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Verbum Dei

Jaime Bonet, nació el 21 de mayo de 1926 en Alquería Blanca (Mallorca-España),


desde el momento en que experimento la llamada del Señor, su pasión fue
prepararse para la predicación de la Palabra, por lo que en 1940 ingresó en el
Seminario diocesano de Mallorca. Una vez ordenado en el año 1952 se dedicó con
intensidad a la predicación, desde un estilo de vida orante que entusiasmaba por
seguir a Jesús y anunciarlo.

Las catequesis que daba su padre a chicos y grandes en los caseríos vecinos, junto
con la fe sólida y amor práctico de su madre, fueron el ambiente donde la vocación
de Jaime se fue forjando de forma progresiva.
Este ambiente de fe fue enriquecido con la educación de los primeros años, recibida
en la escuela de primaria de las Religiosas Franciscanas de Alquería y en los años
de secundaria con los Hermanos de las Escuelas Cristianas, en el Colegio de la
Salle de Inca, en Mallorca.

Al tercer año, es admitido en el Colegio Mayor de Nuestra Señora de la Sapiencia,


donde permaneció hasta su ordenación sacerdotal, siendo elegido como rector del
mismo colegio, cursando aún sus estudios teológicos.

Durante los años de formación organizó entre sus compañeros una Escuela o
“Academia de predicación”, con la inquietud de una buena preparación para realizar
el Ministerio de la Palabra.

Alternaba sus intensos estudios con una actividad apostólica incansable:


explicación del catecismo a los gitanos y pobres; semanas de predicación a los
jóvenes y mayores de las barriadas pobres y de su mismo pueblo; charlas a los
alumnos del Instituto de Enseñanza Media de Palma de Mallorca; dirección de
círculos de estudio. Se destaca su participación en los nacientes Cursillos de
Cristiandad, fundados en la diócesis de Palma de Mallorca, y en el trabajo apostólico
de Acción Católica.

Siendo un joven impulsivo, de gran vitalidad y con una fe ardiente, Jaime busca la
felicidad desde una actitud de autenticidad. A sus catorce años, el inquieto
adolescente, en una experiencia personal de diálogo con Cristo crucificado y Jesús
en la Eucaristía, experimentó el gozo y el amor personal de Dios y, al mismo tiempo,
la llamada a llevar su amor a todas las gentes. Esta experiencia constituyó el núcleo
de su vocación y el germen de la futura fundación del “Verbum Dei”.

Con verdadera pasión por profundizar en el conocimiento de Dios y la urgencia de


prepararse para la predicación de la Palabra, el joven Jaime ingresó, en ese mismo
año de 1940, en el Seminario Diocesano de Mallorca.
Fue ordenado sacerdote en el Congreso Eucarístico, en Barcelona, el 31 de mayo
de 1952.

De nuevo en Mallorca, el obispo Juan Hervas lo nombró párroco de Mancor del Valle
y director del Santuario de Santa Lucía, sede principal de los Cursillos de
Cristiandad.

El padre Jaime continuó con su predicación por toda la Isla; entre sus actividades,
destaca la predicación de ejercicios espirituales en los noviciados de religiosos y
religiosas de la diócesis, y a los teólogos del Seminario diocesano. En 1960 el
obispo Jesús Enciso Viana, lo destinó al Consejo Diocesano de Acción Católica con
el particular cometido de impulsar entre los jóvenes de Mallorca el espíritu
evangélico y apostólico

Desde su inicio, el obispo ofreció al padre Bonet todo su apoyo y estima, ratificado
posteriormente por monseñor Rafael Álvarez, obispo sucesor, quien acogió e
impulsó eficazmente el crecimiento de la Fraternidad naciente.

Impulsó y acompañó desde 1963 el proceso de configuración del Verbum Dei, hasta
que en decreto del 15 de abril de 2000, la Santa Sede declara la Fraternidad
Misionera Verbum Dei como un único Instituto de Vida Consagrada, identidad que
recoge la genuina intuición y carisma fundacional.

A partir de la fundación del Verbum Dei, Jaime fue dispensado por el obispo del
trabajo parroquial, dedicándose a tiempo completo a la predicación de convivencias
y ejercicios espirituales, además del seguimiento y orientación del naciente Verbum
Dei.

Desde la década de los setenta, su actividad y dedicación apostólica se centran en


la guía de la Fraternidad Verbum Dei, orientando las nuevas fundaciones por los
cinco continentes y la maduración del carisma en todos los miembros.

Un medio privilegiado por Jaime, en la configuración del carisma, han sido los
ejercicios espirituales de mes y su predicación diaria por los diversos centros
Verbum Dei del mundo.

Su espiritualidad y estilo de vida se han identificado de forma peculiar con la vida y


estilo de san Pablo, por su dedicación incansable a la predicación y fundación de
comunidades. Al mismo tiempo ha bebido de los grandes místicos y maestros de
oración como santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz, san Francisco de Asís,
san Ignacio de Loyola, santa Teresita del Niño Jesús, Carlos de Foucauld, entre
otros.

El Dei Verbum fue promulgada por el Papa Pablo VI en noviembre de 1965 y


aprobada por la asamblea de obispos con 2344 votos a favor y 6 votos en contra.
La generación de este documento catalizó muchos de los cambios en la orientación
del mismo Concilio, y dio lugar a una etapa nueva en la historia de la Iglesia en
cuanto a la forma de estudiar, interpretar, reflexionar y vivir los contenidos de las
Sagradas Escrituras; Es uno de los 16 documentos y una de las dos constituciones
dogmáticas resultantes del Concilio Vaticano II

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