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Adivinanza

Capote sobre capote, capote de frío paño, aquel que llora por mí me está partiendo a
pedazos.
La cebolla

Es un gran señorón,
tiene verde sombrero
y pantalón marrón.

El árbol

Con la tomate y con lechuga, que rica ensalada; puedo ser algo picante y a muchos
hago llorar.

La cebolla

Bombas

Él – De donde venís, paloma blanca,


a alegrar mi corazón,
a llevarme toda mi alma
Y llevarme todito yo.

Ella – No vengo a llevarte a vos,


vengo por verte otra vez,
por si no me lu has olvidado
me lu vuelvas a querer
Árbol mágico
Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro
encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las
palabras mágicas, lo verás.

El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra,


supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada.
Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió
una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía:
"sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió
dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de
juguetes y chocolate.

El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del
mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras
mágicas

Elefante fotógrafo
Había una vez un elefante que quería ser fotógrafo. Sus amigos se reían cada vez
que le oían decir aquello:

- Qué tontería - decían unos- ¡no hay cámaras de fotos para elefantes!

- Qué pérdida de tiempo -decían los otros- si aquí no hay nada que fotografíar...

Pero el elefante seguía con su ilusión, y poco a poco fue reuniendo trastos y
aparatos con los que fabricar una gran cámara de fotos. Tuvo que hacerlo
prácticamente todo: desde un botón que se pulsara con la trompa, hasta un
objetivo del tamaño del ojo de un elefante, y finalmente un montón de hierros
para poder colgarse la cámara sobre la cabeza.
Así que una vez acabada, pudo hacer sus primeras fotos, pero su cámara para
elefantes era tan grandota y extraña que paracecía una gran y ridícula máscara, y
muchos se reían tanto al verle aparecer, que el elefante comenzó a pensar en
abandonar su sueño.. Para más desgracia, parecían tener razón los que decían
que no había nada que fotografiar en aquel lugar...
Pero no fue así. Resultó que la pinta del elefante con su cámara era tan divertida,
que nadie podía dejar de reir al verle, y usando un montón de buen humor, el
elefante consiguió divertidísimas e increíbles fotos de todos los animales, siempre
alegres y contentos, ¡incluso del malhumorado rino!; de esta forma se convirtió en
el fotógrafo oficial de la sabana, y de todas partes acudían los animales para
sacarse una sonriente foto para el pasaporte al zoo.
La leyenda del padre sin cabeza inicia manera:

Cuenta la leyenda que el padre sin cabeza se


muestra ante personas que andan por las calles a
altas horas de la noche se aparece una puerta muy
grande como una iglesia, las personas entran en la
iglesia y escuchan la voz de un padre cantando en
latín.

La persona cargada de muchos pecados es atraída


a la iglesia pero cuando la hora de la consagración
llega al dar la cara el padre no tiene cabeza y sus manos están llenas de sangre.

Las personas mayores cuentan que el padre se aparece bajo árboles frondosos y así asustar a sus
víctimas a tal grado que estos cambien su vida por el camino del bien, ya sus vidas no es la misma
luego de esta experiencia que han tenido con este personaje.

Todos saben que quien anda a altas horas de la noche en las calles es porque no está haciendo nada
bueno y es una gran lección para esas personas que necesitan un susto o una guía para volver al
camino del bien y así poder retomar una vida sana junto a sus familia y amigos, dicen que la leyenda
del padre sin cabeza data de tiempos muy antiguos y que todo en ella es cierto.

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