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B)
CLASE 1
En esta materia se han incorporado algunos temas que antes no estaban, uno de ellos y
muy importante tiene que ver con el transporte terrestre. De tan solo observar la realidad
sabemos que hay por lo menos un transporte marítimo y otro aeronáutico. Al profe no le
parece que haya un transporte espacial, la idea del espacio la ve más ligada a lo científico,
a cuestiones relativas al descubrimiento, a una intención del hombre de conocer más allá.
La materia ha incorporado todo lo que tiene que ver con las telecomunicaciones (tele
quiere decir distancia, comunicación a distancia), por lo que cada vez tenemos más
incorporada la presencia de los satélites: es una nave espacial y como tal, él mismo y la
actividad que es con él o a través de él se desarrolla, integra el contenido de esta materia.
Por eso van a encontrar que tenemos navegación, comunicación o telecomunicaciones, y
además (incorpora esta materia), el único transporte que queda suelto: el transporte de
tierra, ya sea de personas o de mercancías. Todo esto a titulo anecdótico, porque en el
plan de estudios anterior al “transporte” se lo veía en derecho comercial.
NAVEGACIÓN: bajo este rotulo tenemos derecho marítimo, derecho aeronáutico y
derecho espacial.
Se van a abordar dos grandes temas teóricos en esta materia: el problema de averiguar si
se trata de ramas autónomas, o si, por el contrario, hay realmente un único derecho
navegatorio que reconoce tres modalidades de navegación diferentes. El otro problema se
ve al final, es el que tiene que ver sobre las explicaciones que tenemos que dar acerca de
una responsabilidad como un instituto en general del derecho, y en especial de estos tres
derechos.
Ley de navegación # Código aeronáutico (tiene además los tratados espaciales): esto
ratifica que hay un derecho marítimo y que hay un derecho aeronáutico, y no un único
derecho navegatorio.
BIBLIOGRAFIA: Dcho. Marítimo Manual del Dr. Luis Romero Basaldúa del año 1977.
Dcho. a la Navegación Manual de Luis Beltrán Montiel
Ley de Navegación Comentada Juan Lena Paz
Manual de Dcho. Aeronáutico Federico Videla Escalada
Compendio de Dcho. Aeronáutico Lena Paz
Código Aeronáutico Comentado Lena Paz
Dcho. Espacial Manuel Augusto Ferreyra
Libro de Dcho. Aeronáutico, dcho. Espacial y dcho. a las
telecomunicaciones Dr. Guillermo Ford
Criterio del Profe: brindar un esquema más parejo entre las materias. La extensión de
cada una de las actividades que estas ramas del derecho regulan, hacen que de por si los
temas marítimos sean cuantitativamente mucho más numerosos que los aeronáuticos y
que los espaciales, pero no cualitativamente.
Se van a ir tomando grandes ejes temáticos y se va a ir viendo como los trata cada uno de
los derechos.
En el primer eje temático, las generalidades de la materia lo son para el derecho
marítimo, para el aeronáutico y para el espacial.
El segundo eje temático tiene que ver con los ámbitos por donde se navega. Entonces
vamos a ver, el ámbito acuático, el ámbito aéreo y el ámbito espacial.
Tercer eje temático: vehículos, en cuales navego por agua, en cuales por aire (“aire”
conceptualmente no es correcto) y en cuales puedo navegar por el espacio.
Otro eje temático: cuestión del personal. Hay una realidad para el personal marítimo, una
para el aeronáutico y una para el espacial.
Respecto de los contratos, su propia expresión nos lleva a darnos cuenta de que no hay
contratos espaciales, si marítimos, si aeronáuticos. En este punto el derecho espacial
queda rengo, es el único punto del programa donde no se trata el derecho espacial, no
porque esté prohibido, sino porque el grado de desarrollo de la actividad todavía no
permite crear ni regular la idea de un pasajero espacial, como si puede pensarse en el caso
marítimo y en el caso aéreo, mucho menos aun en traslado de cargas, que son
básicamente los dos núcleos que generan los contratos más importantes: el contrato de
transporte de personas y el contrato de transporte de mercaderías.
La secuencia es lógica: pasamos del ámbito al vehículo, de ahí al personal y de ahí a la
práctica, que son los contratos (marítimos y aeronáuticos).
Otro tema importante es el de la responsabilidad. Es decir, averiguar cómo y de qué
manera se van a reparar los daños que eventualmente estas actividades puedan llegar a
causar, ya sea a personas que están directamente vinculados a ellas o a personas que a
priori aparecen como ajenas, y ahí si vuelve a aparecer el derecho espacial.
Luego viene otro tema muy importante y muy lógico, que es el tema de los accidentes, y
ahí tenemos accidentes marítimos, aéreos y espaciales. Otro gran título que nos va a
obligar a tratarlo de manera discriminada.
Ahí ha terminado la estructura de la materia. Después van a existir temas sueltos, sin una
coordinación temática, como por ejemplo el problema de los seguros, los de jurisdicción,
de competencia y de ley aplicable, problemas muy propios de la actividad como los delitos
aeronáuticos, y un gran tema exclusivamente espacial que es el de las
telecomunicaciones. Deberemos agregar, dentro de aquellos temas sueltos y ajenos a
nuestra realidad, el transporte terrestre que no guarda relación con nada que tenga que
ver con la actividad navegatoria.
De manera indirecta estamos avanzando en el primer gran tema de esta materia que es el
problema de la autonomía ¿podemos meter en un único derecho todo esto? O, por el
contrario ¿debemos pensar en un derecho especial para cada una de las actividades?
El medio en el cual cualquiera de estas navegaciones se va a realizar, no es un medio
propio de nuestra condición humana, dicho de otra manera, no estoy, como ser humano,
preparado para desempeñarme naturalmente en uno de ellos: si me tiran en el agua me
hundo, si me sueltan en el espacio aéreo voy a morir reventado en el piso, si me sueltan
en el espacio exterior voy a vivir lo que me del aire que tengo en el pulmón. El hombre de
manera voluntaria va hacia un ámbito enemigo, un medio adverso. Como consecuencia de
esto, también voy a sacar una segunda conclusión: la actividad que yo realice en ese
medio va a ser una actividad riesgosa, voy a tener un plus de riesgo del que tengo en
tierra firme. Por eso hay que incluir en el programa los accidentes, que normalmente, por
sus características, son muchos más graves (en cuanto a los daños) que los accidentes
comunes. Se debe crear una estructura jurídica que reconozca esa situación especial y le
dé una resolución paralelamente especial. Así es que se entiende que a mayor riesgo en la
actividad, es mucho mayor la responsabilidad, la solidaridad y la sanción en caso de no
acudir a ayudar a quien se encuentra en peligro; todas las naciones del mundo están
obligadas a extremar recaudos, por ejemplo, para el socorro del tripulante espacial, todas
reaccionan de manera conjunta ante la posibilidad de un desastre espacial.
Todo esto lo debe estructurar el derecho para poder dar una solución justa y esto hace
que normalmente ciertos principios vayan consolidándose como imprescindibles (como
dije recién respecto de la solidaridad).
Como consecuencia del vehículo, aparece inmediatamente una muy fuerte dependencia
de toda la actividad a la evolución tecina. Una realidad a la que el derecho debe
necesariamente atender. El crecimiento de la sociedad tecnológica hace que el derecho
tenga que expandirse hacia unas cuestiones anteriormente no previstas. Acá es
permanente, porque la dependencia del vehículo hace que mientras voy modificando el
vehículo, permanentemente se van creando situaciones nuevas. Paralelo a eso tengo un
principio del derecho que me obliga a una necesaria previsibilidad para evitar caer con las
regulaciones ex post facto, aquellas que vienen después de producido el hecho. Cuando
yo invierto el orden lógico del derecho primero y el hecho después, caso contrario
empiezo a tener problemas fundamentalmente porque una vez llegado el derecho, no voy
a poder modificar las situaciones de hecho ya consolidadas en términos jurídicos,
concretamente hablando de derechos adquiridos. En esto también tiene que ver los
distintos estadios de evolución que cada una de estas ramas tienen, ya que algunas
aparecen más consolidadas que otras, algunas en un proceso de pleno ebullición como el
derecho espacial, porque la evolución tecnológica lo está afectando muy grandemente,
entonces el dinamismo del legislador en materia espacial debe ser mayor.
Esta cuestión de la internacionalidad, marca una particularidad muy grande, no vamos a
encontrar ramas del derecho donde lo nacional y lo internacional coexistan de esta
manera. Aquí está todo junto. La integración normativa es uno de los designios principales
que hay para que la actividad funcione, no es posible lo contrario.
Otra cuestión: salvo regulaciones excepcionales, vamos a estar en presencia de ramas en
las que permanentemente coexisten lo público y lo privado. En primer lugar porque existe
un principio que dice que “siempre que un buque navega, siempre que una aeronave
vuela, está interesado el orden público”.
Es necesario abordar el tema de la AUTONOMÍA que tiene algunas connotaciones
prácticas. ¿Qué se entiende por autonomía? Primero habría que preguntar ¿en qué
sentido? Porque puede haber autonomía legislativa, científica, didáctica y también podría
decirse de otra respecto a los fueros, la autonomía jurisdiccional. Predicar la autonomía de
una rama del derecho es reconocerle la capacidad de encontrar soluciones originales o
propias a problemas que son igualmente propios u originales. Frente a cada problema
novedoso tengo que ver que me va a resolver tal derecho y tal otro, no puedo predicar de
esa rama la autonomía. Tenemos que determinar si se trata de una rama con un objeto de
estudio propio o por lo menos un objeto de estudio no abordado por otras ramas del
derecho, es decir, tengo que avanzar para individualizar una determinada parte de un
objeto determinado que no tiene solución en otras ramas. Es una discusión interesante,
hay tendencia a denominar “derecho de algo…” a cuestiones novedosas rápidamente y
genera una excesiva autonomizacion de las ramas del derecho, critica de esto es que la
excesiva ramificación del derecho aumenta la posibilidad de excesivas soluciones
contradictorias y que se pierda la unidad conceptual del derecho. Está claro que si
tenemos un código aeronáutico y por otro lado la ley de navegación, hay autonomía
legislativa. En realidad se admite que para que exista autonomía legislativa, antes debería
Art. 1 Ley de Navegación: Normas aplicables. Todas las relaciones jurídicas originadas en
la navegación por agua se rigen por las normas de esta ley, por las de las leyes y
reglamentos complementarios y por los usos y costumbres. A falta de disposiciones de
derecho de la navegación, y en cuanto no se pudiere recurrir a la analogía, se aplicará el
derecho común.
Primero, todo lo que tenga que ver con navegación por agua se rigen por esta ley, es el
primer escalón dentro del mundo marítimo. Segundo escalón, productos del poder
legislativo y del poder ejecutivo, uno de los caracteres distintivos del derecho marítimo es
el del reglamentarismo, es decir, una gran cantidad de decretos que regulan la actividad,
El derecho aeronáutico da una solución parecida pero más empática. Sigue reconociendo
las tres orbitas: lo aeronáutico (también con una graduación pero distinta), lo analógico, lo
común.
Vamos a ver el por qué esta actividad, a través del tiempo ha necesitado de una
regulación específica. El problema práctico de la autonomía se ha vinculado al hecho de
resolver esta situación: ¿puedo resolver la situación con el derecho ya conocido? Si la
respuesta es SI, no hay necesidad de crear una rama autónoma, si la respuesta es NO voy a
tener que ir perfilando de a poco un cuerpo normativo, que sea un todo más o menos
armónico que cierre la cuestión. Esta idea es uno de los requisitos fundamentales que hay
que considerar desde el punto de vista de cualquier rama que se quiera caracterizar de
autónoma. Quienes ahondaron en el estudio del derecho a la navegación, agregaron
además, que constituya algo novedoso, lo que se llama la novedad orgánica (afrontar
actividades en un medio no propiamente humano), y el otro requisito es lo que se
denomina la tendencia a la completividad (o plenitud hermética: Consiste en una
exigencia racional de que los sistemas normativos sean completos en el sentido de que
solucionen todos los casos), encontrar la mayor cantidad de respuestas a la mayor
cantidad de problemas que puedan surgir, o dicho de otra forma, si ante cada problema
que tengo voy a recurrir al derecho común, la rama deja de ser autónoma. Hay que
recordar que las ramas no se pueden cerrar completamente, porque eso implicaría cerrar
cualquier posible vinculación con las demás ramas del derecho y fundamentalmente con
el tronco común del derecho. Esa tendencia a la completividad se refleja en los arts. 1 y 2
que se vieron anteriormente.
Hay algunos que niegan la autonomía del derecho aeronáutico, pero en realidad no hay
dudas. Son más las similitudes que las diferencias, pero como el marítimo es más antiguo,
lo que hace el aeronáutico es amoldarse a las resoluciones gruesas que presenta el
derecho marítimo. El art. 2 elimina cualquier discusión. Pero cobra vida propia y tiene una
legislación que se distingue porque contempla realidades diferentes.
REGIMEN DE PUERTOS
La ley de puertos lo que viene a consagrar el modelo privatizador de los años 90 respecto
de las actividades portuarias, esa ley es la que reglamenta todo lo que tiene que ver con
los puertos del país. Después de ella no tuvimos puertos estatales, a todos los hemos
puestos en manos privadas.
SOBERANIA Y LIBERTAD
El problema histórico es a partir de la línea de base voy a reconocer libertad o soberanía,
si soy un Estado poderoso probablemente voy a querer servirme de las aguas en beneficio
propio.
Hoy en día se sigue planteando la búsqueda del hombre del derecho para justificar en
derecho una decisión político-estratégica de un Estado. Entonces, hace unos años una
Inglaterra poderosa quería adueñarse de los mares, asi como era dueña de la tierra firme.
Del lado de Inglaterra aparece Hugo Grocio con la libertad de los mares, esa era la
naturaleza jurídica del mar. Los que no tenían esa flota y no podían ejercer ese poder,
necesitan levantar una teoría opuesta: mare clausum. En este contexto aparece la
institución del “Corso”.
ESPACIO AEREO
Habíamos dicho que teníamos otro problema de orden público: el de los límites del
espacio aéreo. Habíamos acordado que el espacio aéreo era una creación arbitraria para
generar doblemente el ámbito por donde la aeronavegación se realiza y en donde el
derecho aeronáutico va a tener vigencia.
Concepto de espacio aéreo: sitio o lugar por donde realizan su vuelo las aeronaves.
También habíamos dicho que, por un lado, el mundo como planeta tiene un espacio aéreo
que la circunda, es decir, las aeronaves pueden desplazarse (como regla) libremente pero
si empiezo a hilar un poco más fino me doy cuenta que el espacio aéreo, en términos
generales, es un continente dentro del cual como contenido están los espacios aéreos de
los distintos Estados y el espacio aéreo que esta sobre el mar libre. Todo lo que está en la
tierra, solido o líquido, se proyecta sobre el espacio aéreo. O también, aplicando lo que
estudiamos sobre soberanía y libertad, puedo decir que el espacio aéreo de un Estado es
aquel que resulta de proyectar en planos verticales y perpendiculares, tomando como
base el nivel de mar, y como extremo superior el inicio del espacio superior. Entonces yo
tengo, espacio aéreo general y los espacios aéreos de cada Estado. Me estaría faltando
precisar el inicio del espacio superior, porque si yo tengo que definir el espacio superior
tengo que decir que arranca desde el espacio aéreo. Ahí es donde aparece la importancia
del límite, porque pasa a definir dos ámbitos jurídicos distintos, dos ordenamientos
jurídicos distintos, pero lo que más se tiene que tener en claro es la regulación
contradictoria entre sí. Hay un claro antagonismo en muchos aspectos entre el derecho
aeronáutico y el derecho espacial, el más importante de ellos es que, si hemos reconocido
que en el espacio aéreo termino triunfando la tesis de la soberanía, el espacio superior es
el ámbito de la NO soberanía, allá arriba no hay más Estados, desaparecen totalmente los
límites y las soberanía estatales. Para salir del plano teórico, en el espacio superior la
responsabilidad es plena, mientras que en el espacio aéreo la responsabilidad es limitada
y existen topes indemnizatorios. Son contradicciones enormes.
Necesariamente es un punto en el que el derecho tiene que aparecer, correlativamente
aparecen las teorías que intentan resolver los conflictos.
Hay algunos que dicen que asimilarían espacio aéreo a atmosfera: la masa gaseosa que
rodea el planeta y que me permite la vida tiene una extensión determinada, podríamos
tomar como límite, el límite de la atmosfera. Hay quienes la precisan más y dicen que el
punto es el momento en el cual el oxígeno se transforma en oxigeno atómico, la famosa
capa de ozono, un escudo más o menos colindante con el límite de la atmosfera.
Otros dicen que la diferencia fundamental entre el espacio aéreo y el espacio superior es
la vigencia o no de la ley de gravedad (la fuerza en virtud de la cual los objetos son
atraídas al centro de la tierra), el límite del espacio aéreo es el límite de la gravedad.
Después viene otra corriente que dice que todas estas teorías no sirven mucho porque la
atmosfera es algo muy difícil de precisar como tal y la tierra no es perfectamente redonda;
la disociación del oxígeno molecular en oxigeno atómico se va produciendo de a poco y no
en un momento determinado, lo mismo que la gravedad que se va perdiendo
paulatinamente.
Solamente nos queda por resolver la cuestión del derecho privado, que estaba ligada a
ver como conciliamos el derecho de propiedad con la aeronavegación.
Aclaración: una cosa es propietario (el que tiene derecho de propiedad) y otra cosa es
superficiario (el que se encuentra en la superficie, por ejemplo, nosotros que estamos aquí
en este momento. También se les llama terceros en superficie).
En esta cuestión nos centramos en el propietario, siguiendo el ejemplo, propietaria seria
la universidad, porque está proyectando un volumen de aire que esta suprayacente al
ámbito donde ejerce ese derecho de dominio.
En general el propietario no tiene derechos sobre la aeronáutica, en realidad tiene
obligaciones, tiene limitaciones al ejercicio de su derecho, porque resulta necesario
conciliar el interés del particular y el alcance de su derecho de propiedad con el paso de
AERODROMOS
Nosotros tenemos aeropuertos: superficies que son necesarias para que la
aeronavegación sea posible. El problema de los aeropuertos es bastante distinto, y su
planteo también, a la cuestión marítima. Los afecto el mismo proceso de privatización, lo
que hace que hoy en día la situación de la explotación de los aeropuertos y servicios
aeroportuarios esté en manos de particulares que le rinden cánones al Estado. Pero
nosotros no tenemos una ley de aeropuertos, porque no se modificó el sistema, como si
paso con los puertos (hay una ley y clasificación de ellos). La cuestión de los aeropuertos,
además, involucra una actividad vinculada con la aeronáutica y con su seguridad mucho
más grande que la que tienen los puertos con los buques. Los puertos son grandes
instalaciones que facilitan primordialmente la explotación comercial de la vida naval. Las
propias características de las inmediaciones portuarias hacen que no haya grandes
disposiciones de seguridad específicamente relacionada con los puertos, como si las hay
con todo lo que es la actividad navegatoria, pero no propiamente con los puertos porque
no es una zona riesgosa. Sí es una zona comercial por antonomasia: todo lo que se refiere
al transporte de carga, que es el grueso de la actividad comercial naval, empieza con la
carga y la carga se realiza en los puertos. A esto le tenemos que agregar que toda la
actividad fiscal y aduanera se realiza en los puertos. Entonces hay ahí un centro
comercial/fiscal sumamente importante y es necesario que la ley de puertos atienda a su
regulación.
En cambio en la parte de los aeropuertos, sí se refieren a cuestiones mucho más
estrechamente vinculadas con la actividad aeronáutica. Pensemos además que como las
travesías aeronáuticas son muy breves en el tiempo, buena parte de la vida de las
aeronaves ocurre en los aeropuertos. Esto también es una diferencia objetiva que rebota
en la ley. Los aeropuertos también tienen el alojamiento de las aeronaves, brindan
servicios respecto de la seguridad, servicios de comunicaciones, servicios meteorológicos,
que serían los esenciales, hay otros más específicos. Entonces, el concepto que interesa
aquí en si no es el aeropuerto o la terminal aeroportuaria, sino que hay en realidad un
concepto más abarcativo que denominamos INFRAESTRUCTURA AERONAUTICA:
instalaciones en tierra firme que van a posibilitar que el desplazamiento por el espacio
aéreo sea de una forma ordenada y segura. Es decir, estamos dejando de lado todo lo
que es el vuelo efectivo, si estoy diciendo lo que posibilita el vuelo, lo que se hace cargo
del vuelo por ejemplo cuando se operan con el auxilio de lo que manda el servicio de
tráfico aéreo. Aquí van genéricamente lo que se llama servicios de protección al vuelo:
todas esas prestaciones humanas o técnicas menores pero que todas ellas coadyuvan a
este fin ulterior que es la seguridad, y van estos otros servicios excepcionales que son los
servicios migratorios, aduaneros, fiscales, sanitarios, etc. Todo esto eta concentrado en
ese concepto abarcativo de infraestructura aeronáutica (infra, que está debajo, que queda
en la tierra) que es imprescindible desde el punto de vista seguridad que la ley exige.
VEHICULOS
¿Por qué estudiamos los vehículos? Porque es una consecuencia natural de la hostilidad
del medio y de la actividad riesgosa. Es decir, no tengo manera de vencer la hostilidad del
medio si no es a través de un objeto que me permita vencerla primero y el
desplazamiento posterior, más todo lo que viene después que es la finalidad comercial,
etc., etc. Como las hostilidades del medio son distintas, la idoneidad técnica del vehículo
va a estar adaptada al tipo de hostilidad que tiene que vencer. En consecuencia, la
cuestión de la flotabilidad va a ser decisiva para el vehículo en la navegación por agua; la
cuestión de no ser atraído por la ley de la gravedad va a ser fundamental en el caso de la
aeronáutica; y la cuestión de la misma supervivencia, porque no tengo oxígeno, va a ser
fundamental en el caso del vehículo espacial. Los vehículos además, si los ponemos a la
par, presentan un par de particularidades que tenemos que tenerlas presente, porque
marcan diferencias entre ellos.
La totalidad, hoy, de la actividad marítima y la casi totalidad de la actividad aeronáutica, se
realiza con tripulación a bordo. Me cuesta más pensar en las aeronaves, pero ya está
mucho más avanzado, es más, ya en la Convención de Paris de 1919 se extendieron sus
alcances para las aeronaves que no estuvieran tripuladas. Hoy en día, la no tripulación de
las aeronaves se da en experimentaciones y todas ellas con un sentido militar.
BUQUE
Más allá de las clasificaciones, los vehículos en el orden marítimo son dos posibles, a los
cuales la ley se refiere permanentemente: el buque y el artefacto naval; en plano
aeronáutico hay solo uno: la aeronave.
La evolución técnica naval no es tanta, pero la aeronáutica sí. Por ejemplo, si tengo que
decidir si un drone es o no una aeronave, lo que me brinda la pauta es la definición de
aeronave, me fijo si encaja o no, conclusión: no es.
Por eso antes de hablar de conceptos nos tenemos que preguntar cuáles son los criterios.
En el caso de las aeronaves si se tiene un poco en consideración el peso, en lo marítimo
no.
Aclaración: la tonelada (no se dice tonelaje) de arqueo no es una medida de peso, es de
capacidad.
Definición de buque, art. 2 Ley de Navegación: “Buque es toda construcción flotante
destinada a navegar por agua…”.
¿Qué criterio tomo el legislador? Cuando digo construcción estoy excluyendo lo natural.
La flotabilidad implica que además sirve para no hundirse. Lo más importante es el fin
navegatorio, lo voy a utilizar para desplazarme por el agua, lo que implica que está
diciendo que el buque en construcción es buque porque lo que nos interesa es el destino
navegatorio.
*El submarino, hoy, es militar.
Sigue el art.: “Artefacto naval es cualquiera otra construcción flotante auxiliar de la
navegación pero no destinada a ella, aunque pueda desplazarse sobre el agua en cortos
trechos para el cumplimiento de sus fines específicos”.
*Draga: externamente es un “barquito”, que realizan la tarea de sacar todo el sedimento
del rio o de la zona de los puertos, y luego lo tiran mar adentro. NO tienen destino
navegatorio. Su destino es facilitar que otros naveguen.
NATURALEZA JURIDICA
La Ley de Navegación le asigna al buque dos naturalezas jurídicas.
En el Registro Nacional de Buques se anota todo lo que tiene que ver con la vida del
buque, con mucha más precisión que en un registro común, tanto como para que el
legislador lo incluya como integrante de su naturaleza jurídica.
El buque es un gran centro de atribución de derechos y obligaciones. En otras palabras,
todo empieza y termina en el buque.
Art. 155 – Del registro: “Los buques son bienes registrables y se encuentran sometidos al
régimen jurídico que esta ley consagra”.
El legislador deliberadamente ha querido transcender el meterse en decir si son muebles
o inmuebles, y se fue directamente a incluir en la naturaleza jurídica el protagonismo del
registro en la vida del buque.
Respecto del régimen de las embarcaciones menores tienen esta categoría pero lo más
importante, las manda a la legislación provincial. Todo lo que se ve en los lagos de
Córdoba, bote pesquero, yate, tablas, balsas, etc., todo eso entra en la categoría de
CLASIFICACIÓN
Art. 3 – BUQUES PÚBLICOS Y PRIVADOS: “Buques públicos son los afectados al servicio
del poder público. Todos los demás, aunque pertenezcan al Estado nacional, a las
provincias, a las municipalidades o a un estado extranjero, son buques privados.”
¿Cuál es el poder público? El estatal, el que se ejercita de manera concreta cuando está en
juego el interés colectivo. Más adelante por exclusión, me define los buques privados que
son todos los demás.
En este punto, nos van a interesar aquellas clasificaciones en las cuales la ley de
soluciones distintas según se trate de una u otra de las categorías clasificada, por ejemplo,
los buques públicos son inembargables.
El buque, además de bien registrable (al decir bien ya sabemos que se refiere a una cosa)
como dice la ley, tiene nombre, tiene domicilio, tiene capacidad (luego se verá que la ley
en más de una oportunidad dice “estas cosas de deben de buque a buque”, es decir, tengo
un buque que es acreedor y un buque que es deudor), tiene nacionalidad, es buque desde
su “gestación” (al expresión “persona por nacer” lo podemos sustituir por “buque en
construcción”), muere (hay un proceso que tiene un nombre técnico: desguace, que es el
acto por el cual el buque concreta su desaparición como tal, además de su anotación
registral, implica hacerle perder los elementos que le dan razón de ser).
Por todo esto parecería que estamos hablando de atributos de las personas o
circunstancias que solo son compatibles con las personas. Algunos han querido ver rasgos
de una suerte de persona jurídica, una corriente minoritaria. Lo concreto es que estamos,
sin lugar a dudas, con una materialidad total, frente a un bien, con fuertes rasgos de las
personas.
Desde otro punto de vista, a priori decimos que aceptado que sea una cosa, estamos en
presencia de una cosa mueble, no hay nada más mueble que un buque, ya dijimos que hay
un principio que dice “el buque debe navegar”, la propia expresión vehículo me habla de
traslado como la razón principal de ser del buque. Sin embargo hemos visto que se
hipoteca, todos los actos que tengan que ver con la vida del buque, actos que impliquen
adquisición, modificación, transferencia, extinción de derechos sobre el buque deben ser
realizados por escritura pública o por un instrumento privado debidamente autenticado,
lo que nos lleva al terreno de los inmueble. No menos importante, la posesión no vale por
título. A esto nos referimos cuando hablamos de la cuestión extraordinaria que presenta
el buque desde el punto de vista de su esencia, rompe los moldes.
Esto hace que alrededor del buque nazcan, transiten por su medio y se extingan una gran
cantidad de derechos y obligaciones.
Como consecuencia, la ley pone un extraordinario interés en una serie de garantías y
seguridades que deben rodear la vida del buque, para extenderlo a todos los negocios
jurídicos que se celebran respecto de él. Por eso la ley atiende todo lo que tiene que ver
con el buque desde el proceso de su gestación. Es muy importante que si yo tengo una
idea de avanzar en un proceso constructivo del buque tengo que inscribirlo como tal.
Ahora, ¿bajo qué reglamentación queda el proceso constructivo? Si lo he inscripto desde
su proyecto, es técnicamente un buque en construcción, es decir, es técnicamente un
buque. De lo contrario, todo ese proceso constructivo va a caer sobre la órbita del
derecho común. Como ya se considera un buque, ya me va a servir por ejemplo, para
sacar un crédito. Desde ese momento ya empieza a jugar un rol fundamental el gran
manifiesto de la vida del buque, hasta en sus más pequeños detalles, que es el Registro
Nacional de Buques.
Cuando ese buque termina su proceso constructivo y está en condiciones de navegar, se
va a obtener una habilitación expresa para que efectivamente pueda navegar y en ese
mismo acto en que la obtengo y la inscribo a esa habilitación, he transformado la vida de
ese buque de estar en construcción a ser un buque propiamente dicho. Desde ese
momento que ha operado el nacimiento del buque, todos los actos que tienen que ver
CLASE 13
NO DICE NADA!!!
Concepto: Todas aquellas constancias, certificaciones que den cuenta que el buque que las
está transportando ha cubierto con todas las exigencias legales, desde el punto de vista
técnico, desde el punto de vista jurídico como desde el punto de vista de la capacidad de
quienes lo conducen y trabajan en él. Todo esto tiene que ser exhibido con un agregado,
porque el Estado va a estar interesado en saber lo que pasa ahí adentro, entonces hay una
gran cantidad de instrumentos jurídicos que la ley va a exigir que estén a bordo del buque
y que no integran lo que acabamos de decir, por eso es una conformación bastante
compleja que integra lo que se llama la documentación del buque y artefacto naval. La
doctrina ha clasificado esta documentación en 3 grandes rubros:
CRÉDITO NAVAL
No hay ninguna posibilidad de llevar adelante una actividad marítima, fundamentalmente
comercial, si no es a través de una importante y suficiente inversión. Es decir, hay una
inyección económica, que además de satisfacer las necesidades puntuales de cada uno de
los beneficiarios de esos créditos, pone en marcha mecanismos de la producción.
Entonces se advierte una reactivación de la obra, mejoro los índices de la desocupación
laboral, tengo retribución tributaria más alta, tengo mayor índice de consumo. Así, hay
todo un proceso motor a partir de una presencia fundamental: el crédito. Dentro de
cualquier actividad económica, en principio, es un catalizador, un acelerante de estos
procesos económicos.
Si traslado esto a la actividad marítima, significa que las “espaldas” económicas y
financieras que hay que tener para abordar un emprendimiento de esta naturaleza, son
enormes. Con el agregado de que la actividad económica marítima no se realiza con un
solo buque, sino con varios.
¿Cuál fue la preocupación desde siempre? Buscar estímulos, achicar riesgos, así fue como
nació la institución del seguro antes que nada en la actividad marítima, lo que me permite
darme cuenta de que no existía actividad comercial más riesgosa que esta. Entonces era
muy difícil generar un estímulo. El seguro era un elemento, porque me fija pautas
CLASE 15
HIPOTECA NAVAL
Tengo la existencia de una obligación principal, y la necesidad de afianzarla de una manera
real. Lo hago con todas las formalidades, es un instrumento público, no solamente
participa de condiciones generales, como el hecho de hacer fe de sus constancias, sino
que está rodeado de una serie de requisitos y formalidades. Ese instrumento necesita la
inmediata radicación en el registro correspondiente. Naturalmente es un derecho que
dura lo que dura la obligación principal, o alguna otra duración que expresamente en el
instrumento hipotecario se le haya conferido.
¿Qué trae acarreado como sanción o como consecuencia directa? Sentido rei
persecutorio: lo sigue aunque cambie la titularidad de dominio, y ahí va el derecho del
acreedor hipotecario siguiendo el bien. Pasa lo mismo con los buques, solamente que hay
un escalón que fija la ley que son las 10 toneladas de arqueo total, es decir los buques
mayores, que son los únicos susceptibles de hipoteca, desde el punto de vista de su
capacidad de carga.
Art. 499 – Buque Hipotecable. Prenda: La hipoteca está ligada, naturalmente, a un monto
económico importante. Cabe la posibilidad de que exista un monto más exiguo, en cuyo
caso, no haría falta una hipoteca, alcanzaría una prenda. Es decir, el buque menor (e
incluso en construcción) solo se puede prendar, el buque mayor, a opción de los
interesados, se puede prendar o hipotecar.
*Respecto de los buques en construcción: si quiebra el astillero, hay un montón de
materiales que no están incorporados materialmente al buque, si el proyecto de
construcción está debidamente registrado y esos materiales identificados, eso no va a la
masa concursal. Caso contrario, si quien quiebra es el propietario del buque, en ese caso
esos materiales si están destinados a ser incorporados al buque, vienen a la masa.
PRIVILEGIOS
La parte final de la cuestión tiene que ver con que una vez que se hipoteca, pensada como
un estímulo del crédito, tengo que complementarla para que surta efectos, con un lugar
interesante, expectable dentro del orden de prelación de los distintos acreedores que
puede haber respecto del buque. Es decir, estoy pensando en favorecer el crédito, pero si
me mandan a la cola de los acreedores es lo mismo que nada. Entonces ¿Qué hace la ley
de navegación? Incorpora el concepto de un orden de prelación de los créditos. La ley
establece una prelación de pago, parecida a la de la ley de concursos y quiebras, y asi
determina privilegios de primer orden y de segundo orden, después vendrán los
quirografarios.
En los privilegios de primer orden están los gastos causídicos, los que tienen como
acreedor al Estado y los créditos laborales, luego algunos otros propiamente marítimos
como los créditos emergentes de la asistencia y salvamento, que se asientan en una
cuestión de fundamento solidario y de humanidad, créditos por muertes o lesiones
porque está de por medio la vida, los que reconocen como preexistente el delito.
Art. 476 – Privilegios sobre el buque: El nudo de la cuestión es que en principio no se
nombra a los acreedores hipotecarios. Al final del art., sin embargo, hay un párrafo
agregado. No forman parte ni del primer ni del segundo orden. Se reconoce que no
pueden ir más arriba porque la razón de ser de los privilegios de primer orden está
establecida en función de valores donde está vinculado el orden público, personas que
tutelan el orden público, o que tienen origen en razones más atendibles que el acreedor
hipotecario, por ejemplo el acreedor laboral.
En el caso del derecho marítimo y atendiendo a los privilegios, vamos a dar vuelta el
principio de “primero en el tiempo, mejor en el derecho” para decir “ÚLTIMO EN EL
TIEMPO, MEJOR EN EL DERECHO”. Lo dice la ley:
Art. 482 – Créditos del último viaje: ¿Por qué ocurre esto? Porque el buque debe navegar.
Aquel que en última instancia realizo una erogación para que el buque navegara, le resulta
más valioso a la ley, porque es el que más se arriesgó, el que más se comprometió con la
expedición, es el que posibilito que el buque siga navegando. Esto no pasa en el derecho
común porque ahí no existe un principio tan particular de que el buque debe navegar.
“salvo los derivados de un contrato único de ajuste, que concurren dentro de su categoría
con los demás originados en el último viaje”, se trata de un contrato único para un grupo
de tripulantes, concurren todos, aun cuando, por ejemplo, solo haya realizado el viaje la
mitad.
Arts. 499 – Buque hipotecable. Prenda, 500 – Existencia de copropietarios, 501 –
Formalidades, 502 – Buque en construcción, 503 – Contenido del instrumento de
constitución de hipoteca, 504 – Preferencia, 505 – Buque en viaje, 506 – Buque en
CLASE 16
NAVE ESPACIAL
El Tratado del Espacio es una especie de constitución del Derecho espacial y en su marco
se dictaron una serie de tratados de jerarquía inferior complementarios que han
permitido regular temas críticos para la actividad. Concretamente hay tratado especiales
para vehículo, tratados especiales para personal y tratados especiales para la
responsabilidad. Hay una regulación genérica del tratado del espacio y cada uno de los
tratados especiales ahonda en particular el tema que ha convocado ese tratado, pero
sobre la base de respetar y venir a poner en letra chica los principios generales que se
contemplan en el primero. Uno de los rasgos fundamentales de este derecho es su
carácter principista, y el secreto en virtud del cual el Tratado del Espacio se ha mantenido
tantos años vigente es porque enuncia un puñado de cuestiones esenciales que debe ser
respetado por todos los países, por todas las personas en individual y por la humanidad en
su conjunto. En una construcción legal de carácter principista, pensaríamos solamente en
los primeros 35 arts. de nuestra constitución nacional, por ejemplo.
Entonces, tenemos un convenio que regula la actividad de los vehículos espaciales. Todo
lo que se refiere al desarrollo de la trayectoria de esos vehículos siempre tiene que estar
enmarcado por los grandes principios del derecho espacial: la prohibición de que exista
soberanía, de reclamación de derechos individuales, el beneficio colectivo de la
humanidad en su conjunto de todo los descubrimientos o aprovechamientos que
pudieren existir a partir de la exploración y explotación del espacio ultraterrestre, la
utilización con fines pacíficos. Este núcleo duro, principal, básico que tiene el tratado del
espacio tiene que mantenerse vigente en cualquiera de los aspectos puntuales que
después se abordan.
Hay muchas diferencias entre los vehículos marítimos y aeronáuticos por un lado, y los
vehículos espaciales por el otro. Tanto la ley de navegación como el código aeronáutico
definen respectivamente a los buques y a las aeronaves como los vehículos a través de los
cuales estas actividades se realizan; el criterio que utilizo el legislador para definir el
CLASE 20
CONTRATOS
Definición de contrato en el derecho civil: El contrato es una especie dentro del género
de los actos jurídicos, el cual está definido en el art 957:
Art. 957 – Definición: Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes
manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir
relaciones jurídicas patrimoniales.
FLETAMENTOS
Los dos tipos de fletamentos participan de lo que ya se dijo que es la conducta distintiva
de este tipo de contratos: que una parte ponga a disposición de la otra un buque. Se había
aclarado que quien brinda la disponibilidad se denominaba fletante, y quien la disfrutaba
se llamaba fletador.
Esa disponibilidad podía versar alrededor de un plazo, en el cual el eje de la contratación
pasaba a ser el periodo durante el cual se iba a brindar y disfrutar recíprocamente de la
disponibilidad, o por el contrario esa disponibilidad se podía referir a viajes y eso se
vinculaba con la capacidad de carga del buque: toda su capacidad en el fletamento total, o
solo una parte de las bodegas cuando era fletamento parcial.
Aquí no hay una transferencia de un disfrute amplio de la cosa, eso significa que en la
puesta a disposición, quien la cedía se obligaba necesariamente a hacer navegar el buque,
es decir, el acto material de la navegación del buque queda a cargo del fletante. Como al
fletador solo le interesa disfrutar durante un plazo de esa disponibilidad y no puede
ponerse en todas otras cuestiones previas a disfrutar que implican hacer navegar el
buque. El fletador no quiere hacerse cargo de nada de eso, le interesa solamente el plazo
y la disponibilidad, contra eso va a pagar un flete: el precio del contrato de fletamento en
sus dos modalidades se denomina de esta forma.
a.- Fletamento a tiempo
Aclaración previa: es un fletamento sin transporte, porque claramente no trae ninguna
obligación de transportar. Si se va a transportar, se debe celebrar un contrato aparte y el
fletador será transportista. Al desdoblarse la gestión náutica y la gestión comercial, el
ejercicio de esta última se da en la actividad del transporte.
A partir de tener esa disponibilidad, el fletador puede celebrar contratos ulteriores, salvo
que se trate de un subfletamento porque nadie puede transferir un derecho más amplio
del que tiene (si existe acuerdo de voluntades, excepcionalmente, si podría). Entonces
¿Qué le queda? Celebrar contratos de transportes con otras personas.
En función de esa situación va a aparecer en los fletamentos algo que es distintivo: como
el fletante se hace cargo de hacer navegar el buque, el fletador se hace cargo de que esa
navegación rinda frutos comerciales a través de distintos contratos de transporte. El
fletamento a tiempo tiene como consecuencia directa (al no transferirse la calidad de
armador) disociar dos gestiones: por una parte reconozco una gestión náutica o material o
técnica, y por el otro lado una gestión comercial o lucrativa del buque. El fletante solo
debe encargarse de que el buque este en plenitud de funcionamiento durante todo el
plazo del contrato; lo que se pone dentro del buque no le interesa y no se hace
responsable de eso, su responsabilidad está acotada a todo lo que conlleva la tarea
exclusivamente náutica, conductiva de ese vehículo. Por su parte el fletador se obliga a
no darle al buque un uso distinto para el que fue construido, y el disfrute de esa
disponibilidad tendrá la rentabilidad comercial que le brinden los contratos de transporte.
Fletamento:
Transporte:
Se observa cómo fuimos restringiendo el alcance de los derechos a medida que vamos
bajando y no chocan entre sí. Esta sería la parte armónica.
La parte inarmónica viene cuando la carga se pierde o se daña y quien resulta perjudicado
es el destinatario. ¿Quién será el encargado de reparar ese perjuicio?
Hay otro contrato en el medio: esa carga que va como objeto de un contrato de
transporte, normalmente es el resultado de un contrato previo que es la compraventa de
la mercadería. La parte que compro la mercadería (destinatario) le va a reclamar a quien
le vendió, que generalmente será también el cargador. Este último pasaría a ser el
responsable por lo que llego en malas condiciones. Pero ese cargador puede decir que el
capitán del buque (en representación del armador, que en este caso sería el locatario)
realizo una conducción negligente y como consecuencia de eso, por ejemplo, entro agua
en la bodega dañando la mercadería. Este último, a su vez, podría decir que en realidad las
bodegas tenían un vicio oculto que fácilmente debía ser controlado por el locador que
aseguro un uso y goce pleno en virtud del contrato de locación. Así vamos volviendo para
atrás. Claramente estamos ante casos de responsabilidad de origen contractual. Se puede
llegar incluso a la responsabilidad del constructor que es al cual yo le he comprado,
incluso hay un sujeto omnipresente que es el asegurador.
CONTRATOS DE TRANSPORTE
Transportar es la actividad más directamente relacionada, podríamos decir que marca la
razón de ser de la actividad náutica y por lo tanto entre los fletamentos con transporte y
los transportes, está prácticamente toda la actividad concreta, comercial, efectiva,
habitual marítima.
Si tenemos que hablar en cuestiones comparativas, cuantitativas, el contrato típico
marítimo es el fletamento con transporte y el transporte. En ambos casos hay un
denominador común que es el traslado. Pero, las diferencias entre estas dos figuras típicas
radican fundamentalmente en que en una la selección e individualización previa del buque
era fundamental (fletamento) mientras que en la otra no (transporte). Lo concreto es que
esto encuentra razón de ser en la actividad típicamente naval que es la actividad del
transporte.
En el contrato de transporte, al ponerse el acento de manera exclusiva en lo que es el
traslado, hay un montón de otras cuestiones colaterales que tenían que ver propiamente
con el buque y demás, que no estaban dentro del interés primordial de las partes, y que la
prestación a cargo del transportista incluía lo que habíamos dicho de las 7 expectativas
que tiene el cargador que se deba realizar con su carga: subirla a bordo, llevarla y bajarla
como extremos, y en el medio una serie de operaciones intermedias que habíamos visto
que la ley contemplaba como 7. Además, este contrato al presentar la particularidad de
ser un contrato tripartito que incluía la figura del destinatario, desde el punto de vista
de la responsabilidad incluíamos una 8va conducta obligatoria por parte del
transportista. Estamos hablando de la carga, el manipuleo, la estiba, el transporte, la
custodia, el cuidado y descarga de la mercadería. La 8va seria la entrega. Hay un artículo
de la ley que dice que no cesa la responsabilidad del transportador hasta que no hace
entrega de la mercadería. Ahí se consagra el final específico del transporte. Pero como
puede mediar entre la descarga y la recepción efectiva, un tiempo que puede llegar a ser
importante, la ley dice “sigue siendo responsable de la mercadería el trasportador, hasta
que se haya operado la entrega”, por eso decimos que esa última acción solamente
funciona desde el punto de vista de la responsabilidad. Propiamente la entrega de la
mercadería no es un acto contractual de lo que específicamente se entiende como
transporte.
También dijimos que las operaciones de carga y de descarga podían llegar, por voluntad
de las partes, a excluirse del ámbito del transporte, haciendo recaer las operaciones de
carga en el cargador, y las operaciones de descarga en el destinatario, salvo en aquellas
cuestiones (dice la ley) que sean específicamente de orden público: las partes dentro de la
libertad de contratación, que juega como principio, pueden pactar que la carga la realice el
cargador y que la descarga la realice el consignatario o representantes de estos sujetos, de
no decir nada, la carga y la descarga entran dentro de las obligaciones del transportador.
Además, se trata de operaciones que pueden llevar un tiempo considerable, lo cual no
solamente que rebota en la cuestión de los costos sino que además, lo que jurídicamente
es más importante, extiende la responsabilidad del transportador aun cuando el buque
CLASE 26
RESPONSABILIDAD
La responsabilidad nos lleva a la idea de que en principio todo aquel que ocasiona un daño
debe repararlo. Se necesita la existencia de un daño, un factor de atribución, de un modo
que van a establecer las distintas leyes acorde con el objeto propio cada una tiene: no es
lo mismo una responsabilidad penal, una civil, una laboral o la que tiene el Estado. La
responsabilidad como tal es un instituto.
Si la presencia del derecho en la sociedad tiene un factor balsámico para procurar
mantener un equilibrio necesario para la consecución de esa sociedad a los fines más
trascendentes, cualquier hecho dañoso rompe ese equilibrio. El derecho tiene el desafio
de restablecer ese equilibrio, en función de un principio rector que es colocar en el otro
tanto de la balanza un peso similar al que la ha desequilibrado y de esa manera lograr
restablecer el equilibrio. Eso en términos de derecho se llama el principio de la
INTEGRALIDAD de la reparación: supone abordar, justamente con ese proceso
indemnizatorio, todas las perspectivas del daño, cualquiera sea su naturaleza.
Básicamente frente a DOS PRINCIPIOS: 1.- volver las cosas al estado en que se
encontraban antes del hecho dañoso; 2.- (al no ser siempre posible lo anterior) otra
alternativa que tiene dos pasos, primero la cuantificación del daño (pasar el daño a
números) para lograr una reparación, en segundo lugar le será entregado de conformidad
a la víctima. Pero siempre sobre la idea de que cause un daño de 100, debo reparar 100.
El daño en materia marítima, aeronáutica y espacial es muy particular, fruto de la
especificidad y particularismo de cada una de estas materias, que arrancaba con el hecho
de tratarse de una actividad riesgosa. Debemos analizarlo a la luz de los riesgos que
Hasta ahora había ganado con holgura lo común respecto de lo discordante entre las 3
ramas, en la responsabilidad es la inversa: son más las discordancias en la regulación de la
responsabilidad en los derechos que las similitudes que tienen.
RESPONSABILIDAD ESPACIAL
Es un punto que marca muchísimas diferencias con los otros dos derechos, pero también
muchísimas diferencias con el DIP.
Tan importante es la cuestión de la responsabilidad espacial que está contemplada en el
Tratado del Espacio, pero además ha merecido un convenio especial dictado 5 años
después del primer convenio con posterioridad al Tratado del Espacio. Es del año 1972 y
regula la responsabilidad espacial en base a unos principios rectores que estableció el
Tratado del Espacio de 1967, por eso decimos que este es como una Constitución y los
otros son inferiores que deben estar dictados acorde a aquel.
Para dictar ese convenio especial sobre responsabilidad fue necesario celebrar un acuerdo
especial dentro del marco de los principios del Tratado del Espacio. En otras palabras, es
de corte estrictamente principista y es por eso es que se ha mantenido sano, fresco, joven,
porque no se ha metido en detalles. Dejo la regulación a los tratados inferiores.
En materia de responsabilidad el criterio del codificador espacial dice “si esto es una
perspectiva distinta del derecho de la navegación, es bueno aprender de lo que ha pasado
en los otros derechos navegatorios”. ¿Por qué se caracterizan el derecho marítimo y el
aeronáutico? Por establecer el principio de la limitación, con sus fundamentos; por el
establecimiento de una cantidad muy grande de causales de exoneración de la
responsabilidad por los sujetos llamados a responder (art. 275 LN). Tomando nota de esto,
el derecho espacial diseña un sistema de responsabilidad antagónico en 180° con el
sistema de responsabilidad marítima y aeronáutica. En un sistema claramente favorable
para la parte más fuerte de la relación jurídica, el Tratado del Espacio lo ladea a favor de la
parte más débil. Agranda el concepto de daño, e incluye la posibilidad de reparación de
los daños mediatos, lo cual, en la hipótesis de los daños resarcibles, me está marcando
una base sustancial respecto del derecho marítimo y del derecho aeronáutico. Además,
elimina totalmente los límites de la responsabilidad, con una cuestión interesante, no
consagra la ilimitación de la responsabilidad, porque hasta que aparecieron estas
cuestiones del derecho marítimo y aeronáutico no existía como categoría la dualidad
responsabilidad limitada o responsabilidad ilimitada, la responsabilidad es una y la
integralidad, como principio de reparación me lleva a decir “solamente es la
responsabilidad plena”. Entonces el Tratado del Espacio no tiene la necesidad de decir que
la responsabilidad es ilimitada porque no la conoce, utiliza una palabra bastante
interesante que es el calificativo “absoluta”: la responsabilidad espacial es ABSOLUTA.