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Índice
1Meteorología y climatología
2Historia de la meteorología
o 2.1Modelos climáticos
o 2.2El progreso de la meteorología en los últimos tiempos (siglo XXI)
3Ramas de la meteorología
o 3.1Meteorología aplicada
4Objetos de estudio
5Equipos e instrumentos meteorológicos
o 5.1Estaciones meteorológicas
o 5.2Satélites meteorológicos
6La previsión del tiempo
7Véase también
8Referencias
9Bibliografía
10Enlaces externos
Meteorología y climatología[editar]
Artículo principal: Tiempo y clima
Hay que recordar que la Tierra está constituida por tres partes fundamentales: una parte
sólida llamada litosfera, recubierta en buena proporción por agua (llamada hidrosfera) y
ambas envueltas por una tercera capa gaseosa, la atmósfera. Estas se relacionan entre sí
produciendo modificaciones profundas en sus características. La ciencia que estudia estas
características, las propiedades y los movimientos de las tres capas fundamentales de la
Tierra, es la Geofísica. En ese sentido, la meteorología es una rama de la geofísica que
tiene por objeto el estudio detallado de la envoltura gaseosa de la Tierra y sus fenómenos.
Se debe distinguir entre las condiciones actuales y su evolución llamado tiempo
atmosférico, y las condiciones medias durante un largo periodo que se conoce
como clima del lugar o región. En este sentido, la meteorología es una ciencia auxiliar de
la climatología ya que los datos atmosféricos obtenidos en múltiples estaciones
meteorológicas durante largo tiempo se usan para definir el clima, predecir el tiempo,
comprender la interacción de la atmósfera con otros subsistemas, etc. El conocimiento de
las variaciones meteorológicas y el impacto de las mismas sobre el clima ha sido siempre
de suma importancia para el desarrollo de la agricultura, la navegación, las operaciones
militares y la vida en general.
Historia de la meteorología[editar]
Atlas meteorológico de 1887.
Antiguos barómetros.
El primero en definir de modo correcto la circulación atmosférica global fue George Hadley,
con un estudio sobre los alisios efectuado en 1735. En los inicios, ésta fue una
comprensión parcial de cómo la rotación terrestre influye en la cinemática de los flujos de
aire. Más tarde (en el siglo XIX), fue comprendida la plena extensión de la interacción a
larga escala tras la fuerza del gradiente de presión y la deflexión causada por el efecto de
Coriolis, que en forma conjunta dan origen al complejo movimiento tridimensional del
viento. La fuerza de deflexión debe este nombre en los primeros años del siglo XIX, con
referencia a una publicación de Gaspard-Gustave Coriolis en 1835, que describía los
resultados de un estudio sobre la energía producida por la máquina con partes en rotación,
como la ruta del agua de los molinos. En 1856, William Ferrelhipotetizó la existencia de
una «célula de circulación» a latitudes intermedias, en las cuales el aire se deflecta por la
fuerza de Coriolis creando los principales vientos occidentales. La observación sinóptica
del tiempo atmosférico era aún compleja por la dificultad de clasificar ciertas
características climáticas como las nubes y los vientos. Este problema fue resuelto
cuando Luke Howard y Francis Beaufort introdujeron un sistema de clasificación de las
nubes (1802) y de la fuerza del viento (1806), respectivamente. El verdadero punto de
cambio fue la invención del telégrafo en 1843 que permitía intercambiar información sobre
el clima a velocidades inigualables.
La primera imagen televisiva de la Tierra vista desde el espacio, tomada desde el satélite TIROS-1.
A inicios del siglo XX, los progresos en la comprensión de la dinámica atmosférica llevaron
a la creación de la moderna previsión del tiempo calculada en base matemática. En
1922, Lewis Fry Richardson publicó Weather prediction by numerical process, que
describía cómo eliminar las variantes menos importantes de las ecuaciones de la dinámica
de fluidos que regulaban los fluidos atmosféricos para permitir encontrar fácilmente
soluciones numéricas, pero el número de los cálculos necesarios era muy grande. En el
mismo periodo, un grupo de meteorólogos noruegos conducido por Vilhelm
Bjerknes desarrolló un modelo para explicar la generación, la intensificación y la disolución
de los ciclones a media altura, introduciendo la idea del frente meteorológico y de las
subdivisiones de las masas de aire. El grupo incluía a Carl-Gustaf Rossby(que fue el
primero en explicar el flujo atmosférico a gran escala en términos de fluidodinámica), Tor
Bergeron (el primero en comprender el mecanismo de formación de la lluvia) y Jacob
Bjerknes.
En los años 1950, los experimentos de cálculo numérico con computador mostraron ser
factibles. La primera previsión del tiempo realizada con este método usaba modelos
baroscópicos (es decir, con un único nivel vertical) y podía prever con éxito los
movimientos a gran escala de las ondas de Rossby, o sea, de las zonas de baja presión a
alta presión. En los años 1960, la naturaleza caótica de la atmósfera fue comprendida
por Edward Lorenz, fundador del campo de la teoría del caos. Los avances matemáticos
obtenidos en este campo fueron retomados por la meteorología y contribuyeron a
estabilizar el límite de predictibilidad del modelo atmosférico.
Modelos climáticos[editar]
Imagen satelital del Huracán Hugo.
En los años recientes, se han estado desarrollando modelos climáticos a alta resolución,
usados para estudiar los cambios a largo plazo, sobre todo el actual cambio climático. Sin
embargo, hay que ser cuidadosos en este sentido: el clima es el promedio estadístico a
largo plazo de los datos meteorológicos obtenidos en estaciones meteorológicas ubicadas
en una zona determinada que presentan características similares y que definen un clima
determinado. Esto se hace en todos los tipos climáticos de todo el mundo. Pero estos tipos
climáticos no pueden condensarse en determinados modelos porque las variaciones a
largo plazo de los mismos deben ser obtenidas a posteriori de dichas variaciones
producidas a largo plazo. Dicho en otros términos: la información meteorológica obtenida
en multitud de estaciones meteorológicas de todo el mundo sirve, de manera inductiva,
para establecer las características climáticas con sus variantes en toda la superficie
terrestre y una vez que las obtenemos podemos estudiar los cambios climáticos ocurridos
en el pasado hasta el momento en el que se analizan, pero no podríamos usar esta
información hacia el futuro porque la meteorología y la climatología trabajan a escalas
distintas, como señala una institución científica tan cuidadosa en sus análisis como es la
NASA al señalar la posible relación existente entre la cruda ola de frío en Europa y
América del Norte en los primeros tres meses de 2014 (con extremos de temperaturas tan
bajas que nunca se habían registrado en muchos lugares) y los modelos climáticos que
nos hablan de un calentamiento global en el seno de la atmósfera.
Así, en el análisis hecho por la NASA de la ola de frío tan intensa que ha vivido el
hemisferio norte (Europa y América del Norte) se señala que debemos ser muy cautos a la
hora de especular la relación entre meteorología y climatología ya que las dos ciencias
operan en escalas de tiempo distintas. En este análisis se señala que:
In the United States, the cold spell generated En los Estados Unidos, la ola de frío (se refiere a la de
public debate about whether such events comienzos del año 2014) ha generado un debate público
disprove global warming or if, in fact, they are sobre sobre el tiempo meteorológico y sobre si esos
exacerbated or caused by it. However, most eventos meteorológicos de intenso frío echan por tierra la
climate scientists and meteorologists are wary idea del calentamiento global o si, en efecto, la han
of drawing such connections between climate exacerbado o incluso causado por dicha idea. Sin
and weather, which operate on different time embargo, la mayoría de científicos del clima y
scale. meteorólogos son muy cuidadosos al inferir esas
conexiones entre tiempo y clima, las cuales operan en
distintas escalas temporales. (del comentario a los mapas
elaborados por la NASA en el artículo What Goes Around
Comes Around, del 10 de enero de 2014 3
Ramas de la meteorología[editar]
Anemómetro.
Meteorología aplicada[editar]
La meteorología aplicada tiene por objeto acopiar constantemente un máximo de datos
sobre el estado de la atmósfera y, a la luz de los conocimientos y leyes de la meteorología
teórica, analizarlos, interpretarlos y obtener deducciones prácticas, especialmente para
prever el tiempo con la máxima antelación. Como la atmósfera es una inmensa masa
gaseosa sujeta a variaciones constantes, que la mayoría de las veces se producen en el
ámbito regional, su estado en un momento dado sólo puede ser conocido si se dispone de
una red suficientemente densa de puestos de observación o estaciones meteorológicas,
distribuidas por todas las regiones del globo, que a horas fijas efectúan las mismas
mediciones (temperatura, presión, humedad, viento, precipitaciones, radiación
solar,nubosidad, etc.) y transmiten los resultados a los centros encargados de utilizarlos.
Objetos de estudio[editar]
Estaciones meteorológicas[editar]
Artículo principal: Estación meteorológica
Una estación meteorológica es una instalación destinada a medir y registrar
regularmente diversas variables meteorológicas. Estos datos se utilizan tanto para la
elaboración de predicciones meteorológicas a partir de modelos numéricos como para
estudios climáticos. Está equipada con los principales instrumentos de medición, entre
los que se encuentran los siguientes:
Satélites meteorológicos[editar]
Artículo principal: Satélite meteorológico
Los satélites meteorológicos son un tipo de satélite artificial utilizados para
supervisar el tiempo atmosférico y el clima de la Tierra, aunque también son
capaces de ver las luces de la ciudad, incendios
forestales, contaminación, auroras, tormentas de arena y polvo, corrientes del
océano, etc. Otros satélites pueden detectar cambios en la vegetación de la Tierra,
el estado del mar, el color del océano y las zonas nevadas.
El fenómeno de El Niño y sus efectos son registrados diariamente en imágenes
satelitales. El agujero de ozono de la Antártida es dibujado a partir de los datos
obtenidos por los satélites meteorológicos. De forma agrupada, los satélites
meteorológicos de China, Estados
Unidos, Europa, Canadá, India, Japón y Rusia proporcionan una observación casi
continua del estado global de la atmósfera, aunque a una escala muy detallada en
la que pueden identificarse los patrones nubosos y la circulación de los vientos,
así como los flujos de energía que generan los fenómenos meteorológicos.
Varias veces por día, a horas fijas, los datos procedentes de cada estación
meteorológica, de los barcos y de los satélites llegan a los servicios regionales
encargados de centralizarlos, analizarlos y explotarlos, tanto para hacer progresar
a la meteorología como para establecer previsiones sobre el tiempo clave que
hará en los días venideros. Como las observaciones se repiten cada 3 horas
(según el horario sinóptico mundial), la sucesión de los mapas y diagramas
permite apreciar la evolución sinóptica: se ve cómo las perturbaciones se forman o
se resuelven, si están subiendo o bajando la presión y la temperatura, si aumenta
o disminuye la fuerza del viento o si cambia éste de dirección, si las masas de aire
que se dirigen hacia tal región son húmedas o secas, frías o cálidas, etc. Parece
así bastante fácil prever la trayectoria que seguirán las perturbaciones y saber el
tiempo que hará en determinado lugar al cabo de uno o varios días. En realidad, la
atmósfera es una gigantesca masa gaseosa tridimensional, turbulenta y en cuya
evolución influyen tantos factores que uno de éstos puede ejercer de modo
imprevisible una acción preponderante que trastorne la evolución prevista en toda
una región. Así, la previsión del tiempo es tanto menos insegura cuando menor es
la anticipación y más reducido el espacio a que se refiere. Por ello la previsión es
calificada de micrometeorológica, mesometeorológica o macrometeorológica,
según se trate, respectivamente, de un espacio de 15 km, 15 a 200 km o más de
200 km. Las previsiones son formuladas en forma de boletines, algunos de los
cuales se destinan a la ciudadanía en general y otros a determinados ramos de la
actividad humana y navegación
aérea y marítima, agricultura, construcción, turismo, deportes, regulación de
los cursos de agua, ciertas industrias, prevención de desastres naturales, etc.
Véase también[editar]
Fenómeno meteorológico extremo
Pronóstico del tiempo
Radar meteorológico
Referencias[editar]
1. ↑ «Aprendiendo Meteorología.» (pdf). 2001. Consultado el 5 de diciembre de 2012.
2. ↑ «La Meteorología.» (pdf). 2001. Consultado el 5 de diciembre de 2012.
3. ↑ What Goes Around Comes Around [1]
4. ↑ Ver, por ejemplo, el artículo Crisis en el campo de la investigación en la Unión
Europea del Programa de Investigación de la Deutsche Welle, del 20 de julio de
2005 [2]
Bibliografía[editar]
Michele T. Mazzucato. Tappe cronologiche fondamentali della meteorologia.
Wallace, J. M. and P. V. Hobbs, 2006: Atmospheric science: an introduction
survey. 2nd ed. Libro. Amsterdam: Elsevier Academic Press. 483 pp.
Holton, J.R., 2004: An Introduction to Dynamic Meteorology. Libro: 4.ª ed.
Amsterdam: Elsevier Academic Press. 529 pp.
Petterssen, Sverre, 1956: Weather Analysis and Forecasting. New York:
McGraw-Hill Book Company, Inc., Vol. 1: 428 pp., and Vol. 2.
Oke, T., 1987: Boundary Layer Climates. 2.ª ed, Routledge Publ., 435 pp.
Stull, R. B., 1988: Boundary Layer Meteorology. Kluwer Acad. Publ., 647 pp.
Bluestein, H., Synoptic-Dynamic Meteorology in Midlatitudes: Principles of
Kinematics and Dynamics, Vol. 1, Oxford University Press, 1992; ISBN 0-19-
506267-1.