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LOS

SACRAMENTOS
NOMBRE:

LENER VALENZUELA M.

COLEGIO:

7 DE AGOSTO

GRADO:

6TO B

PROFESORA:

MERCEDES ARANA

CURSO:

EDUCACION RELIGIOSA
ALBUM

DE

LOS

SACRAMENTOS
LOS SACRAMENTOS SON

 EL BAUTISMO

 LA EUCARISTIA

 LA CONFIRMACIÓN

 LA PENITENCIA

 LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

 EL ORDEN SACERDOTAL

 EL MATRIMONIO
EL BAUTISMO

La palabra bautismo, viene del griego baptizein, que significa sumergir o introducir
dentro del agua; en la fe cristiana al sumergirnos somos liberados del pecado original
heredado por Adán, regenerados como hijos de Dios, injertados en la iglesia, y nos
convertimos en paticips del dogma para poder da el fruto de nuestro aprendizaje a
otros.
Es así como el sacramento del bautismo está representado por la voluntad de los padres
en compartir la fe al presentar a sus hijos ante la iglesia, con el fin de purificar sus
pecados y darle fuerza a los preceptos del evangelio de Jesucristo para de esta manera
consagrarlo ante Dios y el Espíritu Santo; siendo la función de los padrinos velar para
que el nuevo creyente se afiance en dios y con el tiempo de sus frutos y otros.

En el sacramento del bautismo se usan una serie de elementos que poseen una
simbología espiritual:

El agua significa que somos liberados del pecado original.

La unción con óleo representa la fuerza del Espíritu Santo.

El Fuego encarna la llama de fe en Dios que ilumina nuestra vida.

La ropa blanca declara la pureza de Jesucristo que habita en nuestro interior.

Durante el ritual del sacramento del bautismo se establecen diálogos


buscando respuesta sobre la vida eterna , la negación al pecado y la tentación del
diablo, y la afirmación al Padre, Hijo y Espíritu Santo.
LA EUCARISTIA
La Eucaristía es uno de los ocho Sacramentos. Nos recuerda el momento en el que el
pan y el vino se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. Éste es el alimento
del alma. Así como nuestro cuerpo necesita comer para vivir, nuestra alma necesita
comulgar para estar sana. Cristo dijo: "El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene
vida eterna y yo lo resucitaré el último día."
Todos queremos ser buenos, ser santos y nos damos cuenta de que el camino de la
santidad no es fácil, que no bastan nuestras fuerzas humanas para lograrlo.
Necesitamos fuerza divina, de Jesús. Esto sólo será posible con la Eucaristía. Al
comulgar, nos podemos sentir otros, ya que Cristo va a vivir en nosotros. Podremos
decir, con San Pablo: "Vivo yo, pero ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mí."
Después de rezar el Credo, se llevan a cabo: el ofertorio, la consagración y la comunión.

Ofertorio: Es el momento en que el sacerdote ofrece a Dios el pan y el vino que serán
convertido en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nosotros podemos ofrecer, con mucho
amor, toda nuestra vida a Dios en esta parte de la Misa.

Consagración: Es el momento de la Misa en que Dios, a través del sacerdote, convierte


el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. En este momento nos arrodillamos
como señal de amor y adoración a Jesús, Dios hecho hombre, que se hace presente en
la Eucaristía.

Comunión: Es recibir a Cristo Eucaristía en nuestra alma, lo que produce ciertos efectos
en nosotros:
LA CONFIRMACION

El sacramento de la Confirmación es uno de los tres sacramentos de iniciación


cristiana. La misma palabra, Confirmación que significa afirmar o consolidar, nos dice
mucho.

En este sacramento se fortalece y se completa la obra del Bautismo. Por este


sacramento, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. Se logra un arraigo
más profundo a la filiación divina, se une más íntimamente con la Iglesia,
fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra. Por él es capaz de
defender su fe y de transmitirla. A partir de la Confirmación nos convertimos en
cristianos maduros y podremos llevar una vida cristiana más perfecta, más activa. Es el
sacramento de la madurez cristiana y que nos hace capaces de ser testigos de Cristo.

El día de Pentecostés – cuando se funda la Iglesia – los apóstoles y discípulos se


encontraban reunidos junto a la Virgen. Estaban temerosos, no entendían lo que había
pasado – creyendo que todo había sido en balde - se encontraban tristes. De repente,
descendió el Espíritu Santo sobre ellos –quedaron transformados - y a partir de ese
momento entendieron todo lo que había sucedido, dejaron de tener miedo, se
lanzaron a predicar y a bautizar. La Confirmación es “nuestro Pentecostés personal”. El
Espíritu Santo está actuando continuamente sobre la Iglesia de modos muy diversos.
La Confirmación – al descender el Espíritu Santo sobre nosotros - es una de las formas
en que Él se hace presente al pueblo de Dios.
LA PENITENCIA

Penitencia es un sacramento de la Nueva Ley instituida por Cristo donde es otorgado


perdón por los pecados cometidos luego del bautismo a través de la absolución del
sacerdote a aquellos que con verdadero lamento confiesan sus pecados y prometen
dar satisfacción por los mismos. Es llamado un “sacramento” y no una simple función o
ceremonia porque es un signo interno instituido por Cristo para impartir gracia al alma.
Como signo externo comprende las acciones del penitente al presentarse al sacerdote
y acusarse de sus pecados, y las acciones del sacerdote al pronunciar la absolución e
imponer la satisfacción. Todo este procedimiento es usualmente llamado, por una de
sus partes, “confesión” y se dice que ocurre en el “tribunal de penitencias”, porque es
un proceso judicial en el cual el penitente es al mismo tiempo acusador, la persona
acusada y el testigo, mientras que el sacerdote pronuncia el juicio y la sentencia. La
gracia conferida es la liberación de la culpa del pecado y, en el caso del pecado mortal,
de su castigo eterno; por lo tanto, también reconciliación con Dios, justificación.
Finalmente, la confesión no es realizada en el secreto del corazón del penitente
tampoco a un seglar como amigo y defensor, tampoco a un representante de la
autoridad humana, sino a un sacerdote debidamente ordenado con la jurisdicción
requerida y con el “poder de llaves” es decir, el poder de perdonar pecados que Cristo
otorgó a Su Iglesia.
LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
La Unción de los Enfermos es aquel de los sacramentos en el que la iglesia se une al
enfermo para encomendarlo ante Jesucristo, pidiendo por su salvación y gracia,
ayudando a fortalecer su alma, y evitando que caiga en la desesperación.

Con la administración de la Unción de los Enfermos se ayuda a quien padece una


enfermedad a aceptar el sufrimiento unido a Jesucristo, implicando no solo una
curación física sino también espiritual, ya que otorga el perdón de los pecados.

Para aquellos enfermos que van de dejar la vida, adicional a la unción, se les ofrece
la eucaristía en señal de alimento espiritual y en preparación hacia la vida eterna.

El ritual de la unción consiste en los siguientes pasos:

1. La oración que eleva el sacerdote para que Dios le conceda vida y salud al enfermo.
2. La imposición de manos sobre la cabeza del enfermo como gesto de bendición.
3. La unción de aceite bendecido en la frente y en las manos que son las partes más visibles
y representan la vida y obra del ser humano.
ORDEN SACERDOTAL
El Orden Sacerdotal es un sacramento que, por la imposición de las manos del Obispo,
y sus palabras, hace sacerdotes a los hombres bautizados, y les da poder para
perdonar los pecados y convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de
Nuestro Señor Jesucristo.

El sacramento del orden lo reciben aquellos que se sienten llamados por Dios a ser
sacerdotes para dedicarse a la salvación eterna de sus hermanos los hombres. Esta
ocupación es la más grande de la Tierra, pues los frutos de sus trabajos no acaban en
este mundo, sino que son eternos.

La vocación al sacerdocio lleva consigo el celibato, recomendado por el Señor. La


obligación del celibato no es por exigencia de la naturaleza del sacerdocio, sino por ley
eclesiástica.

La Iglesia quiere que los candidatos al sacerdocio abracen libremente el celibato por
amor de Dios y servicio de los hombres .
EL MATRIMONIO
El matrimonio es la base de la unidad familiar. En esta sociedad y en esta época, la
familia es la unidad más integrada, la que mejor logra perpetuarse y la que se auto
protege mejor. Tal y como está establecida en la actualidad, es necesaria para la
sociedad; tanto desde el punto de vista económico como el de cualquier otro. La
cultura se desintegraría si su piedra angular, la familia, dejara de tener validez como
tal. Podríamos decir con bastante seguridad que aquel que destruye el matrimonio
destruye la civilización.

Básicamente, la relación matrimonial, es una relación postulada; un postulado es una


conclusión, decisión o resolución sobre algo. Cuando las personas dejan de postular un
matrimonio, este deja de existir. Es lo que sucede a la mayoría de los matrimonios; y
no todo lo contrario. No es que todos los hombres sean malos, y por esa razón los
contratos como el matrimonio acaben generalmente en infidelidad y se desintegren.
Eso no es verdad; lo que es verdad es lo contrario. Cuando usted tiene una relación
puramente postulada, debe continuar creándola; y una familia que no continúa
creándose como tal dejará de existir como familia. Prácticamente eso es todo lo que
debe saber al respecto.

Cuando las personas tienen problemas con el matrimonio, es que esperan que
funcione automáticamente. Creen que seguirá existiendo sin ningún esfuerzo de su
parte; por desgracia, no es así. Se tiene que crear.

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