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El sueño como temática en “Las ruinas circulares” de Jorge Luis Borges

Hamid Raúl Hernández Lino

Soñar es la actividad estética más antigua.


Jorge Luis Borges

En el presente trabajo nos daremos a la tarea de analizar el cuento “Las ruinas circulares” de
Jorge Luis Borges, teniendo como foco las preguntas: ¿es o no un tópico el sueño en el
cuento? y ¿qué recursos utiliza para dar cuenta de ello? Éstas nos llevarán a un mar de
posibilidades, y claro está, a otras preguntas. Como fundamentos de análisis ocuparemos a
María del mar López-Cabrales con su artículo “El sueño y el insomnio en Borges. Dos caras
de una misma moneda” de 2009, así como, María Beatrice Lenzi con su artículo “De la
rèverie a la alucinación. El sueño en la modernidad literaria hispanoamericana (1900-1925)”
de 1996.

¿Quién fue Jorge Luis Borges? Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo nace el
24 de agosto de 1899 en Buenos Aires, Argentina y muere el 14 de junio de 1986 en Ginebra,
Suiza; fue un Escritor, ensayista, traductor, crítico literario, bibliotecario, profesor y editor
argentino, maestro de las letras y en específico del cuento, tanto es así que sus obras de
excelencia son: Ficciones de 1944, El Aleph de 1949, El libro de arena de 1975 y Fervor de
Buenos Aires de 19231. Es uno de los autores hispanoamericanos del siglo XX más
reconocidos, por sus obras en cuentos, ensayo y poesía. Galardonado con el Premio de
Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes en 1980 y nominado al Premio Nobel
de literatura.

El lector que tiene en sus manos Ficciones es una persona en la frontera, un ser
humano que está a punto de abandonar el mundo seguro y confortable del que
está hecha la vida cotidiana para adentrarse en un territorio absolutamente nuevo.
(Borges, 2001, p. 2)

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Las obras reunidas en la lista fueron escogidas de manera subjetiva, al juicio del presente autor del ensayo.
Al decirnos esto Rodríguez Zapatero en su prólogo al libro de Borges, intuimos como
el maestro de las letras logró lo que sería una de sus obras cumbre, en la cual el mundo de
un fantástico abierto y la realidad se fusionan, dando como resultado el espacio semi-onírico
de los cuentos de Borges. Si bien la obra no es sencilla de analizar debido a los diferentes
temas tratados, dígase el sueño, infinito y posibilidades, que eran los intereses intelectuales
de él.

Para dar cuenta como es debido contextualizaremos el cuento, haciendo de esta manera
un breve resumen. Un hombre que llega a las ruinas circulares, donde el único propósito que
tiene es soñar a un hombre; de esta manera emprende una tarea ardua donde sueña dando
cátedras al estilo griego, en las cuales destaca un alumno al que elige y empieza a adiestrar
para su propósito; tras su fallido intento se da tiempo de descanso y purificación, y vuelve a
emprender la tarea, pero esta vez lo intenta creando al hombre desde lo más vital, el corazón,
lo termina pero no habla ni razona; pide ayuda al Dios del Fuego para que de vida a su
creación, y éste lo consiente, los únicos que sabrían que no es real son ellos, con lo cual
emprende un viaje a otro templo; el creador se queda en las ruinas, y ocurre un accidente en
el que se prende fuego, y él no se quema.

El relato es de un narrador heterodiegético debido a que está en tercera persona y se


enfoca en el personaje principal, de esta manera siendo omnisciente se tiene un acceso total
a los hechos de la diégesis “Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche […]” (Borges,
2001, p. 26); recurre a la duración, como es la escena y de igual manera ciertos diálogos que
podrían ser monólogos interiores “[…] al cerrar los ojos pensaba: «Ahora estaré con mi hijo»
[…]” (Borges, 2001, p. 28); hace poco uso de la pausa, aunque creando ciertas imágenes que
permiten al lector imaginar “[…] nadie vio la canoa de bambú sumiéndose en el fango
sagrado […]” (Borges, 2001, p. 26). De esta manera está construido el cuento, haciendo
denotar la maestría de Jorge a la hora de escribir cuento.

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1. El sueño como tema

El sueño es un tema utilizado a lo largo de la literatura, principalmente la fantástica


funcionando como recurso para escapar de la realidad, y es así como lo retoma Borges, nos
dice López-Cabrales:

El hecho de que el sueño represente uno de los temas centrales, nos permite
relacionarlo con una experiencia traumática de insomnio. Muchas tuvieron que
ser las noches que el escritor pasó en blanco, intentando hacer realidad su deseo
frustrado: crear. Surge así el sueño como estado creador de un universo, de un
hombre, de nosotros mismos. (2009, p. 64)

De esta manera surge el tópico de Borges, que combinado con el infinito y las múltiples
posibilidades como formas del destino, hacen la triada perfecta del maestro; Borges recurre
al sueño como una forma de dimensionar una realidad alterna, que a los ojos del mundo sería
nombrada fantástica, el mismo autor dice: “En Las ruinas circulares todo es irreal […]”
(2001, p. 6), esto más que cualquier otra evidencia clarifica como Borges puede ser capaz
de crear a partir de nuestra realidad una irrealidad, la cual quedará plasmada en el marco de
lo onírico y el infinito; él logra plasmar en las letras a partir del sueño, una búsqueda de
identidad, que nos atrevemos a decir es una indigencia ontológica2.

La retórica del sueño ha ofrecido a la literatura, desde antiguo, el recurso de


hacer del sueño escenario narrativo, dejando a la inventio libertad expresiva.
Quizá sea éste el último gran momento literario que lo planteará como modalidad
de la expositio. Forma elíptica para el relato breve, lo onírico se conforma en una
red de asociaciones, libre de los lazos de una trama organizada en la lógica de
las acciones. (Lenzi, 1996, p. 373-374)

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Nos atreveremos a definir este término a partir de los significados individuales de las palabras: “1. f. Falta de
medios para alimentarse, para vestirse, etc.” (Real Academia Española, s.f.) y “1. f. Fil. Parte de la metafísica
que trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales.” (Real Academia Española, s.f.); así
entendemos la indigencia como una condición exclusiva del hombre en la cual carece de un conocimiento
general de sí mismo, aunado a una sensación de vacío respecto a lo trascendental.

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Tomando las ideas de Lenzi podemos afirmar que Borges utiliza el género onírico para
su cuento “Las ruinas circulares”, que a su vez se encontraría dentro del género mayor
fantástico; Borges utiliza el espacio onírico-mítico para dar cuenta de su relato, expresando
sus inquietudes filosóficas, influenciadas por Scheler, que son el eterno retorno así como el
abstract de la teoría fenomenológica; en el cuento el sueño parece absorber por completo a
la realidad, transfigurándola para dejarla a merced de sí, “Las ruinas circulares son otro
ejercicio de la más espléndida metafísica, y uno no sabe cómo salir del sueño que nos
propone, realmente el lector ya nunca sale de ese sueño […]” (Borges, 2001, p. 2) nos dice
Rodríguez en el prólogo.

2. Recursos utilizados por Borges

Comenzaremos este apartado con la pregunta, ¿a través de qué recursos Borges manifiesta
el sueño?, para poder decir así que el cuento tiene experiencias oníricas. “ "Las ruinas
circulares", ya que aquí se interrelacionan más claramente los estados de "sueño" aparente y
vigilia, para finalmente concluir con la destrucción del templo: el que creía estar soñando en
realidad es soñado” (Cabrales, 2009, p. 67) es así que nos dice como las experiencias del
sueño están más que evidentes en el cuento, pero a manera de arista hacemos la pregunta,
¿quién es el verdadero soñador?, como bien se ha explicado este cuento aparece con una
puesta en abismo, un eterno devenir de sueños y vigilias, ese infinito que perdurar a través
del tiempo “En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó” (Borges, 2001, p.
28).

El propósito que lo guiaba no era imposible, aunque sí sobrenatural. Quería soñar


un hombre: quería soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad.
Ese proyecto mágico había agotado el espacio entero de su alma; si alguien le
hubiera preguntado su propio nombre o cualquier rasgo de su vida anterior, no
habría acertado a responder. Le convenía el templo inhabitado y despedazado,
porque era un mínimo de mundo visible […] (Borges, 2001, p. 26)

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Borges nos lleva de la mano en esta inquietante historia, donde pareciera el máximo principio
del hombre es soñar, recordemos que el soñar en muchas culturas es nada menos que poder
ser libre; “Antes (para que no supiera nunca que era un fantasma, para que se creyera un
hombre como los otros) le infundió el olvido total de sus años de aprendizaje.” (Borges,
2001, p. 28), es con esto como podemos afirmar de cierta forma que el sueño es vida,
tomándolo como una realidad apartada de la nuestra, en la cual el inconsciente vislumbra
otras posibilidades; Borges comprendía todo esto, y lo aquejaba aunque no lo dé a conocer
de tal forma.

“En general, sus días eran felices; al cerrar los ojos pensaba: «Ahora estaré con mi hijo». O,
más raramente: «El hijo que he engendrado me espera y no existirá si no voy».” (Borges,
2001, p. 28), apoyándonos en la cita, diremos que de las preocupaciones filosóficas de
Borges era en este y otros tantos cuentos y poema, reflexionar acerca de la existencia humana
y la realidad, de cierto modo es lo que plantea el cuento, ¿realmente somos reales o
únicamente somos el sueño de un soñador al que llamamos Dios?, si es de esa manera
entonces Borges habrá acertado no solamente en su cuento, sino también en la vida.

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Bibliografía

 BORGES, Jorge Luis. (2001). Ficciones. España. El mundo.


 LENZI, María Beatrice. (1996). De la rêverie a la alucinación. El sueño en la
modernidad literaria hispanoamericana (1900-1925). 28 de mayo de 2016, de Dialnet
Sitio web: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2350379LÓPEZ
 CABRALES, María del mar. (2009). El sueño y el insomnio en Borges. Dos caras
de una misma moneda. Revista del CESLA, 12, 63-72.

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