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Catedrático de Derecho Procesal. Director de la Maestría en Derecho Procesal de la Universidad Nacional
de Rosario, Santa Fe, Argentina, y autor de innumerables obras entre las que se destaca "Sistema
Procesal. Garantía de la Libertad". Ed. Rubinzal Culzoni. Rosario, 2009.
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Se entiende por conflicto a la coexistencia de una pretensión y una resistencia en el plano de la realidad
social.
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se dará cuando en el plano de la realidad social, ya sea por desconocimiento o
por violación, no se cumpla con un precepto que preordena una conducta. En
tanto que para dar origen a un proceso será necesaria una actividad de
afirmación (por medio de una demanda) en el plano estrictamente jurídico (el del
proceso) de la existencia de ese conflicto en el plano de la realidad social.
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justiciables sin interesar cual es la materia a decidir (civil, penal, laboral,
administrativo, etc.) ni quiénes son los contendientes” .
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ALVARADO VELLOSO, Adolfo: “Sistema Procesal. Garantía de la Libertad”, Rubinzal Culzoni, Rosario,
2009. t1. p. 78
4
BRISEÑO SIERRA, Humberto: “Los principios del procedimiento Mexicano”.
www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/jurid/cont/5/pr/pr6.pdf, 3 de enero de 2012.
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directrices, que expresa o implícitamente brinda el legislador, son los llamados
principios procesales.
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VV.AA. Coordinador: MONTERO AROCA, Juan: “Proceso civil e ideología”, 2º ed., San Marcos. Lima, Perú,
2009, p. 134.
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ALVARADO VELLOSO, Adolfo: op. cit. t1, p. 339.
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ninguna de las dos partes y finalmente ser independiente, esto es,
carecer de subordinación jerárquica respecto de ellas.
2) Igualdad de las partes litigantes. Esto es, paridad de
oportunidades y de audiencia. Cada parte tiene el irrestricto derecho
de ser oída respecto de los afirmado y confirmado por la otra y el juez
tiene el irrestricto deber de dar un tratamiento similar a ambos
contenientes.
3) Transitoriedad del proceso. Esto significa que todo
proceso debe finalizar en algún momento sin posibilidad de reabrir la
discusión terminada.
4) Eficacia de la serie procedimental. Es decir, aptitud
para poder desarrollarse armónicamente el dialogo querido por le
legislador. Para que el proceso sea eficaz necesariamente debe estar
constituida por los pasos enunciados anteriormente: afirmación,
negación, confirmación y alegación.
5) Moralidad del debate. Regla que debe presidir
siempre el desarrollo del proceso y el de los actos procedimentales
que lo componen, al igual que todos los demás actos de la vida
jurídica. Importa la prohibición de hacer algo contrario a la ley.
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Desde el inicio del pasado siglo XX 7 y hasta la fecha, hemos
venido presenciando un doble y grave fenómeno consistente en: 1º) la llamada
“publicización o socialización” del proceso civil 8 y, 2º) la atomización del derecho
procesal civil mediante postulación de la autonomía científica de algunas de sus
ramas (constitucional, comercial, administrativo, etc.).
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Cuya consecuencia mas relevante es el incremento de las facultades del juez, en detrimento de las
partes, quien pasa a ocupar una posición activa dentro del proceso. Fenómeno que a su vez, es
totalmente contrario al que se viene dando en el Derecho Procesal Penal.
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Desde siempre se ha caracterizado al Derecho del Trabajo como un derecho protector o tuitivo del
trabajador, puesto que se lo considera la parte más débil de la relación laboral, y también como de orden
público, porque para equiparar la relación laboral la ley le impone a las partes un mínimo de condiciones
inderogables. No se suprime la autonomía de la voluntad, sino que se la limita hasta donde resulte
necesario para cumplimentar sus fines.
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Desarrollada principalmente por autores mejicanos, como Alberto Trueba Urbina, Fix Zamudio y Héctor
Santos Azuela.
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de la sociedad; como ser: el rico y el pobre, el obrero y el patrón, el marido y la
mujer, el padre y el hijo, el súbdito y el estado.
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TRUEBA URBINA, Alberto: “Nuevo derecho procesal del trabajo”, Porrúa, Méjico, 1971, pp. 49 y ss.
12
CABANELLAS, Guillermo: “Compendio de la de Derecho Laboral”, Ameba, Bs. As. 1968, tII, p. 706.
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SANTOS AZUELA, Héctor: “La Teoría general del proceso en el sistema del derecho procesal social”,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, nueva serie, año XXXIV, num. 101, mayo-agosto de 2001, pp.
567-588.
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Principio desarrollado fundamentalmente por el procesalista uruguayo Eduardo J. Couture y que
significa otorgar a la parte débil procesal, en este caso el trabajador, determinadas ventajas procesales
que pudiesen equilibrar su situación real respecto de la parte más poderosa, el empleador.
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En el mismo sentido, otro de los representativos de esta corriente,
el Dr. Fix Zamudio, además agrega la necesidad de otorgar al juzgador amplias
facultades de dirección del proceso, entre las cuales se destaca las relativas a
la facultad de aportar oficiosamente elementos de convicción no ofrecidos por
las partes pero necesarios para la resolución justa de la controversia; la
corrección de errores de la parte débil procesal y la supresión de la prueba legal
o tasada y su sustitución por el sistema de la sana critica.
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Bases para una Ley General del Trabajo, 5ta. sesión: “Los procesos laborales y su autonomía científica,
dogmática y normativa”, con participación de personalidades tales como Wagner Giglio, Federico Zegarra
Guernica; Helios Sarthou, Pasco Cosmópolis, Antonio Vázquez Vialarad y Héctor Barbagelata entre otros.
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En mayor o menor medida y de alguna u otra forma, todos los
códigos de procedimientos laborales de Hispano América, la doctrina y la
jurisprudencia, han adherido a los postulados del derecho procesal social.
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que se verifica a menudo. Sin embargo, planteamos una segunda objeción: la
“igualación” debe ser justamente en el plano de la realidad social, no en el plano
de la realidad jurídica. Si se efectúa solamente en éste, no alcanza. Si se realiza
en ambos planos, es excesiva, pues iguala primero y desiguala para el otro lado
después”.
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los procedimientos judiciales o administrativos), buscar favorecer el desarrollo
de instituciones tales como la ejecución condicional de la sentencia sin prestar
caución o bien, si el problema se presenta porque una de las partes pueda estar
mal defendida, ordenar el cambio de abogado 17 o proveerle asistencia letrada al
letrado que la necesite18.
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Como de hecho ocurre en aquellos países que pertenecen al Common Law.
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La ley Orgánica del Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe prevé en su art. 247: “Los jueces pueden
ordenar, sin recurso alguno, que las partes sean asistidas por letrado cuando lo estimen necesario para la
defensa de los derechos, la celeridad y el orden de los procedimientos”.
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CALVINHO, Gustavo: op. cit. Pág. 57
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evidentemente si lo hay en que el juez de oficio pueda iniciar el proceso, alegar
hechos o practicar prueba no pedida por las partes, pues de ese modo se esta
afectando no solo su imparcialidad sino que esta asumiendo funciones o
papeles totalmente incompatibles, ya sea o porque se convierte en parte (si
inicia el proceso o produce prueba no pedida por las partes) o bien en testigo (si
alega hechos). Juez y parte y juez y testigo son roles totalmente incompatibles.
IV. Conclusión.
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En el caso de las llamadas medidas autosatisfactivas.
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En el caso de aquellas que han hecho aplicación de la doctrina de las cargas probatorias dinámicas.
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la empresa o bien la totalidad de su patrimonio como consecuencia del alto
costo que lleva implícito el hecho de perder de un juicio de esta naturaleza.
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Artículo 18.- Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior
al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley
antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en
virtud de orden escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los
derechos. El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y
una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y
ocupación. Quedan abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de
tormento y los azotes. Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de
los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá
de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice.
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Así tenemos, por ejemplo, el Fallo de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el caso “Tribunal Constitucional vs. Perú”, sentencia del
31 de enero de 2001, serie C, numero 7, en donde en los párrafos 69 y 70
expresamente establece que:
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Y análogamente, puede verse la “Observación General 13 al art.
14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos”-, del Comité de
Derechos Humanos de la ONU, sesión 21, del año 1984 -, en donde en el
párrafo 7 se manifiesta de la siguiente manera:
Por lo tanto, debe quedar bien en claro que quien se auto atribuya
la existencia de un derecho a su favor en un proceso (actor o demandado) debe
afirmarlo y probarlo. Debe convencer al juez, formar su certeza y si no lo logra,
no es función del poder judicial probar en lugar del negligente, so pretexto de
llegar a la verdad jurídica objetiva.
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BOTTINELLI, Oscar. Analista político y encuestador uruguayo. Profesor de estudios Latinoamericanos en
la Universidad de Georgetown y en el Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República en
Uruguay. http://www2.factum.edu.uy/estpol/anaobs/2004/ano04014.html.
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Un árbitro de fútbol, un magistrado judicial, son personas llamadas
a tener papeles que no son protagónicos.
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magistrados se pusieron a regular. Es que crear derecho entusiasma. Dedicarse
exclusivamente a hacer calzar los hechos en el derecho parece mediocre,
aburrido, burocrático...”
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