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A pesar de los cientos de casos de abusos que han salido a la luz en los últimos meses

por parte de sacerdotes de distintas congregaciones de la Iglesia Católica, que ha traído


la más grande crisis de esta institución en nuestro país, hay otra Iglesia de la cual se
esconden oscuros secretos, y es que la Iglesia Evangélica, también oculta casos de
abusos dentro de las propias comunidades que la conforman.

El cómo cometen abusos los pastores evangélicos es muy similar a como lo realizan los
curas católicos, estableciendo relaciones de confianza y afecto, para luego ocupar su
poder y el prestigio del pastorado para detectar las vulnerabilidades del niño o la niña.
La gran diferencia radica en las redes de protección dentro de las comunidades
evangélicas con las cuales se protegen a estos pastores violadores.

La Fundación Vasti, en donde han tomado casos de violencia de género a mujeres que
viven en el contexto evangélico tiene cifras claras, en 2018 recibieron a 120 mujeres y
en lo que va del 2019 alrededor de 30. La gran duda surge en cuantas mujeres se
mantienen en el anonimato y no han denunciado sus casos, así como también de los
niños y niñas que actualmente son víctimas de abusos y violaciones de estos pastores.

El discurso evangélico que se maneja al interior es tan fuerte, que trata de mantener los
casos encerrados en las cuatro paredes de sus ostentosas edificaciones, intentando que
los problemas siempre se resuelvan en los mismos cultos y no pasen al Poder Judicial.
Una de las denunciantes asegura que “Usan la Biblia para hacer presión”, y que por
esa razón hay una protección por presión de los círculos pastorales, que se mantiene de
generación en generación.

La Iglesia Evangélica y su influencia ha ido en aumento en el país, con un 16,4% de


chilenos que se reconocen de esa religión, pero sus oscuros secretos han salido a la luz
visibilizando los casos de abuso dentro de sus filas junto a los millonarios lavados de
dinero por parte de los altos mandos evangélicos, muestran la cara más perversa de esta
institución religiosa y altamente peligrosa, la cual en Brasil apoyo la elección de un
Presidente misógino, racista y homofóbico, y que en Chile crece día a día con el
surgimiento de la ultra derecha en la figura de J.A. Kast, que viene a imponer toda su
moral conservadora antiderechos de las mujeres y la diversidad sexual, a los millones
de jóvenes, mujeres y trabajadores chilenos.

F.S.

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