. la controversia entre L. Edelstein, The Idea of Progress in
Classical Antiquity (1967) y E. R. Dodds, Der Fortschrittgedanke
in der Antike, Zürich, 1974.
99
P. ej. República, 533 y ss.
117
Una vez más: Política III, 4, sobre todo 1277b 30.
118
Esta expresión no aparece con mucha frecuencia, pero termi-
nológicamente es precisa.
119
P.ej. Política 1252b 27, 1261b 12 y ss., 1326b 29 s., 1280b 34
también EN 1097b 8 y ss.
120
Bien explicado por Jacob Burckhard en el capítulo de la polis
en su Griechische Kulturgeschichte de 1898 (Ed. München 1982,
volumen I, p. 73) [ed. esp. Historia de la cultura griega, Barcelo-
na, Iberia, 1974, vol. I, p. 77].
121
Cf. EN 1097b 8 y ss.
122
EN I, 11.
123
EN 1094a 21 y ss.
124
El existencialismo de Heidegger continuó este pensamiento
(Sein und Zeit, 1927, §§ 46 y ss.) [ed. esp. Ser y tiempo, Madrid,
Trotta, 20092].
125
Dos libros en la Ética nicomáquea (VIII / IX) y el libro VII en
la Ética eudémica.
126
EN VIII, 1. Hay que entender aquí la expresión ἀναγκαιότατον
(1155a 5) en sentido amplio. Con respecto al trasfondo filológico
hasta Aristóteles: Fr. Dirlmeier, Philos und Philia im vorhellenis-
tischen Griechenland, Disertación, Múnich, 1931.
127
EN VIII, 2, 1155b 2-10.
128
P.ej. los versos de Goethe:… selig, wer sich von der Welt /ohne
Haß verschließt /einen Freund am Busen hält /und mit dem genießt
(An den Mond) […feliz aquel que del mundo /sin odio se oculta /
un amigo encierra en el corazón / y con él disfruta … (“A la
luna”)].
129
Cf. Hans-Georg Gadamer, Freundschaft und Selbsterkenntnis,
Gesammelte Werke 7, 399.
130
EN 1157b 20, 1158a 10, 1159b 28 u. a.
131
EN 1155a 23 y ss., vid. tb. IX, 6 [trad. de J. Pallí Bonet, ed.
Gredos].
132
Cfr. J.-P. Vernant,Die Entstehung des griechischen Denkens,
Frankfurt/M., 1982, 46 y ss. [ed. esp. Los orígenes del pensamien-
to griego, trad. de M. Ayerva, Barcelona, Paidós, 1992, pp. 72 y
ss.].
133
EN VIII, 4.
336 Rüdiger Bubner
134
An Essay on the History of Civil Society (1767), edición de
Edimburgo, 1966, p. 35 (traducción alemana de H. Medick, Frank-
furt / M. 1986, 41) [trad. esp. de J. Rincón, Un ensayo sobre la
historia de la sociedad civil, Madrid, Instituto de Estudios Políti-
cos, 1974, pp. 43-44].
135
Jacques Derrida observa en su libro Politik der Freundschaft
(original Paris 1994): “Die Erben des Aristoteles, ja, seit wann
wären wir nicht mehr seine Erben? ” (“Los herederos de Aristóte-
les, claro, ¿desde cuándo dejaríamos de ser ya sus herederos?”)[ed.
esp., Política y amistad, Buenos Aires, Nueva Visión, 2012].
147
Cf. Aristóteles, Política 1273b 41 y ss., 1282a 34 y ss., IV 15 y
16 y otros.
148
Aristóteles, Retórica I 1, 1354b 22 y ss.
149
Aquí me remito a lo publicado anteriormente: Das sprachliche
Medium der Politik, en Rüdiger Bubner, Antike Themen und ihre
moderne Verwandlung, Fráncfort d. M., 1992, 193 y ss.
150
Más adelante en el capítulo 12.
151
Ernest Renan, Qu’est-ce qu’une Nation? [Sorbona, 1882] París,
1992, p. 55.
152
Elementa philosophiae. De homine, capítulo 10 (1658) [ed. esp.
de J. Rodríguez Feo, Tratado del hombre, Madrid, UNED, 2008,
pp. 120-121].
153
2 volúmenes, Fráncfort d. M., 1981 [ed. esp., Teoría de la
acción comunicativa, trad. de M. Jiménez Redondo, Madrid,
Trotta, 2010].
154
Faktizität und Geltung. Beiträge zur Diskurstheorie des Rechts
und des demokratischen Rechtsstaats, Fráncfort d. M., 1992 [ed.
esp., Facticidad y validez: sobre el derecho y el Estado democráti-
co de derecho en términos de teoría del discurso, trad. de M.
Jiménez Redondo, Madrid, Trotta, 1998].
155
Ibid., p. 154. [trad. cit. p.187].
196
Cfr.: Kl. Heitmann, Fortuna und Virtus (zu Petrarca), Colonia,
1858.
197
Lo subraya con razón H. Münckler, Maquiavelo, parte tercera,
(1984, 19952). Los estudios de Münckler sobre la Begründung des
politschen Denkens der Neuzeit aus der Krise der Republik Flo-
renz es por el momento el más asequible trabajo popular que trata
un material muy rico y que conscientemente opera basándose en la
historia social (y no de las ideas).
235
Íbid, p. 84.
236
Íbid, p. 86.
237
Ibid, p. 113 (cap. XVI).
238
Cfr. respecto a esto el extenso y muy diferenciado estudio de
Hasso Hofmann, Repräsentation, Berlín, 19883.
239
Ibid, p. 119 (Cap. XVII).
240
Contrat social, III, 15 [ed. esp. El Contrato social, Madrid,
Aguilar, 1969 (Barcelona, Orbis, 1984)].
241
Cfr. al respecto: Rüdiger Bubner, Welche Rationalität bekommt
der Gesellschaft? Fráncfort d. M., 1996, pp. 117 y ss.
242
Véase al respecto los análisis sutiles de la Introducción en las
Líneas fundamentales de la filosofía del derecho, 1821.
243
“Para descubrir las mejores reglas de sociedad que convienen a
las naciones, haría falta una inteligencia superior que conociera
todas las pasiones de los hombres y que no experimentara ninguna
de ellas; que no tuviera ninguna relación con nuestra naturaleza y
que la conociera a fondo; que su felicidad fuera independiente de
nosotros y que, sin embargo, quisiera ocuparse de la nuestra; en
fin, que, labrándose una gloria lejana en el progreso de los tiem-
pos, pudiera trabajar en un siglo y disfrutar en otro. Para dar leyes
a los hombres, harían falta dioses” [trad. esp. de C. Bergés, op. cit.,
p. 184].
244
Cfr. Fr. Schalk (ed.), Französische Moralisten, Zürich 1991.
245
Oeuvres complètes. Tom. 2 : Pensées, Spicilège, Geographica,
Voyages, Paris, Nagel, 1950.
246
En nuestros tiempos ha sido Wittgenstein quien ha demostrado
un inesperado paralelismo con la cantidad de notas que han apare-
cido de su legado. Inesperado fue sobre todo para los wittgenstei-
nianos ortodoxos que tuvieron a su héroe por un lógico mientras
que en su corazón siempre fue un “moralista” en el sentido más
amplio. Este lento cambio de una imagen fijada se ve favorecido
poco a poco por las ediciones del legado. Cfr. la obra de Martin
Gessmann Wittgenstein als Moralist, Bielefeld, 2009.
Notas 345
247
Op. cit., p. 171.
248
Cfr. mi conferencia Hegel an der Jahrhundertwende, en:
Rüdiger Bubner/Walter Mesch (eds.): Die Weltgeschichte – das
Weltgericht? Akten des Stuttgarter Hegel-Kongresses 1999,
Stuttgart, 2001.
249
Cfr. su amplísimo tratado: Essai sur les mœurs et l´esprit des
nations (1756 y ss.) [ed. esp. Ensayo sobre las costumbres y el
espíritu de las naciones y sobre los principales hechos de la
historia desde Carlomagno hasta Luis XIII, Buenos Aires, Librería
Hachette, 1959].
250
Cfr. el estudio bien documentado de E. Böhlke, Esprit de
nation, Montesquieus politische Philosophie, Berlín, 1999.
251
Respecto a esto sigue siendo válido Friedrich Meinecke, Ents-
tehung des Historismus, Werke III, Múnich 1965 [ed. esp., El
historicismo y su génesis, México, FCE, 1983].
252
Cfr. I. Berlin, Vico and Herder, Londres, 1976.
253
Idee zu einer allgemeinen Geschichte in weltbürgerlicher
Absicht (1784) [ed. esp. Ideas para una historia universal en clave
cosmopolita y otros escritos sobre filosofía de la historia, Madrid,
Tecnos, 1987].
254
Grundlinien der Philosophie des Rechts, § 340 [ed. esp. Líneas
fundamentales de la filosofía del derecho. Lecciones de filosofía de
la historia, Madrid, Gredos, 2010].
255
Weltgeschichte und Heilsgeschehen (1949) [ed. esp., Historia
del mundo y salvación, Buenos Aires, 2007].
256
De l’Esprit de lois, XI, 6 [ed. esp. Del espíritu de las leyes,
Madrid, Tecnos, 1972].
257
Althusser, Montesquieu, la politique et l´histoire (1959), París,
1975, pp. 11 y ss. [ed. esp. Montesquieu, la política y la historia,
Barcelona, Ariel, 19793, pp. 11 y ss.].
258
Cfr. E. Durkheim, Montesquieu et Rousseau. Précurseur de la
Sociologie, París, 1953, pp. 16, 56 y ss. (La primera parte es la
traducción de la tesis de Durkheim que redactó en latín).
259
Op. cit., p. 27.
260
Emile ou de l´Education (1762), V (Edición de M. Launay,
París 1966, p. 600) [ed. esp. Emilio, Madrid, Edaf, 201123].
346 Rüdiger Bubner
261
Cfr. p.ej. Ernst-Wolfgang Böckenförde, Die Entstehung des
Staates als Vorgang der Säkularisierung, en: Staat, Gesellschaft,
Freiheit, Fráncfort d. M. 1976, espec. p. 60. Acerca de esto:
Voraussetzungen des Rechtsstaates, en: Rüdiger Bubner, Drei
Studien zur politischen Philosophie, Heidelberg, 1999.
262
Hegel, Grundlinien der Philosophie des Rechts, § 272 [ed. esp.
cit. n. 254].
263
En: Festschrift J. Ritter, Collegium Philosophicum, Stuttgart,
1965.
271
Cfr. Wilhelm Dilthey, Gesammelte Schriften VII, p. 148 y ss.
272
Terry Pinkard llega a asumir: “The Phenomenology offers a
dialectical-historical narrative of how the European community
has come to take what it does as authoritative and definitive for
itself” (Hegel’s Phenomenology. The sociality of reason,
Cambridge, 1994, p. 13).
273
* Trad. esp. J. Garzón, Filosofía del Derecho, México, Direc-
ción General de Publicaciones, 1975, p. 15. [N. d. ed.].
274
Cfr. sin embargo mientras tanto: E. Weisser-Lohmann/D.
Köhler (eds.): Verfassung und Revolution, Hamburgo, 2000.
275
Después de los esfuerzos de aclaración de Georg Lasson (1913)
y de Johannes Hoffemister (1936) así como después de la edición
de G. Mollat (1935) ha sido Jürgen Habermas el que ha preparado
una reimpresión de los Politische Schriften (Suhrkamp). A ella va
referido mi trabajo en lo que sigue [aquí citaremos por la ed. esp.
de D. Negro Pavón, La Constitución de Alemania, Madrid, Tecnos,
2010].
La edición histórico-crítica del Archivo Hegel de Bochum ha
ordenado cronológicamente el material de manera minuciosa, es
decir que lo ha seccionado, lo que puede que sea un mérito para la
investigación, pero que para el lector es una dudosa ganancia. Las
fases de desarrollo histórico están correctamente separadas, sin que
ello ayude a ver la coherencia en el desarrollo del pensamiento.
276
Cfr. Hegel a Schelling, el 23 de febrero de 1807: “Se me ha
ofrecido una ocupación que me hace ganar más que mi estancia
aquí, y eso es lo primero que miro; aunque la ocupación misma
tampoco parece del todo adecuada, hasta ni muy decente ante el
mundo, no es al menos deshonesta; es la redacción del político
Diario de Bamberg”. Cfr. Hegel, Briefe II, p. 148. Los textos del
Diario de Bamberg están reproducidos en Gesammelte Werke 5,
op. cit., p. 391 y ss.
277
Op. cit., p. 19 y s. [ed. esp. cit. p. 11 y s.].
278
Con seguridad es conveniente recordar el juicio de Pufendorf
sobre el imperio que se asemeja a un “monstruo” en su constitu-
ción “irregular”, es decir, sin orden (vease Pufendorf Die Verfas-
sung des Deutschen Reiches, aparecido primero bajo el pseudó-
348 Rüdiger Bubner
295
*La terminología filosófica española viene traduciendo la
expresión Sittlichkeit de Hegel por “Eticidad”, a pesar de que la
raíz del término alemán es Sitten o costumbres. Para Hegel, la
Sittlichkeit entraña una concepción objetiva de la moralidad (por
eso, en francés se ha traducido como “moralité objective”), contra-
puesta a la subjetiva o incluso metafísica de Moralität. La traduc-
ción de “eticidad” intenta preservar ese aspecto objetivo superior
al de la moralidad que entrañaría Sittlichkeit. Otros autores propo-
nen la traducción de “mundo ético” invocando argumentos del
propio Hegel [N. del ed.].
296
Ibid, p. 163 y ss.
297
Cfr. las observaciones bien informadas respecto al paso de la
vieja economía familiar a la economía política: Klaus Lichtblau,
Der politische Gehalt der Marxschen Ökonomiekritik, en: Licht-
blau, Das Zeitalter der Entzweiung, Berlín, 1999, pp. 158 y ss.
298
Véase el capítulo siguiente.
299
Para más detalles véase la tésis de Tilman Reitz, Bürgerlichkeit
als Haltung, Heidelberg 2001.
EPÍLOGO
308
De entre el sinfín de literatura al respecto destaca reciente-
mente: Dieter Langewiesche, Nation, Nationalismus, Nationalstaat
in Deutschland und Europa, Múnich, 2000.
309
Discours à la nation européenne, (ed. París 1979, p. 14).
310
Joschka Fischer, Vom Staatenbund zur Konföderation. Gedan-
ken über die Finalität der europäischen Integration, Fráncfort d.
M. 2000.
311
Vale con leer a los anteriores jueces del tribual constitucional de
Karlsruhe Ernst-Wolfgang Böckenförde y Dieter Grimm. Mientras
que Grimm opina que los actuales acuerdos son suficientes como
fundamentación de la legitimación (Braucht Europa eine Verfas-
sung? Siemens-Stiftung, Múnich, 1994), los argumentos de Böc-
kenförde son mucho más escépticos (Welchen Weg geht Europa?
Siemens-Stiftung, Múnich, 1997).
Notas 351
312
Respecto al crecimiento sin límite del papel del Tribunal Euro-
peo de Luxemburgo cfr. Fritz W. Scharpf, Regieren in Europa,
Fráncfort d. M. 1999, pp. 65 y ss.
313
Karl Jaspers, Freiheit und Wiedervereinigung (1960, Múnich,
1990), pp. 67 y 96 y s. [ed. esp. de J. Franco Barrio, Libertad y
reunificación, U. de Salamanca, 1997, pp. 75 y ss.].
314
Op. cit., p. 26.
315
Europarecht, ed. Gläsner, Baden-Baden, 2000.
316
Contrat social II, 7. Véase supra p. 218 y ss.
317
Cfr. L. Siedentop. Demokratie in Europa, Stuttgart, 2002, p.
146 y ss.
Índice de nombres
A
Abbé Sieyès, 206
Adorno, Th W., 10, 12, 269
Agustín, 120, 141, 197, 250
Alberti, L. B., 168, 169
Althusser, L., 27, 251
Anaximandro, 22, 78, 79, 80, 82
Antifonte, 111
Apel, K.-O, 163
Arendt, H., 9, 10, 25, 34, 60, 61, 62, 182
Aristófanes, 89
Aristóteles, 13, 22, 23, 25, 30, 38, 44, 54, 59, 61, 62, 65, 71, 72,
74, 75, 76, 78, 98, 100, 106, 112, 122, 124, 126, 133, 134, 135,
136, 138, 139, 141, 142, 143, 144, 145, 150, 151, 152, 154,
157, 158, 160, 167, 168, 170, 182, 192, 196, 197, 217, 222,
225, 226, 233, 235, 245, 256, 258, 298
B
Bacon, F., 167
Benda, J., 311
Bentham, J., 302
Beyme, K.v., 57
Bleicken, J., 75
Böckenförde, E.-W., 256
Bodin, J., 123, 193, 202, 203, 237, 319
Bossuet, J. B., 250
Boyle, R., 167
354 Rüdiger Bubner
C
Calvino, 241, 322
Castiglione, B., 24, 169
Ch
Chamfort, S. R. N., 245
C
Cohen, H., 261
Comte, A., 60, 251
Cudworth, R., 188
D
Dahlmann, F. C., 50
Davidson, D., 97
Demóstenes, 96, 156
Descartes, R., 97, 140, 167, 222
Diderot, D., 246
Diels, H., 78, 79
Dilthey, W., 261, 268
Diógenes Laercio, 82
Dirlmeier, F., 79
Durkheim, E., 71, 251
E
Easton, D., 48, 361
Einstein, A., 98
Empédocles, 81, 150
Erasmo de Rotterdam, 120
Escalígero, J., 221
Índice de nombres 355
F
Ferguson, A., 153
Fichte, J. G., 189, 190, 194, 262, 264
Fischer, J., 311, 319
Fontenelle, B. Le B. de, 250
Freyer, H., 190
Fustel de Coulanges, 71
G
Gadamer, H.-G., 9, 10, 12, 15, 18, 33
Gerhardt, V., 66
Gibbon, E., 246, 265
Goethe, J. W. v., 296
Gorgias, 89, 94, 108, 203
Gracián, B., 24, 169
H
Habermas, J., 10, 12, 15, 29, 49, 119, 163, 164, 165, 196, 225, 269,
282, 361
Hamilton, A., 209
Harvey, W., 167
Hegel, G. W. F., 7, 13, 16, 25, 28, 29, 50, 92, 107, 125, 142, 144,
166, 181, 182, 183, 184, 185, 186, 211, 225, 237, 240, 246,
247, 249, 250, 258, 259, 261, 262, 263, 264, 265, 266, 267,
268, 269, 271, 272, 273, 274, 275, 276, 277, 278, 279, 280,
282, 283, 284, 286, 287, 288, 289, 290, 291, 309, 310, 316
Heidegger, M., 9, 38, 60, 61, 63, 78, 182, 183, 267
Heller, H., 179
Hennis, W., 59
Heráclito, 22, 81, 82, 83, 84, 86, 150
Herder, J. G., 27, 186, 206, 247, 249, 250, 296
Heumann, C. A., 171, 172
Hobbes, T., 25, 54, 63, 72, 119, 123, 134, 145, 152, 153, 162, 167,
181, 185, 188, 191, 194, 202, 204, 217, 218, 219, 220, 221,
356 Rüdiger Bubner
222, 223, 225, 230, 232, 234, 235, 236, 237, 239, 240, 242,
250, 253, 258, 281, 293, 302
Hölderlin, F., 182, 183, 264
Hölscher, U., 79
Honneth, A., 283
Horkheimer, M., 119
Hugo, G., 279
Humboldt, W. v., 29, 31, 262, 278, 290, 294, 295, 296, 297, 298,
299, 300, 301, 302, 303, 307, 308, 311
Huntington, S., 51
Hutcheson, F., 230
J
Jaspers, K., 250, 317
Jay, J., 209
Jellinek, G., 177
Jenofonte, 168
Justi, J. H. G. v., 143
K
Kahn, C., 79
Kant, I., 24, 43, 54, 93, 119, 139, 149, 183, 230, 240, 261, 262,
264, 277, 281, 283, 284, 297
Kelsen, H., 178
Kempski, J. v., 57
Koselleck, R., 250
Krämer, H. J., 107, 126
Kriele, M., 180, 210
L
La Bruyère, J. d., 245
La Rochefoucauld, F. d., 245
Leibniz, G. W., 120
Leonardo da Vinci, 221
Índice de nombres 357
M
Madison, J., 209
Maier, H., 59
Maimónides, M., 63
Maquiavelo, N., 7, 20, 21, 25, 123, 167, 187, 188, 189, 190, 191,
192, 193, 194, 196, 197, 199, 201, 202, 211, 222, 237, 250,
256
Marcuse, H., 12
Marx, K., 144, 182
Meier, C., 74
Mill, J., 290, 295
Montaigne, M. d., 257
Moro, T., 107
N
Natorp, P., 261
Nietzsche, F., 65, 79, 183
Nohl, H., 261
P
Parménides, 81, 90
Parsons, T., 119, 181, 225, 361
Perrault, C., 250
Platón, 22, 38, 54, 60, 65, 72, 89, 90, 91, 92, 94, 95, 97, 98, 99,
100, 103, 106, 107, 108, 109, 110, 111, 113, 115, 116, 119,
358 Rüdiger Bubner
120, 123, 124, 125, 126, 127, 128, 131, 133, 134, 136, 137,
148, 160, 168, 235, 246, 322
Popper, K., 92
Protágoras, 88, 89, 93, 94, 111
Pufendorf, S. v., 205
R
Rawls, J., 25, 29, 31, 34, 66, 185, 225, 282, 301, 302, 306
Raynal, G. T., 246
Renan, E., 162
Ricardo, D., 288
Rickert, H., 261
Rivarol, A. d., 245
Rousseau, J.-J., 20, 119, 120, 145, 163, 181, 182, 204, 205, 206,
225, 236, 238, 239, 240, 242, 243, 246, 252, 265, 281, 322
S
Sartre, J.-P., 301
Savigny, F. C. v., 186, 279
Schelling, F. W. J. v., 183, 263, 264, 266
Schiller, F., 211
Schlegel, F., 77
Schmitt, C., 33, 178, 223
Schütz, A., 61
Simplicio, 78, 79
Smend, R., 179
Smith, A., 113, 117, 144, 188, 230, 288
Sócrates, 54, 76, 79, 89, 90, 103, 105, 131, 188
Solón, 38, 76, 83, 86, 95, 126, 241
Spinoza, B. d., 63
Strauss, L., 25, 34, 49, 63, 64, 182
T
Teofrasto, 79, 245
Índice de nombres 359
V
Vico, G. B., 27, 65, 186, 248, 249
Vierhaus, R., 259
Vlastós, G., 81, 82
Voegelin, E., 64, 66
Voltaire, 211, 246, 247, 250
W
Weber, M., 12, 62, 180, 182, 183
Windelband, W., 261
Wittgenstein, L., 163