La Comunicación Dentro de Los Escenarios Educativos

LA
COMUNICACIÓN
DENTRO DE LOS
ESCENARIOS
EDUCATIVOS
Por BETSY KAREN BETANCOURT

QUINTANA
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LA COMUNICACIÓN DENTRO DE LOS ESCENARIOS EDUCATIVOS
“La comunicación personal es siempre
intercambio y enriquecimiento mutuo”. (Martínez, 2004).
En el siguiente escrito, se presenta el tema de comunicación dentro de los
escenarios educativos, el cual tiene como objetivo estudiar algunas explicaciones
de diferentes autores respecto a este tema, expresando una opinión acerca de las
concepciones de estos, realizándose mediante la indagación de distintas fuentes de
información.
Para comenzar, Figueroa, Esteves, Bravo y Estrella (2018) definen al escenario
educativo como el espacio que reúne aspectos como: ventilación, iluminación,
distribución y organización del mobiliario, además del material de apoyo, los cuales
se relacionan directamente con el propósito de la enseñanza y determinando la
actuación de los sujetos, además de facilitar la enseñanza, genera el aprendizaje
esperado y permite el desarrollo de los sujetos en su condición individual y colectiva,
para dar paso al ambiente que se construye con la participación de actores que
cumplen distintos roles y asumen diferentes niveles de compromiso en el proceso
educativo (docentes, alumnos, familia y comunidad con sus propios
representantes). (p. 177).
En estos escenarios se produce la formación de los estudiantes, expresada en
conocimientos, habilidades, hábitos, valores y actitudes individuales y de grupo,
donde tiene lugar la actividad y la comunicación, de lo afectivo y lo cognitivo, en un
contexto sociocultural dado. (Figueroa, Esteves, Bravo y Estrella, 2018: 176). Es por
AUTORA: BETSY KREN BETANCOURT QUINTANA/ 1

ellos, que la intervención docente consiste en participar, mediando entre programas
formativos y estudiantes, constituyéndose en un proceso de diseño de situaciones
educativas basadas en un sistema de estrategias de enseñanza-aprendizaje, que
favorezcan el cumplimiento de los objetivos planteados.
Así mismo, la comunicación es la acción y el efecto de compartir o hacer común,
donde se hace partícipe de algo a otra persona, la cual supone unidad o comunidad
entre las personas que constituyen la relación. (Martínez, 2004: 198).
Para Cullen (2004), la comunicación es esencial en la vida humana y también en la
educación, ya que se relaciona con la socialización, no hay socialización posible
para el hombre si no es en un medio educativo, ese lugar donde algunos transmiten
a terceros saberes, formas de comportamiento, valores, normas, estatutos,
técnicas, etc. La educación es un proceso de socialización mediante la transmisión
de saberes, donde el principal logro de ésta es la de constituir una subjetividad
social y que dependerá en gran medida la formación del educando. (p. 13).
La comunicación entre profesores y alumnos ha de ser positiva y plena, esto es,
intersubjetiva. Además de informativa, la comunicación personal se fundamenta en
la afectividad, pues se orienta al despliegue intelectual y emocional del educando.
(Martínez, 2004:198).
A su vez, Martínez (2004) indica que las dimensiones racional y afectiva de la
comunicación, se encuentran entrelazadas según el nivel de maduración del
alumno, que permiten compensar las limitaciones y desarrollar las potencialidades

del educando, donde se distinguen dos vertientes de la comunicación educativa
completa:
1. Comunicación didáctica: Predominantemente cognitiva y encaminada a la
adquisición de conocimientos y destrezas necesarias para la vida cultural y
profesional Esta modalidad comunicativa es objetiva, científica, propia de la
enseñanza, y utiliza el lenguaje verbal y numérico.
2. Comunicación orientadora: Sobre todo afectiva y dirigida a fortalecer la
capacidad de decisión del alumno, para que pueda enjuiciar adecuadamente el
mundo que le rodea. Es una comunicación vital, personal, propia de la educación
y acontece a través de los sentimientos. (p. 199).
Por otra parte, el lenguaje oral o escrito permite manifestar lo que pensamos o
sentimos y que desempeña las siguientes funciones: representa, expresa, es
conativo, estético o poético, fático y metalingüístico, constituyendo el principal
vehículo de comunicación entre los seres humanos. (Martínez, 2004: 199). Desde
el punto de vista cognitivo, permite describir, narrar, expresar conceptos y explicar.
En el plano afectivo, permite valorar a los demás, mostrar aceptación o rechazo, así
como influir en su comportamiento. En su forma interrogativa, es fundamental para
saber cómo se hace algo y para aclarar dudas, su eficacia reside sobre todo en la
flexibilidad y en el alcance, mayores que en otros medios de expresión basados en
signos naturales, verbigracia, gestos o acciones.
Cabe recalcar, que Martínez (2004) considera que el lenguaje verbal es un arma de
doble filo, ya que la educación integral exige que el educador posea adecuada
aptitud verbal, transmitir los contenidos a los educandos de la mejor forma posible,

pero que se puede utilizar como medio de manipulación, ya que se pone en marcha
una conducta para inducir al otro a que piense, sienta o actúe sin darse cuenta, de
la forma en que el manipulador quiere que lo haga, que en este caso es el docente.
(p. 199).
Con respecto al lenguaje no verbal, Martínez (2004) menciona que es toda
comunicación que no utiliza la palabra y donde los mensajes que se transmiten de
unas personas a otras, es a través de gestos, contacto visual, forma de moverse,
modo de vestir, posturas, distancia interindividual, etc., y cuya trascendencia se
manifiesta a través del contacto visual, uso y forma de la voz, porte y vestimenta,
gestos y expresiones faciales, movimientos corporales, tacto, forma del salón de
clase, iluminación, temperatura, decoración, disposición de los asientos y del resto
del mobiliario, además del manejo del tiempo y utilización de objetos. (p. 200).
El lenguaje no hablado es mucho más importante de lo que habitualmente se cree,
pues aporta gran cantidad de información, con frecuencia a nivel inconsciente, el
cual tiene tres funciones principales: 1) comunicación de actitudes y emociones, 2)
refuerzo de la comunicación verbal y 3) sustitución del lenguaje. (Martínez, 2004:
200).
Como resultado, la comunicación es un proceso total en el que lo verbal y lo no
verbal han de verse como dos aspectos complementarios y aplicados, donde el
educador ha de ser un comunicador en sentido íntegro, ser un buen emisor y
receptor de mensajes, cualquiera que sea el canal utilizado.

En relación al tema que se está investigando, Sanz (2005) menciona que el aula es
un escenario en el que coinciden todos los elementos propios de una situación
comunicativa, y el mensaje o los mensajes que en ella se producen corresponden
a lo que, según la lingüística, podemos definir como discurso. (p.29).
Incluso se podría afirmar que una clase es un discurso de discursos o un mensaje
de mensajes, se entiende que la principal actividad de un docente es impartir clases.
(Sanz, 2005:29).
Asimismo, se entiende como clase toda actividad de un grupo que reúne las
siguientes características:
• Se produce de manera presencial en un lugar y en un periodo de tiempo
determinado en los que coincide un grupo de personas.
• Predomina el discurso oral, que puede ser de género monogestionado
(monólogos) o plurigestionado (diálogos, conversaciones, debates...).
• Las actividades están propuestas y coordinadas por una persona, considerada
experta, con finalidades didácticas (transmitir conocimientos y procedimientos e
influir en las actitudes de los receptores).
• Los destinatarios son sujetos activos de aprendizaje y se consideran
generalmente menos expertos que dicha persona.
• Tiende a tener un sentido unitario, como actividad y como discurso.
Las actividades que se desarrollan en clase y los tipos de comunicación que
conllevan tienen una estrecha relación con el modelo pedagógico que sigue el
docente (conscientemente o no). (Sanz, 2005: 30).

Para Sanz (2005) la enseñanza se concibe como un proceso comunicativo y
multidireccional, centrado en el aprendiz y en el desarrollo de habilidades y
capacidades, los tipos de discurso en el aula son múltiples y diversos, permitiendo
concebir la clase como actividad de grupo orientada al aprendizaje del alumno, que
supone otorgar a las habilidades del docente su merecida dimensión en que las
estrategias necesarias son muy variadas y el conocimiento de la materia no es en
absoluto suficiente para lograr sus objetivos y deberá poner en práctica habilidades
de comunicación verbales y no verbales, relacionales, organizativas, cognitivas,
etc., porque una clase constituye un contexto amplio, rico y dinámico, de relación
social y de intercambio comunicativo.(p. 30).
La labor de profesores y profesoras es conducir la sesión de manera que constituya
un entorno de aprendizaje motivador y efectivo, con mensajes y actividades que
impliquen y estimulen a los estudiantes. (Sanz, 2005: 31).
Por otro lado, Sanz (2005) recalca que un docente no se limita a exponer
contenidos, también hace preguntas, responde a las que le plantean los alumnos,
propone actividades, transmite instrucciones, organiza un coloquio, valora las
intervenciones de una puesta en común, etc., además de saludar, despedirse o
introducir comentarios informales con cualquier excusa, Todas estas
comunicaciones son importantes y tienen su función específica, las cuales son:
1. Funcional: incluye la transmisión de contenidos, ya sea de forma expositiva o
argumentativa, y las instrucciones. El docente produce la mayoría de los
mensajes de este conjunto, pero también-los alumnos pueden asumir tareas que
incluyan la exposición de datos o la argumentación de ideas.

2. Relacional: incluye todos los intercambios comunicativos que regulan la relación
entre los participantes. Destacamos entre estos los saludos, las despedidas, las
fórmulas de cortesía o las disculpas por un posible error o malentendido.
Los mensajes que se centran en la relación son determinantes en la creación de un
clima de cordialidad y cooperación que facilita el trabajo conjunto, entender la clase
como situación de comunicación nos proporciona una perspectiva muy interesante
sobre los elementos y los agentes que intervienen en la actividad docente. (Sanz,
2005: 31).
El profesor o profesora tiene un papel protagonista en la clase, dentro de este
entorno de comunicación, es el emisor principal, responsable de iniciar la actividad
y de generar y coordinar la comunicación entre los miembros del grupo, pero a lo
largo de la clase se producen intercambios en este papel si hay intervenciones de
los alumnos y las alumnas del grupo. Es muy útil que la comunicación sea
bidireccional, es decir, que permita el intercambio de los papeles de emisor y
receptor entre los participantes; en realidad se trata de una condición necesaria para
verificar la comprensión de los mensajes. (Sanz,2005: 33).
Sanz (2005) describe los componentes contextualizados del entorno educativo:
a) Receptor: Es cualquier oyente individual o audiencia plural, ello no impide que
haya intercambios en los roles de emisor y receptor, pensar en las necesidades
y las expectativas de los receptores en el momento de preparar el discurso y
durante su producción, ayudará a encontrar el lenguaje apropiado y a

seleccionar la información necesaria en función de aquello que ya conocen y de
aquello que se desea que conozcan o aprendan.
b) Mensaje: Los mensajes orales o discursos que se producen en el aula son
plurales y diversos, además de la exposición de contenidos disciplinares, se
intercambian mensajes de relación social (saludos, presentaciones, despedidas,
etc.) y se trasmiten instrucciones para la realización de las actividades prácticas,
se argumentan opiniones de los participantes o incluso se organiza un debate
como actividad didáctica.
c) Referente: Son los elementos de la realidad (fenómenos, hechos, datos,
conceptos...) a los que se refiere el mensaje. Los contenidos que se muestran
mediante el mensaje son propósito y medio, porque los aprendizajes, más que,
tener sentido en sí mismos, suelen enfocarse a objetivos cognitivos y funcionales
a largo plazo, como al ejercicio de una profesión.
d) Contexto: En el contexto de comunicación intervienen aspectos como los
objetivos pedagógicos, los roles del docente y del alumno, el currículo educativo,
la institución y el marco social en general.
e) Canal: El canal es el habitual de la comunicación oral simultánea en la
interacción entre emisor y receptor. La característica principal de este canal es
que facilita la verificación de la comprensión de los mensajes, el intercambio en
los roles de emisor y receptor y la reformulación del discurso de acuerdo con sus
necesidades
f) Código: El código es el sistema de signos con el que se construye el mensaje,
el código no se reduce al idioma solamente, sino a toda una serie de signos no

verbales, que constituyen también un código de comunicación inherente a
cualquier comunicación cara a cara.( p.p. 33-35).
La clase como discurso, incluye la clase como mensaje, o como suma de mensajes
que constituyen una cierta unidad. (Sanz, 2005: 36). Como tal, el discurso o texto
oral, es una unidad comunicativa que reúne las siguientes condiciones:
• Es adecuado a un determinado contexto y tiende a usar una variedad lingüística
homogénea (adecuación).
• Mantiene cierta unidad y coherencia temáticas.
• Presenta una serie de unidades (ideas, frases, palabras, etc. ) de manera
cohesionada y progresiva.
Existiendo dos tipos de discurso:
• Monogestionado: cuando predomina la intervención del docente.
• Plurigestionado: cuando el papel de. emisor se intercambia entre diversos
participantes.
Los géneros discursivos, se dividen en:
• Exposición: es la transmisión de datos o informaciones objetivas, transmisión
neutra y objetiva de datos.
• Explicación: usa mecanismos de relaciones lógicas entre ideas y generalmente
se refiere a temas como el esclarecimiento de fenómenos o la resolución de
problemas.

• Instrucción: Muchas de las intervenciones del docente en el aula consisten en
transmitir instrucciones, consejos o sugerencias sobre las actividades o los
comportamientos que se esperan de los alumnos en el aula y fuera de ella.
• Narración: Se producen narraciones en el aula cuando el docente o los alumnos
explican sucesos, anécdotas o relatos donde predomina la acción, normalmente
expresada en pasado, también suele usarse como recurso didáctico
ejemplificador y se considera uno de los medios más efectivos para hacer
atractivo cualquier discurso.
• Argumentación: tiene como finalidad defender con razones o argumentos una
tesis, es decir, una idea que se quiere probar y que tiene como objetivo principal
convencer a los oyentes. Incluso podemos entender que todos los mensajes de
un docente comparten ese objetivo porque pretenden modificar
comportamientos e influir en las actitudes de los alumnos.
• Conversación: La interacción entre profesor y alumnos y entre estos últimos es
habitual, porque muchas actividades didácticas consisten precisamente en
generar el diálogo para intercambiar ideas y llegar a conclusiones relacionadas
con los objetivos de la actividad docente.
Para esta autora, el proceso de comunicación se da principalmente de forma oral
por medio del discurso y sus derivados, donde explica claramente este proceso
comunicativo dentro del aula, ya que el docente es la persona que enseña a otros,
temas que desconocen o conocen muy poco, con el objetivo de influir en su
comportamiento, tomando en cuenta que el único escenario es el salón de clases,
se da un intercambio de ideas, por medio del juego de roles entre emisor (docente)

y receptor (estudiante) y donde el lenguaje no verbal tiene poca incidencia en el
proceso comunicativo.
Por otro lado, Asensio (2004) señala que la comunicación es un fenómeno que
puede ser abordado desde diferentes perspectivas y que permite aplicar distintos
modelos teóricos según sea la problemática considerada. (p. 143).
La comunicación se nos revela como un proceso que sólo precisa de la buena
audición de los individuos, su atenta escucha y unas condiciones ambientales que
permitan la nítida propagación de los sonidos para que los mensajes puedan ser
correctamente interpretados. (Asensio, 2004: 144).
Cuando el lenguaje explora espacios del pensamiento menos vinculadas a la
experiencia y las palabras empleadas se cargan de vínculos personales, aparecen
inesperadas “turbulencias” que dificultan el “vuelo” de nuestra comprensión, afloran
todo tipo de desajustes entre lo dicho o escrito y lo interpretado, entre los efectos
que se desprenden de la comunicación y lo que se esperaba de ella.
Dentro del proceso comunicativo, los individuos se sienten implicados en la
conversación y se hacen conscientes de que las palabras transportan cargas
semánticas y afectivas cuyas influencias desbordan muchas veces las propias
previsiones acerca de lo que despiertan en los demás. (Asensio, 2004: 144).
El concepto de “información” como partícula que se transmite de un receptor a otro
pierde, consistencia y todo el proceso comunicativo se perfila, en definitiva, como
un acontecer más abierto a una multiplicidad de interpretaciones y más dependiente
del contexto.( Asensio, 2004: 144).

Asensio (2004) menciona que la educación se interesa muy especialmente en
potenciar la capacidad de comprensión de las personas, sus aptitudes para
establecer y modificar las relaciones con los demás, así como interpretar el cómo
se producen muchas de nuestros desacuerdos que ya no son pensados en términos
de carencias individuales, sino como el amargo fruto de un inadecuado sistema de
relaciones. (p. 149).
La acción comunicativa es el principal medio del que se vale la educación para
promover los cambios que pretende. Asensio (2004: 149). Todo cuanto afecta a la
calidad de la comunicación humana y que influye en la inducción de dichos cambios,
en la posibilidad de que se produzcan las secuencias de desarrollo personal
deseables para los miembros de una determinada comunidad, por eso la
importancia que para el trabajo en el aula tiene el buen uso del lenguaje oral y
escrito.
Por eso el interés el papel del docente como mediador entre un saber bien
establecido y los sujetos que debían asimilarlo y los problemas relacionados con la
programación de unos contenidos, la codificación de las informaciones, la utilización
de unos u otros canales de transmisión, la eliminación de ciertas perturbaciones o
ruidos, la producción de correspondencias semánticas, etc. (Asensio, 2004:150).
El peso dado en ciertos ambientes educativos a todas estas cuestiones es tal que
prácticamente se hace recaer en la exclusiva habilidad comunicativa y planificadora
del docente, la responsabilidad de que sus discípulos captaran fielmente el sentido
de sus mensajes, entre lo que se pretende transmitir y lo que se interpreta se

interpone siempre la experiencia de cada individuo y los significados que de ella se
derivan.
El docente, además de enseñar asignaturas, desempeña en las aulas una labor
formativa que incide no sólo en la adquisición de unos conocimientos, sino también
en la inducción de ciertos comportamientos y actitudes, así como en la valoración
que a sus discípulos les alcanza su propia experiencia educativa, se lo proponga o
no, el docente participa, con su estar, hacer y decir, en la dinámica general del
sistema “aula” y no sólo en el pretendido traslado de unos contenidos disciplinares
inefablemente vehiculados a través del lenguaje. (Asensio, 2004: 151).
La comunicación excede el ámbito de lo verbal, la motivación de lo planificable y la
comprensión del significado estricto de las palabras empleadas, puesto que la
comunicación no se limita al habla, sino que incluye, además, tanto las
señalizaciones paralingüísticas (ritmo, entonaciones de la voz, etc.) y corporales
(gestos, movimientos, etc.) como aquellas que proceden del entorno físico (lugar,
circunstancias, etc.) y cultural (modos, costumbres, valores, etc.) en que están
situadas las personas cuando se relacionan, toda conducta y no sólo el habla, es
comunicación y toda comunicación, incluso los indicios comunicacionales de
contextos impersonales, afecta a la conducta. (Asensio, 2004: 152).
El enseñar, no es sólo hablar y proponer no sólo es dirigir, es en el espacio físico
compartido en donde, al interactuar aquello que se dice o escribe con ciertos indicios
no verbales y contextuales, se matizan los aspectos relacionales y las frases que
se intercambian adquieren pleno significado, algo que resulta decisivo para la

comprensión de los alumnos y para el desarrollo del tacto pedagógico de sus
profesores. (Asensio, 2004: 152).
Para Asensio (2004), la comunicación es un proceso que persigue es influir en el
otro, modificar sus opiniones, sus estados de ánimo, sus valoraciones, sus formas
de actuar en definitiva, pero ese deseo de influir (o de influirnos) puede manifestarse
con distintos grados de intensidad en nuestras relaciones.(p. 153).
Se llega a pensar que la comunicación sólo merece ese nombre cuando es efectiva
en el sentido de propiciar las conductas solicitadas a través de la mutua interacción,
donde se desprende que educar sin pretender influir carece de sentido, la aspiración
de cualquier buen maestro debe ser la de intentar establecer una comunicación que
estimule a cada estudiante a “moverse” en la dirección que señalan las finalidades
educativas que se proponen y considerar la comunicación algo más que un medio
para el intercambio de informaciones. (Asensio,2004: 153).
Es por ello, que los procesos comunicativos que pretenden activar un espíritu de
colaboración, una disposición para conseguir ciertas finalidades, como es el caso
de las relaciones educativas, han de orientarse a fomentar el encuentro, la
implicación, la proximidad, el alumbramiento de una red de interacciones que
potencie las cualidades de cada persona.
En definitiva, el autor nos explica que la comunicación va más allá del intercambio
de información entre estudiante-docente, no es solo es un conjunto de aprendizajes
dichos, sino el conjunto de aspectos no verbales y contextuales, que influyen en la
adquisición de conocimientos, dando lugar a la trascendencia del cambio

conductual en los educandos, además de fomentar la comprensión de la
información recibida y el fortalecimiento de las relaciones humanas en cualquier
escenario.
Por otra parte, Olliver (1999) indica que los modelos explicativos de la comunicación
integran otros factores además de la operación de codificación y decodificación de
los circuitos que sigue la información, tomando en cuenta a los participantes,
quienes actúan en una situación concreta y no sólo el tratamiento de los datos. (p.
30).
Toda comunicación apunta a una transformación de la realidad, ya que se dialoga
para persuadir, para imponer nuestro punto de vista, para educar o para protestar,
donde siempre hay algo en juego que quiere ganar. La emisión de mensajes apunta
a una transformación de la realidad. Siempre se comunica para obtener algo:
obediencia, reconocimiento, transformación del otro o de una parte de la realidad,
mediante la distribución misma de los conocimientos. (Olliver, 1999: 111).
Por ello la comunicación se le considera como un flujo que parte del emisor y va
hacia el receptor, ya que el primero parece tener un papel más activo y determinante
en el proceso que el segundo y que supone la puesta en relación de al menos dos
seres humanos, en toda su complejidad, con sus deseos, sus rechazos, sus
ambigüedades, su historia y su cultura, su lengua y el modo como viven la
comunicación. (Olliver, 1999: 32).
La comunicación entre individuos se basa en la diferencia entre esos sujetos y que
implica cierta igualdad, pues cada uno debe poder convertirse, en ese mismo

momento, en receptor de lo que le responde el otro, donde los deseos y las
intenciones de los individuos presentes en un aula pocas veces se superponen.
Olliver (1999) considera que la comunicación implica cierto movimiento de los
interlocutores el uno hacia el otro, y una consideración mínima de las
preocupaciones del otro por parte de cada uno, es decir un conocimiento mínimo de
sus preocupaciones y de sus deseos, donde sólo habrá comunicación entre un
emisor y un receptor en la medida en que tengan un lenguaje común: el intercambio
se producirá en el encuentro de sus códigos respectivos, por eso es de suma
importancia que el docente deba tener un vocabulario en común, especialmente
preciso para todo en cuanto corresponde a la disciplina enseñada y los alumnos
deben conocer las construcciones utilizadas en todas las frases. Los códigos en lo
escrito deben ser comunes y todos los signos utilizados en un momento dado,
cualquiera sea el código al que pertenezcan, deben pertenecer a ese encuentro. (p.
33)
Al tener en cuenta la realidad de los participantes de la situación, los análisis en
términos de comunicación permiten integrar otros elementos y explicar otros
fenómenos que van más allá de los planteados. (Olliver, 1999: 44). La comunicación
se sitúa en la intersección de los intereses y las intenciones de cada uno de los
participantes, si estos no se cruzan, es muy difícil (incluso imposible) el
entendimiento del mensaje absorbido. Según los casos, podemos llegar a un
diálogo de sordos, un mensaje difícil de comprender o a malentendidos de
importancia variable.

Las situaciones de comunicación interactivas y en redes favorecen controles dobles
eficaces. Cuando surgen de los alumnos preguntas incongruentes. descolocadas,
que muestran una incomprensión del tema, es mejor alegrarse por ello. En efecto,
se trata de malentendidos que no quedarán en la oscuridad y podrán disiparse. En
este caso, el control puede actuar plenamente. (Olliver, 1999:45).
El docente es un individuo como los demás, se expresa en su clase como todo
individuo y que además tiene como función representar para los alumnos partes del
mundo o conocimientos cuya vía de acceso es sólo él, así como el periodista es el
mediador entre el mundo entero y su público o sus lectores. (Olliver, 1999: 45).
Conviene subrayar que este autor considera que la comunicación es el flujo de ideas
reciprocas entre emisor y receptor, donde cada uno juega un rol dentro de esta
relación, cuyo objetivo es cambiar la realidad y obtener un beneficio en específico,
donde el contexto influye en este intercambio, además se debe considerar lo que
sienten cada uno de ellos y por ende, ya no solo se queda en la simple expresión y
admisión de información dentro del aula, pero si una idea no concuerda con el tema
en específico, sé es ignorada.
Por último Lomas (2002) muestra que para muchos alumnos, aprender de los
maestros resulta un proceso misterioso, arbitrario y difícil, cuya solución consiste en
concentrarse en intentar hacer y decir lo que se espera. (p. 9).
La vida en las aulas se convierte así en un ámbito preferente de observación y de
análisis: el aula ya no es sólo el escenario físico del aprendizaje escolar, sino
también ese escenario comunicativo donde se habla y se escucha (y donde algunos

se distraen), donde se lee y se escribe, donde unos se divierten y otros se aburren,
donde se hacen amigos y enemigos, donde se aprenden algunas destrezas, hábitos
y conceptos a la vez que se olvidan otras muchas cosas, es ese lugar donde unos
y otros conversan, donde las formas del discurso pedagógico del maestro dialogan
con las maneras de decir (y de entender) el mundo de quienes acuden a las aulas
de nuestras escuelas e institutos de lunes a viernes, les guste o no. (Lomas, 2002:
10).
Lomas (2002) considera que las aulas son los escenarios donde niños y niñas,
adolescentes y jóvenes no sólo están ahí en silencio esperando a ser enseñados,
sino que también hablan, escuchan, leen, escriben y hacen algunas cosas con las
palabras, y al hacer esas cosas con las palabras colaboran unos con otros en la
construcción del conocimiento, además de intercambiar significados, dialogan con
las diversas formas de la cultura, adquieren (o no) las maneras de decir de las
distintas disciplinas académicas, resuelven (o no) algunas tareas, y en ese
intercambio comunicativo aprenden a orientar el pensamiento y las acciones,
aprenden a regular la conducta personal y ajena, aprenden a conocer el entorno
físico y social, aprenden, en fin, a poner en juego las estrategias de cooperación
que hacen posible el intercambio comunicativo con las demás personas y la
construcción de un conocimiento compartido del mundo. (p. 10-11)
Es el habla, la lectura y la escritura y son las formas de cooperación mediante las
cuales quienes enseñan y quienes aprenden intercambian sus significados y se
ponen de acuerdo (o no) en la construcción de los aprendizajes. El currículo es, en
este sentido, un contexto de comunicación. (Lomas, 2002: 11).

Hablar de manera apropiada, entender lo que se escucha o lo que se lee, expresar
de forma adecuada las ideas, los sentimientos o las fantasías, saber argumentar,
persuadir y convencer, escribir un informe o resumir un texto, son algunas de las
cosas que las personas hacemos habitualmente con las palabras en las diversas
situaciones de la comunicación humana y con distintas finalidades. (Lomas, 2002:
12).
Según, Lomas (2002) el concebir la educación como un aprendizaje de la
comunicación, exige entender el aula como un escenario comunicativo (como una
comunidad de habla, de lectura y de escritura) donde alumnos y alumnas cooperan
en la construcción del sentido y donde se crean y se recrean textos de la más
diversa índole e intención. (p. 12)
La educación como un aprendizaje de la comunicación supone contribuir desde las
aulas al dominio de las destrezas comunicativas más habituales en la vida de las
personas (hablar y escuchar, leer, entender y escribir) y favorecer la adquisición y
el desarrollo de los conocimientos, de las habilidades y de las actitudes que hacen
posible la competencia comunicativa de las personas, siendo la capacidad cultural
de las personas (adquirida en la escuela y en otros ámbitos sociales del uso
lingüístico) para expresar y comprender enunciados adecuados a intenciones
diversas en las diferentes situaciones y contextos de la comunicación humana.
(Lomas, 2002: 12).
Como en cualquier otro escenario comunicativo, el discurso que se produce en el
aula tiene unos protagonistas, con unas características de aprendizaje y
características socioculturales determinadas, que persiguen unos fines y tienen

unas expectativas. Para conseguir los fines que pretenden, los protagonistas
elegirán unas formas específicas de decir y de articular lo verbal y lo no verbal en
cada situación de comunicación. (Lomas, 2002: 13).
Por ello, hay que considerar que en el aula se combina la comunicación oral con la
comunicación escrita, y que ambas modalidades el uso de la lengua se combina
con elementos no verbales (gestos, distribución del espacio en la clase, gráficos,
dibujos, etc.).
Como menciona el autor, el aula ya no es un escenario físico donde solo se va a
aprender lo que el docente quiera enseñar, sino que es el medio por el cual existe
un constante intercambio y escucha de ideas, donde existen relaciones
interpersonales positivas y negativas, pero sobre todo es la construcción de una
serie de conocimientos compartidos, que trasciendan el espacio físico del salón de
clases.
En conclusión, la comunicación es la expresión verbal de ideas y pensamientos, etc.
entre individuos, donde hay una carga de lenguaje no verbal, el cual da sustento a
lo que se dice, siendo un proceso cíclico y retroalimentativo, con roles que pueden
ser flexibles, dentro de un escenario educativo, que es el aula, lo que se encuentra
ahí y las condiciones ambientales que la acompañan.
Es el lugar, donde la carga emisora la tiene el docente, caracterizada por la
información que se desea que se asimile por los estudiantes, por otro lado, tener la
habilidad comunicar ideas e información de manera eficaz y en cualquiera de sus
tipos, impacta en la enseñanza, haciéndola más significativa y para lograr que esto

suceda, es necesario tomar en cuenta el contexto donde se desarrolle el proceso
de comunicación. El común denominador de la comunicación en el entorno
educativo es el discurso, que se entiende como el grupo de mensajes que se
expresan a un grupo de aprendices, cuya finalidad es persuadirlos de alguna
manera, los cuales asimilan y decodifican estos mensajes y cuyo resultado es una
opinión y perspectiva propia, que puede ser compartida y refutada en ese mismo
momento, con un cambio conductual que trascienda el ámbito educativo. Pero que
esta no se convierta en una herramienta de “manipulación”, porque solo se adoctrina
a ese grupo de personas a pensar de la manera que nos convenga, es impedir que
los estudiantes sean autónomos en la toma de decisiones, ya que el objetivo de la
educación es convertir a esos estudiantes en personas que piensen y cuestionen la
realidad en la que están inmersos.
La enseñanza y la comunicación van de la mano, una no puede darse sin la otra,
porque en la primera, se espera que un grupo de estudiantes aprendan y cuestionen
un determinado tema, que se da por medio de la comunicación en cualquiera de
sus tipos, haciendo hincapié en que es imposible “enseñar sin comunicar”.
Por eso la importancia de la comunicación en la enseñanza, ya que se fomenta y/o
fortalecen las relaciones interpersonales en una determinada comunidad.

REFERENCIAS
Asensio, J. M. (2004). Una Educación para el Diálogo. Barcelona, España: Paidós.
Cullen, A. C.(2004). Perfiles Ético-Políticos de la Educación. Buenos Aires,
Argentina: Paidós.
Figueroa, M. E., Esteves, F. Z., Bravo, S. O. y Estrella, A. P. (2018). Los escenarios
educativos en la actualidad: historicidad, reflexiones y propuestas para la mejora
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LA

Por BETSY KAREN BETANCOURT

LA COMUNICACIÓN DENTRO DE LOS ESCENARIOS EDUCATIVOS

“La comunicación personal es siempre

intercambio y enriquecimiento mutuo”. (Martínez, 2004).

En el siguiente escrito, se presenta el tema de comunicación dentro de los

escenarios educativos, el cual tiene como objetivo estudiar algunas explicaciones

concepciones de estos, realizándose mediante la indagación de distintas fuentes de

Para comenzar, Figueroa, Esteves, Bravo y Estrella (2018) definen al escenario

educativo como el espacio que reúne aspectos como: ventilación, iluminación,

se relacionan directamente con el propósito de la enseñanza y determinando la

actuación de los sujetos, además de facilitar la enseñanza, genera el aprendizaje

esperado y permite el desarrollo de los sujetos en su condición individual y colectiva,

cumplen distintos roles y asumen diferentes niveles de compromiso en el proceso

educativo (docentes, alumnos, familia y comunidad con sus propios

representantes). (p. 177).

En estos escenarios se produce la formación de los estudiantes, expresada en

conocimientos, habilidades, hábitos, valores y actitudes individuales y de grupo,

donde tiene lugar la actividad y la comunicación, de lo afectivo y lo cognitivo, en un

AUTORA: BETSY KREN BETANCOURT QUINTANA/ 1

ellos, que la intervención docente consiste en participar, mediando entre programas

formativos y estudiantes, constituyéndose en un proceso de diseño de situaciones

educativas basadas en un sistema de estrategias de enseñanza-aprendizaje, que

favorezcan el cumplimiento de los objetivos planteados.

Así mismo, la comunicación es la acción y el efecto de compartir o hacer común,

entre las personas que constituyen la relación. (Martínez, 2004: 198).

Para Cullen (2004), la comunicación es esencial en la vida humana y también en la

educación, ya que se relaciona con la socialización, no hay socialización posible

para el hombre si no es en un medio educativo, ese lugar donde algunos transmiten

a terceros saberes, formas de comportamiento, valores, normas, estatutos,

técnicas, etc. La educación es un proceso de socialización mediante la transmisión

de saberes, donde el principal logro de ésta es la de constituir una subjetividad

La comunicación entre profesores y alumnos ha de ser positiva y plena, esto es,

intersubjetiva. Además de informativa, la comunicación personal se fundamenta en

la afectividad, pues se orienta al despliegue intelectual y emocional del educando.

A su vez, Martínez (2004) indica que las dimensiones racional y afectiva de la

comunicación, se encuentran entrelazadas según el nivel de maduración del

alumno, que permiten compensar las limitaciones y desarrollar las potencialidades

AUTORA: BETSY KREN BETANCOURT QUINTANA/ 2

del educando, donde se distinguen dos vertientes de la comunicación educativa

1. Comunicación didáctica: Predominantemente cognitiva y encaminada a la

adquisición de conocimientos y destrezas necesarias para la vida cultural y

profesional Esta modalidad comunicativa es objetiva, científica, propia de la

enseñanza, y utiliza el lenguaje verbal y numérico.

2. Comunicación orientadora: Sobre todo afectiva y dirigida a fortalecer la

capacidad de decisión del alumno, para que pueda enjuiciar adecuadamente el

mundo que le rodea. Es una comunicación vital, personal, propia de la educación

y acontece a través de los sentimientos. (p. 199).

sentimos y que desempeña las siguientes funciones: representa, expresa, es

conativo, estético o poético, fático y metalingüístico, constituyendo el principal

el punto de vista cognitivo, permite describir, narrar, expresar conceptos y explicar.

como influir en su comportamiento. En su forma interrogativa, es fundamental para

flexibilidad y en el alcance, mayores que en otros medios de expresión basados en

signos naturales, verbigracia, gestos o acciones.

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Con respecto al lenguaje no verbal, Martínez (2004) menciona que es toda

comunicación que no utiliza la palabra y donde los mensajes que se transmiten de

unas personas a otras, es a través de gestos, contacto visual, forma de moverse,

modo de vestir, posturas, distancia interindividual, etc., y cuya trascendencia se

gestos y expresiones faciales, movimientos corporales, tacto, forma del salón de

clase, iluminación, temperatura, decoración, disposición de los asientos y del resto

El lenguaje no hablado es mucho más importante de lo que habitualmente se cree,

pues aporta gran cantidad de información, con frecuencia a nivel inconsciente, el

cual tiene tres funciones principales: 1) comunicación de actitudes y emociones, 2)