Está en la página 1de 5

¿QUÉ ES EL COMPAÑERISMO?

Los compañeros son algo importante en mi vida. Con ellos


aprendo a salir de mi yo y a abrirme al mundo de los otros.
Me entrenan para vivir la amistad; sin ser un buen
compañero no se puede ser un buen amigo. Los compañeros
constituyen, además, un marco familiar donde hay intereses y
preocupaciones comunes.
VIVIR EL COMPAÑERISMO SIGNIFICA
 Tener sentimiento de grupo, que anima el espíritu
de cooperación con fines comunes.
 No pretender sobresalir, sino ser parte de un
conjunto (esto implica no ser vanidosos,
soberbios...).
 Olvidar el yo para pasar al nosotros.
 Ser generoso con lo que se tiene, con lo que se sabe
y con lo que se es.
 Ampliar los horizontes y los límites personales.
 Tratar de conocer las aptitudes de los demás y
aprender de ellas.
 Pensar en los demás.
 Estar atento a las necesidades de cada uno para
colaborar en lo que se pueda.
 Saber qué se puede aportar de lo propio para que
sirva a todos.
 Abrir página a la amistad.
Es absolutamente imprescindible desear el bien a los compañeros; eso me llevará a
interesarme por ellos y a
apreciarlos.
Los compañeros de clase, de grupo, de mi equipo de deporte... son un abanico
abierto de posibilidades de
conocimiento, de intercambios, porque la variedad enriquece. Conociéndolos y
tratándolos me iré conociendo mejor a
mi mismo e iré definiendo mi propio estilo y el estilo de los amigos que deseamos
tener (recuerda que al amigo lo elijo
yo mismo, mientras que al compañero no).
Los distintos grupos, los distintos compañeros, hacen que, al convivir con ellos,
adquiera responsabilidad.
Campa SanFran ‘03
En esas relaciones compruebo que me necesito; me hago más sensible
para observar y descubrir lo que los demás pueden necesitar de mí. También me
aporta el hecho de saber aceptar la ayuda que otros me presten; es una ocasión de
olvidar la autosuficiencia y de aprender a agradecer.
¿COMPAÑEROS O AMIGOS?
Un compañero no es necesariamente un amigo, si bien muchas veces un
amigo puede ser también un compañero. En el colegio, instituto, etc. tal vez
tengas un amigo que comenzó siendo solamente un compañero de clase. Amistad
implica conocimiento profundo y confianza absoluta, condiciones que no se
podrían dar con demasiadas personas. En cambio, el compañerismo implica
prestar ayuda, solidarizarse, acoger, no excluir, defender. Uno no tiene un
batallón de amigos pero sí muchos compañeros.

Bienvenid@s a la página del aprendizaje vivencial!


Las nuevas tendencias en el campo del aprendizaje utilizan la metodología del aprendizaje vivencial
mediante la implementación de talleres experienciales o talleres vivenciales, como parte de un proceso de
capacitación, talleres en los cuales, las actividades, simulaciones, dinámicas de grupo son herramientas que
cumplen un papel primordial para promover el auto-descubrimiento desde lo fáctico. Las actividades deben ser
profesionalmente estructuradas y dirigidas para lograr los objetivos propuestos.

Este website es patrocinado por Ernesto Yturralde & Asociados Latinoamérica, consultora liderada por Ernesto
Yturralde Tagle, precursor del aprendizaje experiencial y uno de los más reconocidos Facilitadores de esta
poderosa metodología en Hispanoamérica, te ofrece Contenidos y Soluciones a tus necesidades de capacitación:
como individuo, líder, organización o como facilitador.

NTL | National Training Laboratories presentó The Learning Pyramid (Pirámide del Aprendizaje) basado en
investigaciones, en la que se concluye que aprendemos...

el 5% de lo que escuchamos,
el 10% de lo que leemos,
el 20% de lo que escuchamos y vemos,
el 50% cuando argumentamos en grupos de discusión guiados,
el 75% cuando hacemos las cosas, y
el 80% cuando lo enseñamos y facilitamos a otros.

Por otro lado el maestro, Edgar Dale, investigando las mejores y peores maneras de aprendizaje, presentó en
1969: The Cone of Learning (El Cono del Aprendizaje) en el que se concluye que luego de 2 semanas
tendemos a recordar...

el 90% de lo que decimos y hacemos


el 70% de lo que hacemos
el 50% de lo que escuchamos y vemos,
el 30% de lo que vemos,
el 20% de lo que escuchamos,
el 10% de lo que leemos,
El aprendizaje vivencial ó aprendizaje experiencial nos proporciona una oportunidad
extraordinaria de crear espacios para construir aprendizajes significativos desde la auto-exploración y
experimentación, utilizando los conceptos: learning by doing o hands-on learning.

Podemos definir el aprendizaje como el proceso mediante el cual se adquieren nuevas habilidades, conocimientos
conductas y eventualmente hasta valores, como resultado del estudio, de la observación y de la experiencia. Estos
cambios pueden ser estables o no y se producen como resultado de estímulos y respuestas. Los aprendizajes del
ser humano desde un punto de vista individual se pueden convertir en aprendizajes organizacionales, en la medida
que se guíen y compartan al llevarlos hacia aprendizajes colectivos, que fortalezcan la integración, la eficacia y la
productividad en el fomento por alcanzar organizaciones inteligentes, abiertas al aprendizaje.

El aprendizaje experiencial es una poderosa metodología constructivista orientada a la formación y


transformación de las personas desde su propia individualidad, sus competencias, su liderazgo, capacidad de toma
de decisiones, así como desde el punto de vista sinérgico y sistémico en la inter-relación con otros individuos, en la
convivencia armónica, en la comunicación efectiva, en la conformación de equipos de trabajo de alto rendimiento,
así como el fortalecimiento de sus valores y de su propia cultura como una misma micro-sociedad, o acompañando
el aprendizaje de habilidades blandas o duras (Soft Skills + Hard Skills).

El desempeño personal y profesional de un individuo está en gran parte determinado por su capacidad para
comunicarse, transmitiendo sus ideas, entablando y sosteniendo relaciones interpersonales, y participando
activamente de grupos y equipos, a diferentes escalas, así como por su proyección de liderazgo, capacidad de
negociación e inteligencia emocional.

Tareas escolares
Para algunos padres las tareas escolares se han convertido en una verdadera
pesadilla. Tras una jornada dura de trabajo, llegar a casa y encontrarse con una
larga lista de tareas que les han dejado “a los hijos” en la escuela, no es cosa fácil,
más cuando los niños están en los primeros años escolares donde requieren una
alta supervisión.

A muchos padres les toca llegar a casa,


quitarse la ropa de “ejecutivo o empresario” y
ponerse el traje de “profesor”. Completar
páginas de libros de trabajo, estudiar para
exámenes cortos (los famosos quizz), realizar
investigaciones, preparar exposiciones, buscar
y pegar recortes y listas interminables de
vocabularios, es cosa de todos los días.

Muchos padres están en contra de la


saturación de tareas escolares, -lo cual
acostumbran muchos establecimientos educativos hoy en día-, pues a la larga, o
son ellos quienes terminan haciéndolas o simplemente el niño no cumple y es
amonestado por sus maestros.

Hacer maquetas, carteles, trabajos manuales, proyectos de artes plásticas, etc., no


es cosa que puedan hacer solitos, especialmente los más pequeños, por lo que
muchos padres sienten como si las tareas se las hubieran mandado a ellos.

En resumen, muchos padres nos sentimos agobiados con la gran cantidad de


deberes que nuestros hijos llevan a casa y criticamos a la escuela y a los maestros.
Por otro lado, nuestros hijos también pueden sentirse cargados, ya que no les
queda tiempo de jugar o de hacer otras actividades propias de su edad.

Sin embargo, si vemos la otra cara de la moneda, las tareas también tienen varios
aspectos positivos: por ejemplo, sirven para practicar lo aprendido en clase, ayudan
a los niños a organizarse, promueven el desarrollo de la disciplina, el compromiso y
la precisión, les ayudan a adquirir hábitos y métodos de estudio, cultivan rasgos
positivos como la responsabilidad y la independencia, entre otros.

Lo importante es no perder el balance, pues la cantidad de tareas, según los


expertos en educación, dependen de la edad y el nivel del estudiante.

Los profesionales recomiendan que un niño de pre-primaria hasta segundo grado,


no debe demorar más de 30 minutos por día en hacer su tareas, mientras que para
los más grandecitos (3º. a 6º primaria), el tiempo que ocupen no debe ser mayor
de una hora.

Es importante que los padres se involucren en la supervisión de las tareas de los


hijos, ya que esto les transmitirá a ellos el mensaje de que las tareas son
importantes y por eso estamos al pendiente. Al principio necesitarán invertir más
tiempo con los pequeños, pero a medida que crecen, se les debe dar cierta
independencia para que ellos las realicen solos, aunque siempre se debe estar
abiertos a cualquier consulta o duda que se presente y mantener cierto grado de
supervisión.

La comunicación con los maestros es vital, los padres deben manifestar sus
inquietudes y preocupaciones respecto a las tareas, para evitar que éstas se
vuelvan una dura carga para los niños y una pesadilla para los papás.

Apoyo en educación

Pero, ¿en qué consiste ese apoyo?

Para algunos se trata de marcar, casi con el fútbol, a los chicos en sus desempeños. Estar
encima de ellos para asegurarse de que están motivados, motivarlos más, hablarles sobre
la importancia de la responsabilidad y buscar advertirles que de su formación escolar
depende el futuro. Más aun: hay que supervisar si cumplen con lo que el colegio exige,
seguir sus calificaciones, condicionar una serie de beneficios a sus resultados y,
refiriéndonos a la pregunta de nuestra encuesta, revisar y corregir las tareas que deben
llevar a cabo.

Es una posibilidad. Pero muchas veces, y lo veo casi todos los días en el consultorio, esta
actitud promueve una dependencia indeseable y distorsiona un hecho fundamental: el
desempeño escolar es un asunto del niño. Obviamente puede angustiarnos, generarnos
fuertes expectativas y tenemos el natural deseo de que nuestros chicos hagan bien lo que
es una parte importante de su actividad durante los primeros años de la vida. Pero es un
asunto entre el niño, sus profesores y la escuela.

A veces, las madres y padres, terminan convirtiéndose en profesores alternos y estando al


costado del chico mientras hace sus tareas, las hacen con ellos o las corrigen – en una
especie de control de calidad previo a la prueba de la realidad- lo que quita una parte
esencial del proceso educativo: el hecho de que el aprendizaje debe ser automotivado y
que es una aventura hecha de ensayos y errores, de logros y fracasos.

Pareciera que algunos padres han adorado tanto su época escolar que quieren volver a
hacerla. Además, es virtualmente imposible distinguir en algunas libretas que me muestran
desesperados padres cuál es la parte del progenitor y cuál la del niño. Finalmente, los
chicos han tenido entre 6 y 8 horas de profesores y cuando llegan a sus casas, deberían
tener a disposición padre.

Entonces, ¿no hay que intervenir?

Para nada.

Los padres debemos promover el aprendizaje, mostrar con nuestra actitud que valoramos
el placer y el esfuerzo que significa adquirir nuevos conocimientos, la gratificación que
procura explorar, expandir nuestras representaciones, aplicar marcos conceptuales a la
resolución de problemas. Transmitir con el ejemplo que aprender tiene consecuencias
positivas, mostrar en nuestras vidas que lo anterior es, en efecto, así. Discutir, analizar,
proponer, con los chicos, alrededor de temas de actualidad, de los problemas familiares,
etc.

Y, por supuesto, estar disponibles cuando nuestros hijos requieran de nuestro apoyo en
cuestiones de infraestructura y en el aprendizaje mismo. Eso significa proporcionarles los
mejores espacios, oportunidades, ayudas – humanas y materiales- que estén a nuestro
alcance para que hagan las cosas que requieren. Y también acudir en su ayuda cuando
nos la piden, con nuestros conocimientos o alternativas a nuestra ignorancia. Y,
finalmente, estando atentos a sus desempeños a través de un contacto interesado con la
institución escolar y sus representantes: acudir a las reuniones – papá y mamá- de padres,
a las citaciones que nos hacen los tutores, a los eventos que promueve la institución
escolar y a las ocasiones importantes en las que nuestros hijos juegan un papel.

También podría gustarte