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Materiales y métodos
Aislamiento de bacterias celulolíticas del intestino de Diatraea saccharalis
Se colectaron larvas de quinto estadio de D. saccharalis en campos de caña de azúcar en la
Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), Tucumán, Argentina,
y se esterilizaron superficialmente con etanol al 70%, antes de que las vísceras fueran
disectadas asépticamente de réplicas de diez larvas. Los intestinos aislados se cortaron en
trozos pequeños, se homogeneizaron en una solución salina isotónica antes de sembrar en
un medio de agar salino mínimo que contenía 0.5% de glucosa, bagazo de caña de azúcar
finamente molido o restos de cosecha (HT) como única fuente de carbono.
Se realizó la extracción de ADN con el kit PureLink Genomic DNA (Invitrogen, EE. UU.)
De acuerdo con las instrucciones del fabricante. Se emplearon primers universales
bacterianos fD1 y rP1 para amplificar el gen 16S rDNA a partir de ADN genómico. Se
realizó (PCR) Todos los productos de ADN amplificados se controlaron mediante
electroforesis en gel de agarosa al 1% (p / v) teñidos con GelRed (Biotium, EE. UU.).
Posteriormente Los productos de amplificación de 1,5 Kb se purificaron directamente a
partir de la reacción de PCR utilizando el kit de purificación PureLink Quick PCR
(Invitrogen, Alemania) de acuerdo con las instrucciones del fabricante.
Resultados
Aislamiento de bacterias celulolíticas del intestino de Diatraea saccharalis
Con el fin de aislar simbiontes bacterianos del intestino de D. saccharalis alimentado con
caña de azúcar, se recolectaron larvas de quinto estadio en campos de producción de caña
de azúcar en la provincia de Tucumán en el noroeste de Argentina. Los intestinos de las
larvas se diseccionaron inmediatamente y se plaquearon en placas de agar que contenían un
medio de crecimiento bacteriano mínimo suplementado con glucosa o biomasa de caña de
azúcar en forma de bagazo o restos de cosecha (HT), como única fuente de carbono. A
partir de estas placas iniciales se aislaron 118 colonias bacterianas que mostraron actividad
preliminar de degradación de celulosa deducida de la formación de halo alrededor de la
colonia bacteriana cuando se trató con rojo Congo (Figura 1A), ochenta a partir de placas
de glucosa (1,2 × 108 unidades formadoras de colonias.ml-1) y treinta y ocho de las dos
placas de sustrato de lignocelulosa (2,0 x 105 unidades formadoras de colonias.ml-1).
Después de una ronda de purificación de colonias, todas las colonias bacterianas indicadas
para poseer actividad de celulasa se volvieron a analizar para la capacidad de degradación
de la celulosa utilizando un medio de crecimiento mínimo complementado con CMC.
Treinta y ocho de las 118 colonias bacterianas originalmente aisladas, diecinueve de placas
de glucosa y diecinueve de placas de biomasa de caña de azúcar, mostraron zonas de
aclaramiento variable alrededor de la colonia bacteriana después de la incubación con rojo
Congo (Figura 1B) y fueron seleccionadas para estudios posteriores.
Discusión
De un total de 118 aislamientos bacterianos cultivables obtenidos de intestinos de D.
saccharalis alimentados con caña de azúcar, se descubrió que un tercio (38) posee actividad
celulolítica determinada por la degradación de la CMC. Los estudios de homología de
secuencia de 16S rDNA de las 38 muestras revelaron que todas las cepas celulolíticas
pertenecían a las 3 phyla γ-Proteobacteria, Actinobacteria y Firmicutes, que estaban
representadas por especies pertenecientes a cinco géneros diferentes: Klebsiella,
Stenotrophomonas, Microbacterium, Bacillus y Enterococcus.
Los miembros de estos géneros son de amplia distribución en la naturaleza y todos ellos
han sido aislados previamente de las entrañas de los insectos (Cardoso et al., 2012; Huang
et al., 2012; Shao et al., 2014), que poseen actividad celulolítica (Teather y Wood 1982;
Ohkuma y otros 1995; Charrier et al., 1998; Dillon y Dillon 2004; Prem Anand y Sripathi
2004; Ariffin y otros, 2006; Charrier et al., 2006; Mohamed y Huang, 2007; Anand, et al.,
2010; Suen et al. al. 2010; Okeke y Lu 2011; Ko et al., 2011; Huang et al., 2012) y todas
las especies excepto el género Enterococcus han sido reportadas como endofitos de plantas
(Zinniel et al., 2002; Asis y Adachi 2004; Dillon y Dillon 2004; Velazquez et al., 2008;
Malfanova et al., 2011; Huang et al., 2012; Mingyue et al., 2013; Murugappan et al., 2013;
Ren, et al., 2013; Chun-Yan et al., 2014; Soni, et al. . 2014). Tomando en cuenta la extensa
información sobre literatura, parece plausible concluir que la mayoría de las bacterias
celulolíticas aisladas en este estudio existen en la planta y están colonizando el intestino al
alimentar las larvas con tejido vegetal.
El único género de bacterias aislado del intestino de D. saccharalis que no se ha informado
en las plantas es Enterococcus, lo que sugeriría una colonización del intestino larvario del
insecto adulto a través del huevo, como se ha demostrado para Enterococci en otras larvas
de Lepidoptera ( Brinkmann et al. 2008).
Es interesante observar que muchos estudios de microbiota intestinal de insectos herbívoros
están dominados por miembros de los phyla Actinobacterias, γ-Proteobacteria y Firmicutes,
en los cuales la principal función simbiótica sugerida es la fijación de nitrógeno, la
desnitrificación, la degradación de carbohidratos, la desintoxicación y diversos roles de
defensa contra los patógenos (Schloss et al., 2006; Pittman et al., 2008; Hernández et al.,
2013; Shao, et al., 2014). Una función similar, predominantemente nutritiva y de defensa
para las bacterias aisladas del intestino de D. saccharalis es muy probable ya que los tallos
inmaduros de la caña de azúcar, de donde se recolectaron las larvas, tienen un valor
nutricional muy bajo que contiene bajas cantidades de nitrógeno, proteínas, vitaminas,
azúcares y minerales
Para estudiar y caracterizar aún más la actividad celulolítica de las cepas degradantes de
CMC aisladas del intestino de D. saccharalis, se realizaron experimentos utilizando
residuos agrícolas de caña no pretratados como sustrato para reproducir la alimentación
natural de las larvas. Estos estudios revelaron que de todas las especies de los cinco géneros
bacterianos aislados; solo las especies de Bacillus y Klebsiella poseen una capacidad
celulolítica relativamente alta cuando se cultivan en biomasa de plantas de caña de azúcar,
lo que indica que estos géneros son capaces de metabolizar de manera eficiente tanto la
celulosa soluble como insoluble, un requisito previo para la digestión completa de la
biomasa lignocelulósica.
Otra observación interesante de los estudios celulolíticos de cepas pertenecientes a especies
de estos dos géneros fue que la biomasa de la caña pareció inducir una mayor actividad
enzimática extracelular, como se deduce de los halos más grandes observados en las placas
de bagazo y HT de caña de azúcar teñidas con rojo Congo (cph), en comparacion con la
CMC y otras fuentes de carbono. Esta observación indica que podría haber una mayor
especificidad y / o eficiencia en la degradación de la biomasa de la caña de azúcar para
estas bacterias, lo que apoyaría nuestra hipótesis inicial. El apoyo a esta observación son
estudios que muestran una clara correlación entre los cambios en los simbiontes intestinales
bacterianos con diferentes biomasa de alimentación. Como ejemplo, las larvas de
Lepidoptera Spodoptera littoralis alimentadas con alimento artificial, frijol lima y cebada
mostraron una composición muy diferente de las especies intestinales bacterianas en un
estudio metagenómico (Tang et al., 2012).
Curiosamente, numerosas bacterias pertenecientes a los géneros Klebsiella se encontraron
cuando las larvas se alimentaban de cebada pero estaban ausentes en larvas de la
alimentación artificial o solo se encontraban en muy baja representación en insectos
alimentados con frijol lima, lo que podría indicar un papel importante para las especies de
este género en larvas que se alimentan de especies de gramíneas, como se vio en nuestro
estudio sobre la caña de azúcar. Sin embargo, se necesitan más estudios para dilucidar si
estas bacterias son más eficientes en la degradación de celulosa de una biomasa específica
clonando genes de celulasa individuales y realizar estudios in vitro sobre la capacidad de
degradación enzimática de proteínas individuales utilizando diferentes sustratos de
carbohidratos, antes de sacar cualquier conclusión directa. Sin embargo, estos resultados
son alentadores y ameritan una mayor investigación de la eficacia y actividad celulolítica
de celulasas y hemicelulasas de cepas pertenecientes a especies de Klebsiella y Bacillus
aisladas en este estudio para evaluar su eficacia y posible aplicación en la degradación de
biomasa de caña de azúcar para producción de bioetanol de segunda generación u otras
aplicaciones.
Figura 5 Adherencia bacteriana a residuos de cosecha de caña de azúcar. Imágenes de
microscopía electrónica de barrido (SEM) que muestran la adherencia bacteriana a fibras de
plantas procedentes de HT de la caña de azúcar. Imagen izquierda, cepa Klebsiella oxytoca
en forma de barra Kd70 TUC-EEAOC. Imagen derecha, diplococos de la cepa Kd7 TUC-
EEAOC de Enterococcus casseliflavus. Las barras blancas que se muestran en las esquinas
inferiores izquierdas de ambas figuras indican 2 μm.
La baja actividad celulolítica encontrada para especies bacterianas que pertenecen a
especies de los generos Microbacterium, Stenotrophomonas y Enterococcus sugiere papeles
primarios distintos a la degradación de carbohidratos en el intestino larvario. Como se
mencionó anteriormente, la importancia de Enterococcus como colonizador importante del
intestino de insectos está indicada por la colonización temprana y que Enterococcus está
categorizado como una bacteria ácido láctica (LAB), que son organismos beneficiosos
conocidos de la microbiota intestinal de animales, incluyendo insectos (Vasquez et al.,
2012; Shao et al., 2014). Si el Enterococcus ya existe en el huevo de D. saccharalis es
probable que este género desempeñe un papel simbiótico muy importante similar al
propuesto en el estudio metagenómico del intestino del gusano de la hoja de algodón,
donde se encontró que Enterococcus era la bacterias activas más predominante y
metabólica a lo largo de todo el ciclo de vida larval que indican la importancia de este
género como colonizadores intestinales de larvas de miembros de Lepidoptera (Shao et al.,
2014). Como una de las posibles especies fundadoras de la microbiota intestinal, es
interesante especular sobre un posible papel de control para los miembros de este género en
el establecimiento de otras bacterias en el intestino. Es bien sabido que varios miembros de
Enterococci se unen a la capa de moco del epitelio intestinal para formar una estructura de
tipo biofilm (Mohamed y Huang 2007), que podría proteger y evitar que el intestino
larvario sea colonizado por microbios patógenos. Como los miembros de Enterococcus
también son conocidos por producir bacteriocinas, es posible que una acción combinada de
formación de biopelículas y producción de compuestos antimicrobianos ayude a prevenir el
ingreso y establecimiento de microorganismos dañinos en el intestino larvario (Ennahar et
al., 1998; Ruiz-Rodriguez et al. 2012).
Los miembros del género Microbacterium se han aislado del aire, el suelo, el agua, los seres
humanos y las plantas (Zinniel et al., 2002; Velazquez et al., 2008; Soni et al., 2014). Cepas
de M. testaceum, aislado de la superficie de la hoja de las plantas de patata demostraron
producir enzimas degradantes de lactona N-acylhomoserine (AHL) (Morohoshi et al.
2011), lo que indica un papel protector contra patógenos de las plantas, que con frecuencia
utiliza estrategias de detección de quórum al colonizar el tejido vegetal. Otra característica
interesante reportada para Microbacterium spp. es la desintoxicación del cromo de las
plantas mediante la reducción de la biodisponibilidad del cromo tóxico IV del suelo regado
con efluente de la curtiduría (Soni et al., 2014). Otro miembro, M. arborescens, que se
encuentra en los intestinos de orugas herbívoros produce una potente dps de unión a hierro
(protección de ADN durante la inanición) proteína con actividad de peroxidasa, que se ha
sugerido para evitar la formación de radicales de oxígeno que dañan las células (Pesek y col
. 2011). Además, la misma proteína Dps puede sintetizar e hidrolizar conjugados de ácido
amino (N-acil-glutaminas), que se ha demostrado para desencadenar la defensa de las
plantas contra insectos herbívoros (Alborn 1997; Baldwin et al 2001). Esta última
característica podría ayudar a la larva a escapar de las acciones de defensa de la planta
evadiendo la señalización de detección.
El género Stenotrophomonas ocurre de forma ubicua en la naturaleza y especies como S.
maltophilia y S. rhizophila se encuentran a menudo en la rizosfera y dentro de muchas
especies de plantas diferentes donde se han asociado con interacciones beneficiosas con las
plantas. En contraste con los géneros filogenéticamente muy estrechamente relacionados
Xanthomonas y Xylella, no se conocen especies de Stenotrophomonas que sean
fitopatógenas, lo que hace que Stenotrophomonas spp., excelentes candidatos para
aplicaciones biotecnológicas en la agricultura.
Además, las especies del género Stenotrophomonas jugan un importante papel ecológico en
los ciclos de nitrógeno y azufre y varias especies de este género tienen una alta capacidad
para metabolizar una amplia gama de compuestos orgánicos que los hacen candidatos
ideales para la biotecnología y la fitorremediación. Otra característica importante que
podría ser beneficiosa para la larva es la actividad antifúngica descrita para S. rhizophila
(Wolf et al., 2002).
De acuerdo con muchos estudios recientes (Watanabe y Tokuda, 2010; Cardoso et al.,
2012; Gupta et al., 2012; He et al., 2013; Brune, 2014), nuestros resultados indican una
interacción muy compleja entre bacterias e insectos, donde la colonización bacteriana del
intestino de los insectos parece ayudar a la larva en la degradación de los carbohidratos, el
acceso y la absorción nutricional, la protección contra los patógenos, la evasión de la
defensa de las plantas y la posible desintoxicación de los compuestos químicos. Nuestra
comprensión de estas interacciones apenas comienza a desarrollarse y se necesitan muchos
más estudios sobre especies individuales junto con manipulaciones genéticas y químicas
del insecto y las bacterias para avanzar en nuestro conocimiento sobre el papel de la
microbiota intestinal larval en insectos herbívoros. Es importante no olvidar el impacto de
la planta ya que la mayoría de las bacterias aisladas de la larva en este estudio parecen
originarse a partir de endófitos de plantas. Si este es el caso, estas bacterias muestran una
ecología de vida interesante y altamente adoptiva que cambia una interacción beneficiosa
mutua con su huésped a un rol antagonista directo que protege y ayuda a un organismo
invasivo. La comprensión adicional de esta interacción tri-trófica planta-insecto-bacteria
debería proporcionar información y descubrimientos valiosos que podrían emplearse en
soluciones biotecnológicas novedosas y más eficientes para la degradación de
carbohidratos, el manejo de plagas y enfermedades por ejemplo, fito y biorremediación.