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El hombre primitivo se iluminaba con las misma fogata que utilizaba para cocinar la carne de

los animales, y observo que la grasa al tener contacto con el fuego chisporroteaban
brillantemente las llamas.

Las lámparas más antiguas consistían en platos no muy hondos en que ardían aceite o
grasa.

Después idearon una forma para utilizarlas fuera de sus casas y crearon recipientes
protectores que debían contar con agujeros o ventanas que dejaran pasar la luz para que la
lámpara siguiera cumpliendo su propósito de alumbrar.

Las lámparas griegas y romanas tienen su origen en Egipto, siendo hondas y redondas, con
un mango y decoradas con rayas, palmetas y dibujos similares. Se llenaba de aceite o de
grasa y sobre su superficie flotaba la mecha. La lámpara romana tenía dos aperturas. La del
centro era para cargarla y en el lateral, otra donde salía la mecha. Sus decoraciones eran
más elaboradas, con imágenes mitológicas, con forma de animales o busto humano.
LA EDAD MEDIA

La Iglesia primitiva y sus órdenes monásticas las usaban para estar encendidas
permanentemente ante el sagrario, extendiéndose por toda Europa. Consistía en un
recipiente de vidrio que se llenaba por debajo de agua, luego aceite sobre el agua y después
una mecha de fibra que nadaba sobre el aceite, eran usadas principalmente en iglesias y
establecimientos religiosos.

Las lamparas medievales y del Renacimiento, su enorme copa inferior no es más que el
desarrollo del platillo que en la Edad Media se ponía debajo del vaso que contiene el aceite,
las coronas luminosas empezaron a usarse en las catacumbas.

En la Edad Media empezaron a usarse lámparas de cobre y de hierro, tanto portátiles


como de otros tipos, que se suspendían del techo por medio de cadenillas y que fueron las
precursoras de las vistosas arañas que en épocas posteriores se introdujeron para alumbrar
y adornar los salones espaciosos. En el Renacimiento continuaron en boga las lámparas
colgantes.

LAMPARA ACTUAL

El invento de la primera lámpara eléctrica incandescente se atribuye generalmente a


Thomas Alva Edison que presentó el 21 de octubre de 1879 una lámpara práctica y viable,
que lució durante 48 horas ininterrumpidas. El 27 de enero de 1880 le fue concedida la
patente, con el número 223.898. Otros inventores también habían desarrollado modelos
que funcionaban en laboratorio, incluyendo a Joseph Swan, Henry Woodward, Mathew
Evans, James Bowman Lindsay, William Sawyer y Humphry Davy. Cabe recordar que el
alemán, Heinrich Göbel ya había registrado su propia bombilla incandescente en 1855,
mucho antes por tanto que Thomas A. Edison. Tiempo después, pero siempre antes que a
Edison, el 11 de julio de 1874 se le concedió al ruso Aleksandr Lodygin la patente nº1619
por una bombilla incandescente. El inventor ruso utilizó un filamento carbono.
La lámpara eléctrica es uno de los inventos más utilizados por el hombre desde su creación
hasta la fecha. Según un ranking de la revista Life es la segunda más útil de las invenciones
del siglo XIX.

FUNCIONAMIENTO DE LA LÁMPARA INCANDESCENTE


En la mayoría de los casos junto con la luz se genera también calor, siendo esa la
forma más común de excitar los átomos de un filamento para que emita fotones y
alcance el estado de incandescencia.

Normalmente cuando la corriente fluye por un cable en un circuito eléctrico


cerrado, disipa siempre energía en forma de calor debido a la fricción o choque que
se produce entre los electrones en movimiento. Si la temperatura del metal que
compone un cable se eleva excesivamente, el forro que lo protege se derrite, los
alambres de cobre se unen por la pérdida del aislamiento y se produce un corto
circuito. Para evitar que eso ocurra los ingenieros y técnicos electricistas calculan el
grosor o área transversal de los cables y el tipo de forro aislante que deben tener, de
forma tal que puedan soportar perfectamente la intensidad máxima de corriente en
ampere que debe fluir por un circuito eléctrico.

Cuando un cable posee el grosor adecuado las cargas eléctricas fluyen normalmente
y la energía que liberan los electrones en forma de calor es despreciable. Sin
embargo, todo lo contrario ocurre cuando esas mismas cargas eléctricas o
electrones fluyen a través de un alambre de metal extremadamente fino, como es el
caso del filamento que emplean las lámparas incandescentes. Al ser ese alambre más
fino y ofrecer, por tanto, más resistencia al paso de la corriente, las cargas eléctricas
encuentran mayor obstáculo para moverse, incrementándose la fricción.

Han evolucionado hasta llegar al punto de crear una lampara táctil

Una lámpara táctil es una sin interruptor externo, diseñada para encenderse y
apagarse tocando cualquier parte de ella. Aparte de la configuración del interruptor,
poco separa a la lámpara táctil media de una con interruptor manual. En una
lámpara táctil, el interruptor eléctrico que enciende y apaga la luz está dentro de la
lámpara, no fuera. Este interruptor eléctrico está cableado a un circuito, y el circuito
al interior de la capa externa de la lámpara.

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