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INTRODUCCIÓN
3. Componentes Demográficos
3.1 Mortalidad
Resumen.
Glosario
Bibliografía
Introducción:
El envejecimiento de la población mundial es un proceso intrínseco de la transición
demográfica, que es el tránsito de regímenes de alta mortalidad y natalidad a otros de niveles
bajos y controlados. La disminución de la natalidad y el progresivo aumento de la esperanza
de vida de las personas impactan directamente en la composición por edades de la población,
al reducir relativamente el número de personas en las edades más jóvenes y engrosar los
sectores con edades más avanzadas.
En México, la transición demográfica se refleja en el aumento de 28.5 años en la esperanza
de vida al nacer, la cual paso en promedio de 47 a 75 años de 1950 a 2015. En 2010 la
expectativa promedio de vida fue de 75 años, para 2030 se estima que llegará a 78.8 años y
a casi 82 años en 2050, un nivel similar al que actualmente tiene Japón, el país que tiene la
mayor esperanza de vida en el mundo. Como ocurre en casi todos los países, las mujeres
mexicanas tienden a vivir más que los hombres. Se estima que la esperanza de vida de las
mujeres en 2050 se incremente a 83.6 años y a 79.0 años los hombres.
El proceso de envejecimiento demográfico de México no es reversible, pues los adultos
mayores de mañana ya nacieron. Las generaciones más numerosas, las nacidas entre 1960
y 1980, ingresarán al grupo de 60 años y más a partir de 2020. Esto se refleja en el aumento
de las proporciones de adultos mayores en las próximas décadas. En 2000 la proporción de
adultos mayores fue de alrededor de 7.0 por ciento. Se estima que este porcentaje se
incremente a 12.5 por ciento en 2020 y a 28.0 por ciento en 2050.
Estas transformaciones demográficas tienen profundas consecuencias para cada aspecto
de la vida individual, comunitaria, nacional e internacional. Suponen grandes desafíos para la
vida de las personas que van más allá de la simple adición de años, ya que adquieren
dimensiones muy complejas y multifacéticas. El aumento en la longevidad, tiene
repercusiones profundas para las cuestiones relativas a la calidad de vida, al envejecimiento
saludable, a la integración social y otras que requieren del apoyo de la seguridad social
durante toda la vida.
Dentro de este contexto, uno de los problemas actuales de los sistemas de protección social
es la necesidad de hacer frente a las consecuencias derivadas de una población mayor
cada vez más numerosa que necesita tener la suficiente cobertura de sus necesidades, ya
sean de salud, de pensiones o de servicios sociales. Esta dinámica supone una estructura de
gasto que exigirá en muchos casos de los correspondientes procesos de reforma de los
sistemas de seguridad social, en especial pensiones y salud para garantizar la viabilidad de
los mismos.
Son dos los aspectos que más interesa estudiar en esta unidad. El primero se relaciona con
los estudios técnicos necesarios para analizar las características de la población, y el
segundo tiene que ver con las consecuencias que una determinada estructura de población
tiene sobre los sistemas de Protección Social.
Por todo ello hay una pauta general en todos los países consistente en tomar medidas
correctoras que permitan anticipar el futuro en relación con la influencia de la demografía en
el equilibrio futuro de los sistemas de pensiones y de seguridad social. En algunos casos ello
implicará no solamente actuaciones coyunturales, sino también reformas integrales de los
sistemas.
2. Tasas Brutas y Específicas.
2.1 Conceptos Básicos
Cuando se analiza el comportamiento y evolución de una población, se pueden efectuar
determinados tipos de análisis demográficos cuantitativos, mediante índices elementales.
Uno de los principales componentes del análisis demográfico son las tasas o índices, a través
de las cuales se calcula la incidencia o frecuencia con que determinados fenómenos aparecen
o se producen en una población.
En los fenómenos que se tratan de describir poniendo en relación un suceso que se ha
producido en un momento determinado con una población considerada, existe una forma de
cálculo que consiste en establecer un cociente que mida el suceso en relación con la población
media del período, llamándose a esta medida “tasa”.
Las tasas, que se utilizan de una forma muy importante en demografía, están asociadas a la
variable tiempo, que desde el punto de vista demográfico tienen dos consideraciones distintas:
el tiempo como fecha, y el tiempo como duración. Una forma de centrar y entender la correcta
consideración del tiempo es la visualización del diagrama de Lexis, que supone una
representación gráfica de las dos perspectivas de tiempos citados.
En este esquema lo que se efectúa es una representación del tiempo como una recta ó
semirrecta, en función del origen considerado, en la que cada una de sus puntos se
corresponde a un instante determinado del tiempo. Las fechas son una semirrecta y las
duraciones o edades son otra semirrecta. Unidas en su origen ambas semirrectas forman un
ángulo recto “cartesiano” entre sí, en el que las ordenadas (eje vertical “Y”) son las duraciones
ó edades y las abscisas (eje horizontal “X”) son las fechas. El gráfico general que
corresponde al esquema de Lexis es el siguiente:
En este gráfico, la evolución que en el tiempo tiene una persona, se presenta mediante
una semirrecta que tiene el origen en el nacimiento.
Ejemplo: Supongamos un niño nacido a mediados del año 1990, y que por tanto tendrá
un año después exactamente 1 año; su situación se refleja en el punto A dónde coincide
que tendrá 1 año de edad en el eje de ordenadas y estará situado a mediados de 1991 en
el eje de abscisas.
La representación gráfica de la evolución temporal durante ese primer año viene efectuada
por la recta que une los dos puntos O y A. Si este proceso lo seguimos en el tiempo, sucederá
que cada vez que transcurra un año calendario la persona irá cumpliendo un año más de edad,
con lo que la recta inicial OA explicada para el primer año, se irá prolongando en el gráfico
formando un ángulo de 45° con respecto al eje de las fechas, y su prolongación llegará hasta
aquel punto en el que la persona salga de la observación. Esta semirrecta que se visualiza en
el gráfico recibe el nombre de “línea de vida”.
Si en un momento determinado del tiempo se efectúa un recuento de la población, de forma
que se hace una clasificación de un colectivo por edades (por ejemplo en el Censo de un
determinado año), la representación gráfica de esta información se refleja en el esquema de
Lexis en una semirrecta que se denomina “isócrona” y que se dibuja de una forma
perpendicular al eje de las fechas. La explicación de que la representación sea vertical estriba
en que es una información que se refiere a un instante determinado y por lo tanto se produce
únicamente en un solo punto, que coincide con la fecha en que se ha efectuado la mediación.
El resultado de dicho recuento es el que se deriva de cuantificar todas las líneas de vida (cada
una corresponde a una persona) que corta la isócrona con respecto a la edad concreta de la
que se quiere obtener la información.
Por ejemplo si lo que se quiere obtener es el número de personas que tienen entre 2 y 3 años,
habrá tantas personas como líneas de vida se hayan cortado por la isócrona entre los puntos
B y C del gráfico, si la observación se ha efectuado en el principio del año 1993.
En relación con este último resultado se plantea la definición de términos que reflejan
exactamente conceptos que ayudan a clarificar a cada persona en relación con su edad.
Por ejemplo en el caso expuesto, en el que había el 1 de enero de 1993 un número
determinado (n) de personas con 2 años cumplidos, todos habían cumplido la edad en 1992.
Se dice que una persona tiene una edad o duración exacta, si ha cumplido dicha edad durante
un periodo determinado. En función de esta información se puede decir que durante el año
1992 habrán (n) personas con 2 años exactos de edad.
Otra forma de expresar la edad puede ser la de edad cumplida, por lo que tiene que
establecerse la diferencia con respecto a la edad exacta. Para ello se explican los conceptos
a través del gráfico de Lexis.
En dicho gráfico se observa que a la altura de edad 2 años, hay una semirrecta denominada
“aniversario”. El número de líneas de vida que corta esta semirrecta es igual al número de
personas que llegan a cumplir un segundo aniversario.
Si nos fijamos en el tramo D B, el número de líneas de vidas cortadas es exactamente igual al
número de los que tenían 2 años en 1992.
El número de líneas de vida cortadas por estas semirrectas que reciben el nombre de “líneas
de aniversario”, reflejan el número de personas que tienen esa edad exacta. Por otro lado el
número de líneas de vida cortadas por una isócrona (segmento BC del gráfico) representa el
número de individuos con una determinada edad cumplida. Se puede decir por tanto que la
edad exacta hace referencia a un conjunto de personas que cumplen un aniversario a lo largo
de un período, en tanto que la edad cumplida hace referencia al número de personas que
tienen esa edad en un momento determinado.
Si reproducimos los ejes de fechas y edades del gráfico anterior, pero cambiando los
fenómenos que se van a explicar, se obtiene el siguiente gráfico:
que se corresponde con una o varias cohortes, de forma que en el numerador se refleja el
flujo de sucesos procedentes de dichas cohortes y en el denominador la población total
correspondiente a dichas cohortes.
Las tasas intentan dar una medida de la frecuencia con la que un determinado fenómeno se
produce en una población. La medida será más ajustable cuánto más homogéneo sea el stock
o flujo del denominador dentro del cual se producen los sucesos que ocasionan el flujo del
numerador.
Por otro lado cuando se pone en referencia un acontecimiento que ha sucedido durante un
período de tiempo, con una población determinada, se pueden efectuar dos formas distintas
de cálculo:
Una de ellas establece la relación de acontecimientos, durante el período, sobre
colectivos de referencia al principio del período. Esta medida se llama frecuencia.
La segunda consiste en relacionar dicho acontecimiento, pero sobre la población media
del período. Esta medida se denomina tasa.
La frecuencia de muerte, en relación con una edad determinada x, se establece en función
de las muertes observadas entre las edades x y x + 1, en relación con el número de vivos a la
edad x.
En cambio la tasa de mortalidad a esa edad x se establece como una relación entre las
muertes de edad cumplida x y la población media de edad x.
La diferencia entre estas dos mediciones supone en un caso determinar la probabilidad de
que una persona esté viva, en un aniversario dado, no siga viva al aniversario siguiente, y el
otro la tasa mide las personas que mueren a una edad considerada con respecto a la población
media de dicha edad.
3. Componentes Demográficos
Cualquier estudio dinámico de una población, implica el análisis de los componentes que van
asociadas a dicho dinamismo y que explica, por un lado como ha sido la evolución en el
pasado, y por otro permite a través de la estimación de su comportamiento, prever la dinámica
futura.
Se van a analizar a continuación las principales componentes que vienen asociadas a los
siguientes fenómenos:
Mortalidad
Natalidad
Movimientos migratorios
3.1 Mortalidad
El estudio de la mortalidad constituye uno de los análisis básicos que se efectúan con respecto
a las características de una determinada población, y que tienen una incidencia fundamental,
sobre todo en cuanto a sus previsiones de comportamiento futuro, por la incidencia en
Como el riesgo del morir no es uniforme según la edad, la tasa bruta anterior se suele sustituir,
a efectos de utilizar análisis más completos, por un cálculo de la mortalidad x edades, de forma
que se relacionen los fallecimientos a una edad ó grupo de edades determinado, sobre la
población media correspondiente a dichas edades.
De la misma manera que el análisis más detallado se puede efectuar en función de la edad,
se puede ampliar también la clasificación según otras características del colectivo en estudio,
y especialmente la diferenciación entre varones y mujeres.
Por ello, se puede decir que en un principio la clasificación básica, que permite un análisis
pormenorizado de cómo se comporta una población en relación con el fenómeno muerte,
implica también una distribución entre varones y mujeres para cada uno de ellos una
subclasificación por edad.
Relacionado con la edad a que se producen los fallecimientos, se puede hablar de “mortalidad
infantil”, que se identifica con la tasa de mortalidad a cero años cumplidos, y que tiene una
importancia especial, y constituye un óptimo índice de las condiciones de mortalidad en esa
etapa de la vida.
La tasa de mortalidad infantil se define como la relación a un año dado, de
fallecimientos de niños menores de un año sobre los nacimientos vivos de dicho año.
A diferencia de otras tasas, en este caso el denominador de la ecuación no es la
población media, sino la población inicial. Por eso se puede llegar a hablar de
probabilidad y no de tasa en este caso concreto.
En general el análisis de la mortalidad inmediatamente anterior o posterior al nacimiento es
objeto de especial atención, habiéndose establecido índices para permitir su medida. En este
sentido se denomina mortalidad fetal las muertes durante el periodo de gestación que
precede al nacimiento.
La mortalidad que se produce durante los primeros 28 días de vida, se denomina neonatal y
mortalidad posneonatal las muertes posteriores a los 28 primeros días, y anteriores al primer
aniversario.
La tasa de mortinatalidad, se calcula como la relación entre los nacidos muertos sobre el
conjunto de nacimientos del año.
Por otro lado existe una estrecha relación entre los niveles de mortalidad y el grado de
desarrollo de un país, lo que pone de manifiesto la incidencia de los factores socioeconómicos
sobre la mortalidad. Aunque la falta de estadísticas hace difícil el estudio de la mortalidad
diferencial en los países no desarrollados, hay una correlación negativa entre la mortalidad
infantil y el producto nacional per cápita, hay diferencias entre las zonas urbanas (con
mortalidad más baja) y las zonas rurales, que se atenúan por ejemplo en función del nivel de
educación de la madre, y las diferencias entre grupos étnicos son más acusadas en cuanto
que son grupos que presentan una fecundidad alta y a la vez una mortalidad también elevada.
3.2 Natalidad-Fecundidad
Cuando se habla del fenómeno de natalidad, se habla implícitamente de tres series de
factores: de población en edad de procrear, que integra la población total y su estructura por
edad, el calendario de nacimientos y el comportamiento de la fecundidad propiamente dicho.
Por tanto existe un efecto de estructura, un efecto de calendario y un efecto de
comportamiento.
La fecundidad es el estudio de los nacimientos, y el resultado de una serie de factores tales
como los que intervienen en la voluntad de procrear, y los que influyen sobre la fecundidad
pero no estrictamente dependiendo de la voluntad de la pareja. A la primera situación se la
denomina fecundidad dirigida o natural y a la segunda fertilidad.
El primer indicador de la natalidad es el número de hijos nacidos vivos, aunque en sí
mismo dicho indicador carece de sentido, o por lo menos es insuficiente para analizar
el fenómeno. La primera medida importante referido a los nacimientos es la tasa de
natalidad o tasa bruta referida a la relación entre el número de hijos nacidos vivos
durante un año, en relación con la población media del año. Si N es el número de
nacimientos y P la población media, la tasa de natalidad es, expresada en tanto por mil:
Los valores de estas tasas reflejan altos o bajos niveles según los distintos países,
extendiendo una cierta correlación entre las tasas y el correspondiente nivel de desarrollo del
país.
Como ya hemos analizado en otros apartados, la tasa anterior no tiene una significación muy
importante, ya que existe una gran variación de la fecundidad según las distintas edades
correspondientes al intervalo 15-49 años. Por ello se definen tasas de fecundidad por edad o
grupos de edad como la relación entre el número de hijos nacidos de madres de una edad
determinada, sobre el colectivo de mujeres de dicha edad.
Es interesante, cuando se hable de demografía y se entre en análisis comparativos, observar
los distintos comportamientos entre zonas geográficas distintas, que permitan explicar sus
situaciones específicas. A título de ejemplo se presenta en el siguiente cuadro distintas tasas
de fecundidad por edades de tres países distintos, en los que su estructura corresponde a
perfiles de desarrollo distintos, y que a grandes rasgos se pueden identificar con países
subdesarrollados, en vías de desarrollo y países desarrollados.
Ejemplo:
Una imagen gráfica de esos resultados pone de manifiesto con más intensidad las diferencias
entre un país y otros.
La suma de las tasas de fecundidad general por edad de la madre en un año considerado
nos proporciona la tasa de fecundidad general, ó tasa global de fecundidad.
En un escalón más del estudio de la natalidad, y con objeto de estudiar el reemplazo
de una población en ausencia de mortalidad, se puede efectuar el cálculo pero referido
únicamente a las hijas, obteniéndose de esta manera la tasa bruta de reproducción
En la pirámide del año 1970, la estructura se corresponde con una población joven, con una
base muy amplia que refleja unas altas tasas de natalidad, y un vértice reducido en sus
efectivos debido a una menor esperanza de vida en dichos años. En aquel año, cerca de 50
por ciento de la población tenía menos de quince años de edad.
Si nos situamos en la pirámide del año 2000, se observa que su perfil es completamente
distinto del el año 1970, por las siguientes razones:
En el año 2000 se presenta una pirámide abultada en el centro que refleja el aumento
en el número de personas en edades jóvenes y laborales, así como con una base más
estrecha, que es el resultado de la disminución en la proporción de niños de 0 a 4 años
de edad.
En 2000, sólo una tercera parte de la población tenía menos de 15 años de edad y
cerca de 60 por ciento tenía entre 15 y 59 años.
Las cuantiosas generaciones que nacieron en la época de alta fecundidad (1960-1980)
comenzarán a engrosar la parte superior de la pirámide conforme alcancen la edad de
60 años. Esto producirá notorios cambios en la forma de la pirámide, que será cada vez
más amplia en su cúspide y más estrecha en su base.
Como casuística específica que condiciona la forma de la pirámide, cabe citar en este caso
dos situaciones importantes que afectan en su incidencia sobre el sistema de pensiones:
Un ensanchamiento en los grupos de edad para trabajar derivado de las generaciones
especialmente numerosas nacidas en la época del baby-boom (1960-1980) y que por
tanto constituyen un apoyo para facilitar una mayor recaudación para el sistema de
pensiones.
Un segundo efecto de esta generación es el que producirá cuando lleguen a la edad de
jubilación por el mayor volumen de gasto que se originará en pensiones y salud.
Las distintas estructuras que se reflejan en las pirámides de edades permiten efectuar dos
tipos de análisis comparativos: el estático que refleja la situación en un determinado momento
de una población determinada, y su relación con otras poblaciones distintas, y el dinámico que
proporciona un reflejo de cómo cambian las estructuras, tanto en una determinada población,
como en su comparación con otras poblaciones.
La estructura de la población mundial, según Naciones Unidas, pone de manifiesto las
diferencias que las pirámides de población recogen para cada una de las grandes áreas
mundiales: población de 2014 de Europa, Latinoamérica y Caribe, África y Asía
Como se observa en las formas de las pirámides existen importantes diferencias de estructura
que reflejan el grado de envejecimiento de la población, siendo Europa la que tiene más
acusado este fenómeno y presenta una base más reducida a edades bajas, y un vértice más
amplio por efecto de la mayor esperanza de vida. La población más joven corresponde a África
con una base amplía consecuencia de un alto número de nacimientos, y poca población en
edades altas derivada de una alta tasa de mortalidad.
Tal como se ha comentado, las pirámides de edades sirven también para analizar la evolución
de una determinada población y como se ha modificado su estructura. Si se toma el caso de
la población de México y su proyección para 2030 y 2050, de acuerdo con la CONAPO la
pirámide poblacional se estima será la siguiente:
Población por sexo y grupos de edad (2030 y 2050)
Se espera que a mediados de siglo haya poco más de 36 millones de adultos mayores, de los
cuales más de la mitad tendrán más de 70 años. En el año 2000 residían en México 6.9
millones de personas de 60 años y más, en 2030 serán 22.2 millones y se espera que para la
mitad del siglo alcancen 36.2 millones. Cabe destacar que 72 por ciento de este incremento
ocurrirá a partir de 2020, lo que brinda al país apenas dos décadas para preparar las
condiciones que permitan encarar adecuadamente este proceso.
En definitiva, estos movimientos de población, que se ha expuesto en su dimensión temporal
retrospectiva, son muy importantes cuando además se utilizan a través de las técnicas que se
explican en estos temas, una previsión de cómo va a ser en el futuro su comportamiento, cara
a la incidencia que la misma va a tener en los sistemas de pensiones, por el volumen de
población que va a generar derecho a las prestaciones y por el potencial de personas que
podrán integrarse al mercado de trabajo.
RESUMEN
La evolución de una población que permita ver su volumen y estructura por edades a lo largo
del tiempo depende de una serie de factores entre los que hay que destacar la fecundidad,
la mortalidad y los fenómenos migratorios.
Cuando se proyecta una población se exige estudiar el comportamiento futuro de esos
fenómenos, centrándonos en este tema, en el fenómeno de la mortalidad.
La existencia de tablas de mortalidad se basa en la Ciencia Actuarial, en cuanto modeliza la
ocurrencia de un suceso, en este caso de fallecimiento de un individuo de edad x.
Los estudios de mortalidad cada día adquieren más importancia ya que permiten estimar la
evolución de las poblaciones. Los estudios que tengan como objetivo una proyección hacia el
futuro deben tener en cuenta la experiencia pasada que será objeto de un riguroso análisis.
Para realizar el estudio de la mortalidad y su proyección de futuro es necesario considerar
varias etapas, de tal forma que nos lleven a la construcción de una tabla de mortalidad que en
definitiva será la que permita estudiar los fallecimientos por sexo y edad.
La estructura de una población, su evolución y los estudios técnicos que permiten analizar
sus características son las bases de los análisis demográficos sobre la población. Las
repercusiones de una determinada estructura de población afectan a diversos ámbitos
políticos, económicos y sociales, pero en esta unidad se ha analizado fundamentalmente la
repercusión sobre los sistemas de Seguridad Social.
Para analizar el comportamiento de una población y su evolución en el tiempo se utilizan
inicialmente una serie de índices elementales que ayudan a conocer la frecuencia con que
se producen los fenómenos de una población que condicionan su dinámica. Las mediciones
se efectúan en un espacio temporal en el que se estudia un determinado fenómeno.
La medida más standard es la denominada “tasas” que ponen en relación el suceso que se
estudia con respecto a la población media del período. La variable tiempo asociada a las tasas
puede tener una doble consideración: el tiempo como fecha y el tiempo como duración.
La visualización más sencilla de reflejar esta doble consideración del tiempo lo constituye el
esquema de Lexis.
Las poblaciones que tienen características comunes pueden clasificarse de la siguiente
manera: una “cohorte” es el conjunto de personas que va a ser sometido a observaciones en
el mismo período de tiempo. Y un aspecto particular de las “cohortes” lo constituyen las
“generaciones”, cuando la población que se estudia tiene la misma fecha de nacimiento. El
conjunto de individuos que se estudian en un instante del tiempo constituyen un “stock”
mientras que si la referencia es a un período de tiempo, la magnitud es un “flujo”.
La medición de fenómenos demográficos a través de tasas tienen dos distinciones básicas;
se habla de tasas brutas cuando el fenómeno que se estudia se establece sobre toda la
población, y tasas específicas cuando el fenómeno se estudia sobre determinadas edades o
cohortes. Este último tipo de tasa es el más significativo a la hora de estudiar el
comportamiento de la población.
Los tres fenómenos básicos que condicionan el cambio de estructura de una población en el
tiempo son los de nacimiento, matrimonio y fallecimiento y las tasas a ellos asociados para
conocer su intensidad en los distintos momentos del tiempo permiten analizar la evolución,
tanto pasada como prevista y poder efectuar así los correspondientes estudios demográficos.
Adicionalmente los movimientos migratorios son también fundamentales para determinar
las variaciones de población de un periodo al siguiente.
La previsión futura del comportamiento de una población, y las variaciones previstas en sus
variables básicas ponen de manifiesto que en un futuro (la Asamblea Mundial de
Envejecimiento ha efectuado proyecciones hasta 2050), el envejecimiento de la población
será una realidad en todos los países del mundo, a consecuencia fundamentalmente de
una menor natalidad y una mayor esperanza de vida derivada de un menor fallecimiento.
Ello provocará inevitablemente tensiones en los sistemas de protección social que deberían
actuar estratégicamente de cara al futuro estableciendo procesos de reforma que sirvan para
contrarrestar los efectos negativos del envejecimiento.
GLOSARIO
Demografía: Estudios relacionados con la composición, características y comportamiento de
la población y su estructura.
Envejecimiento: Fenómeno demográfico caracterizado fundamentalmente por una mayor
esperanza de vida acompañada de menores tasas de mortalidad y natalidad.
Esperanza de vida al nacer: Promedio de años que se espera viva una persona nacida en el
período para el cual se calcula el indicador, si se mantienen las condiciones de mortalidad
prevalecientes al momento de su estimación.
Esquema de Lexis: Representación gráfica de la línea de vida de un individuo ó una
población, en relación con las dos variables temporales, “Fecha” y “duración o edades”.
Frecuencia absoluta: Número de veces que se repite un determinado fenómeno.
Generación: Conjunto de personas que han nacido en un mismo momento del tiempo.
Pirámide de edades: Representación gráfica de la distribución de una población por sexo y
edad.
Tasa bruta: Relación entre la frecuencia absoluta del suceso sobre la población observada.
Tasa de fecundidad: Relación entre el número de nacimientos en un año y la población
femenina en edad de procrear.
Tasa de mortalidad: Número de fallecidos en relación con la población total.
Tasa de natalidad: Número de hijos nacidos vivos en un año, con respecto a la población
total.
Tasa específica: Relación entre la frecuencia del suceso y la población observada,
atendiendo a una característica, como por ejemplo la edad.
Tasas: Relación entre la frecuencia del suceso que se estudia y la población de base en un
período determinado.
BIBLIOGRAFÍA:
1. Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía: www.eclac.cl/celade/
2. Demografía. GERARD, Hubert y WUNSCH, Guillaume, 1975. Edit. Pirámide Madrid
3. Elementos de demografía. TAPINOS, Georges. España. Edit. Espasa, 1990
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5. Fundamentos de demografía. LEGUINA, Joaquín. Siglo XXI editores, España, 1998
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7. Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), Master en Dirección y Gestión
de Planes y Fondos de Pensiones, 2005.
8. Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), Master en Dirección y Gestión
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9. Página de Naciones Unidas. Información en “División de población”: www.un.org
10. Página de La Asociación Internacional de Seguridad Social: www.issa.org
11. Página de la Comisión Económica para América latina y el Caribe: www.eclac.cl