La gestión del riesgo se basa en el principio de la integralidad, lo cual implica que no son
acciones encaminadas a disminuir riesgos específicos, sino por el contrario se trata de la
identificación de factores y procesos determinantes de condiciones específicas a nivel
territorial, para llevar a cabo la intervención que garantice manejar las condiciones de
riesgo. De este modo, la gestión local del riesgo plantea un reto en la incorporación de la
comunidades en el desarrollo de diferentes instrumentos de planificación, esto se asume
como una prioridad nacional, a través del despliegue de una estructura logística para la
adecuada gestión, derivado de una perspectiva internacional hacia la reducción del riesgo
de desastres, como instrumento para el desarrollo sostenible.
De esta forma, la discusión alrededor de los retos y perspectivas de la Gestión Local del
Riesgo en el municipio de Dosquebradas, se realizó a partir del estado del arte, para
determinar el nivel de conocimiento acerca de los riesgos y sus causas, verificar el nivel de
formulación y ejecución de los Planes Municipales de Gestión del Riesgo de Desastres
(PMGRD) y determinar el nivel de incorporación en el ordenamiento territorial, además de la
revisión y análisis de tres referentes: El Marco de Acción de Sendai 2015-2030, La Política
Nacional de Gestión del Riesgo adoptada por la Ley 1523 de 2012 y El Plan Nacional de
Gestión del Riesgo.
La tasa de crecimiento poblacional del municipio es la más alta del departamento, y antes
del año 2000 la segunda a nivel nacional, dando como resultado un alto grado de
urbanización en la cabecera del municipio, La vocación industrial y comercial de la región
genera una presión adicional en la ocupación y construcción de núcleos urbanos dispersos.
La creación del municipio atendió a la necesidad de un alivio en la carga tributaria para las
industrias, sumado a la topografía y su ubicación entre ejes económicos (Diagnóstico
urbano, S.F).
La Gestión del Riesgo Municipal debe incluir instrumentos de planificación, como el Plan
Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres (PMGRD), Plan de Ordenamiento Territorial
(POT) y una Estrategia de Respuesta a Emergencias, como mecanismos financieros y
sistemas de información.
Sociales y Organizativa: Hacinamiento (más de tres personas por cuarto) en los sectores
subnormales, falta de organizaciones comunitarias para la prevención y atención de
desastres.
Económica: Actividad laboral estable escasa, crisis económica que ha generado el cierre de
industrias y dejado desempleados, recurso limitados para la compra de predios en zonas no
vulnerables, escasez de recursos para realizar mantenimientos de viviendas y colectores.
Educativa: Muy baja escolaridad de los estratos más bajos, deficiencias en el componente
educativo y información pública en el tema de prevención de desastres.
Factores de vulnerabilidad baja:
A pesar de que lo anterior fue desarrollado bajo la ley 1523 del 2012, Los factores de
vulnerabilidad institucionales hacen referencia a instancias antecesoras, como los CREPAD
y CLOPAD, y desconoce los componentes del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo, el
cual establece mecanismos para la articulación entre niveles nacionales y territoriales.
Por último aporta la evaluación del riesgo del municipio, haciendo una descripción de los
efectos y de las principales pérdidas de manera general, como se había mencionado
anteriormente, ante la ocurrencia de eventos. Desde el Plan de Desarrollo Municipal 2001-
2004 presenta una señalización del riesgo hidrológico y riesgo geológico por barrios, lo cual
pone en evidencia la necesidad de realizar una articulación y retoma de procesos, que
permitan determinar escenarios de riesgo de desastres y sus causas.
El PMGRD fue realizado en el año 2012 y tiene una serie de proyectos, de los cuales no se
reportan indicadores de ejecución, tampoco se relacionan con los proyectos ejecutados en
el PDM, estos documentos se encuentran publicados en la página de la alcaldía de
Dosquebradas, sin embargo desde el año 2013 se inició la actualización, culminado en el
año 2016, este documento fue solicitado personalmente, pero no cuenta con una matriz de
planificación de proyectos.
Los siguientes proyectos fueron propuestos en el marco del PMGRD y fueron recogidos en
el programa de ejecución del POT: Actualización de la microzonificación sísmica local,
Estudio de zonificación de amenazas y riesgo geotécnico por deslizamientos en el área
urbana, el desarrollo de Planes Estratégicos de mitigación de los riesgos geotécnico e
hidrológico del municipio, y la evaluación de las amenazas antrópico-tecnológicas.
Para la gestión del riesgo, el POT brinda estrategias que busquen promover y velar por la
prevención de desastres en asentamientos de alto riesgo, como lo indica en uno de sus
objetivos. También en el artículo 10, define los determinantes ambientales donde “Las
relacionadas con la conservación y protección del medio ambiente, los recursos naturales la
prevención de amenazas y riesgos naturales” corresponde al primer determinante contenido
en la norma. Este incluye también las políticas, directrices y regulaciones sobre prevención
y amenazas de riesgos naturales, la localización de áreas de riesgo para asentamientos y
las estrategias para el manejo de esas áreas.
Entre otros aspectos relacionados con la gestión del riesgo son:
De igual forma, el componente de reducción para el municipio cuenta con estrategias como:
estudios de aptitud de uso del suelo, implementación de planes de contingencia para
empresas de servicios públicos, restricción a zonas de riesgo, manejo integral de áreas
liberadas, entre otros. Aunque, las anteriores estrategias contribuyen a la reducción del
riesgo en cierta medida, cabe aclarar que las estrategias propuestas por el POT del
municipio no responden de manera integral a la reducción del riesgo, debido a que muchas
de ellas son medidas de intervención inmediata, haciéndose necesario nuevas, y un mayor
número de estrategias y acciones que verdaderamente respondan a procesos de
configuración del riesgo más profundos, como lo es, la reducción de la degradación
ambiental del municipio, las dinámicas de desigualdad y pobreza, el papel de las
instituciones privadas y públicas, y la responsabilidad de la autoridades ambientales en la
intervención de factores generadores de riesgo, por ejemplo, velar por la transparencia en
las licencias y permisos de construcción en zonas de riesgo, verdadero control en la
ocupación y asentamientos en zonas de riesgo, entre otras acciones que deberían ser
introducidas para complementar y hacer efectiva dicha reducción.
Se encuentran también los lineamientos para el manejo de las áreas liberadas por procesos
de reasentamiento del año 2006 y un mapa de análisis de vulnerabilidad socioeconómica y
ambiental a los incendios forestales del 2008, siendo este el único análisis de vulnerabilidad
del municipio contenido en el POT, cabe destacar que los incendios forestales no son la
única amenaza del municipio y que las demás amenazas no son menos importantes, al
contrario, son más frecuentes en este contexto. Por último contiene el mapa con los
lineamientos para el manejo de áreas liberadas, pero este no se han actualizado,
presentando un sesgo en la información, para la formulación y el desarrollo de estrategias
que permita la adecuada gestión y actuación sobre el territorio.
El POT tiene en cuenta los proyectos relacionados con el PMGRD, donde para los
componentes de conocimiento, reducción y manejo del desastre, se plantean acciones
como la microzonificación sísmica, evaluación de la vulnerabilidad sísmica, evaluación de
riesgos antrópico-tecnológicos, formular e implementar el plan municipal de adaptación al
cambio climático y fortalecer la red hidroclimatológica y acelerográfica del territorio. Todos
estos son responsabilidad de la planeación municipal (OMPADE), de los cuales ninguno se
ha realizado o también se encuentran en el proceso de formulación.
Para la reducción del riesgo se propone entre otras acciones, reubicar los asentamientos
localizados en zonas de riesgo hidrológico y geotécnico del municipio. Por último, en el
componente de manejo se proponen acciones como formular e implementar el Plan
Sectorial de Prevención y Atención de Desastres, en donde el responsable es la OMPADE.
Cabe resaltar que a pesar de las acciones ya propuestas en el POT, se hacen necesarios
más proyectos que de manera integrada respondan a la verdadera reducción y gestión del
riesgo de desastres, debido a que las estrategias parciales que se proponen no generarían
un verdadero cambio para la disminución de las condiciones de riesgo.
En los proyectos a corto, mediano y largo plazo para la gestión del riesgo contenidos en el
numeral 16.7, que corresponde a los programas de ejecución, se propone lo siguiente:
Para el mediano y largo plazo no se propone ningún proyecto relacionado con la gestión del
riesgo, esto representa, una falla grave debido a que no solamente se deben proponer
proyectos en el corto plazo, sino que también se debe planear y generar acciones sobre el
riesgo futuro para reducirlo y si es posible evitarlo, a esto se le llama gestión prospectiva,
que además de garantizar que no se sigan configurando factores de amenaza y
vulnerabilidad, también intenta prevenir y evitar los riesgos que se puedan generar en un
futuro, sean riesgos ya existentes o nuevos riesgos.
Descripción: Gestionar proyectos para reubicar familias localizadas en zonas de alto riesgo,
a través del diseño e implementación de políticas por parte del Instituto de Desarrollo
Municipal de Dosquebradas. Para lograrlo, implementa estrategias que facilitan la gestión
ante entidades del Estado y de cooperación internacional para la consecución y posterior
otorgamiento de subsidios de vivienda familiar, de mejoramiento de vivienda y de
reubicación de vivienda, así como la implementación de programas de titulación y
legalización de predios y de intervención de proyectos de vivienda (Instituto de Desarrollo
Municipal de Dosquebradas, 2016).
Esta ley se crea con el fin de adoptar la política nacional de gestión del riesgo de desastres
y establecer el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (SNGRD) que
reemplaza al Sistema Nacional para la Atención y Prevención de Desastres creado por la
ley 46 de 1988. En esta nueva política, el SNGRD tiene como objetivo llevar a cabo el
proceso social de la gestión del riesgo para mejorar la calidad de vida de los habitantes,
contribuir al desarrollo sostenible y a la seguridad de la población colombiana.
Según el artículo 27, los CDGRD y CMGRD son instancias de coordinación, asesoría,
planeación y seguimiento, los cuales deben garantizar la articulación de los procesos para
la gestión del riesgo en cada entidad territorial. Así mismo, estos consejos pueden
establecer comités para la coordinación de cada uno de estos procesos, siguiendo la misma
orientación del nivel nacional. También, del SNGRD hacen parte las corporaciones
autónomas regionales, las cuales como integrantes de los consejos territoriales deben
apoyar en los procesos de gestión del riesgo a las entidades territoriales bajo su
jurisdicción.
También, como lo indica en el artículo 39 de la presente ley, se debe integrar la gestión del
riesgo en la planificación y considerar el riesgo como “un condicionante para el uso y la
ocupación del territorio, evitando nuevas configuraciones de riesgo”. Por tal motivo, la
planificación a corto plazo en algunos planes de ordenamiento territorial se queda corta para
el verdadero ejercicio de la gestión integral del riesgo.
Por otra parte, la ley también indica que las corporaciones autónomas deben incorporar el
cambio climático en la gestión ambiental del territorio, pero la incipiente información
disponible del tema, la falta de interés, así como la poca realización de estudios e
investigaciones acerca del cambio climático y su influencia en la configuración de
escenarios de riesgo, a pesar de ser un insumo de importancia para la toma de decisiones y
la generación de estrategias, las cuales no atenderán a esta necesidad si no se fundamenta
su relación con la gestión del riesgo.
Este tratado internacional propone un marco para la reducción del riesgo de desastres con
visión a futuro, y plantea la gestión del riesgo de desastres desde un análisis de sus
dimensiones, vulnerabilidad y características de las amenazas. También menciona la
cooperación internacional como una estrategia, enfocada en el apoyo entre países, lo cual
requiere crear, coordinar y realizar un seguimiento de políticas, planes, proyectos y metas,
que permitan la reducción del riesgo de desastre a nivel local, nacional, regional y mundial.
El marco brinda unas directrices fundamentales para abordar el riesgo de desastre, también
propone la articulación de varios actores tanto gubernamentales como de la misma
comunidad local, regional, nacional e internacional. Por otra parte, busca fortalecer la
creación de mecanismos de socialización, retroalimentación y la evaluación de las medidas
propuestas, por medio de indicadores. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el Marco
de Sendai aporta planteamientos generales, que al momento de ser aplicados, deben
contemplar particularidades de acuerdo a los actores que intervienen en la planeación de
cada territorio, así como las características y dinámicas sociales y naturales específicas.
Constituye una hoja de ruta para el país, la cual define los objetivos, programas, acciones,
responsables y presupuestos, mediante los cuales se ejecuta los procesos de conocimiento
del riesgo, reducción del riesgo y manejo de desastres en el marco de la planificación del
desarrollo nacional. Este convoca a los diferentes actores del Sistema Nacional de Gestión
del Riesgo de Desastres (SNGRD) a implementar acciones conjuntas para llevar a cabo el
proceso social de la gestión del riesgo, contribuyendo a la seguridad, la calidad de vida y al
desarrollo sostenible.
El documento del Plan Nacional de Gestión del Riesgo está estructurado en dos
componentes, un Componente General el cual contiene el marco estratégico de la gestión
del riesgo y un Componente Programático en el que se incorporan los programas, los
proyectos, los objetivos de proyecto, las metas y responsables de la implementación para el
periodo 2015-2025. El PNGRD reemplazó al Plan Nacional de Prevención y Atención de
Desastres que estuvo vigente desde 1998 hasta 2015 y del cual se re incorporaron algunos
aspectos que tienen relación con el objetivo general del PNGRD.
En el componente General del marco estratégico de la gestión del riesgo se propone en sus
objetivos la producción de información técnica a través de programas de investigación y
evaluación de amenazas naturales por parte de las instituciones técnicas y científicas,
Corporaciones Autónomas Regionales, SGC, IDEAM, IGAC, CCO, DIMAR (CIOH, CCCP),
con la cual se pueda realizar la identificación y mapeo de elementos expuestos a amenazas
y su respectivo origen, con el fin de realizar el análisis de riesgos de desastres y diseñar e
implementar medidas de prevención, mitigación de riesgos y manejo de desastres. Además
hace mención a la responsabilidad que tienen las organizaciones privadas con la
identificación del riesgo a desastres en torno a su organización y el respectivo manejo de
estos, para impedir la generación de impactos dentro y fuera de está.
Un Plan para la Gestión del Riesgo debe entenderse como un documento de largo plazo
que servirá como insumo para que los planes de desarrollo, sectoriales, de ordenamiento
territorial y ambiental, y de ordenamiento y manejo de cuencas hidrográficas puedan a su
vez identificar los escenarios de riesgo y seleccionar las medidas correctivas y prospectivas
requeridas en función de la complejidad de dicho escenarios y el entendimiento correcto de
la gestión del riesgo como estrategia de desarrollo sostenible.
Cabe resaltar, que la condición dinámica de los territorios incide directamente en entender
que la configuración de condiciones de riesgo es un proceso continuo, debido a la
generación y consolidación de nuevos escenarios que se pueden materializar en desastres.
Lo anterior, implica reducir el riesgo o llevarlo a un estadio de condiciones de riesgo
“aceptables”, que permitan a las comunidades convivir y mantener sus formas de vida bajo
las condiciones dadas por las dinámicas socio-naturales.
La gestión debe ser entendida como un manejo integral, por lo tanto la propuesta de
medidas debe ser pensadas desde la previsión del riesgo de desastres y el control de sus
factores y causas, a través del conocimiento del riesgo y la planificación de la gestión, para
que sea permanente, y no permita la progresión de la vulnerabilidad, la cual es causa de la
introducción y aceleración de dinámicas de configuración de riesgos de desastres y a su vez
efecto de ciertas condiciones derivadas de modelos sociales, políticos y económicos que
provocan el aumento de la vulnerabilidad (Narváez, Lavell y Pérez, 2009).
En este sentido, el territorio nacional como sus entidades territoriales presentan retos
relacionados con la gestión integral del riesgo, de manera que garanticen para el territorio
un desarrollo sustentable y la seguridad de la población asentada. Para caso del municipio
de Dosquebradas, los retos se hacen aún más evidentes cuando múltiples problemas se
entrelazan y se materializan como falencias, las cuales son tanto institucionales como
también territoriales. En este caso, se hace más difícil llevar a cabo el proceso de gestión
del riesgo y por ende obtener los resultados esperados. Para el municipio de Dosquebradas
se han identificado diferentes retos, los cuales se mencionan a continuación:
En los Planes de Gestión del Riesgo y en la Política Nacional de Gestión del riesgo de
Desastres se hace referencia a la necesidad de generar procesos de conocimiento del
riesgo, esto se encuentra contenido en los objetivos del Sistema Nacional de Gestión del
Riesgo de Desastres, donde se debe “Desarrollar, mantener y garantizar el proceso de
conocimiento del riesgo” para lo cual se proponen acciones como: la identificación de
escenarios de riesgo, factores de riesgo, orígenes, causas y su transformación en el tiempo;
la evaluación del riesgo, el seguimiento y comunicación de este. Por lo tanto, conociendo de
antemano los documentos, estudios e información disponible para el municipio de
Dosquebradas, se hace necesario la actualización de la información relacionada con la
gestión del riesgo en el municipio.
Entre los objetivos del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres contenidos en
la ley 1523 del 2012 se encuentra también el objetivo relacionado con la reducción del
riesgo de desastres donde se proponen acciones como: la intervención prospectiva
mediante acciones de prevención, la intervención correctiva mediante acciones de
mitigación y la protección financiera mediante instrumentos de retención y transferencia del
riesgo. Estas acciones buscan en principio la reducción del riesgo existente, pero también
velan por la prevención del riesgo futuro. Lo anterior, hace parte de la gestión prospectiva
del riesgo y en principio busca prevenir riesgos futuros, esto es importante debido a que su
accionar es intervenir en las causas que generan el riesgo. Pero, dicho ejercicio se queda
corto cuando se implementan las estrategias propuestas por los municipios en los POT,
para el caso de dosquebradas, se proponen por ejemplo acciones como la reubicación de
asentamientos que responden únicamente a la intervención del riesgo actual y la gestión
prospectiva del riesgo parece ser una utopía, que no se ha podido alcanzar. Esto se
evidencia en el vacío para la prevención del riesgo de desastres, debido a que casi todas
las estrategias propuestas responden a la reducción o mitigación de riesgos ya existente o
en el peor de los casos solo atienden necesidades inmediatas del manejo del desastre.
La estrategia resulta simple en sus componentes, pues no presenta de manera explícita con
que herramientas se dará respuesta a los desastres, sin embargo plantea los niveles de
emergencia y su categorización según el tipo de afectación para tener un conocimiento del
contexto del mismo. Lo anterior pone en evidencia la necesidad de incorporar acciones que
permitan empoderar a las comunidades en el mantenimiento de los sistemas de alertas
temprana, además de la creación de planes detallados, donde se definan acciones y
responsables que lleven a una respuesta coordinada.
La socialización y divulgación se convierten en dos ejercicios vitales para la construcción de
una EMRE que represente la disminución de los impactos en momentos de emergencia. Así
la socialización de este documento a toda la comunidad, debe hacerse durante diferentes
etapas de la formulación de la estrategia, de esta forma incorporar experiencias y
percepciones de los habitantes, Este tipo de estrategia debe tener participación obligatoria
diferentes actores de la comunidad, que lleve a la apropiación de la estrategia por la
comunidad, y a partir de ahí plantear alternativas, definir sus propias estrategias, crear
comités locales, de igual modo la divulgación permite mantener una retroalimentación sólida
y por ende lograr la efectividad de las medidas.
Los municipios, departamentos y distritos, así como las empresas prestadoras de servicios
públicos, empresas privadas y el sector productivo que puedan ser afectadas por eventos
peligrosos o cuya actividad pueda generar peligros para la sociedad, deberán identificar
acciones de reducción del riesgo correctivas (reducir riesgos ya existentes), deberán
determinar el orden de prioridad para las intervenciones y ejecutar los programas de
reducción de riesgos como medidas costo eficientes de desarrollo (Unidad Nacional para la
Gestión del Riesgo de Desastres, 2015).
Lo anterior corresponde a un reto para la gestión del riesgo del municipio de dosquebradas,
debido a que en el plan municipal no se contempla el cambio climático como un eje
transversal, el cual debe ser intervenido con acciones conjuntas en el ejercicio de la gestión
integral del riesgo, y que también que debe ser objeto de conocimiento, donde incluyan por
ejemplo escenarios de riesgo relacionados con fenómenos de cambio climático. Tampoco
se proponen acciones de intervención para estos escenarios. Por otra parte, en el POT del
municipio se incluye el cambio climático entre uno de sus componentes como “Gestión de la
variabilidad y el cambio climático” pero no lo articula con el componente de gestión del
riesgo, por lo que para cada uno se proponen acciones y estrategias aisladas, y en los
estudios reconocidos por este instrumento no se encuentra ninguno relacionado, y tampoco
en los criterios para la evaluacion y zonificacion de amenazas y riesgos. Por lo tanto, se
hace necesario estudios y una mayor información de la relación del cambio climático con la
configuración de condiciones de riesgo, para que puedan ser incluidos en dichos escenarios
y para que también se articulen a la gestión del riesgo como tal. Cabe destacar, que un
aporte de este instrumento en relación con la gestión del riesgo y el cambio climático son
los análisis de vulnerabilidad.
La gestión integral del riesgo requiere tanto del compromiso institucional como también de
la sociedad civil en su conjunto. Como lo menciona el Marco de Sendai, las autoridades
locales deben trabajar conjuntamente y de manera coordinada no solo con la sociedad civil
sino también con las comunidades indígenas y migrantes en la gestión del riesgo a nivel
local. Así como el sector académico debe mejorar e incluir la investigación para la reducción
del riesgo, y apoyar las iniciativas de la comunidad y las autoridades locales en la toma de
decisiones.
BIBLIOGRAFÍA
Naciones Unidas. (2015). Marco de Acción de Sendai para la Reducción del Riesgo de
Desastres, 2015-2030.
https://www.unisdr.org/files/43291_spanishsendaiframeworkfordisasterri.pdf.
Serviciudad ESP (2017). Actualización Proyecto de gestión del riesgo en suministro de los
servicios de acueducto y alcantarillado prestados por Serviciudad Dosquebradas, Risaralda,
Occidente. Dosquebradas.