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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

Facultad de Artes

Licenciatura en Artes Plásticas

Solís Hernández Edín Andrés

Grupo 261

Ensayo

Arte y Cultura

Edna Guadalupe García Ramos

abril 2019
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¿Qué sucede cuando el arte callejero ─el que es en y para la calle─ se


coloca en una galería? Quizá la pregunta debe de ser más directa, no se trata
únicamente de cosas con características plásticas que brotan en la calle, en un
taller o en una galería. Existen razones por las cuales ciertos objetos, por más
mundanos que sean, son consagrados y mitificados como arte. Según Dante,
penetrar al mundo del arte es entrar a una estructura institucional en donde se
localiza la obra de arte (citado en Liessmann, 2006), y nuestra posible respuesta a
preguntas ontológicas de la misma: ¿qué valida la práctica creativa y sus frutos
materiales como arte? y ¿por qué? En el documental 1, Exit Through the Gift Shop,
Banksy, un reconocido artista urbano, expone como en el siglo XXI la creación de
artista-arte no es un suceso mágico, esporádico y ajeno a la realidad social, sino
que se encuentra mediada por esta.

El arte siempre ha sido un enigma; antropólogos, sociólogos, filósofos, todos han


tratado de descifrar la realidad de la creación artística, sus catalizadores, motivos
y consecuencias como inherentes, o no, al ser humano. En la antropología del
arte, personas como Claude Lévi-Strauss con The Way of the Masks han
observado la relevancia del factor cultural en la creación plástica, al observar el
vínculo entre cambios estéticos en mascaras de tribus del noroeste pacífico y
patrones de interacción intercultural con tribus vecinas (1988). Entonces, fuera de
contestar la pregunta, ¿qué es el arte?, este ensayo busca afirmar que el arte no
es un ente puro e inocente de un reino imaginario que aleatoriamente se
manifiesta en este plano real.

Desde el arte antiguo hasta los finales del arte académico, la creación de objetos
con motivos utilitarios o estéticos han fungido como reflejo del paradigma cultural.
Si como menciona Vich (2014, p. 25), la cultura es práctica y producción material,
entonces los bienes culturales (artefactos con cualidades estéticas u objetos
plásticos representativos de simbolismos identitarios) son reafirmaciones
repetidas; el objeto cultural es un artefacto epistemológico trazado por la cultura
que posee los medios para su reproducción.

1 Analizando dicho documental como tal y no como un mockumentary o prankumentary como


algunos críticos de cine al categorizado el filme.
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Eso es hasta inicios de la era moderna. Al comienzo del siglo XX, en el mundo del
arte hubo un boom de rebeldías conceptuales, materiales, y por consecuentes,
estéticas. Las y los Dadaístas, por ejemplo, veían que la episteme de la sociedad
burguesa (quien poseía los medios de producción visual) conducían a guerra y
desdicha (Burgos, 2009). Sin duda, lejos se encontraban estos a-artista del agobio
e incertidumbre vivido por la clase baja, pero lograron crear una brecha que marcó
el inicio del desprendimiento y disgusto del arte de su marco institucional. El arte
buscó ser absurdo, aleatorio y anti-arte como ruptura con la estructura
sociopolítica-cultural hegemónica del periodo. De cierta forma, siguiendo lo visto
por Fromm (1964) en Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea, dentro de la
dicotomía sano-loco, la creación artística se amparó en la viveza del pensamiento
contracultural.

Adelantando la historia un par de décadas al arte contemporáneo, el campo del


arte ─hablando de la Institución, la Academia y el Mercado como localizados en
sistema capitalista ya en auge─ encontró formas de hacer lo efímero en comercial,
lo rebelde en edgy y el carácter vehemente de la práctica artista contestaría en un
apaciguado estilo-forma. En otras palabras, le tomó un tiempo, pero al final el
sistema en poder resultó triunfante con la asimilación de estas, y otras prácticas
de resistencia simbólica, a su repertorio de productos económicos y culturales
(Hedbige,2002).

Regresemos a las interrogativas principales, qué ─ o mejor, ¿quién legitima el


arte? y ¿por qué? En Desculturalizar la Cultura, Víctor Vich menciona que si bien
el Estado jugaba un papel importante en la creación de políticas culturales (las que
se encargan de construir la cultura y sus agencias, ergo sus prácticas cotidianas y
objetos culturales) el Mercado es principal motivo y orientador en su producción
(2014). La acumulación de riquezas económicas o simbólicas, como los méritos,
son lo que mueve al campo del arte; y en el documental logramos observar como
los medios de difusión masiva permiten que el prestigio se traduzca a valor
monetario.
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Para concluir parafraseo un comentario que en algún momento escuché, o quizás


imaginé, ¨estamos invirtiendo tanto en lo que creemos es arte, pero en cien años
puede que veamos atrás y nos demos cuenta que estábamos ignorando el
verdadero arte de nuestra época (comunicación personal, s.f.).” El arte que busca
salir de su función como herramienta del Estado es un arte que se permite existir
en lo cotidiano sin necesidad de cargar una agencia. Probablemente, el Arte para
el puro gusto solo se encuentre en un plano imaginario, el de la perfección lejos de
la distópica realidad.

De igual forma, la lucha entre unos y otros continuará, y el arte se convertirá en la


estrategia del enfrentamiento explícito. Seguirá habiendo arte mediado y
legitimado por la clase hegemónica a través de grandes cuerpos nacionales de
reforzamiento de cultura; a su vez, habrá grupos de resistencia estética,
conceptual y cultural tomando los espacios del día al día y resignificándolos a
través de nuevas prácticas ─ maniobras para la asimilación o el antagonismo, lo
que le funcione mejor al Power.
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Bibliografía

Burgos, G.Y. (2019). EL DADAISMO: LA ˂˂ OBRA DE ARTE TOTAL ˃˃ COMO


SOLUCIÓN PLÁSTICA. Bogotá, Colombia: Pontificia Universidad Javeriana

Fromm, E. (1964). Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Distrito Federal,


México: Fondo de Cultura Económica

Hebdige, D. (2002). Subculture: the meaning of style. New York, Estados Unidos:
Routledge

Liessmann, K. (2006). FILOSOFÍA DEL ARTE MODERNO. Barcelona, España:


Herder

Lévi, S. (1988). The Way of the Masks. Seattle, Estados Unidos: University of
Washington Press

Vich, V. (2014). Desculturizar la cultura: La gestión cultural como forma de acción


política. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno

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