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Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC)

Laboratorio de Comunicación 1

Estado del arte

Personas transgénero: una perspectiva biológica y socio-cultural

Kachimbos Kachimberos

Nícolas Arroyo Vera


Astrid Tiffany Alexandra Puma Alvites
Renato Blancas Grau
Jean Paul Laguna Huanay
Cristian Aliaga Janampa

Profesora:
Thalya Sarmiento
Keyko Chuspe
Sección: 1

Barranco
2018
I. Tema delimitado
Análisis sobre el desarrollo de las personas transgénero desde la perspectiva
biológica y social

II. Esquema
1. Perspectiva biológica
1.1. Influencia hormonal en el desarrollo de las personas transgénero
1.2. Desarrollo de las personas transgénero desde la concepción
2. Perspectiva sociocultural
2.1. Relación entre el desarrollo de las personas transgénero y una
concepción binaria del género
2.2. Intervención de la bioética en el desarrollo de las personas transgénero
III. Redacción
Introducción
Hace pocos años atrás se publicó un anuncio muy importante, en el cual se
afirmaba que la Organización Mundial de la Salud dejaría de considerar a la
transexualidad como un trastorno (El País, 2016). Actualmente en el Perú y en el
mundo se han suscitado marchas y diversas confrontaciones polémicas entre
ciudadanos e incluso figuras políticas debido a la polémica del tema de la
transexualidad y el transgénero. En el transcurso de este debate se escuchan
diversos puntos de opinión; desde posturas afirmando que cada persona posee la
capacidad de expresar su amor sin distinción de género; y otras en contra, las
cuales señalan despectivamente como “enfermos” a quienes no se identifican con el
género que les dictaron al nacer, tratando así de resguardar la integridad de lo que
consideran una familia y sociedad adecuada. En la sociedad peruana una mujer
debe tener de aparato reproductor una vagina, mientras que el varón debe tener un
pene. Y, es que, si todos nacen un sexo predispuesto, se presta a la duda del por
qué no todos pueden expresar libremente su género. Por ello, el propósito del
siguiente trabajo es tomar dos posturas principales que se tienen para observar a la
transexualidad y mostrar las posibles causas de que una persona se identifique con
un género distinto. Para evitar las confusiones sobre estos dos términos, Marta
Lamas (2000) define el significado de género como el “Conjunto de prácticas,
creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los
integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de diferencia
anatómica entre hombre y mujeres” (p. 3). A raíz de ello nacen dos términos
también esenciales en este análisis que son el transgénero, que se define como
aquella persona que se cambia de género, es decir comportamientos; ya que se
identifica con un género opuesto al que le dictan a partir de su sexo de nacimiento.
Mientras que la transexualidad es la incongruencia de género (OMS, 2018).
Por otro lado, el sexo se define como el aparato reproductor con el que las personas
nacen, es decir “el cuerpo sexuado” (Lamas, 2000, p.3). Entendiéndose así que el
sexo vendría a ser las cualidades físicas hormonales o reproductivas de un ser
humano. Mediante esta diferenciación de términos se definen las siguientes
variables que serán necesarias para tener una comprensión más holística sobre las
personas transgénero. Una de estas es la identidad de género, la cual es la
percepción que tiene una persona de pertenecer a un determinado sexo (Giordano,
2013). Asimismo, la inconformidad o disforia de género, que se emplea para señalar
la expresión personal del género que rompe con las expectativas culturales del
género. En base a estas definiciones, se propone el siguiente análisis en términos
de la cultura occidental, ya que esta tiene una ideología la cual divide a la sociedad
entre género femenino y masculino, más conocida como la dualidad de género o
percepción binaria del género; es por ello que se incluyen perspectivas religiosas,
éticas y morales. Dada esta ideología que se tiene del género, se plantea un análisis
sobre el desarrollo de las personas transgénero desde la perspectiva biológica y
social. Debido a que es un tema ampliamente polémico, de acuerdo con discusiones
y confrontaciones entre científicos genetistas, psicólogos, sociólogos, entre otros, se
levantan dos posturas que explican cómo es que una persona empieza a sentirse
inconforme con su género preestablecido. El análisis de aquellas posturas se
presentan en el presente ensayo; en primer lugar, la perspectiva biológica, en la
cual se explica que el desarrollo transgénero es originado por la influencia hormonal,
así como el desarrollo de ellos desde la concepción. En segundo lugar, la
perspectiva sociocultural, en la cual se expone la relación existente entre el
desarrollo de las personas transgénero a partir de la concepción binaria del género,
además la influencia de los aspectos culturales pueden tener en este crecimiento. A
continuación se procederá a explicar el presente esquema.
Perspectiva biológica
En primer lugar, la perspectiva biológica es una postura que respalda el concepto de
que las personas transgénero desarrollan su identidad género a partir de factores
biológicos como los cambios hormonales y genéticos. De acuerdo con la American
Psychiatric Association (APA, 2000), la transexualidad fue catalogada en 1980 como
un “trastorno mental”, mientras que, la Organización Mundial de la Salud (OMS,
1992) precisa que es “un trastorno de identidad sexual o disforia de género”,
recientemente transformado pero aún dentro de la gama de trastornos. De lo
mencionado anteriormente ​se entiende que, el proceso de cambio de identidad de
género puede explicarse como un trastorno biológico que comúnmente se denomina
“patología o enfermedad”. A partir de esta idea desde el punto de vista biológico se
desglosan las siguientes ideas: la influencia hormonal en el desarrollo transgénero y
el desarrollo transgénero desde la concepción. Ambas ideas defienden que los
cambios en la identidad de género se deben a factores biológicos; sin embargo, se
diferencian en cuando estos factores actúan, sin en la pubertad o desde la
concepción.
Se interpreta que, si se toma en consideración que el desarrollo transgénero es un
tipo de trastorno en la identidad de género, se estaría abordando el tema desde una
perspectiva biológica. Según López y Calleja (2016) “​las personas transexuales
sienten de modo persistente una identificación con el sexo opuesto, así como un
fuerte malestar y rechazo de su sexo corporal”. ​En otras palabras, sienten que no
hay una correspondencia en sus dimensiones cromosómicas y lo que realmente son
en el interior. Uno de los argumentos biológicos que sustenta el denominado
trastorno es propuesto desde el campo de la endocrinología por Gómez, Esteva de
Antonio y Fernández que lo definen como, “una desarmonía entre la diferenciación
sexual de las primeras etapas (sexo cromosómico, y hormonal) y la posterior
diferenciación de ellos” ​(2010, citado de Missé y Coll-Planas 2016). ​Se entiende
que, en la formación del embrión se produce una anomalía en su desarrollo
endocrino , esto ocasionando un desequilibrio hormonal donde dicho ser recibe una
mayor cantidad de hormonas que corresponden al sexo opuesto; estas por su
acción biológica tienden a masculinizar o feminizar el cuerpo y cerebro. Dichas
alteraciones suelen generarse en alguna etapa de la vida del individuo, usualmente
ocurre cuando existe un cambio hormonal brusco como en la adolescencia.
Las ciencias no se encuentran aisladas, por el contrario, se entrelazan para generar
un argumento objetivo y racional; por lo que, otro punto que respalda el sustento
biológico viene dado desde la genética. Esta área complementa el argumento
endocrinológico y añade fundamento teórico del origen de la misma. Además,
menciona que el desarrollo transgénero es una “predisposición genética cuya causa
parece deberse a la desregulación de la actividad de las hormonas sexuales durante
el desarrollo prenatal y neonatal” (López y Calleja, 2016). Es decir, existe una
mutación genética que genera una alteración anómala de los genes que regulan la
homeostasis hormonal del cuerpo; esto afectando a la identidad de género de la
persona. No obstante, cabe resaltar que dichos cambios anormales de los genes
son causados por factores de los cuales se tiene un control muy limitado, tal como lo
afirma Aznar (2016) refiriéndose al transexualismo como “una dotación genética
inamovible”.
La idea del cuidado en la etapa de embarazo de la madre y los medios ambientales
en que se encuentra el ser en desarrollo es otro punto de análisis desde la
perspectiva biológica. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición ([SEEN],
2003) afirma que:
el transexualismo es originado por diversas influencias ambientales en
períodos críticos del desarrollo, como el embarazo (...), pueden influenciar la
conducta y la orientación sexuales. Así, el estrés prenatal, la relación
materno-filial de las primeras etapas de la vida (...) pueden determinar la
conducta sexual adulta (p.20)
De lo mencionado anteriormente se puede concluir que los desequilibrios
hormonales en la etapa prenatal pueden derivarse de las condiciones ambientales y
el cuidado del vientre que tiene la madre. Por ende, la madre, como encargada del
embrión está involucrada en el origen de la mutación del gen encargado de la
producción de hormonas masculinos y femeninos; es decir, indirectamente ella
afecta en la concepción género del nuevo ser. Los tres puntos tratados generan que
el ser transgénero desde la perspectiva biológica sea considerada como una
patología que sufre un individuo. Dado que, se tiene la idea de que existe un factor
anómalo en pre-desarrollo genético y en el desarrollo hormonal; el término
“anómalo” generando que se catalogue como enfermedad.

Perspectiva sociocultural

En segundo lugar, desde la perspectiva sociocultural, el análisis permite validar la


postura de que el desarrollo transgénero está influenciado principalmente por la
sociedad, la cultura y otros factores que rodean a la persona como la familia y
amigos. Soley-Beltran, afirma que el género de una persona es una interacción
entre categorías sociales definidas colectivamente y las vivencias diarias que lo
forman como persona (2014). Si se adopta como eje central a la interacción de
categorías sociales, se obtiene un profundo factor predominante, debido a que las
personas necesitan desarrollarse dentro de un espacio rodeado de sus similares a
quienes se les denominará, de manera general, como sociedad. A partir de esta
postura de la influencia de lo social-cultural en la formación de una persona
transgénero, se desglosa dos ideas secundarias, siendo la primera la existencia de
una relación entre el desarrollo de las personas transgénero y la concepción binaria
de género que tiene la sociedad y, por otro lado, la intervención de la bioética en el
desarrollo de las personas transgénero.
En primer lugar, se debe inquirir sobre la definición y el origen de la concepción
binaria del género. También conocido como binarismo del género, este se debe a la
correlación sexo-género que se tiene en las sociedades occidentales desde la
definición del género mismo en la segunda mitad del siglo XIX. Se puede definir
como una visión naturalista y esencialista de la programación biológica que se basa
en las funciones de los individuos en el momento preservar la especie (Peña, 2003).
Es decir, se determinó el género masculino y femenino por la función de cada sexo
en la reproducción. Debido a esto, los roles, los comportamientos y las actitudes que
las personas adoptan e internalizan, dependiendo de si pertenecen a un sexo u otro,
se ven reflejados en las expectativas que la sociedad tiene del hombre y de la mujer
(Giordano, 2013), en otras palabras, las personas basan su forma de ser en los
estereotipos de la sociedad.
La identidad personal se construye mediante las vivencias diarias y las personas
con las cuales se desarrolla a lo largo de la vida, en otras palabras, las relaciones
interpersonales. Como se menciona, actualmente, la cultura occidental tiene una
concepción binaria del sexo, es decir, el “mandato de género” se construye bajo el
concepto de hombre-pene y mujer-vagina, lo que termina por ser excluyente y crea
términos opuestos: "La masculinidad excluye a la feminidad y viceversa" (Rodríguez,
2001-2002, p. 240), si se transgrede esa normativa se considera una aberración o
consigna a la persona como merecedor de muestras de desprecio. Esto se debe a
que "el mandato de género lo internaliza cualquier ser humano en su socialización,
se recibe en forma de código, normas, mandatos escritos, orales o imaginarios, a
través de distintos agentes sociales como la familia, escuela, iglesias, medios de
comunicación social, etc. que tienen la misión de integrarnos en nuestra sociedad "
(Rodríguez, 2001-2002).
Esta visión binaria de género se ha normalizado con el tiempo hasta convertirse en
sistema que se considera natural del ser humano; sin embargo, esto no se cumple
para todas las personas actualmente. Las personas transgénero poseen una
condición que los sociólogos llamaron inconformidad de género. West y Zimmerman
la definen como una forma de indicar que la expresión de género de uno rompe con
las expectativas culturales de “género” (1987 citado de Miller y Grollman 2015). En
otras palabras, los transgénero se sienten inconformes por el género preestablecido
por la sociedad debido a su supuesta función en la reproducción. Lo anteriormente
mencionado permite la idea de que realmente hay muchas más personas que se
encuentran inconformes con su género; sin embargo, esta inconformidad es mal
vista por la sociedad por ir en contra de lo que el sistema ha denominado común o
normal. Debido a esto muchas personas deciden no expresar verdaderamente su
género y ocultarlo, de ahí que las personas pertenecientes al grupo LGBTI sean
constantemente discriminadas.
El desarrollo transexual en el tiempo ha sido influenciado considerablemente por las
decisiones bioéticas. En primer lugar, es necesario que se defina a la bioética como
la rama de la ética que estudia la actividad humana con respecto a la vida (Benitez,
2013). Por lo tanto, la adaptación del término bioético es fundamental para evaluar
las condiciones de vida de los transexuales en la sociedad en la que se integran.
Además, según el estudio de la doctora Patricia Soley (2014), la decisión del sector
de la clase médica en distinguir género/sexo para los tratamientos y etiología del
desorden de la identidad de género fue causada por la iniciativa ética humanista
para aliviar el sufrimiento de los pacientes que declaraban tener una discordancia
entre su sexo y su identidad de género. Es por esto que la inclusión de los aspectos
bioéticos ha logrado mejorar la definición del transexualismo a favor de ellos
mismos, ya que en un inicio se tomaba una definición de patología y práctica
médica, y que en la actualidad es un desorden de mente y cuerpo afectado no solo
por lo biológico, sino que por lo social, psicológico y funcional que ayuda a
comprender y respetar mejor la variedad del género con respecto al sexo.
Por otra parte, gracias a las medidas bioéticas es que se ha logrado facilitar la
convivencia de los transexuales en la sociedad a partir de la gestión legislativa de la
reorientación documental. En este caso para acceder a la nueva identidad de
género legalmente se tiene que cumplir con dos requisitos: cambio de nombre y
una apariencia de acorde a los estándares de identidad social. Una vez cumplido
estos requisitos y ser validados por un juez, la persona transexual podrá ejercer su
nuevo sexo con todos los derechos (Soley, 2014). Un ejemplo de lo citado
anteriormente es en el caso de Alemania que fue el primer país europeo en
reconocer un tercer sexo por medio de una reorientación documental y de esta
manera las personas adultas podrían elegir su sexo libremente. Finalmente, las
medidas bioéticas han logrado tomar impacto en lo legislativo para que las personas
transexuales se han aceptadas en una sociedad en cual los vea como ciudadanos
que tienen los mismos derechos que todos y es así cómo se construye una
comunidad más pacífica e inclusiva por medio del respeto y consideración del
aspecto social.
Conclusiones
En síntesis, existen muchas opiniones con respecto al desarrollo de las personas
transgénero y esto se debe a diferentes factores como la definición del término
mismo, las ideologías y los puntos de vista que se decida abordar. Por un lado, la
perspectiva biológica aborda el tema del desarrollo de las personas transgénero
desde un enfoque sustentado por los desequilibrios hormonales y mutaciones
genéticas desarrollados en la etapa embrionaria que pueden adquirir mayor fuerza
en la etapa de la pubertad. También, este desorden de género tiende a ocurrir con
mayor frecuencia cuando no existe un cuidado por parte de la madre en la etapa del
embarazo. Todo ello genera que este sea visto como como una patología desde el
enfoque biológico. Por otro lado, la perspectiva sociocultural aborda este tema como
una manera más de la expresión humana que se desencadena por una
inconformidad que se tiene con la concepción binaria del género. Además, la
intervención bioética ha influenciado de manera notoria en las condiciones de vida
de los transgéneros, ya que, la definición de enfermedad y los tratos relacionados a
ello han cambiado desde el momento que se consideró la opinión y el sentir de ellos
en la sociedad y cultura. De ambas perspectivas podemos concluir que las personas
transgénero no tienen la culpa de no sentirse identificados con el sexo contrario al
asignado mediante la concepción binaria del género, porque es un tema hormonal
que se desarrolla desde la etapa embrionaria y se va desarrollando con el tiempo.
Sin embargo, es decisión de la persona seguir desarrollándose como transgénero,
debido a que esta decisión será solamente influenciada por factores sociales y
culturales como la familia, amigos y los juicios que pueda tener la sociedad respecto
a este cambio. Debido a esto concluimos que ambas perspectivas están
estrechamente relacionada en el desarrollo de las personas transgénero.
Finalmente, nosotros estamos parcialmente de acuerdo con lo propuesto por la
perspectiva biológica, consideramos que los factores hormonales y genéticos
influyen en gran medida en el desarrollo de las personas transgénero; no obstante,
no se debería de considerar como una patología o desorden, porque entendimos,
gracias a la perspectiva sociocultural, que termina siendo una decisión que puede
tomar cada individuo, que se puede controlar y expresar dependiendo de diferentes
factores sociales y culturales. Debido a esto consideramos que la discriminación
hacia las personas transgénero está infundada, porque el individuo no es culpable
de los cambios generados en su identidad de género. Teniendo esto en
consideración, creemos firmemente que se puede conseguir una sociedad pacífica
con el respeto y la aceptación de todas las personas independientemente de su
manera de expresarse o identificarse. Finalmente, esperamos que la cultura
occidental cambie su forma de ver a los transgénero y que la sociedad aporte
proporcionando ayuda a estas personas y marcando de inadecuada la
discriminación hacia ellos.
IV. Bibliografía

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