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Reseña:

En el valle de los Alpes, la casa que está sobre la ladera de la montaña atesora,
en todos sus planos, huecos y rincones, muñecos, juguetes, miniaturas,
grabados, álbumes y comics, facsímiles y libros de imágenes accionados por
extraños mecanismos, estatuillas, lámparas, maquetas, autómatas, bonsáis... Es
el mundo encantado de la representación, como una cámara de adaptación para
salir a un universo en el que los objetos-imágenes proliferan. De esa
acumulación surge, para el viajero y para el lector, una especie de magia que lo
envuelve todo. Aunque no sólo de la acumulación de objetos. También, y en
última instancia tal vez, del nacimiento del relato: el del viaje que hubo que
hacer para estar frente al Nuevo Mundo que se describe, o el de las historias
que están al fondo, o a la vuelta, de la descripción (la cometa-luna, la
mandrágora, la novia invisible, el taumatropo...) y que tienen, también ellas, la
extrañeza fascinante de los objetos.

César Aira
nació en Coronel Pringles el 23 de febrero de 1949. Desde 1967 vive en Buenos
Aires, en el barrio de Flores. Ha publicado, entre otros, los siguientes relatos: La
liebre, El llanto, La prueba, El volante, Cómo me hice monja, La costurera y el viento,
Los dos payasos, Taxol, La serpiente, La mendiga, La trompeta de mimbre, Un episodio
en la vida del pintor viajero, El Mago. Entre los ensayos: Copi, Alejandra Pizarnik,
Las tres fechas. También es traductor. Desde hace años se dedica a la compilación
de la obra de su amigo Osvaldo Lamborghini.

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