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Experimento de Milgram

Stanley Milgram
(Nueva York, 15 de agosto de 1933 - Nueva York, 20 de diciembre
de 1984) fue un psicólogo graduado de la Universidad de Yale que
condujo los experimentos del mundo pequeño (la fuente del concepto
de los seis grados de separación) y el Experimento de Milgram, cuya
finalidad era medir la disposición de un participante para obedecer
las órdenes de una autoridad, incluso cuando estas órdenes
pudieran ocasionar un conflicto con su sistema de valores y su
conciencia.

Los experimentos de Milgram sobre la obediencia a la autoridad son


considerados una de las investigaciones más importantes de la
psicología social. Su impacto ha abarcado tanto a la psicología social
como a otras ramas de la psicología, incluidas otras ciencias
sociales.

Las investigaciones de Milgram quedan enmarcadas en la


perspectiva psicosocial de la segunda mitad del siglo XX que
resaltaba los efectos negativos de los grupos y ayudaron a con-
solidar el “sesgo de la conformidad”, centrado en el control social y
no en el cambio social (Moscovici, 1981).

A través de las variaciones del experimento de Milgram se sacaron


una serie de factores que afectaban a la obediencia:

El rol del investigador: la presencia de un investigador vestido con


una bata, hace que los sujetos le otorguen una autoridad asociada a
su profesionalidad y por ello son más obedientes a las peticiones del
investigador.

La responsabilidad percibida: esto es la responsabilidad que cree


tener el sujeto sobre sus actos. Cuando el investigador le dice que él
es el responsable del experimento, el sujeto ve diluida su
responsabilidad y le es más fácil obedecer.
La conciencia de una jerarquía: aquellos sujetos que tenían un
fuerte sentimiento hacía la jerarquía eran capaces de verse por
encima del cómplice, y por debajo del investigador; por lo tanto ellos
daban más importancia a las órdenes de su “jefe” que al bienestar
del cómplice.

La sensación de compromiso: el hecho de que los participantes se


hubieran comprometido a realizar el experimento les imposibilitaba
en cierta medida oponerse al mismo.

La ruptura de la empatía: cuando la situación fuerza la


despersonalización del cómplice, vemos como los sujetos pierden la
empatía hacía él y les es más fácil actuar con obediencia.

Estos factores por sí solos no llevan a una persona a obedecer


ciegamente a una persona, pero la suma de ellos genera una
situación en la que la obediencia se vuelve muy probable con
independencia de las consecuencias. El experimento de Milgram nos
vuelve a mostrar un ejemplo de la fuerza de la situación de la que
nos habla Zimbardo (2012). Si no somos conscientes de la fuerza de
nuestro contexto, este nos puede empujar a comportarnos fuera de
nuestros principios.

Las personas obedecen ciegamente debido a que la presión de los


factores antes mencionados supera a la presión que puede ejercer la
conciencia personal para salir de esa situación. Esto nos ayuda
explicar muchos eventos históricos, como el gran apoyo a las
dictaduras fascistas del siglo pasado o sucesos más concretos, como
el comportamiento y las explicaciones de los médicos que ayudaron
al exterminio de los judíos durante la II Guerra Mundial en los juicios
de Núremberg.

Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son trascendentes


en alto grado, pero nos aclaran muy poco en el comportamiento de la
mayoría de las personas enfrentadas a situaciones concretas. En la
Universidad de Yale preparé un sencillo experimento para averiguar
cuánto dolor infligiría un ciudadano común a otra persona
simplemente porque un experimentador le ordenara hacerlo.
CONCIENCIA Y AUTORIDAD
Stanley Milgram constata que el conflicto entre conciencia y
autoridad es consustancial a la naturaleza de la sociedad, al margen
de la existencia del holocausto u otros conflictos bélicos. En realidad,
la organización jerárquica de la sociedad lo hace posible.

¿Por qué obedecemos?

“La finalidad de esta investigación consistía en hallar cuándo y cómo


iban a desafiar a la autoridad las personas frente a un claro
imperativo moral".

La explicación que ofrece Milgram a estos asombrosos resultados es


que los sujetos entraron en lo que él llamó "estado de agente",
caracterizado por el hecho de que el individuo se ve a sí mismo
como un agente ejecutivo de una autoridad que considera legítima.
Aunque la mayoría de las personas se consideran autónomas,
independientes e iniciadoras de sus actos en muchas situaciones,
cuando entran en una estructura jerárquica pueden dejar de verse de
ese modo y descargar la responsabilidad de sus actos en la persona
que tiene el rango superior o el poder.

La estructura social del experimento activaba con fuerza una norma


social que todos hemos aprendido desde niños: "Debes obedecer a
una autoridad legítima", entre ellos los representantes de
instituciones universitarias y científicas (o los profesores en los
colegios), policías, bomberos, oficiales de mayor rango en el ejército,
etc. Cuando el sujeto entra libremente en una organización social
jerárquica, acepta, en mayor o menor medida, que su pensamiento y
sus actos sean regulados por la ideología de su institución.

Para obedecer, por tanto, la autoridad debe ser considerada legítima.


En los experimentos de Milgram la figura de autoridad se reconocía
fácilmente, como sucede en muchas situaciones de la vida real:
científicos y médicos llevan batas blancas, los policías y los
bomberos llevan uniformes, etc. Todos estos símbolos son capaces
de activar la norma de obediencia a la autoridad.
Cada vez que el maestro protestaba, el experimentador centraba su
atención en la norma de la obediencia: "el experimento exige que
continúe", "no tiene elección", y su calma ante el sufrimiento del
alumno y ante las dudas del maestro, parecían indicarle a este último
que, en esa situación, la conducta apropiada era obedecer por el
bien del experimento, por fines superiores como la ciencia y el
conocimiento.

Aún así, otra norma social que también habían aprendido estas
personas desde su infancia les recordaba que no se debe hacer
daño a los demás y que debemos prestarles nuestra ayuda cuando
la necesiten. Este dilema les producía una gran ansiedad porque
sabían que no estaban haciendo nada para aliviar el sufrimientos de
esas personas. Milgram había logrado resaltar la norma de la
obediencia y la situación incitaba a los maestros a prestar menos
atención a la norma de ayuda a los demás (o responsabilidad social).

Por supuesto, el experimento de Milgram no sólo dio que hablar


sobre la obediencia sino también sobre la ética en la investigación
psicológica, debido al engaño y a la situación tan angustiosa en la
que habían sido atrapados los participantes. Milgram se defendió
diciendo que todos los sujetos habían sido informados
cuidadosamente de la verdad tras el experimento y que los
cuestionarios de seguimiento mostraban que el 84% tenía
sentimientos positivos acerca de su participación, el 15 %
sentimientos neutros y sólo el 1'3 % describió sentimientos
negativos. Aún así, estos experimentos llevaron a la introducción del
"consentimiento informado", por el que todo participante en una
investigación debe tener la información necesaria sobre el
experimento, de modo que pueda elegir, sabiendo lo que hace, si
quiere participar o no.

Cuando preguntamos a alguien qué hubiese hecho en caso de


participar en el experimento, todo el mundo niega sistemáticamente
que hubiera llegado hasta el final. De hecho, Milgram lo preguntó a
grupos parecidos a los del experimento: los que dijeron que hubiesen
llegado más lejos mencionaron los 300 voltios, pero la media fue que
la gente dijo que no pasaría de los 150 voltios. Milgram, incluso,
preguntó a la gente cuáles creía que serían los resultados de su
experimento. Todos predijeron que sólo un 1% de sujetos con alguna
patología llegaría hasta el final y que la mayoría de los sujetos no
pasaría de los 150 voltios. Un grupo de psiquiatras hizo exactamente
la misma predicción, con la excepción de que, además, redujo la
cantidad de los que obedecerían hasta un 1‰.

Clasificación de la Obediencia

Antes de describir el experimento y exponer las conclusiones de su


autor sobre los resultados obtenidos, voy a exponer a continuación la
clasificación de Erich Fromm[5] sobre la Obediencia, que nos
ayudará a matizar y situarnos sobre cuál es el tipo de obediencia al
que nos estamos refiriendo:
Obediencia Heterónoma o Sometimiento: se da con respecto a otra
persona y se produce una renuncia a la propia autonomia ́ .
Obediencia Autónoma o Autoafirmación: resulta cuando se obedece
a los dictados de la propia conciencia. La conciencia, a su vez,
puede ser:
- Autoritaria, cuando se creen propias las órdenes emanadas de la
autoridad o de Ios principios morales (lo que en Psicoanálisis se
denominaria ́ Super-yo). Esconde miedo al castigo.
- Humaniś tica, cuando es independiente de principios morales o de
premio/castigo y surge del conocimiento interior auténtico.
Esta clasificación nos sitúa en una interesante dialéctica entre
Obediencia-Desobediencia porque la Obediencia Autónoma se
afianza a costa de disminuir la Obediencia Heterónoma y viceversa.
Este es el conflicto básico que se va a contemplar en la siguiente
investigación.

Conclusiones del experimento

1) Cuando el sujeto obedece los dictados de la autoridad, su


conciencia deja de funcionar. 2) Cuando el sujeto obedece órdenes,
se produce una abdicación de la responsabilidad.7.7
3) Los sujetos obedecen con mayor facilidad cuanto menos han
contactado con la vić tima y cuanto más lejos se hallan, fiś icamente,
de la misma.
4) Los sujetos con personalidad autoritaria resultan más obedientes
que los no autoritarios (clasificados así tras responder a un test de
tendencias fascistas).
5) Cuanto más cerca (fiś icamente) está la autoridad, se obedece
más fácilmente.
6) A mayor nivel de formación, menor intimidación produce la
autoridad, por lo que se produce una disminución de la obediencia.
7) Mayor propensión a obedecer entre las personas que han
pertenecido a las Fuerzas Armadas o instituciones similares, donde
es importante la disciplina.
8) No hay diferencias significativas entre hombres y mujeres, si bien
las mujeres obedientes se ponen más nerviosas que los hombres
obedientes.
9) El Sujeto tiende a encontrar autojustificaciones a sus actos
inexplicables.

CAUSAS DE LA OBEDIENCIA

La base cognitiva de la obediencia está en la sumisión ideológica, es


decir, interpretar la realidad desde la perspectiva de la autoridad. A
esto se une el hecho de que la persona deja de sentirse responsable
de sus actos cuando está obedeciendo y, como consecuencia, libre
de culpa. La esencia del proceso de obediencia es que un sujeto se
convierte en agente de las órdenes de otro. Y este proceso mental es
el mismo para el sujeto de este experimento que para el soldado que
dispara contra inocentes en una aldea.

La obediencia se ha incrustado en la conciencia por su larga


trayectoria, iniciada en el seno de la familia, verdadera estructura de
autoridad, y continuando en la escuela, que educa en el
sometimiento. Luego, cristaliza en el mundo laboral, donde el
sistema de recompensas perpetúa la estructura jerárquica. Es de
una claridad absoluta que la obediencia se premia y se castiga la
desobediencia.
El carácter social es reforzado por todos los medios, especialmente
por la familia porque los cinco primeros años de vida son
fundamentales. He aquí el resorte que dispara la obediencia.
El sujeto bien adaptado está conforme con el carácter social a nivel
consciente. Sólo a nivel inconsciente está insatisfecho. Dice Thoreau
en "Walden" que la mayoria ́ de la gente lleva una vida de queda
desesperación y que lo que se llama resignación no es más que
desesperación confirmada.

La materialización del carácter social en el sistema capitalista es el


del consumidor/a,[28] que ha aprendido a engañarse confundiendo
variedad de productos en el mercado con libertad de elegir. En esta
sociedad fatua y en la carrera por la acumulación de bienes, el/la
consumidor/a es igual que los/as que le rodean, es como todos/as,
ahuyentando el fantasma de la diferencia discriminatoria. Así el
individuo ha renunciado a la temible libertad y se protege
sometiéndose a la autoridad.
Tensión y desobediencia

¿A que se debe que obedezcamos?

-Tensión-

La experiencia de la tensión en nuestros sujetos muestra no tanto el


poder de la autoridad, cuando su debilidad, revelándonos asimismo un
aspecto en extremo importante del experimento: la transformación al
estado agéntico, es por lo que algunos sujetos se refiere, una realidad
tan solo parcial.

- fuentes de tension1-
Dentro del experimento las fuentes de tensión van de la repugnancia
automática primitiva de hacer daño a otra persona, hasta los cálculos
sofisticados de posibles repercusiones legales:

1.- Los gritos de dolor que emanan del aprendiente afectaban


profundamente a muchos de los participantes, cuya reacción a los
mismos es inmediata, visceral o espontánea. En la medida en qe el
participante tiene que exponerse por su obediencia a estos estímulos,
brota la tensión

2.-El hecho de provocar dolor a un individuo inocente viola los valores


sociales y morales que ha hecho suyo el sujeto. Estos valores son para
algunas personas creencias profundamente internalizadas , y para otras
reflejan el conocimiento de las normas humanas de conducta que
profesa la sociedad.

3.-Encontramos una fuente adicional de tensión en la implícita amenaza


de represalia que experimentan los sujetos al tiempo que administran
un castigo al aprendiz . Pueden algunos de ellos tener la impresión de
que están enojando de tal manera al aprendiente, que este tratara de
vengarse una vez que se vea concluido el experimento. Otros sujetos
temen que son vulnerables legalmente en cierto grado por sus acciones,
y que preguntan si no serán llevaos a juicio por el aprendiente, Todas
estas formas de represalia, potencialmente reales u objeto de pura
imaginación, provocan tensión .
4.- El sujeto recibe directivas tanto del aprendiente como del
experimentador; las directivas del aprendiente van en sentido de que el
sujeto debiera detenerse. Estas ordenes son incompatibles con las
órdenes del experimentados; aun cuando se mostrara el sujeto
plenamente sumiso, respondiendo exclusivamente a las presiones que
brotan del campo, y se hallara sin valores personales de ningún género,
brotaría , no obstante, la tensión ya que al mismo tiempo están
influyendo en él exigencias contradictorias.

5.-El hecho de administrar descargas a la víctima es incompatible con la


imagen que muchos justos tienen de sí mismo. No les gusta considerarse
a sí mismos como individuos insensibles, capaces de hacer daño a otra
persona. Y sin embargo, es esto lo que precisamente están haciendo, de
suerte que la incongruencia de su acción constituye una fuente
poderosa de tensión.

Todas las características que reduzca la cercanía psicológica entre la


acción del sujeto y la consecuencia de dicha acción reduce asimismo el
nivel de tensión. Cualquier medio de hacer desaparecer o desleír el
sentido experimentado de un acto hace más fácil de realizarse dicha
acción.

-Resolución de la tensión-
¿Qué son los mecanismos para la resolución de la tensión? La
desobediencia constituye el ultimo de los medios por el que se da fin a la
tensión. Mas no es un asco que pueden disponer todos de idéntica
manera, y las fuerzas que mantienen el estado de que antes hemos
hablado la dejan fuera del alcance de no pocos sujetos.

Una vez que comienza a brotar la tensión, entra en acción un numero de


mecanismos sicológicos para reducir su severidad. Supuesta la
flexibilidad intelectual de la mente humana, y su capacidad de disipar la
tensión a través de ajustes cognoscitivos, nada tiene de extraño que esto
suceda.
El mecanismo más primitivo lo constituye la evasión: el sujeto se pone a
cubierto de las consecuencias sensitivas de sus acciones.
Si la evasión aleja a los sujetos de los acontecimientos desagradables, la negación
reduce la tensión por medio del mecanismo intelectual de rechazar la evidencia
aparente, a fin de llegar de esta manera a una interpretación más suave de los
acontecimientos.

Dentro del experimento pueden algunos sujetos negar que las descargas por ellos
administradas sean dolorosas, o incluso que la víctima fuera lo más mínimo.
Semejante negación hace más fácil la tensión de obedecer al experimentador,
eliminando el conflicto entre el hacer daño a una persona y obedecer.

Algunos sujetos tratan de reducir la tensión, al mismo tiempo que actúan dentro de
las reglas impuestas por la autoridad, cuando llevan acabo su acto de obediencia
pero “tan solo de una manera suave”. Es menester recordar que la duración de la
descarga puede variar y se halla sometida al control del sujeto no indicado.

la abrogación de responsabilidad personal es la consecuencia psicológica más


importante de ese sometimiento a la autoridad. A medida que brota la tensión tratan
algunos sujetos de tener una convicción de que no son responsables de sus acciones
e incluso pueden impetrar esa falta de responsabilidad como un medio de reducir la
tensión.

La responsabilidad puede ser asimismo desechada de otras maneras: puede ser


desviada a la victima, a la que se echa en cara el que esté provocando su propio
castigo. Se le critica de que haya presentado voluntariamente para el experimento, y
con más resabio aún, por su estupidez y obstinación. En este caso pasamos de una
desviación de la responsabilidad a una condena gratuita de la victima – El
mecanismo psicológico es transparente: si la victima es una persona indígena, no
tiene uno por que preocuparse de los sufrimientos que se le inflijan.

-Conversión física-

La conversión de una tensión psicológica en síntomas físico es un fenómeno


comúnmente observado e la práctica psiquiátrica. Dentro de nuestro experimento
podemos observar numerosos signos de tensión: sudor, temblor, y en determinados
casos risas ansiosas. Semejantes expresiones físicas no solo indican las presencia de
una tensión, sino que sirven para reducirla. La tensión, en lugar de tener como
resultado desobediencia, se ve desviada una expresión física con lo que queda la
tensión disipada.
-Disensión-

La tensión conduce, si es lo suficientemente poderosa, a la desobediencia, pero en


un principio provoca una falta de acuerdo.
La disensión de refiere a la expresión de falta de acuerdo del sujeto con el rumbo de
acción que ha sido prescrito por el experimentador . Esta disputa verbal no significa
necesariamente que el sujeto vaya a desobedecer al experimentador, ya que la
disensión está al servicio de una función doble conflictiva. Por una parte puede
constituir el primer paso dentro de la hendidura progresiva que se va abriendo
entre el sujeto y el experimentador, una prueba de las intenciones del
experimentador y un intento de persuadirle que altere su rumbo de acción.
Pero de manera paradójica, puede así mismo servir de mecanismo que reduce la
tensión, como una válvula que permite al sujeto que deje escapar su vapor sin
alterar su plan de acción.

La disensión puede tener lugar sin resquebrajar los lazos jerárquicos con lo que
pertenece a un orden de experiencia que es cualitativamente discontinuo con la
desobediencia.
En cuanto mecanismo que reduce la tensión, la disensión es una fuente de consuelo,
sicológico para el sujeto respecto del conflicto moral que esta en el tablero.

-desobediencia-

La desobediencia es el ultimo de los medios por que se poner término a un tensión.


No implica únicamente la negación a llevar a cabo un precepto del experimentador
sino una reformulación de la relación entre sujeto y autoridad.

La secuencia comienza con la duda interna, tensión que en un principio resiste la


forma externa, cuando el sujeto informa al experimentador acerca de s aprensión, o
llama su atención sobre el sufrimiento de la victima.

El precio de la desobediencia es un sentimiento que nos roe, de que no hemos sido


fieles, aun cuando haya uno escogido la acción moralmente correcta, permanece el
sujeto aturdido ante el quebrantamiento del orden social que ha causado, y no
puede alejar de sí plenamente el sentimiento que ha traicionado una causa a la que
había prometido su apoyo.

El experimento de Milgram ha expuesto claramente la propensión “excesivamente


humana” a a conformidad y a la obediencia ante la autoridad.

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