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25.

El objeto indirecto

25. El objeto indirecto

25.1. Características generales


El objeto indirecto se caracteriza por ir encabezado por la preposi-
Sujeto
ción a y admitir la sustitución y la duplicación, en general obligato-
ria, por el pronombre átono en caso dativo le, les, como en (1): Objeto directo

(1) a. Ya le pedí a tu hermano el reloj.


b. A mis primos les molesta tu impuntualidad.
c. Le tejí una bufanda a Sofía.

Estas tres características distinguen el objeto indirecto del directo,


que no siempre es un sintagma preposicional, que solo se duplica
obligatoriamente cuando es un pronombre personal (Me saludó a
mí) y que es duplicado o sustituido por un pronombre en caso acu-
sativo lo, la, los, las (Lo saludó). Los pronombres dativo y acusativo
solo presentan formas diferentes en la tercera persona; en las otras,
en cambio, tienen la misma forma: me, te, se, nos y os:

(2) a. Ya te pedí el reloj.


b. Me molesta tu impuntualidad.
c. Se tejió una bufanda.

En (2c) se es un pronombre reflexivo, que indica que alguien realizó


una acción destinada a sí mismo. En cambio, si se pronominaliza el
objeto indirecto en (1a), el pronombre le adopta la forma se, que
no corresponde, por lo tanto, a un reflexivo, como en (3a). Por otra

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Sintaxis - II. Las funciones en la oración

parte, el objeto indirecto no sufre cambios cuando la oración se


pasiviza, como se ve en (3b):

(3) a. Ya se lo pedí (a tu hermano).


b. Le fue pedido el reloj a tu hermano.

Le es un pronombre átono que no se flexiona en género, pero sí en


número, como en (4a), aunque no siempre mantiene la concordan-
cia con el objeto indirecto léxico, como en (4b). En cambio, se care-
ce también de la flexión de número. La información de plural, que
se no puede poner de manifiesto, se pasa al acusativo en el español
de América, que al carecer de vosotros, no puede distinguir de otro
modo si el hablante se dirige a más de un interlocutor (ustedes) o
cuando se habla de varios individuos (ellos) (4c):

(4) a. Ya le / les dije que llegó en hora.


b. Dale una mano a tus amigos.
c. Eso ya se lo dije (a él / a usted). / Eso ya se los dije
(a ellos / a ustedes).

Asimismo, desde el punto de vista semántico, esta función sintáctica


se caracteriza por designar personas, aunque a veces también ad-
mite otras entidades, sobre todo con verbos de apoyo (cf. § 16.2):

(5) a. A este departamento le corresponde un presupuesto mayor.


b. Le puso alfombra al dormitorio.
c. Le tomó cariño a la casa.

Por eso, el término de este sintagma preposicional solo puede


ser un sintagma nominal o una relativa libre o semilibre, que de-
nota individuos, (cf. § 30.4), pero no una oración sustantiva, que
tiene significado abstracto (cf. Cap. 29):

(6) a. Ya le pedí una ayuda a [quien pudiera brindármela]Relativa libre


b. A [quienes te conocen]Relativa libre les molesta tu impuntualidad.
c. *Le tejí una bufanda a [que Sofía tiene frío]O sustantiva

También difiere el objeto indirecto del directo en que no siempre


corresponde a un argumento seleccionado por el verbo, como ve-
remos a continuación.
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25. El objeto indirecto

25.2. Clases de objetos indirectos


Como hemos visto en los capítulos precedentes, el sujeto y el objeto
directo definen características muy importantes de la oración de la
que forman parte. Todas las oraciones cuentan con un sujeto, aun-
que no siempre esté expreso. Entre los sujetos tácitos (cf. § 23.3),
los de los verbos meteorológicos y algunos otros que solo se con-
jugan en la tercera persona del singular no pueden reponerse con
un pronombre, lo que indica que no son argumentales. A su vez, la
presencia del objeto directo distingue las oraciones transitivas de
las intransitivas. El objeto indirecto, en cambio, no se combina con
un único tipo de verbos ni aparece en un único tipo de oraciones,
sino que se acomoda a diferentes estructuras. De ahí que se reco-
nozcan diferentes clases de objetos indirectos.

En primer término, algunos son argumentales y otros no lo son. En-


tre los primeros, un grupo aparece con verbos triádicos (alguien da
algo a alguien) y otros con verbos diádicos (a alguien le gusta algo).
Los no argumentales se caracterizan por alternar con construccio-
nes diferentes o por ser omisibles, como se ve en (7):

(7) a. Tejí una bufanda para Sofía. / Le tejí una bufanda a Sofía.
b. Lavé los championes de Martina. / Le lavé los championes
a Martina.
c. Se sentó delante de ella. / Se le sentó delante.
d. No te me caigas. / No te caigas.

25.3. Los objetos indirectos argumentales

25.3.1. El objeto indirecto prototípico

El objeto indirecto es seleccionado por los verbos triádicos (cf. § 16.3),


es decir, por los que también requieren un sujeto y un objeto di-
recto. Son estos los verbos de transferencia (dar, entregar, otorgar,
ofrecer, servir, enviar, regalar, comprar, vender, devolver, cambiar y
similares) y los de lengua, incluidos los que designan actos de habla
(decir, comunicar, indicar, señalar, prometer, jurar, pedir, solicitar, ro-
gar, ordenar, proponer, sugerir, aconsejar, recomendar, entre otros).

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Sintaxis - II. Las funciones en la oración

Como unos y otros requieren dos objetos —el directo y el indirecto—


se denominan también ditransitivos; sin embargo, mientras que en
los primeros el objeto directo es una entidad concreta, en los segun-
dos es una oración o un sustantivo abstracto:

(8) a. No me entregarán el auto hasta que no pague la última cuota.


b. Se cambiaban las figuritas en los recreos.
c. Ayer nos comunicaron la noticia.
d. Te prometo acompañarte al cine este fin de semana.

Con ambas clases de verbos el objeto indirecto puede quedar implí-


cito; en tal caso a menudo recibe interpretación genérica (‘a todos’,
‘a cualquiera’ (9a-b)), sobre todo cuando el verbo está conjugado
en tiempos imperfectivos (9c) (cf. § 17.3.2):

(9) a. Gabriel comunicó que no venía.


b. Prometieron mejores condiciones laborales.
c. Siempre dicen mentiras.

25.3.2. El objeto de interés

También son seleccionados los objetos de los verbos que designan


emociones (gustar, encantar, interesar, preocupar, importar, moles-
tar y similares) y otros estados (faltar, sobrar, corresponder, perte-
necer, constar, alcanzar, bastar, convenir, urgir, entre otros). Am-
bos grupos coinciden en la tendencia a ubicar el sujeto en posición
posverbal y el objeto indirecto —también llamado en estos casos
objeto de interés— en la posición preverbal, como es propio del
tema oracional (cf. § 22.4):

(10) a. A Juliana le gustan esos juguetes.


b. A nadie le importa lo que digas de eso.
c. No nos alcanza el sueldo.
d. A vos te consta mi oposición a esos aumentos.

Estas oraciones presentan una serie de características que las dis-


tinguen de las oraciones transitivas del grupo anterior. Compare-
mos las dos oraciones que siguen:

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25. El objeto indirecto

(11) a. Le pedí a tu hermano el reloj.


b. A tu hermano le pertenece el reloj.

La primera diferencia surge del número de argumentos seleccio-


nados en cada caso: solo pedir cuenta con un argumento agente.
Aunque los otros dos argumentos son compartidos, el reloj des-
empeña funciones sintácticas diferentes: objeto directo en (11a)
y sujeto (11b), respectivamente. Por otra parte, en (11b) el objeto
indirecto —o, más específicamente, de interés— a tu hermano
presenta rasgos característicos del sujeto típico: preverbal y de
persona; a su vez, el sujeto, el reloj, tiene los propios del objeto
directo —posverbal y de cosa. Ambas anomalías suelen inducir
análisis sintácticos erróneos, que se evitarían, sin embargo, si se
prestara atención a otros rasgos sintácticos: por una parte, ningún
sintagma preposicional puede ser sujeto y, por la otra, solo el su-
jeto concuerda con el verbo. La relación de concordancia pone a
las claras que el sujeto es el sintagma nominal posverbal, y no el
sintagma preposicional preverbal:

(12) a. A tus hermanos les pertenece el reloj.


b. A tu hermano le pertenecen los relojes.

Como se advierte, el cambio de número de tu hermano en (12a) no


se ve reflejado en la flexión verbal, mientras que el de los relojes
en (12b) sí incide. Además, solo este sintagma nominal puede ser
sustituido por un pronombre en caso nominativo: A tu hermano le
pertenecen ellos / estos.

La tendencia de los objetos indirectos a designar personas se refleja


en alternancias, como las de (13):

(13) a. Mario le envió una carta a Pepe. / Mario envió una carta


a Tacuarembó.
b. A Nora le pertenecen esas tierras. / A Maldonado
pertenecen esas tierras

En ambos casos el dativo sustituye o duplica al objeto indirecto (a


Pepe) o al objeto de interés (a Nora), pero no al topónimo (a Tacua-
rembó), lo que indica que este no forma parte de un objeto indirec-

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Sintaxis - II. Las funciones en la oración

to, sino de un complemento de régimen o de destino (cf. § 26.3). Por


lo tanto, en Joaquín le envió una carta a Tacuarembó, le no duplica
a Tacuarembó sino que sustituye a Pepe. Asimismo, a Nora admite
fácilmente la duplicación (A Nora le pertenecen esas tierras), que
en la segunda oración se interpretaría más bien como una persona-
lización de Maldonado.

25.4. Los objetos indirectos no argumentales


Este grupo de objetos indirectos presentan rasgos que se van apar-
tando de menor a mayor grado de los argumentales. Casi todos al-
ternan con otras construcciones que no son objetos indirectos, sino
dependencias del verbo o de otras clases de palabras, que son las
que se ilustra en (14):

(14) a. Compré un gorro para Mauro.


b. Ensuciaste la ropa de Pablo.
c. Tus consejos fueron muy útiles para mí.
d. Se sentó atrás de mí.

En (14a) el benefactivo va encabezado por la preposición dife-


rente, para. En (14b) el elemento subrayado modifica un sustan-
tivo. En (14c) para mí depende del adjetivo útil y en (14d), del
adverbio atrás.

Como ya se ilustró en (7), lo que unifica las construcciones tan dife-


rentes de (14) es la posibilidad de ser sustituidas o duplicadas por
un pronombre en caso dativo, como se ve en (15):

(15) a. Le compré un gorro a Mauro.


b. Le ensuciaste la ropa a Pablo.
c. Tus consejos me fueron muy útiles.
d. Se me sentó atrás.

La denominación de objeto indirecto se aplica básicamente a los


argumentales y, en especial, al objeto indirecto prototípico, es de-
cir, al seleccionado por los verbos triádicos. En cambio, para los ca-
sos de (15), que son muy heterogéneos, pero tienen en común la

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presencia del dativo, se utiliza el término dativo para designarlos:


dativo benefactivo, dativo posesivo, dativo ético.

25.4.1. El dativo benefactivo

El benefactivo de (14a) es un adjunto encabezado por para, que


se combina con varios tipos de verbos: básicamente, los verbos
transitivos de acción, como hacer, preparar, tejer, cocinar, escribir,
construir y otros similares, cuyos objetos directos indican la entidad
creada, o bien los verbos ditransitivos de transferencia, como rega-
lar, comprar, pedir y otros.

Con los verbos ditransitivos surge una ambigüedad en la primera


versión de (16), ya que el pronombre en dativo le puede referirse
tanto al benefactivo como a la fuente u origen de la transferen-
cia (el mozo o el panadero en los ejemplos) (cf.  §  22.3 para las
funciones semánticas). Al expresarse ambos participantes con los
respectivos sintagmas preposicionales en la segunda versión de
estos ejemplos, desaparece la ambigüedad, lo que demuestra,
además, que se trata de dos funciones sintácticas diferentes: un
objeto indirecto, que es argumental y que se corresponde con la
fuente, y un adjunto, el beneficiario:

(16) a. Pedile un café. / Pedile un café al mozo para Margarita.


b. Comprale unos bizcochos a Luisito. / Comprale al
panadero unos bizcochos para Luisito.

Los verbos de acción, como los de (17), en cambio, no son di-


transitivos, de manera que el dativo no resulta ambiguo. Tam-
bién son posibles en las versiones absolutas (cf. § 24.2) de estos
verbos en (17b), que a menudo tienen valor genérico:

(17) a. Tejí un gorro para Marcos. / Le tejí un gorro a Marcos.


b. Aurora me cose desde hace años; Su novio le canta
todas las noches.

Como se advierte, en la segunda versión es obligatorio el dativo:


*Tejí un gorro a Marcos. Las variantes absolutas de (17b) solo admi-
ten la versión pronominal.

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Un comportamiento similar se observa en algunos adjetivos y ad-


verbios que seleccionan complementos cuyo término es un sustan-
tivo de persona:

(18) a. Esta vez me fue imposible llamarte.


b. Cuando te tengo cerca, me siento feliz.

25.4.2. El dativo posesivo

Los sustantivos que designan posesiones inalienables, es decir, par-


tes del cuerpo, son relacionales, dado que requieren un comple-
mento que designe al poseedor, y que alterna con el determinante
posesivo: las piernas de Dolores; sus piernas. Sin embargo, en el
español este complemento puede expresarse también fuera del
sintagma nominal, como complemento del predicado; en tal caso,
el sustantivo no va introducido por un posesivo sino por el artículo,
como en (19a). A este grupo se asimilan los sustantivos que desig-
nan objetos que forman parte de la «esfera de lo personal», como
las prendas de vestir y otros elementos que en cada cultura se con-
sideran cercanos a la persona (auto, computadora, juguetes), pose-
siones alienables, como en (19b). El sustantivo relacional desempeña
en los ejemplos anteriores la función de objeto directo. En (19c), en
cambio, es el sujeto de verbos intransitivos:

(19) a. El traumatólogo le enyesó [la pierna derecha]OD a Dolores.


b. El zapatero le ensanchó [los zapatos]OD a Dolores.
c. A Dolores se le hinchan [las piernas]Suj

Las posesiones alienables se distinguen, sin embargo, de las inaliena-


bles por admitir la alternancia entre el dativo posesivo y el comple-
mento posesivo nominal, es decir, entre (19c) y (20a). Esta última ver-
sión es rechazada, en cambio, por las inalienables, a menos que se
entienda como un objeto independiente (una pierna ortopédica):

(20) a. El zapatero ensanchó los zapatos de Dolores.


b. El traumatólogo enyesó la pierna derecha de Dolores14.

14 Obsérvese, sin embargo, que el ejemplo mejora cuando el objeto directo va


precedido por un adverbio de foco que establece un contraste, como en El
traumatólogo enyesó solo la pierna derecha de Dolores porque la izquierda
estaba muy lastimada.
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25.4.3. El dativo ético

El dativo ético es el que está sometido a mayores restricciones. Por


una parte, es siempre un clítico, que no puede ser duplicado por un
sintagma preposicional, como muestra la agramaticalidad de (21e),
sino también por estar representado solo por los pronombres que
corresponden a los participantes del acto de habla (1.ª y 2.ª perso-
na). Uno y otro aparecen involucrados afectivamente en el evento
expresado en la oración: la primera persona, de manera directa y la
segunda, más indirectamente, como punto de referencia para una
afirmación o negación enfática. En todos los casos es omisible:

(21) a. Esta vez no te me escapás.


b. Estos alumnos no me leen nada.
c. Este jugador te mete tres goles en un ratito.
d. No te como estos fideos ni que me mates.
e. *No te como a vos estos fideos ni que me mates.

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