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NO MIRES ATRÁS

Vivimos en la era de lo pasajero. De las cosas rápidas, la comida rápida, los


mensajes rápidos, el internet, el transporte rápido. Todo va y viene en un instante,
y, sin embargo, uno de los problemas más grandes la juventud actual es vivir
enfrascados en el pasado.

¿Por qué es que los jóvenes con tanta vida por delante prefieren quedarse en un
instante que ya pasó? En un recuerdo, en un lugar, en una persona.

Cuando nos quedamos con la mirada hacia atrás rara vez podemos definir un rumbo
o el sitio al cual nos dirigimos, nos perdemos en medio de la multitud porque nuestra
mirada no está centrada.

Cuando miramos hacia atrás dudamos de lo que nos ha sido prometido, de lo que
nos espera.

Cuando miramos hacia atrás retrocedemos. Bien sea a propósito o


inconscientemente, queremos volver a aquello que nos hizo felices en algún punto
de nuestras vidas.

Aprecia lo que ahora tienes, antes de que sea demasiado tarde. El Dios, tu creador,
tiene grandes cosas para ti; sólo debes mantener tu mirada enfocada en Él, en sus
promesas, en su amor.

No importa los errores que hayas cometido, las cosas que hayas abandonado, los
sacrificios que hayas hecho, las personas que te hayan lastimado. El rey más sabio
de todos los tiempos dijo una vez: “En cuanto a tus ojos, directamente deben mirar,
sí, tus propios ojos radiantes deben mirar con fijeza directamente delante de ti”.

Y, hoy, Jehová tu Dios te dice: “Mira que te mando que te esfuerces, que seas
valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo, donde quiera
que vayas”.

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