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MODULO 1

EL ESTRUCTURALISMO Por Ricardo Etchegaray (respuesta 4_5)

El estructuralismo es una corriente de pensamiento desarrollada en Francia orientada en «lingüística general»


de Saussure entre 1906 y 1911. Este «precursor» del estructuralismo prefirio el término “sistema” antes que
“estructura” la cual se caracteriza por mantener unas relaciones determinadas y son solidarios entre sí.
Aunque Saussure no utilizó el término estructuralismo, se le considera su iniciador. Saussure describió un
estado de lengua como un sistema autónomo, sin consideraciones históricas. La lengua es un sistema de
signos, y como tal tiene un carácter abstracto que está por encima de sus manifestaciones concretas
Los autores de la corriente estructuralista se dedicaron a campos diversos de la investigación, su raíz común
era la lingüística que les proporciona la base al estructuralismo para afirmar que “no hay estructura más que
de lo que es lenguaje, aunque sea un lenguaje esotérico o incluso no verbal” El estructuralismo
considerado desde un punto de vista filosófico sostiene que el fundamento de la comprensión de la realidad
de lo social es su sentido, su estructura.
Anthony Giddens reseña así los rasgos comunes a los estructuralistas:
[a] La lingüística, tiene una importancia clave para la filosofía y la ciencia social en su conjunto
[b] Con insistencia en la naturaleza relacional de las totalidades, ligada a la tesis del carácter arbitrario del
signo, y relación con la primacía de los significantes sobre lo significado.
[c] El descentramiento del sujeto
[d] Peculiar preocupación por la naturaleza de la escritura
[e] Interés en el carácter de la temporalidad como componente constitutivo de la naturaleza de objetos y
sucesos”.

1. Problemas lingüísticos
1.a. La lengua como objeto de la lingüística. Definición

El objeto de la lingüística, a diferencia de otras ciencias, No está «dado de antemano». Si se tomase a


las palabras como objetos lingüísticos concretos, al analizarlos, encontraríamos que cada palabra remite a varios
objetos de conocimiento posibles. Por ejemplo, una palabra castellana cualquiera como «hombre». Se la puede
considerar como un «conjunto de sonidos», como «lo que se corresponde con otras palabras» como en la
latina, la griega o la francesa. El objeto dependería de la perspectiva en que nos situemos “se diría que es
el punto de vista, quien crea el objeto y nada nos dice de antemano que una de esas maneras de
considerar el hecho en cuestión es anterior o superior a las otras”. Contra las corrientes epistemológicas
empiristas y positivistas, Saussure advierte que el punto de vista o la teoría es previo y determina la
experiencia.
Además, el fenómeno lingüístico presenta siempre dos caras:
(1) Vocal-auditiva: la lengua como articulación de sonidos con la correspondencia de los órganos bucales y las
impresiones acústicas recibidas por los órganos auditivos.
(2) Fisiológica-mental: Si prescindimos de la complejidad vocal-auditiva, en tanto que los sonidos son
instrumentos del pensamiento, hay que considerar la correspondencia entre lo acústico-vocal y los conceptos.
(3) Individual-social: mientras que la lengua es un producto social, el habla es individual.
(4) Sistema establecido-evolución (sincrónico-diacrónico): la lengua tiene un aspecto sistemático y
presente (la totalidad de los signos pertenecientes a una lengua determinada en un lapso determinado de
tiempo), pero también otro cambiante y evolutivo. Que no se puede delimitar (el objeto) para no perder
complejidad, Ni abarcarlo desde todas las perspectivas posibles, del que se ocuparían varias ciencias distintas.
La única solución posible para Saussure es “situarse desde el primer momento en el terreno de la lengua y
tomarla por norma de todas las demás manifestaciones del lenguaje”. Pero, entonces, la dificultad se traslada a
una definición adecuada de la lengua.
A diferencia del lenguaje del que forma una parte esencial, la lengua es “a la vez un producto social de la
facultad del lenguaje y un conjunto de convenciones necesarias, adoptadas por el cuerpo social para
permitir el ejercicio de esta facultad en los individuos. La lengua es el lenguaje menos el habla. Es el
conjunto de los hábitos lingüísticos que permiten a un sujeto comprender y hacerse comprender”.
El lenguaje, en totalidad, “es multiforme y heteróclito”, extraño, irregular “La lengua, por el contrario, es
un todo en sí y un principio de clasificación”. Se podría objetar: si la lengua es algo adquirido y convencional
no puede servir como principio de clasificación (pues requeriría que sea natural, como el lenguaje). Pero no está
probado que la función del lenguaje sea natural. “La lengua es una convención, y la naturaleza del signo
[vocal, visual, gestual] en que se ha convenido es indiferente”. Para Saussure, lo natural no es el
lenguaje sino la facultad de constituir una lengua («un sistema de signos distintos que corresponden a ideas
distintas»). Habría que suponer una «facultad lingüística», que gobierna todos los signos.

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1.b. Lugar de la lengua en los hechos del lenguaje y en los hechos humanos. La semiología (respuesta
1_3)

El ámbito que le corresponde a la lengua entre los hechos del lenguaje se ve en el circuito de la palabra
situados ante el acto individual que supone al menos dos individuos: uno en cuyo cerebro se asocia un
«hecho de conciencia» o concepto (fenómeno psiquico) con una imagen acústica (la fonación y la audición
son procesos fisiológicos), que lo [al concepto] expresa; las ondas sonoras que van de la boca del primer
individuo al oído del segundo son un proceso físico.
La audición y decodificación por parte del segundo individuo recorre el camino inverso al comienzo (fisiológico
y psíquico).
Otras divisiones posibles del proceso son: exterior/interior, psíquico/no-psíquico, activo/pasivo.
Hay que considerar una facultad de coordinación y de asociación, que juega un papel principal en la
organización de la lengua como sistema. Para comprender este papel es necesario considerar el hecho
social. “Entre los individuos ligados por el lenguaje, se establece una especie de media: todos
reproducirán los mismos signos unidos a los mismos conceptos”.
La lengua, a diferencia del lenguaje, puede ser clasificada entre los hechos humanos. La lengua es un
sistema de signos que expresan ideas.
La ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social se denomina semiología. Estudia en
qué consisten los signos y las leyes que los rigen. La lingüística es una parte de la semiología y también
se rige por sus leyes. La semiología tiene por objeto los ritos simbólicos, las costumbres, la escritura, las
formas de urbanidad, las señales militares, etc., en tanto «sistemas de signos».
La lingüística que tiene por objeto la lengua debe distinguirse de la lingüística externa, que se ocupa de
las relaciones de la lengua con la raza o la civilización con la historia política, instituciones, el
fraccionamiento dialectal y las relaciones de la lengua literaria con la lengua corriente.

1.c. Lengua [langue] y habla [parole] (respuesta 2_7 y 2_4)

Las investigaciones de Saussure pusieron en importancia los métodos y de elementos conceptuales


procedentes del ámbito de la lingüística para las ciencias sociales y las humanidades en general. Entre
ellos, destacamos la distinción entre lengua y habla.
El habla es la ejecución psíquica individual, en la que el individuo es «dueño». La lengua, en cambio, es
social. “Si pudiéramos abarcar la suma de imágenes verbales almacenadas en todos los individuos,
encontraríamos el vínculo social que constituye la lengua”, un sistema gramatical que existe virtualmente en
cada cerebro, la lengua no está completa en ninguno, no existe perfectamente más que en la masa”.
Mientras que la lengua es social y esencial, el habla es individual y accesoria («más o menos
accidental»). La lengua no es una función del sujeto hablante, quien se limita a registrarla pasivamente y sin
reflexión. En cambio, “el habla es un acto individual de voluntad y de inteligencia, en el que conviene distinguir:
1°) las combinaciones por las que el sujeto hablante utiliza el código de la lengua con vistas a expresar su
pensamiento personal
2°) el mecanismo psíquico-físico que le permite exteriorizar esas combinaciones”.
“El estudio del lenguaje entraña, dos partes: una, esencial, tiene por objeto la lengua, que es social en su
esencia e independiente del individuo; este estudio es únicamente psíquico; la otra, secundaria, tiene
por objeto la parte individual del lenguaje, es decir, el habla con la fonación incluida; esta parte es psico-
física”. Lengua y habla se suponen recíprocamente y son interdependientes, aunque el habla es anterior
históricamente y es lo que hace evolucionar la lengua. La lengua es a la vez instrumento y producto del
habla.

1.d. Características de la lengua

Saussure señala las siguientes características de la lengua:


(1) La lengua es un objeto bien definido: “es la parte social del lenguaje, exterior al individuo, que por sí solo
no puede ni crearla ni modificarla; sólo existe en virtud de una especie de contrato establecido entre los
miembros de la comunidad”.
(2) La lengua se puede estudiar separadamente del habla, abstrayendo y prescindiendo de los demás
elementos que componen el lenguaje. Esto es lo que la constituye como objeto de ciencia.
(3) La lengua es un sistema de signos (unión de concepto e imagen acústica -igualmente psíquicos-) que
tiene una naturaleza homogénea, a diferencia del lenguaje. “El principio fundamental [de la lingüística estructural]
es que la lengua constituye un sistema, cuyas partes todas están unidas por una relación de solidaridad y de
dependencia. Este sistema organiza unidades -los signos articulados- que se diferencian y se delimitan
mutuamente. La doctrina estructuralista enseña el predominio del sistema sobre los elementos, estructura
del sistema a través de las relaciones de los elementos y muestra el carácter orgánico de los cambios a los
cuales la lengua está sometida”.

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(4) La lengua es un objeto de naturaleza concreta. “Son realidades que tienen asiento en el cerebro”. Los
signos lingüísticos son tangibles (pueden ser fijados por la escritura). Cada imagen acústica no es más que la
suma de un número limitado de elementos o fonemas, susceptibles a su vez de ser evocados por un número
correspondiente de signos en la escritura. La lengua es el depósito de imágenes acústicas y la escritura es
la forma tangible de esas imágenes.

1.e. Principios del estructuralismo derivados de la lingüística (respuesta 2_15 y 2_9)

1º principio: Arbitrariedad del signo. El lazo que une el significante al significado es arbitrario. El signo
lingüístico es arbitrario. Todo medio de expresión recibido de una sociedad se apoya en un hábito colectivo o
en la convención. La palabra arbitrario debe dar la idea de que el significante es inmotivado. Arbitrario con
relación al significado, con el cual no guarda en la realidad ningún lazo natural.

2º principio: Linealidad del significante. El significante por ser de naturaleza auditiva, se desenvuelve en el
tiempo únicamente y tiene los caracteres que toma del tiempo: a) representa una extensión y b) esa
extensión es mensurable en una sola dimensión; es una línea. Esto quiere decir que se presentan uno tras
otro; forman una cadena.

Ricoeur resume los principios de la lingüística general recuperados por el estructuralismo:


“1° la lengua, en el sentido saussuriano del término, consiste en un sistema de diferencias sin términos
absolutos; la separación entre los fonema (cada sonido diferenciable de otros en una lengua), entre los
lexemas (unidad elemental del léxico portadora de significado propio. Deriva del término griego lexis que
significa palabra), es la sola realidad de la lengua, la cual es así una «substancia» ni física ni mental.
2° el código que rige los sistemas apilados unos sobre los otros no procede de ningún sujeto hablante; es más
bien el inconsciente categorial quien hace posible el ejercicio de la palabra por los locutores del lenguaje
3° el signo, que Saussure consideraba la identidad fundamental del lenguaje, está constituido por una
diferencia entre un significante y un significado; esta diferencia es interna al signo y por esta razón cae
dentro del universo del discurso; el signo no requiere ninguna relación «exterior», tal como la relación signo-
cosa que San Agustín colocaba en la base de su teoría del lenguaje. Un sistema sin «términos», un sistema sin
«sujeto», un sistema sin «cosas», así es la lengua para el filósofo instruido en la lingüística estructural”1.
La concepción de la lengua en Saussure es ambigua en relación con el problema de si se trata o bien de un
fenómeno psicológico, determinado por las propiedades de la mente; o bien, de un sistema de representaciones
sociales colectivas, donde los signos resultan productos arbitrarios. Partiendo de la primera interpretación
(«mentalista») de Saussure, pero redefiniendo la distinción lengua/habla desde la distinción
competencia/actuación,
Para Gilles Deleuze la lingüística abre un campo nuevo a la investigación: el de lo simbólico, que no tiene que
ver ni con la materialidad o realidad de los signos o los sonidos, ni con las imágenes mentales que se forjan a
partir de las palabras, ni con los significados vinculados a las cosas exteriores. La estructura simbólica se
encarna en todos estos ámbitos constituyéndolos, pero no se deriva de ellos. La estructura se define
“mediante la naturaleza de determinados elementos atómicos que pretenden dar cuenta a la vez de la formación
de los todos y de la variación de sus partes
El principio básico del estructuralismo consiste en la aplicación de procedimientos lingüísticos a otras
áreas de análisis Ya que El estructuralismo pretende ser “un método que aspira a llevar rigor científico al
conocimiento de lo humano”
Lévi-Strauss llegó a afirmar que los lingüistas y los científicos sociales «no sólo aplican los mismos métodos sino
que estudian el mismo objeto». Ello es posible porque la lingüística permite distinguir los sistemas de relaciones
que son productos de procesos de pensamiento inconscientes que constituyen «las realidades fundamentales y
objetivas».
Tres consecuencias se desprenden de este principio básico: La lingüística proporcionaría
1) un rigor que habría faltado en las ciencias sociales
2) conceptos básicos susceptibles de aplicación amplia (como los de lengua/habla, significante/significado, la
idea de la naturaleza arbitraria del signo)
3) líneas maestras para la formulación de programas semióticos.

2. La naturaleza relacional de las totalidades

2.a. Naturaleza del signo lingüístico. El signo: significante y significado (2_11 y 2_12)

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Ricoeur, P fundamentos de la doctrina estructural, señala Émile Benveniste, se encuentran en tres principios saussureanos: 1) la noción de
la lengua como sistema; 2) la lengua es forma y no substancia; 3) los elementos de la lengua no pueden definirse sino por sus relaciones.

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Para Saussure, la lengua no puede ser reducida a una nomenclatura, a una lista de los nombres que
corresponden con cada cosas, porque “el signo lingüístico no une una cosa y un nombre; sino un concepto
y una imagen acústica”. La imagen acústica es la representación mental de los sonidos. No se trata del
sonido material ni de algo puramente físico, porque hay imágenes acústicas (psíquicas), sin mover los labios o
emitir sonido alguno (físico). El concepto es el significado que tiene un término en una lengua determinada
y es, como la imagen acústica, una entidad psíquica.
El signo lingüístico es, una entidad psíquica de dos caras inseparables que se requieren recíprocamente y
se define como “la combinación del concepto y de la imagen acústica” mas precisamente, Saussure
propone llamar significante a la imagen acústica, significado al concepto, y signo a la totalidad de
significado y significante.

2.b. Primer principio de la lingüística: la arbitrariedad de los signos (respuesta 3_3) (2_14)

“El lazo que une el significante al significado -dice Saussure- es arbitrario” quiere decir que la relación
que une un significante (casa) a un significado (la casa) No es natural o esencial es «inmotivado». La
existencia de diferentes palabras en las distintas lenguas para nombrar un mismo concepto es prueba de ello,
como también la existencia de distintas lenguas.
Por el contrario, los símbolos (para Saussure) nunca son completamente arbitrarios y suponen algún tipo
de lazo natural entre significante y significado“El símbolo tiene una relación racional con la cosa significada”.
Ni las onomatopeyas, ni las exclamaciones son objeciones serias contra este primer principio, pues son de
importancia secundaria y su origen simbólico es controvertible2.

2.c. Segundo principio de la lingüística: el carácter lineal del significante

Por ser de naturaleza auditiva, el significante tiene una extensión temporal lineal (unidimensional,
mensurable), cuyas características son:
1) representa una extensión en el tiempo
2) esa extensión es mensurable en una sola dimensión (“sus elementos se presentan uno tras otro;
forman una cadena”)

2.d. El signo lingüístico como valor (respuesta 2_17 2_19 2_18)

¿Cuál es el papel de la lengua en relación con el pensamiento? La lengua sirve de intermediaria entre las
masas amorfas del pensamiento y del sonido, conduciendo a delimitaciones recíprocas. “La lingüística
trabaja, por tanto, sobre el terreno limítrofe en que los elementos de los dos órdenes se combinan; esta
combinación produce una forma, no una substancia”. El concepto de substancia es inadecuado porque
supone un lazo fijo entre los elementos combinados, pero la relación entre la masa amorfa del pensamiento y la
masa amorfa de los sonidos es arbitraria. No hay ningún contenido que corresponda naturalmente a un grupo
de sonidos, ni a un concepto. La combinación de las dos masas delimita una forma, elabora unidades
definidas, articula. En este sentido, “podría llamarse a la lengua el dominio de las articulaciones”, ya que
no son relaciones substanciales o «en sí». Un grupo de sonidos está unido arbitraria y relativamente a
un concepto. La unión es relativa a todos los otros signos (a todas las otras uniones) en el mismo
sistema. La totalidad no se define como la sumatoria de los elementos, sino que son los elementos los que
se definen por análisis de la totalidad.
Se puede plantear el problema del valor lingüístico
(a) desde el significado
(b) desde el significante
(c) desde el signo.
(a) Desde el significado o concepto: Saussure propone distinguir el valor y la significación. “La lengua
es un sistema del que todos los términos son solidarios y donde el valor de uno no resulta más que de la

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( RESPUESTA 3_10 3_9) Émile Benveniste sostiene que cuando Saussure afirma que la naturaleza del signo lingüístico es arbitraria
porque el significado no tiene «nexo ninguno natural en la realidad», el razonamiento “está falseado por el recurso inconsciente y
subrepticio a un tercer término, que no estaba comprendido en la definición inicial. Mientras que Saussure ha planteado el principio de que
la lingüística es exclusivamente ciencia de las formas, “sólo si se piensa en el animal «boeuf» [buey] en su particularidad concreta y
«substancial» se tiene fundamento para juzgar «arbitraria» la relación entre /böf / [significante francés] por una parte, /oks/ [significante
suizo] por la otra, y una misma realidad”. Sobre esta base, Benveniste sostiene que el nexo entre el significante y el significado no es
arbitrario sino necesario. “El concepto («significado») «boeuf» es por fuerza idéntico en mi conciencia al conjunto fónico («significante»)
/böf/. ¿Cómo iba a ser de otra manera? Los dos juntos han sido impresos en mi espíritu; juntos se evocan en toda circunstancia. Hay entre
ellos simbiosis tan estrecha que el concepto «boeuf» [significado] es como el alma de la imagen acústica /bö/f [significado]. El espíritu no
contiene formas vacías, conceptos innominados. (…) Lo que es arbitrario es que tal signo, y no tal otro, sea aplicado a tal elemento de la
realidad, y no a tal otro. En este sentido, y sólo en éste, es permisible hablar de contingencia”

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presencia simultánea de los otros”. El concepto es, la contrapartida de la imagen auditiva al interior del signo y el
signo es la contrapartida de los demás signos de la lengua.
Al preguntar qué es lo que hace posible que cualquier mercancía sea cambiable por dinero.
“Tengamos en cuenta que, incluso fuera de la lengua, todos los valores parecen regidos por este principio
paradójico Osea se necesitan estos dos factores para la existencia de un valor. Están siempre constituidos por:
1° Por una cosa desemejante susceptible de ser cambiada por otra cuyo valor está por determinar (X ej diez
pesos, se pueden cambiar por una cantidad determinada de una cosa diferente; pan)
2° Por cosas similares que se pueden comparar con aquella cuyo valor está en cuestión. (x ej;
La plata la puede comparar con un valor similar del mismo sistema, por ejemplo, 10 monedas de un eso o una
moneda de otro sistema; un dólar).

De igual modo una palabra puede ser cambiada por alguna cosa desemejante: una idea; además, puede ser
comparada con algo de igual naturaleza: otra palabra. Su valor no está fijado por tanto mientras nos
limitemos a comprobar que puede ser «cambiada» por tal o cual concepto, es decir, que tiene tal o cual
significación; tenemos que compararla todavía con los valores similares, con las demás palabras que
pueden oponérsele. Su contenido sólo está realmente determinado por el concurso de un sistema, está
revestida no sólo de una significación, sino también y sobre todo de un valor, lo cual es muy distinto”.
Valor lingüístico: El valor existe porque se da dentro de una totalidad, dentro de un sistema. Este valor es la
capacidad que tiene cada unidad de diferenciarse de la otra. “Uno es porque el otro no lo es”. Este valor es
arbitrario ya que la comunidad le otorga ese valor, es convencional.
El valor de los términos de un sistema está determinado por los términos que lo rodean. Los valores
son relativos al sistema mientras que las ideas o las substancias son dados de antemano, serían como
«valores en sí». La «parte conceptual del valor» se constituye por las relaciones y diferencias con los demás
términos de la lengua.
(b) Desde el significante, imagen acústica o aspecto material: Los signos lingüísticos son arbitrarios y
diferenciales, y estas dos características son correlativas. Los signos no tienen valores intrínsecos sino
posiciones relativas.
“Todos los valores convencionales presentan este carácter de no confundirse con el elemento tangible
que les sirve de soporte. Así, no es el metal de una moneda lo que fija su valor, en su esencia, no por su
substancia material, sino únicamente por las diferencias que separan su imagen acústica de todas las demás”.
Los fonemas son los elementos más simples del sistema lingüístico por el lado del significante. Los
fonemas se caracterizan por el hecho de que no se confunden entre sí. Los fonemas son, ante todo,
entidades opositivas, relativas y negativas”.
(c) Desde el signo como totalidad: “En la lengua no hay más que diferencias sin términos positivos”, es decir,
sin elementos que preexistan al sistema lingüístico. El valor de un signo se determina menos por su
contenido (significante o significado) que por su relación con los términos vecinos. Pero de la
combinación de significado y significante resulta un hecho positivo, “incluso, la única especie de hechos que
implica la lengua”.
En el discurso, las palabras contraen entre sí relaciones fundadas en el carácter lineal de la lengua,
llamadas sintagmas (unidad elemental aislable en la oracion). Todo sintagma está compuesto de dos o
más unidades consecutivas, donde cada término “adquiere su valor sólo porque se opone al que
precede o al que sigue, o a los dos”.
Por otro lado, en el discurso, los términos se asocian en la memoria formando grupos de palabras ordenadas
de acuerdo a relaciones diversas que “forman parte de la lengua de cada individuo”, llamadas relaciones
asociativas. Es un proceso mental por el cual se relaciona un signo con elementos relativos a este. Ej.
“Enseñanza” a lo cual relacionamos con otras palabras como “maestro”, “escuela”, “educación”, etc.
En la relación sintagmática la forma en que los signos se ordenan mediante una determinada sintaxis. Esta
relación se establece mediante el signo lingüístico y aquel que lo precede y aquel que lo sucede, los términos
presentes en una serie efectiva, mientras que en la relación asociativa de términos están ausentes en «una serie
mnemónica virtual». “Una palabra cualquiera puede evocar todo lo que es susceptible de asociársele de una
manera o de otra”. Por ejemplo, la palabra «enseñanza» puede asociarse a otras manteniedo su raíz (enseñ; ar,
amos,o) Desinencia (anza; confi,tard, mat) Significado semejante (aprendizaje instrucción, educacion)
significante semejante (enseñarse insinuarse ayudar danza)
Saussure explica la lengua como una totalidad que constituye un sistema de diferencias. En la totalidad,
las partes se definen únicamente en función del todo que componen. En otros términos, la lengua es un
sistema de términos opositivos, donde los significados no se definen en relación a los «objetos» reales
ni a las imágenes o conceptos asociados, sino por las diferencias entre los sonidos o los signos escritos
en un mismo código: por el fonema. “Los fonemas no existen independientemente de las relaciones de las
que forman parte y por medio de las que se determinan recíprocamente”. Son relaciones que se establecen
“entre elementos que no tienen ningún valor [en sí] determinado y que, se determinan recíprocamente en
la relación. Lo que permite que esta relación de reciprocidad es definir la naturaleza [de la lengua] simbólica”.

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La palabra «padre» significa lo que significa no porque se corresponda con una «cosa» sino porque está en
relación con otras palabras, Osea con todas la palabras del código. La totalidad de la lengua es, un sistema
de diferencias donde la identidad de los elementos es puramente relacional, deriva su significado, de las
diferencias que establece con las otras palabras y no de su relación con los objetos o las cosas3.
Saussure dice: “La lengua es un sistema que no conoce más que su propio orden”. Benveniste agrega: “Y
sobre todo, Saussure enuncia la primacía del sistema sobre los elementos que lo componen: «cuán ilusorio es
considerar un término sencillamente como la unión de cierto sonido con cierto concepto. Definirlo así sería
aislarlo del sistema de que forma parte; sería creer que se puede comenzar por los términos y construir el
sistema haciendo la suma, mientras que, por el contrario, hay que partir de la totalidad solidaria para obtener
por análisis los elementos que encierra». Esta última frase contiene en germen todo lo que es esencial en la
concepción «estructural»”.
Dice Ricoeur: “Si la lengua es un sistema sin términos, la diferencia que instituye la separación es más
fundamental que la plena presencia de la cosa sonora o de la cosa mental que tomamos por la realidad del
lenguaje. El modelo de realidad que presenta el lenguaje se opone radicalmente al modelo de realidad del
naturalismo y del fisicalismo; la noción de un sistema de diferencias sugiere más bien una constitución
en la que la negatividad es lo primero. El estructuralismo opone un modelo «desrealizado»,
«descosificado». Esta generalización del modelo lingüístico es sugerida por el mismo lingüista, que considera
su disciplina como una provincia de una ciencia general de los signos o semiología de la que Charles S. Peirce,
antes que Saussure, había tenido el presentimiento. Lo que el filósofo estructuralista tiene en el espíritu es un
modelo semiológico de la realidad. Ve ahí una primera realización en la concepción de la realidad social entera
como un sistema de signos codificados; si los diversos órdenes -económico, familiar, político, religioso- pueden
considerarse como sistemas de comunicación regulados por leyes de estructuras parecidas a las del lenguaje,
entonces ya no hay que decir que los signos son de origen sociológico sino que la sociedad es de origen
semiológico”.
Lévi-Strauss expresa que los elementos de una estructura no se definen ni por un significado intrínseco
que les sería esencial ni por la designación de un objeto exterior, sino por la posición que ocupan en la
totalidad estructural: por su sentido. No son los sujetos los portadores de sentido, sino los sentidos (el
lugar ocupado en la estructura) los que portan a los sujetos. El concepto de totalidad relacional está
vinculado a la noción de diferencia y al concepto de la naturaleza arbitraria de los signos; y Giddens
afirma que “son conceptos que están presentes en el conjunto de las perspectivas estructuralistas y
post-estructuralistas”.
Para Jacques Derrida cada acto individual de significación implica la presencia de algo que tiene siempre las
huellas de algo más que está ausente. El lenguaje es una «totalidad ausente». El concepto de diferencia le
permite a Derrida contraponerse a las llamadas «metafísicas de la presencia». Esto quiere decir que No hay
una lengua total, completa, cerrada o suturada, “que encarne todos los fonemas y relaciones
fonemáticas posibles”; así como tampoco “hay sociedad total, pero cada forma social encarna
determinados elementos, relaciones y valores de producción (por ejemplo, el «capitalismo»)”.
El concepto de la naturaleza arbitraria de los signos supone que los elementos de un lenguaje
estructural no son en sí mismos significantes y que el sentido resulta siempre de la combinación de los
elementos. “El sentido es siempre un resultado, un efecto: no sólo un efecto como producto, sino un efecto de
óptica, un efecto de lenguaje, un efecto de posición. Esta caracterización del lenguaje, permite que se lo piense
con independencia de cualquier nexo que lo refiera a un mundo objetivo y propicia una «retirada al código». De
allí que los estudios estructuralistas hayan centralizado tanto su atención en la organización interna de los textos,
y que en los análisis se pueda prescindir de toda referencia exterior a las cosas e incluso a los sujetos. Puesto
que el lugar o la posición en la estructura es anterior a quien lo ocupa, el sujeto, siempre se define por su
posición diferencial. De allí el «antihumanismo» de las posturas estructuralistas: se trata de esperar una
mutación de la estructura y sus lugares y no de cambiar los sujetos de lugar en la misma estructura.
(Respuesta 4_6)
Benveniste; “Planteada la lengua como sistema, de analizar su estructura. Cada sistema, formado como
lo está de unidades que se condicionan mutuamente, se distingue de los otros sistemas por el arreglo interno
de tales unidades, arreglo que constituye su estructura. Hay combinaciones que son frecuentes, otras más
raras, otras, en fin, teóricamente posibles, que no se realizan jamás. Considerar la lengua (o cada parte de
una lengua, fonética, morfología, etc.) como un sistema organizado por una estructura por revelar y describir,
es adoptar el punto de vista «estructuralista»

3
“Como hay que prescindir de la conveniencia del signo a la realidad, con mayor razón no debe considerarse el valor más que como un
atributo de la forma, no de la substancia. Desde ese punto y hora, decir que los valores son «relativos» significa que son relativos los unos
respecto de los otros. Ahora bien, ¿no es ésta justamente la prueba de su necesidad? Ya no se trata aquí del signo aislado, sino de la lengua
como sistema de signos, y nadie ha concebido y descrito la economía sistemática de la lengua con la intensidad de Saussure. Quien dice
sistema, dice ajuste y adecuación de las partes en una estructura que trasciende y explica sus elementos. Allí todo es tan necesario, que las
modificaciones del conjunto y del detalle se condicionan recíprocamente. La relatividad de los valores es la mejor prueba de que dependen
estrechamente uno del otro en la sincronía de un sistema siempre amenazado, siempre restaurado”.

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2.3. El descentramiento del sujeto

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, los pensadores europeos iniciaron una demoledora crítica del
concepto de conciencia. El pensamiento marxista había afirmado una postura materialista, sosteniendo que
no es la conciencia la que determina el ser, sino el ser social el que determina la conciencia.
Desde todas estas diversas tradiciones se ha abordado la cuestión de la descentralización del sujeto. Pero,
también la lingüística de Saussure había puesto en claro que el lenguaje es un sistema de signos,
constituido por diferencias en una totalidad relacional, con una relación arbitraria con las cosas del
mundo externo pero también respecto del sujeto que habla. Así como el término «hijo» se constituye por su
relación con los otros términos, así también el término «yo», sólo se constituye por su relación con otros términos
(como «tú», «vosotros», «ellos», etc.), respecto de los cuales no tiene ningún privilegio o prioridad. “Siempre y
en todos los casos los elementos simbólicos y sus relaciones determinan la naturaleza de los seres y objetos
que acaban de llevarlos a cabo”. Cada organización de pueblos, corresponde a sistemas rigurosos que tiene
una estructura, de la cual los individuos no pueden salir impunementes, lenguajes, las costumbres, los mitos
constituyen órdenes cerrados y autónomos que nadie puede perturbar sin ofender a su comunidad.
Todos los autores post-estructuralistas concuerdan en que el yo, la conciencia o el autor son
irrelevantes en la interpretación de los textos. Así, Foucault puede decir: “poco importa quién lo dijo o
cuándo”. También para Wittgenstein el lenguaje es un producto anónimo y por tanto, «carece de sujeto». Todo
texto se organiza de acuerdo al juego de las diferencias internas de los significantes, en la cual carece de
relevancia la posible intención o conciencia del autor4.

2.4. La naturaleza de la escritura

La prioridad que los estructuralistas dan a los textos se deriva de la separación que estableció
Saussure entre el signo y las cosas u objetos externos. El texto se analiza como un juego de diferencias
internas al lenguaje. “La nueva crítica sostiene que la obra es una realidad autónoma y el crítico debe hacer
una interpretación, dejando de lado los factores externos, la obra es una realidad cerrada en sí misma”.
“Para el estructuralismo, el prejuicio del referente no tiene en cuenta la revolución lingüística que permite
disociar el significado de las cosas significadas y en consecuencia, de la realidad extra-lingüística. Para la
filosofía la preocupación de la referencia y del referente es más bien lo que enmascara una posibilidad
fundamental inherente al lenguaje, que el lenguaje funciona por sí mismo como juego del significante y
del significado. El lenguaje es un universo propio; si el referente no le es esencial, el significante lo es
ciertamente.
La relación entre escritura y poder, Lévi-Strauss mostró que la escritura se ha utilizado como
instrumento del poder administrativo y no como simple registro de lo dicho. Foucault muestra que los
archivos escritos, son esenciales en la constitución de la forma de poder de las sociedades disciplinarias. Sólo
los acontecimientos registrados por escrito conforman la «historia”, mientras que lo que ocurra en lo cotidiano es
excluido de la «historia oficial».
Los textos no son, para el estructuralismo, algo cerrado y concluido que se ha volcado por escrito, y
deben ser abordados como un proceso activo. Cada texto genera un juego de significados propios con
independencia de la intención de su autor. Cada texto está abierto al juego de las interpretaciones, a la
apropiación y reapropiación. “A veces el estructuralismo es interpretativo: cuando renueva nuestra
interpretación de las obras a partir de esta categoría, y pretende descubrir un punto original en que se
realiza el lenguaje, se elaboran las obras y se entrelazan las ideas y acciones. Romanticismo y simbolismo,
pero también freudismo y marxismo, se convierten así en objeto de reinterpretaciones profundas, sujetas a la
interpretación estructural. Pero esta reinterpretación sólo es válida en la medida en que anima nuevas
obras que son las actuales.

2.5. Historicidad y temporalidad

Lévi-Strauss cree que el concepto saussureano de lengua conlleva una represión del tiempo toda vez que se lo
considera como si tuviera una existencia extratemporal. Mientras que el tiempo mítico es reversible, la
temporalidad de la cultura moderna es histórica. “Según Lévi-Strauss, las estructuras sociales son
autónomas. Las estructuras se yuxtaponen, se reemplazan. No se transforman las unas en las otras. No tienen
secuencia en el tiempo. hay tantos grupos como estructuras, pueden mantener relaciones. Por eso, no hay
propiamente progreso. Cada estructura social representa una adaptación a la realidad y todas son
igualmente válidas desde el momento en que permiten a los hombres vivir en armonía con su medio y
controlarlo. «Un pueblo primitivo -dice Lévi-Strauss- no es un pueblo atrasado o retardado; ha sido una sucesión
4
“Si la lengua es un sistema sin sujeto, es preciso volver a poner en duda la prioridad del sujeto que afirma la filosofía occidental desde
Descartes y que la fenomenología, ha reactivado bajo el signo de la conciencia intencional, de la reducción y de la constitución. Lejos de
constituir el sentido, el sujeto mismo está instituido por el lenguaje. Como la sociedad, el hombre es el producto del lenguaje más bien
que el inventor. Sus intenciones son sólo efectos de la relación de juego profundo del Sgnte y Sigd

7
de estructuras sociales que, a millares, se han sucedido unas a otras o han convivido en las diferentes regiones
del planeta”.
También Foucault critica la concepción de la historia que la representa como una línea continua. Desde esta
perspectiva, la historia no sólo no es única, sino que es «discontinua». La historia es un entramado de redes que
se cruzan y son estas redes del poder las que constituyen a los sujetos: “La posición del estructuralismo
respecto al tiempo es, en consecuencia, muy clara: el tiempo es siempre un tiempo de actualización. El
tiempo va de lo virtual a lo actual, de la estructura a su actualización, y no de una forma actual a otra”.
El estructuralismo busca conocer las regularidades estructurales siempre presentes detrás de cada
manifestación particular e independientemente del «sujeto» observante.

2.5.a. Inmutabilidad del signo (respuesta 2_5)


El papel característico de la lengua es servir de intermediaria entre el pensamiento y el sonido, en
condiciones tales que su unión lleva necesariamente a deslindamientos recíprocos de unidades.

La lengua aparece siempre como una herencia de la época precedente y que hay que aceptar tal cual es.
Es por esta razón que para Saussure la cuestión acerca del origen del lenguaje no tiene tanta importancia como
ha creído el historicismo. Una lengua siempre está ya dada, es una herencia, el producto de factores
históricos, que hacen inmutable al signo5. El estructuralismo piensa la realidad de forma semejante a como
los antiguos griegos pensaban el cosmos. Para éstos el cosmos era el equilibrio resultante del conjunto de
fuerzas en la realidad a cada instante. El resultado de las múltiples relaciones singulares es el destino, el que
podría llegar a conocerse si se pudiera acceder a las leyes que gobiernan al conjunto de fuerzas operantes. Para
el estructuralismo, las leyes que gobiernan al conjunto conforman la estructura y su conocimiento implica el
conocimiento de las relaciones particulares posibles en cada instante a partir de la combinación del conjunto de
factores intervinientes. La «historia» es sólo un factor más, no la ley de formación del conjunto.
Según Saussure, hay cuatro razones de la inmutabilidad de los signos:
1. La arbitrariedad del signo es una causa de la inmutabilidad del signo porque al no haber motivos y razones en
una relación tampoco hay motivos o razones para cambiarla y, además, esa relación cuenta con la fuerza de su
realidad actual, con una suerte de inercia de ser.
2. La virtual innumerabilidad de los signos que componen una lengua conspira contra su modificación.
3. El sistema de la lengua es demasiado complejo.
4. La inercia colectiva se resiste a las innovaciones. La masa social es naturalmente inerte y es un factor de
conservación.
Pero, aun cuando los sujetos no puedan transformar la lengua, ésta se transforma. Si la lengua es inmutable
es debido a que se continúa, a que lo que domina en la alteración, por alteración hay que entender “un
desplazamiento en la relación entre el significante y el significado”. Toda lengua está sujeta a una evolución
fatal que provoca desplazamientos en la relación significado-significante.
“Lo que nos impide mirar la lengua como una convención simple, modificable a capricho de los
interesados es la acción del tiempo que se combina con la de la fuerza social”. Desde el momento en que
se introduce el factor tiempo, “la lengua no es libre, porque el tiempo permitirá a las fuerzas sociales que se llega
al principio de continuidad, que anula la libertad. Pero la continuidad implica necesariamente la
alteración, el desplazamiento más o menos considerable de las relaciones”.

2.6. Lingüística estática y lingüística evolutiva

La lingüística se trata de un sistema de equivalencias entre cosas de órdenes diferentes [significante-


significado]. El factor tiempo establece una dualidad, que por necesidad interior obliga a dividir la lingüística
en dos partes. Se podrían distinguir dos ejes:
(1) Lingüística sincrónica o estática: designa un estado de la lengua, el eje de las simultaneidades, donde el
variable tiempo quedo excluida, [valores considerados en sí mismos] para la cual “la lengua es un sistema en el
que todas sus partes pueden y deben ser consideradas en su solidaridad sincrónica”.
(2) Lingüística diacrónica o evolutiva: designa una fase de la evolución, el eje de las sucesiones, donde sólo
se puede considerar una cosa cada vez según una sucesión lineal [valores considerados en función del tiempo].
Esta perspectiva se ocupa de fenómenos que si bien condicionan los sistemas, no tienen relación alguna con
ellos.
“Al no hacerse nunca las alteraciones sobre el bloque del sistema, sino sobre uno u otro de sus elementos,
sólo pueden ser estudiados fuera de aquél. Cada alteración repercute sobre el sistema; Esta diferencia de
naturaleza entre términos sucesivos y términos coexistentes, entre hechos parciales y hechos que afectan al
sistema, prohíbe hacer de unos y otros la materia de una sola ciencia”.
Diacronía y sincronía tienen relaciones entre sí, pero no puede conocerse lo sincrónico estudiando lo
diacrónico. “Los hechos diacrónicos son irreductibles al sistema sincrónico que condicionan”.
5
“El factor histórico de la transmisión, domina la lengua y excluye todo cambio lingüístico general. El único objeto real de la lingüística es la
vida normal y regular de un idioma ya constituido

8
Saussure compara la relación entre los dos órdenes como sujetos moviéndose en un plano geométrico, como
el juego de ajedrez en el que, como en «el juego del lenguaje», hay valores que se van modificando. El valor
relativo de los elementos depende de su posición en el sistema. “En la lengua cada término tiene su valor
por oposición con todos los demás términos”. La lengua es un sistema de relaciones diferenciales: una palabra
tomada de una lengua extranjera “no cuenta como tal desde el momento en que se estudia en el seno del
sistema; sólo existe por su relación y su oposición con las palabras a ella asociadas, con igual derecho a
cualquier otro signo autóctono”. ¿Qué es lo interno al sistema? “Todo lo que cambia el sistema en un grado
cualquiera”.
Si bien el sistema es siempre momentáneo (varía de una posición a otra), las reglas o los principios del
juego son constantes o permanentes. Para pasar de un estado de sincronía a otro basta el desplazamiento de
una pieza: no hay trastorno general. Los cambios se refieren a elementos aislados, pero cada
desplazamiento tiene una repercusión en todo el sistema, puede ser irrelevante o revolucionar el
sistema. El cambio es un tránsito entre dos estados, pero “los estados [lo sincrónico] son lo único importante”6.
El método sincrónico se atiene a las relaciones presentes, mientras que el diacrónico se escinde en
una prospectiva y una retrospectiva. El hecho sincrónico (estático) y el diacrónico (evolutivo) son irreductibles
entre sí; “el uno es la relación entre elementos simultáneos, el otro la substitución de un elemento por otro en el
tiempo, una sucesión”

2.7. Crisis del paradigma estructuralista

Dos rasgos marcan la crisis del modelo estructural. Por un lado, el método estructural llevado hasta sus
últimas consecuencias volvió inesenciales los contenidos de la investigación, pretendía que los intereses del
observador eran puramente cognitivos. Por otro lado, la misma pretensión de neutralidad del sujeto de
conocimiento, que había permitido cuestionar la tradición historicista en ciencias sociales en la que se fundaba la
pretendida superioridad de la civilización europea, no había sido tematizada ni cuestionada. La rápida expansión
de los sistemas de comunicación, el diálogo entre las culturas, la necesidad de afirmar la propia identidad cultural
recurriendo a la memoria y a la historia, hicieron patentes la falencias del método estructural.

Introducción: “El objeto de la Lingüística”

La lengua: su definición
Cada vez que alguien pronuncia, un observador atento puede ver una serie de cosas como el sonido y la
expresión de una idea entre otras, siempre teniendo en cuenta que es el punto de vista el que crea el objeto.
El fenómeno lingüístico presenta constantemente dos caras que se corresponden sin que valga más
una que la otra. Por ejemplo:
1.Las sílabas que se articulan son impresiones acústicas percibidas por el oído, pero los sonidos no existirían
sin los órganos vitales.
2. El sonido no es más que el instrumento del pensamiento y no existe por sí mismo. Junto con la idea, puede
formar una unidad compleja, fisiológica y mental.
3. El lenguaje tiene un lado individual y uno social, y no se puede concebir uno sin el otro.
4. En cada momento, el lenguaje implica un sistema establecido, una evolución, una institución actual y un
pasado.
La lengua no se confunde con el lenguaje ya que la primera no es más que una determinada (y
esencial) parte del lenguaje. Mientras que el lenguaje es multiforme y heteróclito, la lengua es una
totalidad en si y un principio de clasificación. El ejercicio del lenguaje se apoya en una facultad que nos da
la naturaleza, mientras que la lengua es una cosa adquirida y convencional que debería estar subordinada al
instinto natural, en vez de anteponérsele. La lengua es una convención y la naturaleza del signo en que se
conviene es indiferente; el apartado vocal es secundario en el problema del lenguaje.
Se podría decir que no es el lenguaje hablado el natural al hombre sino la facultad de construir un sistema
de signos distintos que corresponden a ideas distintas (lengua). La lengua es la que hace la unidad del
lenguaje.

Circuito de la palabra:
L a conversación; Un concepto desencadena en el cerebro una imagen acústica correspondiente: éste es un
fenómeno enteramente psíquico, seguido de un proceso fisiológico: el cerebro transmite a los órganos de la
fonación un impulso correlativo a la imagen; luego las ondas sonoras se propagan de la boca al oído; proceso
puramente físico. Distinción de partes. Partes físicas (ondas sonoras), las partes fisiológicas (fonación y
audición) y las partes psíquicas (imágenes verbales y conceptos).

6
Saussure “El habla no opera nunca más que sobre un estado de lengua, y los cambios que suceden entre los estados no ocupan en ellos
lugar alguno”

9
1. Cerebro de A -> Conceptos asociados a imágenes acústicas que desencadenan unas imágenes acústicas.
Proceso psíquico.
2. El cerebro de A transmite a los órganos de la fonación un impulso correlativo de la imagen. Proceso
fisiológico.
3. Las ondas sonoras se propagan desde la boca de A al oído de B. Proceso físico.
4. Proceso inverso en B: del oído al cerebro (transmisión fisiológica) y luego acción psíquica.

Primera Parte: Principios Generales.


Capítulo I
Naturaleza del signo lingüístico.

1. Signo, significante y significado.(respuesta 2_11)


Una perspectiva simplista establece que la lengua es una nomenclatura, es decir, una lista de términos que
corresponden a otras tantas cosas: ARBOR = ÁRBOL = TREE
El signo lingüístico une un concepto (cosa) con una imagen acústica (nombre o sonido). La imagen
acústica no es sólo el sonido como un material o algo físico sino una huella psíquica, la representación que
de él nos da el testimonio de nuestros sentidos. El carácter psíquico de nuestras imágenes acústicas aparece
claramente cuando observamos nuestra lengua materna y, como las palabras de la lengua materna son para
nosotros imágenes acústicas, hay que evitar hablar de los “fonemas” de que están compuestas.
El signo lingüístico es una entidad psíquica de dos caras: concepto (cosa) + imagen acústica (palabra
o sonido). Éstas dos partes están íntimamente unidas, se reclaman recíprocamente y, en conjunto, forman el
signo lingüístico: el concepto se convierte en el significado y la imagen acústica pasa a llamarse
significante.

2. Primer principio: lo arbitrario del signo.(respuesta 3_2)


El signo lingüístico es arbitrario es arbitrario ya que no hay una razón para la unión entre significado y
significante. Esta unión es una convención social sin razón concrete, el lazo que une al significado con el
significante lo es arbitrario, porque la lengua y la existencia de la misma imagen acústica (significante) no
siempre tiene el mismo concepto (significado) . Ej. Es arbitraria la razón de porqué un al decir “perro” se figura
el animal en la cabeza. Una objeción a este principio son las onomatopeyas pero éstas nunca son elementos
orgánicos de un sistema lingüístico. Nadie contradice el hecho de la arbitrariedad del signo, es más: domina
toda la Lingüística y sus consecuencias son innumerables (aunque no siempre éstas aparezcan a simple
vista). Todo medio de expresión recibido de una sociedad se apoya en el principio de un hábito o convención
El símbolo no es nunca completamente arbitrario, no está vacío: hay un rudimiento de vínculo natural
entre el significante y el significado. El símbolo de la justicia, la balanza, no podría ser reemplazado por
cualquier otra cosa como, por ejemplo, un carro.
Se podría apoyar en las onomatopeyas para decir que la elección del significante (imagen acústica) no
siempre es arbitraria, pero las onomatopeyas nunca son elementos orgánicos de un sistema lingüístico; no
son más que la imitación aproximada de ciertos ruidos, son expresiones espontáneas de la realidad y no
necesariamente tienen un vínculo entre significado y significante.

3. Segundo principio: carácter lineal del significante.


El significante, por ser de naturaleza auditiva, se desenvuelve en el tiempo y tiene las características
que toma de éste: representa una extensión mensurable en una sola dimensión, es una línea.

Capítulo II
Inmutabilidad y mutabilidad del signo.
1. Inmutabilidad
Con la relación de la idea que representa, aparece el significante como elegido libremente, es libre; pero
viéndolo desde la relación con la comunidad lingüística que se lo emplea, no es libre, es impuesto. A la
masa social no se le consulta ni el significante elegido por la lengua y a su vez éste tampoco podría ser
reemplazado por otro. El individuo será incapaz de modificar un signo lingüístico, la masa está atada a
la lengua tal cual es. En cualquier época que elijamos, podemos ver la lengua como una herencia de la
época precedente, a pesar de que no podemos comprobar el momento exacto en que se estableció un
contrato entre los conceptos y las imágenes acústicas. Mientras tanto, las modificaciones de la lengua no
están ligadas a la sucesión de generaciones que se mezclan, se interpenetran y cada una contiene individuos
de todas las edades. Un estado de la lengua dado siempre es el producto de factores históricos y esos
factores son los que explican porqué el signo es inmutable. El carácter arbitrario del signo hace que éste
sea inmutable. También la multitud de signos necesarios para constituir cualquier lengua. El carácter
demasiado complejo del sistema. La resistencia colectiva a toda innovación lingüística.

Hay que tener en cuenta 4 consideraciones: (respuesta 3_3)

10
1. El carácter arbitrario del signo pone a la lengua al abrigo de toda tentativa que pueda modificarla de modo
que la masa no podrá discutirla.
2. La multitud de signos necesarios para construir cualquier lengua, es decir que por más que haya veinte o
cuarenta letras o las que sean, siempre se podrá combinar.
3. El carácter demasiado complejo del sistema, el cual es tan grande y profundo que no se lo puede
comprender más que por la reflexión.
4. La resistencia de la inercia colectiva a toda innovación lingüística. Teniendo en cuenta que todos los
individuos se sirven de la lengua durante todo el día, ésta es inmodificable.
La lengua está situada en el tiempo y el signo es arbitrario porque no conoce otra ley que la tradición
y, precisamente por estar fundido en la tradición, puede ser arbitrario.

2. Mutabilidad. El signo está en condiciones de alterarse porque se continúa. Esta es una consecuencia
de lo arbitrario del signo: la lengua es radicalmente incapaz de defenderse contra los factores que
desplazan la relación significante y significado. El tiempo altera más o menos rápidamente los signos
lingüísticos mientras que a veces asegura la continuidad de la lengua de modo que, con esto, se
puede hablar de la inmutabilidad y la mutabilidad del signo.
El signo está en condiciones de alterarse porque se continúa; el principio de alteración se funda en el
principio de continuidad. Sin importar los factores de alteración ni si obran aisladamente o combinada,
siempre conducen a un desplazamiento de la relación entre significado y significante.
Una lengua es incapaz de diferenciarse contra los factores que desplazan minuto tras minuto la relación entre
significado y significante. Esa es una de las consecuencias de la arbitrariedad del signo, esta arbitrariedad
es la que separa radicalmente a la lengua de todas las demás instituciones. La lengua se alterna, o mejor:
evoluciona, bajo la influencia de todos los agentes que pueden alcanzar los sonidos o los
significados.
Las causas de la continuidad están a priori al alcance de observador, no pasa lo mismo con las causas de la
alteración a través del tiempo: el tiempo altera todas las cosas y no hay razón para que la lengua se escape
de esta ley universal.

La lingüística estática y la lingüística evolutiva.

1. La dualidad interna de todas las ciencias que operan con valores.


Pocos lingüistas se dan cuenta que la intervención del factor tiempo es capaz de crear a la lingüística
dificultades particulares y que coloca a su ciencia ante dos rutas absolutamente divergentes, cada una con
su principio propio.
En la lingüística hay dos ejes:

Eje de similitudes (A-B): Relaciones entre las cosas existentes donde está excluida
toda intervención de tiempo.
Eje de sucesiones (C-D): Nunca se puede considerar más de una cosa por vez, pero
sí donde están situadas todas las cosas de primer eje con sus cambios respectivos.

Mientras un valor tenga por uno de sus lados la raíz de las cosas y sus relaciones
naturales, se puede hasta cierto punto seguirlo en el tiempo, aunque sin olvidar nunca
que cada momento depende de un sistema de valores contemporáneos. Su
vinculación con las cosas le da, a pesar de todo, una base espiritual y por eso las apreciaciones que se le
apliquen nunca son completamente arbitrarias; su variabilidad es limitada. Cuanto más complejos y
rigurosamente organizado sea un sistema de valores, más necesario es, por su complejidad misma, estudiarlo
sucesivamente según sus dos ejes. La multiplicidad de signos nos prohíbe en absoluto estudiar
simultáneamente sus relaciones en el tiempo y sus relaciones en el sistema.
De este modo, la lingüística se divide en dos:
Lingüística sincrónica (evolución) Aquí se estudian distintos fenómenos en un mismo tiempo determinado,
referida al aspecto estático de esta ciencia,
Lingüística diacrónica (lingüística evolutiva) Aquí se estudia un mismo fenómeno en distintos momentos
diferentes relacionada a las evoluciones.
Este entrecruzamiento de éstos dos órdenes se da ante el mismo objeto: una oposición.

2. La dualidad interna y la historia de la lingüística.


Para el sujeto hablante, su secesión en el tiempo es inexistente: el hablante está ante un estado. Lo
mismo para la lengua: no se la puede describir ni fijarle normas para el uso más que colocándole el lingüista
en un estado determinado.
Desde que existe la lingüística moderna, se puede decir que ha estado totalmente absorbida en la diacronía.

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La gramática tradicional ignora partes enteras de la lengua, cree que debe promulgar la hablada, lo que hace
que sea considerada “no científica”. Después de conceder lugar excesivo a la historia, la lingüística volverá al
punto de vista estático de la gramática tradicional, pero con espíritu nuevo y otros procedimientos, y así el
método histórico habrá contribuido a ese rejuvenecimiento.

3. La dualidad interna con ejemplos.?


La oposición entre dos puntos de vista diferentes (sincrónico y diacrónico) es absoluta y no tolera
componendas. La relación entre un singular y un plural, sean cuales fueren las formas, pueden
expresarse en todo momento por un eje horizontal. Y los ejes que pasen de una forma a otra se
situaran en un eje vertical . Estos hechos diacrónicos no tienen en manera alguna por meta señalar
que un valor mediante otro signo, no tienden siquiera a cambiar el sistema.
La lengua no es un mecanismo creado y ordenado con vista a los conceptos a expresar, por el contrario el
estado de cambio no estaba destinado a marcar las significaciones que impregna. La Lengua es un sistema
en que todas sus partes pueden y deben ser coicideadas en su solidaridad sincronica. Cada ateracion tiene
su repercucion en el sistema

La materia de la lingüística es todo el lenguaje humano.

La tarea de la lingüística son 3


a) descripción e historia de todas las lenguas
b) Buscar las fuerzas que entran en juego en todas las lenguas y deducir las leyes generales
c) delimitarse y definirse ella misma.
La utilidad de la lengua es ayudar a aquellos que manejan textos escritos como pueden ser los historiadores o
para la cultura general.

El fenómeno lingüístico – Cómo se aborda el lenguaje;


1) Los sonidos no existirían sin los órganos vocales.
2) El sonido es un instrumento del lenguaje, no existe por si mismo.
3) El lenguaje tiene un lado individual y un lado social, no se concibe uno sin el otro.
4) El lenguaje implica un sistema establecido y a la vez una evolución.

La lengua. Esta es una determinada parte del lenguaje, es un objeto de naturaleza concreta. Es una
convención social adoptada por el cuerpo social. Es una totalidad en sí y un principio de clasificación. La
lengua es la parte social del lenguaje exterior al individuo; que por si solo no puede modificarla
El habla Es individual. Accesorio

Lenguaje Articulado. Es la subdivisión de la cadena hablada en sílabas, o bien las subdivisión de la cadena
de significantes en unidades significativas.

(2_14)Carácter lineal del significante. Por ser de naturaleza auditiva, se desenvuelve en el tiempo
únicamente y tiene los caracteres que toma del tiempo
a) representa una extensión
b) esa extensión es mesurable en una sola línea.
Se comprueba que es imposible emitir dos signos a la vez.

DISCURSO Y REALIDAD: LAS PALABRAS Y LAS COSAS EN LA ANTIGÜEDAD _ Ricardo Etchegaray

Los pueblos antiguos no conciben la independencia de la palabra que nombra y la cosa nombrada. La palabra
es real, es cosa, y por ello, eficiente, operativa, ejerce poder. Nombrar las cosas es ejercer poder sobre ellas,
es dominarlas; por eso el Dios de los hebreos no puede ser nombrado, ya que, lo dominaría. En Grecia se crea
la oratoria (el arte de hablar), y la retórica (el arte de embellecer la palabra, haciéndola conmovedora,
persuasiva y eficiente), principalmente como un instrumento de lucha en la asamblea.
La palabra llega a ser así el instrumento político por excelencia, de debate, discusión y argumentación.
Este rasgo característico implica una relación profunda entre política y logos. El término logos puede
traducirse por palabra, pero también por razón. Es decir, que la palabra tiene tanta importancia porque
expresa el orden de lo real, y este orden es al que llamaríamos razón. Heidegger la palabra logos, “reunir”,
“juntar”, “colectar” o “coleccionar”; de modo que podría entenderse la reunión de lo real en el discurso.

12
El mito; Las historias de la filosofía oponen el mito a la filosofía, mythos a logos7 El término mythos suele ser
traducido por «mito» o «relato mítico» y significa, etimológicamente, «palabra». Curiosamente, el significado
etimológico de logos, es también «palabra». Hay una semejanza entre los dos términos, pero también ciertas
diferencias. algunas serian:
a) Mythos alude a la palabra oral, a la palabra que es pronunciada y oída. La escritura es algo que todavía no
cuenta, por lo que la retención de las palabras sólo es posible por la memoria. Logos en cambio, alude a la
palabra escrita, y de ese modo fijada.
b) Desde el momento en que mythos es siempre oral, supone siempre una participación emocional y
comprensiva del oyente, en la que no hay separación de lo objetivo y lo subjetivo. Lo que mythos relata es lo
real, o mejor aún: el modelo ejemplar de lo real, no un mero «cuento», ni una ocurrencia, el mito se vive. Logos,
en cambio, separa netamente lo emocional, lo afectivo, lo subjetivo, de lo real y verdadero. Logos supone una
separación, una abstracción, una «geometrización» de la naturaleza.
c) Mythos relata una historia sagrada, un acontecimiento ocurrido durante el «tiempo primordial», en el
«origen» en el que se desenvuelve la obra de seres sobrenaturales. Por ello, es un tiempo sagrado. Logos
supone un proceso de desacralización de lo real y de la palabra que relata lo real y lo «explica». Mientras
que el mito relata la «génesis» de lo real, la filosofía busca hacer manifiesto su «principio».
d) Mythos manifiesta la génesis de las cosas: “cuenta cómo, gracias a las hazañas de los Seres
Sobrenaturales, se narra cómo algo ha sido producido. Conocer el origen, es ejercer un poder mágico sobre
ellas.
e) La palabra mítica debe ser rememorada, puesto que no está fija en la escritura; pero además debe ser
reactualizada periódicamente, por el rito
Cualquiera sea la definición de mito que se adopte, debe siempre contener los siguientes caracteres:
1) El contenido del mito es un suceso enunciado no como mera ficción, sino como algo real acontecido en el
«tiempo primordial».
2) Tampoco se trata de hechos indagados (historie), conocido por testimonios o documentos; sino que es algo
que se dice, se relata, y que se acepta como real.
3) Narra un suceso que aconteció en el «tiempo primordial», distinto del cotidiano, y indeterminado (no podría
fecharse «históricamente»).
4) Narra una historia sagrada; sus protagonistas son dioses, semidioses y héroes: seres sobrenaturales.
5) Esa historia conlleva una cierta ambigüedad, una indiferenciación de planos, por ejemplo entre lo divino y lo
natural o lo social.
6) La narración mítica legitima los modos de comportamiento actuales, en tanto que «lo que se debe hacer» está
determinado por la tradición.

El Cratilo de Platón
(respuesta 1_6)
El diálogo “Cratilo” tiene por objeto desarrollar el problema del lenguaje y su relación con los seres. Es
una investigación que llama una «ciencia de los nombres», que como toda cosa bella es difícil de conocer.
Como en sus otros diálogos, Platón de deja pasar la oportunidad de criticar, por boca de Sócrates, las
posturas de los sofistas: comienza advirtiendo, cuando le invitan a expresar su pensamiento acerca de lo
propio de los nombres, que si hubiese podido asistir a las clases del sofista en casa de Pródico y pagar su
costo, todo lo que deseaba saber acerca del tema le hubiera sido comunicado. Contraponiéndose a este
modo de conocimiento, Sócrates acepta buscar la verdad junto con los otros, compartiendo el esfuerzo y el
riesgo de la investigación. Según su postura, la verdad debe ser poder sostenerse argumentativamente,
dia-lógicamente.

(respuestas 1_4 y 1_3)


Se enfrentan dos posturas: (1) Cratilo sostiene la tesis de que existe una denominación propia (nombres
propios, apropiada a su naturaleza) y natural para cada uno de los seres, que hay “una manera fija y precisa
de denominar” y que es la misma para todos los hombres. La naturaleza le ha dado a los hombres un
«sentido propio», una capacidad consistente en nombrar las cosas. El nombre propio de cada ser no resulta

7
7.El enfrentamiento explícito entre mythos y logos se da en la época de los sofistas, cuando se destaca el valor de logos como razón y
razonamiento, y se lo pone como fundamento y criterio de la verdad.
La conciencia europea moderna, y especialmente la científica, ha surgido en oposición y lucha contra las formas de saber basadas en la
autoridad y en el dogma. Lo propiamente moderno consiste en una búsqueda de autofundamentación y una actitud crítica respecto de
cualquier otra base para el saber, que incluía por igual la fe, la religión, las creencias y los mitos.
Hacia la segunda mitad del siglo pasado llegó a prevalecer una interpretación de la historia de la cultura (el positivismo) que expresaba el
punto extremo de una tendencia a desvalorizar lo mítico. Los positivistas considera ban que el desarrollo de la ciencia abría un abismo
histórico respecto a cualquier saber anterior y descubrían las raíces de la ciencia moderna, en tanto que pensamiento racional, en la filosofía
que se había originado en Grecia. De esta manera, lo mítico y lo religioso terminaron por excluirse del ámbito del pensamiento. En este
último tiempo, junto con la crisis de los fundamentos de la ciencia, ha entrado en crisis esa concepción positivista.

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de la convención o del acuerdo entre los hombres o entre los miembros de una comunidad; por esa razón, se
suele convenir en llamar a alguien con un nombre que no es propio8.
(2) Hermógenes afirma, por su parte, que “la naturaleza no asigna nombre alguno a los objetos como cosa
que les sea absolutamente propia e insustituible, sino que más bien se trata de un asunto de uso y costumbre
entre aquellos que suelen estar encargados de dar los nombres”9, de lo cual se inferiría que alguien pueda dar
a una cosa un nombre distinto al que utilizan todos los demás, ya que hay cosas que tienen distintos nombres
en distintas polis griegas
(Respuesta 1_2)
Sócrates examina en primer lugar si hay algo a lo que se llama “decir verdad” y algo a lo que se llama “decir
mentira [falso]”, entonces hay “discursos verdaderos y discursos falsos”.“es posible decir mediante el discurso
lo que es y lo que no es”. De lo anterior se deriva que si un discurso es verdadero, también lo serán sus
elementos componentes más simples10, y si es falso, sus componentes lo serán también. Si hay discursos
verdaderos y discursos falsos, entonces la tesis de Protágoras es falsa. Para que haya discursos
verdaderos y discursos falsos es necesario las cosas tengan “por sí mismas y de un modo
permanente un cierto modo de ser, que no es ni relativo a nosotros ni dependiente de nosotros.
Sócrates advierte que no solamente las cosas tienen una naturaleza propia, sino también las acciones
(como, por ejemplo, «cortar»). Todas las acciones requieren de instrumentos para «nombrar» es el nombre,
“que sirve para instruir y para distinguir la realidad”. El nombre es un instrumento para el nombrar, por
medio del cual “nos enseñamos algo los unos a los otros” Los instrumentos (los nombres) le son provistos
al «instructor» [al maestro] por el nomos (costumbre, habito, norma ley), que es la obra del legislador. Todo
artesano construye sus instrumentos sobre el modelo de la cosa propiamente dicha [la idea, lo que es en sí
mismo] y la naturaleza de todo es instrumento es ser apropiada al objeto a que se aplica. Análogamente, los
nombres se construirán según lo que resulte naturalmente adecuado a la cosa nombrada.
Se arriba de este modo a una primer conclusión provisoria: Hay muchas probabilidades de que la tesis de
Cratilo de que “los nombres pertenecen naturalmente a las cosas y que no todo el mundo está en condiciones
de hacer de artesano del nombre, sino tan sólo aquellos que, sin apartar los ojos del nombre natural de cada
objeto, son capaces de dar forma a las letras y las sílabas”.
Sócrates muestra, a continuación, cómo el nombre de Héctor contiene la esencia de lo nombrado (ser hijo de
un rey y, por tanto, de naturaleza real), pues, en general, “los seres cuya generación es conforme a la
naturaleza deben recibir los mismos nombres”. Una larga lista de etimologías continúa el análisis del
significado de Héctor, que termina por hacer exclamar a Hermógenes: «Verdaderamente, Sócrates, diríase
oyéndote que, como los inspirados, súbitamente empiezas a lanzar oráculos» (crítica análoga a la referida
contra Heidegger en nuestros días, que se vale de la misma metodología).

PROBLEMA DE LA LINGÜÍSTICA GENRAL . Emile Benveniste (respuesta 4_9 4_5 3_6 3_10 3_11)

La teoría de los signos lingüísticos, procede de Saussure. El enseño que la naturaleza del signo es arbitraria,.
Se llama signo al resultante de la asociación de un significante (imagen acustica) y de un significado
(consepto) . El nexo que une el significante con el significado es arbitrario, el signo linguistico lo es, esto lo
prueba la existencias de lenguas diferentes. Por arbitrario el autor entiende que “es inmotivado, es arbitrario
en relación con el significado, con el cual no tiene nexo ninguno natural en la realidad, las nociones varían en
tiempo y espacio, y con aquella no tiene ninguna relación necesaria.
Saassure toma el signo linguistico como constituido por significante y significado, y etiende por
significado el concepto. Este signo lo que une es un concepto con una imagen acústica, el signo es
arbitrario por que no tiene nexo con la realidad. La lengua es forma, no substancia, por lo tanto la
lingüística es ciencia de las formas exclusivamente, El concepto de substancia es inadecuado porque supone
un lazo fijo entre los elementos combinados, pero la relación entre la masa amorfa del pensamiento y la masa
amorfa de los sonidos es arbitraria. No hay ningún contenido que corresponda naturalmente a un grupo de
sonidos, ni a un concepto. La combinación de las dos masas delimita una forma, elabora unidades
definidas, articula. Mientras que Saussure ha planteado el principio de que la lingüística es exclusivamente
ciencia de las formas, “sólo si se piensa en el animal buey, en su particularidad concreta y «substancial» se
tiene fundamento para juzgar «arbitraria» la relación entre su significante francés o por una parte, /oks/ , su
significante suizo, por la otra, y una misma realidad”. Sobre esta base, Benveniste sostiene que el nexo
entre el significante y el significado no es arbitrario sino necesario. “El concepto («significado») buey es
por fuerza idéntico en mi conciencia, al conjunto fónico («significante)/oks/. Los dos juntos han sido impresos
en mi espíritu; juntos se evocan en toda circunstancia. Hay entre ellos simbiosis tan estrecha que el
8
Por ejemplo, el nombre de Hermógenes (hijo de Hermes, la divinidad del comercio y la riqueza) no es apropiado para alguien que no
es rico. Por eso, Cratilo se burla de Hermógenes, tomándolo como ejemplo de su propia postura de que los nombres convencionales no
se corresponden con la naturaleza de los seres.
9
Platón, dice: “La naturaleza no ha dado nombre a ninguna cosa: todos los nombres tienen su origen en la ley [nomos] y el uso, y son
obra de los que tienen el hábito de emplearlos”.
10
Sócrates afirma, de acuerdo con Hermógenes, que la parte más pequeña del discurso es el nombre.

14
concepto «boeuf» [significado] es como el alma de la imagen acústica /bö/f [significado]. El espíritu no
contiene formas vacías, conceptos innominados. Por ende, lo que es arbitrario es que tal signo, y no tal
otro, sea aplicado a tal elemento de la realidad, y no a tal otro. En este sentido, y sólo en éste, es
permisible hablar de contingencia”.
El pensamiento para Saussure es una masa amorfa e indistinta, sin auxilio de los signos, seria imposible
distinguir claramente dos ideas, el pensamiento es una nebulosa en donde nada esta necesariamente
delimitado, no hay ideas preestablecidas, nada antes de la aparición de la LENGUA.
El significante es la traducción fónica de un concepto, el significado es el correlato mental del significante,
esta correlación asegura la unidad estructural del sigo lingüístico.” La lengua no puede aislarse del
sonido del pensamiento”
Problema metafísico (respuesta 3_12)
Seria el problema entre el espíritu y el mundo, que por ahora los lingüistas no lo abordan, Sientan una relación
arbitraria, como manea de defenderse, contra esta cuestion y contra la solución del sujeto parlante

Consecuencia de la arbitraridad del signo(respuesta 3_13)


La inmutabilidad, porque siendo arbitrario, no puede ser puesto en tela de juicio en nombre de una norma
razonable y mutabilidad, porque siendo arbitrario siempre es susceptible a alteraciones.
Otro problema importante que es afectado directamente por la definición de signo es el valor. Si se considera
el signo en sí mismo, en tanto, portador de un valor, la arbitrariedad queda necesariamente eliminada. Ya que
el valor es un elemento del signo, el signo tomado en sí mismo no es arbitrario, como se cree haber
demostrado, el valor es relativo, su relación no puede depender de la naturalza “arbitraria” del signo. No
debe considerarse el valor más que como un atributo de la forma, no de la substacia, Decir que el valor es
relativo entonces es decir que son relativos con respecto de los unos a los otros, todos los valores
son de oposición y no se definen más que por su diferencias, opuestos mantienen una mutua relación de
necesidad.
EL SIGNO ELEMENTO PRIMORDIAL DEL SISTEMA LINGUISTICO ENCERRA UN SIGNIFICANTE Y UN
SIGNIFIDO CUYO NEXO DEBE SER RECONOCIDO COMO NECESARIO, POR SER ESTOS DOS
ELEMENTOS CONSUSTANCIALES UNO DEL OTRO. EL CARÁCTER ABSOLUTO DEL SIGNO ASI
ENTENDIDO, RIGE A SU VES LA RELACION DIALECTICA DE LOS VALORES EN CONSTANTE
OPOCICION Y FORMAN EL PRINCPIO ESTRUCTURAL DE LA LENGUA. RESTAURANDO LA
VERDADERA NATURALEZA DEL SIGNO EN EL CONDICIONAMIENTO INTERNO DE SISTEMA, SE
AFIANZA MAS ALLA DE SAUSSURE, EL RIGOR DE PENSAMIENTO SAUSSORIANO.

La representación del mundo en el niño. Jean Piaget

El niño se le toma como un ser realista, ya que el cree que el pensamiento está ligado a su objeto, que los
nombres se ligan a las cosas que han sido nombradas y que los sueños son exteriores. Este realismo se
considera espontáneo e inmediato. Realismo y conciencia. El niño es un tanto conciente de lo que contienen
sus sueños. Estos están ligados a un deseo o sentimiento. Piaget menciona que el pensamiento del niño
tiene todas las apariencias del realismo pues ignora la existencia del yo y toma la perspectiva propia por
objetiva y absoluta; el niño es realista porque ignora la existencia del sujeto y la interioridad del
pensamiento.

Realismo nominal: Se habla de la cuestión de los nombres, sus origenes , se les dan las distintas
interrogantes que tienen los niños con respecto al origen de los nombres de las cosas, igualmente,
se cuestiona el lugar de los nombres, por ejemplo, hacia los seis años, el nombre de las cosas esta
en las cosas mismas; hacia los siete años, el nombre de las cosas se encuentra en todas partes, o
tal vez en ninguna, y hacia los 9 años, los nombres de los cosas se encuentran en nuestra voz, la
cabeza y el pensamiento. Por otro lado cabe destacar el valor intrínseco de los nombres a saber si
son sólo unos signos cualquiera o si se les ha asignado algún valor lógico.

Piaget dice que para el niño, pensar es manejar palabras. En esta creencia están implicadas tres
confusiones: existe en 1er lugar, la confusión del signo y la cosa; 2do, se encuentra la confusión de
lo interno y lo externo: el pensamiento está considerado como situado tanto en la boca como en el
aire; y 3er lugar, hay confusión de la materia y el pensamiento: se considera el pensamiento como
un cuerpo material, una voz, un soplo.

Hay 3 etapas;

Primera etapa: (5-6 años) el niño creo que sabemos los nombres de las cosas simplemente al mirarlas; basta
con ver el sol para descubrir que se llama sol.

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Segunda etapa; (6-8 años) el niño pretende que Dios nos ha dicho el nombre de ls cosas
Tercera etapa; (9-10 años) el niño descubre que los nombres han debido transmitirse de padres a hijos desde
el momento en que se inventaron

Conforme desaparecen dichas confusiones nacen tres dualismos.* Hasta los siete-ocho años
aproximadamente los nombres surgen de las cosas, se les descubre con sólo mirar las cosas,
pues están en ellas. Esta primera forma de confusión del signo y la cosa desaparece hacia los siete-
ocho años.* La desaparición de la confusión de lo interno y lo externo se da entre los nueve-diez
años, cuando los nombres son situados en la cabeza. *A los once años es el momento en que se
tiene por inmaterial el pensamiento.

Nocion de pensamiento; se distinguen tres etapas:

La primera etapa se da en los niños de 6 años. En la primera etapa, el niño "piensa con la boca", es lo que el
cree y se da como algo meramente espontáneo. El pensamiento es concebido como una voz.
En la segunda etapa, el niño el niño piensa con la cabeza, pero esta ligada a una voz que s encuentra en
ella. Esta se da hacia los 8 años. La noción de pensamiento es confundida con la noción de voz.
En la última etapa, muy ligada a la segunda, el niño, a la edad de 11 años " desmaterializa" el pensamiento.
En estas ultimas dos etapas cabe destacar la intervención de un adulto.

División de los signos El estudio de los signos. Peirce y Saussure - Alejandra Vitale

Capítulo 1. La semiótica de Peirce


La semiótica de Peirce tiene una perspectiva filosófica, pues constituye una teoría de la realidad y del
conocimiento que podemos tener de ella por el medio exclusivo del que disponemos: los signos. El único
pensamiento que puede conocerse es pensamiento en los signos, no se puede pensar sin signos.
La semiótica tiene por objeto de estudio a la semiosis, que es el instrumento de conocimiento de la
realidad, es un proceso triádico de inferencia mediante el cual a un signo (llamado representamen) se
le atribuye un objeto a partir de otro signo (llamado interpretante) que remite al mismo objeto. La
semiosis es una experiencia que hace cada uno en todo momento de la vida, mientras que la semiótica
constituye la teoría de esa experiencia, cuyos componentes formales son el representamen, el objeto y el
interpretante.

El signo (respuesta 5_5)


El signo en Peirce recibe el nombre técnico de representamen, es una "cualidad material", que está en el
lugar de otra cosa, su objeto, de modo que despierta en la mente de alguien un signo equivalente o más
desarrollado al que se denomina interpretante, que aclara lo que significa el representamen y que a su vez
representa al mismo objeto.
Peirce mismo define al signo del siguiente modo:
"Un signo o representamen, es algo que, para alguien, representa algún aspecto. El cual se dirige a alguien,
esto es, crea en la mente de esa persona un signo equivalente. El signo está en lugar de algo, su objeto… no
en todos los aspectos, sino como referencia de una idea, que... he llamado el fundamento del
representamen…”
Esta definición implica que existen tres condiciones para que algo sea un signo:
1) Condición necesaria pero no suficiente: el signo debe tener cualidades que sirvan para distinguirlo.
2) Segunda condición necesaria pero no suficiente: el signo debe tener un objeto, aunque la relación del
representamen con el objeto no basta para hacer de uno el signo de otro. Para ello es necesario un
interpretante.
3) Tercera condición necesaria y suficiente: la relación semiótica debe ser triádica, comportar un
representamen que debe ser reconocido como el signo de un objeto a través de un interpretante.

El interpretante
Es otro signo, o sea otra representación, que se refiere al mismo objeto que el representamen y que puede
asumir diversas formas:
* Un signo equivalente de otro sistema semiótico. Por ejemplo, el interpretante de la palabra "perro" puede ser
el dibujo de un perro, es decir un signo de otro sistema semiótico .
* Una definición ingenua o científica formulada en el mismo sistema de comunicación, en la misma lengua que
en la que es construido el representamen. Por ejemplo, para el representamen "sal" el interpretante puede ser
"cloruro de sodio".
* La traducción del término a otra lengua.

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* La traducción del término a otro de la misma lengua mediante un sinónimo. Por ejemplo, "remedio" para
"medicamento".
* Una asociación emotiva con un valor fijo. Por ejemplo, el interpretante de la palabra "perro" puede ser
"fidelidad".
La interpretación de un signo como la entiende Peirce es la traducción de un signo en otro signo, el
interpretante, que se corresponde con el significado del primer signo. El significado es, en su acepción
primaria, la traducción de un signo a otro sistema de signos.
Se pueden distinguir tres interpretante de un signo: el interpretante inmediato, el interpretante dinámico y el
interpretante final.

a. El interpretante inmediato
El interpretante inmediato es el concepto o significado que comporta todo signo independientemente de su
contexto y de las circunstancias de su enunciación. Está implícito, es una abstracción: consiste en una
Posibilidad, no existe en el plano concreto. Permite relacionar un signo con un objeto sin considerar una
situación comunicativa concreta en la que dicho signo aparezca, por ello Peirce afirma que se trata de una
abstracción y de una posibilidad. Es del orden de la primeridad.
b. El interpretante dinámico
Se trata del efecto particular que un signo provoca en la mente de un intérprete en una situación concreta de
enunciación, en un contexto determinado de utilización. Consiste en el efecto directo realmente producido
en el “aquí y ahora”por un Signo en su Intérprete, que lo convierte en un evento singular y real. Es del
orden de la segundidad.
c. El interpretante final
Presupone a los otros dos tipos de interpretantes (inmediato y dinámico). Es el interpretante pensado
como un hábito que hace posible la interpretación recurrente y estable de un signo. Por un lado, se trata del
hábito que consiste en atribuir a un representamen un objeto y, por otra parte, del interpretante que despierta
la unanimidad de los eruditos en un campo del conocimiento. El interpretante final permite que ante un
signo "cualquier mente" llegue a un "único resultado interpretativo". El interpretante final es también la
regularidad en la disposición a actuar en el mundo y a intervenir en las cosas que un signo despierta en su
intérprete. El interpretante final del signo conformado por la luz roja del semáforo, entonces, será el
hábito de detenerse.
El interpretante inmediato (el interpretante pensado como concepto), el interpretante dinámico (el
interpretante pensado como electo real en el intérprete) y el interpretante final (el interpretante
pensado como hábito) son tres instancias de la interpretación de un signo que funcionan
simultáneamente en un acto de semiosis.

El principio del pragmatismo


En un primer momento, Peirce utilizó el término "pragmatismo" para referirse a su principio según el cual la
creencia en la verdad de un concepto determina hábitos de conducta.
La creencia en la verdad del concepto de estufa como objeto que calienta un ambiente desarrolla el hábito de
conducta que consiste en prender una estufa cuando hace frío. Para el pragmatismo el Interpretante
Inmediato de todo pensamiento propio es la Conducta, el pragmatismo hace que la esencia de cada
concepto sea presentada dentro de una influencia sobre posibles conductas. El Significado lógico de
los conceptos se encarna en hábitos generales de conducta.

El objeto (Respuesta 5_10)


Peirce hace hincapié en que para que algo sea un signo "debe 'representar' a otra cosa, llamada su
Objeto. Cuando se desea distinguir entre aquello que representa y el acto o relación de representar, lo
primero puede ser llamado el 'representamen' y lo segundo la 'representación'".
Para atenuar las dificultades de su estudio, Peirce se refiere a los signos como si tuvieran un único
objeto, pero aclara que un signo puede tener más de un objeto ("objeto complejo"
A su vez, Peirce distingue en el objeto dos tipos:
El Objeto Inmediato, (interior a la semiosis) es el Objeto tal como es representado por el Signo mismo.
El Objeto Dinámico (exterior a la semiosis) es la Realidad que, por algún medio, arbitra la forma de
determinar el Signo a su Representación. El objeto dinámico tiene una existencia independiente respecto
del signo que lo representa pero para que el signo pueda representarlo, este objeto debe ser algo conocido
para el intérprete, debe tener de él un conocimiento colateral que es el resultado de semiosis anteriores.
El objeto tiene también la naturaleza de un signo, dado que pensamiento y signo son en Peirce
equivalentes.
En síntesis, el objeto dinámico es el objeto de una realidad que tiene una existencia independiente de la
semiosis, pero para que el signo pueda decir algo de él es necesario eme ya haya sido objeto de semiosis

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anteriores a partir de las que el intérprete tiene un conocimiento de dicho objeto, que es, por ello, concebido
también como un signo.
Los tres componentes formales de la semiosis (representamen-objeto-interpretante) son signos.

El fundamento
Peirce afirma que el signo representa a su objeto "no en todos los aspectos, sino sólo con referencia a una
suerte de idea", que ha llamado el fundamento del representamen. Dicho fundamento es uno o varios
rasgos o atributos de un objeto que permiten identificarlo, es decir, los rasgos distintivos que lo
diferencian de otros objetos.
Es el fundamento del representamen lo que construye al objeto inmediato, es decir que el signo instituye
al objeto inmediato por medio del fundamento. Eco afirma que el fundamento es "un atributo del objeto en la
medida en que dicho objeto se ha seleccionado de determinada manera y sólo algunos de sus atributos se
han elegido como pertinentes para la construcción del objeto inmediato del signo". El fundamento es
un componente del significado del signo, entendido como la suma de rasgos semánticos que
caracterizan su contenido. Para Eco, el fundamento, el significado y el interpretante de un signo "son, de
hecho, una misma cosa", pues sería imposible definir al fundamento si no es en cuanto significado, y definir
algún significado como no sea en forma de una serie de interpretante.

La semiosis infinita (respuesta 5_9)


Los componentes formales de la semiosis son el representamen, el objeto y el interpretante. Dado que el
interpretante es también un signo, está en lugar de un objeto y remite a su vez a un interpretante. Este
interpretante es, asimismo, un signo, que está en el lugar de un objeto y está ligado a un interpretante, que es
un signo, y así de modo ilimitado. Un signo, no está aislado, sino que integra una cadena de semiosis: cada
signo es a la vez interpretante del que lo antecede e interpretado por el que le sigue. Como todos los
pensamientos son signos, también se remiten unos a otros. A su vez, como todo conocimiento es una
relación entre signos, Peirce postula que todo conocimiento está determinado por otros conocimientos.
Puesto que un interpretante es en general un signo más desarrollado que el representamen, la cadena
de la semiosis infinita determina un paulatino aumento del conocimiento sobre un objeto. Hay que
distinguir entre la semiosis infinita y la denominada "semiosis en acto", que le pone un término provisional a la
cadena cuando un interpretante final designa el objeto de un representamen en un acto semiótico particular.

Las categorías
La concepción triádica del signo en Peirce (representamen-objeto-interpretante) tiene como origen la
división triádica de las categorías, que son el objeto de reflexión de lo que Peirce denomina faneroscopía
(es la descripción de lo que está frente a la mente o en la conciencia, tal como aparece).
Las tres categorías, son tres modos de ser del fanerón(o ideas), tres maneras en que el fanerón está
presente en la mente. Estos pueden ser pensados desde
Tres categorías: la Primeridad, la Segundidad y la Terceridad.
La categoría de primeridad implica considerar a algo tal como es sin referencia a ninguna otra cosa; a su vez,
esta vinculada con las ideas de libertad, posibilidad, indeterminación, comienzo, novedad. Peirce da como
ejemplo de primero a la cualidad tomada independientemente de cualquier realización existencial; en tanto tal,
es una pura posibilidad indeterminada. En el signo, el representamen (cualidad) se corresponde con la
categoría de primeridad.
La categoría de Segundidad implica considerar a algo tal como es pero en relación con otra cosa, es decir,
establecer una relación diádica que no involucre a una tercera cosa. Peirce vincula la categoría de
Segundidad con la idea de existencia y de hecho en bruto. En el signo, el objeto se corresponde con la
categoría de la segundidad, la de existencia, pero si nos limitáramos a la relación diádica entre un primero (el
representamen) y un segundo (el objeto) nos encontraríamos ante una relación sin regularidad.
La categoría de Terceridad es la que hace posible la ley y la regularidad. En el signo, el interpretante se
corresponde con la categoría de Terceridad, pues constituye una ley que pone en relación a un primero (el
representamen) con un segundo (el objeto) con el que él mismo está en relación.
(respuesta 5_11?)
El interpretante, como tercero, incorpora una auténtica relación triádica, pues establece:
a. La relación del primero (representamen) con el segundo (objeto)
b. Su propia relación con el segundo (objeto)
c. El hecho de que la relación entre el primero (representamen) y el segundo (objeto) es la misma que la del
segundo (objeto) con el tercero (interpretante).

Fundamento objeto e interpretante


La relación entre signo, objeto e interpretante debe ser triádica. Esta es una relación inevitable a
través de la cual cada componente adquiere sentido. Un signo debe representar algo en algún aspecto,

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para algún intérprete, para que pueda ser tomado como signo. Ésta es la condición triádica.
La gramática semiótica estudia las formas en las que un objeto puede ser signo. El camino que recorre
para convertirse en signo expresa las características formales del signo.

Lógica, en su sentido general sólo es, otro nombre para la Semiótica, doctrina "cuasi-necesaria", o formal, de
los signos. Al describir la doctrina como cuasi-necesaria, o formal, quiero decir que observamos las
características de tales signos como los conocemos, y de tal observación, por medio de un proceso que
no me opongo a llamar Abstracción, somos llevados a afirmaciones, eminentemente falibles y, en un
sentido de ninguna manera necesarias, sobre lo que han de ser las características de todos los signos usados
por una inteligencia "científica", es decir, por una inteligencia capaz de aprender mediante la experiencia. En
cuanto a ese proceso de abstracción, es en sí mismo un modo de observación. El común de la gente
reconoce perfectamente la facultad que yo llamo 'observación abstractiva'1 Es una a cualquier ser
humano desear algo más allá de sus posibilidades presentes, y acompañar tal deseo con la pregunta:
"¿Desearía tal cosa de igual manera si tuviera los medios suficientes para lograrla? Para responder a esta
pregunta sondea su corazón, y al hacerlo emplea lo que denomino 'observación abstractiva'. Hace en su
imaginación una especie de esqueleto diagramático a grandes líneas, de sí mismo, considera qué
modificaciones requiere que se hagan en tal cuadro el estado hipotético de cosas, y luego lo examina,
lo, observa para ver si se discierne allí el mismo deseo ardiente. Por tal proceso, que en el fondo es muy
semejante al razonamiento matemático, podemos llegar a conclusiones sobre lo que sería verdadero de los
signos en todos los casos, siempre y cuando la inteligencia que los use sea científica.

1.. Un signo, o representamen, es algo que está por algo para alguien en algún aspecto o capacidad. Se
dirige a alguien, crea en la mente de esa persona un signo equivalente o, tal vez, un signo más desarrollado.
Aquel signo que crea lo llamo interpretante del primer signo. El signo está por algo: su objeto. Está por ese
objeto no en todos los aspectos, sino en referencia a una especie de idea, a la que a veces he
llamado fundamento, del representamen. "Idea" ha de entenderse aquí en una especie de sentido platónico
muy familiar en el habla cotidiana, el sentido en que decimos que un hombre toma la idea de otro, o en el que
decimos que, cuando un hombre recuerda lo que estaba pensando en un tiempo previo, recuerda la misma
idea, o en el que, cuando un hombre continúa pensando cualquier cosa, digamos por una décima de segundo,
en tanto que el pensamiento continúa concordando consigo mismo durante ese tiempo, es decir, teniendo un
contenido semejante, es la misma idea, y no es en cada instante del intervalo una idea nueva.

2.. (Respusta 5_11)

Como consecuencia de que cada representamen esté así conectado con tres cosas: el fundamento, el objeto
y el interpretante, la ciencia de la semiótica tiene tres ramas. La primera es llamada gramática pura. Tiene
como tarea indagar lo que debe ser verdadero del representamen usado por cada inteligencia científica para
que pueda incorporar cualquier significado. La segunda es la lógica propiamente dicha. Es la ciencia de lo que
es cuasi-necesariamente verdadero del representamen de cualquier inteligencia científica de tal manera que
pueda ser válido para cualquier objeto, es decir, que pueda ser verdadero. En otras palabras, la lógica
propiamente dicha es la ciencia formal de las condiciones de verdad de las representaciones. La tercera,
imitando el estilo kantiano de preservar antiguas asociaciones de palabras al buscar nomenclaturas para
nuevas concepciones, la llamo retórica pura. Su tarea es averiguar las leyes por las cuales en cada
inteligencia científica un signo engendra otro signo, y especialmente un pensamiento genera otro.

Resumidamente, usando un símbolo de abreviación, podemos decir que el propósito de los signos -que es el
propósito del pensamiento- es llevar la verdad a la expresión. La ley por la cual un signo debe ser verdadero
es la ley de la inferencia, y los signos de una inteligencia científica deben, por encima de las demás
condiciones, ser tales que se presten a la inferencia. En consecuencia, la relación ilativa es la relación
semiótica primaria y superior.

3.. Podría objetarse que decir que el propósito del pensamiento es llevar la verdad a la expresión es decir que
la producción de proposiciones, más que la de inferencias, es el objeto primario. Pero la producción de
proposiciones es de la naturaleza general de la inferencia, pues la inferencia es la función esencial de la
mente cognitiva.

Los signos y su carácter representativo. ICONO INDICE y SIMBOLO (5_7)


El carácter representativo del signo concierne a la relación o correlación entre el signo y el objeto y así
se establece una representación de ese objeto. Emplea el ground para establecer esa relación, y lo hace de
tres maneras esenciales. Si las características presentativas del signo son similares al objeto y por lo tanto

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establece si correlación con el objeto por esos medios, entonces el signo se llama ícono. Si los caracteres
representativos del signo son contiguos al objeto y en consecuencia establece su correlación con ese objeto
primariamente por esos medios, entonces el signo se llama índice. Por último, si el signo establece su
correlación con un objeto primariamente a través de las características convencionales o legales entonces el
signo es un símbolo. El símbolo esta conectado con su objeto “en virtud de la idea del símbolo que se empla
en la mente, sin cuya conexión no existiría”.

Enlaces utiles,

https://docs.google.com/document/d/1s6j2Ml-aNuktvC1sG8XSgeqMDNh9vwyY-I8MWnzAiUE/edit

https://docs.google.com/document/d/1RwxjOE6uwnhtowL1P577z80JTr-oGi8k8j-6C7xqv10/edit

http://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/1367/2.%20SAUSSURE.pdf?sequence=3

http://catedradelinguistica01.blogspot.com.ar/2007_11_01_archive.html

Preguntas sin contestar

UNIDAD I.
INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL LENGUAJE.
1_Platón. “Cratilo”
1. Resuma la tesis fundamental de Hermógenes sobre el lenguaje.
2_Ferdinand de Saussure. Curso de lingüística general. Selección de capítulos.
1. ¿Por qué las palabras no pueden tomarse como objetos de la lingüística?
2. ¿En qué (4) sentidos el fenómeno lingüístico es bifronte?
3. ¿Cuál es el objeto de la lingüística para Saussure?
5. ¿Qué lugar ocupa la lingüística en la clasificación de las ciencias?
6. ¿Qué es la semiología y cuál es su objeto?
8. ¿Cuáles son las (4) características de la lengua que posibilitan su constitución como objeto de la ciencia?
10. Explique la regla de la inmanencia (Ricoeur).
20. “El valor de un signo se determina menos por su contenido (significante o significado) que por su relación
con los términos vecinos”. Explique.
3_Émile Benveniste. Problemas de lingüística general I.
Capítulo IV “Naturaleza del signo lingüístico”
1 ¿Cuál es el objetivo del capítulo IV?
4. ¿Cuáles son los supuestos o principios de los que parte la crítica de Benveniste?
5. ¿Por qué razón se afirma que el razonamiento de Saussure está “falseado”?
7. ¿A qué causa se atribuye la “anomalía”de Saussure?
4_Émile Benveniste.
Capítulo VIII “Estructura en lingüística”
1. ¿Cuál es el objetivo del capítulo VIII?
2. ¿Por qué se considera a Saussure “precursor” del estructuralismo?
3. Explique el concepto de sistema y su vinculación con la lingüística.
7. ¿Qué quiere decir “adoptar el punto de vista del estructuralismo”?
8. Explique y ejemplifique la definición de estructura que da Lalande.
9. ¿Cuál es la definición “mínima” que propone Benveniste?
5_Charles Peirce. Selección de textos.

20
1. ¿Cuál es el punto de partida teórico de Charles Sanders Peirce?
2. ¿Cuáles son las tres primeras denominaciones para la semiosis (relación sígnica inherente a todo tipo de
conocimiento) propuestas por Peirce?
3. ¿Cuáles son los tres universos en los que se organiza la experiencia humana?
4. ¿Cuáles son los dos aportes fundamentales de Peirce para la constitución de la semiótica?
6. ¿Es el concepto de interpretante una dimensión psicológica del signo en la definición de Peirce? ¿Por qué?
Justifique su respuesta con citas del texto.
8. ¿Puede la realidad ser conocida en toda su pureza según Peirce?
12. ¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre Saussure y peirce? (Tenga en cuenta especialmente: a)
la lengua y b) el concepto de signo.

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