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Lectura 9 PDF
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Filosofía
Contemporánea
Heidegger. Popper. Khun
Martín Heidegger, filósofo contemporáneo alemán, es uno de los máximos
representantes del existencialismo. Fue discípulo de Husserl de quien
recibió una significativa influencia sobre todo a través de la fenomenología.
Su vida académica fue importante llegando desempeñarse como rector de
la Universidad de Friburgo. Fue profesor de esa casa de estudios en la
cátedra dejada por Husserl. Se retiró de la universidad luego de la primera
guerra mundial y volvió años después manteniendo una actividad
académica irregular. Su obra más conocida es El Ser y el Tiempo.
La comprensión del Ser implica una indagación previa del ser del Dasein
que Heidegger desarrolla en una analítica existencial. Pues el ser-ahí es un
existente, su característica es la existencia y por ello comprenderlo implica
no manejar categorías, como lo pueden ser las clásicas categorías
kantianas, sino existenciarios. Para poder conocer estos existenciarios
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Heidegger usa como método la fenomenología y la hermenéutica. Por la
primera intenta una comprensión del ser del Dasein libre de
condicionamientos. Esto es posible dado que el método fenomenológico
permite "ir a las cosas mismas". La fenomenología, de alguna manera,
presenta, pone de manifiesto, el ser de los entes, por eso no sólo es un
método. Es también una ontología, ya que es la apertura hacia la
comprensión y la constitución del ente como objeto. Esto último la hace
también una hermenéutica, es decir, una comprensión del objeto que es
también un composición o, mejor aún, una interpretación del ente. Es
como un ir a las cosas mismas en busca del ser del ente y a la vez construir
o interpretar a la cosa buscada. Se podría decir que es una herramienta sin
la cual no podría entenderse el Ser ni los entes pero que, sin embargo, no
los "prefabrica", sino que permite "verlos" tal cual son, lo que no se podría
hacer si no se tuviese la herramienta.
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"Mundo" para Heidegger es "la noción ontológico- existenciaria de la
mundalidad". La mundalidad es el ser- en - el mundo del ser - ahí.
El estar- en- el- mundo es también un estar con los otros. El Dasein no está
solo sino con otros Dasein. El "estar- en- el - mundo -con- los- otros" es una
condición ontológica y existeciaria, o sea que no se puede ser de otro
modo sino "con- los- otros- en- el - mundo". El modo de "ser - con" del
Dasein es la preocupación, el hacerse cargo de uno mismo. Dicho en
términos vulgares: no hacerse el sonso. Pero el Dasein por su misma
condición estructural busca e intenta permanentemente la distracción. Se
hace el distraído. No quiere sufrir, no acepta su propia nada ni la angustia
que la comprensión de que es nada le produce. Esta distracción degrada al
Dasein, que termina por volverse "uno- cualquiera". El "uno- cualquiera"
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del Dasein es una condición existenciaria y, por lo tanto, objetiva. No es
una degradación moral que implique la pérdida de la autoestima o algo por
el estilo. Ni siquiera es una degradación ontológica, como el "ser menos
que tal o cual". Es una degradación existenciaria. No se puede evitar. Todos
estamos "caídos" e inmersos en las habladurías, en el qué dirán, en la
novedad, en el consumo por el consumo mismo. Pero también es condición
de todos el comprender, el hacerse cargo, el preocuparse, el recuperarse a
sí mismo. Por eso tanto la autenticidad como la inautenticidad son
condiciones existenciarias que a todos nos atañen. El "quién" del Dasein , el
"yo mismo" cabalga entre y sobre lo auténtico y lo no auténtico. Los dos
son existenciariamente constitutivos.
Hay que hacerse cargo de la propia nada. Es la única forma de dejar de ser
"uno cualquiera". Hay que aceptar lo inevitable: la vida y la muerte, puesto
que eso es la existencia. El Dasein ve a la muerte como su futuro ineludible.
Se anticipa a ella . Verla y sentirla es lo mismo: es la angustia. No es el
temor a lo desconocido sino la vivencia de la propia muerte en el "estar-
en- el - mundo". Es como ser ahora lo que no se es todavía. Un "pre - ser-
se en el mundo". Lo más lejano- y lo más inmediato a su vez- en el futuro
insondable es la propia muerte. De lo único que estamos seguros es que
vamos a morir. El Dasein auténtico no permite que nadie le "robe" la
muerte, su muerte. Si no puede elegir la muerte entonces tampoco puede
elegir como vivir. La muerte es la posibilidad por excelencia. Es la libertad
total del ser- ahí.
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cuidado, haciéndose cargo, consiente de sí mismo. El distraído, el "sonso",
de alguna manera no muere, puesto que de eso se trata una muerte no
auténtica, ficticia. Una muerte "ficticia" es la muerte de lo que también
vive una vida ficticia. El que no se hace cargo, el que se hace el distraído, no
muere auténticamente porque tampoco ha vivido. Ni siquiera muere. Los
sonsos son inmortales. Pero el Dasein puede optar por no hacerse el sonso
y empezar a preocuparse, a tomar conciencia, a comprender.
La metáfora del Ser como una casa en la que habita el hombre sirve para
mostrar, más que explicar, lo que Heidegger piensa del Ser. Pensar el Ser
no es pensarlo lógicamente, siguiendo un orden racional. Tampoco es
conocerlo. Cuando se piensa el Ser sucede lo mismo que cuando se camina
por un bosque cuyas sendas no llevan a ninguna parte. Son caminos del
corazón. Caminos que se siguen no porque lleven a algún lugar sino porque
son los caminos que uno quiere caminar. Son sendas perdidas en las que,
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inexplicablemente, nos encontramos a nosotros mismos. Las sendas que
llevan al encuentro del Ser no van a ninguna parte. Ellas son camino y
meta. Sucede con el Ser lo que con el Santo Grial: no lo encuentran quienes
lo buscan. El habla de los poetas (que nada dice porque solo se limita a
mostrar lo que está oculto), no el lenguaje de los científicos o los técnicos-
tecnócratas, es el que permite preservar al Ser, conmemorarlo. No hay
nada que describir, nada que explicar, nada que interpretar. Más aún: todo
lo que se ha dicho que no es el Ser, dice más que todo lo que se ha dicho
acerca de lo que es. Simplemente no hay que olvidarse del Ser. Tampoco
confundirlo con las cosas porque la suma de las cosas, de los entes, no
constituye el Ser. Antes bien, el Ser es el habitar de los entes. También es el
lugar del ser que se pregunta por el sentido del Ser: el Dasein. Es la tierra
en la que vivimos, el universo que habitamos.
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nomológico deductivo", de Hempel. Método que consiste en partir de la
observación empírica y por medio de inferencias inductivas llegar a la
enunciación de hipótesis generales (las leyes científicas) que sirven a su vez
de premisas en inferencias deductivas que permiten explicar y predecir
fenómenos empíricamente observables. El modelo, en síntesis, sirve para
explicar y predecir las regularidades que acaecen el mundo fenoménico. Es
el método que caracteriza a las ciencias de la naturaleza, principalmente a
la física.
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resultado de la actividad del sujeto en interacción con otros sujetos,
mientras que la del primero no. El tercer mundo puede explicar en parte al
segundo mundo, puesto que es un mundo en el que los sujetos interactúan
y se conocen como tales, y, además es el mundo en el que ser produce el
conocimiento. El tercer mundo es objetivo porque es el mundo
naturalmente humano, es decir, propio del ser humano. El conocimiento
científico es un producto de la actividad humana en dicho mundo. El
conocimiento objetivos es la relación entre el hombre y su mundo, el
tercer mundo. Hay en Popper una estrecha relación entre la evolución
biológica y el conocimiento. Así como la evolución es continua el
conocimiento también lo es. Siempre hay algo por conocer. Eso explica el
llamado progreso científico.
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empíricamente observables que una comunidad científica determinada
sostiene en algún momento de la historia. Esto implica que no hay una
ciencia única a lo largo de la historia y, además, que el conocimiento
científico no es ahistórico, al menos en términos absolutos. Estas dos
nociones implican una tercera que permite explicar por una parte cómo es
posible que a lo largo de la historia no se haya desarrollado una ciencia
única (tanto en el sentido formal como en el específico) y, por la otra, la
evolución o desarrollo de la ciencia (y cada ciencia en particular) en cada
momento histórico. La noción en cuestión es la de paradigma, que admite,
más allá de su significado etimológico ( el término proviene del griego y
significa "modelo"), múltiples interpretaciones ( treinta por lo menos). De
las "categorías" mencionadas hay que aclarar el significado del concepto
"revolución científica", que podría ser considerado como la contraparte de
"ciencia normal". Es decir que toda ciencia normal en algún momento de
su desarrollo se encontrará con cuestionamientos o problemas no
resolubles, desde su cuerpo de hipótesis, que anticipan su pronto final.
Final por su fracaso y por el casi inexorable advenimiento de una
revolución científica que no sólo conmoverá sus cimientos teóricos sino
que dejará fuera de la historia a todos aquellos integrantes de la
comunidad científica que la sostienen. ¿Cómo se produce esto? es
necesario aclarar que no es lo mismo hablar de una nueva ciencia porque
surge un cuerpo de conocimientos que se ocupa de fenómenos que hasta
el momento no habían sido percibidos o estudiados, que hacer referencia a
un nuevo saber cuándo se explican fenómenos por todos observables
desde otra óptica o punto de vista. En este último sentido hablaremos de
"nueva ciencia". Esto es lo que hace entendible una noción como la de
paradigma en sus variadas acepciones. La aclaración de alguno de los
significados de dicha noción puede ayudar a comprenderlo. Se entiende
por paradigma al cuerpo de conocimientos coherentemente organizados,
tanto teóricos como metodológicos o empíricos, que una comunidad
científica determinada dispone para explicar el conjunto de fenómenos que
la ciencia en cuestión se ocupa de estudiar. Este paradigma de alguna
manera condiciona a toda la comunidad científica. No solo en su modo de
pensar, sino también en su metodología y en su modo de observar,
organizar y explicar los fenómenos pertinentes a la ciencia que dicha
comunidad cultiva.
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desde dicha descripción y con el sólo recurso de las hipótesis que
constituyen dicha teoría. Una explicación heliocéntrica no sería compatible
con la anterior porque las hipótesis que constituyen dicha teoría son de
otro paradigma. Cualquiera que sea el paradigma dominante excluye casi
automáticamente a cualquier otro y constituye la ciencia normal. Durante
el periodo de predomino de un paradigma este no es compatible con otros,
ni formados ni en proceso de formación. Pero cuando el paradigma de la
ciencia normal comienza a mostrar fisuras porque no logra explicar por
medio de sus hipótesis determinados fenómenos, entonces se entra en una
crisis que, por decirlo de algún modo, abre las puertas a un paradigma
alternativo. Esto no sucede de un día para el otro porque el paradigma
vigente y la comunidad científica que lo sostiene encontrará y formulará, al
menos por un tiempo, hipótesis ad hoc (o sea para cada caso de excepción)
para explicar aquellos fenómenos que pongan en entredicho lo que
sostienen las hipótesis del paradigma en cuestión. Al principio de la crisis
paradigmática las hipótesis ad hoc servirán para mantener la vigencia del
paradigma. En este estado de crisis todo lo que no puede ser explicado
desde el paradigma, o no se explica o se lo intenta absorber en el
paradigma vigente por medio de las hipótesis ad hoc. No basta para que se
produzca una revolución con un conjunto de fenómenos no explicados, por
más numerosos que estos sean. Es necesario que ese conjunto de
fenómenos se ordene de modo coherente y entendible de modo que
permita explicar el conjunto de fenómenos en su totalidad y, además, la
predicción de fenómenos nuevos a partir de nuevas hipótesis. Para que
esto suceda es menester la constitución de un nuevo paradigma.
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