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DELITOS CONTRA LA SALUD

l. PRELIMINARES

Después de haberse analizado dogmáticamente todos los hechos punibles que


nuestro legislador ha previsto como actos que ponen en peligro o lesionan la vida de
las personas, corresponde ahora hacer un estudio dogmático de los ilícitos penales
debidamente regulados en el Capítulo III del Título Primero del corpus juro penale,
que se etiqueta con el nomen iuris de "lesiones".

En la doctrina del derecho punitivo aparecen hasta dos posiciones encontradas que
tratan de señalar y sustentar el bien jurídico que el Estado pretende proteger o tutelar
cuando tipifica como injusto penal las diversas modalidades de lesiones. En efecto,
la posición tradicional y la más avanzada.

La posición tradicional y por ello mayoritaria, sostiene que en los ilícitos de lesiones
se trata de proteger hasta dos bienes jurídicos totalmente identificables y
diferenciables como son la integridad física y la salud de la persona. En tanto que la
teoría más moderna y aún con pocos seguidores como Rodríguez Devesa, Quintana
Ripollés y con Ignacio Berdugo Gómez de la Torres como el más representativo,
sostiene que el único bien jurídico que se pretende proteger con la tipificación de las
diversas modalidades de lesiones es la salud de las personas. En efecto, como aparece
objetiva y científicamente, cualquier ataque a la integridad física o mental de la
persona trae como efecto inmediato una afección a la salud de aquella. De modo que
todos los supuestos que el legislador enumera hacen referencia a distintos aspectos
de un único bien jurídico de mayor amplitud como lo es la salud de las personas. En
consecuencia, no tiene ningún sentido práctico identificar a la integridad corporal y
la salud de la persona como bienes jurídicos distintos.

Nosotros nos adherimos a la teoría avanzada debido que se sustenta en


circunstancias científicas y contrastables objetivamente y, a la vez, por tener asidero
en nuestro sistema jurídico nacional. Si aceptamos que la vulneración de la
integridad física trae como consecuencia inmediata una afección a la salud del que la
sufre, automáticamente se descarta la posibilidad de estar frente a dos bienes
jurídicos diferenciables como son la integridad física y mental, por un lado, y la salud,
por otro. De modo alguno podemos señalar que el ataque a uno de ellos tiene
diferentes efectos en la persona. La salud dellesionado resulta al final el aspecto que
se petjudica. De igual parecer son Bramont-Arias Torres/García Cantizano,
siguiendo al español Berdugo de la Torre, al indicar que, a pesar de la distinción, en
realidad se trata de un solo bien jurídico: la salud (física o psicológica).

Por otro lado, entendiendo que daño o perjuicio a la integridad física de la persona
es cualquier modificación más o menos duradera en el organismo de la víctima, que
trae como consecuencia ipso Jacto la afección o deterioro a la salud del que la sufre,
debe concluirse que esta última entidad es el bien jurídico que el legislador nacional
pretende proteger con la tipificación de las diversas conductas delictivas de lesiones
recogidas en el código sustantivo. Ello aun cuando en la realidad nuestro legislador
no ha sido consciente.

2. CONCEPTO DEL BIEN JURÍDICO SALUD


La salud de la persona puede ser definida como el estado en el cual esta desarrolla
todas sus actividades, tanto físicas como psíquicas, en forma normal, sin ninguna
afección que le aflija. Refiere Berdugo Gómez de la Torre que la salud es el estado en
el que una persona desarrolla normalmente sus funciones, entendiendo por función
el ejercicio de un órgano o aparato. En el Perú, a nivel constitucional se ha reconocido
como uno de los derechos principales el libre desarrollo y bienestar de las personas.
Resulta impensable que un daño a la integridad física no afecte la salud del que la
sufre, en cambio, es perfectamente posible que una afección a la salud no afecte en
nada a la integridad física. Incluso, Roy Freyre que sustenta la posición tradicional,
asevera que "generalmente el daño en el cuerpo trae consigo un daño en la salud, sin
que esta afirmación signifique negar la existencia independiente del último".

En suma, la salud de las personas es perfectamente identificable como el bien jurídico


protegido en las diversas modalidades delictivas de lo que se conoce con la etiqueta
de lesiones. Esta puede ser vulnerada por una modificación en su normal
funcionamiento, por ejemplo, incapacidad para el trabajo, o por un menoscabo en la
integridad corporal de la persona agraviada, que le disminuye seriamente sus
facultades o capacidad para cumplir con sus funciones físicas normales como son,
por ejemplo, fractura de un miembro inferior, la desfiguración de rostro, etc.

No obstante, el bien jurídico en el hecho punible de lesiones tiene aspecto relativo,


debido que posee caracteres peculiares en cada persona. La salud de una persona no
siempre presentará el mismo contenido en otra. En efecto, distinto es el contenido
concreto de la salud en un joven que en un anciano, en una persona que sufre una
enfermedad o una tara física o mental que en aquella que no la padece.

3. EL BIEN JURÍDICO DEL DELITO DE LESIONES E EL SISTEMA PENAL


PERUANO

No obstante, nuestro legislador del Código Penal de 1991, siguiendo la posición


mayoritaria, ha dispuesto como bienes jurídicos equivalentes la salud de la persona
y la integridad corporal. Ello se explica por el hecho concreto que los autores de los
proyectos del citado documento legislativo sustentan la posición mayoritaria.
Incluso, tal posición doctrinaria prevaleció en la Constitución Política del Estado de
1993, carta fundamental al prescribir taxativamente en el inciso 1 del artículo 2 que
toda persona tiene derecho a su integridad moral, psíquica y física ya su libre
desarrollo y bienestar. En tal sentido, y para fines del presente trabajo, no queda otra
alternativa que seguir aquellos lineamientos con la finalidad de no apartarnos ni
distorsionar nuestro objetivo principal cual es hacer dogmática del contenido del
Código Penal peruano.

En esa línea, no compartimos posición con Bramont-Arias Torres/García Cantizano,


quienes enseñan que la tesis según la cual habría un único bien jurídico en el delito
de lesiones, entendido como salud en términos amplios, no constituye una
interpretación contraria a lo dispuesto por nuestro Código Penal. Resulta ingenuo
tratar de desconocer la realidad o quizá justificar al legislador, cuando lo real y
contundente resulta que, según la redacción de nuestro Código Penal, las diversas
modalidades del delito de lesiones tienen como bienes jurídicos a la integIidad
corporal y la salud, e incluso en forma equivalente, aun cuando la mayor de las veces
el correlato anatomofisiológico sea evidente.

Las lesiones para constituir ilícito penal y ser imputadas a determinada persona a
título de dolo deben tener el objetivo de dañar la salud o la integridad corporal del
que la sufre. En el hecho concreto, si el objetivo de causar perjuicio en la salud o la
integridad corporal de la víctima no se veIifica, el injusto penal de lesiones no se
configura. En esta línea de interpretación, resultan atípicas las lesiones producidas
por los profesionales de la medicina cuando con el propósito loable de curar o buscar
una mejora en la resquebrajada salud de su paciente, a consecuencia de una
intervención quirúrgica, las ocasionan.

A lo más, este si llegan a comprobarse que se debieron a una falta de cuidado al


momento de la intervención serán imputadas al médico a título de culpa.

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