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EL BARBERO DE SBVILLA

Opera en do.s .actos,


el primero di\'idldo en doS cuadros
Música de ROSSINI Libreto de STERBINJ

adaptado de la comedia de Beauma'rchais


Estreno: Roma, 1816
REPARTO

CONDE ALMAVIVA . Tenor


ROSINA : . Soprano
D'OCTORBARTOLO,su tutor . Bajo
BASILIO, maestro de canto . Bajo
MARCELIN A :.....................•... Soprano
FíGARO , o" Barítono

Lltgar de la acción: Sevilla


Epoca: Siglo XVII

ACTO PRIMERO

CUADROPRIMERO

..... que habita el doctor Bartola y la barbería de Fígaro.


~<1 conde
ALLEJÓN sevillano joven
Almaviva, en el que se ve la andaluz
aristócrata fachada de
quela está
casa
enamorado de la bella Rosina, canta una s.erenata al pie
de su balcón. Su amada está bajo el pupilaje del doctor
Bartola, el cual la guarda celosamente encerrada en su
mansión, pues pretend.e casarse con ella y así obtener le-
galmente su caudaloso patrimonio que administra, a la vez
-que una linda esposa. En vano dapasionado conde se
debate para poder llegar hasta la vera de la mujer de sus
sueños, todas sus tentativas se estrellan ante la estrecha
vigilancia del celoso tutor, El barbéro Fígaro, canta desde
la puerta de su tienda, (¡ue él es el hombre indispensable
para las citas amorosas, como asimismo para cualquier otro
menester, encontrando siempre la solución a todos los pro-
blemas e intrigas que la vida puede plantear a los morta-
les. Almaviva le !lama y le pide resuelva su conflicto.
Inmediatamente el astuto barbero traza un ingenioso plan
a seguir: cuando él se encuentre en el interior de la casa
104 CINCUENTA ARGUMENTOS DE OPERAS FAMOSAS

rasurando al doctor, el conde, bajo el disfraz de un solda-


do, deberá fingirse borracho, promover un altercado en la
calle y al abrir la cancela los sirvientes para ver qué pasa,
aprovechar la oportunidél!d para entrar, pues él ya ihabrá
prevenido a Rosina. Almaviva le advierte que ésta no le
conoce por su verdadero nombre, sino bajo la sencilla apa-
riencia del esUldiante Lindoro, a lo cual el barbero le re-
plica que con este nombre le hablará de él. Concertada ,la
estratagema, los dos compinches se separan amistosa-
mente.
CUADRO SEGUNDO

Habitación en casa del doctor Bartola. Rosina, que


está escribiendo una carta de amor a Lindara, canta una
inspirada cavatina en la ,que interroga su corazón acerca
de los tiernos sentimientos que el falso -estudiante le inspi-
ra. Acabada su misiva, se retira ,al ver cntrar a su tutor
y el maestro de música Basilio. Estc y el ama de llaves
Marcelina son los fieles cancerberos de los cuales se vale
el celoso doctor para guardar su pupila. Sospechando que
ésta sostiene secretamente correspondcncia con el conde,
se exaspera al no poder evitado y acabar de una vez con
estas peligrosas frecUentaciones. Entonces el insidioso Ba-
silio le sugiere que lo más práctico sería alejar a Almaviva
de la cíudad y para ello nada mejor que hacerle la vida
imposible entre sus relaciones valiéndose de la calumnia,
arma poderosa qu~ por todas partes se infiltra y es capaz
de destruir la existencia y el honor de un hombre. El
pérfido proyecto parece magnífico al colérico Bartola y al
retirarse con su amigo de la habitación, entra Fígaro y
recibe de Rosina la carta que ésta destina a Lindoro. En el
preciso instante se perciben unas voces en el exterior y
acto seguido se precipita Almaviva en la estancia, vestido
de soldado y simulando un torpe estado de embriaguez.
En tanto el atolondrado doctor hace esfuerzos para librarse
del importuno, éste tiene tiempo de hablar brevemente con
Sll amada y darle una misiva. Después es preso por las
autoridades que ha requerido Bartola en sU auxilio y al
dar a conocer su verdadera personalidad al oficial qu'e lo
detiene, es puesto inmediatamente en libertad. '
ACTO SEGUNDO
Salón de música en casa del doctor Bartola. Almavfva
llega allí bajo el disfraz de maestro de canto, explicando
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que Basilio se encuentra indispuestci y le envía para subs-


tituirle. Como los modales del fingido profesor son tímidos
y su traje modesto y severo, el receloso doctor no sospedha
de la veracidad de sus palabras y en tanto Fígaro le afeita,
la lección de música da comienzo. Almaviva concierta un
plan con Rosina para evadirse cuando súbitamente el ver-
dadero maestro se presenta amenazando con descubrirIo
todo. La providencial intervención de Fígaro evita la ca-
tástrofe sobornando con una bolsa de dinero que le da el
conde, al hipócrita Basilio. El astuto barberoobtierie tam-
bién las llaves de los candados que cierran los postigos
del balcón y cuando todo está dispuesto para la fuga, todos
los planes se vienen abajo con la noticia de que el descon-
fiado doctor ha puesto guardia en la calle y mandando al
mismo tiempo a buscar un notario con urgencia para que
extienda el acta matrimonial que ha de unirIe aquella
misma tarde con su pupila y el caudal que le administra.
Mas a la desolación de todos, el pícaro barbero opone su
optimismo afirmando que su ingenio, que no se agota nun-
ca, hallará remedio a la súbita catástrofe ·que amenaza con
destruir la dicha de los jóvenes enamorados.
La escena queda sola unos momentos en tanto la 01'-
que.staejecuta un intermedio musical que describe can SlIS
notas vibrantes una tempestad seguida de un remanso de
paz. Al terminar este inspirado fragmento, aparecen Fí-
garo y el conde, quienes se ·introducen en la sala sal-
tando por el balcón. Al llegar el notario acompañado
de 13asilio, éste es sobornado de nuevo con el oro del
aristócrata y con su ayuda logran que el notario, al redac-
tar el contrato matrimonial, substituya el nombre del doc-
tor por el de Almaviva. Llegan los contrayentes y la cere-
monia tiene lugar. Una vez sellado y firmado por los testi-
gos.el documento, el conde se da a conocer por su apellido
y reclama a su legítima esposa, puesto que es él quien en
realidad se ha casado y no el avaricioso tutor. Compro-
bada su afirmación por la lectura de las cláusulas que aca-
ban de certificarse, Rosina se abraza a él aJ.egremente,
dando las gracias a Fígaro por todo 10 que por su felicidad
ha hecho; BasHio queda contento con su bolsa repleta de
dorados doblones y el estupefacto Bartola, también se con-
suela algo de la burla de que acaba de ser víctima, al saber
que el conde le cede íntegra la herencia de su pupila.

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