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MANUAL

ELABORADO POR

¡Cristo Vive,
Escúchalo y acompaña a tu hermano!”
I INTRODUCCIÓN 4
SUBSIDIOS DE SEMANA SANTA 5
JUEVES SANTO AMOR Y SERVICIO 6
VIERNES SANTO AMOR Y ENTREGA 10
PASCUA AMOR Y VIDA 13
MARÍA, FE, DISCERNIMIENTO Y ESPERANZA 17

3
TRIDUO PASCUAL 21
CELEBRACIONES 22
DOMINGO DE RAMOS 24
JUEVES SANTO 43
ACOMPAÑAMIENTO 55
VIERNES SANTO 69
VIACRUCIS 80
SIETE PALABRAS 97
ORACIÓN A LA DOLOROSA 103
VIGILIA PASCUAL 104
"Si no resucitó Cristo, es vacía nuestra predicación, y es vacía también vuestra fe (...)
y vosotros estáis todavía en vuestros pecados" (1 Co 15, 14.17).

El presente subsidio, busca ser un apoyo para la generación en cada una de las
comunidades juveniles de nuestra Diócesis de Saltillo, del ambiente propicio para la
reflexión y meditación profunda de la pasión, muerte y resurrección del Señor,
buscando hacer dentro de ella una introspección que nos lleva a hacerla vida.
4
"Con amor me llamas al servicio", "Me amó hasta el extremo", " Como discípulos
miembros de una comunidad", " María, fe, discernimiento y esperanza"; son los temas
que componen este subsidio los cual buscan ser el punto de partida del trabajo de
los jóvenes esta Semana Santa, culminando por supuesto con la celebración de la
Pascua de resurrección, que nos invita a todos y también a los jóvenes a ser
promotores de la cultura del amor y de la vida, recordando que es precisamente de
Cristo Resucitado de donde nace nuestra alegría y amor como Iglesia, de Él nace
nuestro empeño en instituir la civilización del amor, de Él nace nuestra vida, como
dice el Papa Francisco al inicio de la exhortación apostólica postsinodal ‘Christus
vivit’ (Cristo vive, esperanza nuestra,

“¡Cristo vive y te quiere vivo!” Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa
juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena
de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes
cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!

Pascua 2019, Saltillo Coahuila

Pbro. Antonio Coss


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INTRODUCCIÓN:
La Semana Santa comienza con la celebración del domingo anterior al Viernes Santo con la
entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén o mejor conocido como Domingo de Ramos.
La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús de Nazaret. Por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas
confesiones cristianas. Da comienzo el domingo de Ramos y finaliza el domingo de
Resurrección, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior (viernes
de Dolores) y se considera parte de la misma, el domingo de Resurrección. La fecha de la
celebración es variable (entre marzo y abril según el año) ya que depende del calendario lunar.
La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza en la Semana de Pasión donde se
celebra la eucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús, el Viernes Santo
y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de
Resurrección. Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad
popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la
Pasión.
JUEVES SANTO AMOR Y SERVICIO

SENTIDO DEL DÍA


Jesús, en la noche en que iba a ser entregado,
durante su última cena, nos dio dos signos de amor:
 El primero, la institución de la Eucaristía,
 El segundo, el servicio como expresión del
amor, lavar los pies a sus discípulos.
En ambos casos esos gestos significan un amor que
se traduce en servicio, entrega y donación total hacia
nosotros. Jesús, antes de sentarse a partir y
compartir su cuerpo y su sangre, se arrodilla a servir.
Hoy se nos invita a rehacer esos dos signos: “Hagan
esto en memoria mía”, “Si yo les he lavado los pies,
también ustedes deben lavarse los pies unos a
otros”.
La Eucaristía es el Sacramento, el memorial de lo que
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celebramos en el Triduo Pascual: la Muerte y
Resurrección del Señor.
En toda Eucaristía participamos y actualizamos el sacrificio de Cristo, que se
entregó por nosotros. De igual forma hacemos memoria de la donación de
Jesús por amor, celebramos la reconciliación de todos los hombres con Dios,
festejamos nuestra salvación y liberación, expresamos la comunión de todos
los creyentes en Cristo, al participar todos de un mismo alimento y
anunciamos su retorno como plenitud de su Reino. Lo que celebramos en la
Eucaristía debe corresponder con nuestra vida ordinaria: “ámense unos a
otros como Yo los he amado”, un amor traducido en obras, con una actitud
de caridad y de entrega servicial a los más necesitados.
En esta misma noche Jesús instituyó el Sacramento del sacerdocio, eligiendo
a un grupo para manifestar al mundo la Buena Noticia, para partir el pan y
darnos el perdón.
“CON AMOR ME LLAMAS AL SERVICIO”
Objetivo: Los Jóvenes de la Diócesis de Saltillo descubren a través del servicio,
el llamado que los conducirá a una vida plena en comunidad, a la luz de la
enseñanza de Cristo.
ORACIÓN INICIAL
El coordinador pide a un participante que dirija la siguiente oración:
“Quiero servirte en los demás, Señor.
Quiero entregar mi vida
y lo mejor de mí,
para el servicio a los que me rodean.
Muéstrame los caminos
de la solidaridad.
Llévame por la huella de la compasión.
Condúceme al horizonte del amor eficaz.
Quiero seguir tu ejemplo,
ser capaz de dar todo por los otros. Amén”

VER
7
El coordinador hace las siguientes preguntas e inicia un pequeño debate
- ¿Qué es el amor?
- ¿Qué es el llamado?
- ¿Qué es el servicio?
- Como joven miembro de la Iglesia:
¿Cómo vivimos el amor de Cristo?
¿Estamos dispuestos a aceptar el llamado de Jesús?
¿Qué tanto estamos dispuestos a servir y
dejarnos servir por el prójimo?
Con estas preguntas (incluyendo algunas otras
desde la realidad de tu parroquia / comunidad /
grupo) se pretende poner en claro y separar lo
mundano de lo espiritual ya que en la actualidad
vemos el amor desde una perspectiva muy
amplia y no solo como la entrega que Dios hizo
por nosotros; y el servicio como una orden y/o
mandato sin procurar poner aquellos dones o
talentos al servicio de los demás.
JUZGAR
El coordinador pide a un participante que lea la siguiente lectura: Mateo 25,
34-40 y explica de forma dinámica tomando los siguientes puntos:
1. Fraternidad/Acompañamiento.
La unión entre los seres humanos como hermanos, por el amor que debemos
al prójimo y no solo a los amigos, sino también a los enemigos. Surgiendo la
necesidad de crear lazos fraternos con el mundo.
2. Entendimiento del amor
A través de acciones concretas, dando claro ejemplo de las Obras de
Misericordia; vestir, dar de comer, visitar, etc.
3. Amor de Dios
No solo de manera imaginaria o abstracta, sino con el comportamiento que
tenemos con los demás. Viendo a Jesús en el otro, y si es que amo a Dios
porque dejar de amar a mi hermano.
Puede apoyarse con el siguiente video: “Cadena de favores infinita”
En este video hay mucho más de lo que se ve a primera vista. Incluso si el
círculo de favores no se hubiera cerrado, los actos o servicios al prójimo
seguirían siendo hermosos. Es algo que pasa todos los días y eso es muestra
de que por y con amor seguimos y aceptamos el llamado a vivir en el servicio.
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https://www.youtube.com/watch?v=8Gosg1ybxTU
ACTUAR
Parte 1.
Dinámica de grupo.
Previamente en el registro se les obsequiara algún signo de Pascua Juvenil
(puede ser algún Cristo crucificado, imagen, etc.) se les pedirá cuidarlo para
que, al llegar a este momento, se les entregue un post-it de diferente color
(tantos como obras que se puedan realizar dentro de la comunidad o lugar
sede de la Pascua Juvenil).
En el post-it se redactará alguna actividad del joven para el llamado y/o el
servicio que sea un compromiso a realizar al menos de manera periódica en
su vida diaria (puede realizarse cualquier obra de misericordia); pegado a ese
signo, se hará un intercambio con los jóvenes participantes de manera que
nadie se quede con el propio.
Parte 2.
Una vez teniendo el intercambio se formarán en equipos de acuerdo al color
que les toco, apoyándose de materiales didácticos (cartulinas, plumones,
pinturas, ambientación) salir a tener un encuentro con el hermano necesitado,
enfermo y más, tener un momento de convivencia se es posible preparar
alguna despensa básica oración con ellos y algunos otros momentos.
REVISAR
El coordinador prepara una imagen la Madre Teresa de Calcuta con su frase
“El que no vive para servir, no sirve para vivir”
Hacer conciencia con el joven que el compromiso que acaba de plasmar en su
papelito no lo hace con el hermano a quien con quien intercambio su signo
sino con Dios mimos visto en el rostro del prójimo. Que seamos jóvenes
dispuestos a amar y ser amados, a servir y ser humildes antes los nuestros.
Hacer las siguientes preguntas:
- ¿Qué es lo que hacia la Madre Teresa de Calcuta?
Contar un poco de la vida de la Madre Teresa de Calcuta
- ¿Es fácil servir a los demás con amor?

CELEBRAR
El coordinador reparte una hoja con el canto “Amar con obras”, de Jésed, o
si se prefiere se proyecta con la letra.
El coordinador dirige la siguiente oración:
“Pon Señor en mis ojos miradas serenas 9
que infundan confianza y serenidad.

Pon en mi boca las palabras adecuadas


para orientar las acciones correctas,
hablar de amor y difundir
tu mensaje, proclamar tu reino.

Pon en mi mente pensamientos rectos,


limpios, justos, firmes, renovadores.

Pon en mis oídos la capacidad de escucha,


y la actitud idónea para escuchar a cuantos me necesiten.

Pon en mis labios sonrisas auténticas y palabras prudentes


que infundan paz, acogida, alegría y optimismo.

Pon en mis manos las caricias más tiernas y


el soporte más firme para quienes las demanden.

Pon en mi corazón los sentimientos más nobles


Y la capacidad de amar sin límites.

Pon en mis pies la fuerza de caminar sin desfallecer,


hasta hacer realidad las utopías que nos ayuden
a implantar tu reino en la tierra.”
VIERNES SANTO AMOR Y ENTREGA

SENTIDO DEL DÍA


Este día está centrado en la Cruz gloriosa del Señor.
La comunidad cristiana recuerda y proclama la Pasión del
Señor y adora su Cruz como el primer acto del Misterio Pascual.
Hoy es el primer paso: la “Pascua de la crucifixión”. Pascua,
“paso”, transito de Jesús a través de la muerte a la Nueva Vida.
Es el paso por la muerte. La memoria de la muerte está llena de
esperanza y victoria.
“Me amo hasta el extremo”
Objetivo: Los Jóvenes de la Diócesis de Saltillo reconocen la
necesidad del acompañamiento mediante el diálogo con Jesús,
para así, re direccionar su actuar diario.

ORACIÓN INICIAL 10
El coordinador entrega la siguiente oración a los participantes
para decirla a una sola voz

“Señor Jesús, Tú eres el Pan de Dios,


Tú eres Vida y eres salvación, eres delicia y eres amor,
eres alimento y eres Verdad, Señor,
Tú eres la única razón de mi adoración.
Hazme un instrumento de tu paz y de tu Amor.
Amén”

VER
Los coordinadores preparan el siguiente socio drama para los participantes
https://www.youtube.com/watch?v=uFRYdGihOl4
JUZGAR
El coordinador lee la siguiente cita bíblica Juan 12,20-33 y hace las siguientes
preguntas
Reconstruimos el texto:
1. ¿Cómo comienza este relato?
2. ¿Quiénes querían ver a Jesús?
3. ¿A quién le preguntaron?
4. ¿Cómo llegó la noticia a Jesús de que querían verlo? ¿Quiénes se lo dijeron?
5. ¿Cómo comienza Jesús ante aquellos que le dicen que querían verlo?
6. ¿Cuál es la relación del grano de trigo que debe morir para producir fruto?
7. ¿Qué significa el apego a “esta” vida, según Jesús qué ocurrirá?
8. ¿Por qué dice Jesús que su espíritu está “agitado?
9. ¿Qué dice la voz que todos escucharon desde el cielo?
10. ¿Por qué Jesús dijo: “cuando sea elevado”? ¿A qué se refería?
Se invita a responder a las preguntas, incluso hacer otra relectura del texto, y
se genera un dialogo para reconstruir el texto.
ACTUAR
El coordinador prepara un amino con cosas materiales (celulares, mochila,
diploma, foto de una familia, balón, foto de amigos, foto de pareja o un 11
corazón de papel) y se invita a los participantes a caminar y detenerse ante
cada cosa que hay en el camino.
Mientras tanto el coordinador u otra persona dicen:
Mientras caminamos nos vamos deteniendo y observando estas cosas que hay
a nuestro paso y preguntemos:
1.- ¿Qué significa esto para mí?
2.- ¿Puedo asociarlo a algún triunfo o fracaso?
Frecuentemente asociamos el triunfo al tener, al poseer: buenas calificaciones,
bienes materiales, ropa, buena comida, accesorios, carros, aparatos
electrónicos, y otros que está sociedad consumista nos plantea como modelos
de éxito, de triunfo, de felicidad. No tener, no poseer bienes materiales, parece
ser de fracasados.
El coordinador pide a los participantes que tomen su lugar y continúa con la
siguiente charla
Ahora cada uno pensará en sus fracasos y sus triunfos pasados o actuales.
Luego de unos minutos, el coordinador les pide ponerse en grupos, según la
cantidad de personas y se les entrega una cartulina y un marcador.
Es momento de compartir nuestros triunfos o fracasos pasados o actuales con
nuestros amigos y hermanos. Brevemente cada uno compartirá los suyos, y
entre todos escogeremos una forma de representar eso en un dibujo.
Los participantes pasan a explicar su dibujo
También hoy nosotros hemos venido a buscar a Jesús, lo hemos hecho
durante nuestra vida y Jesús quiere ser claro con nosotros. Ha llegado su hora,
una hora que para los discípulos parece fracaso, tragedia, fin; pero Jesús les
dice que no es así; es la hora de glorificar al Padre, triunfando en la cruz.
Muchas veces nos pasa lo mismo; muchos se nos acercan pidiendo ver a Jesús
y si bien lo presentamos, no lo presentamos glorificado. Muchos hoy
necesitamos que, con Jesús, podamos morir para resucitar, que podamos
seguirle a Él, para honrar al Padre.
Hoy en nuestro encuentro, pensemos en esto.
REVISAR
El coordinador hace las siguientes preguntas guiadas
¿Cómo puedo encontrarme con Jesús en mis fracasos?
-en la oración, en el consuelo con mi hermano, en la dirección espiritual con el
sacerdote.
¿Cómo puedo encontrarme con Jesús en mis triunfos? 12
-en la oración, agradeciendo mis triunfos y ofreciéndolos, compartiendo con
los demás mis alegrías.
CELEBRAR
El coordinador entrega la siguiente cita en una papeleta
«Les aseguro, que, si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda
infecundo; pero si muere, da mucho fruto»
Se recomienda usar el canto “Las heridas de Jesús”
https://www.youtube.com/watch?v=h3dM7UyaGiY
El coordinador inicia la oración invocando al Espíritu Santo y concluye con
una oración espontanea
Invoquémoslo pues, al Espíritu de Jesús, para que nos lo dé a conocer,
glorificando al Padre, para que los conozcamos y lo demos a conocer, y
también con nuestra vida, en palabras y obras demos gloria al Padre. Pidamos
pues al Espíritu, para que nos dispongamos a escuchar Su Palabra,
comprendamos lo que nos quiere decir y la pongamos por obra, lo hacemos
por medio de aquella que escucho la Palabra y la puso por obra.
PASCUA AMOR Y VIDA

El Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro


del Señor, meditando su Pasión y su Muerte, su descenso
a los infiernos y esperando en oración y ayuno su
Resurrección. El sábado está en el corazón mismo del
Triduo Pascual. Entre la Muerte del viernes y la
Resurrección del domingo nos detenemos en el
sepulcro. Un día puente, pero con personalidad. La
celebración de la Vigilia Pascual es la más importante de
las fiestas del año. Cristo Resucitado ha vencido a la
muerte. Este es en verdad el día que hizo el Señor, el
fundamento de nuestra Fe.
DOMINGO DE PASCUA
Sentido del día
Una vez celebrada la Vigilia de la Pascua, es
experimentar una alegría especial que viene a
nuestra vida, llenándonos de esperanza y gozo, por 13
el encuentro con Cristo Resucitado.
Damos testimonio de nuestra fe, cuando
expresemos con palabras y obras que Jesús
resucitó y creamos plenamente en su Palabra. Que
al igual que la primera comunidad cristiana,
después de la resurrección y del encuentro con su
Señor resucitado, no pudieron contener el deseo de
salir y anunciarlo, primero a aquellos que formaban
la comunidad de discípulos y después, al mundo
entero.
Los discípulos viven pues su ser misionero, que viene implícito en su ser
seguidos de Jesucristo, dándole al mundo una nueva tonalidad, el tiempo de la
salvación, está ya presente. Ahora nosotros con esa misma experiencia, nos
proponemos a salir a compartir nuestra fe y esperanza, a través de obras de
amor.
“COMO DISCÍPULOS MIEMBROS DE UNA COMUNIDAD”
Objetivo: Los Jóvenes de la Diócesis de Saltillo, reflexionan la vivencia de la fe,
por medio de la realidad en su comunidad y así adquirir herramientas para
lograr ser un verdadero agente de cambio.
ORACIÓN INICIAL
El coordinador pide a un participante leer la siguiente oración.
“Te doy gracias, Padre,
porque me has dado hermanos.
Todos son un regalo para mí,
un verdadero "sacramento",
signo sensible y eficaz
de la presencia de tu Hijo.
Dame la mirada de Jesús
para contemplarlos,
y dame su corazón
para amarlos hasta el extremo;
porque también yo quiero ser,
para cada uno de ellos,
sacramento vivo de la presencia de Jesús. Amén” 14
VER
El coordinador entrega una pluma y un papel donde contestaran las
siguientes preguntas de manera persona
• ¿Cómo te defines?
• ¿Cómo es tu comunidad?
• ¿Cuál es tu papel en la comunidad?
Al terminar esto, hacer grupos pequeños de pastoreo para compartir las
respuestas con un moderador (coordinador) presente en cada grupo
basándose en la cita bíblica de hebreos 10, 24-25
Hoy en día el joven tiene una definición de sociedad muy diferente a la que en
realidad es, se cierran mucho en cuantos seguidores tienen, que su lista de
amigos siga creciendo o que algunos de sus comentarios o videos se vuelvan
virales, eso actualmente los jóvenes lo definen como una participación activa
en la sociedad, pero obviamente esto no es así, una participación activa en una
comunidad es a levantar a un hermano, escuchar a un amigo, acompañar en el
dolor a un familiar etc. Cierto, las redes sociales son un medio muy bueno para
lograr de cierta manera esto, pero no solo quedarnos ahí sino ser unos jóvenes
en salida ser agentes de cambio para la sociedad.
JUZGAR
El coordinador explica lo siguiente de forma dinámica
No disfrutaremos plenamente de la experiencia de ser cristianos mientras no
nos encontremos en misión, allí donde estemos y cómo podamos. Hemos de
salir a contar que Cristo ha resucitado: "se lo tenemos que decir a doña Rosa, a
la que vimos en el balcón. Se lo tenemos que decir a los chicos, se lo tenemos
que decir a aquellos que pierden toda ilusión. Se lo tenemos que decir a mis
vecinos y familia. Se lo tenemos que decir a todos aquellos jóvenes que, nos
denuncian que ahora todos nos quieren meter en el mismo molde.
Tenemos que salir de nuestra cáscara y decirles que Jesús vive, y que Jesús
vive para él, para ella, y decírselo con alegría. El tiempo de la vida no nos va a
alcanzar para entregarnos y anunciar esto de que Jesús está restaurando la
vida.
Tenemos que ir a sembrar esperanza, tenemos que salir a la calle. Tenemos que
salir a buscar." (Jorge Bergoglio, Homilía en el Encuentro Diocesano de
Catequistas, 11 de marzo del 2000). O, como dijo de manera más directa en la
Jornada Misionera Mundial del año pasado: "Todos los discípulos del Señor
están llamados a cultivar la alegría de la evangelización". En este mensaje del
Papa Francisco nos damos cuenta de la importancia que tiene el salir a predicar
la palabra de Dios en todos lados y en todo momento, no solo esperar a que
los feligreses se acerquen por sí mismo, si no ir a buscarlos, invitarlos y darles 15
la buena nueva de que Jesús está por venir, que él murió por nosotros. Y así,
los jóvenes se puedan convertir en un acompañamiento revitalizado para la
sociedad en general.
El coordinador proyecta el siguiente video “Agentes de cambio”
https://www.youtube.com/watch?v=yc31nbbidoc
ACTUAR
El coordinador propone a los jóvenes salir a las calles cercanas a ayudar y
brindarles amor a las personas de la comunidad, ya sea regalar abrazos,
ayudarlos a cruzar la calle, jugar con los niños, o simplemente sentarse a
platicar con las personas.
Algunos miembros del equipo deben documentar lo que está pasando con
fotografías y/o videos para al final del día proyectar u video de las obras de
bondad realizadas.
Al final los jóvenes pueden compartir su experiencia.
REVISAR
El coordinador inicia un pequeño dialogo con los participantes con la
siguiente pregunta, invitándolos a seguir siendo un agente de cambio en sus
comunidades.
¿Qué puedo hacer en mi comunidad como agente de cambio?
CELEBRAR
El coordinador entrega plumas y tarjetas donde escribirán un compromiso
como agentes de cambio en su comunidad.
El coordinado prepara una cruz pequeña y una mesa donde cada participante
pasara a dejar su compromiso.
Al finalizar hacen juntos la siguiente oración

“Te doy gracias, Padre,


porque me has dado hermanos.
Todos son un regalo para mí,
un verdadero "sacramento",
signo sensible y eficaz
de la presencia de tu Hijo.

Dame la mirada de Jesús 16


para contemplarlos,
y dame su corazón
para amarlos hasta el extremo,
porque también yo quiero ser,
para cada uno de ellos,
"sacramento" vivo
de la presencia de Jesús.”
MARÍA, FE, DISCERNIMIENTO Y ESPERANZA

Objetivo: Los Jóvenes de la Diócesis de


Saltillo, aprenden a escuchar la voz de
Dios a través de la interpretación de los
signos para poder discernir con
esperanza su llamado.
ORACIÓN INICIAL
El coordinador pide a una joven que le
lea la siguiente oración Magnificat
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su
esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí. Su nombre
es Santo y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación.
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Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma
de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había
prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por
siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en un principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
VER
Los coordinadores preparan el siguiente sketch
Presentar un diálogo entre una madre y su hijo referente a la toma de
decisiones, encaminando a su formación profesional.
Después este mismo joven llega con un amigo comienza a decirle las dudas que
está presentando, ese amigo lo invita a que se acerquen con un sacerdote para
que él le aclare estas dudad y lo guie para poder discernir lo que está sintiendo
(amigo, acompañante, etc.)
Reflexionar la postura de la madre y la postura del hijo, las características en
las que se dio la conversación y cómo el hijo con el acompañamiento de su
madre fueron discerniendo lo que quería.
Dar respuesta en plenaria a las siguientes preguntas:
- ¿Qué entiendo por discernir?
- ¿Reconozco la vocación que Dios quiere de mí?
- ¿Escucho el llamado que Jesús me hace?
- ¿Cómo respondo al llamado que Jesús me hace?
JUZGAR
El coordinador forma 4 equipos y pide a un participante que lea la siguiente
cita bíblica
- Cerca de la cruz de Jesús (Jn 19, 25-27)
En equipos vuelven a leer la cita bíblica y hacen una comparación de la cita
bíblica con el sketch presentado, mediante un dibujo, cuadro sinóptico, mapa
mental, etc. Donde puedan explicarlo en plenaria al resto de los participantes.
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ACTUAR
Escuchar y ver el siguiente video donde el Ángel Gabriel anuncia el nacimiento
del hijo de Dios a María.
https://www.youtube.com/watch?v=XL1EJpD0eas
Comentar en plenaria las siguientes preguntas en base a lo observado en el
video.
1° ¿Cuál fue el llamado de María?
2° ¿Quién acompaño a María en esta misión?
3° ¿Qué tuvo que discernir María en esta misión?
2- Analizar el texto “El don del discernimiento del documento preparatorio
“los jóvenes y el discernimiento vocacional” (pág., 21-25)
Se reunirá a los jóvenes en equipos y se les dará el documento por temas:
1- El don del discernimiento
2- Reconocer
3- Interpretar
4- Elegir
El don del discernimiento
Tomar decisiones y orientar las propias acciones en situaciones de
incertidumbre y frente a impulsos internos contradictorios es el ámbito del
ejercicio del discernimiento. Se trata de un término clásico de la tradición de la
iglesia, que se aplica a una pluralidad de situaciones.
En efecto, existe un discernimiento de los signos de los tiempos, que apunta a
reconocer la presencia y la acción del Espíritu en la historia; un discernimiento
moral, que distingue lo que es bueno de lo que es malo; un discernimiento
espiritual, que tiene como objetivo reconocer la tentación para rechazarla y, en
su lugar, seguir el camino de la plenitud de vida. Las conexiones entre estas
diferentes acepciones son evidentes y no se pueden separar nunca
completamente.
Teniendo presente esto, nos concentramos aquí en el discernimiento
vocacional, es decir, en el proceso por el cual la persona llega a realizar, en el
diálogo con el Señor y escuchando la voz del Espíritu, las elecciones
fundamentales, empezando por la del estado de vida. Si el interrogante de
cómo no desperdiciar las oportunidades de realización de sí mismo afecta a
todos los hombres y mujeres, para el creyente la pregunta se hace aún más
intensa y profunda. ¿Cómo vivir la buena noticia de evangelio y responder a la
llamada que el Señor dirige a todos aquellos a quienes le sale al encuentro: a
través del matrimonio, del ministerio ordenado, ¿de la vida consagrada? Y cuál
es el campo en el que se pueden utilizar los propios talentos: ¿la vida
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profesional, el voluntariado, el servicio a los últimos, la participación en la
política?
El Espíritu habla y actúa a través de los acontecimientos de la vida de cada uno,
pero los eventos en sí mismos son mudos o ambiguos, ya que se pueden dar
diferentes interpretaciones. Iluminar el significado en lo consciente a una
decisión requiere un camino de discernimiento. Los tres verbos con los que
esto se describe en la Evangelii gaudium, 51 – reconocer, interpretar y elegir –
pueden ayudarnos a delinear un itinerario adecuado tanto para los individuos
como para los grupos y para las comunidades, sabiendo que en la práctica los
límites entre las diferentes fases nunca son tan claros.
Reconocer
El reconocimiento se refiere, en primer lugar, a los efectos que los
acontecimientos de mi vida, las personas que encuentro, las palabras que
escucho o que leo producen en mi interioridad: una variedad de <<deseos,
sentimientos, emociones>> (Amoris laetitia, 143) de muy distinto signo: tristeza,
oscuridad, plenitud, miedo, alegría, paz, sensación de vacío, ternura, rabia,
esperanza, tibieza, etc. Me siento atraído o empujado hacia una pluralidad de
direcciones, sin que ninguna me parezca la que claramente se debe seguir; es
el momento de los altos y bajos y en algunos casos de una auténtica lucha
interior. Reconocer exige hacer aflorar esta riqueza emotiva y nombrar estas
pasiones sin juzgarlas. Exige igualmente percibir el “sabor” que dejan, es decir,
la consonancia o disonancia entre lo que experimento y lo más profundo que
hay en mí.
En esta fase, la palabra de Dios reviste una gran importancia: meditarla, de
hecho, todas las experiencias del contacto con la propia interioridad, pero al
mismo tiempo ofrece una posibilidad de hacerlas emerger identificándose con
los acontecimientos que ella narra. La fase del reconocimiento sitúa en el centro
la capacidad de escuchar y la afectividad de la persona, sin eludir por temor a
la fatiga del silencio. Se trata de dar un paso fundamental en el camino de la
maduración personal, en particular para los jóvenes que experimentan con
mayor intensidad la fuerza de los deseos y pueden también permanecer
asustados, renunciando incluso a los grandes pasos, a los que sin embargo se
sienten impulsados.
Interpretar
No basta de reconocer lo que se ha experimentado: hay que “interpretarlo”, o,
en otras palabras, comprender a qué el Espíritu está llamando a través de lo
que suscita en cada uno. Muchas veces nos detenemos a contar una
experiencia, subrayando que “me han impresionado mucho”. Más difícil es
entender el origen y el sentido de los deseos y de las emociones
experimentadas y evaluar si nos están orientando en una dirección constructiva
o si por el contrario nos están llevando a replegarnos sobre nosotros mismos.
Esta fase de interpretación es muy delicada: se requiere de paciencia, vigilancia 20
y también un cierto aprendizaje, hemos de ser capaces de darnos cuenta de los
efectos de los condicionamientos sociales y psicológicos. También exige poner
en práctica las propias facultades intelectuales, sin caer sin embargo en el
peligro de construir teorías abstractas d lo que sería bueno o bonito de hacer:
También en el discernimiento <<la realidad es superior a la idea>> (Evangelii
gaudium 231). En la interpretación tampoco se puede dejar de enfrentarse con
la realidad de tomar en consideración las posibilidades que realmente se tienen
a disposición.
Para interpretar los deseos y los movimientos interiores es necesario
confrontarse honestamente, a la luz de la palabra de Dios, también con las
exigencias morales de la vida cristiana, siempre tratando de ponerlas en la
situación concreta que se está viviendo. Este esfuerzo obliga a quién lo realiza
a no contentarse con la lógica legalista del mínimo indispensable, y en su lugar
buscar sacar el mayor provecho a los propios dones y a las propias
posibilidades.
Este trabajo de interpretación se desarrolla en un diálogo interior con el Señor,
con la activación de todas las capacidades de la persona; la ayuda de una
persona experta en la escucha del Espíritu es, sin embargo, un valioso apoyo
que la iglesia ofrece, y del que sería poco sensato no hacer uso.
En plenaria, explicaran sus ideas relevantes y su conclusión al tema el
discernimiento.
REVISAR
En base a lo estudiado y analizado durante el tema los participantes
responderán las siguientes preguntas:
1 ¿Estoy dispuesto escuchar a Dios y discernir qué es lo que él quiere de mí?
2 ¿Y ahora qué voy hacer?
3 ¿Me considero la esperanza del mañana?
CELEBRAR
El coordinador prepara un lugar con un ambiente reflexivo donde en el centro
este colocada una imagen de la virgen María, de esta manera estar en sintonía
con ella y dejarse acompañar en el discernimiento de su vocación y
acompañarla a ella en la espera de la resurrección de Jesús.
ORACIÓN FINAL
Después de la meditación el coordinador lee la siguiente oración
“Madre del Padre Eterno, Madre de nosotros también, Pura y celestial,
Consagrada y siempre fiel al Redentor,
Tu amor es infinito y tu humildad es eterna,
Tu misericordia y tu andar son la prueba más grande de tu fe.
21
María de Nazaret, Tú nos cautivas y haces más grande nuestra fe,
Nos adoptaste como hijos, Nos acoges bajo tu manto,
Nos defiendes y nos proteges, No permitas que la maldad se nos acerque,
Intercedes por nosotros ante Dios,
Y con la más firme convicción,
Ruegas y pides por nosotros.
¡Oh Madre y salvadora nuestra!,
Quien acepto llevar a Jesús nuestro maestro dentro de su vientre,
Quien sufrió al ver en una cruz al Altísimo,
Quien con fervorosa oración y en constante alabanza,
Vive y permanece en el Reino de los Cielos,
Y desde allí nos acompaña. Amén”
22
Días previos al Triduo Pascual, se invita a preparase espiritualmente a celebrarlos, profundizando
en alguna catequesis especial, jornadas de ejercicios cuaresmales, examen de conciencia,
discernimiento y oración.
En muchas comunidades aprovechan los días previos a la catequesis o ensayos de las
celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual.
Este es un tiempo donde, tenemos la oportunidad de hacer una fuerte labor de evangelización,
catequesis y sensibilización de nuestras comunidades de fe, y de los grupos con los cuales nos
disponemos a vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. Por ello se presentan estas
catequesis preparatorias, las cuales, se pueden utilizar y organizar dependiendo de la necesidad
de cada centro pascua.
MENSAJE DEL PAPA
“Jóvenes, los invito a escuchar la voz de Dios que resuena en el corazón de cada uno a través del
soplo vital del Espíritu Santo.
Cuando Dios le dice a Abraham <Vete> ¿qué quería decirle? Ciertamente no le pedía huir de los
suyos o del mundo. Su invitación fue una fuerte provocación para que dejase todo y se encaminase
hacia una tierra nueva. Dicha tierra, ¿no es acaso para ustedes aquella sociedad más justa y
fraterna que desean profundamente y que quieren construir hasta las periferias del mundo?
Sin embargo, hoy, la expresión <Vete> asume un significado diverso: el de la prevaricación, de la
injusticia y de la guerra. Muchos jóvenes entre ustedes están sometidos al chantaje de la violencia
y se ven obligados a huir de la tierra natal.
Jesús dirige su mirada a ustedes y los invita a ir hacia Él.”
23
DOMINGO DE RAMOS
DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

INDICACIONES GENERALES.

1. Todo misionero debe tener bien en claro el desarrollo de cada una de las
celebraciones que se vayan a tener con el pueblo.

2. La gente debe ser invitada no sólo anticipadamente, sino también de una


manera inmediata antes de la celebración; para esto es muchas veces
indispensable anunciar por sonido.

3. Debe haber un misionero encargado de la liturgia que siempre tendrá que


ponerse de acuerdo anticipadamente con el sacerdote que preside, en caso
de que lo haya, para ver qué elementos celebrativos se van a tener y cómo,
ya que hay muchos que no son obligatorios o se pueden llevar a cabo de
diversos modos y no conviene que a última hora se esté improvisando o se
esté diciendo que no a lo que ya estaba preparado.

CONVOCACIÓN

o En algún lugar conveniente se convoca a la gente, se indica la hora


24
de bendición de las palmas y el inicio de la procesión hacia la
capilla para la celebración de la palabra de Dios.

o Se avisará a todos: hombres, mujeres y niños que lleven palmas o


cualquier ramo de flores y hojas verdes.

MATERIALES NECESARIOS

o Agua bendita y ramos


o Misal mensual con las lecturas propias de este Tiempo
o Copias de cantos para el Domingo de Ramos
o 3 Copias de la lectura de Pasión del Señor de manera dialogada
o Dos mesas: una grande y otra pequeña
o Un mantel rojo o blanco
o Un ambón provisional (si es posible)
o Un crucifijo que servirá como cruz alta
o Velas o veladoras que se utilizarán como ciriales
o Un monitor para la celebración (puede ser alguien del equipo)
PREPARACIÓN

En el lugar previsto se tendrá preparada una mesa que servirá de altar,


cubierta con un mantel rojo o blanco.

 En otra mesa más pequeña, tener lista el agua bendita y los ramos que
llevará el celebrante y los ayudantes.

 Preparar un aparato de sonido (si es posible) de preferencia portátil,


para facilitar la animación de los cantos en la procesión.

 Llevar: cruz alta, dos ciriales o veladoras y el misal.

 El coro tendrá listos los cantos de la procesión y de la Celebración de la


Palabra.

 Tener un ambón provisional para la proclamación del Evangelio.

 Se ensayará la lectura de la Pasión del Señor de manera dialogada: C


(Cronista), + (Jesucristo) y S (la sinagoga, los discípulos y otros
personajes).
25
CELEBRACIÓN
DOMINGO DE RAMOS DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
ROJO

PRIMERA FORMA:
Procesión

El celebrante y dos ayudantes se acercan al altar, mientras se entona un canto


apropiado: Juntos como hermanos, Hacia ti morada santa, Pueblo de reyes u
otro apropiado (véase el cantoral incluido).

En seguida, el celebrante saluda al pueblo y el monitor hace una motivación a


participar con alegría.

RITOS INICIALES
(Antes de iniciar la procesión)

Ministro:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
26
El pueblo responde:
Amén.

Monitor:
Queridos hermanos: Después de habernos preparado desde el principio de
nuestra Cuaresma con nuestra penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos
reunimos para iniciar, unidos con toda la Iglesia, la celebración de cada año
sobre los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor
Jesucristo místenos que empezaron con la entrada de Jesús en Jerusalén.
Acompañemos con fe y devoción a nuestro Salvador en su entrada triunfal a
la ciudad santa para que, participando ahora de su cruz, podamos participar
un día de su gloriosa resurrección y de su vida.

Ministro:
Para la Bendición de las palmas el celebrante, con las manos juntas dice:

Aumenta, Señor, la fe de los que tenemos en ti nuestra esperanza y concede


a quienes agitamos estas palmas en honor de Cristo victorioso, permanecer
unidos a Él para dan frutos de buenas obras. Por Jesucristo nuestro Señor.

El pueblo responde:
Amén.

EVANGELIO.
Del santo Evangelio según san Marcos
11,1-10.
Cuando Jesús y los suyos iban de camino a Jerusalén, al llegar a Betfagé y
Betania, cerca del monte los Olivos, les dijo a dos de sus discípulos: “Vayan al
pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encontrarán amarrado un burro que
nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganmelo. Si alguien les pregunta
por qué lo hacen, contéstenle: ‘El Señor lo necesita y lo devolverá pronto’”.
Fueron y encontraron al burro en la calle, atado junto a una puerta, y lo
desamarraron. Algunos de los que allí estaban les preguntaron: “¿Por qué
sueltan al burro?” Ellos les contestaron lo que había dicho Jesús y ya nadie los
molestó.
Llevaron al burro, le echaron encima los mantos y Jesús montó en él. Muchos
extendían su manto en el camino, y otros lo tapizaban con ramas cortadas en
el campo. Los que iban delante de Jesús y los que lo seguían, iban gritando
vivas: “¡Hosanna!¡Bendito el que viene en nombre del Señor!¡Bendito el reino
que llega, el reino de nuestro padre David!¡Hosanna en el cielo!” 27
Palabra del Señor.

SEGUNDA FORMA:
Entrada solemne

Esta forma se debe realizar sólo cuando no se pueda hacer la procesión fuera
de la iglesia, entonces la entrada del Señor se celebra dentro del templo por
medio de una entrada solemne, antes de la celebración de la Palabra.

Los fieles se reúnen ante la puerta del templo, o bien, dentro del mismo
templo, llevando los ramos en la mano. El ministro, los lectores y quienes van
a proclamar el Evangelio van a algún sitio adecuado del templo, fuera del
presbiterio, en donde pueda ser vista fácilmente la ceremonia, al menos por la
mayor parte de la asamblea.

Mientras el ministro se dirige al sitio indicado se entona un canto adecuado.


Después se bendicen los ramos y se lee el Evangelio de la entrada del Señor
en Jerusalén, como se indicó anteriormente. Después del Evangelio, el
ministro se dirige al presbiterio, acompañado por los que colaborarán en la
ceremonia, mientras se canta un canto apropiado.
Al llegar al altar, el ministro hace la debida reverencia. Enseguida se dirige a
un lugar dentro del presbiterio que no sea la sede y omitida toda otra
ceremonia, dice la oración colecta, y luego prosigue de la manera
acostumbrada.

TERCERA FORMA:
Entrada sencilla

Cuando no es posible la entrada solemne, se recuerda la entrada del Señor en


Jerusalén por medio de una entrada sencilla.

Mientras el ministro se dirige al altar, se entona un canto sobre el misino tema.


Al llegar al altar, hace la debida reverencia, va al lugar que le corresponde y
saluda al pueblo. Luego sigue la celebración como de costumbre,

(Estando en la capilla)

Después de la procesión o de la entrada solemne, el ministro comienza la


celebración con la monición y la Oración Colecta:

MONITOR: 28
Hermanos y hermanas, al comenzar hoy la Semana Santa, centrada toda ella
sobre la Muerte y Resurrección de Jesucristo, la Palabra de Dios nos invita a
que nos despojemos del viejo esquema para asumir los sentimientos y
actitudes de Jesucristo, quien «a pesar de su condición divina... se despojó de
su rango y tomó la condición de esclavo... Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre. Hemos venido con palmas y
olivos en las manos para proclamar la realeza de Jesucristo, la realeza del
amor y de la paz. Hoy no es el día del triunfo fácil que transforma a Jesús en
un rey al modo de los hombres; es el día en que el hombre abatido se refugia
y apoya sólo y únicamente en Dios Salvador y Señor de su pueblo.

Iniciamos la Semana Mayor del año litúrgico, porque en ella se corre por
completo el telón que ocultaba el misterio de Dios, misterio de amor y
salvación. Pero, al mismo tiempo, se descubre en toda su hondura el drama
del hombre y de la Iglesia: drama de vida y de muerte, de traición y de entrega.
El mismo pueblo que hoy lo recibe como rey es el que en días después pide a
gritos su muerte. Los mismos discípulos que hoy entonan salmos mesiánicos
son los que luego lo abandonan y niegan cobardemente. Dejémonos, pues,
iluminar por la palabra divina para que estas celebraciones pascuales
destruyan en nosotros todo resabio de mesianismo fácil y nos hagan caminar
hacia la Pascua del Señor con la cruz a cuestas. Quien no asume la cruz,
tampoco puede vivir la Pascua.
ORACIÓN COLECTA.
Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que has querido entregarnos como ejemplo
de humildad a Cristo, nuestro Salvador, hecho hombre y clavado en una cruz,
concédenos vivir según las enseñanzas de su pasión, para participar con él, un día,
de su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
Enseguida comienza la liturgia de la Palabra

LITURGIA DE LA PALABRA

MONITOR:
Nos sentamos para escuchar a Dios que nos hablará en su Palabra…
Las mismas personas que el domingo vitorearon a Jesús, el viernes pidieron su 29
muerte. Del mismo modo actuamos en muchas ocasiones nosotros: Un día nos
sentimos muy cristianos y al día siguiente lo olvidamos todo; nos arrepentimos y le
prometemos a Jesús una nueva vida, y al poco tiempo, volvemos al pecado de
siempre. Que la palabra de Dios que ahora escuchamos sea para todos y todas,
motivo de cambio en nuestras vidas. Perseverante y fiel.
La primera lectura bíblica nos habla del Siervo de Dios, cuyo destino anunciaba
misteriosamente la Pasión y la Resurrección de Cristo, el siervo fiel que sufrió para
salvarnos. En los momentos difíciles de nuestra vida, el recuerdo de sus
sufrimientos nos alentará. El Siervo de Dios, Sufriente, permanece fiel a su misión,
incluso cuando es perseguido, ya que confía plenamente en Dios. Escuchemos al
profeta Isaías.

LECTOR 1
Del Libro del Profeta Isaías 50 4-7

En aquel entonces, dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor
despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho
oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás. Ofrecí
la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No
aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no
quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré
avergonzado”. Palabra de Dios.

LECTOR 2.
SALMO RESPONSORIAL.
Del salmo 21.
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen
gestos y dicen: “Confiaba en el Señor, pues que
Él lo salve; si de veras lo ama, que lo
libre”. R.
Los malvados me cercan por doquiera como
rabiosos perros. Mis manos y mis pies han
taladrado y se pueden contar todos mis huesos.
R.
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi
30
túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y
ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R.
A mis hermanos contaré tu gloria, y en la
asamblea alabaré tu nombre. Que alaben al
Señor los que lo temen. Que el pueblo de Israel
siempre lo adore. R.
MONITOR:
La siguiente lectura, tomada de la Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses es
un himno grandioso a la humildad de Jesús. El siguió el camino de la humillación
que terminó en su muerte. Y por eso Dios lo levantó en su resurrección.
Escuchemos atentamente este himno que canta el misterio pascual de Cristo.
LECTOR 3
Cristo se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó.
De la Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2,6-11
“Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su
condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la
condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se
humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de
cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está
sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el
cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
Palabra de Dios.
Terminada la lectura se entona el “Honor y gloria a ti, Señor Jesús”.

HONOR Y GLORIA A TI, SEÑOR JESUS.


Cristo se humilló por nosotros, y por obediencia aceptó
incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo
exaltó sobre todas las cosas y lo otorgó el nombre que
está sobre todo nombre.
HONOR Y GLORIA A TI, SEÑOR JESUS.

MONITOR:
Escuchamos ahora la proclamación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. En
ella veremos la grandeza moral y humana de Jesús; el Salvador generoso de todos 31
los hombres para llevarlos al Padre. En su pasión y muerte Jesús es el Salvador
anunciado por las Escrituras. Su muerte vencerá a la muerte y traerá vida a todos.
(En seguida se invita a los lectores designados a que acompañen al presidente-
celebrante en la lectura de la pasión)
PRESIDENTE:
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 14, 1-15, 47.
C Faltaban dos días para la fiesta de Pascua y de los panes Ázimos. Los sumos
sacerdotes y los escribas andaban buscando una manera de apresar a Jesús a
traición y darle muerte, pero decían:
S “No durante las fiestas, porque el pueblo podría amotinarse”.
C Estando Jesús sentado a la mesa, en casa de Simón el leproso, en Betania, llego
una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y
derramó el perfume en la cabeza de Jesús. Algunos mentaron indignados:
S “¿A qué viene este derroche de perfume? Podría haberse vendido por más de
trescientos denarios para dárselos a los pobres”.
C Y criticaban a la mujer; pero Jesús replicó:
+ “Déjenla. ¿Por qué la molestan? Lo que ha hecho conmigo está bien, porque a
los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran;
pero a mi no me tendrán siempre. Ella ha hecho lo que podía. Se ha adelantado a
embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Yo les aseguro que en cualquier parte del
mundo donde se predique el Evangelio, se recordará también en su honor lo que
ella ha hecho conmigo”.
C Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes, para
entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero; y él andaba
buscando una buena ocasión para entregarlo. El primer día de la fiesta de los panes
Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le preguntaron a Jesús sus
discípulos:
S “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?”
C Él les dijo a dos de ellos:
+ “Vayan a la ciudad. Encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua;
síganlo y díganle al dueño de la casa en donde entre: ‘El Maestro manda preguntar:
¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?” Él les
enseñará una sala en el segundo piso, arreglada con divanes. Prepárennos allí la
cena”.
C Los discípulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jesús les había
dicho y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, llegó Jesús con los Doce.
32
Estando a la mesa, cenando, les dijo:
+ “Yo les aseguro que uno de ustedes, uno que está comiendo conmigo, me va a
entregar”.
C Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
S “¿Soy yo?”
C Él respondió:
+ “Uno de los Doce; alguien que moja su pan en el mismo plato que yo. El Hijo del
hombre va a morir, como está escrito; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del
hombre!¡Más le valiera no haber nacido!”
C Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo
dio a sus discípulos, diciendo:
+ “Tomen: esto es mi cuerpo”.
C Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias, se la
dio, todos bebieron y les dijo:
+ “Esta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. Yo les aseguro
que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo
en el Reino de Dios”.
C Después de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos y Jesús les dijo:
+ “Todos ustedes se van a escandalizar por mi causa, como está escrito: ‘Heriré al
pastor y se dispersarán las ovejas’; pero cuando resucite, iré por delante de ustedes
a Galilea”.
C Pedro replicó:
S “Aunque todos se escandalicen, yo no”.
C Jesús le contestó:
+ “Yo te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces,
tú me negarás tres”.
C Pero él insistía:
S “Aunque tenga que morir contigo, no te negaré”.
C Y los demás decían lo mismo. Fueron luego a un huerto, llamado Getsemaní, y
Jesús dijo a sus discípulos:
+ “Siéntense aquí mientras hago oración”.
33
C Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan; empezó a sentir terror y angustia, y les
dijo:
+ “Tengo el alma llena de tristeza mortal. Quédense aquí, velando”.
C Se adelantó un poco, se postró en tierra y pedía que, si era posible, se alejara de
él aquella hora. Decía:
+ “Padre, tú lo puedes todo: aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga lo que yo
quiero, sino lo que tú quieres”.
C Volvió a donde estaban los discípulos, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:
+ “Simón, ¿estás dormido? ¿No has podido velar ni una hora? Velen y oren, para
que no caigan en la tentación. El espíritu está pronto, pero la carne es débil.
C De nuevo se retiró y se puso a orar, repitiendo las mismas palabras. Volvió y otra
vez los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados de sueño; por eso no
sabía qué contestarle. Él les dijo:
+ “Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora. Miren que el Hijo del
hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya
está cerca el traidor”.
C Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce y con él,
gente con espadas y palos, enviada por los sacerdotes, escribas y los ancianos. El
traídos les había dado una contraseña, diciéndoles:
S “Al que yo bese, ése es. Deténganlo y llévenselo bien sujeto”.
C Llegó, se acercó y le dijo:
S “Maestro”.
C Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los presentes
desenvainó la espada y de un golpe le cortó la oreja a un criado del sumo
sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
+ “¿Salieron ustedes a apresarme con espadas y palos, como si se tratara de un
bandido? Todos los días he estado entre ustedes, enseñando en el templo y no me
han apresado. Pero así tenía que ser para que se cumplieran las Escrituras”.
C Todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto nada
más con una sábana y lo detuvieron; pero él soltó la sábana y se les escapó
desnudo.
Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote y se reunieron todos los pontífices,
los escribas y los ancianos. Pedro lo fue siguiendo de lejos hasta el interior del
patrio del sumo sacerdote y se sentó con los criados, cerca de la lumbre, para
calentarse.
34
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno, buscaban una acusación contra Jesús
para condenarlo a muerte y no la encontraban. Pues, aunque muchos presentaban
falsas acusaciones contra él, los testimonios no concordaban. Hubo unos que se
pusieron de pie y dijeron:
S “Nosotros lo hemos oído decir: ‘Yo destruiré este templo, edificado por hombres,
y en tres días construiré otro, no edificado por hombres’”.
C Pero ni aun en esto concordaba su testimonio. Entonces el sumo sacerdote se
puso de pie y le peguntó a Jesús:
S “¿No tienes nada que responder a todas esas acusaciones?”
C Pero él no le respondió nada. El sumo sacerdote le volvió a preguntar:
S “¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?”
C Jesús contestó:
+ “Si lo soy. Y un día verán cómo el Hijo del hombre está sentado a la derecha del
Todopoderoso y cómo viene entre las nubes del cielo”.
C El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras exclamando:
S “¿Qué falta hacen ya más testigos? Ustedes mismos han oído la blasfemia. ¿Qué
les parece?”
C Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, y
tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:
S “Adivina quién fue”,
C y los criados también le daban de bofetadas. Mientras tanto, Pedro estaba abajo,
en el patio. Llego una criada del sumo sacerdote, y al ver a Pedro calentándose, lo
miró fijamente y le dijo:
S “Tu también andabas con Jesús Nazareno”.
C Él lo negó, diciendo:
S “Ni sé ni entiendo lo que quieres decir”.
C Salió hacia el zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, se puso de nuevo a
decir a los presentes:
S “Ése es uno de ellos”.
C Pero él lo volvió a negar. Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:
S “Claro que eres uno de ellos, pues eres galileo”.
35
C Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
S “No conozco a ese hombre del que hablan”.
C Enseguida, cantó el gallo por segunda vez. Pedro se acordó entonces de las
palabras que le había dicho Jesús: ‘Antes de que el gallo cante dos veces, tú me
habrás negado tres’, y rompió a llorar.

COMIENZA LA LECTURA BREVE


Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos
C Luego que amaneció, se reunieron los sumos sacerdotes con los ancianos, los
escribas y el sanedrín en pleno, para deliberar. Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo
entregaron a Pilato. Éste le preguntó:
S “¿Eres tú el rey de los judíos?”
C Él respondió:
+ “Si lo soy”.
C Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
S “¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan”.
C Jesús ya no le contestó nada, de modo que Pilato estaba muy extrañado.
Durante la fiesta de Pascua, Pilato solía soltarles al preso que ellos pidieran. Estaba
entonces en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un
homicidio en un motín. Vino la gente y empezó a pedir el indulto de costumbre.
Pilato les dijo:
S “¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?”
C Porque sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero
los sumos sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.
Pilato les volvió a preguntar:
S “¿Y qué voy hacer con el que llaman rey de los judíos?”
C Ellos gritaron:
S “¡Crucifícalo!”
C Pilato les dijo:
S “Pues ¿qué mal ha hecho?”
C Ellos gritaron más fuerte:
S “¡Crucifícalo!”
C Pilato, queriendo dar gusto a la multitud, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después
36
de mandarlo azotar, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron
al interior del palacio, al pretorio, y reunieron a todo el batallón. Lo vistieron con
un manto de color púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado
y comenzaron a burlarse de él, dirigiéndole este saludo:
S “¡Viva el rey de los judíos!”
C Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se
postraban ante él. Terminadas las burlas, le quitaron aquel manto de color púrpura,
le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo.
Entonces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba por ahí de regreso
del campo, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a Jesús al
Gólgota 8que quiere decir “lugar de la Calavera”). Le ofrecieron vino con mirra,
pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echando suertes
para ver qué le tocaba a cada uno.
Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba
escrito: “El rey de los judíos”. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha
y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: ‘Fue contado entre los
malhechores’. Los que pasaban por ahí, lo injuriaban meneando la cabeza y
gritándole:
S “¡Anda! Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti
mismo y baja de la cruz”.
C Los sumos sacerdotes se burlaban también de él y le decían:
S “Ha salvado a otros, pero a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de
Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos”.
C Hasta los que estaban crucificados con él también lo insultaban. Al llegar el
mediodía, toda aquella tierra se quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde. Y a las
tres, Jesús gritó con voz potente:
+ “Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?”
C (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?). Algunos de
los presentes, al oírlo, decían:
S “Miren, está llamando a Elías”.
C Uno corrió a empapar una esponja en vinagre, la sujetó a un carrizo y se la acercó
para que bebiera, diciendo:
S “Vamos a ver si viene Elías a bajarlo”.
C Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
(Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes)
37
C Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El oficial romano
que estaba frente a Jesús, al ver cómo había expirado, dijo:
S “De veras este hombre era Hijo de Dios”.

Fin de la lectura breve

C Había también ahí unas mujeres que estaban mirando todo desde lejos; entre
ellas, María Magdalena, María (la madre de Santiago el menor y de José) y Salomé,
que cuando Jesús estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y además de ellas,
otras muchas que habían venido con él a Jerusalén. Al anochecer, como era el día
de la preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, mimbro distinguido
del sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios. Se presentó con valor ante
Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que ya hubiera muerto, y
llamando al oficial, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto.
Informado por el oficial, concedió el cadáver a José. Éste compró una sábana, bajó
el cadáver, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro excavado en una roca
y tapó con una piedra la entrada del sepulcro. María Magdalena y María, la madre
de José, se fijaron en dónde lo ponían.
+ Palabra del Señor.
A continuación; el ministro comparte una reflexión a la comunidad según el sentido
de las lecturas que se han proclamado, o bien, se lee lo siguiente:

REFLEXIÓN

Hermanos: con esta conmemoración del Domingo de Ramos, estamos iniciando la


celebración de la Semana Santa, así renovamos lo que sucedió hace ya más de dos
mil años en la ciudad de Jerusalén, donde nuestro Señor Jesucristo es recibido
entre aclamaciones y un gran ambiente de entusiasmo.

En este día que es conmemorado desde tiempos muy antiguos comprende el


triunfo real de Cristo y el anunció de su Pasión. Es el cumplimiento de su Misterio
Pascual.

Hoy, nosotros, para celebrar este acontecimiento de fe y devoción, hemos traído


ramos y palmas para imitar las aclamaciones y gestos de alegría que hicieron los
niños hebreos cuando salieron al encuentro del Señor y fervorosamente cantaban:
¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! 38
Por eso la bendición de los ramos de este domingo, es un signo de aclamación y
de reconocimiento a Cristo como Dios que salva al hombre con su triunfo desde la
cruz; aunque el verdadero triunfo del Señor se verá cuando resucite al tercer día
después de sus padecimientos.

Las maldades de nosotros lo han llevado a la muerte en la cruz pero Dios no


permitirá esto mucho tiempo. Nuestra participación en estos momentos nos debe
ayudar a reconocer que seguido pecamos y que continuamente nos alejamos del
buen camino; todo esto se ve con claridad cuando cometemos delitos, cuando
cornos injustos con los más pequeños, cuando nos calumniamos y nos levantamos
falsos, cuando damos malos ejemplos o nos dejamos llevar por los vicios, cuando
no trabajamos como es debido o bien cuando olvidamos nuestras
responsabilidades con la familia, los amigos, el trabajo, etc., entonces como
personas individuales o como pueblo estamos apartándonos del camino que lleva
a la victoria con Jesucristo.

Mejor caminemos con Jesús hacía la nueva Jerusalén, la ciudad de Dios, donde
reinaremos con El, allá donde ya no habrá más cruz ni sufrimiento.
MONITOR:
Permanecemos de pie para proclamar juntos nuestra FE
CREDO
Después continúa la oración de los fieles

ORACIÓN UNIVERSAL

Ministro:
Como Jesucristo oró al Padre en el momento de su máximo sufrimiento, oremos
también nosotros con toda confianza ante Dios, nuestro Padre, pidiendo
especialmente por los hombres que más comparten el sufrimiento de Jesús,
diciendo: Te rogamos Señor

Monitor:
También pueden ser dichas por varias personas de la comunidad

Dios se reveló sobre todo en el amor de Jesús, en su sufrimiento, en su humillación


hasta morir en la cruz. Pidamos que la Iglesia y los cristianos no busquemos la gloria
y el poder, sino el servicio humilde, atento, comprometidos con los más
necesitados, con los más pobres. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos Señor.
39
Jesús, en la cruz, clamó al Padre con el grito del hombre que se siente
abandonado. Pidamos por las mujeres y los hombres, los niños, jóvenes o
ancianos, que se sienten solos, perdidos, abandonados, para que sepamos
portarnos con ellos como hermanos. Roguemos al Señor. R.

Jesús fue juzgado y condenado por los poderosos. Pidamos por todos los que
tienen algún poder en la sociedad, para que luchen de verdad por la paz y la
justicia para todos los hombres, muy especialmente para los más
menospreciados y oprimidos. Roguemos al Señor. R.

En este Domingo de Ramos, en este día en que los niños aclaman con alegría
al Señor, oremos por ellos, para que Dios bendiga su inocencia. Roguemos al
Señor. R.

Y por todos nosotros, para que celebremos de tal modo estos días santos que
progresemos en nuestro camino de seguimiento de Jesucristo. Roguemos al
señor. R.

Se invita a la gente a realizar sus peticiones particulares.


Ministro:
Padre, tú nos has revelado la inmensidad de tu amor a través del camino que
siguió Jesús hasta la muerte. Haz que, contemplando su pasión y muerte,
compartamos más su vida nueva: aquella vida nueva que tú quieras para todos
los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor.

El pueblo responde:
Amén
RITO DE LA COMUNIÓN

Terminada la oración de los fieles (si hay reserva de la Eucaristía y si se va a


impartir la comunión), el ministro pone el corporal sobre el altar y va por el
Santísimo al sagrario, ya en el altar hace una genuflexión.

Acción de gracias antes de la Comunión

Ministro:

Proclamemos la bondad de Dios y exaltemos su misericordia, que se ha


manifestado, en las palabras de salvación que hemos escuchado.

A continuación, se hace la acción de gracias y adoración al santísimo con un 40


canto apropiado. No se debe cantar el Santo, ni un canto que hace referencia
a la ofrenda de pan y vino.

Después el celebrante, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro:

Ministro:
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos
atrevemos a decir:

O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que
Cristo nos enseñó:

O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y
vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Todos:
Padre nuestro……

Ministro:
Dense fraternalmente la paz.
A continuación, el celebrante hace genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola
un poco elevada sobre el copón, la muestra al pueblo diciendo:

Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los
invitados a la cena del Señor

El celebrante dice junto con el pueblo:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará
para sanarme

Si también el celebrante comulga, dice en secreto:

El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna

Se inicia el canto de comunión.

Después toma el copón, se acerca a los que quieren comulgar y elevando un


poco la hostia, la muestra a cada uno y dice:

El cuerpo de Cristo 41
La persona que recibe la comunión responde:

Amen.

Terminada la comunión el ministro va a guardar la reserva del Santísimo,


mientras tanto se hacen unos breves momentos de silencio. En seguida el
monitor invita a la gente a dar gracias a Dios con estas u otras palabras
parecidas:

Monitor:
Hemos recibido muchas bendiciones de parte de Dios, nos heme reunido a
escuchar su Palabra, hemos recordado y celebrado juntos el triunfo de
Jesucristo nuestro Rey. Profesamos nuestra fe, nos hemos alimentado creí pan
del Cielo. Por todo esto demos gracias al Padre por tantos beneficios.

El monitor invita a la gente a ponerse de pie para la oración final.

Ministro:
Oremos. Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía y por medio de la
muerte de tu hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete,
concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras
esperanzas. Por Jesucristo, Nuestro Señor.

Todos:
Amén.

En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos


anuncios o advertencias al pueblo.
- Sobre los horarios de las celebraciones de la Semana Santa
- Sobre el horario de las pláticas
- Otros avisos convenientes

Después el celebrante invoca la bendición de Dios y se santigua, diciendo:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

O bien:

El Señor omnipotente y misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos


bendiga y guarde.

Todos responden: 42
Amén.

Luego el celebrante despide al pueblo:


Glorifiquen al Señor con su vida. Pueden ir en paz.

O bien:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Pueden ir en paz

O bien:
En el nombre del Señor, pueden ir en paz.

Todos responden:
Demos gracias a Dios

Se entona el canto de salida. Después el celebrante, hecha la debida


reverencia, se retira.
JUEVES SANTO
DE LA CENA DEL SEÑOR

CONVOCACIÓN

A la hora más oportuna de la tarde se convoca previamente a la gente en la


capilla o templo del lugar.

Se avisará el horario de la celebración de este día.

MATERIALES NECESARIOS

• Misal con las lecturas propias del día


• Mantel blanco
• 2 Veladoras
• Hojas de cantos para este día
• 12 apóstoles
• Mesa y sillas para los apóstoles
• Pan y jugo de uva (u otra bebida que simule el vino)
• Agua, jabón, toalla, una jarra y una bandeja


Lectores para las lecturas
Materiales para la adoración (cantos, música grabada, reflexiones, etc.)
43
• Tela morada u oscura para cubrir las imágenes.
• El equipo de personas que cubrirá las imágenes.

PREPARACIÓN

•Se buscará, a las personas que van a ayudar en las lecturas y en los cantos.
El altar debe estar cubierto con un mantel blanco, dos ciriales o. veladoras.
Preparar un ambón para las lecturas de la Palabra de Dios.

•Se buscarán a doce personas (de preferencia adultos que quieran


comprometerse) que serán los apóstoles en la ceremonia del lavatorio de los
pies.

•Se tendrá un lugar especial y visible para los apóstoles desde el inicio de la
celebración.

•Tener listos: agua, jabón y toalla.

•Si se cuenta con reserva del Santísimo, deberá adornarse algún lugar dónde
exponer el Santísimo para adorar solemnemente hasta la media noche.
•Se sugiere una hora de acompañamiento a Jesús Eucaristía a: niños,
jóvenes, mujeres y hombres.

REALIZACIÓN

•El celebrante y los ayudantes entran en procesión, hacen reverencia al altar,


mientras se entona un canto apropiado: Juntos como hermanos, Hacia ti
morada santa, etc. (véase el cantoral incluido).

•El celebrante inicia con el saludo litúrgico y el monitor hace su motivación a


participar con gozo y alegría de la celebración.

RITOS INICIALES

Monitor:
Hermanos, en este día del Jueves Santo, los cristianos de todo el mundo nos
reunimos para celebrar y recibir tres enseñanzas de Jesucristo que son como
el testamento que dejará a su Iglesia antes de padecer y morir por nosotros.
En los lugares donde es posible la santa Misa, se podrán ver más de cerca
estos momentos: el lavatorio de los pies, la institución de la Eucaristía y del
Orden Sacerdotal. Nosotros sólo celebraremos el primero, pero sin dejar de
tener presente los otros dos.
44
Los invito a qué participemos con mucha alegría y disposición del corazón.

Ministro:
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

El pueblo responde:
Amén.

Después se realiza el acto penitencial

Ministro:
Hermanos: Para participar con fruto en esta celebración, reconozcamos
nuestros pecados.

Se hace una breve pausa en silencio. Después, hacen todos en común la


confesión de sus pecados:

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado


mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles,
a los santos, y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro
Señor.

El celebrante concluye con la siguiente plegaria:

Ministro:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna.

El pueblo responde:
Amén.

Terminado el acto penitencial se entona el canto de GLORIA. Mientras se canta


este himno, se tocan las campanas. Terminado el canto, las campanas no
vuelven a tocarse hasta la Vigilia Pascual, Esto se debe avisar a la gente.

Sin extender las manos el ministro dice la oración colecta:

Ministro:
Dios nuestro, danos fuerza para no cansarnos, gracia y paz para perdonarnos
nuestras ofensas, fe y caridad para creer y amar lo que Jesús nos ha dejado
como su testamento, para bien de toda la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo 45
tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:
Amen.

LITURGIA DE LA PALABRA

MONITOR:
Empezamos leyendo la historia de la cena de la pascua de los judíos, para
recordar la noche de su liberación, que el propio Jesús celebró antes de su
muerte, y en ella instituyó la Eucaristía, que es para nosotros, también, el
memorial de nuestra liberación.
PRIMERA LECTURA:
Prescripciones sobre la cena pascual.
Del libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14
“En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este
mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principio del año.
Díganle a toda la comunidad de Israel: ‘El día diez de este mes, tomará cada
uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña
para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un cordero adecuado al
número de personas y a la cantidad que cada cual pueda comer. Será un
animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardarán hasta
el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel lo
inmolará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel
de la puerta de la casa donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán
la carne, asada a fuego; comerán panes sin levadura y hierbas amargas.
Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la
mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor. Yo pasaré
esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de
Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de
Egipto, yo, el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan
ustedes. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes
plaga exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto. Ese día será para
ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta en honor del Señor. De
generación en generación celebrarán esta festividad, como institución
perpetua’”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL:
46
Del salmo 115
R. Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien
que me ha hecho? Levantaré el cáliz de
salvación e invocaré el nombre del Señor.
R.
A los ojos del Señor es muy penoso que
mueran sus amigos. De la muerte, Señor,
me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de
tu esclava. R.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e
invocaré tu nombre. Cumpliré mis
promesas al Señor ante todo su pueblo.
R.
MONITOR:
"En el relato más antiguo que ha llegado hasta nosotros sobre la institución
de la Eucaristía, san Pablo afirma que es el memorial de la última cena y, al
mismo tiempo, el anuncio de la venida escatológica de Cristo."
SEGUNDA LECTURA:
Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la
muerte del Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor
Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y
pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se
entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. Lo mismo hizo con el cáliz
después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi
sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él”. Por eso, cada
vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la
muerte del Señor, hasta que vuelva”.
Palabra de Dios.
MONITOR: 47
En el Evangelio, el propio Jesús nos enseña qué es lo que celebramos: que Él,
nuestro Maestro, se ha entregado hasta la muerte. Y esta entrega debe ser
también la nuestra.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Jn 13, 34
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los
otros, como yo los he amado.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

EVANGELIO:
Los amó hasta el extremo.
Del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de
pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en
el mundo, los amó hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón de
Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que
el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y sabiendo que había
salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y
tomando una toalla, se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a
lavarles los pies a los discípulos y a sacárselos con la toalla que se había
ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los
pies?” Jesús le replicó: “Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero
lo comprenderás más tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me lavaras los pies jamás”.
Jesús le contestó: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Entonces le dijo
Simón Pedro: “En este caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y
la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse más que los
pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos”.
Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo. ‘No todos están limpios’.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa
y les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me
llaman Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben
lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo
he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan”.
Palabra del Señor.
48
REFLEXIÓN:

El ejemplo que realizó Jesús de lavar los pies a sus discípulos, en realidad no
es nada fácil de comprender, ya escuchamos la reacción de san Pedro cuando
se acercó a él: "Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los pies?"

Jesús era reconocido como el Maestro, gozaba de una fama especial, eso lo
sabían los apóstoles. Lavar los pies era un oficio que desempeñaban los
criados de las casas de las grandes familias de "alta dignidad social". No era
propio de los señores un trabajo tan "insignificante".

¿Qué pensar de Jesús cuando lavó los pies a los apóstoles? El, siendo Rey, el
Hijo de Dios, el Maestro. Lo que hizo el Señor en realidad fue una gran
enseñanza, porque en seguida les preguntó a los discípulos: "¿Comprenden lo
que acabo de hacer con ustedes?
Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo
que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben
lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo
he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan" (Jn 13, 12-15).
Y para nosotros ¿qué significa lavar los pies a los hermanos? En nuestros días
significaría vivir en disposición de cultivar la paciencia, perdonar al enemigo,
corregir fraternalmente al que ha fallado, reconocer nuestras limitaciones,
abrirse a la fraternidad y a la comunión, ver al otro cómo es y no bajo nuestros
intereses. Significa también enriquecernos conociendo a los demás,
compartiendo logros, alegrías, la lucha por la vida, etc.

Todos los cristianos tenemos la vocación de servir en cualquier trabajo o


cargo que desempeñemos. Hemos de sentir que con ello en realidad servimos
a los demás. El verdadero servicio es desinteresado muchas veces conduce al
sacrificio, como donación a los demás.

La Eucaristía nos recuerda el servicio de la redención de Cristo a la humanidad


y nuestro compromiso por la vocación cristiana y nos prepara para una
entrega cada vez más generosa y más plena al mundo.

El evangelista san Juan no nos narra la institución de la Eucaristía, pero en su


lugar nos ha dejado el testimonio del lavatorio de los pies; esto quiere decir
que la celebración de la Eucaristía no se puede entender si no nos lleva al
servicio generoso y con amor.

La segunda lectura del apóstol San Pablo nos narra el testimonio de la Ultima 49
Cena, donde Jesús nos dejó su presencia permanente entre nosotros- por
medio del Pan y del Vino consagrados. También instituyó, el Orden
Sacerdotal, de modo que los presbíteros cuando absuelven, bendicen,
celebran la Eucaristía y predican la Palabra de Dios, lo hacen en nombre de
Cristo.

Terminada la reflexión el monitor invita a la gente a que con mucha devoción


participen en la ceremonia del lavatorio de los pies.

Monitor:
Repitiendo el gesto de Jesús en la última Cena, ahora, el celebrante lavará los
pies a algunos miembros de la comunidad. Así recordaremos el servicio y la
entrega de Jesús a los hombres; de esta manera comprenderemos el ejemplo
que los cristianos debemos seguir.

A continuación, se realiza el rito del lavatorio de los pies. Los varones


designados para el rito van, acompañados por el celebrante, a ocupar los
asientos preparados para ellos en un lugar visible. El celebrante se acerca a
cada uno de ellos y les lava los pies y se los seca. Para esto debe estar
preparado la toalla, agua, jabón, toalla y bandeja.

Se entona el canto “Un mandamiento Nuevo” u otro que hable del amor.
Se puede realizar en forma breve la representación de la última cena.

Terminado el lavatorio de los pies vuelven a su lugar y continúa la oración


universal. No se dice el Credo.

ORACIÓN UNIVERSAL

Ministro:
Oremos, amados hermanos, al Padre, por medio de Jesucristo, quien antes de
entregarse a la muerte, nos dejó en la Eucaristía el memorial de su Pasión
diciendo: Te rogamos Señor.

Monitor:
(También pueden ser dichas por varias personas de la comunidad)

-Por la Iglesia, para que no deje nunca de celebrar el memorial de la muerte y


resurrección del Señor, y haga presente en el mundo aquel amor y aquel
servicio por los cuales Jesús lo dio todo. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos Señor.

-Por todos los hombres y mujeres del mundo, para que vivan con aquel amor 50
con el cual Jesús los ama. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos Señor.

-Para que la semilla del amor que Dios ha sembrado en el corazón de los
hombres crezca y de fruto. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos Señor.

-Por los pobres, para que encuentren en nosotros una señal eficaz de la
entrega de Jesús. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos Señor.

-Por los sacerdotes, para que sean fieles ministros de la Eucaristía y vivan
intensamente aquello que celebran. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos Señor.

-Por todos nosotros, para que, del mismo modo que nos hemos reunido para
participar en la cena del Señor, vivamos unidos en la caridad fraterna.
Roguemos al Señor.
R. Te rogamos Señor.

Se invita a la gente a realizar sus peticiones particulares.


Ministro:
Dios nuestro, que has hecho del amor a ti y a los hombres la plenitud de tu
ley, escucha la oración que con amor te presentamos por los necesitados del
mundo entero. Por Jesucristo Nuestro Señor.

El pueblo responde:
Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN

Terminada la oración de los fieles (si hay reserva de la Eucaristía y si se va a


impartir la comunión), el ministro pone el corporal sobre el altar y va por el
Santísimo al sagrario, ya en el altar hace una genuflexión.

Acción de gracias antes de la Comunión

Ministro:
Proclamemos la bondad de Dios y exaltemos su misericordia, que se ha
manifestado, en las palabras de salvación que hemos escuchado.

A continuación, se hace la acción de gracias y adoración al santísimo con un 51


canto apropiado. No se debe cantar el Santo, ni un canto que hace referencia
a la ofrenda de pan y vino.

Después el celebrante, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro:

Ministro:
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos
atrevemos a decir:

O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que
Cristo nos enseñó:

O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y
vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Todos:
Padre nuestro……

Ministro:
Dense fraternalmente la paz.
A continuación, el celebrante hace genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola
un poco elevada sobre el copón, la muestra al pueblo diciendo:

Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los
invitados a la cena del Señor

El celebrante dice junto con el pueblo:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya
bastará para sanarme

Si también el celebrante comulga, dice en secreto:

El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna

Se inicia el canto de comunión y el monitor exhorta a los fieles a recibir el


cuerpo del Señor.

Monitor:
Ahora podemos acercarnos a recibir el Cuerpo de Cristo, pan para el camino,
alimento para nuestra debilidad, remedio para nuestros pecados y fuerza de 52
unidad.

Después toma el copón, se acerca a los que quieren comulgar y elevando un


poco la hostia, la muestra a cada uno y dice:

El cuerpo de Cristo

La persona que recibe la comunión responde:


Amen.

El monitor invita a la gente a ponerse de pie para la oración final.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Ministro:
Oremos… Señor, tú que nos permites disfrutar en esta vida de la Cena
instituida por tu Hijo, concédenos participar también del banquete celestial en
tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos


anuncios o advertencias al pueblo.
- Recordar el horario y el lugar del viacrucis y la celebración del Viernes Santo
y si se considera las del Sábado Santo

- Otros avisos convenientes

Después el celebrante invoca la bendición de Dios y se santigua, diciendo:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna

O bien:
El Señor omnipotente y misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos
bendiga y guarde.

Todos responden:
Amén.

Luego el celebrante despide al pueblo:


Glorifiquen al Señor con su vida. Pueden ir en paz.

O bien:
La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Pueden ir en paz
53
O bien:
En el nombre del Señor, pueden ir en paz.

Todos responden:
Demos gracias a Dios

Si va a llevarse a cabo el acompañamiento del Santísimo Sacramento:

 Se entona un canto o plegaria eucarística (Bendito sea Dios, etc.) y se


inicia la adoración como se haya organizado. Después de unos
momentos de adoración el ministro y sus ayudantes hacen genuflexión
y salen.

 El monitor invita a la comunidad a participar de la adoración, indicando


la manera en se realizará.

 En seguida se desnuda el altar y, si es posible, se quitan del templo las


cruces (prever quien lo hará).
 Si algunas no se pueden quitar, es conveniente que queden cubiertas
con un velo de color oscuro o morado. De igual forma las imágenes de
los santos.

 No se encenderán velas, veladoras o lámparas ante las imágenes de los


santos. Se quitan flores y arreglos.

 Exhórtese a los fieles, según las circunstancias y costumbres del lugar,


a dedicar alguna parte de su tiempo, en la noche, a la adoración del
Santísimo Sacramento.

 Esta adoración después de la media noche, hágase sin solemnidad, dado


que ha comenzado ya el día de la Pasión del Señor.

54
Acompañamiento solemne del Santísimo Sacramento
Historia del monumento
Desde que se comenzó a celebrar la Semana
Santa, el Viernes Santo no se celebra la Misa,
sino que se hacen las lecturas y oraciones y se
comulga con el Pan consagrado desde el
Jueves Santo. Por eso, al terminar la misa del
jueves, hay que llevarlo a guardar a un sagrario.
Con el tiempo fueron naciendo la costumbre de
que el jueves santo se depositara el Santísimo
Sacramento en otro lugar o sagrario distinto
del ordinario el cual era adornado de una
manera hasta demasiado suntuosa y llegó a
recibir el nombre de monumento.
El pueblo cristiano acostumbra adorar de
manera especial en este día al Santísimo
Sacramento. La Iglesia sostiene y anima esta
práctica, ordenando que se traslade
solemnemente el Santísimo cuando se lleva al
55
monumento y recordando que los fieles lo
visiten.
Adorar quiere decir, en este caso reconocer a
Jesús como Dios y Señor, invocándolo,
pidiéndole ayuda, dándole gracias y platicando
simplemente con El.
Este día la Iglesia quiere incluso aunque lo
hagamos solo dentro del mismo templo
traslademos solemnemente el Santísimo
Sacramento al lugar donde va a ser depositado
para la comunión del viernes santo.
Lo mejor sería organizar una procesión con
elementos eucarísticos: cantos, aclamaciones,
breves consideraciones.
Los cantos para esta procesión deben ser
cantos centrados en la idea de Jesús hecho Pan
y Vino y al mismo tiempo, en lo posible, cantos
de alabanza más que de intimidad.
Durante la procesión: Siete estaciones o altares procesionales
Se presenta a continuación un ejemplo de oración para las 7 estaciones o
altares para cuando se organiza una procesión con el Santísimo que, en este
sentido, es hacer evidente el signo, de que nos invita a ser misioneros, salir y
anunciarle como misioneros de la Esperanza.
A lo largo del camino se ponen 7 altares, bien adornados, se pueden utilizar
motivos misioneros, frases que nos hablen de la Riqueza de cada persona y
sobre todo de la Riqueza de Jesús en medio de nosotros, de esperanza y de
dignidad.
PRIMER ALTAR
JESUS EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS
En nuestra procesión con el Santísimo vamos a pensar en estos momentos en
Jesús cuando va del lugar de la Ultima Cena al Huerto de los Olivos donde
será entregado. Pidámosle a Jesús, por su tensión interna en este caminar
hacia el Huerto, que, hecho Pan, nos sostenga en todos los momentos en que
nos dirigimos a alguna parte sabiendo que vamos a encontrar sufrimientos y
problemas.
Señor Jesús, Tú que sufriste y que al mismo tiempo te quisiste hacer alimento
y fortaleza nuestra, ayúdanos a recobrar serenidad y la paz en medio de los 56
problemas en que nos encontremos.
Que tengamos lucidez en nuestra mente para poder buscar soluciones o tener
fuerza para cumplir la voluntad de Dios.
En este altar platiquemos unos momentos con Jesús en el silencio de nuestro
corazón; pongámosle en sus manos nuestra familia y su situación.

SEGUNDO ALTAR
JESUS LLEVADO ATADO A LA CASA DE ANÁS
Nos dice el apóstol san Juan que en el Huerto de los Olivos prendieron a Jesús
y le llevaron a la casa de Anás (Jn 18,13).
Pensemos cuántos sufren como Jesús ante tiranos y déspotas.
Pidámosle a Jesús, hecho Pan, que nos dé fuerza para no temer al orgulloso,
para saber defender nuestra dignidad ente los demás.
En este altar, platiquemos unos momentos con Jesús en el silencio de nuestro
corazón: pongámosle al Señor en sus manos nuestro trabajo en favor de los
que son maltratados, los que viven las consecuencias de la injusticia y del
orgullo de los poderosos, de los orgullosos.
TERCER ALTAR
JESUS LLEVADO ATADO A LA CASA DE CAIFAS
Anás, el jefe sin título, el político que sigue gobernando por debajo, mandó
atado a Jesús a casa del Sumo Sacerdote “oficial”, que era Caifás, su yerno (Jn
18,24). Jesús sabía que lo conducían al nido de las víboras; allí estaría en manos
de sus principales enemigos, los escribas y los sacerdotes judíos.
Pensemos en tantos que son perseguidos por la envidia o el orgullo lastimado
de alguien. Pidámosle a Jesús, hecho Pan, que nos sostengan en los momentos
en que alguien se burla de nosotros, ridiculiza nuestros éxitos, o hace menos
nuestros esfuerzos o simplemente malinterpreta lo que hacemos.
Jesús danos fuerza para que nosotros no nos dejemos también vencer por la
envidia o el orgullo.
En este altar platiquemos unos momentos con Jesús, en el interior de nuestro
corazón; presentémosle la situación de nuestra parroquia y de nuestra
diócesis.
CUARTO ALTAR
JESUS LLEVADO ANTE PONCIO PILATO
57
Los sacerdotes y demás jefes judíos no podían condenar a muerte a ninguno,
sino solo pedirle, a las autoridades romanas que los hicieran.
Pilato lo único que hizo, fue ponerle unas cuantas preguntas y terminó
diciendo “yo no encuentro ningún delito en este hombre” (Jn 18,31s)
Pero los judíos decían que ellos no tenían poder para condenarlo a muerte,
Pilato se quiso lavar las manos mandándolo con Herodes.
Pensemos en tantos que sufren como Jesús porque no se les hace justicia,
porque los que tienen la autoridad “se echan la bolita unos a otros”. Así Jesús,
termina yendo de Herodes a Pilato, porque nadie quiere tomar cartas en el
asunto. Pidámosle a Jesús, hecho Pan, que nos fortalezca para no
desanimarnos en la lucha por defender nuestros derechos, aunque tengamos
que ir de un lado a otro. Que no dejemos de buscar justicia nada más por la
dificultad que hay a causa de las trabas que se ponen o los miles de obstáculos
que se presentan.
En este altar platiquemos con Jesús en silencio, presentándole los problemas
que existen en nuestra patria.
QUINTO ALTAR
JESUS LLEVADO ANTE HERODES
El procurador romano, Poncio Pilato, para deshacerse de esa situación,
porque sabía que los sacerdotes habían entregado a Jesús por envidia (Mt
27,18).
Pidamos a Jesús, hecho Pan, que nos dé fuerza, para vencer las tentaciones,
para que ni siquiera responder a quien nos invita a hacer el mal, para ser
críticos ante los medios de comunicación social y redes sociales que no
siempre nos orientan hacia el bien y la justicia.
En este altar platiquemos con Jesús unos momentos en el silencio de nuestro
corazón: pongamos en sus manos la situación de todos nuestros amigos y
personas que se han encomendado a nosotros.

SEXTO ALTAR
JESUS ES REGRESADO CON PILATO
El rey Herodes, viéndose despreciado por el silencio de Jesús, no sin antes
haberse burlado de él, junto con sus soldados, lo regresó otra vez con Pilato
(Lc 23,12), seguramente que no quiso echarse a cuestas otra muerte como la
58
de Juan el Bautista.
Así Jesús es llevado a ser juzgado definitivamente por una autoridad
dispuesta a todo con tal de conservar el poder.
Pensemos en tantos que son condenados injustamente, cuya condenación fue
dictada por miedo o por interés personal del juez.
En este altar de nuestro camino platiquemos unos momentos con Jesús hecho
Pan y encomendémosle a nuestras autoridades.
Duramente por los demás, especialmente por aquellos que llevan una doble
vida, aparentando lo que no son.
En este altar, en donde se quedará un rato más, el Santísimo Sacramento para
nuestra adoración, pidámosle a Jesús, que nos libre de caer en manos de los
que nos odian, que nos sostenga en el sufrimiento, que fortalezca a los
perseguidos, a los caídos, a los endeudados y a todos aquellos de los cuales
la gente “hace leña”.
Tratemos de expresar a Jesús lo que llevamos dentro o solamente
quedémonos en un silencio en el cual, permitamos al Señor que nos hable, y
le podamos escuchar.
SÉPTIMO ALTAR
EN EL SANTO SEPULCRO
Jesús ha muerto en la cruz entre indecibles dolores, burlas, desprecios y
abandonado de Dios. La Madre y los amigos que lo han acompañado en estos
duros momentos, no han podido hacer nada. Unos amigos lo sepultan
piadosamente. Se han cumplido las escrituras. Ahora a esperar el tercer día.
Él, el poderoso en obras y palabras, ha dicho que resucitará.
Jesús, te acompañaremos en el silencio estos días, en la espera de que tu
palabra germine en nuestros corazones y contigo resucitemos hombres y
mujeres nuevos en tu Resurrección. Gracias, Padre Dios, tú siempre has
escuchado a tu Hijo y así, vencedor de su muerte y de la nuestra, lo has
resucitado.

59
VIERNES SANTO
DE LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR

CONVOCACIÓN
 Se avisa previamente a la gente que se reúnan en la capilla a la hora
acordada. Ha de ser después del mediodía.
 La celebración de la Pasión del Señor, que consta de tres partes. Liturgia
de la Palabra, Adoración de la Cruz y Sagrada Comunión
 Por razones pastorales puede elegirse una hora más conveniente para
que los fieles puedan reunirse fácilmente: por ejemplo, desde el
mediodía hasta el atardecer, pero nunca después de las nueve de la
noche y que no dé más importancia al Vía crucis que a esta celebración
litúrgica que debe ser lo principal.
 Los horarios de los ejercicios piadosos han de regularse con el horario
de la celebración de la adoración de la cruz, de tal modo que aparezca
claro que esta acción está sobre el viacrucis, las procesiones de la
pasión, la marcha del silencio y el recuerdo de los dolores de la Virgen,
que tampoco han de ser descuidados dada su importancia pastoral.

MATERIAL NECESARIO
 Crucifijo para la adoración
60
 Tela para cubrir la cruz
 2 Velas o veladoras
 Alcohol y algodón o paño
 Mantel y corporal
 Lectores para las lecturas (ensayar con anticipación)
 Copias de cantos para este día

PREPARACIÓN
• Fuera de la capilla se tendrá lista una cruz cubierta con un velo, dos
ciriales o veladoras.
• Tener alcohol y un pañuelo o algodón para purificar la cruz en el
momento de la adoración. Disponer quien lo va a realizar.
• Tener preparado un mantel y un corporal, si hay la Santa Comunión.
• Ensayarán las personas que van a ayudar con las lecturas y los cantos.
• Se ensayarán las lecturas de la Pasión del Señor de manera dialogada:
C (Cronista), + (Jesucristo) y S (la sinagoga, los discípulos y otros
personajes).
• El altar debe estar desnudo por completo sin cruz, sin candelabros y sin
manteles.
CELEBRACIÓN
VIERNES SANTO DE LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR
ROJO

REALIZACIÓN

El celebrante y sus ayudantes se dirigen en silencio al altar. No se canta ningún


canto de entrada.

El celebrante se dirige al altar, hecha debida reverencia, se arrodilla, y todos


oran en silencio durante algún espacio de tempo. En seguida el Monitor invita
a la gente a ponerse de rodillas con las siguientes u otras palabras parecidas:

Monitor:
Hermanos, de rodillas y en silencio, con sinceridad de corazón, expresemos
nuestra actitud de penitencia y de oración. Pidamos a Cristo nuestro Señor,
para que llegue a nosotros y a todos los hombres la vida nueva que Él nos ha
alcanzado con su muerte en la cruz.

Permanecen de rodillas unos momentos y después el ministro y sus ayudantes 61


se ponen de pie y van a ocupar un lugar conveniente dentro del presbiterio.

El monitor explica el sentido de la ceremonia que se va a celebrar.

Monitor:
Hermanos, en este día la Iglesia contempla el amor misterioso de Dios que se
nos revela en la cruz. La pasión según san Juan nos ayudará a comprender
que Jesús nos revela el rostro amoroso del Padre fiel y misericordioso,
bondadoso y tierno.

La liturgia que celebramos hoy tiene tres partes:

Primera: Liturgia de la Palabra. Las lecturas de la Pasión nos presentan a Jesús


que padece, pero que, en realidad, Él es el Hijo de Dios que triunfa sobre la
cruz. La oración universal de los fieles será nuestra respuesta a esta palabra.

Segunda: Adoración de la Cruz. Es el reconocimiento y nuestro compartir con


el Señor el camino de la cruz.

Tercera: La Sagrada Comunión. Es compartir la Cena Pascual que nos


fortalece en nuestro camino a la vida eterna.
Los cristianos hemos de comprender que para ser discípulos de Cristo es
necesario aceptar los dolores como Él lo hizo, dando sentido así a nuestros
sufrimientos. Jesús mismo nos dice: "el que quiera ser mi discípulo, tome su
cruz y sígame".

La cruz es el paso para el triunfo, adoremos y veneremos con alegría el


madero santo de la cruz, ya que en él está nuestra redención.

Después el celebrante dice la siguiente oración. No se dice “Oremos”

Ministro:
Padre misericordioso, santifica y protege siempre a esta familia tuya por cuya
salvación derramó su sangre Jesucristo, tu Hijo. El cual vive y reina contigo,
por los siglos de los siglos.

1ª PARTE:
LITURGIA DE LA PALABRA:
MONITOR.
La Palabra de Dios es una semilla que sólo produce fruto en un corazón
dispuesto a dejarse transformar por la fuerza del amor, que Dios nos comunica 62
a través de ella.

Abramos de par en par nuestra mente y nuestro corazón para que la Palabra
de Dios que nos dirige el Profeta Isaías y el autor de la Carta a los hebreos,
descienda como llovizna a nuestra vida y la transforme: Escuchemos con
atención.

PRIMERA LECTURA
Él fue traspasado por nuestros crímenes.
Del libro del profeta Isaías
52, 13-53, 12
“He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto
en alto. Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su
semblante, que no tenía ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se
llenaron de asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo que
nunca se les había contado y comprenderán lo que nunca se habían
imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se le revelará el
poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en
el desierto.
No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente;
despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al
sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado y
desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo
tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por nuestras
rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el castigo que nos trae
la paz. Por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el
Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Cuando lo maltrataban, se
humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a degollar; como oveja
ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su
suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los
pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora de su
muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como
63
expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él
prosperarán los designios del Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se
saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los
crímenes de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá
despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los
malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió por los
pecadores.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 30
R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca
defraudado. En tus manos encomiendo mi
espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. R.
Se burlan de mí mis enemigos, mis vecinos y
parientes de mí se espantan, los que me ven
pasar huyen de mí. Estoy en el olvido, como
un muerto, como un objeto tirado en la basura.
R.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios, y
en tus manos está mi destino. Líbrame de los
enemigos que me persiguen. R.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame,
por tu misericordia. Sean fuertes y valientes de
corazón, ustedes, los que esperan en el Señor.
R.

SEGUNDA LECTURA
Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para
todos los que lo obedecen. 64
De la carta a los hebreos
4,14-16; 5, 7.9
“Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado
en el cielo. Mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no
tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de compadecerse de nuestros
sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado por las mismas pruebas que
nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por tanto, con plena confianza
al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda
en el momento oportuno. Precisamente por eso, Cristo, durante su vida
mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que
podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era
el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se
convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen”.
Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO:


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una
muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el
nombre que está sobre todo nombre.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Finalmente se lee la Pasión del Señor según san Juan, del mismo modo que el
domingo precedente

EVANGELIO.
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan
18, 1-19, 42
C En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente
Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el
traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus
discípulos. Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los
sumos sacerdotes y de los fariseos y entró en el huerto con linternas,
antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que iba a suceder, se adelantó y
les dijo:
65
+ “A quién buscan?”
C Le contestaron:
S “A Jesús, el nazareno”.
C Les dijo Jesús:
+ “Yo soy”.
C Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles ‘Yo soy’, retrocedieron
y cayeron a tierra. Jesús les volvió a preguntar:
+ “¿A quién buscan?”
C Ellos dijeron:
S “A Jesús, el nazareno”.
C Jesús contestó:
+ “Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que éstos se vayan”.
C Así se cumplió lo que Jesús había dicho: ‘No he perdido a ninguno de los
que me diste’. Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió
a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Ese criado se
llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:
+ “Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber el cáliz que me ha dado mi
Padre?”
C El batallón, su comandante y los criados de los judíos apresaron a Jesús, lo
ataron y lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, sumo
sacerdote aquel año. Caifás era el que había dado a los judíos este consejo:
‘Conviene que muera un solo hombre por el pueblo’. Simón Pedro y otro
discípulo iban siguiendo a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo
sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Salió el otro
discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló con la portera e hizo entrar
a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro:
S “¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?”
C Él dijo:
S “No lo soy”.
C Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío,
y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo
sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús
le contestó: 66
+ “Yo he hablado abiertamente al mundo y he enseñado continuamente en la
sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada
a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído,
sobre lo que les he hablado. Ellos saben lo que he dicho”.
C Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada a Jesús, diciéndole:
S “¿Así contestas al sumo sacerdote?”
C Jesús le respondió:
+ “Si he faltado al hablar, demuestra en qué he faltado; pero si he hablado
como se debe, ¿por qué me pegas?”
C Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. Simón Pedro
estaba de pie, calentándose, y le dijeron:
S “¿No eres tú también uno de sus discípulos?”
C Él lo negó diciendo:
S “No lo soy”.
C Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le
había cortado la oreja le dijo:
S “¿Qué no te vi yo con él en el huerto?”
C Pedro volvió a negarlo y enseguida cantó un gallo. Llevaron a Jesús de casa
de Caifás al pretorio. Era muy de mañana y ellos no entraron en el palacio para
no incurrir en impureza y pode así comer la cena de Pascua. Salió entonces
Pilato a donde estaba ellos y les dijo:
S “¿De qué acusan a este hombre?”
C Le contestaron:
S “Si éste no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos traído”.
C Pilato les dijo:
S “Pues llévenselo y júzguenlo según su ley”.
C Los judíos le respondieron:
S “No estamos autorizados para dar muerte a nadie”.
C Así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a
morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S “¿Eres tú el rey de los judíos?”
C Jesús le contestó: 67
+ “¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?”
C Pilato le respondió:
S “¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado
a mí. ¿Qué es lo que has hecho?”
C Jesús le contestó:
+ “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis
servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos.
Pero mi Reino no es de aquí”.
C Pilato le dijo:
S “¿Conque tú eres rey?”
C Jesús le contestó:
+ “Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la
verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.
C Pilato le dijo:
S “¿Y qué es la verdad?”
C Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo:
S “No encuentro en él ninguna culpa. Entre ustedes es costumbre que por
Pascua ponga en libertad a un preso. ¿Quieren que les suelte al rey de los
judíos?”
C Pero todos ellos gritaron:
S “¡No, a ése no!¡A Barrabás!”
C (El tal Barrabás era un bandido). Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó
azotar. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la
cabeza, le echaron encima un manto color púrpura, y acercándose a él, le
decían:
S “¡Viva el rey de los judíos!”,
C y le daban de bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S “Aquí lo traigo para que sepan que no encuentro en él ninguna culpa”.
C Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura.
Pilato les dijo:
S “Aquí está el hombre”.
C Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y sus servidores, gritaron:
68
S “¡Crucifícalo, crucifícalo!”
C Pilato les dijo:
S “Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro culpa en él”.
C Los judíos le contestaron:
S “Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir, porque se ha
declarado Hijo de Dios”.
C Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez
en el pretorio, dijo a Jesús:
S “¿De dónde eres tú?”
C Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo entonces:
S “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y
autoridad para crucificarte?”
C Jesús le contestó:
+ “No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto.
Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor”.
C Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S “¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!”
C Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio
que llaman “el Enlosado” (en hebreo Gábbata). Era el día de la preparación de
la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S “Aquí tienen a su rey”.
C Ellos gritaron:
S “¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo!”
C Pilato les dijo:
S “¿A su rey voy a crucificar?”
C Contestaron los sumos sacerdotes:
S “No tenemos más rey que el César”
C Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y él,
cargando con la cruz, se dirigió hacia el sitio llamado “la Calavera” (que en
hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron, y con él a otros dos, uno de
cada lado, y en medio Jesús.
69
Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo encima de la cruz; en él estaba
escrito: ‘Jesús el nazareno, el rey de los judíos’. Leyeron el letrero muchos
judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús y estaba
escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos
le dijeron a Pilato:
S “No escribas: ‘El rey de los judíos”, sino ‘Éste ha dicho: Soy rey de los judíos’”.
C Pilato les contestó:
S “Lo escrito, escrito está”.

C Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron su ropa e hicieron cuatro


partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin
costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Por eso se dijeron:
S “No la rasguemos, sino echemos suertes para ver a quién le toca”.
C Así se cumplió lo que dice la Escritura: ‘Se repartieron mi ropa y echaron a
suerte mi túnica’. Y eso hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús estaban
su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al
ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su
madre:
+ “Mujer, ahí está tu hijo”.
C Luego dijo al discípulo:
+ “Ahí está tu madre”.
C Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él. Después de esto,
sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la
Escritura dijo:
+ “Tengo sed”.
C Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados sujetaron una esponja
empapada en vinagre a una caña de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús
probó el vinagre y dijo:
+ “Todo está cumplido”,
C e inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
(Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes)
C Entonces, los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua, para
que los cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado,
porque aquel sábado era un día muy solemne, pidieron a Pilato que les
quebraran las piernas y los quitaran de la cruz. 70
Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que
habían sido crucificados con él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había
muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó
el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua.
El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe que
dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se
cumpliera lo que dice la escritura: ‘No le quebrarán ningún hueso’; y en otro
lugar la Escritura dice: ‘Mirarán al que traspasaron’.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto
por miedo a los judíos, pidió a Pilato que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús.
Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo.
Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien
libras de una mezcla de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo
envolvieron en lienzos con esos aromas, según se acostumbra enterrar entre
los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un
sepulcro nuevo, donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los
judíos era el día de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba cerca, allí
pusieron a Jesús. Palabra del Señor.
Después el celebrante comparte una meditación según las lecturas que se han
proclamado o bien, lee la siguiente reflexión o la homilía escrita por el párroco.

REFLEXIÓN

¿Cómo entender el final de Jesucristo? ¿Cómo entender a un hombre que


había vivido pobre desde el nacimiento, que era amigo de todos y que estaba
junto a los enfermos y los débiles?

Entonces, ¿por qué el Señor murió crucificado? Una respuesta total nunca la
tendremos en realidad: pero pensemos que Jesús, como enviado del Padre,
vino al mundo a cumplir una misión y por la fidelidad al que lo envió le costó
la muerte en la cruz. El anuncio del reino de Dios y su opción
por los más pobres fue lo que determinó su muerte dolorosa.

El Señor fue acusado de expulsar a los demonios con el poder del mismo
demonio; se le acusó de blasfemo porque decía que tenía el poder de
perdonar los pecados; se le acusó de ser un falso profeta, porque denunciaba
las injusticias y defendía a los débiles. Se le acusó también de violar las
tradiciones judías, como el hacer milagros en sábado; vieron con malos ojos
su entrada a Jerusalén y al templo. 71
Lo que en realidad agradó al Padre fue la obediencia y él fue obediente porque
amaba al mundo y a los hombres con quienes se hizo solidario hasta dar la
vida. El profeta Isaías dice que el Siervo de Dios "soportó nuestros
sufrimientos y aguantó nuestros dolores" (Is 53, 4). Por eso nada escapa a
Jesucristo de lo que el hombre pueda sufrir como humano.

Por eso ahora pensemos y hagamos algo por los pobres, los maltratados
encarcelados, los abandonados, los enfermos, los calumniados, etc., ¿qué
sufrimiento no alcanzaría Jesús con lo que padeció? Ojalá que nos esforcemos
porque la muerte del Señor no quede infecunda en nuestras vidas. Ojalá que
el mérito de Jesucristo alcance nuestra debilidad.

No pensemos que ser cristiano es algo cómodo y sin problemas, no. Quien
piense así en realidad no es cristiano. Ser seguidor de Jesucristo es sufrir como
Él sufrió, ser de Cristo es cargar con su cruz. Ese es el único camino de la
gloria.

Habiendo terminado la reflexión se guardan unos momentos de silencio. Se


inicia la oración universal.
La oración Universal se hace de esta manera: un ayudante, junto al ambón,
dice el invitatorio, en el cual se expresa la intención. Enseguida oran todos en
silencio durante un breve espacio de tiempo y luego el celebrante, de pie en
su lugar o ante el altar, dice la oración. Los fieles pueden permanecer
arrodillados o de pie durante todo el tiempo de las oraciones. Solamente el
Obispo tiene derecho a añadir alguna intención especial a la Oración Universal
de este día: el celebrante no debe cambiar esta Oración Universal. Por tanto,
aquí no habrá lugar a peticiones particulares.

I. Por la Santa Iglesia

Lector Oremos, hermanos, por la Santa Iglesia de Dios, para que el señor
le conceda la paz y la unidad, la proteja en todo el mundo y nos
conceda una vida serena, para alabar a Dios Padre Todopoderoso.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.

Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a


todas las naciones, conserva la obra de tu amor, para que tu
Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe
inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo,
nuestro Señor. 72
R. Amén

II Por el Papa
Lector: Oremos también por nuestro santo padre el Papa Juan Pablo II,
para que Dios nuestro Señor, que lo eligió entre los obispos, lo
asista y proteja para el bien de su Iglesia, como guía y pastor del
pueblo santo de Dios.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.

Ministro: Dios todopoderoso y eterno, cuya providencia gobierna todas las


cosas, atiende a nuestras súplicas y protege con tu amor al Papa
que nos has elegido, para que el pueblo cristiano, confiado por ti
a su guía pastoral, progrese siempre en la fe. Por Jesucristo
nuestro señor.
R. Amén

III. Por el pueblo de Dios y sus Ministros

Lector: Oremos también por nuestros obispos, Felipe, Juan y Rafael y por
todos los obispos, presbíteros, diáconos, por todos los que ejercen
algún ministerio en la Iglesia y por todo el pueblo de Dios.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.

Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y


gobiernas a toda tu Iglesia, escucha nuestras súplicas y
concédenos tu gracia, para que todos, según nuestra vocación,
podamos servirte con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor

R. Amén

IV. Por los catecúmenos


Lector: Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para
que Dios nuestro Señor les conceda vivir sinceramente lo que
profesan y se digne a reunirlos para siempre en un solo rebaño,
bajo un solo pastor.
73
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.

Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos
a tu Iglesia, aumenta en los catecúmenos el conocimiento de su
fe, para que puedan renacer por el bautismo a la vida nueva de
tus hijos de adopción. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

V. Por la unidad de los cristianos

Lector: Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para
que Dios nuestro Señor les conceda vivir sinceramente lo que
profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo rebaño, bajo
un solo pastor.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.

Ministro: Dios todopoderoso y eterno, tú que reúnes a los que están


dispersos y los mantienes en la unidad, mira con amor a todos los
cristianos, a fin de que, cuantos están consagrados por un solo
bautismo, formen una sola familia, unida por el amor y la
integridad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

VI. Por los judíos

Lector: Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó hablar
por medio de los profetas, para que el Señor le conceda progresar
continuamente en el amor a su nombre y en la fidelidad a su
alianza.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.

Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que prometiste llenar de bendiciones


a Abraham y a su descendencia, escucha las súplicas de tu Iglesia,
y concede al pueblo de la primitiva alianza alcanzar la plenitud de
la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén
74
VII. Por los que no creen en Cristo

Lector: Oremos también por los que no creen en Cristo, para que,
iluminados por el Espíritu santo, puedan encontrar el camino de la
salvación.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.

Ministro: Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en


Cristo buscar sinceramente agradarte, para que encuentren la
verdad; y a nosotros tus fieles, concédenos progresar en el amor
fraterno y en el deseo de conocerte más, para dar al mundo un
testimonio creíble de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

VIII. Por los que no creen en Dios

Lector: Oremos también por los que no conocen a Dios, para que obren
siempre con bondad y rectitud y puedan llegar así a conocer a
Dios.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.


Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que has hecho a los hombres en tal
forma que, en todo, aun sin saberlo, te busquen y sólo al
encontrarte hallen descanso, concédenos que, en medio de las
adversidades de este mundo, todos reconozcan las señales de tu
amor y, estimulados por el testimonio de nuestra vida, tengan por
fin la alegría de creer en ti, único Dios verdadero y padre de todos
los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

IX. Por los Gobernantes

Lector: Oremos también por los jefes de Estados y todos los responsables
de los asuntos públicos, para que Dios nuestro Señor les inspire
decisiones que promuevan el bien común, en un ambiente de paz
y libertad.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.

Ministro: Dios todopoderoso y eterno, en cuya mano está mover el corazón


de los hombres y defender los derechos de los pueblos, mira con 75
bondad a nuestros gobernantes, para que, con tu ayuda,
promuevan una paz duradera, un auténtico progreso social y una
verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén

X. Por los que se encuentran en alguna tribulación

Lector: Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que se libre


al mundo de todas sus miserias, de salud a los enfermos y pan a
los que tienen hambre, libere a los encarcelados y haga justicia a
los oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un pronto
retorno a los que se encuentran lejos y la vida eterna a los
moribundos.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrante.

Ministro: Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza


de los que sufren, escucha a los que te invocan en su tribulación,
para que experimenten toda la alegría de tu misericordia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén
RITO DE LA ADORACIÓN DE LA CRUZ

PRIMERA FORMA:
QUITANDO EL VELO POCO A POCO ANTE EL ALTAR

Se lleva al altar la cruz, cubierta con un velo y acompañada por dos acólitos
con velas encendidas.

El celebrante, de pie ante el altar, recibe la cruz descubre un poco su extremo


superior, la eleva y comienza a cantar el Invitatorio

“Mirad el árbol de la cruz”, cuyo canto prosigue juntamente con el coro.

Todos responden: “venid y adoremos”

Terminado el canto, todos se arrodillan y adoran en silencio, durante algunos


instantes, la cruz que el celebrante, de pie, mantiene en alto.

En seguida el celebrante descubre el brazo derecho de la cruz, y elevándola


de nuevo, comienza a cantar (en el mismo tono que antes) el invitatorio “Mirad 76
el árbol de la Cruz”, y se prosigue como la primera vez.

Finalmente descubre por completo la cruz, y volviéndola a elevar, comienza


por tercera vez el invitatorio “Mirad el árbol de la Cruz”, como la primera vez.

Enseguida, acompañada por dos acólitos con velas encendidas, el celebrante


lleva la cruz a la entrada del presbiterio a otro sitio adecuado y la coloca ahí,
o la entrega a los acólitos para que la sostengan, y se colocan las dos velas
encendidas a los lados de la cruz.

Se hace luego la adoración de la Santa Cruz como se indica más abajo.

SEGUNDA FORMA:
PROCESIÓN CON LA CRUZ SIN VELO

El celebrante, el monitor y otra persona, van a la puerta de entrada del templo,


allí el Celebrante recibe la cruz entran en procesión con las dos velas
encendidas una a cada lado.

Cerca de la entrada el ministro levanta la Cruz y canta o recita:


Mirad el Árbol de la Cruz donde estuvo clavado Cristo, el Salvador del mundo.
El pueblo responde:
Venid y adoremos.

La gente se arrodilla después de la respuesta y adoran un momento en


silencio.

Se repite lo mismo a la mitad del templo y frente al altar.

Enseguida se coloca la cruz a la entrada del presbiterio o frente al altar y se


ponen a sus lados las velas encendidas. Para esto se debe tener previsto el
lugar.

Después el monitor invita a la gente a formar filas para pasar a adorar la cruz
de la siguiente manera: estando frente a la cruz se hace una genuflexión se
besa (según la costumbre del lugar).

Mientras es la adoración de la cruz se entonan cantos apropiados.

Terminada la adoración, la cruz se lleva a un lugar visible y se colocan


veladoras a los lados.

77
RITO DE LA COMUNIÓN

Terminada la oración de los fieles (si hay reserva de la Eucaristía y si se va a


impartir la comunión), el ministro pone el corporal sobre el altar y va por el
Santísimo al sagrario, ya en el altar hace una genuflexión.

Acción de gracias antes de la Comunión

Ministro:
Proclamemos la bondad de Dios y exaltemos su misericordia, que se ha
manifestado, en las palabras de salvación que hemos escuchado.

A continuación, se hace la acción de gracias y adoración al santísimo con un


canto apropiado. No se debe cantar el Santo, ni un canto que hace referencia
a la ofrenda de pan y vino.
Después el celebrante, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro:

Ministro:
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos
atrevemos a decir:

O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que
Cristo nos enseñó:

O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y
vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Todos: Padre nuestro……

Ministro:
Dense fraternalmente la paz.

A continuación, el celebrante hace genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola


un poco elevada sobre el copón, la muestra al pueblo diciendo:

Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los
invitados a la cena del Señor

El celebrante dice junto con el pueblo: 78


Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará
para sanarme

Si también el celebrante comulga, dice en secreto:


El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna

Se inicia el canto de comunión y el monitor exhorta a los fieles a recibir el


cuerpo del Señor.

Monitor:
Ahora podemos acercarnos a recibir el Cuerpo de Cristo, pan para el camino,
alimento para nuestra debilidad, remedio para nuestros pecados y fuerza de
unidad.

Después toma el copón, se acerca a los que quieren comulgar y elevando un


poco la hostia, la muestra a cada uno y dice:
El cuerpo de Cristo

La persona que recibe la comunión responde:


Amen.

El monitor invita a la gente a ponerse de pie para la oración final.


Oración después de la Comunión
Dios todopoderoso y eterno, que nos ha redimido con la gloriosa muerte y
resurrección de Jesucristo, por medio de nuestra participación en este
sacramento prosigue entre nosotros la obra de tu amor y ayúdanos a vivir
entregados siempre a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El pueblo responde:
Amén.

Al terminar se avisa a la gente el horario para la celebración de la Vigilia del


Sábado por la noche:

Se sugiere que todos traigan una vela

Ponerse de acuerdo para la convivencia Pascual

Para finalizar, el ministro y sus ayudantes hacen reverencia al altar.


Todos se retiran en silencio (No hay canto de salida). A su debido tiempo se
desnuda el altar.

79
80

INICIO DEL VIACRUCIS.

Mon: El Papa Francisco en su exhortación Christus vivit nos dice que hay tres grandes
verdades que nunca se deberían callar y que todos necesitamos escuchar siempre,
una y otra vez: Dios te ama, Cristo es tu salvador, Él vive

En este viacrucis, nos daremos la oportunidad de anunciar a todos, especialmente a


los adolescentes y jóvenes, esas tres verdades, que incluso brillaron en las últimas
horas de la vida terrena de nuestro redentor.
PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE.
Por tercera vez les dijo: «Pues ¿qué mal ha hecho este? No he encontrado en él
ninguna culpa que merezca la muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».
Pero ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo
su griterío. Pilato entonces sentenció que se realizara lo que pedían: soltó al que le
reclamaban (al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se
lo entregó a su voluntad. Palabra del Señor (Lc 23,22-25

Meditación.

Señor Jesús, en esa farsa que llamaron “juicio”, fuiste sometido a la subasta y perdiste
ante un delincuente. Los que manipulaban a la multitud les hicieron creer que no
valías la pena, que era mejor que murieras. Tú llevabas otro plan, querías donarte a
los demás y nadie lo iba a impedir. 5) El Papa Francisco advierte: En muchos países
pobres las ayudas económicas de algunos países más ricos o de algunos organismos
internacionales suelen estar vinculadas a la aceptación de propuestas occidentales
con respecto a la sexualidad, al matrimonio, a la vida o a la justicia social. Esta
colonización ideológica daña en especial a los jóvenes. Al mismo tiempo, vemos
cómo cierta publicidad enseña a las personas a estar siempre insatisfechas y
contribuye a la cultura del descarte, donde los mismos jóvenes terminan convertidos
en material descartable (CV 78).

Hoy tenemos que decir fuerte y sin cansarnos: Jóvenes amados por el Señor, ¡cuánto
valen ustedes si han sido redimidos por la sangre preciosa de Cristo! Jóvenes 81
queridos, ustedes «¡no tienen precio! ¡No son piezas de subasta! Por favor, no se dejen
comprar, no se dejen seducir, no se dejen esclavizar por las colonizaciones
ideológicas que nos meten ideas en la cabeza y al final nos volvemos esclavos,
dependientes, fracasados en la vida. Ustedes no tienen precio: deben repetirlo
siempre: no estoy en una subasta, no tengo precio. ¡Soy libre, soy libre! Enamórense
de esta libertad, que es la que ofrece Jesús» (CV 122)

Oración.

Señor, las colonizaciones ideológicas muchas veces pretenden implantar en nuestra


cultura principios ajenos a la verdad, al bien y a la justicia. Ayúdanos a formar nuestra
conciencia para que nos permita que el discernimiento crezca en hondura y en
fidelidad a Dios, Tal vez nos lleve toda la vida, pero asís aprenderemos a nutrir los
sentimientos propios de Jesucristo, asumiendo los criterios de sus decisiones y las
intenciones de su manera de obrar. Amén

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS

Y Jesús llamando a la gente y a sus discípulos les dijo: «Si alguno quiere venir en pos
de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar
su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará»
(Mc 8,34-35). Palabra del Señor.

Meditación

Señor Jesús, de verdad ¿la cruz era el único camino para salvarnos? Tal vez pudiste
haberlo hecho de otro modo, pero te impusieron una cruz y la cargaste. Aún así
lograste lo que en realidad querías: la redención del humano.

El Papa Francisco advierte: No siempre un joven tiene la posibilidad de decidir a qué


va a dedicar sus esfuerzos, en qué tareas va a desplegar sus energías y su capacidad
de innovar. Porque además de los propios deseos, y aún más allá de las propias
capacidades y del discernimiento que uno realice, están los duros límites de la
realidad. Es verdad que no puedes vivir sin trabajar y que a veces tienes que aceptar
lo que encuentres, pero nunca renuncies a tus sueños, nunca entierres
definitivamente una vocación, nunca te des por vencido. Siempre sigue buscando, al
menos, modos parciales o imperfectos de vivir lo que en tu discernimiento reconoces
como una verdadera vocación (CV 272).

Hoy queremos decirles a los adolescentes y jóvenes que viven en medio de 82


dificultades, a veces soñando situaciones más favorables a su desarrollo integral: Si
Él vive, entonces sí podrá estar presente en tu vida, en cada momento, para llenarlo
de luz. Así no habrá nunca más soledad ni abandono. Aunque todos se vayan Él
estará, tal como lo prometió: «Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del
mundo» ( Mt 28,20). Él lo llena todo con su presencia invisible, y donde vayas te
estará esperando. Porque Él no sólo vino, sino que viene y seguirá viniendo cada día
para invitarte a caminar hacia un horizonte siempre nuevo. (CV, 125).

Oración

Señor Jesús, tomar la cruz y seguirte es complicado, pero sólo obligándome a abrir
los brazos clavándolos en mi cruz podré abarcar al mundo, a mis amigos y a mis
enemigos, me guste o no. Sólo manteniendo abiertos mis brazos podré abrazarte a
ti, a tu proyecto de civilización del amor. Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos Mon: Padre nuestro...
TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos


leproso, herido de Dios y humillado (Is 53,4). Palabra de Dios.

Meditación
Señor Jesús, que difícil para ti caminar en medio de aquellos que te despreciaban
porque no veían nada positivo en ti. A ti no te caían bien que las personas adultas
miraran despectivamente a los más jóvenes o los tuvieran a su servicio de manera
despótica. Al contrario, pediste: «que el mayor entre ustedes sea como el más joven»
( Lc 22,26). Para Ti la edad no establecía privilegios, y que alguien tuviera menos años
no significaba que valiera menos o que tuviera menor dignidad (cf. CV 14) El Papa
Francisco advierte: Hoy los adultos corremos el riesgo de hacer un listado de
calamidades, de defectos de la juventud actual. Algunos podrán aplaudirnos porque
parecemos expertos en encontrar puntos negativos y peligros. ¿Pero cuál sería el
resultado de esa actitud? Más y más distancia, menos cercanía, menos ayuda mutua
(CV 66).

Hoy, casi dos mil años después de que Jesús fue despreciado, podemos decir a todos
los adolescentes y jóvenes: Contempla a Jesús feliz, desbordante de gozo. Alégrate
con tu Amigo que triunfó. Mataron al santo, al justo, al inocente, pero Él venció. El
mal no tiene la última palabra. En tu vida el mal tampoco tendrá la última palabra,
porque tu Amigo que te ama quiere triunfar en ti. Tu salvador vive (CV 126).
83
Oración

Señor Jesús, no sé qué pesaba más si la cruz que cargabas o el desprecio de quienes
te habían destinado a ella. Hoy los adolescentes y jóvenes también cargamos con el
desprecio de muchos en la sociedad y en la Iglesia. Nos consuela saber que tú eres
nuestro amigo, el fundador de la Iglesia, la cabeza de todo lo creado, y aunque los
demás no confíen en nosotros, tú sabes que tenemos los panes y los peces necesarios
para que tu poder pueda saciar a un mundo hambriento de mucho, pero incapaz de
compartir algo, aunque sea poco. Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos Mon: Padre nuestro...
CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos
en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma
una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los
pensamientos de muchos corazones». Palabra del Señor (Lc 2,34-35).

Meditación

Señor Jesús, en medio de aquellos que te miraban con desprecio, había una mirada
que te contemplaba con cariño y esperanza. Ella sabía que debías ocuparte de las
cosas de tu Padre, ella sabía que dolería verte asumir tus decisiones con valentía. Y
ella estaba allí, mirándote caer y levantar. Aquella muchacha que un día aceptó
recibirte en su seno hoy es la Madre que vela por los hijos, estos hijos que caminamos
por la vida muchas veces cansados, necesitados, pero queriendo que la luz de la
esperanza no se apague. Eso es lo que queremos: que la luz de la esperanza no se
apague. Nuestra Madre mira a este pueblo peregrino, pueblo de jóvenes querido por
ella, que la busca haciendo silencio en el corazón aunque en el camino haya mucho
ruido, conversaciones y distracciones. Pero ante los ojos de la Madre sólo cabe el
silencio esperanzado. Y así María ilumina de nuevo nuestra juventud (CV 48).

María vivía la esperanza en medio del dolor que provoca el sufrimiento del Hijo. Hoy
decimos a todos los adolescentes y jóvenes Si Él vive eso es una garantía de que el
bien puede hacerse camino en nuestra vida, y de que nuestros cansancios servirán 84
para algo. Entonces podemos abandonar los lamentos y mirar para adelante, porque
con Él siempre se puede (CV 127).

Oración

Señora María, Virgen tierna y valiente, mira a todos los adolescentes y jóvenes que
cargan con el peso de la pobreza, de la falta de oportunidades de estudio de calidad
y de empleo digno, de la violencia, del individualismo y de la indiferencia. Levanta su
rostro y dirige su mirada hacia tu Hijo, toma sus manos y colócalas en el hombro
lacerado de aquel Divino Joven llevado hacia el Calvario, para que aferrados a él y
atraviesen todas las formas de muerte y de violencia que acechan en su camino. .
Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
QUINTA ESTACIÓN: EL CIRENEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del
campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús. Palabra del Señor
(Lc 23,26).

Meditación
Señor Jesús, ¿en qué estado te vieron aquellos soldados que tuvieron que llamar a
alguien que te ayudara? La flagelación, el desvelo, el hambre, la sed, habían minado
tus fuerzas.
Hoy también tu Iglesia, tu Cuerpo, tiene que soportar el desprecio, la oposición, la
burla… y necesita ayuda.
El Papa Francisco advierte La Iglesia de Cristo siempre puede caer en la tentación de
perder el entusiasmo porque ya no escucha la llamada del Señor al riesgo de la fe, a
darlo todo sin medir los peligros, y vuelve a buscar falsas seguridades mundanas. Son
precisamente los jóvenes quienes pueden ayudarla a mantenerse joven, a no caer en
la corrupción, a no quedarse, a no enorgullecerse, a no convertirse en secta, a ser
más pobre y testimonial, a estar cerca de los últimos y descartados, a luchar por la
justicia, a dejarse interpelar con humildad. Ellos pueden aportarle a la Iglesia la belleza
de la juventud cuando estimulan la capacidad «de alegrarse con lo que comienza, de
darse sin recompensa, de renovarse y de partir de nuevo para nuevas conquistas»
(CV 37).
Y tal vez los adolescentes y los jóvenes digan: “De acuerdo nos necesitan en la Iglesia
y en la sociedad. A Jesús le ayudó el Cireneo, a la Iglesia le ayudamos nosotros ¿y a
nosotros quién nos ayuda?”. El Papa Francisco te dice: Quizás la experiencia de 85
paternidad que has tenido no sea la mejor, tu padre de la tierra quizás fue lejano y
ausente o, por el contrario, dominante y absorbente. O sencillamente no fue el padre
que necesitabas. No lo sé. Pero lo que puedo decirte con seguridad es que puedes
arrojarte seguro en los brazos de tu Padre divino, de ese Dios que te dio la vida y que
te la da a cada momento. Él te sostendrá con firmeza, y al mismo tiempo sentirás que
Él respeta hasta el fondo tu libertad (CV 113).

Oración

Señor Jesús, queremos acercarnos a la sociedad y a la Iglesia para ayudarlas a hacer


realidad el sueño que tenías sobre cada uno de nosotros, de tus discípulos y
misioneros. Ayuda a nuestra sociedad y a la Iglesia a no perecer pensando que ellas
solas deben hacer todo y solucionar todo. La historia de ambas es larga, pero
nosotros tenemos ganas de caminar más allá; hemos alcanzado muchas cosas, pero
aún faltan muchas más por conquistar; les debemos mucho, nosotros queremos
darnos sin recompensa. Señor, queremos revitalizar al mundo y a tu Cuerpo, la Iglesia.
Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los
hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se
ocultaban los rostros, despreciado y desestimado. Palabra de Dios (Is 53, 2-3).

Meditación

Señor Jesús, cuenta una tradición que una mujer, la Verónica, hizo a un lado las
etiquetas de “sucio”, “escoria”, “maldito”, “condenado”, y te vio a ti, fue más allá de
la apariencia, y eso que ella vio, eso que tú en realidad eras, quedó plasmado en su
lienzo.
El Papa Francisco dice: Queridos jóvenes, no acepten que usen su juventud para
fomentar una vida superficial, que confunde la belleza con la apariencia. Mejor sepan
descubrir que hay hermosura en el trabajador que vuelve a su casa sucio y
desarreglado, pero con la alegría de haber ganado el pan de sus hijos. Hay una belleza
extraordinaria en la comunión de la familia junto a la mesa y en el pan compartido
con generosidad, aunque la mesa sea muy pobre. Hay hermosura en la esposa
despeinada y casi anciana, que permanece cuidando a su esposo enfermo más allá
de sus fuerzas y de su propia salud. Aunque haya pasado la primavera del noviazgo,
hay hermosura en la fidelidad de las parejas que se aman en el otoño de la vida, en
esos viejitos que caminan de la mano. Hay hermosura, más allá de la apariencia o de
la estética de moda, en cada hombre y en cada mujer que viven con amor su vocación
personal, en el servicio desinteresado por la comunidad, por la patria, en el trabajo 86
generoso por la felicidad de la familia, comprometidos en el arduo trabajo anónimo
y gratuito de restaurar la amistad social. Descubrir, mostrar y resaltar esta belleza,
que se parece a la de Cristo en la cruz, es poner los cimientos de la verdadera
solidaridad social y de la cultura del encuentro. (CV 183)
Dios nos ve como lo que en realidad somos: su creación y sus hijos. Para Él realmente
eres valioso, no eres insignificante, le importas, porque eres obra de sus manos. Por
eso te presta atención y te recuerda con cariño. (CV 115).

Oración
Señor, líbranos de la tendencia de que la imagen se sobreponga al contenido, de que
lo inmediato pase por alto los procesos, y de que dejemos que reine lo superficial, lo
rápido y provisorio en nuestras decisiones (PGP 29). Enséñanos a valorar lo profundo
y trascendente de la vida ordinaria, de la nuestra y la de los demás, porque tú miras
en nosotros más allá de lo que pretendemos

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién se preocupará de su estirpe? Lo
arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron [...] El
Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Palabra de Dios (Is 53, 8.10).

Meditación
Señor ¿por qué no fuiste un reo “normal”? ¿por qué te aferrabas a la vida? ¿por qué
no fuiste como muchos que se dejaban caer y arrastrarse hacia la muerte para ya no
sufrir? ¿Qué pretendías con tanto aguante? ¿Por quién luchabas? ¿Qué viste en esas
piedras polvorientas del camino al Calvario? ¿Acaso ese polvo y tu aliento cansado
te recordaron tu creación: polvo y soplo divino habían dado origen al humano, a ese
ser que querías redimir?
Un puñado de humanos te llevaban a la muerte, pero tú viste más allá de ellos, a los
millones de humanos que aceptarían tu propuesta, tu amor y tu entrega.
El Papa Francisco dice: Es cierto que los miembros de la Iglesia no tenemos que ser
“bichos raros”. Todos tienen que sentirnos hermanos y cercanos, como los Apóstoles,
que «gozaban de la simpatía de todo el pueblo» ( Hch 2,47; cf. 4,21.33; 5,13). Pero al
mismo tiempo tenemos que atrevernos a ser distintos, a mostrar otros sueños que
este mundo no ofrece, a testimoniar la belleza de la generosidad, del servicio, de la
pureza, de la fortaleza, del perdón, de la fidelidad a la propia vocación, de la oración,
de la lucha por la justicia y el bien común, del amor a los pobres, de la amistad social
(CV 36).
En este día y siempre, repetiremos sin cansarnos a cada adolescente y joven: Tienes
que confiar en el «recuerdo de Dios: su memoria no es un “disco duro” que registra y 87
almacena todos nuestros datos, su memoria es un corazón tierno de compasión, que
se regocija eliminando definitivamente cualquier vestigio del mal».[63] No quiere
llevar la cuenta de tus errores y, en todo caso, te ayudará a aprender algo también
de tus caídas. Porque te ama. Intenta quedarte un momento en silencio dejándote
amar por Él. Intenta acallar todas las voces y gritos interiores y quédate un instante
en sus brazos de amor (CV 115)

Oración
Señor, hoy también nosotros queremos ser “contraculturales”, ser distintos porque
amamos el bien y buscamos la justicia, porque perdonamos para conservar la paz,
porque nos sentimos amados por Dios y por ello somos capaces de amar a los más
pobres; porque como tú, vemos el futuro que puede llegar, el fruto de la semilla que
hoy plantamos, el sol refulgente, aunque la mañana apenas despunte; la eternidad en
los días que transcurren sin detenerse; la perfección de tus hijos a pesar de las
decisiones apresuradas que tomamos; la posibilidad de nuestros sueños aunque no
tengamos la experiencia que da la vida, pues tenemos mucha vida para hacerlos
realidad. Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y
lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no
lloren por mí, lloren por ustedes y por sus hijos, porque miren que vienen días en los
que dirán: “Bienaventuradas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los
pechos que no han criado”. Entonces empezarán a decirles a los montes: “Caigan
sobre nosotros”, y a las colinas: “Cúbrannos”; porque, si esto hacen con el leño verde,
¿qué harán con el seco?» Palabra del Señor (Lc 23,27-31).

Meditación

Señor, aquellas mujeres lloraban por el daño que te habían hecho, pero tú las hiciste
conscientes de que la injusticia y el sufrimiento que permitimos les suceda a los
demás, nos puede un día alcanzar a nosotros también.
El Papa Francisco nos advierte: No seamos una Iglesia que no llora frente a estos
dramas de sus hijos jóvenes. Nunca nos acostumbremos, porque quien no sabe llorar
no es madre. Nosotros queremos llorar para que la sociedad también sea más madre,
para que en vez de matar aprenda a parir, para que sea promesa de vida. Lloramos
cuando recordamos a los jóvenes que ya han muerto por la miseria y la violencia, y
le pedimos a la sociedad que aprenda a ser madre solidaria. Ese dolor no se va,
camina con nosotros, porque la realidad no se puede esconder. Lo peor que podemos
hacer es aplicar la receta del espíritu mundano que consiste en anestesiar a los
jóvenes con otras noticias, con otras distracciones, con banalidades (CV 75). 88
A la sociedad entera le gritamos hoy: Nosotros «somos salvados por Jesús, porque
nos ama y no puede con su genio. Podemos hacerle las mil y una, pero nos ama, y
nos salva. Porque sólo lo que se ama puede ser salvado. Solamente lo que se abraza
puede ser transformado (CV 120).
Nuestra sociedad, nuestra Iglesia, debe amar de verdad a las futuras generaciones,
sólo así podrán ellos ser riqueza que se convierta en esperanza.

Oración

Señor, muchas veces estamos acostumbrados al “show”, a la sonrisa que esconde la


tristeza, al maquillaje mediático que esconde las manchas de la sociedad. Como
adolescentes y jóvenes queremos abrir nuestros ojos al dolor de nuestros semejantes
y prevenir desde hoy lo que puede ser una desgracia en el futuro. Ya no queremos
llorar a los adolescentes y jóvenes que no estarán con nosotros porque los ha
consumido la violencia, la depresión o las adicciones; queremos llegar viejos con ellos,
sonriendo, cargados de experiencia y de esperanza, satisfechos de haber enfrentado
la vida con lucidez y valor, como lo hiciste tú, Señor Jesucristo. Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos
como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros
crímenes. Palabra de Dios (Is 53,5-6).

Meditación

Señor, cada vez estabas más cerca del cumplimiento de aquello que habías dicho:
«es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que
creen en él tengan Vida eterna» (Jn 3,14-15). Te había ido muy mal, pero siempre
fuiste fiel a tu sueño: que los humanos tuvieran vida eterna.
El Papa Francisco dice: Hay que perseverar en el camino de los sueños. Para ello hay
que estar atentos a una tentación que suele jugarnos una mala pasada: la ansiedad.
Puede ser una gran enemiga cuando nos lleva a bajar los brazos porque descubrimos
que los resultados no son instantáneos. Los sueños más bellos se conquistan con
esperanza, paciencia y empeño, renunciando a las prisas. (CV 142).

Adolescentes y jóvenes es necesario seguir soñando, muchas veces la desesperanza


se asoma en los rostros de los adultos que se han cansado de intentar, de buscar, de
permanecer para sostener. También ustedes, a veces, tendrán ganas de dejar sus
sueños: Pero es precisamente a través de nuestras contradicciones, fragilidades y 89
pequeñeces como Él quiere escribir esta historia de amor. Abrazó al hijo pródigo,
abrazó a Pedro después de las negaciones y nos abraza siempre, siempre, siempre
después de nuestras caídas ayudándonos a levantarnos y ponernos de pie. Porque la
verdadera caída – atención a esto– la verdadera caída, la que es capaz de arruinarnos
la vida es la de permanecer en el piso y no dejarse ayudar (CV 120).

Oración

Conserva, Señor, en cada uno, la inquietud insatisfecha y el asombro por lo nuevo


que se presenta en el horizonte, para que se abra paso la osadía que nos mueva a
asumirnos a nosotros mismos y volvernos responsables de una misión. Mantén en
nosotros un corazón joven, disponible, abierto, que logre acoger al mismo tiempo la
paz interior y la insatisfacción profunda. Como San Agustín decimos: «Señor, nos
creaste para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti». Amén. (cf.
CV 138)

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
DÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE LAS VESTIDURAS
Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes,
una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda
de una pieza de arriba abajo. Palabra del Señor (Jn 19,23).

Meditación
Señor, María, tu madre, te había recibido desnudo cuando viniste al mundo y te cubrió
con pobres lienzos. Ahora, desnudo irías al encuentro de tu Padre quien te revestiría
de gloria y dignidad.

También hoy tenemos que abandonar la vestidura del hombre viejo, desnudarnos,
para que se manifieste el hombre nuevo. La Palabra de Dios nos pide: «Eliminen la
levadura vieja para ser masa joven» ( 1 Co 5,7). Al mismo tiempo nos invita a
despojarnos del «hombre viejo» para revestirnos del hombre «joven» (cf. Col
3,9.10).[1] Y cuando explica lo que es revestirse de esa juventud «que se va
renovando» (v. 10) dice que es tener «entrañas de misericordia, de bondad, humildad,
mansedumbre, paciencia, soportándose unos a otros y perdonándose mutuamente
si alguno tiene queja contra otro» ( Col 3,12-13). Esto significa que la verdadera
juventud es tener un corazón capaz de amar. En cambio, lo que avejenta el alma es
todo lo que nos separa de los demás. Por eso concluye: «Por encima de todo esto,
revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección» ( Col 3,14) (CV 13).
Adolescentes y jóvenes, tal vez el mundo lo quiera egoístas, malvados o indiferentes,
pero no es este su verdadero ser. Cristo te seguirá invitando una y otra vez a
renovarse, a dejar sus viejas vestiduras: Ese Cristo que nos salvó en la Cruz de 90
nuestros pecados, con ese mismo poder de su entrega total sigue salvándonos y
rescatándonos hoy. Mira su Cruz, aférrate a Él, déjate salvar, porque «quienes se dejan
salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del
aislamiento».[65] Y si pecas y te alejas, Él vuelve a levantarte con el poder de su Cruz.
Nunca olvides que «Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus
hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor
infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con
una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría»
(CV 119)

Oración
Señor, abre nuestras manos para unirlas con las de los demás a favor de todos.
Ayúdanos a tener entrañas de misericordia, a ser los campeones de la bondad, los
héroes de la humildad, los “capos” de la mansedumbre, los “jefes” de la paciencia,
con deseos de soportarnos unos a otros y de perdonarnos mutuamente. No
queremos sólo ser buenos, queremos ser perfectos y misericordiosos, como tu Padre
es perfecto y misericordioso. Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
UNDÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Y cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los


malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen». Palabra del Señor (Lc 23,33-34).

Meditación

Señor, en la cruz seguiste siendo generoso como siempre: diste el perdón a tus
verdugos, al buen ladrón le diste un gran regalo, al discípulo amado lo hiciste hijo de
tu Madre María. Ninguno de ellos lo merecía, pero tu generosidad los benefició.

Señor, hoy hay personas que no saben reconocer el valor de muchas realidades y se
han creído el mito de que pueden disponer de ellas a su antojo Muchos jóvenes son
ideologizados, utilizados y aprovechados como carne de cañón o como fuerza de
choque para destruir, amedrentar o ridiculizar a otros. Y lo peor es que muchos son
convertidos en seres individualistas, enemigos y desconfiados de todos, que así se
vuelven presa fácil de ofertas deshumanizantes y de los planes destructivos que
elaboran grupos políticos o poderes económicos (CV 73).

Debemos aprender, que hay realidades que no podemos conseguir por nuestros
méritos o nuestras luchas, como tu perdón y tu salvación Su perdón y su salvación
no son algo que hemos comprado, o que tengamos que adquirir con nuestras obras
o con nuestros esfuerzos. Él nos perdona y nos libera gratis. Su entrega en la Cruz es 91
algo tan grande que nosotros no podemos ni debemos pagarlo, sólo tenemos que
recibirlo con inmensa gratitud y con la alegría de ser tan amados antes de que
pudiéramos imaginarlo: «Él nos amó primero» (1Jn 4,19) (CV 121).

Oración

Señor, gracias por todos los dones que pones a nuestro alcance. Queremos darte
gracias por tu perdón y tu salvación, no podemos merecerlos, alcanzarlos o
comprarlos. Queremos agradecerte también el don de la palabra divina, de la
Eucaristía, de la filiación adoptiva, de la fraternidad, de la familia, de la juventud, y
tantas otras cosas que son dones inmerecidos de tu soberana bondad. Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
DUODÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora
nona, porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús,
clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». Y,
dicho esto, expiró. El centurión, al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios, diciendo:
«Realmente, este hombre era justo». Palabra del Señor (Lc 23,44-47).

Meditación
El Papa Francisco nos dice: Cristo, por amor, se entregó hasta el final para salvarte.
Sus brazos abiertos en la Cruz son el signo más precioso de un amigo capaz de llegar
hasta el extremo: «Él, que amó a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta
el fin » ( Jn 13,1). San Pablo decía que él vivía confiado en ese amor que lo entregó
todo: « Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí »
( Ga 2,20). (CV 118)
Hace unos años un grupo musical gritaba: «No puedo prometer un "por siempre" /
Ni siquiera sé si puedo un "hoy"». Hoy ya no se canta. Se vive. Hoy reina una cultura
de lo provisorio que es una ilusión. Creer que nada puede ser definitivo es un engaño
y una mentira. Muchas veces «hay quien dice que hoy el matrimonio está “pasado de
moda” [...]. En la cultura de lo provisional, de lo relativo, muchos predican que lo
importante es “disfrutar” el momento, que no vale la pena comprometerse para toda
la vida, hacer opciones definitivas […]. Yo, en cambio, les pido que sean
revolucionarios, les pido que vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen
contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son
capaces de asumir responsabilidades, cree que ustedes no son capaces de amar 92
verdaderamente (CV 264).

Cristo nos ha dado la prueba de que el amor verdadero, es permanente: Mira los
brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te
acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera
de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por
ella. Así podrás renacer, una y otra vez (CV 123).

Oración
Ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es
el amor. Porque es paciente y servicial; no es envidioso, no hace alarde, no se
envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen
en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la
verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El
amor no pasará jamás (1Cor 13,4-8.13).
Señor, tú nos has dado prueba de que ese amor es posible. Ayúdanos a vivir fieles a
ese amor. Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
DECIMOTERCERA ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO A SU
MADRE
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque oculto por miedo
a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó.
Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de
noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús
y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los
judíos. Palabra del Señor (Jn 19,38-40).

Meditación
¿Sería este el signo de contradicción que Simeón había anunciado a María hace 33 años
(cf. Lc 2,35)? ¿la luz apagada, la fuente de agua, sellada; el pastor acribillado, la vid
segada, el pan de vida inutilizado, el camino truncado, la verdad silenciada, la vida
muerta? ¿el “Dios con nosotros”, el Emmanuel, abandonado por todos?
No. No era posible, pues si ella había sido la Virgen Madre, y su hijo también era Hijo del
Altísimo, algo grande tendría que suceder de nuevo, el salmista lo decía: Porque no me
entregarás a la Muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. Me harás conocer el
camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha.
(Sal 16,10-11)
El Papa Francisco afirma Sin ceder a evasiones ni espejismos, «ella supo acompañar el
dolor de su Hijo […] sostenerlo en la mirada, cobijarlo con el corazón. Dolor que sufrió,
pero no la resignó. Fue la mujer fuerte del “sí”, que sostiene y acompaña, cobija y abraza.
Ella es la gran custodia de la esperanza […]. De ella aprendemos a decir “sí” en la testaruda
paciencia y creatividad de aquellos que no se achican y vuelven a comenzar». (CV 45).
Y efectivamente, algo grande sucedería, porque Dios amaba a su Hijo. Este padre hoy 93
sigue amando a sus hijos y los quiere vivos, su amor: Es un amor «que no aplasta, es un
amor que no margina, que no se calla, un amor que no humilla ni avasalla. Es el amor del
Señor, un amor de todos los días, discreto y respetuoso, amor de libertad y para la
libertad, amor que cura y que levanta. Es el amor del Señor que sabe más de levantadas
que de caídas, de reconciliación que de prohibición, de dar nueva oportunidad que de
condenar, de futuro que de pasado» (CV 116)

Oración
120) L39: Señor, este mundo está herido y necesita ser bajado de la cruz en que lo puso
la crisis de esperanza. Despreció la esperanza ofrecida por Dios, se contentó con las
posibilidades que le dieron su ingenio y su desarrollo y acabó decepcionado de los
efectos desastrosos de sus propios logros. La ciencia y la tecnología nos dieron armas,
venenos y enfermedades para acabar con los otros; la medicina se convirtió en un
negocio y la muerte llega para quien no tiene con qué pagar; la economía en un
mecanismo generador de miseria y la política en un botín de un puñado de personas
ambiciosas y sin escrúpulos. Señor, queremos ser esperanza para este mundo. Mantén
nuestra mente firme en los valores de la bondad, la verdad, la belleza y la justicia. Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
DECIMOCUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO
Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo
donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la
Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. Palabra del Señor. (Jn
19,41-42).

Meditación
Señor, tú habías dicho que el grano de trigo tiene que ser sembrado para que surja,
que el denario tiene que ser invertido para que deje ganancia, que la red tiene que
ser lanzada para que haya pesca, que el pan tiene que compartirse para que todos
coman. Tú te lanzaste con todo y ahora caminabas por el túnel de la muerte en lo
oscuro de aquella tumba, confiado en la intervención poderosa de tu Padre.
Nos da miedo arriesgarnos, perder la vida para ganarla, dejar al padre y la madre para
ser una nueva carne, dejar las redes para ser pescadores de hombres. Algunos de
nosotros se han metido solos a la tumba y se hacen los muertos, para que nadie
espere nada de ellos.

Adolescentes y jóvenes de hoy, en vez de asegurar nuestra existencia ilusoriamente,


hay que asirse a Jesús: Esa es la seguridad que tenemos. Jesús es el eterno viviente.
Aferrados a Él viviremos y atravesaremos todas las formas de muerte y de violencia
que acechan en el camino. Cualquier otra solución será débil y pasajera. Quizás
servirá para algo durante un tiempo, y de nuevo nos encontraremos desprotegidos,
abandonados, a la intemperie. Con Él, en cambio, el corazón está arraigado en una
seguridad básica, que permanece más allá de todo. San Pablo dice que él quiere estar 94
unido a Cristo para «conocer el poder de su resurrección» ( Flp 3,10). Es el poder que
se manifestará una y otra vez también en tu existencia, porque Él vino para darte
vida, «y vida en abundancia» (Jn 10,10) (CV 127-128)

Oración
Señor, hazme valiente para construir tu Reino, para anhelar la vida eterna, para ser
un signo de vida en medio de la cultura de la muerte. Mano acogedora en la cultura
del descarte, mirada atenta y corazón sensible en la cultura de la indiferencia.
No permitas que vayamos por la vida como “zombis”, haciendo que la gente espere
de nosotros lo que no queremos dar, esperando de los demás lo que nosotros bien
podríamos lograr.
Tú eres nuestro pastor y sabeos que, aunque pasemos por cañadas tenebrosas, tu
brazo y tu callado, tu poder y tu sabiduría, nos ayudarán a llegar a una nueva sociedad
e Iglesia en donde los adolescentes y jóvenes tengamos vida buena y abundante.
Amén.

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...
DECIMOQUINTA ESTACIÓN: LA TUMBA VACÍA

El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los
perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y
entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban
desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras
deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista
del suelo, ellos les preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
No está aquí, ha resucitado. Palabra del Señor. (Lc 24,1-6).

Meditación

Aquellas mujeres se estaban comportando como buenas amigas de Cristo, lo querían


ungir, resignadas a su muerte, si no iban a tener vivo con ellas, al menos que estuviera
momificado.

Jesús no había venido al mundo para quedarse a esperar el fin del mundo en una
tumba, había venido a mostrarle al hombre que la muerte no es lo único, ni lo último,
ni lo definitivo. Que hay mucho, más allá de ese umbral y de esta realidad. Jesús ha
resucitado y nos quiere hacer partícipes de la novedad de su resurrección. Él es la
verdadera juventud de un mundo envejecido, y también es la juventud de un universo
que espera con «dolores de parto» ( Rm 8,22) ser revestido con su luz y con su vida.
Cerca de Él podemos beber del verdadero manantial, que mantiene vivos nuestros
sueños, nuestros proyectos, nuestros grandes ideales, y que nos lanza al anuncio de 95
la vida que vale la pena (CV 32).

El Papa Francisco nos dice: Jóvenes, no renuncien a lo mejor de su juventud, no


observen la vida desde un balcón. No confundan la felicidad con un diván ni vivan
toda su vida detrás de una pantalla. Tampoco se conviertan en el triste espectáculo
de un vehículo abandonado. No sean autos estacionados, mejor dejen brotar los
sueños y tomen decisiones. Arriesguen, aunque se equivoquen. No sobrevivan con el
alma anestesiada ni miren el mundo como si fueran turistas. ¡Hagan lío! Echen fuera
los miedos que los paralizan, para que no se conviertan en jóvenes momificados.
¡Vivan! ¡Entréguense a lo mejor de la vida! ¡Abran la puerta de la jaula y salgan a volar!
Por favor, no se jubilen antes de tiempo (CV 143).

Para poder lograrlo, pidamos que el Resucitado nos dé su Espíritu, porque Él es el


manantial de la mejor juventud. Porque el que confía en el Señor «es como un árbol
plantado al borde de las aguas, que echa sus raíces en la corriente. No temerá cuando
llegue el calor y su follaje estará frondoso» ( Jr 17,8). Mientras «los jóvenes se cansan
y se fatigan» ( Is 40,30), a los que esperan confiados en el Señor «Él les renovará las
fuerzas, subirán con alas de águila, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse» ( Is
40,31). (CV 133)
Conclusión

Mon: ¡Él vive! Hay que volver a recordarlo con frecuencia, porque corremos el riesgo
de tomar a Jesucristo sólo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo,
como alguien que nos salvó hace dos mil años. Eso no nos serviría de nada, nos
dejaría iguales, eso no nos liberaría. El que nos llena con su gracia, el que nos libera,
el que nos transforma, el que nos sana y nos consuela es alguien que vive. Es Cristo
resucitado, lleno de vitalidad sobrenatural, vestido de infinita luz. Por eso decía san
Pablo: «Si Cristo no resucitó vana es la fe de ustedes» ( 1 Co 15,17). (CV 124)

Mon: Vive Cristo,


T: esperanza nuestra.
Mon: Él vive
T: y nos quiere vivos
Mon: Padre nuestro...

96
OTRAS DEVOCIONES POPULARES

LAS SIETE PALABRAS


Las Sagradas Escrituras nos traen muy pocos datos sobre Jesús en la cruz,
pero los datos que tenemos son bastante claros y fuertes para nuestra vida
cristiana. Frente al Cristo crucificado no podemos quedarnos indiferentes...
desde la cruz, el Dios desnudo sigue llamándonos al encuentro con el Padre...
y este encuentro es en el amor.

Sin importar si nosotros también estamos crucificados, somos los soldados,


las mujeres o simples espectadores del drama de la cruz, él nos abre los brazos
para mostrarnos cuán grande es el amor de Dios y el odio de los hombres.

Jesús, cargando sobre si la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar


llamado "del Cráneo”, en hebreo, "Gólgota". Allí lo crucificaron; y con él a otros
dos, uno a cada lado y Jesús en el medio". (Jn. 19, 17-18)

La palabra era la luz verdadera... vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el
poder de llegar a ser Hijos de Dios. (Jn. 1, 9. 11-12)

En este marco de dolor y marginación, Jesús pronuncia desde la cruz sus siete
palabras, palabras que nacen del corazón mismo de Dios y del corazón mismo
del hombre, corazón que herido pero compasivo, no quiere irse sin 97
dejar su último testamento hasta que vuelva.

Dos de los evangelista, Marcos y Mateo, nos representan a Jesús recitando el


salmo 22 antes de su muerte.

Padre, perdónalos porque


no saben lo que hacen.
(Lc. 23, 34)
Sin pensarlo casi, solemos pronunciar esta "segunda palabra" de Jesús con un
tono soberbio, como quien nunca ha pecado ni necesita perdón, suele ser
nuestra excusa para decir: "que Dios te perdone... yo no"; sin saber
que por esta suplica de Dios a Dios, nuestros pecados fueron perdonados.

Nosotros somos los que crucificamos a Jesús y lo hacemos día a día, con
nuestras mentiras, hipocresías, faltas de amor, miradas altaneras y mil cosas
más. Esta oración al Padre, no es para mi vecino, o para aquel que no trago
en la comunidad, es para mí... porque no sé lo que hago.

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz, a fin de
pagar con vuestras penas la deuda de mis pecados, y abristeis vuestra divina
boca para obtenerme el perdón de la justicia eterna: tened piedad de todos
los fieles agonizantes y de mí en aquella hora postrera; y por los méritos de
vuestra preciosísima Sangre derramada por nuestra salvación, concedednos
un dolor tan vivo de nuestras culpas que nos haga morir en el seno de vuestra
infinita misericordia.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos


ofendido con mis pecados.

Te aseguro que hoy


estarás conmigo en el paraíso.
(Lc. 23, 43)
No es cualquiera quien pronuncia como "tercer palabra" esta promesa, es el
mismo Camino hacia el paraíso y la Puerta a la vida nueva, con autoridad
puede darnos este mensaje de esperanza. Hasta el último momento Jesús
se preocupa por aquellos excluidos y marginados de la sociedad. 98
A nosotros no nos es debido contradecir la Palabra de Dios, debemos velar
por darle cumplimiento, por allanarle el camino. Pero ¡NO! por lo general
hacemos lo contrario, en lugar de abrir las puertas del paraíso, se las cerramos
en la cara a aquellos a quienes Jesús mismo invitó y llamó.

Condenamos a las prostitutas, a los presos, a los enfermos, y mucho más si


son de SIDA, a los homosexuales, a los drogadictos; y más aún a los que no
tienen el mismo color que yo, la misma ideología política, la misma condición
social.

Nuestras comunidades no se salvan de esta acusación, porque muchas veces


le cerramos la puerta a los demás tan solo por ser diferentes, o tantas otras
veces que recibimos a alguien, pero no le damos su lugar.

Ojalá seamos nosotros y nuestras comunidades los destinatarios de este


mensaje esperanzador del Maestro, porque para la conversión, para volver la
vista hacia Dios... nunca es tarde.

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y que con
tanta prontitud y liberalidad correspondisteis a la fe del buen ladrón que os
reconoció por Hijo de Dios en medio de vuestras humillaciones, y le
asegurasteis el Paraíso: tened piedad de todos los fieles agonizantes y de mí
en aquella hora postrera; y por los méritos de vuestra preciosísima Sangre,
haced que revive en nuestro espíritu una fe tan firme y constante que no se
incline a sugestión alguna del demonio, para que también nosotros
alcancemos el premio del santo Paraíso.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos os amo y me arrepiento de haberos


ofendido con mis pecados.

Mujer, ahí tienes a tu hijo...


ahí tienes a tu Madre.
(Jn. 19, 26-27)
El discípulo amado ya soportó la cruz, vio a su maestro y amigo sufriendo y
muriendo, por eso Jesús lo recompensó tan pronto... le encomienda a María;
pero ¿qué significa esto? Jesús no quiere dentro de su familia ningún excluido,
y María, sin ningún varón cerca que daría fuera de la sociedad... ¿volvemos al
mismo tema que antes? ¿los excluidos? Y es que la misión de Jesús se dirigía
a ellos con especial predilección (Cf. Lc. 4, 16-19) El "hermano de todos" no
quiere que nadie quede fuera del Reino y de la liberación definitiva.

Hace ya 2000 años que Jesús entregó a su madre a todos los hombres en la 99
persona de Juan, y ella sigue acompañándonos, acompaña a los pueblos
haciéndose uno de nosotros y viniendo a nuestra casa, Guadalupe, Fátima,
Lourdes... solo algunos de los nombres que nuestro pueblo da a María cada
vez que Jesús nos dice: "Pueblo, aquí tienes a tu madre".

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y olvidando
vuestros sufrimientos nos dejasteis en prenda de vuestro amor vuestra misma
Madre Santísima para que por su medio podamos recurrir
confiadamente a Vos en nuestras mayores necesidades: tened piedad de
todos los fieles agonizantes y de mí en aquella hora postrera; y por el interior
martirio de una tan amada Madre, reavivad en nuestro corazón la firme
esperanza en los infinitos méritos de vuestra preciosísima Sangre, a fin de que
podamos evitar la eterna condenación que tenemos merecida por nuestros
pecados.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos


ofendido con mis pecados.
Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?
(Mt. 27, 46; Mc.15, 34)
Esta "primera palabra" pronunciada por el Dios crucificado es, más que un
reproche hacia Dios, la oración del justo que sufre y espera en Dios; Jesús, en
lugar de desesperar y olvidarse de Dios, clama al Padre pues confía en que él
lo escucha, pero Dios no responde, porque ha identificado a su hijo con el
pecado por amor a nosotros, y este debe morir, Jesús, colgado en la cruz, es
rechazado ahora por el cielo y por la tierra, porque el pecado no tiene lugar.

Cuantas veces en nuestras vidas hemos sentido el abandono de Dios. ¿Por qué
a mí? ¿Por qué ahora? ¿Qué hice Señor? Preguntas y preguntas como la de
Cristo que encuentran como respuesta el silencio de Dios.

Por lo general, es la mejor respuesta que nos puede dar, pero no lo


entenderemos hasta que sepamos que del silencio brota la resurrección.

Las tres palabras siguientes están narradas por el evangelista Lucas.

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y que,
añadiendo sufrimiento a sufrimiento, además de tantos dolores en el cuerpo, 10
sufristeis con infinita paciencia la más penosa aflicción de espíritu a causa del
abandono de vuestro eterno Padre: tened piedad de todos los fieles
agonizantes y de mí en aquella hora postrera; y por los méritos de vuestra
0
preciosísima Sangre, concedednos la gracia de sufrir con verdadera paciencia
todos los dolores y congojas de nuestra agonía, a fin de que, unidas a las
vuestras nuestras penas, podamos después participar de vuestra gloria en el
Paraíso.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos


ofendido con mis pecados.

Tengo sed.
(Jn. 19, 28)
Esta "sexta palabra" es lo más pequeño que Jesús gritó desde la cruz, pero
una de las cosas más humanas y más profundas.

La sed es algo profundamente humano y natural, tan necesario para conservar


la vida tanto casi como la misma existencia de Dios que nos conserva; pero la
sed de Cristo es mucho más profunda no puede ser calmada solo con agua,
es la sed de que todos sus hermanos puedan tener agua y comida suficiente...
es la sed de los pobres de ayer, de hoy y de siempre.

¿Nos preocupamos de calmar la sed de nuestro pueblo? Nos decía Mons.


Oscar Romero (Obispo de San Salvador) "El mundo al que debe servir la
Iglesia es el mundo de los pobres, y los pobres son los únicos que deciden lo
que significa para la Iglesia vivir realmente en el mundo.

¿Qué estamos haciendo?

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y que, no
saciado aún con tantos vituperios y sufrimientos, quisierais sufrirlos todavía
mayores para la salvación de todos los hombres, demostrando así que todo el
torrente de Vuestra Pasión no es bastante para apagar la sed de vuestro
amoroso Corazón: tened piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en
aquella hora postrera; y por los méritos de vuestra preciosísima Sangre,
encended tan vivo fuego de caridad en nuestro corazón que lo haga
desfallecer con el deseo de unirse a Vos por toda la eternidad.
Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.


Dios mío, creo en Vos, espero en Vos os amo y me arrepiento de haberos
ofendido con mis pecados. 101
Todo está cumplido.
(Jn. 19, 30)
La última palabra del Dios desnudo: "todo está cumplido" y murió... si
hubiéramos seguido paso a paso el drama de la vida de Jesús como en una
telenovela, en este momento deberíamos romper en llanto, porque el autor
y actor principal ha muerto, para una película este no sería un buen final, pues
muere el protagonista. Pero como esto no es ni una telenovela ni una película,
tratándose de la vida real, o de "la más real de las vidas", nos acongojamos y
sufrimos por la muerte de nuestro redentor, pero por uno de esos misterios
tan grandes de nuestro existir, la vida posee una ambigüedad tan grande que
a la vez nos alegramos por la muerte, porque sabemos que luego viene la
resurrección y la vida definitiva junto al Padre.

Jesús finaliza su misión entre nosotros... nos ha dado su mensaje, y algunos,


aunque sin entenderlo mucho, han hecho caso al llamado y se han empapado
del mensaje del Reino y de la misericordia del Padre... ahora nos
toca a nosotros, somos los portadores de un mensaje que no es nuestro, el
mensaje de que "todo se ha cumplido" y la redención fue consumada por
Cristo desde la Cruz y la resurrección.
Siete palabras del Corazón de Cristo, siete palabras que nosotros estamos
llamados a pronunciar desde nuestra aflicción y nuestra cruz, porque son el
camino hacia la Vida Nueva... porque son el camino hacia la Pascua.

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y desde
esta cátedra de verdad anunciasteis el cumplimiento de la obra de nuestra
Redención, por la que, de hijos de ira y perdición, fuimos hechos hijos de Dios
y herederos del cielo; tened piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en
aquella hora postrera; y por los méritos de vuestra preciosísima Sangre,
desprendednos por completo así del mundo como de nosotros mismos; y en
el momento de nuestra agonía, dadnos gracia para ofreceros de corazón el
sacrificio de la vida en expiación de nuestros pecados.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos


ofendido con mis pecados.

Padre, en tus manos


pongo mi espíritu.
(Lc. 23, 46) 10
Esta "cuarta palabra" del Emmanuel parece unir la encarnación con la pasión,
parece repetir el "Fiat" de María:
2
"Hágase en mi según tu Palabra" (Cf. Lc. 1, 38) ¿Será porque en la Madre y en
el Hijo hay un mismo sentimiento de entrega y confianza en Dios?

Nosotros debemos intentar que cada día de nuestras vidas esté en las manos
del Padre. Lamentablemente en nuestro tiempo esto parece volverse
imposible, nuestra cultura no entiende que los tiempos de Dios no son los
nuestros y en cada momento confía más en sus fuerzas que en las de Dios.
Hoy parece que vivimos como si Dios no existiera, o por lo menos como si no
tuviera influencia en nuestras vidas, hemos tomado solos las riendas de
nuestras vidas y nos ha ido bastante mal pues no hemos puesto nuestro
espíritu en las manos del Padre.

¿Cuántas veces he empezado algo sin rezar antes? ¡Y después me quejo de


cómo me va! Todas esas veces fui crucificado, pero sin esperanzas de
resurrección... pues ¿quién nos da la vida?
Las tres palabras siguientes, las últimas, fueron tomadas por Juan, el menor
de los discípulos, pero con el mayor de los corazones, pues fue el único capaz
de quedarse al pie de la cruz junto a María.

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz, y que en
cumplimiento de tan grande sacrificio aceptasteis la voluntad del Eterno
Padre al encomendar en sus manos vuestro espíritu para enseguida inclinar la
cabeza y morir: tened piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en
aquella hora postrera; y por los méritos de vuestra preciosísima Sangre,
otorgadnos en nuestra agonía una perfecta conformidad a vuestra divina
voluntad, a fin de que estemos dispuestos a vivir o a morir según sea a Vos
más agradable; y que no suspiremos para nada más que por el perfecto
cumplimiento en nosotros de vuestra adorable voluntad.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos


ofendido con mis pecados.

ORACIÓN A LA VIRGEN DOLOROSA

Madre Santísima de los Dolores, por el intenso martirio que sufristeis al pie de
la Cruz durante las tres horas de agonía de Jesús, dignaos en nuestra agonía
asistirnos a todos los que somos hijos de vuestros dolores, a fin de que, con
vuestra intercesión, podamos pasar del lecho de muerte a ser vuestra corona
en el santo Paraíso. Amén.

V. De muerte súbita e imprevista.


R. Líbranos, Señor
10
V. De las insidias del diablo.
R. Líbranos, Señor. 3
V. De la muerte eterna.
R. Líbranos, Señor.

Oración final.

Oh Dios, que en la muerte dolorosísima de vuestro Hijo habéis


constituido un ejemplo y un auxilio para la salvación del linaje humano:
concedednos, os rogamos, que en el peligro último de nuestra muerte
merezcamos alcanzar el efecto de tan grande caridad y entrar en la gloria del
Redentor. Por el mismo Jesucristo Señor nuestro. Amén.
SÁBADO DE GLORIA
DE LA VIGILIA PASCUAL

CONVOCACIÓN
•Se avisará a la gente que se reúnan a la hora más conveniente después de la
puesta del sol.
•El lugar de la reunión es en la entrada de la capilla. Todas las familias con
sus velas.
•Se avisará a la gente que en esta noche celebramos la fiesta más grande del
año y que vale la pena desvelarse.
•En una cartulina se avisará la hora en que va a comenzar la Vigilia Pascual.
MATERIALES NECESARIOS:
•Agua bendita
•2 cajas de velas partidas a la mitad
•Lectores ensayados
•Cirio Pascual arreglado como lo indica el misal 10
•Cartulina para letreros
4
•Flores, globos, adornos para la capilla
•Mantel blanco para el altar
•Leña para el Fuego Nuevo
•Todo para la convivencia: pedir a la gente que prepare comida, agua;
preparar cantos, juegos, etc.
•Clavos o chinchetas para marcar el cirio.
PREPARACIÓN
•Se nombrará una comisión para adornar la capilla con flores, suficiente luz,
etc. de modo que se note la grandeza de la fiesta que celebramos. El altar y
el ambón de color blanco.
•Puede hacerse letreros con frases como éstas: "Cristo resucitó, Aleluya",
''Cristo luz del mundo", "Felices Pascuas", "La Vida venció a la muerte", "El
Señor ha resucitado". "Tú eres el Señor de la Vida".
•Fuera de la capilla tener leña suficiente para encender una fogata.
•Preparar un cirio o una vela para la ceremonia del lucernario.
•Preparar a las personas que van a leer las lecturas y los salmos
responsoriales. Si las circunstancias pastorales lo piden, pueden reducirse el
número de lecturas del Antiguo Testamento, pero téngase en cuenta que la
lectura de la Palabra de Dios es parte fundamental de la Vigilia. de Pascua.
•Deben leerse, por lo menos, tres lecturas del Antiguo Testamento y, en
casos muy urgentes, dos. Pero nunca se omita la tercera, tomada del
Capítulo 14 del Éxodo.
•Preparar los cantos de la celebración.
•Tener agua bendita en algún lugar que resalte.
•Si es posible preparar aparato de sonido.

10
5
CELEBRACIÓN
VIGILIA PASCUAL
BLANCO

RITOS INICIALES

Primera parte:
Lucernario

Se apagan todas las luces de la Iglesia. En un lugar adecuado, fuera de la


capilla, se junta el pueblo y se enciende el fuego. Llega el celebrador con el
cirio pascual, ya preparado con el año y los clavos como indicado en el misal,
y saluda al pueblo:

Ministro:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Hermanos: En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la


muerte a la vida, La Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo
a que se reúnan para velar en oración. Conmemoremos, pues, juntos, la Pascua
del señor, escuchando su palabra y participando en sus sacramentos, con la 10
esperanza cierta de participar también en su triunfo sobre la muerte y de vivir
con él para siempre en Dios. 6
Monitor:
La celebración de esta noche tiene cuatro partes:

1. Primera: El rito del fuego. Se enciende un cirio significando así la presencia


de Cristo Resucitado.

2. Segunda: La liturgia de la Palabra. Es la escucha de las promesas de Dios y


las maravillas que el Señor hizo desde el principio.

3. Tercera: la renovación de las promesas bautismales. Significa el anhelo que


sentimos de encontrarnos con el señor, libres del pecado, renovados y
renacidos por el bautismo.

4. Cuarta: la comunión sacramental. Es la invitación que el Señor nos hace a


participar con El en su mesa, figura del banquete celestial en la vida eterna.

En esta Noche Santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la


vida, la Iglesia invita a todos sus hijos dispersos por el mundo a que se reúnan
para velar en oración. Celebremos, pues, juntos la Pascua del Señor, con la
esperanza de participar también en su triunfo sobre la muerte y de vivir con
Él para siempre en Dios.

Enseguida bendice el fuego rociándolo con el agua bendita:

Ministro:
Oremos. Dios nuestro, que por medio de tu Hijo nos ha comunicado el fuego
de tu vida divina, bendice este fuego nuevo y haz que estas fiestas pascuales
enciendan en nosotros el deseo del cielo, para que podamos llegar con un
espíritu renovado a la fiesta gloriosa de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

Al finalizar la oración, el celebrante toma el cirio y con un punzón, graba una


cruz en el cirio. Después traza sobre él la letra griega Alfa y, debajo, la letra
Omega; entre los brazos de la cruz traza los números del año en curso,
mientras dice:
A
1. Cristo Ayer y hoy
2 0
Traza la línea vertical

2. Principio y fin
Traza la línea horizontal 1 8 10
3. Alfa
Traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical
7
4. y Omega Ω
Traza la letra Omega, debajo de la línea vertical

5. Suyo es el tiempo
Traza el primer número del año en curso, en el ángulo superior izquierdo de la
cruz

6. y la eternidad
Traza el segundo número del año en el ángulo inferior izquierdo

7. A él la gloria y el poder
Traza el tercer número del año en el ángulo inferior izquierdo

8. por los siglos de los siglos. Amén


Traza el cuarto número del año en el ángulo inferior derecho.
Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el celebrante puede
incrustar en el cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz, diciendo al
mismo tiempo:
1
1. Por sus santas llagas 5
4 2
2. Gloriosas
3. Nos proteja 3
4. Y nos guarde Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El ministro enciende el cirio diciendo:

Ministro:
Que la luz de Cristo Resucitado y glorioso disipe las tinieblas de nuestro
corazón y de nuestro espíritu.

El ministro eleva el cirio y canta (o simplemente recita):

Cristo luz del mundo.

El pueblo responde:

Demos gracias a Dios. 10


Avanza y se coloca en la entrada del templo y recita o canta de nuevo: 8
Cristo luz del mundo.

El pueblo responde:
Demos gracias a Dios.

Aquí se encienden las velas de las personas y van pasando al interior del
templo. Al llegar al altar el ministro dice por tercera vez:

Cristo luz del mundo.

El pueblo responde:
Demos gracias a Dios.

Aquí se encienden las luces de la capilla, pero no se encienden las velas del
altar, esto será posteriormente.

Enseguida el celebrador va al ambón y hace la proclamación del Pregón


Pascual.
Alégrense, por fin, los coros de los ángeles,
Alégrense las jerarquías del cielo
Y, por la victoria de rey tan poderoso
Que las trompetas anuncien la salvación.
Goce también la tierra, inundada de tanta claridad,
Y que, radiante con el fulgor del rey eterno,
Se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe eterno.
Alégrense también nuestra madre la Iglesia
Revestida de luz tan brillante;
Resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

V. Levantemos el corazón
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario. 10
9
En verdad es justo y necesario
Aclamar con nuestras voces
Y con todo el afecto del corazón,
A Dios invisible, el Padre todopoderoso,
Y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros
Al eterno Padre la deuda de Adán
Y ha borrado con su sangre inmaculada
La condena del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua,
En las que se inmola el verdadero Cordero
Cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Esta es la noche en que sacaste de Egipto.
A los israelitas, nuestros padres,
Y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.

Esta es la noche en que la columna de fuego Esclareció las


tinieblas del pecado.
Esta es la noche que a todos los que creen en Cristo
Por toda la tierra,
Los arranca de los vicios del mundo
Y de la oscuridad del pecado,
Los restituye a la gracia y los agrega a los santos.

Esta es la noche en que,


Rotas las cadenas de la muerte
Cristo asciende victorioso del abismo
¿De qué nos serviría haber nacido
110
si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo entregaste al Hijo!

Necesario fue el pecado de Adán,


Que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!
¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
En que Cristo resucitó al abismo.

Esta es la noche de la que estaba escrito:


“Será la noche clara como el día,
La noche iluminada por mi gozo”.
Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados,
Lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos,
La alegría a los tristes, expulsa el odio,
Trae la concordia, doblegada a los potentes.

En esta noche de gracia, acepta Padre Santo,


El sacrificio vespertino de esta llama,
Que la santa Iglesia te ofrece
En la solemne ofrenda de este cirio,
Obra de las abejas.
Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
Que arde en llama viva para la gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla,
Porque se alimenta de cera fundida
111
Que elaboró la abeja fecunda
Para hacer esta lámpara preciosa.
¡Qué noche tan dichosa,
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano con lo divino!

Te rogamos, Señor,
Que este cirio consagrado a tu nombre
Para destruir la oscuridad de esta noche,
Arda sin apagarse y, aceptado como perfume,
Se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
Ese lucero que no conoce ocaso,
Jesucristo, tu Hijo,
Que volviendo del abismo.
Brilla sereno para el linaje humano
Y vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.

SEGUNDA PARTE:
LITURGIA DE LA PALABRA

MONITOR: Hermanos, con el pregón solemne de la Pascua, hemos entrado


ya en la noche santa de la resurrección del Señor. Estamos ahora en la segunda
parte de nuestra Vigilia. Vamos a escuchar la palabra de Dios. Recordemos las
grandes intervenciones de Dios a favor de la humanidad, preparando así la
salvación definitiva por su Hijo Jesucristo. Oremos para que Dios, nuestro
Padre, conduzca a su plenitud esta obra de salvación, iniciada con la muerte y
resurrección de Jesucristo.

Cada lectura va acompañada de un salmo que se canta y una oración que hace
el presidente de la Asamblea (ver ritual de Semana Santa) 112
PRIMERA LECTURA.
Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.
Del libro del Génesis
1, 1.26-31
En el principio creó Dios el cielo y la tierra. Y dijo Dios: “Hagamos al hombre a
nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las aves del
cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los
creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y
sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser
viviente que se mueve sobre la tierra”.
Y dijo Dios: “He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que hay sobre
la faz a de la tierra, y todos los árboles que producen fruto y semilla, para que
les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo,
a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran, también les doy
por alimento las verdes plantas”. Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y
lo encontró muy bueno.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL.
Del salmo 32
R. La tierra llena esta de tus bondades.
Sincera es la palabra del Señor
Y todas sus acciones son leales.
Él ama la Justicia y el derecho,
La tierra llena está de sus bondades. R.

La palabra del Señor hizo los cielos


Y su aliento, los astros.
113
Los mares encerró como en un odre
Y como en una presa, los océanos. R.

Feliz la nación cuyo Dios es el Señor;


Dichoso el pueblo que escogió por suyo.
Desde el cielo el Señor, atentamente,
Mira a todos los hombres. R.

En el Señor está nuestra esperanza,


Pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo.
Muéstrate bondadoso con nosotros,
Puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R.
Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu amor te nuestras
admirable, concédenos comprender que la redención realizada por Cristo,
nuestra Pascua, es una obra más maravillosa todavía que la misma creación del
universo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
SEGUNDA LECTURA.
El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
Del libro del Génesis
22, 1-2.9-13.15-18
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: “¡Abraham,
Abraham!” Él respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a tu hijo único,
Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio,
en el monte que yo te indicaré”.
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar
y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de
la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: “Juro
por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado
a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las
estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las
114
ciudades enemigas. En tu descendencia bendecidos todos los pueblos de la
tierra, porque obedeciste a mis palabras”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL.
Del salmo 15

R. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

El Señor es la parte que me ha tocado en herencia:


Mi vida está en sus manos.
Tengo siempre presente al Señor
Y con él a mi lado, jamás tropezaré. R.
Por eso se me alegran el corazón y el alma
Y mi cuerpo vivirá tranquilo,
Porque tú no me abandonarás a la muerte,
Ni dejarás que sufra yo la corrupción. R.

Enséñame el camino de la vida,


Sáciame de gozo en tu presencia
Y de alegría perpetua junto a ti. R.

Oremos.
Señor Dios, Padre de los creyentes, que por medio del sacramento pascual del
bautismo sigues cumpliendo la promesa hecha a Abraham de multiplicar su
descendencia por toda la tierra y de hacerlo el padre de todas las naciones,
concede a tu pueblo responder dignamente a la gracia de tu llamado. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

TERCERA LECTURA. 115


Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.
Del libro del Éxodo
14, 15-15,1
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “¿Por qué sigues clamando a mí”? Diles
a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu bastón, extiende tu mano
sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo
voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré
de gloria a expensas del faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes.
Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus carros y
jinetes, los egipcios sabrán que yo soy el Señor”.
El ángel del Señor, que iba al frente de has huestes de Israel, se colocó tras
ellas. Y la columna de nubes que iba adelante, también se desplazó y se puso
a sus espaldas, entre el campamento de los israelitas y el campamento de los
egipcios. La nube era tinieblas para unos y claridad para otros, y así los
ejércitos no trabaron contacto durante toda la noche.
Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la
noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió las aguas. Los
israelitas entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas formaban una
muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron en su
persecución y toda la caballería del faraón, sus carros y jinetes, entraron tras
ellos en el mar.
Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo al ejército
de los egipcios y sembró entre ellos el pánico. Trabó las ruedas de sus carros,
de suerte que no avanzaban sino pesadamente. Dijeron entonces los egipcios:
“Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto”.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que
vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes”. Y extendió
Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas volvieron a su sitio, de
suerte que, al huir, los egipcios se encontraron con ellas, y el Señor los derribó
en medio del mar. Volvieron las aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a
todo el ejército del faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel
Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les
hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las
manos de Egipto. Israel vio a los egipcios, muertos en la orilla del mar. Israel
vio la mano fuerte del Señor sobre los egipcios, y el pueblo temió al Señor y
creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel
cantaron este cántico al Señor. Palabra de Dios. 116
SALMO RESPONSORIAL.
Éxodo 15
R. Alabemos al Señor por su victoria.

Cantemos al Señor, sublime es su victoria:


Caballos y jinetes arrojó en el mar.
Mi fortaleza y mi canto es el Señor,
Él es mi salvación, él es mi Dios, yo lo alabaré;
Es el Dios de mis padres, yo le cantaré. R.

El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor.


Precipitó en el mar los carros del faraón
Y a sus guerreros;
Ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. R.

El mar cayó sobre ellos;


En las temibles aguas como plomo se hundieron.
Extendiste tu diestra, Señor,
Y se los tragó la tierra. R.

Tú llevas a tu pueblo
Para plantarlo en el monte que le diste en herencia,
En el lugar que convertiste en tu morada,
En el santuario que construyeron tus manos.
Tú, Señor, reinarás para siempre. R.

Oremos.
117
Tus antiguos prodigios se renuevan, Señor, también en nuestros tiempos, pues
lo que tu poder hizo con las aguas para liberar a un solo pueblo de la esclavitud
del faraón, lo repites ahora, por medio del agua del bautismo, para salvar a
todas las naciones. Concede a todos los hombres del mundo entero contarse
entre los hijos de Abraham y participar de la dignidad del pueblo elegido. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

CUARTA LECTURA.
Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor.
Del libro del profeta Isaías
54, 5-14
“El que te creo, te tomará por esposa; su nombre es ‘Señor de los ejércitos’. Tu
redentor es el Santo de Israel; será llamado ‘Dios de toda la tierra’. Como a una
mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso repudia uno a
la esposa de la juventud?, dice tu Dios.
Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré a tomar.
En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero con amor eterno me
he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor
Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que las aguas del diluvio
no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no enojarme ya contra ti ni volver a
amenazarte.
Podrán desaparecer los montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no
desaparecerá y mi alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor,
el que se apiada de ti.
Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He aquí que yo
mismo coloco tus piedras sobre piedras finas, tus cimientos sobre zafiros; te
pondré almenas de rubí y puertas de esmeralda y murallas de piedras
preciosas.
Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será grande su prosperidad. Serás
consolidada en la justicia. Destierra la angustia, pues ya nada tiene que temer;
olvida tu miedo, porque ya no se acercará a ti”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL.
Del salmo 29
118
R. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste
Que se rieran de mí mis enemigos.
Tú, Señor, me salvaste de la muerte
Y a punto de morir, me reviviste. R.

Alaben al Señor quienes lo aman,


Den gracias a su nombre,
Porque su ira dura un solo instante
Y su bondad, toda la vida.
El llanto nos visita por la tarde;
Por la mañana, el júbilo. R.
Escúchame, Señor, y compadécete;
Señor, ven en mi ayuda.
Convertiste mi duelo en alegría,
Te alabaré por eso eternamente. R.

Oremos.
Señor Dios, siempre fiel a tus promesas, aumenta, por medio del bautismo, el
número de tus hijos y multiplica la descendencia prometida a la fe de los
patriarcas, para que tu Iglesia vea que se va cumpliendo tu voluntad de salvar
a todos los hombres, como los patriarcas lo creyeron y esperaron. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

QUINTA LECTURA.
Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua.
Del libro del profeta Isaías 119
55, 1-11
Esto dice el Señor; “Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los
que no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche si
pagar. ¿Por qué gasta el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no
alimenta?
Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos sustanciosos.
Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme y vivirán.
Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas que hice a
David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos, como príncipe soberano
de las naciones, así tú reinarás a un pueblo desconocido, y las naciones que no
te conocían acudirán a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel,
que te ha honrado.
Busquen al Señor mientras lo puedan encontrar, invóquenlo mientras está
cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes; que
regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis
caminos. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis
caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos.
Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de
empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para
sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá
a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL.
Isaías 12

R. El Señor es mi Dios y salvador.


El Señor es mi Dios y salvador,
Con él estoy seguro y nada temo.
El Señor es mi protección y mi fuerza,
Y ha sido mi salvación.
Sacarán agua con gozo
De la fuente de salvación. R.
12
0
Den gracias al Señor,
Invoquen su nombre,
Cuenten a los pueblos sus hazañas,
Proclamen que su nombre es sublime. R.

Alaben al Señor por sus proezas,


Anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sion,
Porque el Dios de Israel
Ha sido grande con ustedes. R.

Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú, que anunciaste
por la voz de tus profetas los misterios que estamos celebrando esta noche,
infunde en nuestros corazones la gracia de tu Espíritu, para que podamos vivir
una vida digna de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
SEXTA LECTURA.
Sigue el camino que te conduce a la luz del Señor.
Del libro del profeta Baruc
3, 9-15.32-4,4
Escucha, Israel, los mandatos de vida, presta oído para que adquiera prudencia.
¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra
extranjera, que te hayas contaminado por el trato con los muertos, que te veas
contado entre los que descienden al abismo?
Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido los senderos
de Dios, habitarías en paz eternamente.
Aprende dónde están la prudencia, la inteligencia y la energía, así aprenderás
dónde se encuentra el secreto de vivir larga vida, y dónde la luz de los ojos y
la paz. ¿Quién es el que halló el lugar de la sabiduría y tuvo acceso a sus
121
tesoros?
El que todo lo sabe, la conoce; con su inteligencia la ha escudriñado. El que
cimentó la tierra para todos los tiempos, y la pobló de animales cuadrúpedos;
el que envía la luz, y ella va, la llama a los astros, que brillan jubilosos en sus
puestos de guardia, y ellos responden: “Aquí estamos”, y refulgen gozosos
para aquel que les hizo. Él es nuestro Dios y no hay otro como él; él ha
escudriñado los caminos de la sabiduría y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su
predilecto. Después de esto, ella apareció en el mundo y convivió con los
hombres.
La sabiduría es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna; los
que la guardan, vivirán, los que la abandonan morirán.
Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la claridad de su luz; no
entregues a otros tu gloria, ni tu dignidad a un pueblo extranjero.
Bienaventurados nosotros, Israel, porque lo que agrada al Señor nos ha sido
revelado. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL.
Del salmo 18
R. Tu tienes, Señor, palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta del todo


Y reconforta el alma;
Inmutables son las palabras del Señor
Y hacen sabio al sencillo. R.

En los mandamientos del Señor hay rectitud


Y alegría para el corazón;
Son luz los preceptos del Señor
Para alumbrar el camino. R.

La Voluntad de Dios es santa


Y para siempre estable;
Los mandatos del Señor son verdaderos
12
Y enteramente justos. R. 2
Más deseables que el oro y las piedras preciosas
Las normas del Señor,
Y más dulces que la miel
De un panal que gotea. R.

Oremos.
Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con hijos llamados
de todos los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia a quienes has
hecho renacer en el bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

SETIMA LECTURA.
Los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo.
Del libro del profeta Ezequiel
36, 16-28
En aquel tiempo, me fe dirigida la palabra del Señor en estos términos: “Hijo
de hombre, cuando los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon
con su conducta y con sus obras; como inmundicia fue su proceder ante mis
ojos. Entonces descargué mi furor contra ellos, por la sangre que habían
derramado en el país y por haberlo profanado con sus idolatrías. Los dispersé
entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tierras. Los juzgué según
su conducta, según sus acciones los sentencié. Y en las naciones a las que se
fueron, desacreditaron mi santo nombre, haciendo que de ellos se dijera: ‘Este
es el pueblo del señor, y ha tenido que salir de su tierra’.
Pero, por mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las naciones a
donde llegó, me he compadecido. Por eso, dile a la casa de Israel: mostraré la
santidad de mi nombre excelso, que ustedes profanaron entre las naciones.
Entonces ellas reconocerán que yo soy el Señor, cuando, por medio de ustedes
les haga ver mi santidad.
Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los países y los
llevaré a su tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los
purificaré de todas sus inmundicias e idolatrías.
12
Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de 3
ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Les infundiré mi
espíritu y los haré vivir según mis preceptos y guardar y cumplir mis
mandamientos. Habitarán en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi
pueblo y yo seré su Dios’”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL.
De los salmos 41 y 42
R. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca
El agua de los ríos,
Así, cansada, mi alma
Te busca a ti, Dios mío. R.

Del Dios que da la vida


Está mi ser sediento.
¿Cuándo será posible
Ver de nuevo su templo? R.

Recuerdo cuando íbamos


A casa del Señor,
Cantando, jubilosos,
Alabanzas a Dios. R.
12
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; 4
Que ellas se conviertan en mi guía
Y hasta tu monte santo me conduzcan,
Allí donde tú habitas. R.

Al altar del Señor me acercaré,


Al Dios que es mi alegría,
Y a mi Dios, el Señor, le daré gracias
Al compás de la cítara. R.

Oremos.
Señor Dios nuestro, poder inmutable y luz sin Ocasio, prosigue bondadoso a
través de tu Iglesia, sacramento de salvación, la obra que tu amor dispuso
desde la eternidad; que todo el mundo vea y reconozca que los caídos se
levantan, que se renueva lo que había envejecido y que todo se integra en
aquel que es el principio de todo, Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina
contigo por los siglos de los siglos.
R. Amén.

Una vez que se termina la séptima lectura, el salmo y la oración, en el caso del
templo parroquial, o la lectura correspondiente, en el caso de las capillas, y,
antes del cántico del Gloria, se hace la siguiente monición

MONITOR:
Luego de las enseñanzas que nos presenta el Antiguo Testamento, la Iglesia
conmemora el gran acontecimiento del Cristianismo: La Resurrección de
Cristo, que da un enfoque nuevo a toda nuestra vida. Participemos de esta
alegría logrando transformarnos interiormente en esta noche santa con el
optimismo y la certeza de un Cristo resucitado que vive en medio de nosotros,
nos ponemos de pie y entonamos el canto del GLORIA.

Gloria a Dios en el cielo, 12


Y en la tierra paz a los hombres 5
Que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
Te alabamos, te bendecimos,
Te adoramos, te glorificamos,
Te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
Tú que quitas el pecado del mundo,
Atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
Ten piedad de nosotros;
Porque sólo tú eres Santo,
Sólo tú, Señor,
Sólo tú, Altísimo, Jesucristo,
Con el Espíritu Santo
En la gloria de Dios Padre.
Amén.

Después del Gloria, el sacerdote o ministro dice la Oración Colecta, como de


ordinario.

Oremos.
Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor
resucitado, aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y
alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor
Jesucristo... R. Amén. 12
En este momento se corren las cortinas y se descubren las imágenes si se
6
hubieron cubierto.
Se encienden las luces, según el orden dispuesto
Se tocan las campanas, tanto las del interior del templo como las del
campanario
Inicia la procesión para revestir el altar y el ambón: primero los manteles, luego
las luces, velas o candeleros, finalmente las flores y otros signos, según
costumbre.
Es importante dejar tiempo suficiente entre un momento y otro de la procesión
y del revestimiento del altar
Terminado el cántico del GLORIA ya habiendo dispuesto todo en el altar, luces
encendidas, etc. Se continúa con la siguiente monición
MONITOR:
Hermanos, después de haber manifestado nuestro gozo con cánticos y
alabanzas por la Gloria del Señor que resucita, nos sentamos para continuar
con la Liturgia de la Palabra
LECTURAS DEL NUEVO TESTAMENTO

EPÍSTOLA DE SAN PABLO


MONITOR: San Pablo nos habla del doble aspecto del Bautismo en nuestra
vida: por él somos sepultados en la muerte de Cristo, morimos con él al pecado
y al hombre viejo, y resucitamos con él a una vida nueva.
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos:
6, 3-11
“Hermanos: ¿No saben ustedes que todos los que hemos sido incorporados a
Cristo Jesús por medio del bautismo, hemos sido incorporados a Él en su
muerte? En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con Él en su muerte,
para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre,
así también nosotros llevemos una vida nueva. Porque, si hemos estado
íntimamente unidos a Él por una muerte semejante a la suya, también lo
estaremos en su resurrección. Sabemos que nuestro hombre viejo fue
crucificado con Cristo, para que el cuerpo del pecado quedara destruido, a fin
de que ya no sirvamos al pecado, pues el que ha muerto queda libre del
12
pecado. Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que
también viviremos con Él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de
7
entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no tiene dominio sobre Él,
porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar, vive
ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos
para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro”.
Palabra de Dios.
El Salmo correspondiente sustituye al ALELUYA del Evangelio, por ello se
invita a los fieles a ponerse de pie.

MONITOR:
Respondamos al Señor con su palabra a través del Salmo y dispongámonos a
escuchar su Evangelio, nos ponemos de pie.
SALMO RESPONSORIAL.
De los salmos 117
R. Aleluya, aleluya.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno,


Porque tu misericordia es eterna.
Diga la casa de Israel:
“Su misericordia es eterna”. R.

La diestra del Señor es poderosa,


La diestra del Señor es nuestro orgullo.
No moriré, continuaré viviendo,
Para contar lo que el Señor ha hecho. R.

La piedra que desecharon los constructores,


12
Es ahora la piedra angular. 8
Esto es obra de la mano del Señor,
Es un milagro patente. R.

Para el Evangelio no se llevan velas. Puede emplearse el incienso.

EVANGELIO.
Jesús de Nazaret, que fue crucificado, resucitó.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 1-7
Transcurrido el sábado, María Magdalena, María (la madre de Santiago) y
Salomé, compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús. Muy de
madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, se dirigieron al
sepulcro. Por el camino se decían unas a otras: “¿Quién nos quitará la piedra
de la entrada del sepulcro?” Al llegar, vieron que la piedra ya estaba quitada, a
pesar de ser muy grande.
Entraron en el sepulcro y vieron a un joven, vestido con una túnica blanca,
sentado en el lado derecho, y se llenaron de miedo. Pero él les dijo: “No se
espanten. Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. No esta aquí; ha
resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto. Ahora vayan a decirles a sus
discípulos y a Pedro: ‘Él irá delante de ustedes a Galilea. Allá lo verán, como él
les dijo ‘”.Palabra del Señor.
El Ministro puede hacer una breve meditación acerca de la Palabra de Dios que
se ha proclamado o bien leer la siguiente reflexión:

REFLEXIÓN

El pueblo de Israel en una celebración litúrgica, recuerda el acontecimiento


histórico de su liberación de la esclavitud en Egipto; hacer memoria de ello le
ayudará a tomar conciencia de su pertenencia como pueblo escogido de Dios. 12
La salida hacia la tierra prometida, la persecución de los egipcios, el paso por
el Mar Rojo, serán los hechos más importantes de la historia sagrada del
9
pueblo de Israel. Dios les abre un camino en el mar dividiendo las aguas para
salvarlos de la persecución de sus enemigos que finalmente mueren ahogados
en el mar. Desde entonces fue el centro de la confesión de fe del pueblo de
generación en generación.

Los antepasados hebreos (israelitas), cuando peregrinaban con sus rebaños,


celebraban cada año la Pascua del cordero en la primera luna llena de la
primavera, noche del primer mes que marcaba el inicio del año. Al anochecer
se inmolaba el cordero o un cabrito sin defecto y sin mancha, de un año, se lo
comían con panes ázimos (sin levadura) y hierbas amargas.

El Señor Jesús celebró también la Pascua. El Señor se reunió con sus discípulos
aparte, según la tradición judía de aquel tiempo. "El primer día de la fiesta en
que se comen los panes sin levadura, cuando se sacrificaba el Cordero Pascual,
sus discípulos le dijeron" ¿Dónde quieres que vayamos: a preparar la cena de
Pascua?" (Mt 26, 17).

Renovación
de las promesas Bautismales
Terminada la reflexión todos se ponen de pie y encienden de nuevo sus velas.

Monitor:
Hermanos: Por medio del bautismo, hemos sido hechos partícipes del misterio
pascual de Cristo; es decir, por medio del bautismo, hemos sido sepultados
con él en su muerte para resucitar con él a una vida nueva. Por eso, después
de haber terminado el tiempo de Cuaresma, que nos preparó a la Pascua, es
muy conveniente que renovemos las promesas de nuestro bautismo, con las
cuales un día renunciamos a Satanás y a sus obras y nos comprometimos a
servir a Dios, en la Santa Iglesia católica.

Ministro:
¿Renuncian ustedes al pecado para vivir en la libertad de los hijos de
Dios?

Sí, renuncio.

¿Renuncian a todas las seducciones del mal para que el pecado no los
esclavice?

Sí, renuncio. 13
¿Renuncias a Satanás, padre y autor de todo pecado?
Sí, renuncio.
0
¿Creen ustedes en Dios, padre todopoderoso, creador del cielo y la
tierra?

Sí, creo.

¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de la


Virgen María. Padeció y murió por nosotros, Resucitó y está sentado a
la derecha del padre?

Sí, creo.

¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia Católica, en la comunión


de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los
muertos y en la vida eterna?

Sí, creo.
Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Que nos
liberó del pecado Y nos has hecho renacer por el agua y el Espíritu
Santo, nos conserve con su gracia unidos a Jesucristo nuestro Señor, y
hasta la vida eterna.

Amén.

El celebrador rocía al pueblo con el agua bendita, mientras todos cantan un


canto bautismal: Bautízame Señor con tu Espíritu, etc.

Realizado esto, el ministro regresa a su lugar, de donde dirige la Oración


Universal.

Oración Universal

Ministro:
Oremos confiadamente a Cristo resucitado que venció el pecado y la muerte
y nos da la luz de la vida por medio de su resurrección diciendo
confiadamente: Te rogamos, Señor

Monitor:
-Por la Iglesia, signo de Vida y esperanza en medio de todos los pueblos. 131
Roguemos al señor. R. Te rogamos, Señor.

-Por los nuevos bautizados, para que confirmen su nuevo nacimiento con la fe
y el testimonio de una vida injertada en Jesucristo. Roguemos al Señor. R.

-Por el anuncio de la Buena Noticia a todos los hombres. Roguemos al Señor.


R.

-Por la paz, justicia y la solidaridad entre todos los hombres y todos los
pueblos, frutos de la Pascua del Señor. Roguemos al Señor. R.

-Por cuantos celebramos esta Noche Santa con la renovación de nuestra fe,
de nuestro bautismo, de nuestra vida de hijos de Dios y hermanos de Jesús.
Roguemos al Señor. R.

Ministro:
Señor Jesucristo, que con tu resurrección renovaste la creación y el hombre,
infunde tu Espíritu de amor en nosotros, para que amando como tú nos
amaste, seamos testigos de la vida nueva que por el Bautismo hiciste brotar
en nuestros corazones. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R. Amén
No se dice Credo.

RITO DE LA COMUNIÓN

Terminada la oración de los fieles (si hay reserva de la Eucaristía y si se va a


impartir la comunión), el ministro pone el corporal sobre el altar y va por el
Santísimo al sagrario, ya en el altar hace una genuflexión.

Acción de gracias antes de la Comunión

Ministro:
Proclamemos la bondad de Dios y exaltemos su misericordia, que se ha
manifestado, en las palabras de salvación que hemos escuchado.

A continuación, se hace la acción de gracias y adoración al santísimo con un


canto apropiado. No se debe cantar el Santo, ni un canto que hace referencia
a la ofrenda de pan y vino.

Después el celebrador, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro:

Ministro: 13
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos
atrevemos a decir: 2
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que
Cristo nos enseñó:

O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y
vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Todos: Padre nuestro……

Ministro:
Dense fraternalmente la paz.

A continuación, el celebrador hace genuflexión, toma la hostia y,


sosteniéndola un poco elevada sobre el copón, la muestra al pueblo diciendo:

Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los
invitados a la cena del Señor
El celebrador dice junto con el pueblo:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará
para sanarme

Si también el celebrador comulga, dice en secreto:

El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna

Se inicia el canto de comunión y el monitor exhorta a los fieles a recibir el


cuerpo del Señor.

Monitor:
Ahora podemos acercarnos a recibir el Cuerpo de Cristo, pan para el camino,
alimento para nuestra debilidad, remedio para nuestros pecados y fuerza de
unidad.

Después toma el copón, se acerca a los que quieren comulgar y elevando un


poco la hostia, la muestra a cada uno y dice:

El cuerpo de Cristo
13
La persona que recibe la comunión responde:
Amen. 3
El monitor invita a la gente a ponerse de pie para la oración final.

Oración después de la Comunión

Ministro:
Oremos. Infúndenos, Señor, tu espíritu de caridad para que vivamos siempre
unidos en tu amor los que hemos participado en este sacramento de la muerte
y resurrección de Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:
Amén

RITO DE CONCLUSIÓN

El ministro invoca la bendición final y hace la señal de la cruz sobre sí.


El Señor nos bendiga, nos guarde todo mal y nos lleve a la vida eterna.

El pueblo responde:
Amen

Ministro:
En el nombre del Señor, pueden ir en paz, ¡Aleluya, Aleluya!

El pueblo responde:
Demos gracias a Dios, ¡Aleluya, Aleluya!

Parar finalizar, el ministro y sus ayudantes hacen reverencia o genuflexión si


hay Santísimo, mientras se retiran se entona un alegre canto de acción de
gracias. Se recomienda si es la última celebración consumir toda la reserva
eucarística.

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