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DE
FERNANDO SAVATER
Una misma orientación presenta la obra Ética para Amador, texto que no es un
tratado de ética, ni un manual divulgativo, sino una carta abierta al hijo adolescente
del autor. Esta fórmula explica el lenguaje directo y desenfadado del texto, su
renuncia a la discusión de teorías o a las referencias bibliográficas (aunque cada
capítulo se cierra con unas citas que invitan a prolongar la reflexión sobre el tema
aparecido en dicho capítulo). Y, sin embargo, pese a no ser un manual, ha sido un
libro muy utilizado por los profesores de la asignatura de ética durante todo el
período en que ésta ha formado parte de los planes de estudio.
La razón que lo explica es que constituye una valiosa invitación a la reflexión moral,
redactada en un lenguaje ameno y concebida para ser leída sin mayores requisitos
que "un poco de atención y de paciencia". Pero como no es una introducción al
uso, no se basa en la presentación neutral de teorías ajenas ni tampoco en la
presentación explícita de la propia, lo que no significa que ésta no exista sino que
está latente. En primer lugar empieza por explicar "de qué va la ética", mostrando
la necesidad del razonamiento moral, necesidad ésta que deriva del hecho de que
los hombres, a diferencia de los animales, somos libres, tenemos que inventar y
elegir, al menos en parte, nuestra forma de vida. Libertad es decidir y eso es algo
que cada uno debe hacer. No hay recetas y el único consejo posible es "haz lo que
quieras".
Pero eso no significa olvidar el compromiso hacia los otros. Vivir humanamente (el
autor no se cansa de recordarlo) es vivir entre humanos y tratarlos humanamente.
Tratar humanamente al otro es ponerse en su lugar. Lo que no significa sólo
reconocer sus derechos y tratarle con justicia, sino también con una justicia
simpática o con una compasión justa. Savater insiste en que la buena vida de cada
uno debe inventársela cada uno a su medida, no hay recetas mágicas. A eso se
refiere el autor cuando dice que vivir bien no es una ciencia exacta, sino un arte en
el que todo adolescente es un principiante y que ningún adulto llega a dominar,
por lo que el libro puede ser una ayuda a unos y a otros para plantear o
replantearse la cuestión más importante a juicio de su autor. No se trata, pues, de
dilucidar sobre la existencia o no de vida después de la muerte, ni de saber cuál es
el sentido de la vida, sino simplemente de saber qué hacer.
OBRAS :
Ética para Amador (1995) En su obra se ha dado, además, el raro fenómeno de que
libros cuyo tema central es la ética se hayan convertido casi en best-sellers, como
ha sucedido
El contenido de la felicidad(1996).
Apología del sofista (1973), Escritos politeístas (1975), La filosofía como anhelo de
la revolución (1976) y La piedad apasionada (1977). El ensayo ha sido siempre su
género literario preferido y, en este sentido, Nihilismo y acción (1970) y La filosofía
tachada (1972) representan las primeras demostraciones de su pensamiento
vigoroso, irónico y vitalista.