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El principal nexo entre los trabajos seleccionados se sostiene en la La idea de que las ciudades chilenas se constituyen como un agregado y
aplicación de hipótesis y objetos de estudio que se despliegan en el no como un artefacto deviene en una invisibilización sobre las fuerzas
espacio de la ciudad. Sin bien esto goza de una cierta vaguedad en cuanto propias de la urbe para el desarrollo de elementos culturales. J. Bengoa
la disyuntiva inicial propuesta por R. Durhan (en G. Canclini; 1989, 230) (1996) ha planteado que en Chile no se ha constituido una sociedad con
sobre estudios en y de la ciudad ha dado paso a un estudio de lo urbano carácter urbano debido a que sus ciudades operan y se reproducen bajo el
como punto de inflexión para el despliegue antropológico. Por ello, los influjo de las fuerzas culturales de la ruralidad, realidad social y cultural
trabajos que podemos identificar como de antropología urbana se sitúan en arrancada de los cuerpos pero omnipresente en el imaginario. La vida
el amplio espacio que ocuparían estas tres nociones. social en la ciudad tiene - a decir de Bengoa- en “la comunidad perdida” su
referente. En este sentido, cada grupo social sigue pensándose a sí mismo
como un colectivo con fronteras culturales distinguibles y a veces
1. LA PERSISTENCIA DE LA COMUNIDAD O LA FUERZA DE LO inexpugnables. La búsqueda de las especificidades distintivas del pequeño
RURAL grupo, el reencuentro con la comunidad, ha marcado fuertemente el
desarrollo de la antropología urbana en Chile, impidiendo el estudio de los
cruces e intersecciones culturales que constituyen la condición propia de lo
Una observación general sobre la ciudad chilena nos plantea la urbano. En efecto, existe una suerte de negación por salir a buscar y
importancia definitiva de su relación con lo rural - a través de las comprender toda su complejidad; ante ello seguimos examinando aquellas
migraciones permanentes - para su configuración. Desde esta perspectiva, delimitaciones que nos permiten entender los distintos agregados
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son las fuentes de la ruralidad las que moldean y dinamizan la ciudad. La culturales que cohabitan en la ciudad .
ciudad chilena, entonces, se comprende como un agregado de formas,
funciones y personas que adquieren paulatina presencia sobre un territorio.
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Este carácter de agregado se opondría a la ciudad comprendida como un En un notable trabajo del escritor C. Franz titulado “La muralla enterrada” (2000, Planeta:
artefacto, que a nuestro juicio responde al de una configuración formal, Santiago) la geografía cultural de la ciudad de Santiago es reconstruida a partir de las
funcional y cultural con una realidad propia, con una lógica interna imágenes literarias de la novela nacional. Como consecuencia, el Santiago imaginario está
constituido de “territorios morales” como sí de regiones inexpugnables se tratase. El trabajo
claramente identificable y con una dinámica de reproducción particular que de Franz refuerza la idea de que el imaginario sobre nuestras ciudades se encuentra
dispone sus elementos a partir de una pulsación forjada en su interioridad. influenciado por esta noción de comunidades cerradas, la mayor de las veces incomunicadas
entre sí.
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No cabe duda que una de las principales entradas desde la antropología al Por una parte, este tipo de formulaciones permite una apertura desde
tema de la alteridad en el espacio urbano ha sido desarrollado a partir del variables sociológicas como es la estratificación social, hacia variables de
análisis de los fenómenos subculturales, cuyo estudio se inicia en la análisis cultural como son las representaciones de tipo étnico, religioso,
segunda mitad de los años ‘70 en el seno de la Universidad de Chile. político, etc. Por otra, permiten sustentar la noción de que las unidades o
grupos subculturales trascienden las delimitaciones físico-territoriales
Uno de sus primeros antecedentes en este sentido lo constituye el utilizadas comúnmente en los estudios urbanísticos o de planificación
documento presentado en 1977 por C. Munizaga, Romieux, Recasens y S. urbana – como la Escuela de Chicago, por ejemplo – y, por tanto, que la
Martinic, denominado Heterogeneidad Urbana. Como su nombre lo indica, heterogeneidad cultural traspasa con mucho cualquier intento de
éste contiene una primera aproximación al estudio de los centros urbanos identificación y delimitación territorial.
como una realidad eminentemente compleja, estableciéndose “(…) la
constatación de formas sociales heterogéneas que configuran como un Una breve revisión de los simposios y ponencias presentadas en el
mosaico las formas físicas y sus contenidos humanos en el contexto del transcurso de los cuatro congresos chilenos de antropología desarrollados
Gran Santiago”. Dichas formas sociales constituyen núcleos, módulos y desde 1985 hasta la fecha nos permiten observar parte de lo que
comunidades, las cuales poseen una estructura propia que las condiciona acabamos de expresar.
como micro-sistemas culturales. La heterogeneidad de estas formaciones
se expresa en indicadores sociales como las pirámides de edad - que El Primer Congreso Chileno de Antropología, celebrado en la ciudad de
indican formas de vida y relaciones sociales diferenciadas, actividades, Santiago en noviembre de 1985, tuvo un Simposio de Antropología Urbana
necesidades y expectativas particulares -, índices de población activa - que compuesto por la presentación de tres ponencias: "Lo Popular: Notas
nos indican principalmente aspectos relacionados con los rubros de sobre la Identidad Cultural de las Clases Subalternas" de C. Piña; "La
actividad y los contextos cotidianos en que se desenvuelve la población, inhalación de Neoprén en la Juventud Pobladora", de M. Segall y P. Díaz; y
tanto a nivel formal, funcional y simbólico -, entre otros. Las distintas "El Comercio Sexual en Chile: Nuevas Dimensiones de la Crisis y
formas de apropiación del espacio derivadas de este tipo de factores se Descomposición Social" de J. C. Skewes. Si bien cada una de estas
expresarán en el uso diferenciado de la infraestructura, equipamiento y presentaciones cumple con el paso lógico de establecer que sus
servicios urbanos por parte de los habitantes de la ciudad. respectivos problemas de investigación se constituyen a partir de su
vinculación con la sociedad mayor, en ningún momento abordan un
Si bien las distinciones conceptuales que se desarrollan en este análisis sobre las condiciones estructurales de la vida urbana que propician
documento pueden ser consideradas un tanto gruesas y de un carácter su desencadenamiento y reproducción. En este sentido, sólo se limitan a
más cercano a la sociología cuantitativa, el desarrollo de los estudios sobre dar cuenta y describir la existencia de un determinado problema.
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jóvenes que resaltan la importancia de los cruces culturales por sobre la rígidas y delimitadas que hemos reconocido en el período anterior,
búsqueda de sus especificidades. definiendo de esta forma no sólo nuevos y más precisos objetos de estudio
para la antropología, sino que además exigiendo el desarrollo de nuevas
Andrés Recasens nos entrega una visión de este fenómeno a partir de su estrategias metodológicas que permitan dar cuenta de identidades que se
investigación denominada Las Barras Bravas (1999), en la cual explora la configuran en permanente movimiento.
formación de identidades y pertenencias de jóvenes santiaguinos en torno
a su participación, marginal por cierto, en las hinchadas de los equipos de La definición de identidades culturales no ya desde la permanencia y la
fútbol de mayor convocatoria en el país. Resulta interesante observar adscripción territorial sino más bien a partir del desplazamiento y la
cómo identidad y pertenencias quedan refrendadas a partir de una "historia circulación realizado por Matus está en consonancia con un conjunto de
fundante" que incorpora mitos de legitimación, formas de lenguaje y trabajos presentados en el marco del Cuarto Congreso Chileno de
estrategias particulares de dramatización, las cuales expresan sus Antropología, realizado en Santiago en noviembre del año 2001. En ellos
sentimientos, lealtades y pasiones. El carácter urbano de este tipo de se asume que la influencia de nuevos circuitos de centralidad y movilidad
fenómenos se expresa justamente en la capacidad que tienen estos espacial al interior de los grandes centros urbanos constituye otro factor de
grupos de hacer circular esas formas de identidad por sobre las carácter estructural que es necesario analizar para comprender la
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distinciones sociales y culturales que se construyen en la sociedad mayor, configuración de la cultura urbana contemporánea .
haciéndose visibles y reconocibles para una gran mayoría de la población.
Es justamente la circulación de este tipo de mensajes identitarios por El trayecto que exhibe esta reseña de las ponencias presentadas en el
medio de distintas formas de consumo cultural, de difusión en los medios Cuarto Congreso Chileno de Antropología no es menor, por cuanto ellas
de comunicación (principalmente hechos de violencia retratados en dan cuenta de una actitud de reencantamiento hacia la antropología
noticiarios televisivos y periódicos) y su manifestación "ceremonial" en una urbana y una renovación de sus ámbitos de interés, los cuales han
cancha de fútbol, que les permite entablar relaciones de alteridad y permitido incluso la presentación de ponencias de profesionales
extrañamiento con una sociedad que los integra en sus representaciones provenientes de disciplinas como la arquitectura, la sociología, etc.
culturales por medio de un estereotipo construido en base a la
criminalización. De esta forma, los barristas no sólo se apropian de un En síntesis, consideramos que es desde el análisis de los nuevos
espacio físico – como resulta el estadio -, sino que además logran ganarse dispositivos de reproducción cultural que la antropología puede hacer su
un protagonismo y una posición particular dentro de ese relato plagado de aporte al estudio de lo urbano, presentando a su habitante en toda su
exitismo, chauvinismo y admiración -como es el fenómeno del fútbol en complejidad. La construcción de diversos modelos de identidad y el
Chile - lo que les permite también la apropiación de un espacio simbólico establecimiento de nuevas formas de vínculo social - nuevas formas de
dentro de la sociedad mayor. apropiación y construcción del espacio habitado, entre otros -, que se
configuran a partir de la movilidad y el desplazamiento propio de los
Otro caso a resaltar son las investigaciones realizadas en torno al carrete centros urbanos, constituyen antecedentes importantes para comprender
juvenil por C. Matus. Sobre la base que el consumo cultural constituye un la conformación de un nuevo objeto y nuevos problemas para el desarrollo
"espacio móvil, de intersección y tránsito habitado por distintos grupos de de la especialidad en nuestro país.
consumidores", el autor nos da cuenta de la forma como este dispositivo
de la cultura contemporánea se convierte en un proveedor de imágenes y
estereotipos asociados a las distintas corrientes de tribus urbanas
existentes en Santiago. En ese sentido, el consumo cultural puede ser
entendido como un ejercicio de construcción permanente de formas de
identidad y establecimiento de relaciones de pertenencia a grupos sociales
cuya constitución misma deviene flexible y fragmentaria. Este carácter de
poca estabilidad y permanencia, que tiene en la producción de imágenes
su principal referente, actúa en abierta oposición a las formas tradicionales,
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Ver especialmente las ponencias de Leiro (2001) y de Cerda (2001).
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3. INDÍGENAS EN LA CIUDAD, LO ÉTNICO DISLOCADO África Central de mediados del siglo XX. Dichos estudios planteaban
indagar la redefinición de identidades étnicas en las ciudades de
administración colonial británica; intentaban dilucidar la persistencia o no
El estudio de sociedades étnicas en Chile goza de una producción y de de rasgos étnicos de identidad por parte de los migrantes al interior de la
una vitalidad que permite la convi vencia de diversos programas de ciudad como consecuencia de la adopción de nuevos roles y de nuevas
investigación y reflexión, sin duda que este campo disciplinario es el de condiciones de habitabilidad, la subordinación a nuevas estructuras
mayor desarrollo en la antropología nacional. Los grupos indígenas más políticas y la adopción de una serie de elementos societales de orden
visitados corresponden a mapuches, en sus diversas configuraciones general a los que se enfrenta todo inmigrante.
regionales, y grupos de tradición andina: aymaras, atacameños (Lican
Antay) y recientemente quechuas. En este contexto, la mirada sobre las Para el desarrollo de sus investigaciones utilizaron objetos teóricos de la
relaciones entre lo étnico y lo urbano no han resultado inesperadas. Tal antropología clásica, tales como las relaciones de parentesco, estructuras
como planteamos en el inicio de esta presentación los tempranos trabajos políticas y de intercambio, entre las más relevantes. Es decir, se apoyaron
de C. Munizaga son el primer referente en este ámbito de trabajo. No en el desarrollo conceptual de la antropología que contemporáneamente
obstante, y pese a esta prematura aproximación, será a partir de la década estudiaba a las sociedades tradicionales en sus “aldeas” bajo los
del ‘90 cuando lo étnico urbano se consolide como un ámbito de reflexión, regímenes coloniales. Sin embargo, pese a no renovar objetos teóricos, sí
en cierto sentido urgente para comprender las sociedades indígenas aplicaron innovadoras técnicas metodológicas para desplegar estos
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contemporáneas. Según Ancán (1994), este impulso tuvo su catalizador en conceptos en el espacio urbano . Ahora bien, no es nuestro objetivo
el impacto que generaron los datos censales del año 1992 que dieron ahondar sobre el desarrollo de esta Escuela, sino compartir lo que podría
cuenta de una importante cantidad y porcentaje de población de origen ser una hipótesis general que cruza su trabajo, la cual se puede señalar
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indígena residiendo en ciudades . como la progresiva pérdida de elementos identitarios de tradición étnica al
interior de las ciudades. Dichos antropólogos se centraron en dar cuenta
Actualmente la investigación en este ámbito tiene dos características; por de la descomposición social y cultural de los migrantes indígenas como
una parte, no forman un cuerpo ni abundante ni diverso de estudios – hay resultado de su adecuación a un espacio urbano que implicaba el ingreso a
una mayoría que se centra en mapuches residentes en Santiago por una sociedad moderna basada en un modelo de desarrollo industrial. En
ejemplo -, y por otro, según nuestro parecer, aún se encuentra en un efecto, los estudios señalarán por ejemplo, que las decisiones de los
momento de exploración de fenómenos, de asentar ciertos sentidos y migrantes, tales como la formación de relaciones de alianza, ya no se
orientaciones que podrían permitir desarrollar estudios en profundidad de encontrarían supeditadas a estructuras de parentesco de origen tribal, sino
esta nueva dimensión cultural de las sociedades indígenas. En efecto, a estructuras resultantes de la división social del trabajo industrial. En este
ambas características se manifiestan en una elección de objetos de sentido, M. Gluckmann, el principal referente de esta escuela afirmará que
estudios similares y de un carácter exploratorio en los objetivos e hipótesis “un urbícola africano es siempre un urbícola”, de la cual se desprende -
de las investigaciones. que es una suerte de conclusión del conjunto de investigaciones de la
Escuela de Manchester - que un inmigrante indígena debe ser
Según nos ilustra Hannerz (1996), los primeros estudios sistemáticos de comprendido con relación a la sociedad industrial de la que forma parte
antropólogos con relación a fenómenos de etnicidad urbana fueron una vez asentado en la ciudad; La “etnicidad africana” en este caso, es
desarrollados por los miembros del Rodhes-Livingstone Institute, irrelevante. En consecuencia, lo urbano prevalece, anula e invalida la
posteriormente conocido como Escuela de Manchester, en ciudades de reproducción de las tradiciones particulares a través de la imposición de
sus dispositivos de orden social y cultural.
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El Censo Nacional del año 1992 fue el primero que intentó registrar la cantidad de personas
que se identificaban con alguna de las etnias mapuche, aymara y rapa nui. La población
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identificada con algunas de estas etnias se contabilizó en 998.385 personas. En dicha La aplicación de métodos etnográficos al contexto urbano resulta ser una de las grandes
medición los mapuches se contabilizaron en 928.060 personas, cercano al 10% de la innovaciones de lo miembros de esta Escuela, tal como lo hace J.C. Mitchell en el clásico
población total del país (se registraron solo los mayores de 14 años), el 80% de ellos residían “Social Networks in Urban Situations: Analyses of Personal Relationships in Central African
en zonas urbanas y, particularmente, 409.079 mapuches habitaban en la ciudad de Santiago. Towns” (1969, Manchester University Press: Manchester)
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Esta breve digresión sobre los primeros trabajos de etnicidad urbana nos translocales y recientemente de migraciones transnacionales, indígenas o
permite situar y poner en relación un cierto sentido de unidad que se no indígenas, que han decidido arriesgar un futuro en la ciudad no
identifica en los trabajos desarrollados en Chile. Estos se pueden agrupar accediendo más que a poblaciones periféricas de construcción progresiva,
en torno a la misma pregunta que plantea la Escuela de Manchester, pero sin planificación, suburbanizadas y donde campean la economía informal,
su hipótesis es el inverso lógico, es decir: Los migrantes indígenas el sub- y desempleo. En este caso, la morfología y funcionalidad de la
asentados en la ciudad logran reactualizar su cultura de origen y ciudad de los migrantes es la de una ciudad genérica. El autor confirma
desarrollar un proceso de reetnificación pese a la represión a lo étnico que esta apreciación de una ciudad definida en sus caracteres generales y no
ejerce la vida urbana. Señalar esta hipótesis, no supone explicitar la distintivos al plantear que: “(…) en muchos aspectos las distintas ciudades
evidente negligencia que significaría no reconocer los procesos de latinoamericanas y del mundo son la misma ciudad, se percibe que las
chilenización o aculturación al interior de la ciudad, sino más bien, dar pautas de comportamiento, la ordenación de los usos y los flujos internos
cuenta del interés más o menos general que guía las investigaciones y de de mercancías y personas, obedecen al mismo patrón de funcionamiento”
los resultados que exponen. (Gissi, 2001: 63).
Nos ocuparemos en presentar dos elementos que componen esta Si los aspectos formales de la ciudad se expresan en forma clara, la
hipótesis general. Primero, sobre la noción e imagen de la ciudad o de lo dimensión cultural de la urbe se despliega de forma implícita a lo largo del
urbano que se construye a partir de ella, y posteriormente, revisar cuál es texto, accediéndose a ella a partir de la sistematización de enunciados,
el objeto de estudio con el que se trabaja, el cual debiera dar cuenta de un juicios y afirmaciones que surgen como datos de contexto. De ellos
proceso de reetnificación urbana. Para nuestra revisión hemos podemos consolidar las siguientes ideas: la cultura dominante de la ciudad
seleccionado un par de investigaciones que son parte de un trabajo reprime la expresión étnica; la ciudad discrimina a la diferencia, a su vez
sistemático sobre migraciones mapuches y aymaras, y que nos parecen, si que la hostilidad resultante obliga a la adaptación. En efecto, estos
es justo plantearlo así, representativos en las formas de construir el terreno enunciados construyen en término negativos la ciudad; La vida urbana
de la etnicidad urbana. atenta la reproducción cultural de los migrantes en cuanto indígenas,
descomponiendo sus subjetividades basadas en una memoria ancestral.
El primer trabajo al que nos referiremos, y que servirá de conductor, es una
investigación realizada por N. Gissi (2001) en que nos presenta una Esta falta de prolijidad para definir la ciudad y el espacio urbano que se
revisión respecto al proceso actual de reetnificación de la sociedad desarrolla en ella, y una respectiva sensibilidad negativa no es exclusividad
mapuche y, particularmente, de la experiencia de este proceso por parte del estudio al que aludimos, más bien es una aproximación que se
de migrantes mapuches asentados en la Comuna de Cerro Navia de la comparte en diversos trabajos y pasa a formar parte de un sentido común
ciudad de Santiago. Nuestro interés específico refiere sólo a los elementos de las investigaciones en este terreno (Aravena, 1998 y 2003; Tabilo et.al,
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que mencionamos anteriormente, pues los alcances de este trabajo, como 1995 ). En suma, la ciudad es una realidad opaca tanto por sus precarias
los otros a los que aludiremos, exceden nuestro propósito particular ya que condiciones de habitabilidad como por su afán de dominio
ellos contienen una gama de intereses específicos. homogeneizante.
La primera observación surge respecto a la construcción del espacio En este contexto, el proceso de adaptación sociocultural del migrante se
donde residen los migrantes mapuches. La ciudad es definida a partir de caracteriza como traumático: “En la metrópoli, las categorías de
elementos urbanísticos y sociales de sectores pobres y marginales. La conocimiento mapuche se ven marcadas por la duda, por la incertidumbre,
ciudad se caracteriza como una estructura física deficientemente equipada verdaderamente existencial, de escindir el terreno de las convicciones
para acoger a sus residentes; carencia de servicios básicos, limitado íntimas y las configuraciones del nuevo mundo social” (op. cit., 2001: 102).
acceso a servicios educacionales y de salud, insuficientes y precarias En este escenario, el migrante se encuentra sometido a dos posibilidades:
viviendas, problemas de transporte, etc. Esta imagen explícita del espacio
urbano, evidentemente, no es parte de una experiencia particular de los 8
Este trabajo corresponde a una publicación en el marco de la Investigación “Indígenas en la
migrantes mapuches, más bien es una compartida por miles de migrantes ciudad: Los migrantes aymará en las áreas urbanas de la Región de Tarapacá” Proyecto
Fondecyt 194109 dirigido por Héctor González.
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En efecto, en la ciudad estas neocomunidades anulan las condiciones de estudio de lo étnico. Y esto corresponde, dicho de una manera más
complejidad que conlleva el espacio urbano. En gran medida en ellas se directa, a que en el terreno de lo urbano se ha encontrado un substituto de
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expresa una construcción de tipo monológica de la identidad , es decir la comunidad como una realidad territorial para el estudio de las culturas
como un proceso en que sólo se consideran relevantes los elementos indígenas.
internos del grupo social para la definición de su identidad. En este
contexto lo étnico, como una identidad particular construida en el devenir Ahora bien, esta es una forma de aproximarnos a las limitaciones
de una tradición, se actualizaría a partir de un monólogo desarrollado en el presentes en la construcción de un objeto urbano de estudio en las
seno de este “refugio cultural”. Lo contrario, una actualización a partir del investigaciones referidas. Sin embargo, la limitación tiene un alcance
diálogo cultural con su entorno heterogéneo es evitado mediante la mayor, en efecto, llama la atención la aplicabilidad de la crítica de
“invisibilidad” o el “enmascaramiento” de su identidad como estrategia para Signorelli formulada para la Escuela de Manchester a los trabajos chilenos,
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hacer frente a la discriminación . aún considerando que ambos conjuntos de trabajos se sitúan en puntos
opuestos del debate, lo cual nos conduce a concluir que la observación de
Junto a este carácter monológico con el que se observa la identidad étnica las variables externas - “la interdependencia de los grupos sociales y la
urbana podemos participar de la crítica principal que desarrolla Signorelli interrelación de las culturas” - sería la gran ausente como objeto de estudio
(1999) para la Escuela de Manchester. Observación que goza de una de la antropología aplicada a fenómenos urbanos.
interesante pertinencia al plantear para dichos trabajos que:
No obstante lo anterior, de los trabajos referidos se desprende una
“Las fuerzas externas son asumidas como una constante sugerente perspectiva, la cual es comprender el fenómeno de etnicidad
y, por ello, igualadas a cero; y las únicas variables urbana - mas allá de la búsqueda de equivalentes entre el campo y la
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tomadas como independientes son las internas. La ciudad - en la formación de un nuevo espacio que excede esta dualidad
interdependencia de los grupos sociales y la interrelación integrando ambos territorios. Aquí nos enfrentaríamos a la emergencia de
de las culturas, productos evidentes del urbanismo y de una nueva lectura respecto a este fenómeno, una que da cuenta de una
las migraciones en la ciudad, una vez más no se vuelven experiencia espacial que vincula territorios donde prevalecen prácticas de
objetos de investigación” (op. cit.: p.75) múltiples residencias y que darían pie para la construcción de identidades
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en diáspora o en movimiento . Para el caso mapuche, por ejemplo, se
Efectivamente, el objeto de estudio que se construye, la Organización, se concluye que “dicho término [el de mapuche urbano] cristaliza al individuo
desentiende del resto de la urbe en vez de integrarse en el complejo como ‘urbano’ o ‘campesino’, no dando cuenta del fenómeno aquí visto del
entramado que ofrece la ciudad para la redefinición de identidades en un ‘ida y vuelta’, esto es, del doble proceso de la migración mapuche: campo-
contexto del ‘otro generalizado’. De esta forma, se opta por el diálogo ciudad y, viceversa, ciudad-campo” (Gissi, 2001: 193). Esta idea se
interno de la sociedad indígena, una especie de condición autista, de un comparte para el caso aymara, aunque probablemente con otros alcances
trayecto identitario que va de la comunidad a la organización debido a la dinámica de movilidad histórica de las sociedades andinas, al
(neocomunidad) para luego volver al origen, cerrando exitosamente su plantear que “las organizaciones económicas (…) responden más bien al
círculo hermenéutico. En la construcción de este objeto de estudio, se fenómeno de articulación rural-urbana que parece sustentar la sociedad
desprende la aplicación o adecuación de los mismos procedimientos aymara actual para su reproducción” (Tabilo et.al, 1995: 32)
teóricos y metodológicos que se despliegan en el terreno de lo rural para el
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Este concepto ha sido trabajado por Taylor (1993) para dar cuenta de las identidades que
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se conciben construidas por un grupo cultural a partir de elementos exclusivamente internos La distinción entre campo y ciudad, tal como se sospechará, remite a una diferencia tanto
de dicho grupo. Particularmente Taylor aplica este concepto para dar cuenta del desarrollo de de espacio como de tiempo, el de la comunidad (Gemeinschaft) y el de la sociedad
los identidades nacionales y de las características que adoptan los discursos que las (Gesellschaft ) en su distinción más clásica.
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construyen. Estos conceptos han sido desarrollados por antropólogos como U. Hannerz y A. Appadurai
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Esta noción de “enmascaramiento” ha sido trabajada por varios autores: Ancán, J. (1995), en relación a procesos de formación de identidad y sentidos de pertenencia en el contexto de
Gissi B, Montecinos, S. (1990), entre otros. las migraciones transnacionales contemporáneas.
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Lo interesante de estas conclusiones es que surge un fenómeno que estos tienen un carácter transitorio y un alcance parcial. Segundo, porque
excede la experiencia espacial de territorios discretos y particulares. A la noción de territorio no es la más adecuada para plantear la experiencia
partir de la experiencia en la ciudad se construye un espacio cultural que espacial que se despliega en las ciudades contemporáneas (o más bien en
articula quiebres y continuidades de la memoria étnica. Este espacio de el mundo contemporáneo), pues refiere a un vínculo fundante de identidad,
carácter urbano permite vincular la ciudad y el campo y dar cuenta de una que opera como el mandato externo de un lugar para significar, obviando
sociedad que se despliega en estos dos terrenos. Si bien aún no se la potencia de la vivencia cotidiana presente en los itinerarios reales e
identifican objetos de estudio que permitan trabajar la relación entre imaginarios que los habitantes desarrollan en la ciudad y que tiene un rol
migrantes y el resto de la ciudad, el hecho que las conclusiones de los fundamental en la construcción de la experiencia con ese espacio. Estas
trabajos aludidos planteen la formación de este nuevo espacio de ideas nos señalan la necesidad de trabajar sobre fenómenos culturales de
comunicación, de tráfico de ideas, símbolos y objetos, empieza a fijar un la contemporaneidad que se despliegan sobre un espacio de tipo
nuevo escenario donde no será posible comprender las sociedades antropológico, en palabras de Merleua-Ponty; un espacio que se construye
indígenas contemporáneas sin repensar la construcción de este espacio y a partir de experiencias de tipo pre o extra reflexiva, un espacio
todas y cada una de las relaciones que se establecen en su seno. inminentemente vivencial.
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interesante aporte en la medida que logre construir objetos de estudios y (1998): “La recomposición de las identidades sociales
sus correspondientes procedimientos disciplinarios, que le permitan indígenas en los medios urbanos: Una reflexión teórica”, En
reflexionar sobre los fenómenos culturales que se han desarrollado en el Tercer Congreso Chileno de Antropología. Desafíos para el
pasado y los que mantienen en construcción el espacio urbano. tercer milenio, Temuco.
Advertíamos al inicio de este texto el carácter arbitrario de una Augé, M. (1995): Hacia una antropología de los mundos
presentación de este tipo, por cierto han sido más trabajos los que hemos contemporáneos , Barcelona: Gedisa.
excluido de los que hemos considerado para nuestra revisión. Sin
embargo, nuestro propósito último ha sido ensayar un orden de las Bengoa, J. (1996): La comunidad perdida, Santiago: Ediciones Sur.
disímiles investigaciones que pueden ser llamadas como de antropología
urbana. Avistamos en un futuro próximo revisitar el presente texto, Cerda, C. (2001): "Imágenes de la Ciudad." Cuarto Congreso Chileno de
suponemos que para dicha visita futura el campo de lo urbano habrá Antropología, Santiago, 2001.
crecido en complejidad hasta conformarse en una verdadera comunidad
académica, como reflejo de trayectorias investigativas definidas, una Delgado, M. (1999): El Animal Público. Anagrama: Barcelona.
circulación amplia de bibliografía clásica y contemporánea y, por supuesto,
marcada por el interés de la discusión científica. García Canclini, N (1989): Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y
salir de la modernidad. Grijaldo: México.
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