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“1. como un evento discreto que se inicia con la vuelta al consumo de drogas;
Desde el paradigma donde nos sentamos a pensar y plantear el tratamiento para nuestras
usuarias, la abstinencia total a las drogas asoma como nuestro objetivo vital para la
consecución de nuestra meta terapéutica que s la rehabilitación del adicto.
Es necesario educar al adicto, debe conocer todas las implicancias sobre lo que significa ser
adicto, además de instruirlo en la forma de buscar por el mismo, otorgándole la
responsabilidad de ser el coterapeuta de su propio proceso; el lugar que ocupa la droga en
su vida. Esto además sirva para que el adicto se motive y se comprometa mas con su
rehabilitación.
Recaída:
Definiciones
Droga: la OMS define la droga como “toda sustancia que introducida en un organismo vivo, puede
modificar una o más de sus funciones, pudiendo producir un estado de dependencia física,
psíquica o de ambos tipos.
Dependencia Psíquica: Al tomar una droga se produce una sensación de satisfacción y a su vez,
fuera de este estado, el sujeto experimenta una necesidad irreprimible de buscar, obtener y
reiniciar el consumo de la sustancia de forma regular o continuada para producir placer o
evitar el malestar, a pesar de los costes personales que ello conlleve. Se suele utilizar como
sinónimo de hábito, es decir, conducta repetitiva motivada en un principio por la falta de
sustancia en el cuerpo y posteriormente por la exposición a estímulos y conductas que
recuerdan el consumo.
Tolerancia: El proceso por el cual el organismo se habitúa al uso continuado de una sustancia, con
lo que para conseguir los mismos efectos a nivel orgánico o psicológico que se alcanzaban
anteriormente con una dosis mínima, ahora el individuo tiene que tomar una dosis mayor.
Sobredosis: consumo de una sustancia en una cantidad mayor a la que tolera el organismo en un
corto espacio de tiempo (intoxicación aguda). Puede llegar a causar la muerte en los casos
en que no se atienda con rapidez. Es un hecho erróneo considerar la sobredosis como el
consumo de una dosis alta simplemente. La reacción de una misma dosis depende de las
características del consumidor.
Síndrome Amotivacional: Se trata de un estado caracterizado por la apatía, la falta de interés por
prácticamente todo lo que no sea conseguir y consumir drogas, reduciéndose al mínimo el
resto de actividades y produciéndose un déficit en las funciones psíquicas básicas.
Sinergia: Es el efecto que se produce al consumir varias drogas a la vez. Este suele ser más fuerte
que la suma de los efectos de cada droga tomada individualmente y en ocasiones el
resultado puede ser tan peligroso como desconocido.
Polidrogodependencia: Persona que consume varias drogas, bien sea al mismo tiempo,
mezclándolas para que los efectos sean mayores o bien que consume varias drogas pero en
distintos momentos.
Variabilidad Individual: todos los conceptos anteriormente definidos están mediatizados por este
factor, entendiendo por “variabilidad individual” que el alcance de cualquier efecto
producido por una sustancia, así como la dependencia, tolerancia y abstinencia que pueda
provocar, dependerá en cierta medida de las características bio-psico-sociales de cada
individuo, siendo por tanto necesaria la realización de programas de tratamiento
individualizados para cada persona.
Abuso: Autoadministración de cualquier droga de una forma culturalmente desaprobada, que causa
consecuencias adversas específicamente definidas en el DSM IV.
Síndrome de Abstinencia: Reacciones psicológicas y fisiológicas al cese abrupto de una droga que
produce dependencia (DSM-IV)
Depresores: Los depresores del sistema nervioso también llamados calmantes o sedantes, relajan y
hacen que se esté menos consciente a lo que sucede a su alrededor. El alcohol, los
hipnóticos, los tranquilizantes, analgésicos y narcóticos como la heroína y la morfina
producen estos efectos.
Estimulantes: Aceleran los procesos mentales y hacen que la persona se sienta más alerta
proporcionando una sensación de euforia o mayor ánimo, entre este tipo de drogas se
cuentan la cocaína y la cafeína.
Alucinógenos: También llamados psicodélicos, son sustancias que cambian las PERCEPCIONES
del sujeto. Entre ellos se encuentran la marihuana, el hashish, el LSD, la mescalina, y dosis
excesivas de algunas drogas usadas en medicina interna.
El proceso de la drogadicción
Curiosidad.
Siente angustia frente a la potencial pérdida del grupo de pares. En este sentido son menos
vulnerables aquellos que presentan una familia protectora.
El joven con familia afectiva, integrada, democrática,con humor, genera en sus hijos
recursos protectores para cualquier tipo de daño.
Este proceso es importante en jóvenes con familias donde no hay un ambiente sano,
acogedor y estable.
La presión continúa y llega un momento en que la persona descubre el giro hacia la euforia.
D. Descubre las sensaciones "positivas" que la droga le produce. Lo pasa bien, hace cosas que no se
atrevía y al día siguiente no pasa nada a menos que le venga una sensación de pánico.
aumento de la relajación
episodio de hilaridad
sociabilidad aumentada
E. Rendimiento escolar normal
E. Depresión y Aislamiento.
Al volver a la normalidad surgen los primeros estados de depresión y aislamiento. (Estoy
engañando, alejándome de los que quiero. Empieza a acercarse a otra gente, pero engañando a los
que son importantes.
F. La Familia.
En la familia surge desconcierto, irritación, enojo, angustia, "ya no es el mismo", no comparte con
la familia. A veces se confunde con el proceso de adolescencia normal. Él siente que la cosa se le
desmorona un poco. Surgen las primeras técnicas de manipulación. Dice que va a un lado y va a
otro, miente para conseguir plata, usa colirio en los ojos. Trata de manipular las evidencias.
J. Aumenta el consumo
TERCERA ETAPA: Preocupación por Lograr la Euforia
B. Se rompe la fachada. Es difícil sostener una vida dual, ya no pretende verse ni sentirse normal.
Generalmente esto coincide con que la familia realmente asume y se da cuenta de lo que pasa. Por
lo tanto surge una aguda crisis familiar donde a menudo se presenta la violencia (física y
psicológica). La primera reacción de la familia es el temor ante lo que se reacciona con agresión, se
le quita todo, la casa es una cárcel, desconfianza generalizada.
C. Las actividades delictuales salen de la casa e ingresan a la calle, robo, hurto, tráfico menor,
prostitución (masculina y femenina).
D. Falta y abandono escolar y/o laboral, para concluir con la exclusión del sistema.
F. Carece de los recursos psicológicos necesarios para enfrentar la crisis, frente a eso consume más
droga porque la angustia es fuerte.
H. Surgen los primeros intentos reales de dejar la droga, fracasa en sus intentos.
I. Cuando está en ausencia de la droga la pasa mal física y psicológicamente. Busca la droga para
salir de ese estado.
A. Ya no alcanza la euforia; se droga para afrontar el día, para vincularse con el mundo real, para
intentar sentirse normal.
B. Consume fuertes cantidades de droga. Recurre a recetas de drogas mezcladas con el propósito de
sentirse bien.
D. Se ve inundado por ideas suicidas y paranoides. Se genera un estilo paranoídeo de relación con
todo el mundo.
Negación de la preocupación
Defensividad
Comportamientos compulsivos
Comportamiento impulsivo
Tendencia a aislarse
Visión de túnel (ver solo ciertos aspectos de la vida e ignorar los demás)
Depresión menor
Fase V: Inmovilización
Períodos de confusión
Irritabilidad
Auto-compadecerse
Pensamientos de beber socialmente (“puedo pensar que quizá yo podría beber y mantener el
control” “creo que me sentiré bien si bebo un poco”)
Mintiendo conscientemente
Pérdida completa de la confianza en su mismo (“no creo que yo pueda cambiar las cosas,
no hay nada que pueda hacer)
Resentimientos profundos
Básicamente esto sucede debido a que producen placer, es decir, la gente utiliza las sustancias de
abuso debido a que les gusta lo que ellas hacen en el cerebro.
La activación de este sistema parece ser un elemento común a situaciones que provocan placer y
sirve como sistema de recompensa, permitiendo reforzar aquellas acciones que son útiles para
nuestra supervivencia y reproducción.
La estimulación del NAC genera sensaciones de placer y actúa como un “refuerzo positivo”.
En términos generales los seres humanos y otras especies tendemos a repetir aquellas acciones que
nos generan placer aún cuando ellas impliquen tiempo y esfuerzo.
Sin embargo, si las acciones de las drogas de abuso se explicaran sólo por estos hallazgos, todos los
que hemos estado expuestos a drogas seríamos adictos y esto no es así.
el sistema nervioso central de los adictos (lo cual normalmente es debido al uso prolongado de la
sustancia) que cambia su cerebro del de un “usuario de la droga” a un patrón de búsqueda y
consumo compulsivo de la misma.
73Esto permite explicar algunos de los cambios dramáticos observados en el comportamiento de los
sujetos adictos y señala porqué el cerebro de un adicto es diferente del de un sujeto normal.
Sin embargo, hallazgos de los últimos dos años han indicado que estos cambios a nivel genético, si
bien son de largo plazo, en la mayoría de los casos no van más allá de los ocho meses luego de
terminar el uso de la droga.
Los más interesantes avances hechos en el campo de la adicción provengan de la colaboración entre
científicos que estudian los procesos adictivos y los del aprendizaje y memoria.
Dopamina y Motivación
El sistema de recompensa afectado por las drogas adictivas está involucrado en la regulación de
nuestras motivaciones.
A través de nuestra corteza prefrontal, los seres humanos aprendemos y conocemos el mundo y
desarrollamos comportamientos y expectativas basados en la experiencia (memoria?).
En el NAC estas expectativas son comparadas con los estímulos que nuestro cerebro recibe a cada
momento.
A través de un incremento en los niveles de dopamina en el NAC, las drogas de abuso “toman
control” de este sistema.
Si el uso de la sustancia continúa, el cerebro se adapta al exceso de dopamina, la producción natural
disminuye y los receptores dopaminérgicos (del placer) se insensibilizan y se hacen menos
numerosos. Esto es lo que explica el fenómeno de la tolerancia.
Pero fundamentalmente afecta la capacidad de sentir placer con otras acciones y estímulos (la
dopamina está muy baja).
Tal como hemos visto, los efectos “placenteros” producidos en el sistema de recompensa por las
drogas de abuso actúan como un “refuerzo” para continuar su uso.
Pero también ciertos efectos negativos (conocidos como “procesos oponentes”) del uso de drogas
están involucrados en la generación de un cerebro adicto.
Todos estos fenómenos están relacionados con los cambios a nivel de sistemas de recompensa,
neurotransmisores e intracelulares que hemos señalado y apoyan el concepto de que la adicción es
una patología del sistema nervioso central ya que en definitiva, un cerebro adicto difiere en su
neurobiología de un cerebro no adicto.
Existen múltiples elementos que determinan que una persona utilice una droga en forma
compulsiva, y que van más allá de las acciones de una determinada sustancia a nivel de nuestro
SNC.
La mayoría de las personas están expuestas a drogas y sin embargo no se vuelven adictos. Incluso
muchos de aquellos que usan o abusan de drogas, jamás se vuelven adictos.
Una multiplicidad de factores tiene que ver con al expresión final de la enfermedad:
Factores del huésped: otro factor es la personalidad. Es reconocida entre los investigadores del área,
la existencia de una “drug seeking personality” (algo así como “personalidad buscadora de droga”).
La herencia o factores genéticos es otro elemento muy importante a la hora de analizar las
posibilidades de generar una adicción.
Factores ambientales: si hay algo que caracteriza a la adicción es que es una enfermedad para la
cual el contexto social en la cual se desarrolla y expresa es críticamente importante.
SÍNDROME DE ABSTINENCIA, CRAVING Y RECAÍDA
Un método para el estudio del abandono del consumo de drogas ha consistido en investigar
a aquellos usuarios (especialmente a usuarios de opiáceos) que han decidido cambiar por si mismos,
sin la ayuda de un tratamiento especializado (Gossop, 1993).
Los hallazgos indican que a pesar que un porcentaje no despreciable de usuarios fueron
capaces de desintoxicarse por si mismos, la duración de la abstinencia fue más bien breve, y
parecida al de aquellos individuos que han seguido un tratamiento ambulatorio.
Gossop indica que las razones dadas por los adictos a opiáceos respecto a su fracaso en sus
intentos de abandono de drogas sin tratamiento incluían: las tentaciones debidas a la disponibilidad
de drogas o el fácil acceso a las mismas, ausencia de apoyo durante la desintoxicación, y la
gravedad de los síntomas de abstinencia.
Ese autor afirma que “la presencia del síndrome de abstinencia representa un obstáculo que
se presenta al principio del intento de abandonar la droga […] y es poco frecuente que se otorgue la
importancia adecuada al síndrome de abstinencia en el proceso de recuperación” (Gossop, 1993, p.
12).
En el CIE-10 (OMS, s/f) se define la Dependencia, como la presencia en los últimos doce
meses, en forma continua o en algún momento, de 3 o más de los criterios que se describen a
continuación:
Este síndrome presenta distintos síntomas, según las distintas sustancias psicoactivas. A
continuación se describen esos síntomas (DSM-IV, American Psychiatric Association, 1995):
B. Dos (o más) de los siguientes signos, que aparecen entre algunas horas o días después
del Criterio A:
(1) hiperactividad autonómica (p. ej., sudoración o más de 100 pulsaciones)
(3) insomnio
(7) ansiedad
B. Tres (o más) de los siguientes signos y síntomas, que aparecen de pocos minutos a
varios días después del Criterio A:
(1) humor disfórico
(6) diarrea
(7) bostezos
(8) fiebre
(9) insomnio
(2) insomnio
(4) ansiedad
(6) inquietud
Gorsky y Miller (Tejero, Trujols y Casas, 1993, p. 306) han descrito los siguientes síntomas
de este Síndrome de Abstinencia Post-Aguda1:
1
Autoconocimiento
Es necesario que el adicto sea capaz de saber qué es lo que está viviendo, pensando y
sintiendo en los diversos momentos de su vida, con el objetivo de identificar su
subjetividad al respecto, es decir significar sus formas de pensar y actuar ante diversos
estímulos, lo que lo ayudara a prevenir o anticipar una recaída, comparándose con la
objetivación del proceso de recaída.
Es entrenada a quemar las vinculaciones con el consumo y los puentes que lleven a
el
Es necesario no estar ajeno a los avatares propios de un tratamiento para personas adictas,
por lo tanto es de suma importancia preparar a adicto ante una eventual recaída, pero
siempre basándonos en el hecho que siempre es mejor evitarla. La recaída es vista no como
la perdida de todo lo trabajado, si no, más bien como la oportunidad de aprender de esta, o
de trabajar aspectos del tratamiento que hayan podido ser omitidos o simplemente no
tomado con la importancia necesaria, por lo tanto aprender del análisis en cadena e
identificando soluciones para un futuro evento que pudiera gatillar el consumo nuevamente.
Esto puede ser visto como una habilidad de “caer bien”, poniendo el énfasis en “si la crisis
ocurriera entonces….”
Otra habilidad que es necesario que el usuario adquiera es la capacidad de utilizar sus redes,
y ante potenciales crisis tener la capacidad de recurrir al centro de tratamiento como barrera
de contención antes de consumir.
El adicto debe tener claro que sus motivaciones para dejar el consumo además de las
potenciales consecuencias para su vida.
Estrategias cognitivo-conductuales para el manejo
del craving
por González Salazar, I. D.
Introducción
El DSM IV, menciona que el craving se observa con frecuencia (quizá en todos) en los
pacientes fármacodependientes, mismo que describe como una “necesidad irresistible de
consumo” (APA, 1994, pag. 182). Esa necesidad tiende a la realización de la misma, que se
alcanza con la consumación por medio de un acto consumatorio. “Los craving y los
impulsos por el consumo tienden a ser automáticos y llegar a ser <<autónomos>>, es
decir, pueden continuar incluso aunque la persona intente suprimirlos, no se suprimen con
facilidad” (Sánchez 2002). Por lo anterior, se destaca la relevancia de este documento, dado
que su abordaje es de inminente importancia para el tratamiento del sujeto
fármacodependiente, en donde el psicólogo debe conocer las estrategias que le competen
para el mismo para integrarse dentro de un equipo multidisciplinario y brindar un servicio
de alta calidad al paciente para contribuir a su recuperación y rehabilitación. De esta
manera, se pretende que el presente trabajo sirva como una guía sobre las estrategias para el
manejo del craving, las cuales son, por elección, cognitivo conductuales así como
contribuir al conocimiento del lector. Para este efecto se revisarán los aspectos relevantes
para este manejo.
El craving es un deseo (o necesidad psicológica) intenso e irrefrenable que conduce al
individuo a abandonar la abstinencia. Beck y cols. (1999) identifican cuatro tipos de
craving, mismos que se enumeran a continuación:
El terapeuta debe reconocer y comprender los cravings de su paciente, sus tipos, sus
elementos esenciales y su naturaleza, así como empatizar con el mismo para poder
determinar la mejor estrategia para este manejo. Para esto es relevante que el sujeto
entienda el craving, para lo cual el paciente debe darse cuenta de que “experimentar cierto
grado de ansiedad es normal y muy común. Sentir que esta ansiedad no significa que algo
está mal o que el paciente realmente desea consumir drogas otra vez.” (NIDA, 1999,
citado por CIJ, 1999, pag. 88) De igual manera, debe describir o detectar el craving. Para
esto puede ser útil el empleo de autorregistros, así como preguntar ¿Cómo es su craving?,
¿Qué tanto le afecta?, ¿Cuánto tiempo dura? ¿Qué es lo que hace otrata de hacer para
manejar el craving?, etc.
Se procede a discutir con el paciente los pensamientos relacionados con el craving que
son necesarios eliminar. Posterior a esto, el terapeuta le pide al paciente que cierre los ojos
e inicie verbalizando con una secuencia de pensamientos negativos asociados al craving
como por ejemplo: "Me siento horrible, me voy a morir si no uso droga, etc." Mientras el
paciente procede, el terapeuta interrumpe diciendo "¡Alto!" Después de esto el terapeuta
“hace ver al paciente cómo se detuvieron aquellos pensamientos” (Wolpe, 1993, pag. 124),
pidiéndole que repitan el ejercicio varias veces. Estos ejercicios se repiten con el propósito
de que el paciente aprenda a detener estos pensamientos negativos gritando "¡Alto!" por sí
mismo cuando estos se presenten, mismo que el terapeuta deberá alentar y reforzar.
Puede ser que el paciente exprese que es difícil gritar <<¡Alto!>> si los pensamientos
se presentan en un lugar público como un restaurante, una sala de cine u otro lugar de alta
concurrencia social, mismo que puede resultar embarazoso para el paciente. Para esto, se
puede indicar al paciente que en los lugares que considere pertinentes no realice la
verbalización "¡Alto!", pero que puede pensarlo de manera firme y decidida, de modo que
el paciente esté consciente de la manera en la que detuvo el pensamiento. Al terminar la
detención del pensamiento, existe la adición de sustitución posterior del pensamiento
negativo por uno incompatible o distractorio. Por ejemplo, en vez de “me voy a morir si no
uso drogas”, se sustituye por “estoy bien” o cualquier otro pensamiento positivo y útil para
el sujeto.
Como su nombre lo indica, son técnicas sencillas que tienen como objetivo
<<distraer>> al sujeto ante pensamientos y sentimientos relacionados con el craving. Es
decir, que “cambien su enfoque atencional de interno a externo, para que disminuyan sus
deseos” (Sánchez, 2002a, pag. 39) La distracción puede consistir en que el terapeuta
indique, con un previo acuerdo en función de las actividades de distracción de relevancia y
agrado para el paciente, lo siguiente: centrar la atención en los elementos del ambiente
verbalizandolos, siendo lo más detallista posible ( por ejemplo, “en este restaurante hay
diez mesas con manteles blancos, las paredes son azul claro con una ventana cada cuatro
mesas. Hay una señora que....); evitar el ambiente (por ejemplo, alejarse de un bar, esquina
o lugar de consumo. Puede ir a visitar un amigo, a dar un paseo, etc.);hablar sobre algún
tema iniciando una conversación con amigo o familiar, recitar un poema o cantar una
canción favorita. (Generalmente, algunos pacientes prefieren traerlo escrito y leerlo);
realizar actividades domésticas, ejercicio (por ejemplo, salir a correr, realizar determinado
número de sentadillas, etc.) jugar un videojuego, juego de mesa o rompecabezas. En
general estas distracciones se pueden combinar y complementar según las particularidades
del paciente y de su craving. Así mismo, es importante evaluar la necesidad de combinar
una estrategia de distracción con un ejercicio de relajación para reducir la ansiedad en casos
necesarios.
III. Control y Programación de Actividades
Es una técnica que tiene como objetivo modificar los hábitos del paciente en función
de sus actividades, mismas que por lo general giran respecto al uso de drogas. Así mismo,
“cuando los pacientes se están recuperando deben enfrentarse con mucho tiempo libre en
sus manos.” (Beck y cols., 1999, pag. 227) Por lo cual, es importante que las actividades
previas a la abstinencia "relevantes al uso de droga" sean sustituidas por nuevas actividades
positivas para el paciente.
Wolpe (1993) afirma que “el método de relajación que se emplea de manera rutinaria
es esencialmente el de Jacobson [1983], pero la instrucción se completa en seis lecciones,
en contraste con el entrenamiento prolongado que él utilizaba. [generalmente 50 sesiones
o más]”
Beck y cols. (1999), destacan cinco técnicas utilizadas: a) reenfoque con imaginación,
b) sustitución por imagen negativa, c) sustitución por imagen positiva, d) repaso mediante
imagen, y e) adquirir dominio mediante imaginación.
Es una técnica que emplea la exposición real o imaginaria a los estímulos que
producen el craving, por medio de acercamientos sistemáticos a estos, los cuales son
reforzados puntualmente, de modo de que la respuesta pierda poder ante dicha situación
dado que “la repetida presentación del estímulo hace que éste pierda progresivamente su
capacidad de evocar ansiedad.” (Wolpe, 1993, pag. 145) Generalmente, se inicia un repaso
mediante la imaginación del acercamiento al estímulo condicionado, y después de haberlo
dominado, se prosigue la exposición al estímulo real.
Para combatir las ideas irracionales se debe confrontar y discutir las mismas, por
ejemplo: “menciona que se siente horrible y que va a morir. Sin duda es molesto e
indeseable el sentir el craving pero, ¿en realidad se va usted a morir por no tomarte un trago
en esa fiesta, sufre usted de alguna enfermedad extraña en la cual al no ingerir alcohol usted
de repente cae subitamente al suelo y deja de vivir? –el paciente ríe y responde—No, tal
vez estoy exagerando.” De esta manera el paciente comprende la irracionalidad de sus
creencias y cómo ha aprendido a percibir las cosas de una manera inapropiada lo cual le ha
generado emociones que no puede controlar. Por lo tanto, es necesario que adopte una
nueva forma de pensamiento, el cual será eminentemente racional.
Las respuestas a esas preguntas abiertas que probaron ser determinantes para el lapso inicial
fueron clasificadas y asignadas a una tipología de ocho categorías basadas en el método de análisis
de contenido. La confiabilidad del sistema de categorías fue evaluado solicitando a dos
investigadores independientes que asignaran 20 descripciones a la categoría apropiada; el
porcentaje de acuerdo entre los dos investigadores fue de un 95%. Este sistema inicial de categorías
fue revisado y expandido en estudios posteriores que incluyeron otros comportamientos adictivos
como uso de tabaco y heroína agregados al uso de alcohol. En la versión final del sistema de
categorías, las descripciones de los lapsos iniciales (el primer uso de alcohol o droga después del
tratamiento) fueron clasificadas en dos clases principales: Determinantes intrapersonales-
ambientales (cuando el episodio de lapso implicó una respuesta a sucesos primariamente
psicológicos o físicos); y Determinantes interpersonales (aplicados cuando el episodio de lapso
incluyó la influencia significativa de otros individuos).
(1) Afrontamiento de frustración y/o rabia: Los determinantes implican una experiencia
de frustración (reacción ante el bloqueo de una actividad dirigida hacia un objetivo)
y/o rabia (hostilidad, agresión) en términos de si mismo o algunos eventos
ambientales no personales. Aquí se incluyen la culpa y las respuestas a exigencias
(irritantes) de fuentes ambientales de desde si mismo que es probable que produzcan
rabia.
E) Entregarse a las tentaciones o a las urgencias: Uso de las sustancias en respuesta a urgencias
“internas”, tentaciones u otros gatillos. Incluye las referencias al craving o a los deseos
subjetivos intensos de consumir, en ausencia de factores interpersonales.
Determinantes interpersonales
(1) Presión social directa: Hay contacto directo (a través de interacción verbal) con otra
persona o grupo que presiona al usuario o que le suministra la sustancia (por ejemplo,
que alguien le ofrezca droga, o se le urja a usar la droga). Esto es distinto a aquellas
situaciones en las cuales la sustancia es obtenida de otra persona a requerimiento del
usuario (el que ya ha decidido usarla).
1. Actitudes negativas:
Graña y García indican que durante los dos primeros meses de abstinencia el usuario
experimenta una serie de consecuencias positivas, antes que lo afecten los problemas y
el estrés de la vida diaria; en esa especie de “luna de miel” el usuario niega la existencia
de cualquier problema o incluso la posibilidad de recaer. En este período el usuario
encuentra difícil admitir que las dificultades surgirán nuevamente. Este es un factor de
alto riesgo para consumir nuevamente.
5. Deseos de gratificación
El usuario espera alguna fecha importante (cumpleaños, por ejemplo) para “desquitarse”
de los esfuerzos que ha significado el tratamiento.
(tal como lo describen los autores, este indicador se relaciona con el género masculino)
Los problemas sexuales pueden ser desencadenadores de una recaída. Por ejemplo, en
los consumidores de cocaína se produce generalmente una pérdida temporal del deseo
sexual después de dejar de consumir, que puede durar semanas o varios meses. Este
efecto fisiológico puede ser considerado erróneamente por la/el compañera/o como una
señal de rechazo, y generarse dificultades interpersonales.
Graña y García indican que cuando los usuarios no han tenido relaciones sexuales sin
drogas durante períodos de tiempo prolongados, acostumbran a tener reacciones de
miedo y de ansiedad de desempeño, que pueden dar lugar a incapacidad de erección
transitoria o eyaculación prematura. Los autores sugieren que para prevenir recaídas, es
importante que el usuario aprenda a disfrutar de los sentimientos relacionados con la
sexualidad y la intimidad sin necesidad de consumir drogas.
Los suelos relacionados con el consumo, especialmente los muy vívidos y recurrentes,
llegan a alterar el proceso de recuperación del usuario. Al despertarse, el usuario tiene el
sentimiento de haber recaído, pudiendo decepcionarse de si mismo. En otros casos, son
tomados como una profecía, como una indicación de falta de motivación para continuar
tratándose.
B. Conductas de alto riesgo
2. Conductas impulsivas
2. Eventos vitales
Cambios importantes de índole negativa e inesperada en la vida del usuario, que generan
una reacción de estrés exagerada y pueden dar lugar a una recaída. Esos eventos también
pueden ser naturaleza positiva (por ejemplo, ascensos laborales, nacimiento de un hijo,
iniciar una nueva relación).
4. Permisividad familiar