La respuesta de intervención en el lugar fue la de “enterrar” la
casa en el cerro, tratando de crear un dialogo equilibrado entre arquitectura y paisaje, donde las relaciones del afuera y el adentro se convierten en una interpretación constante de la materialidad de la obra, apreciando a través de la luz y la oscuridad el sentido de protección y albergue de la casa. ESPACIOS Concebida en tres niveles, dos de ellos enterrados en el terreno y siguiendo la pendiente del cerro, la casa juega con espacios cubiertos y descubiertos, con volúmenes y luces que ofrecen ambientes diáfanos, con huecos horadados en sus muros, o con apéndices que nacen de ellos, se prolongan y crean una mesa o una tarima. MATERIALES En la construcción se combina el hormigón armado con muros de piedra, pasando, la casa, a formar parte del paisaje del cerro. Como única nota sobresaliente dentro del paisaje circundante se levanta en uno de los extremos, la torre de cristal, que iluminada en la noche evoca un faro que guía al viajero. Relaciones interior exterior, luz y sombra son muy contrastadas entre si. LA CASA POST URBANA: 2do lugar en concurso “casa urbana eternit” Una casa para Lima, una casa para el desierto alguna vez regado por el río Rímac, paisaje transformado por el tiempo, el progreso y el descuido de sus habitantes. La arena del desierto dejó de moverse… el río se secó. El cemento, la basura y el desorden los remplazaron provocando que el equilibrio ecológico del lugar se desestabilice. Ahora llega un material nuevo, una tecnología innovadora, diferente que permite una arquitectura flexible, que intenta descubrir el paisaje cubierto y buscar en Lima la naturaleza que perdió.