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ESTUDIOS BASICOS
FACULTAD DE DERECHO – U.N.C.
https://derecho.unc.edu.ar/revista-basicos/
departamentoestudiosbasicos@gmail.com
ISSN 2618-3447
AUTORIDADES FACULTAD DE DERECHO
Daniel Erezian
Secretaria Ciencia y Técnica: Dra. Amalia Uriondo de Martinoli
COMITÉ ACADÉMICO
Dr. Juan Carlos Gorlier. Center of Latin and Caribbean Studies. USA
Dr. Francisco Segado. Universidad Complutense de Madrid
COMITÉ DE REFERATO
CONTACTO
departamentoestudiosbasicos@gmail.com
PUBLICACIÓN WEB
https://derecho.unc.edu.ar/revista-basicos/
Como bien diría el gran escritor español Camilo Cela (1916-2002), “la más noble
función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista,
del tiempo que le ha tocado vivir”. En definitiva, escribir es una manera de “estar
en el mundo”.
Daniel Gattás
Director de la Revista Digital
del Departamento de Estudios Básicos
Resumen: El artículo considera que el ejercicio de la profesión, por parte de las abogadas
litigantes se desarrolla en un escenario “hostil”, por imprimirse con fuerza la lógica hegemónica
masculina – blanca y burguesa- propia del campo jurídico. Se analizan los obstáculos que
dificultan la permanencia y que termina por excluir a sus participantes junto con la legislación
que regula la profesión. A partir de aquí, se proponen distintas alternativas para lograr
establecerse en este ámbito.
Abstract: The article considers that the exercise of the legal profession by women litigants takes
place in a "hostile" environment, since it is deeply rooted in the masculine -white and bourgeois
-logic that characterizes the legal field. Moreover, the article analyzes the obstacles that make it
difficult for women to exercise the legal profession and that end up with their exclusion from it,
together with the legislation that regulates the profession. After examining the aspects
mentioned, the author proposes different alternatives for women to be able to settle in in this
area of the legal field.
Esta construcción sesgada del conocimiento viene siendo señalada desde hace
tiempo por parte de las mujeres integrantes de la comunidad científica. En
palabras de Diana Maffia (2008, p.1), la ciencia “debe considerarse en su doble
aspecto de proceso y producto, y que ambos son sexistas”.
Fue recién en la segunda mitad del siglo XX que aquella exclusividad masculina
se ve cuestionada con el ingreso de algunas mujeres a los centros de formación
jurídica, lo que posibilita a su vez, la incorporación de temas y agendas
feministas en las currículas universitarias. Hasta ese entonces, no sólo las
mujeres no ingresaban a las universidades, sino que tampoco ejercían trabajos
vinculados a la profesión legal. Un párrafo claro sobre este desplazamiento se
encuentra en el libro de Malena Costa:
Una vez ingresadas a la universidad y forjado los límites impuestos para ejercer
el derecho, las mujeres ingresan al ejercicio de la profesión en sus distintos
segmentos, fenómeno que se conoce como feminización de la profesión legal.
En palabras de Menkel-Meadow (1986: 898), el mismo puede configurarse
desde distintas perspectivas. Por un lado, con el sólo incremento del número de
mujeres en el campo jurídico, o por el otro, cuando la profesión logre ser
modificada o influenciada por mujeres abogadas. La cuestión reside para la
autora, en sí las mujeres que ingresan a la profesión se amoldan a una
estructura masculina de lo que significa ser abogadx, o si por el contrario, su
ingreso implica una innovación y readaptación de la profesión al aceptar a
quienes previamente han sido excluidas, pudiendo aportar nuevas perspectivas
a las prácticas jurídicas.
Hunter (2013: 119) caracterizó el espacio del litigio como aquel donde “las
barreras residían en una amplia gama de prácticas cotidianas discriminatorias y
excluyentes que caracterizan la cultura del ejercicio de la abogacía”, donde la
sola presencia de la mujer viene a romper con una fuerte tradición. Describe lo
que podríamos llamar “Colegio de abogados” 1 como aquella comunidad
imaginaria sostenida por tradiciones, donde se encuentran fuertes estructuras
de poder jerárquico y un conjunto de comportamientos que reproducen y
1
Rosemary Hunter centra su estudio en la “Australian Bar Association”, el cual fue realizado a
pedido de la misma organización nacional a los fines de estudiar el fenómeno de abandono de
las mujeres del ejercicio del litigio. El término inglés “Bar” es traducido en este artículo como
“Colegio de Abogados”, si bien el mismo tiene particularidades que lo diferencian a la
colegiación argentina. Más información: http://austbar.asn.au/for-the-community/what-is-the-
bar
Por otro lado, Menkel-Meadow (1986: 897) menciona que las barreras pueden
consistir desde simples discriminaciones por parte de los pares varones, hasta
estructuras socialmente construidas. Este aporte viene a sumarse a otras
investigaciones que tienen como objeto el análisis de dichas barreras y que dan
como resultado que aquellas serían similares en gran medidas a las existentes
en otras áreas de la vida pública.
Rosemary Hunter (2013: 106) entiende el espacio del litigio como un ámbito
donde la división sexual del trabajo se encuentra fuertemente arraigada. Allí el
éxito profesional depende de estar dispuestxs a enfrentar una larga jornada
laboral, la cual es mucho mayor de quienes se desempeñan en el ámbito
público, al menos hasta lograr contar con cierto reconocimiento. Para ella, esto
último sólo es posible -para el hombre- si se cuenta con la existencia de una
esposa en el hogar que administre las tareas de la esfera doméstica, lo que le
permita al marido enfocarse exclusivamente en su trabajo. Dicho esto, las
mujeres sólo pueden intentar asimilarse a sus pares varones si no tienen hijos, o
si deciden subordinar por completo su familia al trabajo. De esta manera,
quienes permanecen en la profesión es porque esperan que sus prácticas estén
bien establecidas antes de ser madres, o luego del parto se toman un tiempo
mínimo de licencia; además de, claro está, tener la capacidad económica que
permita afrontar los costos de niñeras o con la ayuda de abuelxs dispuestos a
desempeñar tareas de cuidado.
Por otro lado, el estudio del Parlamento Europeo (2017: 24) establece que la
profesión liberal siempre se caracterizó por un compromiso total y una cultura
de largas horas de trabajo. Es por eso, que una de las posibilidades que
encuentran las abogadas litigantes para conciliar las esferas de lo familiar y el
trabajo es el trabajo “part-time”, lo cual es incompatible con el desarrollo pleno
de su carrera profesional o siendo tomado en muchos casos como un indicador
de poco compromiso, obstaculizando así el desarrollo de su carrera profesional
(2017: 31).
A nivel local, los resultados son coincidentes. Tras analizar las entrevistas
realizadas a abogadax de la ciudad de Córdoba y Buenos Aires, María Eugenia
Gastiazoro (2007: 688) concluyó que las principales barreras que potencian las
desigualdades de género en el ejercicio de la profesión legal son, por un lado, la
Dicho esto, el campo del litigio se presenta como un clima propicio para que se
imprima con fuerza la “hegemonía masculina” del derecho. Ya que dicho ámbito
se presenta como un espacio lejano de cualquier órgano de control, totalmente
desregulado de códigos o normas legales que intervengan en las relaciones
asimétricas que se presentan entre pares en esta “comunidad imaginaria”.
5. Conclusión
2
http://www.colegioabogadoscba.com.ar/directorios-anteriores-34.html
BIBLIOGRAFÍA
Resumen: El artículo tiene como objeto indagar algunos sentidos construidos en torno a la
salud y el derecho a la salud en estudiantes de Derecho, Trabajo Social y profesiones de la salud.
La metodología es de carácter cualitativo, y la técnica de recolección de datos utilizada es la
entrevista. La salud es entendida por los estudiantes de abogacía como el objeto de un derecho,
que supone el acceso sin restricciones a los tratamientos sanitarios. En cambio, para los
estudiantes de trabajo social, la salud desborda los límites de lo estrictamente jurídico. Para los
estudiantes de carreras universitarias del ámbito sanitario, la salud es una cualidad psicofísica
del paciente. Se concluye que los sentidos construidos en torno a la salud son disímiles y dicha
interpretación diversa podría hallar algún grado de respuesta en los contenidos estudiados.
Palabras claves: salud, educación, derecho a la salud.
Abstract: The article aims to investigate some senses built around health and the right to health
in students of Law, Social Work and health professions. The methodology is of a qualitative
nature, and the data collection technique used is the interview. Health is understood by the
students of law as the object of a right, which implies unrestricted access to health treatments.
On the other hand, for social work students, health goes beyond the limits of what is strictly
legal. For students of university careers in the health field, health is a psychophysical quality of
the patient. It is concluded that the senses built around health are dissimilar and that this
diverse interpretation could find some degree of response in the academic contents studied.
Key words: health, education, right to health.
1
Cabe realizar una precisión conceptual. El ser nacional o extranjero depende de la designación
del ordenamiento jurídico. Es decir, “extranjero” es una categoría jurídica, mientras que para ser
migrante, se requieren otras situaciones, como la condición de vulnerabilidad y la posibilidad
poco probable de reversibilidad de residencia. En otras palabras, todo migrante es extranjero,
no así al revés, en tanto no todo extranjero es migrante.
2
ARTICULO 6° — El Estado en todas sus jurisdicciones, asegurará el acceso igualitario a los
inmigrantes y sus familias en las mismas condiciones de protección, amparo y derechos de los
que gozan los nacionales, en particular lo referido a servicios sociales, bienes públicos, salud,
educación, justicia, trabajo, empleo y seguridad social.
3
ARTICULO 8° — No podrá negársele o restringírsele en ningún caso, el acceso al derecho a la
salud, la asistencia social o atención sanitaria a todos los extranjeros que lo requieran,
cualquiera sea su situación migratoria. Las autoridades de los establecimientos sanitarios
deberán brindar orientación y asesoramiento respecto de los trámites correspondientes a los
efectos de subsanar la irregularidad migratoria.
4. La vulneración y la respuesta
En consonancia con las distintas miradas sobre la salud y sobre el derecho a ella,
podemos notar que los estudiantes de trabajo social, por un lado, y los de
ciencias médicas y de derecho, por otro, tienen diferentes concepciones
respecto a cuándo se vulnera el derecho a la salud y qué respuesta corresponde
para lograr el cese de esta vulneración. Mientras los estudiantes del segundo
grupo entienden que sólo se vulnera el derecho a la salud cuando se impide,
retrasa o dificulta el acceso a un profesional médico, un tratamiento o una
medicina, los estudiantes de trabajo social puntualizan que si bien estas
prácticas importan una especie de vulneración, no debe entenderse que sea el
único tipo posible ni el más importante. Complementan estos últimos la
mencionada mirada individual de la vulneración, con una mirada amplia y social.
Afirman que se vulnera el derecho a la salud cuando se verifican actos o hechos
que tienen como consecuencia una disminución de las posibilidades de
desarrollar la propia vida en un entorno sano. En este sentido, prácticas tales
como la contaminación, la discriminación o la pobreza aparecen señaladas
4
Por ejemplo, el art. 322 de La Ley de Navegación N° 20.094.
Por otro lado, los futuros letrados que han sido “intervenidos” por nosotros,
resaltan a la Medicina. Una pregunta que puede surgir y puede dar lugar a una
investigación futura es ¿existe algún tipo de sinergia entre los médicos y los
abogados en su consideración mutua como profesionales? ¿se guardan respeto
porque ambas son carreras consideradas tradicionales? Lo cierto es que los
médicos son bien valorados y siguen siendo en el imaginario social el
profesional en la cúspide, por prestigio e importancia social.
Así, la medicina, desde esta mirada, si bien sigue siendo central, convive con
disciplinas que pueden realizar aportes, buscando soluciones que emerjan de la
propia comunidad, de Organizaciones barriales, militantes, barriales,
sindicalistas, partidarias, etc., así como también la búsqueda de desarrollo de
contextos familiares y sociales más saludables. De esta forma, cobran
importancia otras dimensiones, como la prevención mediante campañas
estatales o estrategias de Organizaciones territoriales. En definitiva, la salud es
una construcción social, desde esta mirada.
6. Consideraciones finales
SAYAD, A. (2010). La doble ausencia. De las ilusiones del emigrado a los padecimientos
del inmigrado. Barcelona, Anthropos.
* El título y muchos de los puntos abordados en este artículo tienen origen en la propuesta de la
Universidad de Cagliari (Cerdeña, Italia) que nos invitó a disertar en el marco del Congreso
Internacional “Calidad y eficacia en la protección extrajudicial de los derechos: ¿Qué opciones
compartidas para mejorar la justicia?” 27 al 29 de septiembre de 2018.
** Doctora en Derecho y Cs. Sociales. Prof. Adjunta Teorías del Conflicto y de la Decisión
(Facultad de Derecho, UNC). Directora Instituto IICDEAS –Dep. Estudios Básicos- (FD, UNC). Prof.
Titular Solución Alternativa de Conflictos (FD, Univ. Católica de Córdoba). Mediadora Judicial.
Directora de la Asociación Mediario, Córdoba, Argentina www.mediacionmediario.com.
En los procesos del Derecho Civil, Comercial y de Familia, se advierte con mayor
énfasis este cambio paradigmático. Estas variables, junto al impulso doctrinario,
dan cuenta de una visión diferente acerca del ejercicio de las facultades
judiciales, de la idea moral en el proceso civil, las que se extienden a la
incorporación legislativa y aceptación social de métodos en los que el
ciudadano puede y debe participar en la concreción de la justicia que reclama.
Este paradigma incorpora una nueva visión del abogado al que transmite a la
par de mayor proactividad, una visión totalizadora en la solución de casos, por
cuanto no es ya operativo para la sociedad, la mera terminación de un conflicto
sino que se requiere que en ella también impacte esa solución, ese encauce y al
menor costo posible.
Así, desde el primer enfoque una persona es justa cuando sus acciones lo sean.
Ante ello complementa Aristóteles: “justicia es igualdad”. Ser justos es tratar
igualmente a los iguales.
Desde el segundo estadio, para Bobbio (1996: 205) -entre otros-, ser justo es
aplicar la norma o ley adecuada.
En suma, la acción será justa cuando se trate de igual forma a todos los
destinatarios de la norma y cuando se aplique la norma correcta a la situación.
1
Así la negociación, mediación, conciliación.
Porque, puede que una persona sea justa al dirimir un litigio, al emitir un juicio,
pero puede verse injusta al descartar otros aspectos de importancia para los
sujetos interesados. Consecuencia de ello son las distintas concepciones de
justicia, que muchas veces pugnan en direcciones opuestas. Aquí uno de los
puntos nodales que convoca a los mediadores: Negociar lo justo-injusto y/o
equitativo-inequitativo para los involucrados en un diferendo. Y es este también
el sustento de las legislaciones de mediación, entre las que se encuentran las de
Argentina2.
2
Ley Nacional 26.589; de Córdoba 8858/ 2000 y 10.543/2018, entre otras.
Dar: - A cada uno lo mismo. - A cada uno según el trabajo realizado. - A cada
uno según su mérito. - A cada uno según sus necesidades (VELASCO, 2011: 28).
Todos tienen en común la expresión “Dar a cada uno” –equilibrio-, porque cada
vez que se habla de justicia, hay un grupo de personas involucradas –por lo
menos dos- que pretenden obtener. Los resumimos en la elaboración de
Perelman para un formal concepto de justicia, según el cual los “seres que
forman parte de la misma categoría deben ser tratados de la misma manera”
(PERELMAN, 1964: 52) Siendo también ésta la idea común en todas las
concepciones de justicia que se expusieron: Igualdad entre iguales
complementada con la noción de equilibrio reflexivo.
3
Cada fórmula (lo que los agrupa) es una concepción diferente de la justicia.
4
Esta diferenciación también fue realizada por Rawls en Theory of Justice, (1971, 2006).
5
Ídem RAWLS, JOHN y VELAZCO, MARINA. Obs. Cit.
6
Creencia de que siempre se ganará aunque se tengan fundamentos débiles (y si se pierde es
mejor que lo imponga un tercero: el juez, que seguramente habrá adherido a la postura
equivocada. El Derecho es como cada uno lo entiende en cada caso, nunca como la contraparte
lo invoca).
7
Recordamos que la mediación es siempre voluntaria, ya sea mediación en ámbitos
extrajudiciales como en ámbitos judiciales, sean éstos de instancia obligatoria y de instancia
voluntaria (DI PIETRO, 2011, 2017).
8
Debieran evitarse las críticas y oposiciones como las venidas de la escuela platense de Derecho
Procesal, la que durante años impidió la sanción de una ley de Mediación para la Prov. de Bs. As.
bajo argumento de la vulneración de los derechos de las personas y la afectación de la debida
defensa – vg. BERIZONCE, ROBERTO - . Aquella provincia cuenta con ley de Mediación desde el año
2013 y la administración del sistema quedó en cabeza del Colegio de Abogados.
9
Promulgada Dec. 776/18, del 17/5/18, comenzó a regir el 1° de noviembre de 2018.
Sin perjuicio de priorizarla como instancia previa, los párrafos segundo y tercero
del artículo 2° disponen las otras dos oportunidades de realización del proceso
de mediación: intraprocesal -remisión por el juez o por pedido de partes-, y
extrajudicial sometimiento voluntario al proceso de mediación. Siendo esta
normativa claro ejemplo de la adhesión al sistema mixto conectado-relacionado
al que nos referimos antes.
Consideramos beneficioso este reenvío a mediación que permite conservar el
sistema intraprocesal, que Córdoba prohijó con la ley 8858 del año 2000, que, si
bien con las actuales limitaciones, es uno de los pocos que arrojó resultados
significativamente positivos.
8. En suma
BIBLIOGRAFÍA
DI PIETRO, M.C. (2011, 2017) La Superación del Conflicto, 1ª y 2da Edición, Editorial
Alveroni, Córdoba.
10
Creencia de que siempre se ganará aunque se tengan fundamentos débiles (y si se pierde es
mejor que lo imponga un tercero: el juez, que seguramente habrá adherido a la postura
equivocada. El Derecho es como cada uno lo entiende en cada caso, nunca como la contraparte
lo invoca).
KELSEN, H. (1979) Teoría General del Derecho y del Estado. Universidad Nacional
Autónoma de Méjico, Méjico.
MORELLO, A.M. (1986) Un nuevo modelo de justicia, LL. T. 1986 –C- Secc. Doctrina,
Buenos Aires, Argentina.
PRIGOGINE, I. (2004) ¿Tan solo una ilusión? Una exploración del caos al orden
Metatemas. 5ª Ed., Barcelona, España, Ed. TusQuets.
RAWLS J. (2006) Teoría de la Justicia. Trad. María Dolores Gonzalez 2ª. Ed. en español
1995, Fondo de Cultura Económica.
Sofía Pezzano *
pezzanosofia@gmail.com
Resumen: en este trabajo se analizan las reglas del artículo 58 de la Constitución de la Provincia
de Córdoba, que reconoce el derecho a la vivienda digna, a partir de los conceptos introducidos
por Herbert L.A. Hart en su libro “El concepto de derecho”. El objetivo es dar cuenta de la
utilidad de aplicar los conceptos de las teorías jurídicas a las investigaciones concretas que se
realizan en las distintas ramas del derecho. Se seleccionan algunos conceptos relevantes de la
teoría del autor.
Palabras clave: Hart, teoría del derecho, derecho a la vivienda digna.
Abstract: this paper analyzes the rules of article 58 of the Constitution of the Province of
Córdoba, which recognizes the right to decent housing, based on the concepts introduced by
Herbert L.A. Hart in his book "The concept of law". The objective is to account for the usefulness
of applying the concepts of legal theories to the specific research carried out in the different
branches of law. Some relevant concepts from the author's theory are selected.
Key words: Hart, legal theory, right to decent housing.
* Abogada por la UNC. Empleada del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba, Asesorías
LetradaPenal del 27º turno. Cursante de la Maestría en “Derecho y Argumentación” y Adscripta
en la Cátedra “B” de Filosofía del Derecho, Facultad de Derecho, UNC. Miembro del grupo de
Investigación “Derecho y Control. Problemáticas específicas”, dirigido por Hernán G. Bouvier y
Federico J. Arena, CIJS.
** Los orígenes de este trabajo se remontan a mi participación como ayudante-alumna en el
año 2018 en la materia “Filosofía del Derecho”, Cátedra “B”, a cargo del Prof. Hernán G. Bouvier.
La idea inicial fue aplicar los conceptos de la materia a las investigaciones que estaba llevando a
cabo en otras áreas. El trabajo fue retomado este año y profundizado en el marco de la
Adscripción en la misma materia.
2. Derecho a la ciudad
1
Así la entiende David Harvey.
2
Muchas organizaciones políticas y sociales y distintos movimientos sociales preocupados por
la cuestión urbana se comenzaron a reunir anualmente, a partir del 2001, en lo que se denomina
el “Foro Social Mundial”, con el objetivo de construir un mundo sostenible e inclusivo.Son
reuniones abiertas que buscan incentivar el debate y la reflexión colectiva y la elaboración de
propuestas. En el Foro realizado en 2005 en Porto Alegre, Brasil, se redactó la “Carta Mundial
por el Derecho a la Ciudad”, un documento que se viene construyendo desde el comienzo de
estas reuniones “que busca recoger los compromisos y medidas que deben ser asumidos por la
sociedad civil, los gobiernos locales y nacionales, parlamentarios y organismos internacionales
para que todas las personas vivan con dignidad en nuestras ciudades”. En el art. 1, inc. 2 se
define “derecho a la ciudad”.
2. Impedir la especulación.
3. Asistir a las familias sin recursos para facilitar su acceso a la vivienda propia.”
De cada eje que desarrolla Hart, solo se tomarán los conceptos centrales y que
se consideraron relevantes para esta investigación.
El primer párrafo del artículo 58 podría leerse así: todos los habitantes tienen
derecho a una vivienda digna. El estado debe garantizar las condiciones
necesarias para hacer efectivo ese derecho, a través de la planificación y
ejecución de la política de vivienda.
Una norma que otorga derechos, como el caso del artículo bajo análisis, puede
entenderse de dos maneras: 1. Los derechos señalan incompetencias, es decir,
actos que el Estado no podría realizar y que pueden ser atacados a través de la
inconstitucionalidad. En este caso, la regla en cuestión sería una regla
secundaria, si entendemos, como Hart, que la inconstitucionalidad no funciona
como una sanción, sino como una nulidad, es decir, implica el no
reconocimiento de efectos jurídicos (HART, 2012:86). 2. Los derechos imponen
obligaciones al Estado. En este caso, sería una regla primaria, que actuaría de la
misma forma que las normas del Código Penal, es decir, el Estado debe cumplir
con lo que ordena la norma, independientemente de su voluntad.
Entonces, ¿qué tipo de regla surge de este primer párrafo del art. 58? Como se
desprende de la distinción anterior, la contrapartida de un derecho podría ser
una obligación que pesa sobre alguien. En este caso, si todos los/as habitantes
de la Provincia tienen derecho a una vivienda digna, es deber del Estado
garantizar las condiciones para que el derecho sea efectivo. Para ello, en el
mismo artículo se establecen una serie de pautas a cumplir por parte del Estado
Provincial (“planifica y ejecuta la política de vivienda y puede concertarla con los
demás niveles jurisdiccionales, las instituciones sociales o con el aporte solidario
de los interesados”). Por lo tanto, siguiendo este análisis, podemos ubicar a esta
La segunda parte del artículo establece una serie de principios que deben guiar
el accionar del Estado a la hora de cumplir con lo que entendimos como una
obligación, prescripta en el primer párrafo.
Si bien los tres principios que enumera la norma pueden interpretarse como
obligaciones que se imponen directamente al Estado, un análisis más acertado
según las categorías de Hart nos llevaría a distinguir los tres principios como
tres reglas separadas que se vinculan al derecho reconocido en el primer
párrafo del artículo, y que corresponden a distintas categorías.
En este sentido, las tres reglas contenidas en la segunda parte del artículo
podrían leerse así: cuando el estado planifica y ejecuta la política de vivienda,
debe: 1. Usar racionalmente el suelo y preservar la calidad de vida, 2. Impedir la
especulación, 3. Asistir a las familias sin recursos.
Es claro que la tercera regla es una obligación que pesa sobre el Estado. Se
corresponde a una acción que el Estado está obligado a cumplir
independientemente de sus deseos. Es decir, si se identifica la existencia de
familias sin recursos, el Estado debe asistirlas con el fin de lograr que accedan a
una vivienda digna. Éste deberá asistir a las familias sin recursos y facilitar el
acceso a la vivienda, para ello podría otorgarles una vivienda directamente,
financiar la compra de una vivienda, impulsar ciertos planes, etc. (éstas son las
medidas más conocidas que suele impulsar la Provincia, si bien son criticables
en el sentido de que no es claro que con esas medidas se está respetando el
derecho a la vivienda digna, sirven como ejemplo a los fines de esta parte
trabajo). Implican obligaciones del Estado, que se traducen en actos concretos y
que es posible exigirlos en caso de que los omita. Es una regla primaria.
Con respecto a las primeras dos reglas, haciendo un análisis más profundo de lo
que implicarían en lo concreto, considero que pueden señalar incompetencias,
es decir, funcionan como reglas secundarias. Esto es así porque comienzan a
regir una vez que el Estado se dispone a realizar determinados actos que
implican la planificación y ejecución de la política de vivienda. No son
obligaciones, sino actos que el estado debe omitir de realizar, bajo pena de ser
declarados nulos (inconstitucionales).
Sin embargo, también es posible otra interpretación de estas dos reglas: los/as
habitantes de Córdoba, amparados en estos incisos, podrían exigirle al Estado
determinadas acciones concretas que se entienden como deberes. Por ejemplo,
que sancione una ley que regule el mercado inmobiliario para impedir la
Especulación o alguna política pública concreta. En estos casos el inciso no
funciona como un límite que marca la ausencia de una potestad, sino como
reglas primarias de obligación. Esta interpretación es acertada si se considera
como hablan las personas cuando exigen al Estado este tipo de actos,
consideran que el estado está obligado por la Constitución.
Cabe aquí una breve mención de las críticas que se le han hecho a Hart en
torno a la aceptación. Hart solo exige que la regla de reconocimiento sea
aceptada por un grupo relevante de personas: los funcionarios. El resto de la
Entonces, la teoría de Hart requiere que una regla, para que sea válida, satisfaga
los requisitos de una regla de reconocimiento aceptada solamente por las
autoridades oficiales, lo que deja en una situación asimétrica al resto de la
sociedad, ya que no permite que se introduzcan nuevas reglas jurídicas aun
cuando la mayoría de la sociedad las acepte, porque lo que se necesita es, al fin
de cuentas, que sean aceptadas por los funcionarios, convirtiendo esta
aceptación en un requisito necesario y suficiente para la existencia de reglas
válidas. Las dos opciones que quedan son, o estas reglas son válidas solo para
quienes aceptan la regla de reconocimiento, o son válidas para toda la sociedad
y los funcionarios están actuando como soberanos (noción de Austin que el
mismo Hart pretende criticar).
A partir de esta crítica, podrían suceder dos cosas con las reglas del art. 58 (o
con cualquier otra regla): si entendemos que satisfacen los criterios de la regla
de reconocimiento aceptada por los funcionarios, entonces son reglas válidas, y
obligan a toda la sociedad, independientemente que acepten o no la regla de
reconocimiento. O no satisfacen esa regla de reconocimiento, aunque puede
que se correspondan con prácticas corrientes de la sociedad, pero no pueden
ser exigidas a los funcionarios porque no son válidas en tanto no aceptadas por
ellos, lo que las dejaría como meros hábitos.
Por último, Hart quiere demostrar que la validez de las normas no se encuentra
necesariamente vinculada con su eficacia. Si cuando decimos que una norma
Podría decirse que, en algún sentido, las reglas del art. 58 no son eficaces
porque la mayoría de las veces no se cumplen o se cumplen parcialmente (hay
muchas personas que no tienen acceso a una vivienda digna), ni tampoco son
aplicadas por los tribunales (no existen casos de Córdoba en que un tribunal
haya ordenado al Estado que provea de vivienda a una persona determinada o
que haya declarado la inconstitucionalidad de una norma amparándose en el
art. 58).
Hart establece que existen dos formas de comunicar pautas de conductas, una
es a través del ejemplo y otra es a través de leyes generales (HART, 1961:155).
Como el art. 58 es un claro caso de comunicación de pautas de conducta a
través de leyes generales, analizaremos esta forma.
Habrá por cierto casos obvios (que Hart llama casos paradigmáticos), que es
claro que están incluidos dentro de las pautas que la norma pretende
comunicar. Pero hay otros casos frente a los que no resulta claro si se aplican las
3
La Observación N° 4 al “Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, realizada por el
Comité de Derechos Económicos y Sociales, menciona algunos aspectos básicos que se deben
garantizar a los/as habitantes para dar cumplimiento al deber del Estado de asegurar una
vivienda digna a todos/as. Existen requisitos que, según esta Observación, deben cumplirse para
que una vivienda sea considerada digna o adecuada, entre ellos, la seguridad jurídica en la
tenencia, la habitabilidad, la disponibilidad de servicios, materiales e infraestructuras, etc.
En el caso del art. 58, podemos ver que es una norma justa en el sentido de que
trata a todos los habitantes de Córdoba de forma igual, es decir que el criterio
para establecer el reconocimiento del derecho toma como relevante la
característica de ser habitante de córdoba, y nada más, no depende de lo que
esas personas hayan hecho, solo importa su condición de habitantes. En el
principio establecido en el inc. 3 (que distinguimos como una regla autónoma)
se establece que el Estado deberá asistir a las familias con bajos recursos, en
este caso el criterio para establecer la semejanza o diferencia es diferente: la
necesidad o el nivel de recursos. Por lo tanto, los aspectos relevantes para
considerar la justicia o injusticia de la norma, también son distintos.
Existen dos grandes concepciones de justicia, que sirven para decidir cómo
distribuir cargas y beneficios, es decir, según la concepción que tenga en
cuenta, la distribución será de una u otra manera. Estas concepciones son: por
un lado, el auto interés – ventaja mutua, que implica que algo va a ser justo
cuando redunde en auto interés o ventaja mutua; por otro lado, la
imparcialidad, que prescinde de los intereses concretos involucrados, es decir,
algo es justo cuando la solución es lo suficientemente imparcial con respecto a
los intereses comprometidos, se introduce la idea del “velo de la ignorancia”.
Entiendo que la concepción que se refleja en el art. 58 es la de la imparcialidad,
ya que, al establecer que todas las personas que habitan la provincia tienen
derecho a una vivienda digna, se ubica desde una posición imparcial sin tener
en cuenta la posición o el interés de las partes. Pensémoslo así: si nadie supiera
cuál va a ser la posición que va a ocupar en la sociedad, obviamente
consideraría relevante que se otorgue el derecho a la vivienda para todos/as,
porque cuando se repartan las posiciones sociales, nadie querría no tener
vivienda.
Con respecto a los tipos de justicia, una de las clasificaciones que utilizan los
autores es la de justicia distributiva vs. Justicia conmutativa. Hart utiliza esta
clasificación cuando habla de participación vs. compensación (HART, 1961:197).
La primera se refiere a la participación de un stock de cargas y beneficios con
independencia de la acción (es decir, no es necesario hacer o dejar de hacer
algo para participar de esas cargas y beneficios, se tiene en cuenta lo que se es,
no lo que se hace). La segunda implica la repartición de cargas y beneficios
según lo que se hace o deja de hacer, es decir, es dependiente de la acción.
Entiendo que hay por lo menos un problema en esta clasificación: determinar
cuándo se es o se hace algo. Sin embargo, más allá de esta dificultad y
utilizando la clasificación dada, en el caso del Art. 58, el tipo de justicia reflejado
es el primero, es decir, la justicia distributiva. Como señalamos anteriormente,
todos/as los/as habitantes tienen derecho a una vivienda digna en las
condiciones que establece el artículo, y para ello no es necesario realizar
ninguna acción.
4
Son distinciones identificadas de la literatura sobre justicia por el Prof. Hernán G. Bouvier en el
curso de “Filosofía del Derecho”, Cátedra “B”, Facultad de Derecho, UNC.
4. Conclusiones
Aquí se han logrado parcialmente los dos objetivos. Por cuestiones de tiempo
se seleccionaron únicamente algunos conceptos de la teoría de Hart, intentando
abarcar los tres ejes: 1. derecho y coacción, 2. derecho y lenguaje, 3. derecho y
moral o justicia.
En el primer eje tomamos la idea central de Hart que consiste en afirmar que el
derecho es un conjunto de reglas primarias y reglas secundarias. Como el autor
entiende que esta distinción es exhaustiva, se intentaron encuadrar las reglas
que surgen del art. 58 de la Constitución de la Provincia de Córdoba en alguno
de los dos tipos de reglas. Pudimos observar que, en la práctica, realizar esta
operación de clasificación puede ser compleja, y más aún cuando se trata de
reglas que reconocen derechos. Se llegó a la conclusión de que más de una
interpretación es admisible y que tales interpretaciones pueden llevar a
resultados disímiles.
Por último, dentro del eje de derecho y moral, se hizo una breve mención a la
teoría de justicia que esboza Hart en su libro, y se intentaron identificar los
criterios, tipos y concepciones de justicia que se derivan de las reglas del art. 58.
BIBLIOGRAFÍA
HART, H.L.A. (1961) El concepto de Derecho, trad. G. Carrió. Buenos Aires: Abeledo
Perrot, 1998.
------------ Post Scriptum al concepto de Derecho (1994), ed. por P.A. Bulloch y J. Raz,
trad. R. Tamayo. México: UNAM, 2000.
Graciela Ríos *
ggracielarios@gmail.com
María Ruiz Juri **
mruizjuri@gmail.com
* Dra. y Mgter. por la UNC, ambas tesis en temas de políticas educativas y estudios de Derecho.
Licenciada y Profesora en Ciencias de la Educación. Función actual: Asesora Pedagógica en
Facultad de Derecho, UNC. Profesora Titular en el Profesorado en Ciencias Jurídicas y
Seminarios de Enseñanza de las Ciencias Jurídicas para Adscriptos.
** Mgter. por la UNC en Procesos Educativos mediados por la Tecnología. Licenciada y
Profesora en Ciencias de la Educación. Función actual: Asesora Pedagógica y Prosecretaria
Académica en Facultad de Derecho, UNC. Profesora Titular en el Profesorado en Ciencias
Jurídicas y Seminarios de Enseñanza de las Ciencias Jurídicas para Adscriptos. Prosecretaria
Académica
Hay que individualizar los métodos para que cada sujeto descubra
permanentemente nuevos métodos porque ningún sujeto está “determinado” o
se le debe bien permitir superarse y emanciparse. La afirmación contiene una
multiplicidad de dimensiones de carácter filosófico, epistemológico,
institucional y político.
Decíamos al iniciar este apartado, que el rol del profesor se torna fundamental
con el objeto de incentivar experiencias de aprendizaje significativo
(CARRETERO, 2009). Ausubel (1976) definió al aprendizaje como la adquisición
de nuevos significados, estableciendo relaciones sustantivas entre lo que ya se
sabe y los nuevos contenidos. En este proceso de construcción se modifican
esquemas previos y se crea una nueva representación y conceptualización.
Siguiendo a esta postura, es clave que la enseñanza parta de los significados
singulares que los alumnos atribuyen a los contenidos a enseñar y respete sus
capacidades, ritmos, intereses y motivaciones. De esto se desprende la idea que
la enseñanza debe tomar especialmente en cuenta la diversidad de los sujetos,
reconociendo las diferencias iniciales.
Las actividades de aprendizaje son aquellas tareas que realizan los estudiantes
con el objeto de aprender. Estas actividades son susceptibles de diversas
clasificaciones. Están aquellas actividades de prospección; de inventiva; entre
otras (RIOS y RUIZ JURI, 2016). Lo importante es diseñarlas a partir de los
objetivos que esperamos logren los estudiantes. Aquí, la Taxonomía de Bloom
se torna sumamente interesante para orientar el diseño (CHURCHES, 2009).
Por otra parte, según la calidad de las actividades que realicen los estudiantes
estarán trabajando habilidades de pensamiento de orden inferior o superior.
Relacionando las propuestas de acción con la “Taxonomía de Bloom para la era
El contrato pedagógico
En este punto nos interesa enfatizar una vez más la posibilidad de diseñar
ambientes de aprendizaje donde se respeten, y alienten, la diversidad de
tiempos y ritmos de aprendizaje que pueden manifestar los estudiantes. La
posibilidad de elegir recorridos, de optar por determinado camino para lograr
los objetivos propuestos es una alternativa para promover un genuino
protagonismo del estudiante en la propuesta.
Una pregunta que podríamos hacernos llegados a este punto tiene que ver con
saber en qué medida se puede enriquecer la diversificación de la enseñanza a
través de la integración genuina de las TIC.
5. Conclusiones
BIBLIOGRAFÍA
BOURDIEU, P. (2008). Capital cultural, escuela y espacio social. Siglo veintiuno editores.
RUÍZ JURI, María (2016). La integración del aula virtual en la enseñanza del derecho: el
caso de la carrera de abogacía de la Universidad Nacional de Córdoba. Córdoba: :
Editorial Ciencia, Derecho y Sociedad.
Es así que los estudios sociológicos permiten también incluir nociones propias
de la ciencia política y las relaciones internacionales; y en temas como el que se
aborda en este artículo, estas interrelaciones adquieren una riqueza analítica
fundamental para la comprensión de sus múltiples variables. La ciencia política y
las relaciones internacionales incorporan una visión del sistema internacional
asentado en legislaciones estatales y supranacionales, incorporando a la
gobernanza como un punto de inflexión en las aproximaciones clásicos de
política internacional.
Pero este migrante, extranjero, foráneo, busca insertarse en una sociedad que
ya está funcionando. Ello importa que el sujeto intenta articular todos los
medios a su disposición a fines de conseguir –en un primer momento-
sobrevivir, y luego de ello –quizás- ascender en dicha sociedad. Empero, una de
las principales fuentes de dificultades, pero también de soluciones, lo supone
una presencia estatal. El Estado funciona como un tamiz de legalidad,
determinando que aquellos que por dicho tamiz no pasen, quedan excluidos y,
por tanto, irregularizados. Sin embargo, esta irregularidad –como más adelante
se verá- puede ser funcional a los intereses del mismo Estado.
En este orden de ideas, Mezzadra plantea también que no hay capitalismo sin
migración, como así también que el régimen que busca controlar la movilidad
de la mano de obra desempeña un rol importante en la configuración del
capitalismo y las relaciones de clase. En efecto, la alta movilidad de una fuerza
de trabajo irregular ha contado con cierta anuencia tácita de los Estados,
concentrados en cuestiones de impacto económico de dicha migración. Pero
estos migrantes no se incluyeron en las sociedades, sino que se mantuvieron
excluidos (MEZZADRA, 2012).
Ahora bien, esta irregularidad es también percibida como uno de los factores o
aspectos estratégicos de los sistemas de fronteras. Los regímenes migratorios
tienen un alto grado de incidencia en la soberanía de los Estados, ya que
controlan sus fronteras y determinan las condiciones bajo las cuales se admite a
un extranjero en territorio nacional. Sin embargo, en esta gestión de las
migraciones aparece una gestión global, compuesta de una “formación
contradictoria y fragmentaria de un cuerpo de conocimientos dentro de
comunidades políticas y epistémicas dispares” (MEZZADRA, 2012:169).
Es así que la idea misma del control en la gestión de las migraciones, resulta
uno de los factores fundantes de la gobernanza. Pero, además es importante
poner de relieve que la OIM enfatiza en una inmigración segura, ordenada y
digna. Pero también destaca, en el mismo documento, que la migración es
necesaria para “satisfacer la demanda laboral y garantizar la disponibilidad de
personas con competencias específicas y el dinamismo de las economías y las
sociedades” (OIM, 2017:8). De esta suerte, la migración cumple también una
función –como se dijo- económica, en la que el acento está puesto sobre la
maximización de utilidades, pero en un ámbito de seguridad. Así, esta idea de
seguridad en la ponderación de los migrantes, con el tiempo se fue traduciendo
en una versión más extrema, dada por la securitización.
Los esfuerzos por el control de las fronteras –y dentro de estos, el del control
del movimiento de personas, bienes, y derechos- es una de las expresiones de la
cualidad soberana de los Estados nacionales. Mediante la imposición de
gravámenes, el establecimiento de requisitos para los productos que se
importen, y la determinación de calidades y condiciones bajo las cuales las
personas pueden ingresar a su territorio, el Estado busca asegurarse la exclusión
de los indeseables. Esta soberanía tiene pues, un tinte económico, político y
social.
Barry Buzan et. al. entienden a la securitización como una versión más extrema
de la politización, y tiene lugar cuando “un asunto es presentado como una
amenaza existente, que requiere medidas de emergencia y que justifican las
acciones fuera de los límites del procedimiento político” (BUZAN, WÆVER y DE
WILDE, 1998: 23-24). Estos procedimientos extraordinarios no requieren como
conditio sine qua non un contexto de enfrentamiento armado, sino que se
pueden presentar vinculados a diversos intereses que posiblemente pudieren
estar en juego.
El Informe de Desarrollo Humano (IDH) del año 2016 (IDH-2016) destaca que
aproximadamente 244 millones de personas viven fuera de sus países de origen.
Entre ellos, la mayoría de son refugiados económicos cuyo propósito al migrar
El IDH del año 2009 remarca la frecuente asociación de la opinión pública entre
migración y criminalidad, destacando que la Encuesta Social Europea en 2002
arrojó que más del 70% de los encuestados consideraban que la inmigración
empeoraba los problemas relativos a la delincuencia. Esa cifra aumentaba a casi
85% en Alemania, Noruega y República Checa (PNUD, 2009:100).
Un resultado como el que arroja dicha encuesta, puede explicarse a la luz de –al
decir de Sayad- un pensamiento de Estado. Este pensamiento imbrica en sí
mismo, la existencia de una serie de estructuras mentales a nivel de ciudadanos
que operan a través de categorías nacionales o nacionalistas. Se separa así,
pues, a los nacionales de los no nacionales como dos categorías diferenciadas
que, por lo tanto, conducen a un tratamiento igualmente diferenciado (SAYAD,
2010). Pero la limitación no queda en un mero distingo, sino que subyace en
ella una suerte de castigo a la condición de migrante.
Esta situación torna al Estado como un fértil terreno para que su población de
nacionales perciba al fenómeno migratorio como una situación próxima a la
perversión del purismo nacional, la perturbación de un orden conseguido, y por
ende, una forma de atentar contra la integridad. La asociación delincuencia-
migración es una buena forma de explicitar esta perturbación percibida, y que
lleva a la imposición de lo que Sayad denomina como doble pena. Esta consiste
en el agravante de un delito a partir del hecho que el sujeto activo de ese delito,
es un migrante, tornándose la pena un castigo por dos transgresiones, la una al
derecho penal, y la otra a la integridad o purismo nacional (SAYAD, 2010).
La actual Ley de Migraciones Nº 25.871 (LM) data del año 2004, fue
reglamentada por el Decreto Nº 161/010, y su ámbito objetivo de aplicación
está dado por la admisión, ingreso, permanencia y egreso de personas del
territorio de la Nación Argentina. La Dirección Nacional de Migraciones es la
autoridad de aplicación de la LM (art. 105 LM) y es quien resuelve acerca de la
admisión, otorgamiento de residencias y su extensión, como así también ejerce
el control de ingreso y egreso de personas al país, la permanencia y tiene a su
cargo el poder de policía de extranjeros en todo el territorio nacional (art. 107
LM).
Es así que las modificaciones que se analizarán, fueron realizadas por una vía de
excepción prevista por la CN, pero sin que de los considerandos del DNU Nº
70/2017 surjan cuáles son las circunstancias excepcionales que imposibilitaron
seguir el trámite ordinario de formación y sanción de leyes que prevé la CN. Lo
que, es más, no consta la puesta a disposición de dicho DNU a la Comisión
Bicameral Permanente.
4. Conclusión
El actual estado de cosas a nivel global, viene determinado por una compleja
red de interrelaciones y vinculaciones. Tal característica es predicable de las
ciencias sociales –que van encontrando cada vez más, más puntos en común
que explorar-, como así también por la economía, el derecho y la política que
BIBLIOGRAFÍA
ANDREAS, Peter (2003): Redrawing the Line: Borders and Security in the Twenty-First
Century. En International Security, Vol. 28, No. 2 (otoño), pp. 78-111.
BUZAN, Barry; WÆVER, Ole; DE WILDE, Jaap (1998): Security: A new framework for
analysis, London, Lynne Rienner Publishers, pp. 23-24.
SAYAD, Abdelmalek (2010): La doble ausencia: de las ilusiones del emigrado a los
padecimientos del inmigrado. Ed. Anthropos, Barcelona.
NORMATIVA CONSULTADA
Así, Aristóteles cree que los actos reflejan el carácter de las personas, es decir,
sus disposiciones morales para actuar y sus elecciones reflexivas. Cuando
alguien actúa se encuentra bajo cierta disposición moral: considera las razones
que lo llevan a preferir unos fines y no otros, luego elige reflexivamente los
mejores medios para el fin que persigue, y finalmente actúa con resolución
firme e inquebrantable de no obrar de otra manera (ARISTÓTELES, 2003). Bajo
estas condiciones, son acciones que dependen del agente, y sobre ellas recae
una sanción. En este punto, el filósofo griego conecta la voluntad con la
responsabilidad, ya que las personas son responsables de las cosas que de ellas
dependen.2Por ello, el análisis de la voluntad y la responsabilidad son
inseparables.
1
Determinar la correcta sucesión temporal de estos textos no es fácil, ya que no es hasta dos
siglos después de la muerte de Aristóteles que fueron publicados. Inclusive, parte importante de
la discusión académica sobre este filósofo ha girado en torno a la autenticidad y fidelidad de
estas recopilaciones. Algunos afirman con certeza que EE es su primera obra sobre Ética; y que
luego, EN revisa algunos conceptos y se explaya sobre puntos problemáticos. La GM se
considera sólo una recopilación textual de lo expresado en EE y EN. Otros han puesto en duda la
autoría de GM, sosteniendo que no es otra cosa que las notas de clase de algún alumno del
Estagirita. Si bien muchos de los argumentos se repiten en uno y otro, al punto de aparecer
reproducciones textuales, en otros aspectos parecen contradecirse.
2
Hoy muchos asumen que la voluntad es sólo un criterio de la responsabilidad, al que debe
sumarse el factor causal. Esto no significa que la tesis de Aristóteles sea incompleta ni que
pueda ser contrapuesta a las explicaciones causales sobre responsabilidad. En cambio, se suele
concluir que por tratarse de una tesis moral teleológica (es decir, explicativa de los fines a los
que tienden las acciones) explica la causa más relevante como origen de las cosas: la causa final.
3
Casualmente, esto distingue a los animales de las personas. Ambos pueden sentir apetitos y
deseos, sin embargo, solo el humano posee la preferencia reflexiva que permite elegir entre
diferentes alternativas. Aun cuando somos arrastrados por una pasión, actuamos de forma
voluntaria, pues la capacidad de elección o reflexión ha influido en alguna medida en nuestras
accionar. En ese sentido, Aristóteles afirma que “de ningún otro animal puede decirse, como del
hombre, que realmente obra” (ARISTÓTELES, 1950: 553).
Una acción voluntaria es aquella “cuyo principio está en el agente mismo, el cual
conoce los pormenores de todas las condiciones que su acción encierra”
(ARISTÓTELES, 2003: 84), o “una cosa que hace uno con conocimiento de causa,
en circunstancias que sólo dependen de él, y sin ignorar ni la persona a que esta
cosa se refiere, ni el medio que emplea, ni el fin que se propone” (ARISTÓTELES,
2003: 189). Asimismo, acto voluntario es “todo lo que hacemos sin vernos
precisados por una necesidad cualquiera” (ARISTÓTELES, 1950: 424) y la libertad
y lo voluntario consisten en “todas las cosas que el individuo hace, aunque
depende de él no hacerlas, y todas las que hace sin ignorarlas, y obrando por sí
mismo” (ARISTÓTELES, 1950: 564). De estos pasajes surgen las condiciones que
excusan la responsabilidad: la ignorancia, la fuerza y la necesidad. Ambas
pueden reconstruirse en las dos condiciones positivas de la responsabilidad:
Para que la ignorancia sirva como excusa no debe ser causada por propia
negligencia. Es decir, cuando “el principio de la falta está en el hombre”
(ARISTÓTELES 2003: 96) la causa de la ignorancia es un medio que podía
elegirse. Imagínese el caso de quien elige embriagarse o desconoce el derecho.
Como hubo un momento en que pudo elegir no actuar de ese modo, su
ignorancia le es imputable y puede ser reprendido por sus acciones
(ARISTÓTELES 1950: 565). En definitiva, la inexcusabilidad está dada porque la
causa de la acción está en los propios vicios. Sobre ellos Aristóteles expresa “si
las virtudes son voluntarias, porque somos personalmente cómplices de
nuestras cualidades y por lo mismo que tenemos un carácter moral de cierta
especie suponemos un fin conforme a este carácter, se sigue de aquí que los
vicios son igualmente voluntarios; y la paridad entre unos y otros queda en pie”
(ARISTÓTELES 2003: 99).
Esto sucede aún respecto de aquellos incapaces que han perdido el dominio de
sí por propia culpa, por ejemplo, por la continuidad de actos que genera malos
hábitos. Aristóteles muestra esta conclusión con el famoso ejemplo de la piedra
que, una vez lanzada al aire, no puede detenerse: la causa de su movimiento
está en el agente que voluntariamente la ha arrojado, aunque luego ya no
El caso más claro de causa externa es la llamada fuerza mayor, que involucra
“una causa exterior y de tal naturaleza que el ser que obra no contribuye en
nada a esta causa: por ejemplo cuando nos vemos arrastrados por un viento
irresistible o por alguien que se ha hecho dueño de nuestra persona”
(ARISTÓTELES 2003: 79). Cuando ésta interviene, excluye la posibilidad de
elección en el agente al momento de actuar.
Pero esto no así en las acciones que Aristóteles llama mixtas, que son influidas
por una causa externa pero su principio de acción está en la persona. En estos
casos, aunque existe un factor externo “el principio que pone en movimiento los
miembros de nuestro cuerpo que los ejecutan, está en nosotros” y, por lo tanto,
“sólo de nosotros depende hacer o no hacer las cosas” (ARISTÓTELES 2003: 80).
Como ejemplo el filósofo imagina el caso de quien ante una amenaza de
muerte o el peligro de un desenlace indeseable, realiza algo reprochable; para
Aristóteles es reprochable porque existen cosas frente a las que el hombre
nunca debería sucumbir.
Finalmente, Aristóteles distingue los vicios del alma (o causas internas) de los
del cuerpo, es decir, de los defectos físicos. Aunque diferentes, son igualmente
reprochables cuando el principio de la causa está en el agente. Menciona, por
ejemplo, que problemas naturales no pueden serle achacados a las personas,
pero sí un defecto físico que es producto de embriaguez o falta de ejercicio.
2.3.v. Necesidad
Actúa por necesidad quien lo hace bajo la amenaza de un mal. A los fines de
evaluar si la necesidad ha sido definitoria, Aristóteles considera que debe
identificarse la medida en que la acción depende del agente.
Una acción depende del agente cuando éste puede elegir realizarla o no, pues
así se satisface la condición de libertad. Y para definirlo, es importante la
evaluación de la relación entre los medios elegidos para una acción y la
El límite entre ambos casos está dado porque “depende de uno lo que su
naturaleza es capaz de soportar” (ARISTÓTELES 1950: 563). Algunos males leves
(como los sentimientos amorosos, emociones físicas, amenaza de mal, etc.) son
soportables y convierten a las acciones en voluntarias. Otros males, son tan
fuertes que la naturaleza humana no puede soportar (como un desastre natural
que obliga a hacer un mal para evitar otro peor). Éstos últimos, son
circunstancias que “nadie podría resistir” y puede concluirse que el principio de
la acción es ajeno a la persona. En definitiva, no son actos voluntarios.
4. La causalidad
4
Las múltiples posiciones sobre el tema agrupan a compatibilistas, incompatibilistas, semi-
compatibilistas e indeterministas. Ver (FRANKFURT, 1969; FISCHER, 1999; FISCHER y RAVIZZA,
2000).
5
Pueden leerse algunas reconstrucciones de estas críticas en: (DOWE, 1996; HART y HONORÉ,
1985; QUEZADA PULIDO, 2000).
Precisar las conexiones causales entre dos fenómenos implica preguntarnos por
el tipo de condición que puede causar un resultado. Una primera opinión sobre
este tema entiende que el antecedente es una condición “sine qua non” para el
Los casos problemáticos para esta primera respuesta indican que a veces el test
“sine qua non” no ofrece una respuesta plausible. El ejemplo común es el de
varios agentes que de forma simultánea y casi espontánea causan un mal: por
ejemplo, si todos disparan una pistola al mismo tiempo y matan a alguien, la
presencia de cualquiera de ellos es necesaria para el resultado; pero su ausencia,
no modifica el resultado, ya que éste igualmente se producía por la intervención
del otro. Análisis del tipo derivaron la discusión sobre fenómenos como las
“coincidencias” y las “oportunidades”.
Este cuarto supuesto es particularmente interesante pues asume que los grupos
pueden tener intenciones e intervenir en el mundo con resultados buenos o
malos del mismo modo que los humanos. En otras palabras, no se trata de una
mera responsabilidad compartida entre individuos que conforman un grupo,
No son pocos los teóricos que señalan la plausibilidad de esta teoría para
justificar la responsabilidad de sociedades comerciales, las instituciones
públicas, e inclusive, del Estado. En el mundo filosófico, adopta la forma de
estructuralismo, teoría que explica la responsabilidad de las organizaciones que
respetan un estatuto interno y estructuras prefijadas de decisión y ejecución
(LIST y PETTIT, 2011). En el mundo jurídico, usualmente se ha justificado a partir
de la llamada “teoría del órgano” (ECHEVESTI, 2003).
ii. Responsabilidad del tercero obligado: Son casos en los que un tercero
asume voluntariamente la responsabilidad por los daños o las acciones de otro.
El típico ejemplo es el de las compañías de seguros, que ofrecen garantía por
los futuros errores de sus asegurados.
Esta hipótesis ha dado lugar a una línea argumentativa que prescinde de los
elementos causal y volitivo para responsabilizar. Ésta asume que: a) para atribuir
responsabilidad no debe atenderse sólo a las características individuales de los
agentes o a datos del mundo; y que b) las expectativas y obligaciones que las
personas comparten en una comunidad son relevantes para la atribución de
responsabilidad.
6. Comentario final
BIBLIOGRAFÍA
BOBZIEN, Susanne: Choice and moral responsibility in Nochomachean Ethics, iii 1-5.
Cambridge Companion to NE, Julio, 2011.
FINNIS, John: Aquinas' Moral, Political, and Legal Philosophy, Internet Encyclopedia of
Philosophy, Acceso en Sep 19 2005, Marzo, 2011. Disponible en
https://philpapers.org/rec/FINAMP-2/
FRENCH, Peter A.: Collective and corporate responsibility: Columbia University Press
New York, 1984.
HART, Herbert L. A., & HONORÉ, Tony: Causation in the Law, OUP Oxford, 1985.
HONORÉ, Tony: Causation in the Law, The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Winter
2010 Edition, Edward N. Zalta (ed.), 2001. Disponible en
<https://plato.stanford.edu/archives/win2010/entries/causation-law/>.
LIST, Christian, y PETTIT, Philip.: Group agency: The possibility, design, and status of
corporate agents, Oxford University Press Oxford, 2011.
NINO, Carlos Santiago:Los límites de la responsabilidad penal: Una teoría liberal del
delito, Astrea, Buenos Aires, 1980.
PETTIT, Philip y SCHWEIKARD, David:Joint actions and group agents, Philosophy of the
Social Sciences, 36(1), 2006.
SCANLON, Thomas M.: What we owe to each other, Belknap Press, 1998.
STRAWSON, Peter: Freedom and resentment, en WATSON Gary (Ed.):Free Will, New
York: Oxford University Press, 1982.
1
Nota de Vélez Sarfield al art. 900 del Código Civil: "Cód. de Prusia, 1a Part. Tít. 3, art 3. - El
elemento fundamental de todo acto es la voluntad del que lo ejecuta. Es por esto que el hecho
de un insensato o de una persona que no tiene discernimiento y libertad en sus actos, no es
considerado en el derecho como un acto, sino como un acontecimiento fortuito” (MAYNZ,
tomo 1, § 119).
Por último, otro aspecto interesante para la época que se desprende de la teoría
de la voluntad de Abelardo, es la cuestión teológica de la confesión. Si bien no
niega su necesidad, plantea que no es allí el momento donde se concede el
perdón divino, si fue precedida por el arrepentimiento. Todas estas cuestiones
nos hacen parar mientes en el absoluto interiorismo en el que se desarrolla el
juicio moral, no importando la acción sino el mero fuero interno de la persona;
relativizando así el poder de las llaves de la Iglesia (el poder de la Iglesia de
perdonar los pecados, otorgado a Pedro por Jesús en Mateo 16:19), dejando
2
"Habemus in Francia novum de veteri magistro theologum qui ab ineunte aetate sua in arte
dialectica lusit et nunc in scripturis sanctis insanit... nihil praeter solum Nescio nescire dignatur
[...]" Contra quaedam capitula errorum Abelardi ep . CXL, ad Innocentium pontificium. Patrología
Latina 182, 1055. Citado en (CHEVALIER, 1992: 139).
3. Scito te ipsum
3
Embotamiento, estupidez. Lentitud en el entendimiento (ERNOUT Y MEILLET, 1951: 291).
4
“Inclinamur ad consentiendum ei quod non conuenit", Scito te ipsvm I 2,9. Podemos entender:
lo adecuado, lo estipulado, incluso "derecho consuetudinario", siguiendo a (BLAISE, 1994: 248).
5
Logica ingredientibus 1551. En (FERNANDEZ, 1980: 130).
6
Scito te ipsvm I 5,1. En (CHRISTIANORVM, 2001: 4).
4. Conclusión
Dice Ortega y Gasset: "Como con toda ocupación humana acaece -he dicho-,
estamos siempre en riesgo al filosofar de dedicarnos a ello mecánicamente,
siguiendo en forma inercial los modos de pensar vigentes, aceptando, sin más,
el planteamiento usual de los problemas. Esto es funesto no porque nos impida
ser "originales". El pujo de "originalidad", que consiste en buscar
deliberadamente diferenciarnos de los demás, es una estúpida preocupación. El
daño que aquel peligro suele engendrar estriba en que, al dar nosotros por
buenos y aceptar a crédito los modos usuales de pensar y el planteamiento
habitual de las cuestiones, ni siquiera los poseeremos de verdad. Para
"adquirirlos" efectivamente, es menester que los aniquilemos, que rehagamos
hacia atrás el movimiento que sus inventores hicieron hacia adelante cuando los
crearon." (BRÉHIER, 1988: 43).
Esta cuestión filosófica de revisar los conceptos y las teorías desde su raíz
debiera ser un paso previo insoslayable a la hora de la construcción de la
estructura dogmática de la ciencia del Derecho. No siempre ha sido así, y
7
Anselmo de Canterbury había reflexionado ya sobre la disminución de la falta de quienes
crucificaron a Cristo, si bien nadie había propuesto hasta ahora su inocencia. (LUSCOMBE, 2002:
XXXV)
8
Scito te ipsvm I 37,1. En (CHRISTIANORVM, 2001: 36).
BIBLIOGRAFÍA
APARICIO, Juan Manuel (1997) “Contratos” Tomo 1 Parte general, Ed. Hammurabi,
Buenos Aires.
BLAISE, A. (1994) Dictionaire latin-français des auteurs du moyen âge, ed. Brepols,
Turnholti.
BRÉHIER, Émile (1988), Histoire de la philosophie, vol 1: L'Antiquité et le Moyen âge, ed.
Felix Alcan París, p. 395.
ERNOUT A., MEILLET A. (1951) Dictionaire etymologique de la langue latine, Ed. Librairie
C. Klincksieck, París.
Forma del escrito: El escrito debe confeccionarse en Word para Windows, papel
tamaño A4, en letra Times New Roman, tamaño 12, a simple espacio.
Asimismo, deberá enviarse una segunda versión del archivo en Word, sin
identificación de autores (que será enviado al comité de referato).
http://normasapa.com/como-hacer-referencias-bibliografia-en-normas-apa/
… Algunos sostienen que la responsabilidad es una práctica social (PEREZ, 1978: 25-29)
IDIOMA
Castellano