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HAMBRE KNUT HAMSUM Digitalizado por Réger E. Antén Fabian: rogerantonfabian@yahoo.es Knut Hamsun (1859 — 1952) Seudénimo de Knut Pedersen, escritor noruego nacido en Lom el 4 de agosto de 1859 en Garmo, un recéndito pueblo de montaiia situado al oeste del Lago de Vaagaa, cuyas obras reflejan su individualismo y su rechazo a la civilizacién industrial. Ingres6 en la universidad de Christiania (hoy Oslo), sin ningun tipo de formacién previa, con la intencién de ser periodista Abandoné pronto sus proyectos y emigré a los Estados Unidos, donde vagabundeé de un lugar a otro, a la vez que escribfa, En 1888 regresé a Noruega y se dedicé por completo a la literatura, Fue uno de los principales motores del Neorromanticismo, movimiento que hizo su aparicién entre los siglos XIX y XX, y se hizo célebre en toda Escandinavia con la novela Hambre (1890), en la cual describe los efectos psicologicos de la hambruna. A ésta siguicron otras novelas, como Pan (1894), Bajo la estrella de otoio (1906), en la que expone sus ideas sobre la vida inconsciente del alma; y Un vagabundo toca con sordina (1909). Los personajes de este periodo de la trayectoria de Hamsun son seres impulsivos itracionales que, odiando 1a sociedad organizada, escapan, por lo general, a lugares apartados, con el fin de eludir responsabilidades. En otras novelas posteriores, Hamsun revela sus preocupaciones sociales. Asi, por ejemplo, en En ef pais de los cuentas (1913) y Bendicién de la tierra (1917), considerada como la mas importante del autor, en la que hace una encendida defensa del ideal del noble campesino y denuncia la decadencia capitalista Recibié el premio Nobel de Literatura por su obra en el afio 1920. En sus iiltimas novelas, como Vagabundos (1927), retomé el tema del individuo errante y falto de raices de la sociedad contemporinea. Cuando las tropas alemanas invadieron Noruega en 1940, defendié la ocupacién proclamada que asi se volveria a la grandeza de la época vikinga y se adhirié al colaboracionista por excelencia noruego Quisling, que seria ejecutado en 1946. El también fue acusado pero le fueron retirados los cargos por consideracién a su edad. Fallecié, la noche del 19 de febrero de 1952 en su hogar: su granja Netholm, cerea de Grimstad, cerca de Grimstad. Su obra ejercié una gran influencia sobre autores europeos de la talla de un Thomas Mann, Maximo Gorky e Isaac Baushevis Singer. Hambre Knut Hamsun 2 PRIMERA PARTE Era el tiempo en que yo vagaba, con el estomago vacio, por Cristiania, esa ciudad singular que nadie puede abandonar sin llevarse impresa su huella. Estoy acostado en mi buhardilla, no duermo; oigo sonar las seis en un reloj vecino, Ha mucha claridad y la gente comienza a moverse por la escalera. La pared de mi habitacién, correspondiente a la puerta, est empapelada con niimeros viejos del Morgenbladet. Puedo ver en ellos distintamente un «avisoy del director de Faros, y un poco a la izquierda, grande y ancho, un anuncio de pan fresco, de Fabian Olsen, panadero, Abri por completo los ojos y, siguiendo una inveterada costumbre, me di a pensar si tenia algin motivo de alegria, Ante los apuros de los iiltimos tiempos, todos mis efectos haban tomado, uno tras otro, el camino de la casa de empefios. Abatido y nervioso, dos 0 tres veces tuve que guardar cama durante todo el dia, a causa de los vahidos que me daban. De vez en vez, cuando la suerte me sonrefa, legaba a cobrar hasta cinco coronas por un articulo en algin peri dico. Avanzaba el dia y yo seguia leyendo los anuncios que estaban junto a la puerta; egaba a distinguir los finos tipos de letra: Mortajas, en casa de la sefiorita Andersen, a la derecha de a puerta cochera, Oi dar las ocho en el reloj de abajo antes de levantarme para vestirme, Abri la ventana y miré, Desde donde estaba vefase una cuerda para tender ropa y un terreno inculto; al final del fuego de una fragua, quedaba un hogar apagado que algunos obreros se disponian a limpiar. Me acodé en la ventana y examiné el cielo. Sin duda se presentaba un dia hermoso. Habja Ilegado el otofio, la estacién delicada y fiesca en la que todas las cosas cambian de color y pasan de la vida a la muerte. En las calles habia comenzado ya el ajetreo y el ruido me invitaba a salir. La vacia habitaci6n, cuyo piso ondulaba a cada paso mio, pareeia un ligubre féretro desajustado. La puerta carecia de cerradura segura, y la habitacién, de estufa; solia acostarme por la noche sobre mis calcetines para encontrarlos un poco secos al dia siguiente. El tinico objeto con que podia distraerme era una pequeiia butaca roja, de biscula, en Ja que me sentaba por la tarde para sofiar en muchas cosas. Cuando el viento era fuerte y las puertas de abajo estaban abiertas, se ofa toda clase de extraiios silbidos a través del piso y de las paredes. Y alli, cerca de mi puerta, grandes rasgones, tan anchos como una mano, se abrian en el Morgenbladet. Me ineorporé, fui al rineén de la cama a inspeccionar un paquete, en busca de algin alimento para desayunarme; pero no encontré nada y volvi a la ventana {Dios sabe -pensé- si todo esto me serviré para buscar una colocacién!» Estas miiltiples repulsas, estas vagas promesas, estos «no» secos, estas esperanzas tan pronto nacidas como desvanecidas, estas nuevas tentativas que a cada instante se convertian en nada, habian consumido mi animosidad. Giltimamente habia solicitado una plaza de auxiliar de caja, pero legué tarde; por otra parte, no podia prestar la fianza de cincuenta coronas. Siempre encontraba algin obstaculo, También me habia presentado en el cuerpo de bomberos. Estébamos en el patio unos cincuenta hombres, sacando el pecho para dar una impresién de fuerza y de gran intrepidez. Un inspector examinaba a los pretendientes, les tentaba los brazos y les hacia 2 Hambre Knut Hamsun 3 preguntas. Pas ante mf completamente erguido y se contenté con decirme, moviendo la cabeza, que quedaba rechazado a causa de mis gafas. Me presenté por segunda vez, sin gafas, tenia los parpados fruncidos, los ojos agudos como cuchillos, y nuevamente pasé el hombre completamente erguido ante mi, sonriendo..., debié reconocerme. Lo peor de todo era que mi traje estaba tan deteriorado que ya no podia presentarme en ningin sitio en forma conveniente. jCon qué regularidad, con qué movimiento uniforme, habia bajado la pendiente! Me hallaba privado absolutamente de todo, ni siquiera me quedaba un peine, ni un libro que le cuando la vida se me hacia triste. Durante todo el verano rodé por los cementerios o por el Parque del Castillo, 0 me sentaba y hacia articulos para los periédicos, cuartilla tras cuartilla, sobre las cosas mas diversas: invenciones extraiias, caprichos, fantasias de mi agitado cerebro. En mi desesperacién elegia a menudo los temas més inactuales, que me costaban largas horas de esfuerzo y que nunca se aceptaban. Al terminar uno de ellos, preparaba otro y rara vez me dejaba descorazonar por el «no» de un redactor jefe; yo me repetia sin cesar que algén dia triunfaria, Y, en efecto, cuando estaba inspirado y cuidaba mi articulo, Hegaba a veces a cobrar cinco coronas por el trabajo de una tarde. Nuevamente me incorporé, abandoné la ventana, fui a la silla que me servia de lavabo y humedeci con un poco de agua las relucientes rodilleras de mi pantalén para ennegrecerlas y darles aspecto més nuevo. Hecho esto, meti, como de costumbre, cuartillas y un lapicero en mi bolsillo y sali. Me desticé silenciosamente hasta el pie de la escalera para no llamar la atencién de ‘mi patrona; hacia varios dias que debia haberle pagado y no me quedaba nada con qué saldarla, Eran las nueve. El ruido de los coches y de las voces llenaba el ambiente; inmenso coro ‘matinal en el que se fundian los pasos de los peatones y los chasquidos de las fustas de los cocheros. El turbulento tréfico que reinaba en todas partes me devolvié bien pronto la energia y empecé a sentirme cada vez mas contento, Nada estaba més lejos de mi idea que un simple paseo en la fresca mafiana. {Qué les importaba el aire a mis pulmones? Era fuerte como un gigante y hubiera podido detener un coche con un hombro, Se habia apoderado de mi un sentimiento suave y extrafio: el sentimiento de aquella alegre indiferencia, Observaba las gentes que se eruzaban conmigo o que yo dejaba atrés, y marchaba, leyendo los carteles que habfa en las paredes, recogiendo Ia impresién de que me lanzaban una mirada desde un tranvia en marcha, dejéndome impresionar por cosas nimias, por las mas pequefias contingencias que encontraba en mi camino y desaparecian. Si tuviera algo que comer en dia tan hermoso! Me subyugaba la impresién de la alegre mafiana; era incapaz de refrenar mi alegria y estaba tan contento que me puse a canturrear sin ningin motivo, Ante una carniceria estaba parada una mujer con Ia cesta al brazo, pensando en las salchichas para su almuerzo; al pasar junto a ella me mir. No tenia més que un diente en la parte superior. Nervioso y ficilmente impresionable como yo estaba en aquellos tiltimos dias, el rostro de la mujer me produjo una repentina sensacién de desagrado. Su gran diente amarillo parecia un pequefio dedo que salia de la mandibula, y sus ojos estaban todavia Henos de salchichas cuando los dirigié hacia mi. De repente perdi el apetito y se me levanté el estomago. Al llegar al Mercado de la Came, me dirigf a la fuente y bebi un poco de agua; levanté la vista, Eran las diez en el reloj de El Salvador. Segui callejeando sin inquietarme por nada; me paré sin necesidad en una esquina, cambié de direccién y entré en una calle lateral en la que nada tenia que hacer. Dejaba pasar el tiempo, vagando en la alegre mafiana, entreteniendo mi apatia aqui y alla, entre los demis dichosos mortales. La atmésfera estaba transparente y en mi alma no habia ninguna sombra.

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