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APROXIMACIÓN

El sistema tributario chileno contempla una serie de impuestos que gravan


distintas actividades u operaciones, los que se clasifican en directos e
indirectos.

Los impuestos directos son aquellos que se aplican directamente al titular de


la renta o riqueza generada, siendo identificable tanto el sujeto del tributo como
el monto de éste. A su vez, los impuestos indirectos son aquellos que gravan
el uso de la riqueza cuando ésta es consumida.

Dentro de esta segunda calificación (indirectos) se encuentra el impuesto al


valor agregado (IVA), que es regulado por el Decreto Ley N° 825 de 1974 -
denominado Ley sobre Impuesto a las Ventas y Servicios- y que grava el uso o
consumo de recursos destinados a la adquisición de bienes o utilización de
servicios.

Tendrá la condición de contribuyente del IVA cualquier persona natural o


jurídica que realice operaciones de ventas o prestación de servicios, en la
medida que cumpla con los requisitos para ello.

Las disposiciones que regulan este impuesto han sido objeto de diversas
modificaciones a través del tiempo, siendo las más recientes aquellas
introducidas por la Ley Nº 20.780 de 2014 (Reforma Tributaria), posteriormente
complementada por la Ley Nº 20.899 de 2016.
 

 
 

 
 

 
 

 
 

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