Está en la página 1de 7

Adventista en Dios

Copyright © 2006
All right reserved to:
www.adventistaendios.com.pe
adventistaendios@hotmail.com
Parte II
Resumiendo tenemos:

Comprensión de los 2300 días por Daniel


Entendimiento de la Visión Textos
Daniel recibe la visión Daniel 8: 1- 14
1º vez: Daniel no entiende la visión Daniel 8: 5
Daniel busca entender la visión Daniel 8: 15- 26
2º vez: Daniel no entiende la visión Daniel 8: 27
Daniel busca entender la visión Daniel 9: 1, 2
3º vez: Daniel no entiende la visión Daniel 9: 2
Daniel busca entender la visión Daniel 9: 3
Daniel entiende la visión Daniel 9: 23- 27

Esta dificultad de Daniel para entender la profecía, no es otra cosa que parte de la providencia divina. Dios quien lo anticipa todo,
con su ojo profético, previendo las dificultades por las cuales pasaría esta visión lo permitió en la persona de Daniel. De esa
manera podemos ver la perfecta armonía entre ambos capítulos. Piense por un momento, si no hubiera existido esa dificultad de
comprensión por parte de Daniel y que hubieran sido escritos ambos capítulos* sin esa relación, hubiéramos llegado a la
conclusión de que son dos cosas totalmente separadas la una de la otra. Imagínese, sabiendo que existe esa relación, algunos se
atreven a asegurar que ambos capítulos no tienen nada que ver el uno con el otro.

* Nota: La Sagrada Escritura, escrita originalmente por los Patriarcas y Profetas, no fue legada como hoy ha llegado a nuestras manos en
relación a capítulos y versículos, originalmente no existían. Ellos, los Profetas, jamás escribieron separando su texto en capítulos y versículos,
esta ha sido una añadidura posterior que data del siglo XIII, lo cual se hizo para facilitar su estudio. Por tanto, lo que estamos viendo como
capítulo 8 y 9 de Daniel, no estaban separados en un principio.

2. Los Periodos de Tiempo de ambos capítulos:

Cuando Daniel recibe la visión del capítulo 8, algo que salta a la vista, es justamente la imposibilidad en Daniel por entender la
visión de los “2300 días”, indudablemente una profecía de tiempo:
Daniel 8: 26, 27
“Y la visión de las tardes y mañanas que está dicha es verdadera; y tú guarda la visión porque es para mucho
tiempo. Y yo Daniel fui quebrantado y estuve enfermo algunos días y cuando convalecí, trabajé el negocio del
rey; pero estaba espantado acerca de la visión y no había quien la entendiese.”

Es luego de esta falta de explicación sobre los “2300 días”, que Daniel empieza a realizar una búsqueda de datos proféticos
relacionados también con periodos de tiempo, tomando para esto el uso de libros tales como el de Jeremías:

Daniel 9: 2
“En el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación de los Medos, el cual fue puesto por rey sobre el reino
de los Caldeos. En el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años
del cual habló Jehová al profeta Jeremías, que había de concluir la asolación de Jerusalén en setenta años.”

Al no poder encontrar una respuesta que pudiera satisfacer su deseo de comprensión sobre los “2300 días” es que recurre a Dios
mediante la oración, lo cual hemos visto anteriormente. Al asumir este último recurso, Daniel recibe de parte del cielo, por medio
del ángel Gabriel una repuesta, justamente vinculada con las características de su búsqueda; es decir con “periodos de tiempo”. Al
dar la explicación, sobre esta visión, Gabriel comienza a hablar sobre “periodos de tiempo”. En su primera parte explica a Daniel:

Daniel 9: 24
“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo…”

Este término, “determinadas”, es una prueba más. El término también indica “separar”, “descontar”, ¿separar o descontar qué?,
y ¿separar o descontar de qué? Si se está hablando de un periodo de tiempo, ya que dice: “…Setenta semanas están
determinadas…”, entonces es correcto pensar que se halla vinculado con un periodo más largo del cual tengamos que “separar”
o “descontar” estas “70 Semanas”. El periodo de las “70 Semanas”, obligadamente tiene que ser una parte, ya que esta tiene que
“separarse” o “descontarse”. No podemos “separar” o “descontar” el todo de una parte sino es la parte la que se puede
“separar” o “descontar” del todo. Tenemos el periodo a “separar” o “descontar”, son las “70 Semanas” que se descontarán de
los “2300 días”. Además el término determinar significa, hacer provisión primaria; esto significaría que se debería considerar este
periodo al inicio del periodo largo; quedando las “70 Semanas” dentro del marco de los “2300 días” y al inicio del mismo, como
en el gráfico.

Los 2300 Días

Las 70 Semanas

Sabiendo que una semana es igual a 7 días, tendríamos que “70 Semanas” son equivalentes a 490 días, las que se indica serían
para el pueblo de Israel. Sabiendo que estos 490 días son una parte, ¿de donde se separaría esta porción? El tema que venimos
tratando es la dificultad en la persona de Daniel por entender la visión de los “2300 días”. Al explicar Gabriel esta visión de los
“2300 días”, nos habla de tener que “separar” o “descontar” estas “70 Semanas”, por tanto es obvio considerar por las palabras
del profeta que los “2300 días” vendrían a ser el todo que estamos buscando, del cual se tendría que hacer el descuento de una
parte; es decir las “70 Semanas” o 490 días.

3. La presencia de un mismo Ángel explicando una misma Visión:

Otro hecho de consideración en el análisis de ambos capítulos, 8 y 9 de Daniel, es que se tiene a un personaje del cual se habla en
ambos capítulos, nos referimos a un ángel, a saber Gabriel.

El ángel Gabriel se presentado al final de la visión del capítulo 8 de Daniel:

Daniel 8: 15
“Y aconteció que estando yo Daniel considerando la visión y buscando su inteligencia, he aquí, como una
semejanza de hombre se puso delante de mi.”

De pronto es que se oye una voz, que da una orden, a raíz de que Daniel buscaba entender la visión, de que a Daniel se le
explicase la visión:
Daniel 8: 16
“Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que grito y dijo: ‘Gabriel, enseña a este la visión’.””

Es aquí que el ángel Gabriel aparece por primera vez, con un marcado propósito, el de dar instrucción sobre la visión que Daniel
no entendía, y que aun no logró entender hasta finalizar el capítulo 8 de Daniel, como lo evidencia el siguiente texto:

Daniel 8: 27
“Y yo Daniel fui quebrantado y estuve enfermo algunos días; y cuando convalecí, hice el negocio del rey; pero
estaba espantado acerca de la visión y no había quien la entendiese.”

Cuando nuevamente volvemos a encontrarnos con el ángel Gabriel, y luego de la solicitud de Daniel por medio de la oración del
capítulo 9, hecha a Dios, viene con el mismo propósito de enseñar la visión a Daniel. Entre el capítulo 8 y el capítulo 9 no existe
ninguna otra visión que requiera de explicación, sino únicamente la visión del capítulo 8, de la que como hemos visto hasta su
último versículo Daniel se había quedado sin entender.

Por tanto, esta evidencia unida a las dos anteriores, confirma el hecho de que la explicación de la visión del capítulo nueve es la
explicación de la visión sin entender hasta el cierre del capítulo 8.

Nos queda aun por saber, el porqué de las fechas tan disparejas, presentadas entre ambos capítulos, como si presentaran hechos
muy distantes en cuanto a fecha.

4. Las pruebas históricas:

Esta parte la hemos dedicado a mostrar evidencia histórica que corrobora, que ambos capítulos 8 y 9 de Daniel a pesar de las
fechas, aparentemente muy distantes, no los son. Primero, porque el hecho de que se diga en un capítulo como lo es el 8: “En el
año tercero de Belsasar…”, y en el capítulo nueve: “En el año primero de Darío, hijo de Assuero…”; no indica exclusivamente
que haya muchos años de diferencia entre ambas fechas. Segundo, es verdad que esta es una posibilidad, pero también es verdad
que no es la única. Este hecho es una alternativa que en forma segura podría dar oportunidad y corroborar a la escritura, claro
está, si tratásemos este asunto desde el punto de vista de ver posibilidades, pero tal no es nuestro caso.

La fecha en la cual se presenta a Daniel la visión del capítulo 8, es importante, puesto que nos ha de explicar porque se le
considera a Belsasar como un rey en su “tercer año”:

Daniel 8: 1
“En el año tercero del reinado del rey Belsasar, me apareció una visión a mi, Daniel, después de aquella que me
había aparecido antes.”

Sabemos que Nabonido exactamente a partir de su séptimo año se estableció en Temâ, 549/548 a.C; pero que ya desde por lo
menos su tercer año de reinado ya había comenzado a buscar hacerlo, como veremos en las “Tablillas del Contrato”. Temâ, era
una ciudad en la parte noroeste de la Arabia.

Veamos el corte de la “Crónica de Nabonido” para el séptimo año. Nos dice lo siguiente:

“Año séptimo: El rey se estableció en Temâ; el príncipe de la corona, sus funcionarios y su ejército se hallaban
en Akkad. El rey no vino a Babilonia para las ceremonias [del Año Nuevo] del mes de Nisannu; la imagen del
dios de Nabû no visitó a Babilonia, la imagen del dios Bêl [= Marduk] no salió de Esagila en la procesión, el
festival del Año Nuevo fue omitido. Pero las ofrendas dentro de los templos Esagila y Ezida fueron dadas según
el ritual completo; el urigallu-sacerdote hizo la libación y asperjo en el templo.”

Es entonces desde el año 549/548 a.C., que Nabonido se establece en Temâ. Comenzando desde esta fecha, hasta la caída de
Babilonia, tendríamos 10 años de un apartamiento total del reino. Pero, ¿en que fecha se inicia el reconocimiento de Belsasar
como corregente?, veamos.

Según la crónica Caldea, es desde el tercer año que Nabonido confía el reino a su hijo Belsasar. El Rey Belsasar recibe el reino de
Babilonia, como corregente, a raíz de un viaje y estadía de su padre Nabonido, en la ciudad de Temâ, tal como se presenta en las
“Tablillas del Contrato”.

Veamos lo que nos dice el corte de las “Tablillas del Contrato”:

“…cuando era alrededor del inicio del tercer año [del reinado de Nabonido] confió el ejército [?] a su más viejo
hijo, su primogénito, para poder llevar las tropas en el país que él pidió bajo su comando. Él [Nabonido] le dejó
todo, confiando el reino a él [Belsasar], y el mismo salió hacia fuera a un viaje largo. Las fuerzas militares de
Akkad que marchaban con él, las dirigió hacia Temâ adentrándose en el oeste.”

Por tanto, la corregencia entre Nabonido y su hijo Belsasar se iniciaría en definitiva entre el año 554/553 a.C., durando 11 años, o
sea hasta el año 543/542 a.C. Pero esta corregencia, tal como presenta la Sagrada Escritura y lo evidencia un documento antiguo,
no fue reconocida hasta el mismo fin del reino babilónico, es decir, Nabonido no fue reconocido como rey corregente hasta el
momento de la caída de Babilonia en manos de los Medos y Persas ocurrida en el 539 a.C.

Consideremos primeramente la evidencia bíblica. Sabemos por la presentación bíblica que Belsasar no gobernaba sin reconocer a
su padre, como veremos una cita bíblica más adelante. Pero por lo menos existió un consenso general que reconoció en un
momento dado a Belsasar como el único rey durante los últimos 3 años anticipados a la caída de Babilonia, tal como lo presenta y
reconoce Daniel el profeta:

Daniel 8: 1
“En el año tercero del reinado del rey Belsasar, se me mostró una visión a mi Daniel, después de aquella que
me había aparecido antes.”

Belsasar al ofrecer una posición en el gobierno, como normalmente acostumbraban hacer los reyes, de ofrecer un segundo lugar,
Belsasar en una forma diferente de la acostumbrada, ofreció el “tercer lugar en el reino”. Esto indicaría, por lo menos, que
Belsasar nunca dejo de reconocer a su padre como parte del reino. Por otra parte, al pueblo babilónico le era difícil reconocer a
Nabonido:

Daniel 5: 7
“El rey clamó en alta voz que hiciesen venir magos, Caldeos y adivinos. Habló el rey y dijo a los sabios de
Babilonia: ‘Cualquiera que leyere esta escritura y me mostrare su interpretación, será vestido de púrpura y
tendrá collar de oro en su cuello y en el reino se enseñoreará el tercero’.”

Sin lugar a dudas la Sagrada Escritura, se halla en concordancia única con los documentos históricos hallados en la actualidad.
Los documentos hallados, aun en este aspecto afectivo entre Belsasar y su padre, presentan ese sentimiento mutuo que se
manifestaban.

No olvidemos que la Crónica de Nabonido, nos habla acerca del desafecto que le tenía el pueblo babilónico por entero al rey
Nabonido, por sus creencias religiosas, las cuales eran consideradas extrañas y opuestas al culto que se le rendía a Marduk y
Nabû. Otro documento babilónico antiguo que corrobora este aspecto es el de las “Tablillas del Contrato”. El pueblo no quería
saber nada con Nabonido por estas circunstancias. Era lógico, pues, que no se le reconociese un gobierno a Nabonido y peor aún
los años finales de su reinado. Quisiéramos recalcar que no estamos diciendo que Belsasar haya gobernado en algún momento
desconociendo a su padre Nabonido, ya que la cita bíblica, la cual presenta las propias palabras de Belsasar, no demuestran eso.
Lo que deseamos enfatizar, es el hecho de que fueron los babilonios quienes incluso a través de documentos, que han llegado
hasta nosotros hoy, negaron rotundamente el reconocimiento de Nabonido como un rey legítimo.

Por otro lado el reinado de Belsasar, de acuerdo con la Sagrada Escritura, es seguido inmediatamente por el reinado de los Medos
y Persas. Veamos el siguiente texto:

Daniel 5: 30, 31
“La misma noche fue muerto Belsasar rey de los Caldeos. Y Darío de Media tomó el reino siendo de sesenta y
dos años.”

Esta sucesión de los Medos y Persas es presentada sin que Belsasar pudiera superar los tres años de reinado como único soberano
reconocido sobre Babilonia. Cuando Daniel nos habla acerca del mayor número de años de reinado sobre Babilonia alcanzado
por Belsasar nos dice:

Daniel 8: 1
“En el año tercero del reinado del rey Belsasar, se me mostró una visión a mi Daniel, después de aquella que
me había aparecido antes.”

Luego de presentar esta visión del capítulo 8 Daniel ingresa en la explicación de la visión de las setenta semanas del capítulo 9.
Después de presentar el “tercer año” de reinado de Belsasar, en el capítulo 8, nos introduce en el capítulo 9, presentando un
periodo de tiempo consecutivo a este “tercer año” de Belsasar, llamado “primer año”. Se nos dice:

Daniel 9: 1
“En el año primero de Darío hijo de Assuero, de la nación de los Medos, el cual fue puesto por rey sobre el
reino de los Caldeos.”

Podemos notar que al salir del capítulo 8 e ingresar al capítulo 9, como en el capítulo 5 citado líneas arriba, nos presenta a un
reino Medo Persa, consecutivo a un reino babilónico de Belsasar. Solo que en esta oportunidad Daniel escribe haciendo hincapié
en dos periodos de tiempo, “tercer año” adjudicado a Belsasar y “primer año” adjudicado a los Medos y Persas. Repetimos, para
Belsasar se presenta un periodo que se halla en su “tercer año”, mientras que para Medo Persia como reino consecutivo e
inmediato, se presenta un periodo al que le llama su “primer año”. Como veremos en este estudio, ambos capítulos, 8 y 9 tienen
una relación singular por los hechos presentados dentro de ellos.
Finalmente, en conformidad con los documentos históricos antiguos tenemos la evidencia que apoya fehacientemente que
realmente Belsasar fue reconocido como el único rey de Babilonia. Además existe otro documento cuneiforme que presenta los
últimos tres años del reino babilónico, correspondientes a los tres últimos años, de los 17 adjudicados a Nabonido (año 15, 16 y
17 de Nabonido). Este documento desconoce rotundamente a Nabonido como monarca. Esto se halla en concordancia con lo
presentado por el profeta Daniel. El documento al que nos referimos es la Tablilla Cuneiforme SAKF 165. Esta tablilla, si bien es
cierto no alude directamente a Belsasar, desconoce totalmente a Nabonido como rey, para los últimos tres años de los supuestos
17 que se le atribuyen.

Está tablilla en escritura cuneiforme se encuentra en el museo arqueológico de Florencia y resume gráficamente en años su relato
como sigue:

Datos de la Tablilla Cuneiforme SAKF 165

Líneas de la Escritura Cuneiforme Año de reinado Rey gobernante

Línea 3 hasta la línea 13 15 --------------------

Línea 14 hasta la línea 25 16 --------------------

Línea 26 hasta la línea 33 17 --------------------

Línea 34 hasta la línea 39 1 CIRO

Línea 40 en adelante… 2 CIRO

Nótese que esta tablilla considera los últimos 17 años del imperio babilónico. Los tres últimos no se le atribuyen a Nabonido.
Simple y llanamente no se le considera a Nabonido los años 15, 16 y 17 desconociéndoselo totalmente como el rey de Babilonia
para este último periodo de 3 años. Como se puede ver en la Tablilla no se indica los años 15, 16 y 17 a que rey se refiere, sin
dejar lugar a dudas que es a Belsasar, pues éste es el antecesor inmediato del reinado de Ciro, quien inicia en el 539 a.C., con la
consiguiente caída de Babilonia conforme a la Escritura. No podemos decir que estos 3 años, sean un reinado inmediato al de
Nabonido, ya que Nabonido para nada estaba a cargo del reino.

Por tanto, el tercer año del rey Belsasar, como se desglosa de los documentos históricos presentados; estaría situado entre el año
542 a.C. y el 539 a.C., fecha, esta última, en la que cae el Imperio Babilónico en poder de los Medos y Persas. Lo cierto es que
tanto la historia como la Sagrada Escritura coinciden en que ambos fueron corregentes.

A su vez si consideramos lo que la palabra de Dios presenta en el libro de Daniel, exactamente; tendríamos que aceptar, que tres
años antes de la caída de Babilonia, Belsasar fue considerado como el único rey reconocido de Babilonia. Un hecho singular que
determina tal reconocimiento y aceptación viene a estar consolidado por la fiesta realizada la noche de la caída de Babilonia;
fiesta a la cual asistieron todos los príncipes del imperio demostrando su apoyo incondicional al rey Belsasar. No nos olvidemos
que verdaderamente el derecho al trono se hallaba centrado en la persona de Belsasar. Por otro lado Nabonido, para muchos era
solo un advenedizo, que echó a perder su oportunidad proclamándose servidor de un dios extraño.

TERCER AÑO DE REINADO DE BELSASAR

556 a.C. 539 a.C.

11 años de
Corregencia

553 a.C. 542 a.C.

1 2 3 1 2 3
Belsasar es
reconocido como
único Rey

Nabonido toma el Caída de Babilonia


reino de Babilonia Tercer año de Belsasar
Si todo es correcto hasta aquí; entonces, con toda seguridad, sabiendo que solo se le reconoce a Belsasar como el único rey de
Babilonia durante los años 15, 16 y 17 de lo que se suponía era el reinado de Nabonido; esta fecha de aceptación se dio en el año
542 a.C., una aceptación que también es presentada por Daniel. Al estar tantos años fuera del reino era lógico pensar que ya no
tenía ninguna parte en el. Véase la línea cronológica de tiempo.

Considerando que el reino babilónico cayó en manos de los Medos y Persas en el tercer año de Belsasar, el 539 a.C.; el 542 a.C.,
sería el inicio del reconocimiento de Belsasar, como único rey de Babilonia.

Todo lo que hemos conocido en relación al asunto del “tercer año del reinado de Belsasar” echa por tierra la ideología de que los
capítulos 8 y 9 de Daniel “no se hallen relacionados”. Además hecha por tierra la teoría de que existen muchísimos años de
diferencia entre ambas presentaciones proféticas. Lo que si está claro, es que el periodo de tiempo entre ambas profecías no es ni
siquiera mayor a un año.

También podría gustarte