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Luego de constatar que es permitido llevar a cabo actividades productivas en las zonas
A y B, de las ZRF, resulta crítico para la implementación de la política de restitución de
tierras, especialmente en lo que se refiere a los apoyos que van dirigidos a favorecer a
las víctimas para que pueda recuperar su capacidad productiva y logre su estabilidad
socioeconómica (Ley 1448/11, art 73), que se establezcan criterios y pautas que
permitan poner en práctica las directrices emanadas de la zonificación de las ZRF.
Igualmente, se solicita que las actividades productivas sean compatibles con la aptitud
del suelo, y en general con las características biofísicas de cada zona. De esta manera
se asume que al reducir la discrepancia entre el uso por un sistema productivo, y la
aptitud natural de una zona o ecosistema, se reduce la posibilidad de deterioro de los
ecosistemas, y se ponen las bases de un uso sostenible.
En este punto la dificultad y el reto al mismo tiempo, son como definir esos criterios y
luego como establecer condiciones para su aplicación práctica en el caso de la
formulación y evaluación de proyectos. En las resoluciones correspondientes a la
zonificación y en otras piezas reglamentarias relacionadas con el tema es poco lo que
se encuentra en este sentido.
Finalmente, pero muy importante para el tema que nos ocupa, es aclarar cómo se puede
implementar la denominada conectividad de las áreas boscosas en donde está ubicado
el sistema productivo.
Con el fin de seguir con el desarrollo y aplicación de los criterios de sostenibilidad que,
de acuerdo con el ordenamiento de las ZRF, deben cumplir las actividades productivas
en las zonas A y B, se hará una aproximación secuencial, para lo cual se comenzará
con el análisis de la aptitud del suelo y las condiciones biofísicas; se continuará con la
identificación de esquemas de producción sostenible y buenas prácticas ambientales, y
se finalizará con algunas consideraciones sobre las condiciones económicas y sociales
que se asocian a los usos o proyectos productivos deseados.
Por esta razón, y sobre todo en el contexto de los posibles usos productivos de
las ZRF, en conveniente integrar en el análisis de la aptitud de los suelos y las
condiciones biofísicas información sobre el estado de la cobertura boscosa ya
que su manejo en el contexto del sistema productivo se puede convertir en un
factor de sostenibilidad.
La vocación de uso del suelo es una forma de clasificar los suelos según un
ordenamiento sistemático de carácter práctico e interpretativo, fundamentado en
la aptitud natural que presenta el suelo para mantener unos sistemas de
producción en forma continua bajo unas condiciones de uso y manejo
específicas. Este ordenamiento proporciona una información básica que muestra
la problemática de los suelos, su potencialidad productiva, sus limitaciones de
uso, las prácticas de manejo que requieren, y también suministra elementos de
juicio necesarios para la formulación y programación de planes
integrales de desarrollo agrícola.
La oferta está definida por la base natural, es decir, por las características
biofísicas de las tierras que favorecen o limitan el desarrollo de sistemas de
producción primaria, y generalmente comprende atributos de las tierras de difícil
modificación por parte del hombre, que determinan su capacidad de uso (ej.
Clima, pendiente, condiciones de drenaje, la textura,…)
La demanda se define por los usos de la tierra, y comprende todas las formas de
aprovechamiento y uso que el hombre hace de un territorio, y este comprende
las técnicas, conocimientos y cultura para instalar maneras de uso y manejo de
las tierras, para obtener beneficios, ojalá de manera eficiente, sin sobrepasar los
límites de la capacidad natural o intrínseca de las tierras.
ii. la agrupación debe tener un interés práctico, desde el punto de vista del uso
previsto;
iv. la definición de unidades debe ser lo más simple posible y debe basarse en
propiedades fácilmente observables en el campo mediante técnicas de
teledetección. Las operaciones que siguen no deben ser frenadas por un trabajo
cartográfico demasiado sofisticado;
Necesidades de manejo:
Necesidades de conservación:
Estas cualidades son descritas a través de características de las tierras, que son
propiedades de la tierra que pueden ser medidas o estimadas. Ejemplos de
características de la tierra son; la precipitación media anual, el grado de
pendiente, la clase de drenaje del suelo, la profundidad efectiva, la textura del
suelo superficial, la capacidad de agua en el suelo, el pH, el porcentaje de
nitrógeno del suelo, la materia orgánica, etc.
Las cualidades de la tierra son propiedades de la tierra, pero lo que las hace
esenciales es que afectan el uso de la tierra de una manera particular.
Como base se toman los datos de los mapas de vocación de uso de las tierras,
a escala 1:100.000, por cada uno de los cinco grupos establecidos por el IGAC
en el estudio de vocación y se combina con la zonificación de las ZRF.
Cada uno de estos usos se separa por piso térmico, generando un apelativo más
al uso principal recomendado, como p.e. cultivos transitorios intensivos en clima
cálido o en clima medio o en clima frío.
Cabe recordar, que la delimitación o zonificación de las unidades de vocación de
las tierras está basada en la interpretación del estudio general de suelos, así
como en los planteamientos sobre la capacidad de uso (o de aptitud) de las
tierras; su delimitación en el mapa es esencialmente física y tiene como finalidad
agrupar unidades de tierra con limitaciones y aptitudes similares, de tal manera
que su uso óptimo de acuerdo con las características intrínsecas de los suelos y
con el desarrollo socioeconómico del entorno permiten definir una vocación.
En general, el IGAC emplea para este proceso los siguientes factores: el clima
(precipitación, temperatura, altitud), la pendiente, la erosión, el drenaje natural,
la inundabilidad o el encharcamiento, la presencia de pedregosidad o rocosidad,
la profundidad efectiva, la fertilidad, salinidad o alcalinidad y la acidez de los
suelos.
Después de definir el medio biofísico con todas sus variables, se aplican criterios
de evaluación relacionados con la geología, geomorfología, clima ambiental y
suelos; los cuales obedecen a un sistema de jerarquización y clasificación que
se conoce como Manual de Métodos y procedimientos para levantamientos de
suelos (IGAC, 1998), con lo cual se definen las unidades de tierra en los mapas
a diferentes niveles de homogeneidad.
Inicialmente, la vocación de las tierras para cada una de las zonas de reserva
forestal se resume en la Tabla 2. Según estos datos, de un total de 14.028.977
hectáreas que suman las ZRF, casi la tercera parte de éstas (29%) puede
dedicarse a actividades productivas (agricultura, ganadería y agroforestería),
mientras que el 71% restante, tiene una vocación forestal y de conservación.
Estrictamente las cifras muestran que las áreas con vocación de conservación
representan una proporción muy baja del 2,2 % que corresponde a un poco más
de 303 mil hectáreas. Sin embargo, haciendo la misma consideración que se
hizo para las clases productivas anteriormente, es posible que una buena parte
del área con vocación forestal se pueda también considerar como de
conservación y/o manejo especial (forestal protector).
Tabla 2. Participación absoluta de la vocación de uso de las tierras en las zonas de reserva
forestal de Ley 2ª de 1959
RESERVA Agrícola Ganadera Agroforestal Forestal Conserva TOTAL RF % ZRF
FORESTAL (ha) (ha) (ha) (ha) (ha) (ha) Total
Amazonia 127.567 35.684 2.535.775 5.610.695 5.923 8.315.645 59,3
Magdalena 330.566 161.797 337.816 1.126.854 1.206 1.958.239 14,0
Pacifico 122.161 14.471 158.189 1.401.619 91.335 1.787.775 12,7
Central 51.691 5.181 97.608 746.401 139.82 1.040.706 7,4
Motilones 6.588 8.368 4.849 442.312 1.426 463.544 3,3
Cocuy 15.844 27.749 32.409 159.073 55.843 290.919 2,1
Sierra 1,2
5.949 5.428 691 151.963 8.119 172.149
Nevada
Total 660.365 258.679 3.167.337 9.638.918 303.678 14.028.977 100,0
general 4,7 1,8 22,6 68,7 2,2 100,00%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 3. Participación absoluta de la vocación de uso de las tierras en las zonas de reserva
forestal de Ley 2ª de 1959
ZRF Agrícola Ganadera Agroforestal Total Forestal Conserv. TOTAL RF
(ha) (ha) (ha) Produc. (ha) (ha) (ha)
127.567 35.684 2.535.775 2.699.026 5.610.695 5.923 8.315.645
Amazonia
1,5% 0,4% 30,5% 32,4% 67,5% 0,1% 100%
330.566 161.797 337.816 830.179 1.126.854 1.206 1.958.239
Magdalena
16,9% 8,2% 17,2% 42,3% 57,5% 0,1% 100%
122.161 14.471 158.189 294.821 1.401.619 91.335 1.787.775
Pacifico
6,8% 0,8% 8,8% 16,4 78,4% 5,1% 100%
51.691 5.181 97.608 154.480 746.401 139.82 1.040.706
Central
4,9% 0,5% 9,3% 14,7 71,7% 13,4% 100%
ZRF Agrícola Ganadera Agroforestal Total Forestal Conserv. TOTAL RF
(ha) (ha) (ha) Produc. (ha) (ha) (ha)
6.588 8.368 4.849 19.805 442.312 1.426 463.544
Motilones
1,3% 1,7% 0,9% 3,9 95,5% 0,2% 100%
15.844 27.749 32.409 76.002 159.073 55.843 290.919
Cocuy
5,2% 9,3% 11,0% 25,5 54,8% 19,0% 100%
Sierra 5.949 5.428 691 12.068 151.963 8.119 172.149
Nevada 2,9% 2,9% 0,5% 6,3 87,8% 4,7% 100%
Total 660.365 258.679 3.167.337 4.086.381 9.638.918 303.678 14.028.977
general 4,7% 1,8% 22,6% 29,1% 68,7% 2,2% 100%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Para ilustrar el análisis anterior pueden verse las Figura 1 y Figura 2, en donde
se observa la alta participación de la vocación forestal (en verde), lo que hace
que se deba tener en cuenta el manejo del bosque en sus diferentes formas al
hacer o al desarrollar las estrategias productivas. Esto es particularmente
significativo en el caso de Motilones, Sierra Nevada y Pacífico.
Figura 1. Vocación de uso de las tierras en la RF de los Motilones, Amazonia, Sierra Nevada y Pacífico
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF.
En las gráficas también se evidencia las que aun cuando existen clases de tierra
de vocación productiva en todas las ZRF, estas son más amplias en las zonas
Amazonía, Magdalena, Central y Cocuy.
Dado que la clase de vocación forestal es la más alta en todos los casos, la
intervención en estas zonas debe ser muy cuidadosa, y siempre deben
mantenerse las coberturas naturales existentes, y preservar las áreas de
bosque, y las zonas intervenidas deben articularse e interconectarse con las
zonas forestales actuales, ya que los suelos presentan serias restricciones y
deben estar protegidos por coberturas de diversos estratos, y dado que las
condiciones topográficas y de fuertes pendientes son muy importantes, lo que se
evidencia en la participación de la vocación de conservación en tonos de azul en
los gráficos (Figura 1 y Figura 2).
Figura 2. Vocación de uso de las tierras en la RF del Río Magdalena, Central y Del Cocuy
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Al revisar la distribución de las clases de vocación del uso del suelo en el total
de las zonas A, se encuentra, primero, que las clases con vocación productiva
(agrícola, ganadera, agroforestal) suman algo más 2,7 millones de hectáreas, las
cuales corresponden al 26%, lo cual es un área muy importante; segundo, que
consideradas individualmente las clases de vocación productiva, la vocación
agroforestal es la de mayor participación superando los 2.3 millones de
hectáreas, que corresponde al 23%, y tercero, que la vocación forestal es de 7,2
millones de hectáreas que corresponde aproximadamente al 71%, la cual en
alguna medida puede usarse también para actividades productivas.
En el caso de las zonas B, se encuentra primero que las clases con convocación
productiva suman algo más del 42%, lo que corresponde a más de un millón de
hectáreas; segundo, que consideradas individualmente, las clase de vocación
productiva , la vocación agroforestal es también aquí la de mayor participación
superando los 710 mil hectáreas, o sea el 27,3%; y tercero, que la vocación
forestal es del 58% aproximadamente que corresponde a 1.515 mil hectáreas, la
cual en alguna medida puede usarse también para actividades productivas. A
diferencia de la zona A, aquí la participación de la vocación agrícola es
significativa, acercándose al 10%.
En la
Tabla 5, se muestra la participación de las zonas A y B en cada clase vocación
de uso, en donde se destaca que: primero, tomadas las clases de vocación
productiva (agrícola, ganadera, agroforestal), las zonas A son las que cuentan
con mayor participación o disponibilidad de estas tierras, con más de 2,7 millones
de hectáreas, o sea el 66,1%, de este tipo de clases; segundo, que tomadas
individualmente estas clases productivas, son las zonas A también las que
cuentan con las mayores áreas de vocación agroforestal, que son a su vez las
más amplias entre esas clases, con más de 2.350.384 es decir el 74%; tercero,
que las clases agrícola y ganadera, se distribuyen casi por igual entre las zonas
A y B con algo más del 38% en cada caso.
Tabla 5. Distribución de las Zonas A, B y C en las Categorías de Vocación
ZONA A %A ZONA B %B ZONA C %C TOTAL
VOCACIÓN
(ha) /VOC (ha) /VOC (ha) /VOC VOC (ha)
Agrícola 252.693 38.3 251.558 38,1 156.114 23,6 660.365
Ganadera 98.576 37,9 105.949 40,7 54.154 20,9 258.679
Agroforestal 2.350.384 74,2 710.815 22,4 106.138 3,4 3.167.337
Total Produc. 2.701.653 66,1 1.068.322 26,1 316.406 7,7 4.086.381
Forestal 7.246.898 75,2 1.515.568 15,7 876.453 9,0 9.638.919
Conservación 280.352 92,3 13.858 4,6 9.468 3,1 303.678
Total ZRF 10.228.903 72,9 2.597.748 18,5 1.202.326 8,6 14.028.977
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
4.3. Vocación de uso del suelo por cada ZRF en las Zonas A y B
respectivamente.
Para completar el análisis sobre la vocación de usos del suelo para el total de
las ZRF se observará ahora la distribución de las clases de vocación de uso para
para las Zonas A y B, en cada una de las ZRF.
Figura 3. Participación de la Vocación de uso de las tierras en la Zona A de cada una de las ZRF
En el caso de las zonas B se observa también (Tabla X2) que la vocación
predominante para el total general de todas las ZRF, es la Forestal, con más del
58% del área, que corresponde a 1.515.568 hectáreas. Aquí tomadas en
conjunto las tres clases de vocación productiva (agrícola, ganadera y
agroforestal) tienen una participación relativa mucho más alta que en las zonas
A llegando a pasar del 41% que corresponde a un área muy significativa de
1.068.322.
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras,
(MADS, 2014) y zonificación de las ZRF e (IDEAM, 2012)
5. Conectividad de los sistemas de producción y las áreas boscosas.
Resulta entonces importante comparar la vocación de uso frente a las áreas con
coberturas en bosques, con el fin de conocer el tipo de coincidencia o de conflicto
entre la vocación y el uso forestal, y sobre todo de identificar el tipo de manejo o
incorporación que debe darse a los recursos forestales en los sistemas
productivos en cualquiera de las clases de vocación de uso.
ÁREA TOTAL
RESERVA No Bosque Zona A Sin Datos Zona A Bosque Zona A
ZONA A
FORESTAL
(ha) (%) (ha) (%) (ha) (%) (ha) (%)
Amazonia 489.669,46 7,24 206.841,17 3,06 6.065.384,98 89,70 6.761.895,61 100
Pacifico 547.666,07 32,17 187.385,79 11,01 967.615,59 56,83 1.702.667,46 100
Magdalena 219.747,15 32,95 29.224,49 4,38 417.987,24 62,67 666.958,87 100
Central 265.383,50 47,42 61.594,73 11,01 232.678,58 41,58 559.656,81 100
Los Motilones 127.177,40 51,36 7.596,55 3,07 112.858,69 45,58 247.632,64 100
Del Cocuy 90.585,42 47,80 8.655,65 4,57 90.287,88 47,64 189.528,95 100
Sierra Nevada 73.306,56 72,90 137,88 0,14 27.117,87 26,97 100.562,31 100
Total general 1.813.535,55 17,73 501.436,27 4,90 7.913.930,82 77,37 10.228.902,65 100
En una visión muy global esta situación daría cuenta de una especie de equilibrio
entre las dos categorías: la vocación forestal y la cobertura de bosque. Pero en
realidad se requiere un análisis más cuidadoso, debido a que lo más probable
es que físicamente estas áreas no coincidan en toda su extensión entre sí, y que
por ejemplo, alguna parte del área No Bosque esté sobrepuesta con el área de
vocación forestal, y que alguna parte del área en Bosque esté sobrepuesta con
áreas de vocación productiva distintas de la forestal. Este análisis es igualmente
válido para cada una de las ZRF.
1Las prácticas de labranza cero y labranza de conservación consisten en hacer la siembra directa
dejando algunos residuos de cultivo sobre la superficie, y con ayuda de maquinaria pequeña o a
mano, se colocan las semillas sobre la cama de residuos de la superficie (Altieri y Nicholls, 2000).
como se dijo anteriormente es fundamental para la nutrición de las plantas y los
demás organismos), como ahorrar su gasto, garantizar la conservación de las
fuentes naturales de agua, y evitar prácticas que puedan contaminar los
acuíferos (PNUMA, 2011).
Se promueven entonces métodos como el riego por goteo controlado, riego
presurizado, riego por gravedad, riego en horas de la noche o de la madrugada;
la captación y almacenamiento de agua lluvia a través de la construcción de
alcorques alrededor de árboles y plantas del cultivo, de estanques, de balsas y
de cisternas; la recolección de agua de escorrentía a través de pequeños diques
para dirigirla al cultivo; el uso de métodos para evitar la evaporación y perdida
de agua en los cultivos, como el uso de coberturas con residuos vegetales con
el fin de retener la humedad cerca a las raíces de las plantas; y el desarrollo y
adecuación de métodos para la reducción de la contaminación del agua residual
proveniente del lavado y del quehacer doméstico y el no vertimiento en las
fuentes naturales sustancias contaminantes, tóxicas o nocivas (FAO, 2017 a y b
e IICA, 2015).
Calcular la huella hídrica de cada una de las etapas de producción agrícola, es
un buen indicador que permite evaluar los requerimientos hídricos de dicha
actividad y evitar aquellas que tengan altos requerimientos de agua como por
ejemplo la cría vacuna o los cultivos por inundación (IICA, 2015).
b) Manejo Integrado del plagas y enfermedades
Las plagas y enfermedades en plantas y animales reducen su producción,
deterioran su eficiencia, afectan los precios y el acceso a los mercados y
amenazan la seguridad alimentaria. Estas plagas y enfermedades constituyen
una amenaza para el medio ambiente tanto por si mismas como por las medidas
que se utilizan para combatirlas. En la actualidad los plaguicidas y los depósitos
de plaguicidas no utilizados tienen serios impactos ambientales. Se sabe que
cerca de 98% de los fungicidas, herbicidas e insecticidas, afectan especies
diferentes a la especie objetivo, además contaminan el suelo, el aire y las fuentes
de agua (RAS, 2017).
El Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIP) es una alternativa viable
frente al uso de plaguicidas de la agricultura tradicional. Esta es una estrategia
ecológica que usa una gran variedad de métodos complementarios para
controlar plagas y enfermedades reduciendo al máximo o incluso eliminando el
uso de plaguicidas o sustancias químicas.
El MIP se desarrolla en tres fases que van desde la prevención de la enfermedad
y de su propagación, pasando por el uso de métodos de monitoreo, hasta la
erradicación de la infestación en caso de ocurrencia, esto último preferentemente
a través de agentes biológicos o sustancias de baja toxicidad y poca
permanencia en el ambiente (RAS, 2017).
La fase de la prevención busca la selección de variedades y razas resistentes.
la diversificación en vez de la homogenización del cultivo, ya que esta ultima crea
mayores condiciones para la rápida y extensa difusión de las plagas y
enfermedades, (FAO, 2015a).
En la segunda fase del MIP se utilizan prácticas de monitoreo, lo que incluye
conocer las plagas a las que son susceptibles los cultivos, así como aquellos que
se encuentran en la zona, esto con el fin de estar preparados ante los signos de
aparición de dichas plagas y enfermedades. También se aconseja el uso de
trampas que dan indicios de presencia de plagas móviles (FAO, 2015a).
La tercera fase de MIP propende por el control y eliminación de los factores
dañinos aprovechando los agentes biológicos benéficos. El uso de agentes
biológicos de control, consiste en el manejo de especies de insectos
depredadores de otros insectos plaga. También se puede recurrir al uso de
biopesticidas los cuales consisten en extractos de plantas, hongos, virus y
bacterias que actúan como controladores de las poblaciones de insectos plaga.
La aplicación de estos pesticidas naturales tiene varias ventajas tales como que
su nivel de toxicidad es bajo, son biodegradables y su duración en el ambiente
es corta. Otros métodos de erradicación son el empleo de trampas y el
cubrimiento de frutos para evitar la postura de huevos de los insectos plaga
(FAO, 2015a).
c) Diversificación o rotación de cultivos y asociación de sistemas
agroforestales y silvopastoriles
El monocultivo agota rápidamente la Materia Orgánica del Suelo al no permitir
que los suelos se recuperen luego de cada cosecha, lo cual termina
disminuyendo los rendimientos de la producción, y aumentando los costos de
producción y los efectos ambientales vía una compra excesiva de fertilizantes.
Además, cuando un mismo cultivo se repite muchas veces en el mismo campo,
acumula plagas y enfermedades a través del tiempo, lo que obliga a aumentar el
uso de plaguicidas dañinos para el ambiente. Por otro lado, los monocultivos
hacen más vulnerables a los productores ante choques exógenos, pues si su
cultivo se ve afectado, no tienen fuentes alternativas de ingresos que les permita
sobreponerse del impacto negativo.
Por esta razón la diversificación de la producción agrícola a través de la
diversificación de cultivos, rotación de cultivos y sistemas agroforestales y
agrosilvopastoriles constituyen estrategias fundamentales para conservar los
suelos y el agua, reducir la vulnerabilidad de los productores, y aumentar la
rentabilidad y los rendimientos de los sistemas agrícolas ya existentes.
La diversificación de cultivos es aquel tipo de agricultura que usa cosechas
múltiples en el mismo espacio para mitigar los riesgos de perder totalmente la
cosecha ante choques externos, y para promover distintas interacciones
ecológicas entre plantas complementarias. Las ventajas de la asociación de
cultivos pueden resumirse en hacer un mejor uso del suelo, agua y del espacio
que en los monocultivos; mejorar la reposición de nutrientes del suelo mediante
fijación biológica de nitrógeno y el reciclaje de residuos de cultivo, lo que reduce
el estrés termal y los índices de evaporación del agua; reducir los problemas de
plagas y enfermedades y aumentar la polinización al atraer la presencia de
insectos y animales benéficos y alejar la presencia de agentes perjudiciales;
regular mejor las malezas; propiciar beneficios mutuos; generar un mayor
rendimiento en la siembra de una determinada área; distribuir los costos de
manejo en las distintas especies cultivadas en el mismo sitio, y minimizar la
competencia por los recursos entre las especies asociadas (ACTAF, 1999).
La rotación de cultivos, práctica ampliamente aconsejada por la Agricultura de
Conservación, planifica la alternancia de cultivos para proporcionar una
producción diversificada y hacer un uso sinérgico entre diferentes cultivos para
controlar enfermedades, aumentar la disponibilidad de nutrientes y mejorar el
ambiente para el enraizamiento. Se controlan enfermedades y plagas porque en
estos sistemas los residuos de los cultivos que pueden estar infectados no son
ni quemados ni enterrados, sino que se rompe la cadena de infección al dejar
pasar suficiente tiempo entre cultivos similares.
Por otro lado se aumenta la disponibilidad de nutrientes y se favorece el
enraizamiento pues se aprovecha que distintos cultivos se desarrollan en
distintos perfiles de suelo y tienen distintos requisitos de nutrientes, dejando
descansar el suelo en diferentes niveles y mejorando el reciclaje de nutrientes
del suelo. Una opción específica de rotación es la alternancia de cultivos de
cobertura y cultivos comerciales a lo largo del año. Los cultivos de cobertura o
abonos verdes pueden ser aprovechadas como alimento o forraje para que sea
rentable económicamente, y son aquellos que utilizan plantas capaces de
devolver nutrientes a la tierra, por ejemplo a través de la fijación de nitrógeno
como en el caso de las leguminosas, de esta manera el suelo nunca esta
descubierto lo que evita y reduce el riesgo a la erosión, la insolación y la pérdida
de nutrientes por lixiviación y escorrentía (Hernández et al., 2008; FAO, 2017d;
FAO, 2015b).
Los sistemas agroforestales son formas de uso y manejo en las que árboles y
arbustos son utilizados en asociación con cultivos agrícolas y con animales. En
éstos se incluyen los sistemas Silvoagrícola (árboles asociados a cultivos), los
sistemas silvopastoriles (árboles asociados a la ganadería), y los sistemas
Agrosilvopastoril (árboles asociados a la cultivos y a la ganadería).
Con respecto a las buenas prácticas en la producción animal de estos
agrosilvopastoriles éstas dependen de varios aspectos tales como la finalidad de
la producción animal, los espacios usados para la producción animal, la densidad
de las unidades de pastoreo y la intensidad (FAO, 2002a).
Algunas recomendaciones generales de buenos métodos pecuarios son la
utilización de especies arbóreas o arbustivas para el forraje de los animales en
vez de coberturas exclusivas de pastos; evitar el sobrepastoreo a través de la
reducción del tiempo que pasan los animales en potreros y la adecuación de
espacios como establos para las horas de alimentación y sueño; utilización de
técnicas de ensilado con el fin de aumentar y controlar la alimentación de los
animales y así vigilar la cantidad de biomasa y proteína que se aporta, así como
las características de los desechos que los animales generan; la regulación y
reciclaje del abono animal para enriquecimiento de las unidades de agricultura a
través de técnicas como el lombricultivo; vigilar la salud del ganado y trabajar por
la prevención de enfermedades con establos y espacios adecuados, buena
gestión de forrajes, alimentos y estrictas prácticas de higiene; garantizar el
bienestar animal con espacios confortables y sanos, la eliminación de prácticas
quirúrgicas innecesarias, el respeto las densidades máximas de pastoreo y otros
métodos que reduzcan la incomodidad, dolor, hambre, sed, insolación o estrés
de los animales; y utilizar los desechos que provienen de la cosecha como cama
en los establos de los animales para cortar los ciclos de vida de las plagas
asociadas a los cultivos y favorecer su descomposición y reintegración al suelo
(CIPAV, 2011; FAO, 2002a).
De esta manera un sistema agroforestal sostenible entiende la importancia de
los bosques y los árboles en el sistema agrícola debido a los servicios que estos
prestan de protección, regulación, flujo de nutrientes, refugio de biodiversidad
entre otros, por lo que se incluyen actividades silvopastoriles a pequeña escala,
cultivos mixtos de árboles maderables siempre y cuando no reemplacen la
vegetación original, huertas, y otros tipos de cultivo de pequeña y mediana
escala. (PNUMA, 2011).
d) Manejo de los Recursos Forestales
Los bosques juegan un papel fundamental por los servicios ecosistémicos
asociados, sus múltiples valores sociales y culturales, por su asociación y
optimización de las actividades agrícolas y ganaderas sostenibles y la existencia
de productos aprovechables que provienen de allí.
De esta manera una práctica sostenible debe velar por dichos servicios
ecosistémicos lo que incluye la protección de los bosques riparios y la vegetación
protectora de quebradas y nacimientos. Esta vegetación está biológicamente
adaptada a las condiciones de clima y suelo de la región, y entre otras funciones
tiene servicios asociados a la regulación climática y la biodiversidad, es refugio
de miles de especies silvestres, protege de la erosión, la desertificación y regula
gases de efecto invernadero, mantiene la estructura del suelo para que no se
pierda agua por infiltración, controla plagas y enfermedades, y asegura la
polinización. Por esto la eliminación y reemplazo de la flora nativa es una práctica
inadecuada, ya que hace que cambien las tasas de requerimiento de agua y
evapotranspiración, lo que puede generar un déficit hídrico en el sistema (IICA,
2015).
Dentro de los sistemas boscosos las zonas de reserva forestal (ZRF) son una
estrategia para aprovechar los diferentes papeles que juegan los bosques, pues
refuerzan la exigencia del uso sostenible de los productos forestales, limitan el
avance de la deforestación, e incentivan arreglos productivos compatibles con el
uso sostenible de los bosques, tales como los sistemas agroforestales que sirven
de conexión entre sistemas productivos agrícolas y ecosistemas boscosos
intervenidos o no (Ver sección 1.d), y las plantaciones forestales ya sea para
fines comerciales o para fines de restauración.
Las plantaciones forestales tienen un gran potencial ya que disminuyen la
presión sobre los bosques naturales, en especial si dichas plantaciones se
ubican en zonas de menor valor biológico, ya que proporcionan oportunidades
de brindar nuevos servicios ambientales (PNUMA, 2011).
Para esto se han establecido acciones y estrategias encaminadas al uso y
conservación sostenible de los bosques con el fin de mantener y mejorar sus
múltiples valores, las cuales son denominadas Manejo Forestal Sostenible y
Gestión Forestal Sostenible (MFS y GFS respectivamente). Entre ellas se fija la
importancia de conocer cuáles son los productos maderables y no maderables
que se pueden aprovechar, ya que si estos son adecuadamente administrados
no deben poner en riesgo los servicios ambientales del bosque (PNUMA, 2011).
Otras prácticas de buen manejo incluyen los programas de reforestación a través
de plantaciones forestales mixtas con especies que puedan ser usadas para
madera y leña, la tala selectiva de bajo impacto (RIL), zonas de amortiguación
para protección de cursos de agua, preservación de las poblaciones de especies
usadas para tala, construcción de corredores para ayudar a la conectividad del
paisaje. Todo esto puede ser una opción ambiental y económicamente
beneficiosa, asegurando el suministro de madera con el fin de evitar talas
ilegales (PNUMA, 2011). Es importante resaltar que estas plantaciones
forestales son viables siempre y cuando no compitan o sustituyan los bosques
naturales, ni los terrenos destinados a producción de bienes para la
supervivencia de las comunidades (PNUMA, 2011).
e) Sistemas de manejo postcosecha y otras actividades de generación
de valor agregado
Dos grandes retos que enfrenta la agricultura son, de un lado, los altos niveles
de pérdida y desperdicio de alimentos después de la cosecha, y de otro lado, el
incumplimiento de medidas sanitarias y reglamentos técnicos que son requisito
para acceder a los mercados, tanto nacionales como internacionales.
Estos retos se derivan principalmente de la falta de instalaciones de
almacenamiento, deficiente manejo de residuos que propagan infecciones, falta
de instalaciones de procesamiento para evitar la descomposición, e inadecuadas
infraestructuras de transporte.
Disminuir la generación de residuos, restos y la ineficiencia en la gestión de los
alimentos, hacen parte del paradigma de la agricultura sostenible. Con respecto
a la generación de residuos y restos el proceso del compostaje es una técnica
de aprovechamiento de los residuos vegetales o animales que permite recuperar
los nutrientes y volver a utilizarlos. Esto reduce los costos de compra de insumos
como fertilizantes y abonos de materia orgánica, al mismo tiempo que reduce el
impacto de la descomposición sin control de los desechos generados (Román et
al., 2013). Existen otras formas de reciclaje como el uso de biodigestores para la
producción de biogás, que puede ser utilizado para la cocina, calefacción y
generación de electricidad (Ramírez, 1983).
Con respecto a las ineficiencias en la gestión, la FAO resalta que hacer frente a
algunas de éstas requiere sólo de pequeñas inversiones en tecnologías simples
de manejo postcosecha, lo que incluye todas las prácticas y técnicas
encaminadas a conservar las características originales de los productos,
teniendo en cuenta las condiciones químicas y biológicas que las puedan alterar.
Se trata entonces del acopio después de la cosecha, la limpieza el lavado que
eliminan residuos de tierra y otras sustancias químicas como el compost líquido,
selección, clasificación, empaque o procesamiento y envasado (cuando se
hace), transporte y almacenamiento (Díaz, 2003).
Igualmente, se trata de los sistemas de procesamiento primario local, a nivel de
finca o a nivel comunitario, para adecuar materias primas para industria
alimentaria y otras industrias consumidoras de bienes agropecuarios y
forestales.
Las buenas practicas postcosecha y de procesamiento primario, son condición
para el ingreso de los productos al mercado y por ende para la recuperación de
la inversión y la estabilidad económica y social de los productores.
En el caso del envasado y procesamiento de alimentos, estas actividades de
valor agregado generan empleos no agrícolas en las zonas rurales y pueden
mejorar el acceso de los productos a los mercados2. Cuando se realizan estas
actividades los residuos del procesamiento rural de alimentos tienen que
convertirse en compost o ser transformados en fertilizantes orgánicos para evitar
la generación de residuos y devolver los nutrientes orgánicos a los terrenos de
cultivo más cercanos, y se aconseja la inversión en energías renovables.
Otros casos de generación de valor agregado de manera sostenible son la
implementación de viveros y el uso y manejo sostenible de los recursos naturales
asociados con la producción artesanal. Los viveros son una práctica valiosa que
puede tener fines comerciales, pero también fines de restauración. En general
muchas de las especies que se necesitan para restaurar un ecosistema
específico no están disponibles en viveros. No se conoce sus formas de
reproducción, de germinación de semilla, ni requerimientos nutricional etc. La
presencia de viveros en ZRF puede actuar como laboratorios de
experimentación para reproducir especies nativas de interés, principalmente
para la restauración lo cual aporta información fundamental sobre el
funcionamiento de las especies ante los ambientes a los que están adaptados y
como esta información puede ser utilizada y aplicada en los sistemas productivos
sostenibles (FAO, 2016b). La producción artesanas sostenible está relacionada
con el aprovechamiento de recursos renovables maderables y no maderables
cuando éstos crecen a ritmos superiores al de su regeneración, lo que fomenta
la preservación de las especies vegetales utilizadas.
Turismo
De acuerdo a los retos que tiene el turismo para cumplir con los criterios de
sostenibilidad, las actividades turísticas deben poder tener acceso a insumos
agrícolas, de origen natural que sean locales con el fin de apoyar e impulsar a
las comunidades que viven de estas actividades (PNUMA, 2011). Un ejemplo de
esto es la producción de compost para reciclar los residuos orgánicos.
Estas actividades de producción deben preferentemente usar fuentes de
energías alternativas, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
(GEI), gestionar los residuos de tal manera que no tengan un impacto negativo
en el medio ambiente, apoyar programas que combatan la pérdida de
biodiversidad y respetar y gestionar el patrimonio cultural (PNUMA, 2011).
Además deben trabajar por generar patrones de consumo en los turistas que
apoyen las metas de sostenibilidad.
Construcciones
Algunos criterios para considerar una construcción sostenible son: El uso eficaz
del agua y de la energía, tener un diseño respetuoso y adecuado para el clima,
involucrar áreas verdes (huertas, jardines, viveros) y tener un adecuado
tratamiento de los residuos y los vertimientos (Ávila, 2009).
Cultivo o
plantación Área Rendimiento Número de Número de Porcentaje de
ZRF
forestal cosechada promedio unidades Unidades Unidades
REFERENCIAS
ALTIERI. M. & NICHOLLS C.I. (2000). Agroecología. Teoría y práctica para una
agricultura sustentable.
Anexo
Tabla 8. Vocación de uso Agrícola de las tierras en la zona de reserva forestal del Río
Magdalena
Uso Principal recomendado ZONA A ZONA B ZONA C Total general
Cultivos permanentes intensivos de clima cálido 1,13% 0,24% 0,22% 1,59%
Cultivos permanentes intensivos de clima medio 0,25% 0,00% 0,26% 0,51%
Cultivos permanentes semi Intensivos de clima cálido 1,97% 13,29% 5,68% 20,95%
Cultivos permanentes semi intensivos de clima frío 0,00% 0,00% 1,50% 1,50%
Cultivos permanentes semi intensivos de clima medio 0,04% 0,00% 0,54% 0,58%
Cultivos transitorios intensivos de clima cálido 1,44% 1,76% 0,32% 3,52%
Cultivos transitorios semi intensivos de clima cálido 7,23% 10,93% 2,61% 20,77%
Cultivos transitorios semi intensivos de clima frío 0,05% 0,00% 0,24% 0,29%
Cultivos transitorios semi intensivos de clima medio 0,15% 0,00% 0,20% 0,35%
TOTAL GENERAL 12,26% 26,21% 11,58% 50,06%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 9. Vocación de uso Agrícola de las tierras en la zona de reserva forestal de la Amazonia
Uso Principal recomendado ZONA A ZONA B ZONA C Total general
Cultivos permanentes intensivos de clima medio 0,00% 0,00% 0,17% 0,17%
Cultivos permanentes semi intensivos de clima cálido 3,42% 4,40% 0,95% 8,76%
Cultivos permanentes semi intensivos de clima medio 0,18% 0,52% 1,68% 2,38%
Cultivos transitorios intensivos de clima cálido 0,00% 0,00% 0,67% 0,67%
Cultivos transitorios semi intensivos de clima cálido 0,91% 0,00% 1,82% 2,73%
Cultivos transitorios semi intensivos de clima frío 0,53% 0,00% 0,00% 0,53%
Cultivos transitorios semi intensivos de clima medio 0,04% 0,00% 4,03% 4,07%
TOTAL GENERAL 5,07% 4,92% 9,32% 19,32%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 10. Vocación de uso Agrícola de las tierras en la zona de reserva forestal del Pacífico
Uso Principal recomendado ZONA A ZONA B ZONA C Total general
Cultivos permanentes intensivos de clima cálido 0,27% 0,02% 0,04% 0,32%
Cultivos permanentes intensivos de clima frío 0,13% 0,00% 0,00% 0,13%
Cultivos permanentes intensivos de clima medio 3,25% 0,00% 0,00% 3,25%
Cultivos permanentes semi intensivos de clima cálido 6,37% 0,82% 0,58% 7,77%
Cultivos permanentes semi intensivos de clima medio 1,39% 0,00% 0,00% 1,39%
Cultivos transitorios intensivos de clima cálido 0,07% 0,00% 0,00% 0,07%
Cultivos transitorios intensivos de clima frío 1,18% 0,00% 0,00% 1,18%
Cultivos transitorios intensivos de clima medio 0,62% 0,00% 0,00% 0,62%
Cultivos transitorios semi intensivos de clima cálido 1,04% 0,33% 0,35% 1,73%
Uso Principal recomendado ZONA A ZONA B ZONA C Total general
Cultivos transitorios semi intensivos de clima frío 0,59% 0,00% 0,00% 0,59%
Cultivos transitorios semi intensivos de clima medio 1,43% 0,02% 0,00% 1,45%
TOTAL GENERAL 16,34% 1,19% 0,97% 18,50%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
La vocación de uso ganadero (ver Tabla 11), indica que el porcentaje más alto
lo ostenta la ZRF del Río Magdalena (62,55%), seguido por Amazonia (13,79%)
y Cocuy (10,73%), con proporciones 5 veces menor a la primera. En las demás
ZRF la contribución es muy baja, con proporciones inferiores a 5,59%.
Tabla 11. Vocación de uso Ganadero de las tierras en las zonas de reserva forestal
RESERVA FORESTAL ZONA A ZONA B ZONA C Total general
Magdalena 19,81% 37,46% 5,28% 62,55%
Amazonia 9,87% 0,86% 3,07% 13,79%
Cocuy 1,35% 0,97% 8,41% 10,73%
Pacifico 5,48% 0,06% 0,06% 5,59%
Motilones 0,42% 0,00% 2,81% 3,24%
Sierra Nevada de Santa Marta 1,01% 1,09% 0,00% 2,10%
Central 0,18% 0,52% 1,31% 2,00%
Total general 38,11% 40,96% 20,93% 100,00%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 12. Vocación de uso Ganadero de las tierras en la zona de reserva forestal del Río
Magdalena
Uso Principal recomendado ZONA A ZONA B ZONA C Total general
Pastoreo extensivo de clima cálido 19,19% 29,61% 5,27% 54,08%
Pastoreo semi intensivo de clima cálido 0,62% 7,84% 0,01% 8,47%
TOTAL GENERAL 19,81% 37,46% 5,28% 62,55%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 13. Vocación de uso Ganadero de las tierras en la zona de reserva forestal de la
Amazonia
Uso Principal recomendado ZONA A ZONA B ZONA C Total general
Pastoreo extensivo de clima cálido 9,15% 0,86% 1,58% 11,59%
Pastoreo extensivo de clima frío 0,71% 0,00% 0,00% 0,71%
Pastoreo semi intensivo de clima medio 0,00% 0,00% 1,49% 1,49%
TOTAL GENERAL 9,87% 0,86% 3,07% 13,79%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 14. Vocación de uso Ganadero de las tierras en la zona de reserva forestal del Cocuy
ZONA ZONA Total
Uso Principal recomendado ZONA A
B C general
Pastoreo extensivo de clima cálido 1,19% 0,88% 7,43% 9,51%
Pastoreo extensivo de clima medio 0,03% 0,00% 0,10% 0,13%
Pastoreo semi intensivo de clima cálido 0,13% 0,09% 0,88% 1,09%
TOTAL GENERAL 1,35% 0,97% 8,41% 10,73%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Más del 90% de las tierras con vocación agroforestal de las reservas forestales
de Ley 2ª de 1959, se encuentran en dos reservas la de Amazonia (80,06%) y la
del Río Magdalena (10,67%) Ver Tabla 15.
Tabla 15. Vocación de uso Agroforestal de las tierras en las zonas de reserva forestal
Total
RESERVA FORESTAL ZONA A ZONA B ZONA C
general
Amazonia 64,39% 14,95% 0,72% 80,06%
Magdalena 3,38% 5,54% 1,74% 10,67%
Pacifico 3,97% 0,75% 0,27% 4,99%
Central 1,96% 1,13% 0,00% 3,08%
Cocuy 0,44% 0,07% 0,51% 1,02%
Motilones 0,05% 0,00% 0,11% 0,15%
Sierra Nevada de Santa
0,02% 0,00% 0,00% 0,02%
Marta
Total general 74,21% 22,44% 3,35% 100,00%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 16. Vocación de uso Agroforestal de las tierras en la zona de reserva forestal de la
Amazonia
Total
ZONA ZONA
Uso Principal recomendado ZONA B genera
A C
l
Agro silvícola con cultivos permanentes 31,36% 4,85% 0,00% 36,21%
Agro silvícola con cultivos transitorios 8,41% 3,29% 0,00% 11,70%
Agro silvopastoril con cultivos permanentes 0,40% 1,56% 0,72% 2,67%
Silvopastoril 24,23% 5,25% 0,00% 29,48%
TOTAL GENERAL 64,39% 14,95% 0,72% 80,06%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 17. Vocación de uso Agroforestal de las tierras en la zona de reserva forestal del Río
Magdalena
Total
ZONA ZONA ZONA
Uso Principal recomendado genera
A B C
l
Agro silvícola con cultivos permanentes 0,00% 0,11% 0,32% 0,44%
Agro silvícola con cultivos transitorios 0,03% 0,20% 0,21% 0,43%
Agro silvopastoril con cultivos permanentes 3,30% 5,13% 1,21% 9,64%
Total
ZONA ZONA ZONA
Uso Principal recomendado genera
A B C
l
Agro silvopastoril con cultivos transitorios 0,00% 0,01% 0,00% 0,01%
Silvopastoril 0,06% 0,08% 0,00% 0,14%
TOTAL GENERAL 3,38% 5,54% 1,74% 10,67%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 18. Vocación de uso Forestal de las tierras en las zonas de reserva forestal
Total
RESERVA FORESTAL ZONA A ZONA B ZONA C
general
Amazonia 48,72% 7,45% 2,18% 58,35%
Pacifico 14,02% 0,19% 0,14% 14,34%
Magdalena 4,44% 2,54% 4,32% 11,30%
Central 4,01% 4,18% 0,00% 8,19%
Motilones 2,51% 0,00% 2,09% 4,60%
Cocuy 1,15% 0,12% 0,36% 1,63%
Sierra Nevada de Santa
0,93% 0,66% 0,00% 1,59%
Marta
Total general 75,78% 15,14% 9,08% 100,00%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 19. Vocación de uso Forestal de las tierras en la zona de reserva forestal de la Amazonia
Total
ZONA ZONA ZONA
Uso Principal recomendado genera
A B C
l
Forestal de producción de clima cálido 0,00% 0,00% 0,01% 0,01%
Forestal de protección 6,03% 1,90% 1,17% 9,11%
Protección - producción 42,69% 5,55% 1,00% 49,24%
TOTAL GENERAL 48,72% 7,45% 2,18% 58,35%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 20. Vocación de uso Forestal de las tierras en la zona de reserva forestal del Pacífico
Total
ZONA ZONA ZONA
Uso Principal recomendado genera
A B C
l
Forestal de producción de clima cálido 0,00% 0,01% 0,01% 0,02%
Forestal de producción de clima medio 0,01% 0,00% 0,00% 0,01%
Forestal de protección 2,29% 0,00% 0,00% 2,29%
Protección - producción 11,71% 0,18% 0,13% 12,02%
TOTAL GENERAL 14,02% 0,19% 0,14% 14,34%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 21. Vocación de uso Forestal de las tierras en la zona de reserva forestal del Río
Magdalena
Total
ZONA ZONA ZONA
Uso Principal recomendado genera
A B C
l
Forestal de producción de clima cálido 0,04% 0,57% 0,31% 0,92%
Forestal de protección 0,51% 0,07% 1,45% 2,03%
Protección - producción 3,88% 1,91% 2,56% 8,34%
TOTAL GENERAL 4,44% 2,54% 4,32% 11,30%
FUENTE: Elaboró Autores con base en (IGAC, 2012) mapa de vocación de uso de las tierras y
(MADS, 2014) zonificación de las ZRF
Tabla 23. Vocación de uso Conservación de las tierras en la zona de reserva forestal Central
ZONA ZONA Total
Uso Principal recomendado ZONA A
B C general
Conservación de Recursos
42,29% 3,50% 0,00% 45,79%
Hidrobiológicos
Tabla 24. Vocación de uso Conservación de las tierras en la zona de reserva forestal del
Pacífico
ZONA ZONA Total
Uso Principal recomendado ZONA A
B C general
Conservación de Recursos Hídricos 16,45% 0,04% 0,33% 16,82%
Conservación de Recursos
10,09% 0,00% 0,00% 10,09%
Hidrobiológicos
ZONA ZONA Total
Uso Principal recomendado ZONA A
B C general
Conservación y Recuperación Erosión 3,17% 0,00% 0,00% 3,17%
Tabla 25. Vocación de uso Conservación de las tierras en la zona de reserva forestal del Cocuy
ZONA ZONA Total
Uso Principal recomendado ZONA A
B C general
Conservación de Recursos Hídricos 0,76% 0,02% 1,02% 1,81%
Conservación de Recursos
16,23% 0,00% 0,35% 16,58%
Hidrobiológicos