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La literatura de ciencia ficción imagina versiones modificadas de nuestro mundo. Las transformaciones
representadas se proponen al lector como posibles en la medida en que completan (o parten de) tendencias del mundo
en el que vivimos (toma nuestra realidad como punto de partida). Por ello la ciencia ficción suele adoptar la forma de
una anticipación y configurar una fase futura del presente desde el que escribe el autor, aunque no faltan los casos en
que la acción se ubica en un pasado o un presente alternativos.
A la ciencia ficción se la considera como un género especulativo, en el que los acontecimientos imaginarios se
apoyan en una conjetura relativa a las ciencias físicas o humanas. El autor supone la validez de determinada ley
científica o la evolución de determinadas tecnologías, y a partir de allí edifica su realidad; plantea una reflexión sobre
los alcances de estos adelantos científicos y sus consecuencias positivas o negativas para la humanidad.
En conclusión, podemos decir que estos relatos proyectan un mundo imaginario pero posible y coherente, y que se
rige por reglas propias. La ciencia ficción imagina lo todavía no posible, es decir, algo que con un desarrollo de nuestra
ciencia podría, en algún momento, volverse factible. Como dijo Michel Butor "[la ciencia ficción] no desea abandonar la
realidad más que hasta cierto punto: quiere prolongarla, extenderla, pero no separarse de ella."
Orígenes
Mientras algunos críticos proponen como inicio del género la aparición de Frankenstein de Mary Shelley en 1818, otros
consideran que el género tiene su punto de partida en dos autores:
Julio Verne (1828-1905), autor de: Veinte mil leguas de viaje submarino, Viaje al centro de la Tierra y La vuelta
al mundo en 80 días, entre otros.
H.G.Wells (1866-1946), autor de La máquina del tiempo, El hombre invisible y La guerra de los mundos. Este
autor, en especial, esbozó muchos temas que fueron ampliados posteriormente por otros autores.
Características
La narrativa de ciencia ficción intenta prevenir al hombre acerca de los riesgos que puede correr la humanidad
si no limita y contiene los avances de la ciencia y de la tecnología.
Crea mundos alternativos pero, de alguna manera, reconocibles para el hombre.
Siempre existe una explicación razonable en el texto para lo que acontece.
Utopías y distopías
Las visiones pesimistas del futuro son denominadas distopías, término que etimológicamente significa "mal lugar" y
que remite, por contraste, al de utopía. Aunque esta palabra significa literalmente "no lugar", suele revestir el sentido
de eutopía ("buen lugar") y designar a aquellos relatos que proyectan una sociedad ideal. El carácter distópico de
algunas narraciones de ciencia ficción funciona curro una advertencia respecto de los peligros a los que puede conducir
la evolución de ciertas tendencias científicas (incluyendo las económicas y sociales) o el desarrollo tecnológico.
Además, los relatos distópicos presentan una hipotética sociedad futura que, en la búsqueda de la felicidad, hace
sufrir a sus ciudadanos. La falta de libertad, la violencia física y psíquica y el miedo, provocados por la acción de un
Estado autoritario o por el dominio que la tecnología ejerce sobre los individuos, son algunos de los rasgos
característicos de estos relatos.