Podemos notar que el poco tiempo que la iglesia ha dedicado al estudio y
profundización del evangelismo en un mundo posmoderno, nos ha hecho perder muchas áreas de la sociedad. Hay preguntas base que debemos hacernos. Por ejemplo: ¿Cómo vemos el evangelio? ¿Cómo vemos el mundo? ¿Qué entendemos que Dios espera de nosotros? Hoy hablamos muchos acerca de conquistar el mundo, cuando eso implica combate y por ende heridos y muertos. Por ello tanta gente circula en la vida resentida con los cristianos y la iglesia que trató de someterlos al “orden” Discutimos acerca de métodos, tácticas, esquemas, bosquejos y discursos efectivos. Cuando en la Biblia encontramos tantas conversaciones tan diferentes y no un único patrón de evangelismo. Por ellos los cristianos se sienten incapaces de evangelizar; argumentan que no manejan la técnica perfecta, ni saben cómo responder preguntas difíciles. ¿Cómo estamos estableciendo conexiones que nos permitan ser de influencia para presentar el evangelio? ¿Cómo estamos propiciando conversaciones espirituales? ¿Qué cosas necesitamos comprender para ser efectivos en la evangelización de esta generación?