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El Trabajo con la Voluntad 


La Simiente – Aries
¿Qué significa Voluntad?
Normalmente cuando hablamos de la Voluntad nos estamos
refiriendo a atma – el Primer Aspecto de la tríada o “voluntad del
alma”. El plano átmico es el lugar de encuentro entre la Jerarquía y
Shamballa o el alma y la mónada, así como el plano mental forma el
puente entre la Jerarquía y la Humanidad o el alma y la personalidad.
Realizamos la aproximación a la mónada vía la tríada, con lo que atma
se vuelve un portal para la Voluntad superior del alma, así como
manas es el portal para contactar al alma vía la personalidad.
Así como la personalidad y el alma tienen una triple división es
también útil considerar la triple expresión de la mónada en los tres
subplanos superiores del plano físico cósmico. En este caso o la
“Voluntad”, tal como la hemos entendido previamente, se vuelve el
tercer aspecto de una trinidad superior o debemos expandir lo que
significamos por Voluntad para referirnos a la triple mónada como un
todo.
PLANO FÍSICO CÓSMICO

Mónada, Alma, Personalidad
 Logoico, Monádico, Átmico, Búdico, Mental, Astral,


Físico

Podríamos definir las tres energías de la mónada como sigue:

1. Plano Logoico 


2. Plano Monádico 


3. Plano Ádico 


Ser Propósito Voluntad


Ser, Propósito y Voluntad están relacionados con las tres energías
Shambállicas de Purificación, Destrucción y Organización. En los
primeros planos del sistema – los de la niebla ardiente – la Vida que
habita la forma del planeta se experiencia en el estado más puro. El
Ser Puro tal como es experienciado en el plano físico cósmico es un
estado sin distorsión o modificación de ningún tipo. Es pura energía
no direccionada.
El segundo plano o monádico es el del Propósito porque es aquí donde
la pura energía de la Vida es cohesionada en una forma sutil – el
centro que conocemos como Shamballa. La Cámara del Concilio es
un reservorio de la energía del Propósito. La energía pura ha sido
enfocada o direccionada. El Ser ha “elegido” y una intención
divina (in-tension) se ha formado, si bien en materia más refinada que
aquella con la cual estamos familiarizados.
Una vez que el Ser tiene propósito no es ya capaz de morar sólo en la
pureza de su estado indiviso. Ha dicho, en efecto, “Sí” y “No”. Ha
surgido una sutil dualidad que provee una dirección energética o fiat.
Una vez que hay propósito o elección entonces surge una dualidad
natural entre aquellos elementos y vidas dentro del círculo-no-se-pasa
que están en alineamiento con ese propósito y aquellos que no. Este
plano está relacionado con la energía de la Destrucción porque una
vez que el gran “Sí” se emite entonces también es oído el gran “No”.
El Propósito crea una corriente de impulso direccional que eleva ante
y “presiona contra” la resistencia.
Es la fuente del esfuerzo evolutivo y la resistencia involutiva.
Asimismo, debido a que todas las vidas dentro del círculo-no-se-pasa
están también imbuidas con distintos grados de esta capacidad de
elegir, la Vida Una puede encontrar una resistencia activa y
consciente a su Propósito.
El tercer plano del sistema o átmico es donde la energía del Propósito
contenida en el plano monádico es expresada activamente como
“Voluntad”. Esto se relaciona con la energía Shambállica de
Organización, ya que es aquí donde el Propósito es “formulado” en el
plan. Cuando pensamos en “formular un plan” tendemos a ver a ese
proceso como el que sucede en materia mental cuando los humanos
toman la energía de una “idea” e intentan crear una visión o misión
con metas específicas en tiempo y espacio.
Lo referido arriba es una octava superior de este proceso. Para los
Maestros una “idea” como “hermandad” o “democracia” o “el mayor
bien del planeta” ya es una expresión material densa. Es la energía de
Vida que subyace a las “ideas” y les da “vivicidad” la que está siendo
formulada en Plan en los niveles átmicos. Los Maestros se congregan
para considerar cuáles grandes ideas deben ser vivificadas en un ciclo
venidero y cuáles deben ser desvitalizadas. De este modo “organizan”
la Vida que está condicionada por los Ashramas búdicos y generan
formas mentales iluminadas en los niveles de la mente abstracta, que
a su vez inspiran a los pensadores de vanguardia de la humanidad. Es
así que las civilizaciones humanas ascienden y caen.
Finalmente debería observarse que para aquellos que se han liberado
del plano físico cósmico por completo y están funcionando sobre el
astral cósmico, la Voluntad se refiere a las energías del plano mental
cósmico, el primero en una trinidad más elevada que comprende la
personalidad cósmica. A su vez, para un Logar Solar funcionando en
la tríada, la Voluntad se refiere a la mónada solar expresándose en los
tres planos cósmicos más elevados.
El propósito de cualquier entidad de desarrollar contacto consciente
con el aspecto Voluntad es preliminar a una síntesis de alguno de los
tres aspectos y al cambio de la identidad al siguiente nivel.
Alineamiento con la Voluntad y Reposando en el Ser
Aunque seamos incapaces de mudar nuestra identidad a los planos
monádicos hasta luego de la Quinta Iniciación, es posible alinearse
con estas energías, invocarlas y tenerlas operando dentro de la
conciencia del discípulo, resultando en una aceleración del proceso
iniciático.
Debería apercibirse que las energías de la Voluntad ya están operando
vía el sutratma o hilo de la Vida anclado en el corazón. Cuando nos
alineamos en conciencia vía el antakarana y arrojamos nuestra
voluntad personal solarizada del lado del espíritu, podemos ampliar
el canal para la corriente-Vida afluyente.
La mónada en tanto yo esencial posee una naturaleza dual que
corresponde a Purusha y Prakriti – la dualidad esencial que subyace a
toda manifestación. La unidad del Ser expresándose en el primer
plano se divide, como los cuernos de Aries, en la sutil dualidad de
Propósito y Voluntad en los dos planos siguientes.
El Propósito es pasivo y “contenedor”, correspondiendo a Purusha.
La Voluntad es activa y “expresiva”, correspondiendo a Prakriti. En
la conciencia del discípulo aproximándose a la mónada, esta dualidad
básica es expresada en la inusual paradoja a la cual podemos
referirnos como “la paradoja de Vishnu” ya que tiene que ver con la
naturaleza de la conciencia misma. La paradoja se expresa a través de
dos cualidades que se están desarrollando en la vida interna: esfuerzo
y entrega.
La mayoría de las dificultades psicológicas que surgen en aquellos
trabajando con el aspecto Voluntad son el resultado de un
desequilibrio entre estas dualidades. Cuando es lograda la síntesis su
expresión es el “esfuerzo sin esfuerzo” del iniciado unicórneo.
El esfuerzo se relaciona con el mundo del devenir y la energía activa
de Voluntad. La entrega se relaciona con el mundo del Ser y la energía
pasiva de Propósito. El esfuerzo permite a la conciencia penetrar en
las alturas y las profundidades – tomar el reino de los cielos por la
fuerza e implementar el propósito monádico en el plano físico. La
entrega permite a la conciencia apercibirse de que no está separada
del propósito mismo con el cual intenta relacionarse y que nunca lo
ha estado. El Esfuerzo conduce al alma al portal de la evolución
superior y la Entrega permite el pasaje por esa puerta.
Desde la perspectiva del alma humana como miembro de la Cuarta
Jerarquía en el plano búdico, penetramos en los misterios monádicos
en orden inverso. Primero experienciamos la Voluntad a través de un
encuentro con el aspecto Voluntad de la tríada álmica. Este impacto
nos relaciona con el Plan y nuestro lugar ashrámico en él. Esta
experiencia, aunque breve, está resumida en las palabras “Padre, no
mi voluntad sino la Tuya sea hecha”. La extremidad del alma en
servicio al intentar llevar a cabo el Plan y expresar esa Voluntad,
acarrea una experiencia del “Propósito” que yace detrás de la
Voluntad.
Este Propósito no es el Plan, ni la Voluntad que lo implementa – no
es un resultado definido en tiempo y espacio. Es un reservorio de
energía que ya contiene el resultado y el tiempo y espacio en que esto
ocurre. La experiencia lleva consigo el inquebrantable apercibimiento
de que nada puede detener la implementación del Propósito en los
cinco mundos porque éstos son inherentemente una expresión de ese
Propósito.
El Propósito ya ES. Es la energía que subyace toda Vida manifestada
o “direccionada”. La gran batalla entre la voluntad del alma en el
plano átmico y la voluntad de la entidad planetaria en el plano físico
llega a un fin a medida que esas voluntades son vistas como una
expresión dual del Propósito uno.
El primer plano o adi es donde la energía de “Vida” o puro Ser puede
ser experienciada por la Cuarta Jerarquía o el alma humana. La
penetración involucra la experiencia de la Vida Misma antes de que
se vuelva contenida o direccionada en los planos segundo y tercero.
El Ser Puro carece de posesiones o propósito y no es consciente de
separación o división algunas. Por lo tanto es el único lugar de
verdadera “paz” en el planeta.
Es importante recordar en este análisis que los planos superiores no
son la fuente de esta Vida sino estados o niveles vibratorios de materia
en los que el alma puede experienciar esa Vida y aprender a
identificarse con ella. Es el alma la que está experienciando esas
energías superiores y así ellas forman parte de la experiencia de la
conciencia antes que de la Vida monádica Misma.
Podemos aclarar esto por medio de la analogía. Es posible para el
discípulo polarizado en su mente abstracta aventurarse en los reinos
de buddhi, pero esto será una experiencia diferente a realmente dejar
la mente y acceder a la experiencia búdica desnudo – libre de los
ropajes de manas.
Similarmente un iniciado por debajo del Quinto Grado es capaz de
penetrar vía su vehículo átmico en los reinos de la mónada por más
que no sea capaz de transferir su identidad allí. De hecho es la
capacidad del alma de penetrar en las alturas la que es un pre-requisito
para ser capaz de exteriorizarse plenamente en el plano físico. A nivel
global es por ello que ha sido importante construir el antakarana
superior entre la Jerarquía y la Humanidad, para proveer la energía de
Vida necesaria para el proceso de Exteriorización.
El esfuerzo permite al alma, como el alma, penetrar en los misterios
superiores a través de experimentar directamente los estados
vibratorios de los tres subplanos superiores del plano físico cósmico
Y también exteriorizarse expresándose directamente en los tres
subplanos inferiores. La entrega permite al alma ser penetrada por
energías superiores e inferiores y de ese modo provee un “vehículo de
fuego” para la transferencia de lo superior en lo inferior y la elevación
de lo inferior a lo superior.
El esfuerzo expande la conciencia de modo que es capaz de penetrar
1
y “en-luminar” más y más del Tercer Aspecto. La aceptación permite
a la conciencia ser un conducto para que se relacionen entre sí las
energías que son inconscientes y superconscientes.
Entrega y esfuerzo juntos, rítmicamente aplicados, crean un campo
para la revelación de eso que yace más profundo que la conciencia y
la materia – la energía de la Vida Misma. Veamos un ejemplo práctico
de la diferencia y la naturaleza complementaria del Esfuerzo y la
Entrega según se vinculan a la transferencia de identidad de la
personalidad al alma: se nos dice que llega un momento en la vida de
todo discípulo
1
Juego de palabras en inglés. El autor utiliza la palabra “enlighten” (iluminar) pero
dividida como “en- lighten”, dando el “en” una idea de mayor inmanencia al “lighten”,
que conserva su significado de “aclarar”, “iluminar”. Nota del Traductor.

donde debe crearse una proposición mental que encarne su


comprensión del Propósito de la deidad. A través del estudio y la
intuición el discípulo articula su mejor entendimiento de este
Propósito. Entonces procede a formular su comprensión del Plan
divino y la intención Jerárquica para el presente ciclo.
Nuevamente a través de la investigación, el estudio y la intuición
puede identificar su propia constitución de rayo, su afiliación
ashrámica, propósito del alma y la parte de la obra de su Maestro por
la que ha asumido responsabilidad. Extendiendo el proceso, puede
identificar metas específicas en tiempo y espacio que intente lograr
(por ejemplo, en el período de doce meses siguiente), en alineamiento
con este Plan y Propósito. Entonces utiliza todos sus recursos en el
proceso de implementación. Todo esto es un ejemplo de Esfuerzo.
Por otro lado, se nos dice que el propósito esencial de Sanat Kumara
2
es “desconocido, no visto y no oído” . No sólo no lo conocemos sino
que no podemos conocerlo (y sin embargo SOMOS él) ya que tiene
su vida esencial y localización más allá del alcance de la mente.
Además, el alma no tiene un propósito – parte de su naturaleza
esencial es Propósito. Es imposible volverse algo que ya no se sea,
por lo tanto el camino de la Entrega nos llama a descubrir o revelar
aquello que yace sin ser apercibido en el núcleo de nuestra propia
naturaleza de Ser fuera del mundo espacio-temporal del llegar a ser
evolutivo. El esfuerzo crea las condiciones para la maestría de un
plano o esfera de actividad. La entrega crea las condiciones para la
entrada en ese plano de energías superiores y para la salida de ese
plano de la entidad moradora. El esfuerzo crea la joya. La entrega
permite la transmisión de energía a través de la joya y la transferencia
de Vida desde ella.
Y sin embargo...es imposible lograr el Ser por el Esfuerzo, porque el
Ser es la fuente de todo Esfuerzo así como todo por lo cual uno se
esfuerza. Es imposible experienciar al Ser por la Entrega, porque el
Ser es la fuente de toda Entrega así como todo lo que es entregado.
Incluso así...cuando Esfuerzo y Entrega se equilibran uno al otro y
toda acción (aunque sea sutil) cesa, entonces el Ser es revelado como
siempre presente. Al séptimo día (y el séptimo plano contando hacia
arriba) Dios descansa y nosotros, unos con Dios, podemos reposar en
el Ser.
Aries provee una oportunidad para penetrar a través de la dualidad de
Voluntad y Propósito en la Voluntad de Ser. Por ende antes de
contemplar cualquier trabajo en curso o nuevas iniciativas en este
tiempo de plenilunio de Aries, al buscar alinearse efectivamente con
el Propósito de la deidad, consideren los sintéticos aunque duales
aspectos de los caminos del Esfuerzo y la Entrega. Y entonces
aléjense por un momento de ambos caminos y reposen en la realidad
siempre presente – la fuente pura del Ser.
El Mántram de Vida
No existe el alma.
No existe el tiempo.
No existe el espacio.
Sólo existe la Vida.
Una Vida.

2
Bailey, Alice Ann; Los Rayos y las Iniciaciones, p.203.
Esa Vida, yo soy.
 Mi voluntad es para que todos mis yoes inferiores
me conozcan en su núcleo como la esencia,
 el principio y el fin de
su existencia.
 Así, como la Vida Una, VIVO.

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