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RETOS Y PERSPECTIVAS DE LA GESTIÓN LOCAL DEL RIESGO DE DESASTRES, EN

EL MUNICIPIO DE DOSQUEBRADAS, RISARALDA

KATHERINE CALDAS SALDARRIAGA


GINA MARCELLY JARAMILLO ORTIZ
JUAN CARLOS OSPINA GIRALDO
KATHERINE VALENCIA CORREA

HECTOR JAIME VAZQUEZ

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA


FACULTAD DE CIENCIAS AMBIENTALES
PROGRAMA DE ADMINISTRACIÓN AMBIENTAL
GESTIÓN DEL RIESGO DEL RIESGO DE DESASTRES
PEREIRA, 2019
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 3
ESTADO DEL ARTE ............................................................................................................. 4
Nivel de conocimiento acerca de los riesgos de desastres y sus causas........................... 4
Nivel de formulación y ejecución del Plan Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres
(PMGRD) .......................................................................................................................... 7
Nivel de incorporación de la gestión del riesgo en Plan de Ordenamiento Territorial (POT)
del municipio de Dosquebradas......................................................................................... 7
Proyectos relacionados con la gestión del riesgo de desastre en la administración 2016-
2019 de Dosquebradas, Risaralda .................................................................................. 11
Política Nacional de Gestión del Riesgo (Ley 1523 del 2012) ............................................. 12
Marco de Acción de Sendai (2015 - 2030) .......................................................................... 13
Plan Nacional de Gestión del Riesgo de Desastre (2015-2025) .......................................... 14
Retos y perspectivas de la Gestión Local del Riesgo .......................................................... 15
Conocimiento del riesgo: ................................................................................................. 16
Reducción del riesgo existente y prevención del riesgo futuro: ........................................ 17
Manejo del desastre: ....................................................................................................... 18
Articulación de instancias territoriales y nacionales: ........................................................ 19
Incorporación del cambio climático en la gestión del riesgo:............................................ 19
Articulación de actores gubernamentales y locales: ........................................................ 20
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................... 21
INTRODUCCIÓN

La gestión del riesgo se basa en el principio de la integralidad, lo cual implica que no son
acciones encaminadas a disminuir riesgos específicos, sino por el contrario se trata de la
identificación de factores y procesos determinantes de condiciones específicas a nivel
territorial, para llevar a cabo la intervención que garantice manejar las condiciones de
riesgo. De este modo, la gestión local del riesgo plantea un reto en la incorporación de la
comunidades en el desarrollo de diferentes instrumentos de planificación, esto se asume
como una prioridad nacional, a través del despliegue de una estructura logística para la
adecuada gestión, derivado de una perspectiva internacional hacia la reducción del riesgo
de desastres, como instrumento para el desarrollo sostenible.

De esta forma, la discusión alrededor de los retos y perspectivas de la Gestión Local del
Riesgo en el municipio de Dosquebradas, se realizó a partir del estado del arte, para
determinar el nivel de conocimiento acerca de los riesgos y sus causas, verificar el nivel de
formulación y ejecución de los Planes Municipales de Gestión del Riesgo de Desastres
(PMGRD) y determinar el nivel de incorporación en el ordenamiento territorial, además de la
revisión y análisis de tres referentes: El Marco de Acción de Sendai 2015-2030, La Política
Nacional de Gestión del Riesgo adoptada por la Ley 1523 de 2012 y El Plan Nacional de
Gestión del Riesgo.

En dichos retos y perspectivas alrededor de la gestión del riesgo, se identificaron diferentes


aspectos relacionados con las necesidades y perspectivas identificadas durante el ejercicio
de investigación, entre ellos las relacionadas con el conocimiento del riesgo, reducción del
riesgo existente y prevención del riesgo futuro, manejo del desastre, articulación de
instancias territoriales y nacionales, articulación de actores gubernamentales y locales y la
incorporación del cambio climático en la gestión del riesgo de desastres.
ESTADO DEL ARTE

El municipio de Dosquebradas se encuentra ubicado en el departamento de Risaralda, en el


flanco occidental de la cordillera central, asentado sobre depósitos aluviales y fluvio
volcánicos, en una zona de relieve ondulado y fuertemente ondulado (Diagnóstico urbano,
S.F.). Donde se consolida una densa red drenaje que confluye en la quebrada con el mismo
nombre del municipio, para posteriormente desembocar en la margen derecha de la cuenca
media del río Otún. Cuenta con régimen de lluvias bimodal y precipitaciones entre los 2600
a 3200 mm/a, con variaciones anómalas en las partes más altas, rango altitudinal de 1.350
a 2100 msnm (Alcaldía de Dosquebradas, 2001).

La tasa de crecimiento poblacional del municipio es la más alta del departamento, y antes
del año 2000 la segunda a nivel nacional, dando como resultado un alto grado de
urbanización en la cabecera del municipio, La vocación industrial y comercial de la región
genera una presión adicional en la ocupación y construcción de núcleos urbanos dispersos.
La creación del municipio atendió a la necesidad de un alivio en la carga tributaria para las
industrias, sumado a la topografía y su ubicación entre ejes económicos (Diagnóstico
urbano, S.F).

Nivel de conocimiento acerca de los riesgos de desastres y sus causas

La Gestión del Riesgo Municipal debe incluir instrumentos de planificación, como el Plan
Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres (PMGRD), Plan de Ordenamiento Territorial
(POT) y una Estrategia de Respuesta a Emergencias, como mecanismos financieros y
sistemas de información.

El PMGRD de Dosquebradas, elaborado en el año 2012, cuenta con una identificación de


escenarios de riesgos, el cual se basa en la identificación de amenazas y evaluación de la
vulnerabilidad, A partir de esto se realiza una evaluación del riesgo del municipio, haciendo
una descripción de los efectos y de las principales pérdidas de manera general para
habitantes rurales y urbanos. A pesar de esto, la respectiva determinación de amenazas no
permite hacer una diferenciación entre la ubicación espacial de los habitantes, y su grado de
exposición, la propuesta metodológica desarrollada refiere unos factores de amenaza, que
corresponden a las amenazas puntuales existentes en todo el territorio, dejando de lado un
posterior análisis de factores de amenaza y factores de vulnerabilidad, que lleven a la
discusión sobre procesos, agentes y actores sociales involucrados en la configuración de
condiciones de riesgo de desastres.

El contexto biofísico y socioeconómico da una revisión superficial de las condiciones y


características del territorio, sin tomar en cuenta elementos que podrían ser de relevancia,
como, la cercanía o mezcla entre zonas residenciales y zonas industriales, la existencia de
poliductos cerca a la población, de fallas geológicas, además de asentamientos urbanos en
zonas de alto riesgo.

Así el PMGRD hace identificación de amenazas como sismos, inundaciones, avalanchas,


deslizamientos, incendios forestales y urbanos, derrame de sustancias peligrosas (gases y
líquidos tóxicos), contaminación, accidentes en las estaciones de gasolina, accidentes de
tránsito, aglomeraciones, y amenazas sociales y a su vez lo relaciona con la ocurrencia de
otros eventos, a partir de La Línea Base Ambiental con Énfasis en Riesgos, El Diagnóstico
ambiental del PBOT Y Escenarios de Riesgos construidos en el Taller Institucional de
Gestión del Riesgo.

De igual forma la evaluación de la vulnerabilidad presentada en este documento, se realizó


en relación a las amenazas que se presentan en el municipio, calificados así:

Factores de vulnerabilidad Alta:

Física: material de construcción de viviendas, transición en materiales de construcción de


viviendas, construcciones en zonas de ribera de quebradas, calidad de viviendas deficiente,
drenajes susceptibles a taponamiento, construcciones en laderas de alta pendiente.

Institucional: Mala planificación del desarrollo del Municipio, falta de mecanismos


adecuados de control, permisividad de las autoridades para la densificación y construcción
de nuevos asentamientos en zonas de peligro, desconocimiento de las normas por algunos
funcionarios, falta de interés en el tema por parte de los niveles políticos y administrativos,
no están definidos los mecanismos de articulación entre el Comité Regional para la
Prevención y Atención de Emergencias y Desastres (CREPAD) y el Comité Local para la
Prevención y Atención de Desastres (CLOPAD).

Sociales y Organizativa: Hacinamiento (más de tres personas por cuarto) en los sectores
subnormales, falta de organizaciones comunitarias para la prevención y atención de
desastres.

Factores de vulnerabilidad media:

Física: Mal estado colectores de agua residuales, viviendas construidas en madera y


bahareque, dificultad de acceso a algunas zonas residenciales, estaciones de gasolina
vulnerables a atentados terroristas, accidentes vehiculares, terremotos, mala manipulación
de sustancias, fatiga de materiales que pueden generar fugas explosiones o incendios,
viviendas en mal estado, población y elementos de infraestructura localizados en el área de
influencia, ríos y quebradas que pueden ser contaminados generando afectación de
ecosistemas y problemas de salubridad, exposición a intoxicación de la población localizada
en sectores aledaños, enfermedades y muerte.

Institucional: Ausencia de protocolos y procedimientos para el funcionamiento del CLOPAD.

Económica: Actividad laboral estable escasa, crisis económica que ha generado el cierre de
industrias y dejado desempleados, recurso limitados para la compra de predios en zonas no
vulnerables, escasez de recursos para realizar mantenimientos de viviendas y colectores.

Educativa: Muy baja escolaridad de los estratos más bajos, deficiencias en el componente
educativo y información pública en el tema de prevención de desastres.
Factores de vulnerabilidad baja:

Física: Inadecuada infraestructura para la lluvia de ceniza (posible contaminación de agua


potable y pérdida de áreas cultivables), techos en zinc que pueden verse afectados por
vendavales.

A pesar de que lo anterior fue desarrollado bajo la ley 1523 del 2012, Los factores de
vulnerabilidad institucionales hacen referencia a instancias antecesoras, como los CREPAD
y CLOPAD, y desconoce los componentes del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo, el
cual establece mecanismos para la articulación entre niveles nacionales y territoriales.

Por último aporta la evaluación del riesgo del municipio, haciendo una descripción de los
efectos y de las principales pérdidas de manera general, como se había mencionado
anteriormente, ante la ocurrencia de eventos. Desde el Plan de Desarrollo Municipal 2001-
2004 presenta una señalización del riesgo hidrológico y riesgo geológico por barrios, lo cual
pone en evidencia la necesidad de realizar una articulación y retoma de procesos, que
permitan determinar escenarios de riesgo de desastres y sus causas.

En el año 2016 se realiza la actualización del PMGRD, el cual se enfoca en la identificación,


caracterización y priorización de escenarios de riesgo, además de hacer referencia a la
creación de una matriz programática en la que plasman las acciones a realizar en función
de los procesos básicos para la gestión del riesgo de desastres estipulados en la ley 1523
del 2012, la cual no se encuentra en el documento suministrado en la alcaldía. En contraste,
la actualización aporta la caracterización general y priorización de los escenarios de riesgos,
con una clasificación según varios criterios como fenómenos amenazantes, actividades
económicas y sociales, y tipo de elementos expuestos, los cuales no se incluyen en el
primer PMGRD.

La administración se ha enfocado en la creación de medidas para la respuesta y atención


de emergencias, dejando pocas acciones para el aumento del conocimiento de los riesgos,
la reducción de riesgos actuales y la prevención de riesgos futuros. como resultado de esto
en la estructura institucional del municipio, la dependencia relacionada con el tema es la
Oficina Municipal para la Prevención y Atención de Desastres (OMPADE). De igual forma
dentro del PMGRD, el capítulo nueve presenta la conformación del comité local para la
prevención y atención de desastres, el cual debería llamarse Consejo Municipal de Gestión
del Riesgo (CMGRD) y contar con tres comités, en función de los procesos que permiten la
Gestión del Riesgo de Desastres, Comité para el conocimiento del riesgo, para la reducción
del riesgo, y para el manejo de desastres.

En el programa de gobierno de la administración 2016-2019 menciona la importancia de la


gestión del riesgo como un política de desarrollo indispensable y de vital importancia para la
planificación y gestión del territorio, en consecuencia de esto, plantea una serie de
propuestas, para abordar dicho proceso, las cuales son: Dosquebradas ciudad resiliente,
atención oportuna del Cambio Climático, apoyar el proyecto de la nueva estación de
bomberos a través de una adecuada infraestructura, fortalecer los organismos de socorro,
conocer, reducir, prevenir y atender el riesgo de origen natural o antrópicos, seguimiento y
control a la construcción de nuevas obras, a través de una revisión rigurosa de las licencias,
trabajar en obras de mitigación y control de procesos erosivos y deslizamientos en sectores
críticos del municipio, actualizar el plan de gestión del riesgo del municipio, elaborar e
implementar el Sistema de Información del Riesgo (SIR), controlar y regular la construcción
en zonas vulnerables, actualización censo población en zonas de riesgo y diseño del mapa
integral de Riesgo.
Lo anterior pone en evidencia información contenida en diferentes documentos científicos y
técnicos, los cuales pueden encaminar el desarrollo de un diagnóstico del territorio, lo más
acercado posible a la realidad de sus contextos biofísicos y socioeconómicos como soporte
de los instrumentos de planificación. Esto permitirá hacer una precisa prevención del riesgo
de desastres, a través de la correcta identificación de escenarios de riesgo. Además
muestra el direccionamiento de la administración municipal hacia la gestión del riesgo, la
cual requiere de la articulación del conocimiento, en herramientas y estrategias que
soporten la de toma de decisiones en el municipio.

Nivel de formulación y ejecución del Plan Municipal de Gestión del Riesgo de


Desastres (PMGRD)

El PMGRD fue realizado en el año 2012 y tiene una serie de proyectos, de los cuales no se
reportan indicadores de ejecución, tampoco se relacionan con los proyectos ejecutados en
el PDM, estos documentos se encuentran publicados en la página de la alcaldía de
Dosquebradas, sin embargo desde el año 2013 se inició la actualización, culminado en el
año 2016, este documento fue solicitado personalmente, pero no cuenta con una matriz de
planificación de proyectos.

Los siguientes proyectos fueron propuestos en el marco del PMGRD y fueron recogidos en
el programa de ejecución del POT: Actualización de la microzonificación sísmica local,
Estudio de zonificación de amenazas y riesgo geotécnico por deslizamientos en el área
urbana, el desarrollo de Planes Estratégicos de mitigación de los riesgos geotécnico e
hidrológico del municipio, y la evaluación de las amenazas antrópico-tecnológicas.

Nivel de incorporación de la gestión del riesgo en Plan de Ordenamiento Territorial


(POT) del municipio de Dosquebradas

El Plan de Ordenamiento Territorial (POT), es un instrumento de planificación y gestión


ambiental, el cual en el ejercicio de la gestión del riesgo incorpora los programas y
proyectos contenidos en los Planes Municipales de Gestión del Riesgo (PMGRD) y en el
Plan de Desarrollo Municipal (PDM). En este se encuentran contenidos los objetivos,
principios generales, determinantes, componentes, políticas, programas, estrategias, metas,
y normas adoptadas para orientar y administrar el desarrollo del territorio. Tiene como
finalidad la utilización racional del suelo, la sostenibilidad ambiental, la preservación del
patrimonio, la seguridad de la población ante situaciones de riesgo y el mejoramiento de la
calidad de vida de los habitantes.

Para la gestión del riesgo, el POT brinda estrategias que busquen promover y velar por la
prevención de desastres en asentamientos de alto riesgo, como lo indica en uno de sus
objetivos. También en el artículo 10, define los determinantes ambientales donde “Las
relacionadas con la conservación y protección del medio ambiente, los recursos naturales la
prevención de amenazas y riesgos naturales” corresponde al primer determinante contenido
en la norma. Este incluye también las políticas, directrices y regulaciones sobre prevención
y amenazas de riesgos naturales, la localización de áreas de riesgo para asentamientos y
las estrategias para el manejo de esas áreas.
Entre otros aspectos relacionados con la gestión del riesgo son:

 El establecimiento de los mecanismos que permitan al municipio, en ejercicio de su


autonomía, entre otros, la prevención de asentamientos de alto riesgo.
 Garantizar que la utilización del suelo por parte de sus propietarios se ajuste a la
función social de la propiedad y permita la protección del medio ambiente y la
prevención de desastres.
 Mejorar la seguridad de los asentamientos humanos ante los riesgos naturales.
 Determinar las zonas no urbanizables que presenten riesgos para localización de
asentamientos humanos o que presenten condiciones insalubres para la vivienda.
 Localizar las áreas críticas de recuperación y control para la prevención de
desastres.
 El señalamiento y localización de las áreas de riesgo para asentamientos humanos,
así como las estrategias de manejo de zonas expuestas a amenazas y riesgos
naturales.

Para el municipio de Dosquebradas el POT cuenta con políticas, objetivos y estrategias


para el ordenamiento del territorio en cada una de las siete líneas estratégicas que contiene,
entre ellas la de gestión del riesgo. En ella, se proponen estrategias tanto para el
componente del conocimiento del riesgo como para la reducción del mismo. Dentro de las
estrategias de conocimiento del riesgo se encuentra por ejemplo la realización de estudios,
implementación de la red de alertas tempranas, formulación y divulgación de la Estrategia
Municipal de Respuesta Ante Emergencias. Cabe destacar que se hace necesario mayor
rigurosidad en las estrategias de este componente, debido a que el conocimiento y
comunicación del riesgo debe darse mediante procesos de desarrollo local donde la
comunidad se adueñe de dicha información, y tome participación en el proceso de gestión
del riesgo. también es de suma importancia la participación de los centros de investigación,
de las instituciones públicas y privadas y los sistemas de información, que se relacionen con
la generación de conocimientos, investigaciones y nuevos estudios del riesgo, así como de
los factores de amenaza y factores de vulnerabilidad asociados a procesos generadores de
esas condiciones de riesgo, que muchas veces por tratarse de procesos sociales o
económicos complejos, invisibilizan parte de las causas de dichas condiciones.

De igual forma, el componente de reducción para el municipio cuenta con estrategias como:
estudios de aptitud de uso del suelo, implementación de planes de contingencia para
empresas de servicios públicos, restricción a zonas de riesgo, manejo integral de áreas
liberadas, entre otros. Aunque, las anteriores estrategias contribuyen a la reducción del
riesgo en cierta medida, cabe aclarar que las estrategias propuestas por el POT del
municipio no responden de manera integral a la reducción del riesgo, debido a que muchas
de ellas son medidas de intervención inmediata, haciéndose necesario nuevas, y un mayor
número de estrategias y acciones que verdaderamente respondan a procesos de
configuración del riesgo más profundos, como lo es, la reducción de la degradación
ambiental del municipio, las dinámicas de desigualdad y pobreza, el papel de las
instituciones privadas y públicas, y la responsabilidad de la autoridades ambientales en la
intervención de factores generadores de riesgo, por ejemplo, velar por la transparencia en
las licencias y permisos de construcción en zonas de riesgo, verdadero control en la
ocupación y asentamientos en zonas de riesgo, entre otras acciones que deberían ser
introducidas para complementar y hacer efectiva dicha reducción.

En cuanto a los objetivos planteados en el POT, en el municipio de Dosquebradas se ha


realizado un estudio de identificación y evaluación del riesgo en la zona urbana del
municipio, este incluye un inventario de viviendas en zonas de riesgo realizado en el año
2009, en donde se identifica un 38% de viviendas en zona de riesgo no mitigable, y un 62%
en zona de riesgo mitigable. Con lo anterior, se tiene información de dichas viviendas
expuestas y se puede deducir que en comparación con los datos del inventario realizado en
el 2004, se han incrementado en gran medida el número de viviendas expuestas,
especialmente las de riesgo no mitigable, así como los asentamientos ubicados en estas
zonas. También cabe resaltar que el inventario se encuentra desactualizado por tratarse de
diez años transcurridos desde su última actualización, y las dinámicas de la población
cambian constantemente las características del riesgo, por lo tanto, se esperan resultados
actuales muy diferentes, donde seguramente se han configurado más escenarios de riesgo,
y ha aumentado de manera acelerada la exposición de la comunidad frente a las amenazas.
Pero, en este caso no hay información actual que confirme el estado de la comunidad
ubicada en zonas de riesgo, lo que hace más difícil la correcta intervención.

Según el POT, se hace necesaria la delimitación de las áreas expuestas a amenazas y


riesgos naturales, la definición de los suelos de protección donde no se puede urbanizar por
riesgo de desastres, mecanismos para la reubicación de los asentamientos humanos
localizados en zonas de alto riesgo, estrategias para evitar su nueva ocupación y el
desarrollo de viviendas de interés social. De lo anterior, el municipio de Dosquebradas
cuenta con la delimitación de áreas expuestas a amenazas, representadas en un mapa de
“identificación de zonas de riesgo” realizado por la CARDER, el cual además de estar
incompleto y confuso, debido a que no se pueden reconocer las áreas señaladas, también
se encuentra desactualizado debido a que fue realizado en el año 2000, por lo tanto existe
un vacío en dicha información.

Cuenta también con un diagnóstico de riesgos ambientales realizado en el 2008 por la


CARDER igualmente desactualizado, y un inventario de viviendas en zonas de riesgo
actualizado en el año 2009, el cual constituye el soporte del POT. En este caso hay un
grave error de planificación, debido a que la propuesta de estrategias se basa sobre
información muy antigua, donde el transcurrir del tiempo en el territorio hace posibles
muchos cambios y nuevas dinámicas que no son tomadas en cuenta, un ejemplo de ello es
el aumento en el número de viviendas en riesgo y el aumento de las construcciones en
zonas poco seguras para la población.

Se encuentran también los lineamientos para el manejo de las áreas liberadas por procesos
de reasentamiento del año 2006 y un mapa de análisis de vulnerabilidad socioeconómica y
ambiental a los incendios forestales del 2008, siendo este el único análisis de vulnerabilidad
del municipio contenido en el POT, cabe destacar que los incendios forestales no son la
única amenaza del municipio y que las demás amenazas no son menos importantes, al
contrario, son más frecuentes en este contexto. Por último contiene el mapa con los
lineamientos para el manejo de áreas liberadas, pero este no se han actualizado,
presentando un sesgo en la información, para la formulación y el desarrollo de estrategias
que permita la adecuada gestión y actuación sobre el territorio.

En cuanto a los mecanismos de reubicación de asentamientos en zonas de riesgo alto no


mitigable es responsabilidad de la Oficina Municipal de Prevención y Atención de Desastres
(OMPADE) y del ente administrativo encargado de las viviendas de interés social, tener
actualizados los inventarios de vivienda en zonas de alto riesgo, los estudios socio-
económicos y físico-ambientales para determinar las condiciones de riesgo y así formularse
el plan estratégico de implementación de medida de mitigación, mejoramiento integral y
reubicación de viviendas, esto aún no ha sido realizado por las entidades a cargo.

El POT tiene en cuenta los proyectos relacionados con el PMGRD, donde para los
componentes de conocimiento, reducción y manejo del desastre, se plantean acciones
como la microzonificación sísmica, evaluación de la vulnerabilidad sísmica, evaluación de
riesgos antrópico-tecnológicos, formular e implementar el plan municipal de adaptación al
cambio climático y fortalecer la red hidroclimatológica y acelerográfica del territorio. Todos
estos son responsabilidad de la planeación municipal (OMPADE), de los cuales ninguno se
ha realizado o también se encuentran en el proceso de formulación.

Para la reducción del riesgo se propone entre otras acciones, reubicar los asentamientos
localizados en zonas de riesgo hidrológico y geotécnico del municipio. Por último, en el
componente de manejo se proponen acciones como formular e implementar el Plan
Sectorial de Prevención y Atención de Desastres, en donde el responsable es la OMPADE.
Cabe resaltar que a pesar de las acciones ya propuestas en el POT, se hacen necesarios
más proyectos que de manera integrada respondan a la verdadera reducción y gestión del
riesgo de desastres, debido a que las estrategias parciales que se proponen no generarían
un verdadero cambio para la disminución de las condiciones de riesgo.

Para el componente de manejo del desastre, se proponen simulacros, adecuación de zonas


para albergues, diseñar e implementar un módulo para la atención de urgencias, adquirir
capacitaciones para los organismos de socorro, implementar planes familiares de respuesta
a emergencias, entre otras acciones, no debería centrarse solamente en la respuesta y
atención de la emergencia, por ejemplo en la práctica de simulacros que muchas veces no
funcionan como lo previsto, sino que también hacen falta planes detallados de contingencia
y manejo del desastre donde se tenga definidas las acciones, los recursos a utilizar, el paso
a paso detallado del manejo de la emergencia, las entidades, instituciones públicas y
privadas y las personas responsables de cada labor en el momento de la emergencia. Así
como asegurar la disponibilidad de todos los equipos, el personal y los recursos financieros
necesarios previamente planteados y definidos en una Estrategia de Respuesta a
Emergencias, que pueda funcionar también de manera coordinada con los demás actores y
que se incorpore a las acciones conjuntas de todas las entidades involucradas.

En los proyectos a corto, mediano y largo plazo para la gestión del riesgo contenidos en el
numeral 16.7, que corresponde a los programas de ejecución, se propone lo siguiente:

Proyectos a corto plazo:


 La primera fase del plan integral de mitigación del riesgo y relocalización de
viviendas.
 Estudios de vulnerabilidad sísmica.
 Otros estudios como la delimitación y caracterización de zonas susceptibles a
deslizamientos en el área rural, estudio de zonificación de amenazas y riesgo
geotécnico por deslizamientos en el área urbana, planes estratégicos de mitigación
de los riesgos geotécnicos e hidrológico, la evaluación de la amenazas antrópico-
tecnológicas, la actualización y ajuste de plan municipal para la gestión local del
riesgo (ley 1523/12) .

Para el mediano y largo plazo no se propone ningún proyecto relacionado con la gestión del
riesgo, esto representa, una falla grave debido a que no solamente se deben proponer
proyectos en el corto plazo, sino que también se debe planear y generar acciones sobre el
riesgo futuro para reducirlo y si es posible evitarlo, a esto se le llama gestión prospectiva,
que además de garantizar que no se sigan configurando factores de amenaza y
vulnerabilidad, también intenta prevenir y evitar los riesgos que se puedan generar en un
futuro, sean riesgos ya existentes o nuevos riesgos.

En conclusión, a pesar de la existencia e incorporación del PMGRD, hay un bajo nivel en


cuanto a la gestión integral del mismo y su incorporación en el ordenamiento territorial del
municipio de Dosquebradas, pese a las acciones y estrategias en pro de mejorar dichas
condiciones de riesgo, estas no representan un verdadero marco para el cambio e
intervención de los riesgos identificados. A pesar de que el municipio incorpora elementos
de planificación de la gestión riesgo en el ordenamiento territorial, existen grandes vacíos en
la información acerca de los escenarios de riesgo, mapas de riesgo, estudios de
vulnerabilidad y exposición de la población a dichas amenazas, y demás elementos
informativos y de conocimiento que corresponden a la línea base municipal. Siendo esta de
gran importancia para la correcta formulación y ejecución de acciones y estrategias que
contribuyan a disminuir esas condiciones y factores de riesgo. Se debe garantizar por lo
menos la realización, actualización y disponibilidad de dichos estudios e información y la
correcta intervención y propuesta de acciones en los tres componentes: conocimiento,
reducción y manejo del desastre, que contribuyan a corregir las verdaderas causas y
factores que generan vulnerabilidad y que acentúan las amenazas como tal. Sin dicho
proceso realizado de manera integral y conjunta con todos los actores y responsables
involucrados se estaría apaciguando el problema, corrigiendo solo de manera superficial y
por lo tanto las condiciones de riesgo se seguirán generando y se incrementarían en todo el
municipio.

Proyectos relacionados con la gestión del riesgo de desastre en la administración


2016-2019 de Dosquebradas, Risaralda

A continuación se presentan los documentos relacionados con la gestión del riesgo


presentes en el Banco de Proyectos 2016-2019 de la alcaldía de Dosquebradas, y que
cuentan con informes de ejecución del año 2018.

Mejoramiento de las condiciones de habitabilidad de la población del municipio de


Dosquebradas, Risaralda, Occidente:
Año Inicio: 2016
Año Final: 2023
Responsable: Instituto de Desarrollo Municipal de Dosquebradas.
Vinculado a: Dosquebradas Empresa de todos 2012-2015

Descripción: Gestionar proyectos para reubicar familias localizadas en zonas de alto riesgo,
a través del diseño e implementación de políticas por parte del Instituto de Desarrollo
Municipal de Dosquebradas. Para lograrlo, implementa estrategias que facilitan la gestión
ante entidades del Estado y de cooperación internacional para la consecución y posterior
otorgamiento de subsidios de vivienda familiar, de mejoramiento de vivienda y de
reubicación de vivienda, así como la implementación de programas de titulación y
legalización de predios y de intervención de proyectos de vivienda (Instituto de Desarrollo
Municipal de Dosquebradas, 2016).

Actualización Proyecto de gestión del riesgo en suministro de los servicios de acueducto y


alcantarillado prestados por Serviciudad Dosquebradas, Risaralda, Occidente

Año inicio: 2009


Año final: 2024
Responsable: SERVICIUDAD ESP
Vinculado a: Plan de Desarrollo Municipal - Acuerdo No 006 de mayo 26 de 2016 “POR
MEDIO DEL CUAL SE ADOPTA EL PLAN DE DESARROLLO “DOSQUEBRADAS
COMPROMISO DE TODOS” PARA EL PERIODO CONSTITUCIONAL 2016-2019.
Descripción: Debido a la debilidad Operativa con los sistemas de agua potable y
alcantarillado para enfrentar la ocurrencia de eventos extraordinarios de origen natural o
antrópico, las actividades corresponden a la adquisición de maquinaria y equipo para
atender emergencias de acueducto y alcantarillado, realización de actividades que mitiguen
el riesgo en la infraestructura de acueducto y de alcantarillado (SERVICIUDAD ESP, 2017).

Fortalecimiento de la Gestión integral del Riesgo en el Municipio de Dosquebradas,


Risaralda, Occidente
Año inicio: 2016
Año final: 2020
Responsable: Alcaldía de Dosquebradas, Oficina Municipal Prevención y Atención de
Desastres (OMPADE)
Vinculado a: Plan de Desarrollo Compromiso de Todos 2016-2019.

Descripción: Generar el fortalecimiento de la capacidad de gestión del riesgo municipal,


mediante el desarrollo de programas de prevención, atención y fortalecimiento institucional y
comunitario, con mano de obra calificada, materiales para la construcción de obras de
mitigación, mano de obra no calificada, equipos de cómputos, ayudas humanitarias y
realización de estudios (Alcaldía de Dosquebradas OMPADE, 2016).

Política Nacional de Gestión del Riesgo (Ley 1523 del 2012)

Esta ley se crea con el fin de adoptar la política nacional de gestión del riesgo de desastres
y establecer el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (SNGRD) que
reemplaza al Sistema Nacional para la Atención y Prevención de Desastres creado por la
ley 46 de 1988. En esta nueva política, el SNGRD tiene como objetivo llevar a cabo el
proceso social de la gestión del riesgo para mejorar la calidad de vida de los habitantes,
contribuir al desarrollo sostenible y a la seguridad de la población colombiana.

Entre sus objetivos están los de “desarrollar, mantener y garantizar el proceso de


conocimiento del riesgo”, “de manejo de desastre” y “desarrollar y mantener el proceso de
reducción del riesgo”, cada uno con sus respectivas acciones. La ley también establece los
procesos a las que corresponden los anteriores objetivos los cuales son: el conocimiento del
riesgo, reducción del riesgo y el manejo de desastres, para cada uno de ellos existe un
comité encargado (Comité Nacional para el Conocimiento del Riesgo, para la reducción del
riesgo y para el manejo de desastres). El SNGRD cuenta también con instancias de
orientación y coordinación, como el Consejo Nacional para la Gestión del Riesgo (CNGRD)
encargado de orientar el sistema nacional; la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo
de Desastres (UNGRD) encargada de articular y coordinar entre los niveles nacional y los
territoriales, además de cumplir también una función asesora para el Consejo Nacional;
además lo componen los tres comités nacionales para el conocimiento y reducción del
riesgo y el manejo del desastre; por último están los Consejos departamentales, distritales y
municipales para la gestión del riesgo (CDGRD y CMGRD).

Según el artículo 27, los CDGRD y CMGRD son instancias de coordinación, asesoría,
planeación y seguimiento, los cuales deben garantizar la articulación de los procesos para
la gestión del riesgo en cada entidad territorial. Así mismo, estos consejos pueden
establecer comités para la coordinación de cada uno de estos procesos, siguiendo la misma
orientación del nivel nacional. También, del SNGRD hacen parte las corporaciones
autónomas regionales, las cuales como integrantes de los consejos territoriales deben
apoyar en los procesos de gestión del riesgo a las entidades territoriales bajo su
jurisdicción.

En este sentido, es responsabilidad de la gobernación y la alcaldía como coordinadores de


sus respectivos Consejos (CDGRD y CMGRD) implementar procesos de reducción del
riesgo, pero también de las corporaciones autónomas ayudar en los estudios para el
conocimiento y reducción del mismo, e incorporarlos en los POMCA, POT y PDM. Lo
anterior, ha representado un avance en la planificación y ordenamiento del territorio, pero
lastimosamente el ejercicio de articulación y coordinación de acciones, programas y
proyectos no se ha realizado de la mejor manera, especialmente entre el Plan Nacional de
Gestión del Riesgo (PNGRD) con los POT, un ejemplo de ello es la articulación de los
proyectos del plan de ordenamiento de Dosquebradas donde solamente contemplan
acciones al corto plazo, siendo el mediano y largo plazo horizontes importantes para la
reducción de condiciones de riesgo.

También, como lo indica en el artículo 39 de la presente ley, se debe integrar la gestión del
riesgo en la planificación y considerar el riesgo como “un condicionante para el uso y la
ocupación del territorio, evitando nuevas configuraciones de riesgo”. Por tal motivo, la
planificación a corto plazo en algunos planes de ordenamiento territorial se queda corta para
el verdadero ejercicio de la gestión integral del riesgo.

Por otra parte, la ley también indica que las corporaciones autónomas deben incorporar el
cambio climático en la gestión ambiental del territorio, pero la incipiente información
disponible del tema, la falta de interés, así como la poca realización de estudios e
investigaciones acerca del cambio climático y su influencia en la configuración de
escenarios de riesgo, a pesar de ser un insumo de importancia para la toma de decisiones y
la generación de estrategias, las cuales no atenderán a esta necesidad si no se fundamenta
su relación con la gestión del riesgo.

Marco de Acción de Sendai (2015 - 2030)

Es un instrumento adoptado en la tercera conferencia Mundial de las Naciones Unidas


celebrada en Sendai, Japón, el 18 de marzo por países de la ONU y la oficina de las
Naciones Unidas para la reducción del riesgo de desastres. A través de sus elementos este
documento permite darle continuidad al Marco de Acción de Hyogo 2005-2015, el cual
pretendía un aumento de la resiliencia de los países y de las comunidades ante los
desastres para reducir las pérdidas de vidas humanas, bienes sociales, económicos y
ambientales.

El marco de Sendai presenta un énfasis en la gestión del riesgo de desastres en lugar de la


gestión de desastres y define siete objetivos mundiales, entre ellos el de la reducción del
riesgo de desastres como un resultado esperado. Contiene un objetivo principal que agrupa
varios aspectos como la prevención de nuevos riesgos, la reducción de los ya existentes y
el reforzamiento de la resiliencia. También formula unos principios rectores que incluyen: la
responsabilidad primordial de los Estados de prevenir y reducir el riesgo de desastres, la
participación de toda la sociedad y las instituciones y el alcance de la reducción del riesgo
de desastres. Además se ha extendido hacia la discusión, tanto de las amenazas naturales
y las de origen humano como en los riesgos ambientales, tecnológicos y biológicos
relacionados. Derivado de esto, plantea cuatro prioridades de acción: la comprensión del
riesgo de desastres, el fortalecimiento de la gobernanza del riesgo de desastres para
gestionar dicho riesgo, la Inversión en la reducción del riesgo de desastres para la
resiliencia y el aumento de reconstrucción adecuada después del desastre.

Este tratado internacional propone un marco para la reducción del riesgo de desastres con
visión a futuro, y plantea la gestión del riesgo de desastres desde un análisis de sus
dimensiones, vulnerabilidad y características de las amenazas. También menciona la
cooperación internacional como una estrategia, enfocada en el apoyo entre países, lo cual
requiere crear, coordinar y realizar un seguimiento de políticas, planes, proyectos y metas,
que permitan la reducción del riesgo de desastre a nivel local, nacional, regional y mundial.

El marco brinda unas directrices fundamentales para abordar el riesgo de desastre, también
propone la articulación de varios actores tanto gubernamentales como de la misma
comunidad local, regional, nacional e internacional. Por otra parte, busca fortalecer la
creación de mecanismos de socialización, retroalimentación y la evaluación de las medidas
propuestas, por medio de indicadores. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el Marco
de Sendai aporta planteamientos generales, que al momento de ser aplicados, deben
contemplar particularidades de acuerdo a los actores que intervienen en la planeación de
cada territorio, así como las características y dinámicas sociales y naturales específicas.

De esta forma presenta lineamientos generales, que se entiende como un marco de


actuación alrededor de las cuatro prioridades definidas anteriormente, el cual permite la
aplicación de estas estrategias a través de las características gubernamentales de cada
país, dejando espacio para la autonomía de cada ente territorial. Para ello es necesario la
articulación de actores gubernamentales y locales, pero en el territorio dicha articulación no
opera, las comunidades locales desconocen sus escenarios de riesgo, y las dinámicas
asociadas a la generación de esas condiciones de riesgo y las instituciones necesitan de
fortalecer las estrategias de comunicación con las comunidades, para coordinar acciones
conjuntas e incluir comunidades en la Gestión Local del Riesgo, y que las medidas no se
centren en las soluciones técnicas, como es el caso de la construcción de obras de
infraestructura, que muchas veces no responden a las dinámicas del territorio, y por lo tanto
no llevan a disminuir el riesgo de desastres.

Plan Nacional de Gestión del Riesgo de Desastre (2015-2025)

Constituye una hoja de ruta para el país, la cual define los objetivos, programas, acciones,
responsables y presupuestos, mediante los cuales se ejecuta los procesos de conocimiento
del riesgo, reducción del riesgo y manejo de desastres en el marco de la planificación del
desarrollo nacional. Este convoca a los diferentes actores del Sistema Nacional de Gestión
del Riesgo de Desastres (SNGRD) a implementar acciones conjuntas para llevar a cabo el
proceso social de la gestión del riesgo, contribuyendo a la seguridad, la calidad de vida y al
desarrollo sostenible.

En el PNGRD plantea el riesgo como un problema de desarrollo y la gestión del riesgo


como proceso transversal (integración de entidades que componen el SNGRD), el cual
debe tener conexión con la planificación territorial y la adaptación al cambio climático, por
ello es necesaria la construcción de políticas en común que medien en los ámbitos sociales,
políticos, económicos y ambientales del país, que estén orientadas por criterios técnicos,
presupuestal, de seguimiento y monitoreo con el fin de llevar a cabo su cumplimiento. La
inclusión de medidas de adaptación al cambio climático en la GRD permite reducir los
riesgos de desastre y los efectos asociados a pérdidas y daños por la ocurrencia de eventos
climáticos e hídricos que puedan aumentar la amenazas naturales y socio-naturales
derivadas y asociadas con los agentes meteorológicos.

El documento del Plan Nacional de Gestión del Riesgo está estructurado en dos
componentes, un Componente General el cual contiene el marco estratégico de la gestión
del riesgo y un Componente Programático en el que se incorporan los programas, los
proyectos, los objetivos de proyecto, las metas y responsables de la implementación para el
periodo 2015-2025. El PNGRD reemplazó al Plan Nacional de Prevención y Atención de
Desastres que estuvo vigente desde 1998 hasta 2015 y del cual se re incorporaron algunos
aspectos que tienen relación con el objetivo general del PNGRD.

En el componente General del marco estratégico de la gestión del riesgo se propone en sus
objetivos la producción de información técnica a través de programas de investigación y
evaluación de amenazas naturales por parte de las instituciones técnicas y científicas,
Corporaciones Autónomas Regionales, SGC, IDEAM, IGAC, CCO, DIMAR (CIOH, CCCP),
con la cual se pueda realizar la identificación y mapeo de elementos expuestos a amenazas
y su respectivo origen, con el fin de realizar el análisis de riesgos de desastres y diseñar e
implementar medidas de prevención, mitigación de riesgos y manejo de desastres. Además
hace mención a la responsabilidad que tienen las organizaciones privadas con la
identificación del riesgo a desastres en torno a su organización y el respectivo manejo de
estos, para impedir la generación de impactos dentro y fuera de está.

Un Plan para la Gestión del Riesgo debe entenderse como un documento de largo plazo
que servirá como insumo para que los planes de desarrollo, sectoriales, de ordenamiento
territorial y ambiental, y de ordenamiento y manejo de cuencas hidrográficas puedan a su
vez identificar los escenarios de riesgo y seleccionar las medidas correctivas y prospectivas
requeridas en función de la complejidad de dicho escenarios y el entendimiento correcto de
la gestión del riesgo como estrategia de desarrollo sostenible.

Retos y perspectivas de la Gestión Local del Riesgo


La transformación hecha por el hombre a la naturaleza y por ende los modos de ocupación,
generan unas condiciones específicas en el territorio. Los cuales se traducen en factores de
amenaza y vulnerabilidad, resultado de una serie de procesos que responden al encuentro
de particularidades culturales, sociales, políticas, económicas e históricas, determinantes en
la configuración del riesgo de desastres. La gestión del riesgo hace alusión al manejo de
situaciones de riesgo, no el manejo de desastres, desde este abordaje se plantea la
mitigación, como el uso de medidas de control de la naturaleza a través de obras de
infraestructura, aplicación de tecnologías, entre otras estrategias, y la prevención como el
conjunto de acciones y medidas encaminadas a reducir tanto los factores de amenaza como
los de vulnerabilidad, lo que implica entender el riesgo de desastres como un proceso
resultado de la complejidad ambiental propia de cada territorio.

Cabe resaltar, que la condición dinámica de los territorios incide directamente en entender
que la configuración de condiciones de riesgo es un proceso continuo, debido a la
generación y consolidación de nuevos escenarios que se pueden materializar en desastres.
Lo anterior, implica reducir el riesgo o llevarlo a un estadio de condiciones de riesgo
“aceptables”, que permitan a las comunidades convivir y mantener sus formas de vida bajo
las condiciones dadas por las dinámicas socio-naturales.

La gestión debe ser entendida como un manejo integral, por lo tanto la propuesta de
medidas debe ser pensadas desde la previsión del riesgo de desastres y el control de sus
factores y causas, a través del conocimiento del riesgo y la planificación de la gestión, para
que sea permanente, y no permita la progresión de la vulnerabilidad, la cual es causa de la
introducción y aceleración de dinámicas de configuración de riesgos de desastres y a su vez
efecto de ciertas condiciones derivadas de modelos sociales, políticos y económicos que
provocan el aumento de la vulnerabilidad (Narváez, Lavell y Pérez, 2009).

En este sentido, el territorio nacional como sus entidades territoriales presentan retos
relacionados con la gestión integral del riesgo, de manera que garanticen para el territorio
un desarrollo sustentable y la seguridad de la población asentada. Para caso del municipio
de Dosquebradas, los retos se hacen aún más evidentes cuando múltiples problemas se
entrelazan y se materializan como falencias, las cuales son tanto institucionales como
también territoriales. En este caso, se hace más difícil llevar a cabo el proceso de gestión
del riesgo y por ende obtener los resultados esperados. Para el municipio de Dosquebradas
se han identificado diferentes retos, los cuales se mencionan a continuación:

Conocimiento del riesgo:

En los Planes de Gestión del Riesgo y en la Política Nacional de Gestión del riesgo de
Desastres se hace referencia a la necesidad de generar procesos de conocimiento del
riesgo, esto se encuentra contenido en los objetivos del Sistema Nacional de Gestión del
Riesgo de Desastres, donde se debe “Desarrollar, mantener y garantizar el proceso de
conocimiento del riesgo” para lo cual se proponen acciones como: la identificación de
escenarios de riesgo, factores de riesgo, orígenes, causas y su transformación en el tiempo;
la evaluación del riesgo, el seguimiento y comunicación de este. Por lo tanto, conociendo de
antemano los documentos, estudios e información disponible para el municipio de
Dosquebradas, se hace necesario la actualización de la información relacionada con la
gestión del riesgo en el municipio.

También, aunque se han realizado estudios, investigaciones y mapas de riesgos de


Dosquebradas, esta información no se ha articulado con el Plan de Ordenamiento Territorial
(POT), ni con los Planes Municipales de Gestión del Riesgo (PMGRD), los cuales también
presentan informes muy antiguos y desactualizados de las condiciones del territorio, así
como los factores de vulnerabilidad y amenaza. Dicha información es clave para el proceso
de formulación y ejecución de estrategias acordes a las situaciones actuales del municipio.
Sin estos insumos, no se visualiza la mejor ruta para actuar sobre prioridades y
necesidades del territorio, por lo tanto la gestión del riesgo no representará un avance en la
seguridad y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. También, se hace
evidente la necesidad de realizar estudios más detallados, que fundamenten las acciones
correctivas y preventivas específicas para aplicar en cada zona del municipio, debido a que
los escenarios de riesgo pueden ser tan variados y concretos como las condiciones y
contextos mismos del territorio. Por tal motivo, generalizar en la investigación y en la forma
de intervenirlos es un error muchas veces cometido por las entidades institucionales.

Reducción del riesgo existente y prevención del riesgo futuro:

Entre los objetivos del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres contenidos en
la ley 1523 del 2012 se encuentra también el objetivo relacionado con la reducción del
riesgo de desastres donde se proponen acciones como: la intervención prospectiva
mediante acciones de prevención, la intervención correctiva mediante acciones de
mitigación y la protección financiera mediante instrumentos de retención y transferencia del
riesgo. Estas acciones buscan en principio la reducción del riesgo existente, pero también
velan por la prevención del riesgo futuro. Lo anterior, hace parte de la gestión prospectiva
del riesgo y en principio busca prevenir riesgos futuros, esto es importante debido a que su
accionar es intervenir en las causas que generan el riesgo. Pero, dicho ejercicio se queda
corto cuando se implementan las estrategias propuestas por los municipios en los POT,
para el caso de dosquebradas, se proponen por ejemplo acciones como la reubicación de
asentamientos que responden únicamente a la intervención del riesgo actual y la gestión
prospectiva del riesgo parece ser una utopía, que no se ha podido alcanzar. Esto se
evidencia en el vacío para la prevención del riesgo de desastres, debido a que casi todas
las estrategias propuestas responden a la reducción o mitigación de riesgos ya existente o
en el peor de los casos solo atienden necesidades inmediatas del manejo del desastre.

También, en el plan de ordenamiento del municipio no se propone ningún proyecto


relacionado con la gestión del riesgo para el mediano y largo plazo, lo que representa una
falla en la planeación y gestión del riesgo, debido a que es necesario intervenir en la
formación de nuevos factores de vulnerabilidad y riesgo. Esto solo se logra a partir de la
planeación estratégica y la intervención de causas de fondo, dinámicas y procesos
estructurales, que muchas veces con acciones al corto plazo, no representan un cambio de
las condiciones de la población y los escenarios de riesgo a los cuales podrían estar
expuestos. Por lo tanto, es de suma importancia incluir proyectos para la gestión del riesgo
en el mediano y largo plazo, aún más cuando se trata de territorios con dinámicas
específicas, como lo es el aumento de la población y el aumento de construcciones en
zonas de riesgo sin ningún tipo de control, ni estudios correspondientes. De esta manera
surgen nuevos riesgos y se acentúan aún más los problemas del municipio.

Dosquebradas presenta falencias en cuanto a la existencia de asentamientos subnormales


y dispersos, derivado de la ausencia en los instrumentos de planeación urbana, de un eje
rector como la función pública del Urbanismo y la priorización del uso de normas de
sismoresistencia en relacionadas con las características del suelo y el tipo de materiales y la
forma en que se construye. También, de acuerdo al estudio de identificación y evaluación
del riesgo en la zona urbana contenido por el POT, el 38% de viviendas está en zona de
riesgo no mitigable, y un 62% en zona de riesgo mitigable, lo que muestra la deficiencia en
la planificación, control y uso de la normatividad por parte de las entidades encargadas. Es
necesaria la reducción de riesgo existentes a través de acciones correctivas en las zonas
que presentan riesgos mitigables y de reubicación en las zonas de riesgos no mitigable. El
programa de mejoramiento de las condiciones de habitabilidad, propuesto para
desarrollarse entre 2016 y 2023, por parte del Instituto de Desarrollo Municipal, con el fin de
reubicar familias en alto riesgo, debe garantizar el desarrollo adecuada y oportuno con el fin
de mejorar las condiciones de habitabilidad de la población expuesta a riesgos inminentes,
a través de la determinación de responsabilidades específicas de los actores, y el uso de
estrategias que permitan la incorporación de la comunidad para el mantenimiento de las
medidas.

Manejo del desastre:

En Dosquebradas se desarrolló la Estrategia Municipal de Respuesta a Emergencias


.(EMRE) con el objetivo de brindarle protección a la población, mejorar la seguridad, el
bienestar y la calidad de vida, además de cooperar con su desarrollo sostenible. Se
establecieron los escenarios de riesgo para el municipio y de igual forma se priorizaron
dichos escenarios, sirviendo como insumo para la clasificación de las emergencias y los
desastres, además de determinarse también el protocolo para proceder frente a cualquier
respuesta de la Dirección de Gestión del Riesgo (DIGER) ante la posible ocurrencia de un
desastre.

La estrategia resulta simple en sus componentes, pues no presenta de manera explícita con
que herramientas se dará respuesta a los desastres, sin embargo plantea los niveles de
emergencia y su categorización según el tipo de afectación para tener un conocimiento del
contexto del mismo. Lo anterior pone en evidencia la necesidad de incorporar acciones que
permitan empoderar a las comunidades en el mantenimiento de los sistemas de alertas
temprana, además de la creación de planes detallados, donde se definan acciones y
responsables que lleven a una respuesta coordinada.
La socialización y divulgación se convierten en dos ejercicios vitales para la construcción de
una EMRE que represente la disminución de los impactos en momentos de emergencia. Así
la socialización de este documento a toda la comunidad, debe hacerse durante diferentes
etapas de la formulación de la estrategia, de esta forma incorporar experiencias y
percepciones de los habitantes, Este tipo de estrategia debe tener participación obligatoria
diferentes actores de la comunidad, que lleve a la apropiación de la estrategia por la
comunidad, y a partir de ahí plantear alternativas, definir sus propias estrategias, crear
comités locales, de igual modo la divulgación permite mantener una retroalimentación sólida
y por ende lograr la efectividad de las medidas.

Articulación de instancias territoriales y nacionales:

Los Consejos municipales y Departamentales (CMGRD y CDGRD) deben garantizar la


articulación de los proceso de gestión del riesgo (conocimiento, reducción y manejo del
desastre) en cada entidad territorial, según lo dispuesto en al ley 1523 del 2012.

Los municipios, departamentos y distritos, así como las empresas prestadoras de servicios
públicos, empresas privadas y el sector productivo que puedan ser afectadas por eventos
peligrosos o cuya actividad pueda generar peligros para la sociedad, deberán identificar
acciones de reducción del riesgo correctivas (reducir riesgos ya existentes), deberán
determinar el orden de prioridad para las intervenciones y ejecutar los programas de
reducción de riesgos como medidas costo eficientes de desarrollo (Unidad Nacional para la
Gestión del Riesgo de Desastres, 2015).

Como política de reducción de riesgos, el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, el


Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el Departamento para la Prosperidad Social y
en general las entidades encargadas de Vivienda, deben promover proyectos de
mejoramiento del entorno, reasentamiento de población ubicada en zonas de alto riesgo no
mitigable, la construcción de adecuados soportes urbanos (equipamientos, infraestructuras
y servicios) en las zonas de recepción de la población que permitan la recuperación social,
económica, cultural y ambiental de las comunidades, e implementar estrategias para el
manejo de los suelos de protección por riesgo (Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo
de Desastres, 2015).

Incorporación del cambio climático en la gestión del riesgo:

Actualmente existen estudios e investigaciones que demuestran la relación del cambio


climático con la configuración y aumento de las condiciones de riesgo de la población, como
con la ocurrencia de desastres, y se define la resiliencia como la capacidad de la población
y sus medios de vida de soportar las perturbaciones. Por ende, la gestión del riesgo
pretenden aumentar la resiliencia de las comunidades a dichos riesgos y disminuir los
factores de amenaza y vulnerabilidad. De esta forma, es necesario incluir el cambio
climático en la gestión del riesgo, proponiendo acciones que ayuden a contrarrestar los
efectos del mismo. Esto se encuentra contenido en la ley 1523 del 2012, donde se hace
referencia a la generación de conocimiento frente al tema y a la articulación de las acciones
del mismo con la gestión de riesgo en el territorio, dicha función le corresponde a la
CARDER, al Comité Nacional para el conocimiento del riesgo y al Comité Nacional para la
reducción del riesgo. Igualmente, en el marco de sendai se hace referencia a la necesidad
de desarrollar medidas encaminadas a reducir los factores que aumentan el riesgo, como lo
son el cambio climático y la variabilidad del clima, también realizar estudios, evaluaciones y
mapas regionales sobre los riesgos que incluyan situaciones hipotéticas sobre el cambio
climático.

Lo anterior corresponde a un reto para la gestión del riesgo del municipio de dosquebradas,
debido a que en el plan municipal no se contempla el cambio climático como un eje
transversal, el cual debe ser intervenido con acciones conjuntas en el ejercicio de la gestión
integral del riesgo, y que también que debe ser objeto de conocimiento, donde incluyan por
ejemplo escenarios de riesgo relacionados con fenómenos de cambio climático. Tampoco
se proponen acciones de intervención para estos escenarios. Por otra parte, en el POT del
municipio se incluye el cambio climático entre uno de sus componentes como “Gestión de la
variabilidad y el cambio climático” pero no lo articula con el componente de gestión del
riesgo, por lo que para cada uno se proponen acciones y estrategias aisladas, y en los
estudios reconocidos por este instrumento no se encuentra ninguno relacionado, y tampoco
en los criterios para la evaluacion y zonificacion de amenazas y riesgos. Por lo tanto, se
hace necesario estudios y una mayor información de la relación del cambio climático con la
configuración de condiciones de riesgo, para que puedan ser incluidos en dichos escenarios
y para que también se articulen a la gestión del riesgo como tal. Cabe destacar, que un
aporte de este instrumento en relación con la gestión del riesgo y el cambio climático son
los análisis de vulnerabilidad.

Articulación de actores gubernamentales y locales:

La gestión integral del riesgo requiere tanto del compromiso institucional como también de
la sociedad civil en su conjunto. Como lo menciona el Marco de Sendai, las autoridades
locales deben trabajar conjuntamente y de manera coordinada no solo con la sociedad civil
sino también con las comunidades indígenas y migrantes en la gestión del riesgo a nivel
local. Así como el sector académico debe mejorar e incluir la investigación para la reducción
del riesgo, y apoyar las iniciativas de la comunidad y las autoridades locales en la toma de
decisiones.

De igual forma plantea garantizar la comunicación oportuna de condiciones de riesgo,


donde los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental para estimular una
cultura de prevención y participación de la comunidad en campañas de educación y
consultas públicas. Lo anterior pone en descubierto una necesidad indispensable, la cual es
la participación social en la gestión del riesgo. En el contexto municipal, se refleja la falta de
compromiso tanto de las instituciones e instancias encargadas de la gestión del riesgo como
también de la comunidad en general, para incidir de manera directa en la prevención y
reducción de sus condiciones de riesgo.

Así el nivel de conocimiento e imaginarios que tiene la comunidad acerca de la


vulnerabilidad y amenazas a los que están expuestos, como el conocimiento que tienen de
los factores que contribuyen de manera directa o indirectamente en la consolidación de sus
escenarios de riesgo, muchas veces por atender a dinámicas y procesos sociales, políticos
y económicos, se invisibilizan las causas de dichos riesgos, y se dificulta el análisis de los
riesgos como un proceso de construcción social.
Por último la visión equivocada de la gestión del riesgo como un tema sectorial que le
corresponde a unas pocas entidades, no permite transformar las condiciones de riesgo en
condiciones de desarrollo. Por lo tanto, es necesaria la comunicación social del riesgo en
las comunidades expuestas, así como la educación y participación de estas en los procesos
para reducir el riesgo existente. De este modo es importante brindar conocimientos y
herramientas técnicas a las comunidades que les permita desarrollar programas de
autoprotección en zonas de difícil acceso para las autoridades competentes, de esta forma
adquieren estrategias de respuesta ante emergencias, las capacidades para no reconstruir
condiciones y el fortalecimiento de los lazos sociales en la creación de conocimiento del
territorio.

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