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E]_nacimiento del anarquismo | Pierre Ansart Amorrortu editores Buenos Aires Director de la biblioteca de sociole>gxta., Luis A. Rigal Naissence de Vanarchisme, Esquiss ex cL’ 2erze explication sociolo sigue du proudbonisme, Pierre AnsSATt © Presses Universitaires de Frances, 1970 ‘Traduccién, Noem{ Fiorito de Las rune Unica edcidn en castellano autorizzeeta Por Presses Univers: faites de France, Pats, y debidamesr. 6=_ PEOwHIAS en todos 5 aises, Queda hecho el denssito ques FES VEEN la ley af M7. {© Todos ls derechos dea edidgea causeebiang reserados Amorrorta editores S.C.A,, Luca 2 223» Buenos Aites Larepadin ate pal de 282 LPS murgranh © modificada, esctita a méquina s>O*_; Sada por los editores, mimedgrafo, impreso, etc., no ax O72 jfizacién debe ser Pre viola derechos reservados, Cualguie= == “**™ viamente soicitads, Industria argentina, Made in Arges? ©277" Aware. sc y pveene a \ ENFRAL - COPIA NOS D Pe Introducci6n 1a obra proudhoniana se ofrece a nuestra Iectura como un conjunto particularmente claro ¢ inteligible. La voluntad que fanima a Proudhon de eonvencer a lectores poco habituados las dificaltades de la reflexién Jo impulsa, en efecto, a tvitar las expresiones confusas. Procura oponer al lenguaje abstracto de la ciencia un vocabulatio familia, y s6lo retiene de la economia politica o de la filosofia los conceptos indi pensables para la comprensin de las ideas gencrales. La teracn de los temas es parte de exe eshuerzo de cal: infento deliberado, pues fija la atencién del lector sobre los puntos esenciales de la demostracién. La imagen familiar y El ejemplo ilustran los sazonamientos y adaptan las significa Ciones a Ia experiencia. También las fSrmulas lapidarias y las paradojas capaces de transformarse en consignas polftcassinte- zan, como en un resplandor de pensamiento, los, grandes tasgos de la ertica. Por otto lado, esta obra se extiende de 1839 a 1865, y Proudhon no dejé de modificar sus teorias iniciales respecto a problemas tan decisives como Ia erftica dela propiedad, la signifieacién de lo politico 0 Ia organize ‘én del trabajo. Pero podemos pensar que la extensién de su obra y los matices de su evolucién exigen una lecture més atenta y eizcunstanciada, Cabe suponer con razén que una in- Yestigacidn paciente y amplia nos permitird tener acceso a una Tectura més exacta, més cercana al texto; en suma, fie Ep realidad, la prosecucién de nuestra Iectura oblige en segui- da a formular dudas sobre‘su neutralidad, La propia amplitud de las obras y la riqueza de las ideas nos fuerzan a reorganizar las indieaciones parciales dentro de una temitica ordenads. El sentido politico de la obra nos obliga a realizar las sinesis ‘que tespondan a las preguntas précticas planteadas. Pero apenas comenzamos esta tarea experimentamos inguietud fen proporeiéa a la fidelidad que pretende nuestra lectura. Debemos confesar que el simple ordenamiento de los temas implica la generalidad de Ia interpretacién, pero debemos re- conocer también que ese ordenamiento no es impuesto de modo absoluto por el conjunto de la obra, Por ejemplo, segiin valoremos los temas criticos © las proposiciones de reforma, estacaremos ya el aspecto anarquista y ateo de Proudhon, ya el aspecto positive y refotmador de su obra. Por pradente que sea nuestra sintesis, In importancia relativa que demos a tino A estos aspectoe opts por una fixonomla determinada y de- cide in ttaded de agetta interprets, cat. Obma inmensa estamos necesariamente ante la obligacién de medir Ia importancia gue daremos a los diferentes esctitos, y esta abligacién nos fuerza a escoper, Si acordatnos, por clemplo, ‘més importancia a la Premier Mémoire, que denuncia violen tamente la propiedad privada, que a la Théorie de la pro- ris, donde lr posetan aptece como un medio de presrvat la libertad, insistiremos en el aspecto critico y revolucionario en detrimento de conclusiones més moderadas. Y si preten- dence eapete la plualidad de las ndeaciones, no escape remos a la obligacién de interpretar los tiltimos escritos cn selaciéa con los primetos, sea que hagamos de aquellos el men- tele dente que destiguans los Pimetos tests, ol com: plemento de verdades que se mantuvieron invariables. ‘Debemos confesar que nuestra lectura procede de alguna ma- ‘nera mediante una seleccién de textos. Desde el momento en {que no nos zesignamos al comentario de una sucesi6n de tra- Bajos, y que procuramos, al conjuro de esta obra militante, despejar fee significaciones sintéticas, no escapamos a Ia ne cesdad de sabayardetrminados patajes, yd esfarmat, Coa do no de dejar de lado, ciertas paginas que nos parecen se- ceundarias, 0 que decidimos que lo son. Nuestra lectura procede a una sucesién de elecciones y de omisiones. Pero no pode- mos olvidar que en el caso de un autor tan profuso esta se- leccién puede evarnos a interpretaciones contradictorias. Po- 0s imaginar, no sin inquietud, diferentes compilaciones de textos que harfan de Proudhon ya un anarquista subversivo, ya.un revoluconatio generoso y humanista, ja un reformadot rudente, ya, por tlumo, un moralista sigido, La. investiga ‘cién cuidadosa, lejos de restituir la neutralidad de nuestra esr, nos fae desea as cleciones ssleciones oper fas, ah que honesmente podamos asignar a tales petones un cater defnttvo a : En vano podilimos los comentaistas una respiesta sats factotia para esas dificultades. Por el contrario, estos aumen- tan nuestras incertidumbres, ya que las diversas interpretacio- ‘Res propuestas para la obra. Proudhon son totalmente ites y aun contradictorias. A menudo se han sefialado estas diferencias de criterio, pero ‘conviene recordarlas y medir su profundidad ee plantear en. toda su extensién el problema de la lectura de la obta prou- dhoniana. Ellas deben mostrarnos la extrema relatividad de fnuestras opciones y plantear la cuestin de saber de qué manera esta relatividad podria superarse. En primer témino es necesario recordar hasta qué punto Proudhon fue objeto de pasiones extraiiamente contradicto- rias, Sin duda esos elogios y esas condenas perentorios par- tlcipan tanto del eapricho como de la reflexiGn, pero expresan juicios de conjunto y responden a interpretaciones generals, Merece destacarse que aun hoy, cuando la obra de Proudhon ha sido objeto de multiples estudios y cuando el paso del tiem- po ha disipado las pasiones que ella despertara en el momento de su publicacién, suscita todavia hostilidad y entusiasmo. Prologando una edicién del Systeme des contradictions écono- rian um comnts aien + Rothon de rorader fees, prodigo cn, glimatas pret dudeblemente, Proudhon es la : hnegar que sea conservador? Su ideal pasa por el familia y el trabajo».* En el otro extremo, cuando Jean Bancal confronta la exten- sidn de las tesis proudhonianas y la evolucién del mundo contemporineo, ve en Proudhon «un genio renovador» y «un profeta del siglo xxt».? Louis Althusser, aludiendo al Systéme des contradictions, afitma que Proudhon resulté el «prisionero {peonsclente (,-.)de la economfa burguesay, como si al julio fuera tan evidente que no admitiera discusién alguna.* Pero, al mismo tiempo, los historiadores anarquistas ven en Prou- dhon un erftico radical de la economia capitalista y ¢l creador de una concepcién antiestatista de Ia sociedad y de la gestién scondiica! Ess oposiiones recuerdan cuiosamente los juicios que ro- dearon a Proudhon durante su vida. Mientras unos ven en él al mayor tedrico socialista, otros Jo consideran «el hombre- len, Ja 1 K, Mam, Mitre dele pilorpbis PJ. Provdhon, Phloropie de Ie page taraducon de JP. Pet, Fats Union Genele @ on 964, plas 17-19. SP Prose, Ocnoercboiss, textos presentados por Jean Bix da Paste Gallina, 1967, pret, pigs 4041 $i. Atosss, Powe Mare, Pate Mapéro, 1963, ne. 88. 4A, Scent» Hamma Hisar de Peerhi, Pare Le Porn, An's, Slge 13580; D. Gen, Lansrbime, Pass Gallimard, 196, ve. 38 9 RMOS DA LEI 9.610/1998 E LEI 10

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