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Los toltecas alcanzaron su apogeo durante el Posclásico, entre los años 900 d. C. y 1200 d. C.
Se establecieron en Tula, en el actual estado de Hidalgo. Dominaron gran parte del centro de
México, las costas del Golfo de México, parte del Bajío (Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes
y Jalisco) y el área del Soconusco, entre lo que hoy es Chiapas y Guatemala.
Los toltecas se dedicaban a la agricultura; cultivaban el maguey para producir pulque y elaborar
diversos objetos con la fibra de esta planta. Crearon distintas piezas de barro: desde ollas y
platos para preparar y servir la comida, hasta tubos de drenaje o cañerías que se utilizaban para
hacer correr el agua hacia los terrenos de cultivo.
En cuanto a la religión, los toltecas basaban sus creencias en una religión panteísta que
adoraba las fuerzas naturales y los elementos, y en la que la figura de los chamanes era
fundamental. Pese a ello, una de sus principales figuras de culto fue la
de Quetzalcóatl(Serpiente emplumada) que representa el orden y la civilización, en
contraposición con la de Tezcatlipoca (Espejo que humea) y que representa el caos y el mal.
Los toltecas desarrollaron una cultura sumamente avanzada para la época pues, además de
tomar de la civilización de Teotihuacan elementos como el calendario y los signos gráficos,
poseyeron notables conocimientos de astronomía y medicina y proporcionaron un gran impulso
a la metalurgia y la orfebrería. Con objeto de administrar sus amplias posesiones crearon un
eficiente cuerpo burocrático y establecieron por primera vez en la zona un primitivo sistema de
correos, basado en el empleo regular de mensajeros. Su arquitectura, que reflejó asimismo la
influencia de Teotihuacan, tuvo un carácter monumental, manifestado en la construcción de
grandes pirámides, templos, tumbas y recintos de juego de pelota, y su estatuaria expresó sus
creencias religiosas por medio de figuras de guerreros -entre ellos los célebres atlantes de Tula-,
serpientes emplumadas que simbolizaban a Quetzalcóatl, animales totémicos y formas
originales cual las estatuas sedentes del dios Chac Mool, cuya postura recostada se ha
interpretado como una alusión al descanso de los mensajeros en sus viajes.