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Sumario:
I. Introducción. II. La Demanda de Nulidad en el Contencioso Administrativo
Venezolano 1. Noción y Origen Histórico 2. Fuentes Constitucionales. III.
Características de la Demanda de Nulidad en el Contencioso Administrativo IV.
Ámbito material. Materia de la demanda contencioso administrativa. V. Ámbito
Orgánico. Régimen de competencias. 1. La Sala Político-Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia. 2. Los Juzgados Nacionales de lo Contencioso Administrativo.
3. Los Juzgados Superiores Estadales de lo Contencioso Administrativo. 4. Los Juzgados
de Municipio de la Jurisdicción Contencioso Administrativa. 5. Tribunales Contencioso
Administrativos Especiales 5.1 Juzgados Superiores Contencioso Tributario 5.2 La Sala
Electoral y la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia 5.3 Juzgados de
Primera Instancia en lo Civil VI. Ámbito Procesal. 1. Legitimación Activa.
2. Legitimación Pasiva. 3. Terceros Intervinientes. 4. Capacidad procesal. 5. Demanda
5.1. Requisitos de la demanda. 5.2. Presentación de la demanda ante otro Tribunal
5.3 Recepción y revisión de la demanda de nulidad. 6. Admisión de la demanda de
nulidad 6.1. Agotamiento de la vía administrativa 6.2. Caducidad. 6.3. Apelación del
auto de admisión 7. Emplazamiento de los terceros interesados mediante cartel.
8. Pruebas. 9. Informes. 10. La Tutela Cautelar 10.1 Concepto 10.2 Características.
10.3. Extensión de efectos 10.4. Diferencias entre las medidas cautelares
administrativas y las medidas innominadas del procedimiento civil 10.5. Procedimiento
de medidas cautelares 10.6. Suspensión de efectos del acto administrativo 10.7
Evolución Jurisprudencial 10.8 Requisitos de procedencia. 10.9. Alcance de suspensión
de efectos 10.10 Iter Procesal de las Medidas Cautelares. 11. Sentencia 11.1 La ejecución
de la sentencia 11.2 Ejecución de sentencias contra la República 11.3 Ejecución de
sentencias contra los Municipios 11.4 La Ejecución Forzosa 11.5 Ejecución de
sentencias contra los particulares. VII. Bibliografía.
I. INTRODUCCIÓN
1
sobre el tema en las XXXVIII Jornadas “J.M. Domínguez Escovar”, destinadas a rendir
homenaje al también Ilustre profesor Gonzalo Pérez Luciani.
2
II. LA DEMANDA DE NULIDAD EN EL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
VENEZOLANO
1 Vedel Georges, Derecho Administrativo, Biblioteca Jurídica Aguilar, Madrid, 1980, p. 459.
3
las “ilegalidades” que podían ser impugnadas por esta vía 2 . Interesa resaltar en todo
caso que, en su perspectiva original, en el recurso por exceso de poder se consideraba
que no existía una verdadera controversia entre partes, pues se trataba de un mero
proceso al acto, declarativo de su legalidad. Ello en contraposición con el llamado
recurso de plena jurisdicción, caracterizado por la posibilidad de invocar la condenatoria
del Estado frente a daños ocasionados por su actuación, pronunciamiento que estaba
restringido a las demandas ejercidas contra el Estado por perjuicios derivados de algún
contrato o de actuaciones dañosas.
4
ciudadanos frente a la Administración, y de proteger los derechos de éstos frente a las
lesiones contenidas en los actos administrativos. Lo que se sí se discute -y a ello
dedicaremos las próximas reflexiones- es el grado de efectividad de la tutela judicial
alcanzado por los avances jurisprudenciales relacionados con el recurso de nulidad.
Puede afirmarse que en Venezuela existe una única acción o recurso, hoy llamado
demanda de nulidad contra actos administrativos de efectos particulares en la cual se
puede solicitar tanto el control objetivo del acto como el restablecimiento de las
situaciones jurídicas subjetivas lesionadas, ya que en nuestro ordenamiento jurídico el
sistema contencioso administrativo, por imperativo del artículo 259 de la Constitución,
está integrado por jueces que tienen facultad no sólo para declarar la nulidad de actos
administrativos generales o individuales contrarios a derecho, sino para condenar
igualmente a la Administración al pago de sumas de dinero, a la reparación de daños y
perjuicios y al restablecimiento de la situación jurídica infringida.
2 FUENTES CONSTITUCIONALES
5
Se comienza a individualizar así el contencioso administrativo de anulación contra
“actos administrativos del Poder Ejecutivo”, del recurso de inconstitucionalidad
ejercido contra las leyes y demás actos de tal rango, de los cuáles ya venía conociendo
la Corte. 5 Esta disposición se mantuvo prácticamente incólume en las Constituciones
dictadas posteriormente, con ciertas particularidades como la incorporación en la
Constitución de 1936 de un término de caducidad de trece (13) meses para el ejercicio
de este tipo de recurso (art. 121, numeral 11). 6
Pero a la par que se reconocía la existencia del recurso de nulidad por exceso de
poder, se acogía también en nuestro derecho el recurso de plena jurisdicción derivado
del sistema contencioso francés, con la particularidad de que en aquel sistema dicho
recurso, como se señaló, estaba limitado al supuesto de las demandas de daños y
perjuicios ejercidas contra el Estado que no tenían por objeto el control de la legalidad
de un acto administrativo, y en nuestro derecho, por el contrario, se extendió al ámbito
de la nulidad.
6
indispensable para la procedencia del recurso contencioso administrativo de plena
jurisdicción, ni tampoco sanciona normas susceptibles de ser transgredidas por actos o
resoluciones de los Concejos Municipales tachables de inconstitucionalidad, abuso de
poder o extralimitación de atribuciones, base necesaria para el ejercicio del recurso
extraordinario de nulidad». Incluso, esta dicotomía se llegó a interpretar de manera tan
estricta por la jurisprudencia que se estableció en cabeza de los accionantes la carga de
seleccionar, en forma excluyente, entre uno y otro medio procesal, so pena de no poder
luego invocar aquel que hubiere dejado de ejercer en caso de errar en su decisión. 7
7En este sentido, véase con mayor profundidad a Canova González Antonio, Reflexiones para la
Reforma del Sistema Contencioso Administrativo Venezolano, Editorial Sherwood, Caracas, 1998, p.
198 a 203.
7
entre los efectos del acto administrativo impugnado, la derogada Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia consagraba dos tipos de procedimiento, a saber: (i) uno
dirigido a controlar en vía judicial los actos administrativos de efectos generales,
previsto en los artículos 112 y siguientes de la Ley y (ii) otro dirigido a controlar en vía
judicial los actos administrativos de efectos particulares, previsto en los artículos 121 y
siguientes de la Ley. Ambos procedimientos contienen visos claros que informan al
proceso contencioso administrativo de un verdadero carácter subjetivo, de una
contención entre partes (i.e. Administración y administrado) con independencia de que
su finalidad está orientada a lograr la nulidad de un acto administrativo contrario a
derecho.
8
contrarios a derecho, incluso por desviación de poder; asimismo conocerá de las
pretensiones de condena al pago de sumas de dinero y la reparación de daños y
prejuicios originados por responsabilidad contractual o extracontractual de los órganos
que ejercen el Poder Público. De esta forma, se autoriza al recurrente para acumular en
su solicitud de nulidad pretensiones de condena propias de la plena jurisdicción.
9
servicios públicos, cuando actúen en función administrativa; (v) entidades
prestadoras de servicios públicos en su actividad prestacional; y (vi) cualquier
sujeto distinto a los mencionados anteriormente, que dicte actos de autoridad o
actúe en función administrativa.
5. Es de orden público, lo cual tiene dos significados: (i) El derecho a la acción en
la demanda de nulidad por ilegalidad se presume, por lo que no es necesario que
un texto especial lo consagre para una determinada categoría de actos. (ii) Nadie
puede renunciar por anticipado al derecho de incoar esta demanda.
6. Garantiza la legalidad inherente a todo Estado de Derecho, ya que a través de su
ejercicio se controla la actividad administrativa, asegurando que su actuación
esté apegada a derecho al anular todo acto administrativo que sea contrario al
ordenamiento jurídico.
7. Las sentencias dictadas con ocasión del ejercicio de estas demandas tienen, al
menos en lo que respecta a las decisiones de anulación, efectos erga omnes. (v.
Sentencia de la Sala Político-Administrativa del 19 de septiembre de 2001,
Caso: Jaime Manzo Manzo y otros vs Decreto N° 1.011).
10
Administrativos 8 , o el jurisprudencial conceptuado en forma pacífica y reiterada como
aquella manifestación de voluntad unilateral de carácter sublegal que tiende a producir
efectos jurídicos determinados traducidos en la creación, modificación o extinción de
una situación jurídica individual o general o la aplicación a un sujeto de derecho de una
situación general (Cfr. Sentencia de la Sala Político-Administrativa del 9 de noviembre
de 1993. Caso: Varios vs Consejo Municipal del Municipio Autónomo Sotillo del
Estado Anzoátegui).
De igual forma se sostiene que esta noción de acto administrativo debe ser
entendida en un grado tal de amplitud, en interpretación del principio de la
universalidad de control del contencioso administrativo, lo cual supone el sometimiento
de todos los órganos del Estado que ejercen funciones administrativas al control de los
tribunales que conforman dicha jurisdicción, independientemente de la forma como se
manifieste esa actuación, es decir, no existe acto administrativo que escape de la esfera
de control de la jurisdicción contencioso administrativa. Así ha quedado reconocido
expresamente en el artículo 8 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, en virtud del cual será objeto de control de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, la actividad administrativa desplegada por los entes u órganos
administrativos que conforman la jurisdicción contencioso administrativa, lo cual
incluye actos de efectos generales y particulares, actuaciones bilaterales, vías de hecho,
silencio administrativo, prestación de servicios públicos, omisión de cumplimiento de
obligaciones y, en general, cualquier situación que pueda afectar los derechos o
intereses públicos o privados.
Proféticas resultan al respecto las palabras expuestas por el Dr. Luis Henrique
FARÍAS MATA en las XVIII Jornadas “J.M. Domínguez Escovar” cuando al hacer
referencia a este tema señaló que la tendencia del sistema contencioso administrativo
estaba orientada a la revisión de todos los actos administrativos dictados por cualquier
Poder del Estado y a la desaparición paulatina del catálogo de los llamados “actos
excluidos”. 9 Y decimos proféticas porque, en la actualidad, nadie vacila en afirmar que
8
Señala el artículo: «Se entiende por acto administrativo a los fines de esta ley, toda declaración de
carácter general o particular emitida de acuerdo con las formalidades y requisitos establecidos en la Ley,
por los órganos de la Administración Pública».
9
Farías Mata, Luis Henrique, Acto Administrativo, Materia del Recurso Contencioso de Anulación, en
XVIII Jornadas “J.M. Domínguez Escovar”, Avances Jurisprudenciales del Contencioso Administrativo
en Venezuela, Tomo II, Barquisimeto, 1993, p. 16
11
todos los actos administrativos expresos están sujetos al control de la jurisdicción
contencioso administrativa; sólo en ciertas ocasiones se discutía, como ocurría en
materia laboral respecto de los actos dictados por la Inspectoría del Trabajo, a quién
correspondía el ejercicio de esta jurisdicción, si al propio juez contencioso
administrativo o al juez de la materia laboral. Este problema fue superado mediante
sentencia dictada por la Sala Constitucional en decisión Nº 955 de fecha 23 de
septiembre de 2010 (Caso: Central La Pastora) en la cual se estableció la competencia
de los tribunales laborales para conocer de las pretensiones procesales que se propongan
con ocasión a actos administrativos dictados por los Inspectores del Trabajo en materia
de inamovilidad, con ocasión de una relación laboral regulada por la Ley Orgánica del
Trabajo. Este criterio fue ratificado mediante sentencia Nº 579 de fecha 3 de mayo de
2011 (Caso: Distribuidora J.G., C.A.).
De esta forma tenemos que dentro del ámbito material de las demandas de
nulidad se incluye:
10
PARADA, Ramón. Derecho Administrativo, Tomo I, Editorial Marcial Pons, Madrid 1996. Pág. 62.
12
Administración Pública, como es el principio de ejecutividad, la inmediata
eficacia, la revisión previa en sede administrativa, entre otras”. 11
11
Garrido Falla, Manual de Derecho Administrativo, Madrid, 2002.
13
1. SALA POLÍTICO ADMINISTRATIVA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA
14
2. JUZGADOS NACIONALES DE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVA
En tal sentido, la Corte dispuso que cuando la demanda incoada esté dirigida a
lograr la nulidad de actos administrativos dictados por las autoridades de las
Universidades Nacionales, de las Universidades Experimentales o de los Institutos o
Colegios Universitarios, o surja con ocasión de la relación funcionarial que vincula a los
docentes con estas Instituciones, serán competentes en primera instancia los Juzgados
Superiores Estadales de lo Contencioso Administrativo de cada una de las Regiones.
15
Asimismo, la competencia de los Juzgados Nacionales de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa estará delimitada de la siguiente manera:
16
En cada estado, funcionará al menos un Juzgado Superior Estadal de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa, los cuales serán unipersonales (Artículo 18 de la LOJCA)
Conforme al artículo 329 del Código Orgánico Tributario, estos Tribunales son
competentes en materia tributaria nacional respecto de los actos dictados por la
Administración comprendidas dentro de su ámbito territorial de competencia.
17
5.2. LA SALA ELECTORAL Y DE CASACIÓN SOCIAL DEL TRIBUNAL SUPREMO
DE JUSTICIA
18
VI. ÁMBITO PROCESAL
1. LEGITIMACIÓN ACTIVA
19
b. El interés legítimo: Derivado de la especial situación de hecho del particular
frente al acto administrativo contrario a derecho; situación ésta que lo hace más sensible
que el resto de los administrados frente a un posible desconocimiento del interés general
por parte de la Administración al violar la Ley. Grado que igualmente legitima al
particular para recurrir contra actos de efectos particulares.
20
exigencia de un “interés jurídico actual” se abandonó el tratamiento que se daba, tanto
en la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia como en la derogada Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia del año 2004, en el que se hacía referencia a la
titularidad de un interés personal, legítimo y directo. La Ley no restringe la legitimación
a la titularidad de un derecho sino que la amplió a la de un “interés jurídico”, pudiendo
estar fundada o no en la titularidad de un derecho.
2. LEGITIMACIÓN PASIVA
Respecto a la legitimación pasiva, esto es, la cualidad para ser parte demandada
en juicio, podemos afirmar, que los tribunales contencioso administrativos continúan
manteniendo su criterio conforme al cual, la Administración autora del acto, es siempre
parte necesaria y natural por cuanto es sobre su esfera que habrá de actuar el efecto de la
sentencia, y puede intervenir en cualquier etapa del proceso.
21
Esta norma reprodujo casi en los mismos términos el artículo 21, párrafo 12 de
la derogada Ley del Tribunal Supremo de Justicia, la cual se consideraba que
enumeraba a los legitimados pasivos en un juicio contencioso administrativo, a saber:
(i) el órgano que dictó el acto, (ii) el Procurador General de la República y al Fiscal
General de la República; y (iv) cualquier otra persona u órgano que deba ser llamado
por causa legal.
El legitimado pasivo será aquel que sea capaz (en el sentido que tenga la
potestad y la competencia) de satisfacer la pretensión del recurrente y de dar ejecución a
la sentencia del juez. Al respecto, la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo
mediante sentencia Nº 2006-2271 de fecha 12 de julio de 2006 (Caso: Liris del Valle
Marcano Velásquez) dispuso lo siguiente:
3. TERCEROS INTERVINIENTES
22
intervinientes. La jurisprudencia mantiene aún el criterio expuesto en la que fuera la
sentencia líder en el tema: Caso: Rómulo Villavicencio del 26 de septiembre de 1991.
23
adhesivo busca sostener las razones de alguna de las partes, para
ayudarla a lograr el mejor éxito en la causa.
La condición para la procedencia de esta intervención es que el
interés que el tercero debe tener, conforme a lo dispuesto en el
artículo 379 del Código de Procedimiento Civil, es un interés
jurídico actual, originado bien porque la decisión del proceso
influya sobre el complejo de derechos y deberes del interviniente,
mejorando o empeorando su situación jurídica o bien porque teme
sufrir los reflejos o efectos indirectos de la cosa juzgada.
En el primero de los supuestos mencionados, estamos ante la
denominada intervención adhesiva simple y en el segundo de los
supuestos estamos ante la denominada intervención litisconsorsial,
o intervención adhesiva autónoma, según algún sector de la
doctrina.
La intervención litisconsorsial ocurre, cuando la sentencia firme
del proceso principal haya de producir efectos en la relación
jurídica del interviniente adhesivo con la parte contraria,
considerándose a éste como litisconsorte de la parte principal, a
tenor de lo dispuesto en el artículo 147 del Código de
Procedimiento Civil. (V. Art. 381 eiusdem)
Por el contrario a lo que ocurre en la intervención litisconsorsial,
en la intervención adhesiva simple el tercero no discute un derecho
propio, y en consecuencia, no amplía la pretensión del proceso, su
función es coadyuvante de una de las partes principales, y se
refleja en el hecho de defender un interés ajeno en el conflicto, lo
que lo convierte en parte accesoria o secundaria de la
principal....”.
24
artículo 381 del Código de Procedimiento Civil (intervención litisconsorsial o adhesiva
autónoma).
4. CAPACIDAD PROCESAL
5. DEMANDA
25
producirse con el escrito de la demanda, y (vii) identificación del apoderado y la
consignación del poder.
26
Guerrero, la Sala Político-Administrativa estableció que no es obligatorio el
agotamiento de la vía administrativa para la interposición de las demandas de nulidad.
En esa oportunidad, la Sala fundamentó su decisión en el hecho de que el artículo 19 de
la derogada Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, no previó la falta de
agotamiento de la vía administrativa como causal de inadmisibilidad de los recursos de
nulidad, por lo que ese requisito no debe ser examinado.
27
administrativos, como condición necesaria para interponer las demandas nulidad ante la
jurisdicción contencioso-administrativa, no es, en sí misma, contraria al derecho
fundamental a la tutela judicial efectiva. Si tal exigencia responde a un fin de interés
general; guarda debida proporcionalidad con éste, y permite al particular resolver el
fondo de la controversia, estaremos ante una legítima limitación a tal derecho
fundamental 12 .
6.2. CADUCIDAD
Las acciones de nulidad contra los actos de efectos generales dictados por el
Poder Público podrán intentarse en cualquier tiempo.
12
Es por ello que la doctrina aboga a favor del agotamiento de la vía administrativa, en tanto la
articulación de ese cauce sea idóneo para procurar la satisfacción extraprocesal de la controversia (cfr.
GONZÁLEZ PÉREZ, JESÚS, “El procedimiento administrativo como presupuesto del proceso
administrativo”, en El procedimiento administrativo y el control judicial de la Administración Pública,
Instituto Nacional de Administraciones Públicas, Madrid, 2001, p. 64).
28
Las leyes especiales podrán establecer otros lapsos de caducidad. Como
ejemplos se encuentran las siguientes leyes:
29
será oída en un solo efecto, en aplicación del principio general establecido en el artículo
88 de la LOJCA. El Tribunal de alzada contará con un lapso de diez días de despacho
para decidir la apelación incoada.
8. PRUEBAS
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- Tres (3) días de despacho para oposición.
- Tres (3) días de despacho para admisión.
- Diez (10) días de despacho para evacuación.
- Prórroga por una (1) sola vez de diez (10) días de despacho del lapso de
evacuación.
31
a los documentos privados, por lo cual debían ser presentados dentro del lapso de
promoción. Sin embargo, la cuestión fue dilucidada por la sentencia antes comentada,
en la que el Máximo tribunal dispuso:
32
producirlos o evacuarlos en la etapa de evacuación de pruebas
[...]». 13 (Resaltado nuestro).
9. INFORMES
13
Cfr. Sentencia de la Corte Suprema de Justicia en Sala Político-Administrativa del 28 de mayo de 1998.
Magistrado Ponente: Dra. Josefina Calcaño de Temeltas. Juicio: Consorcio Hidroeléctrico Caroní vs
C.V.G. EDELCA.
33
10. LA TUTELA CAUTELAR
34
quienes tienen razón, quedando así, garantizado el derecho fundamental
de los ciudadanos a una tutela judicial efectiva…”
En ese sentido, el tribunal contará con los más amplios poderes cautelares para
proteger a la Administración Pública, a los ciudadanos o ciudadanas, a los intereses
públicos y para garantizar la tutela judicial efectiva y el restablecimiento de las
situaciones jurídicas infringidas mientras dure el proceso. En causas de contenido
patrimonial, el tribunal podrá exigir garantías suficientes al solicitante.
10.1 CONCEPTO
Tal y como ha sido establecido por la doctrina procesal, las medidas cautelares
son aquellas que garantizan la ejecución de las decisiones, mediante la conservación,
prevención o aseguramiento de los derechos que corresponde dilucidar en el proceso.
Las medidas cautelares son un instrumento que sirve para evitar ese peligro de
que la justicia pierda o deje en el camino su eficacia. Son medidas que se adoptan al
interponerse un recurso, con la finalidad de asegurar provisionalmente los bienes, la
35
situación jurídica, el derecho o interés de que se trate, para que la sentencia que en su
día declare el derecho del recurrente, pueda ser ejecutada eficaz e íntegramente. 14
Se presenta entonces como una facultad y al mismo tiempo deber del juez, como
director del proceso, de asegurar las resultas del juicio, pues tal como lo expresa Ortiz-
Álvarez:
14
CHINCHILLA MARÍN, Carmen. La tutela Cautelar en la Nueva Justicia Administrativa. Editorial
Civitas, S.A. Madrid 1991.
15
CALAMANDREI, Piero. Introduzione allo studio sistematico dei provvedimenti cautelare. CEDAM,
Padova. 1936.
16
RONDÓN DE SANSÓ, Hildegard. La suspensión de efectos y otras medidas cautelares en el
contencioso- administrativo. Jornadas Internacionales de Derecho Administrativo “Allan Raldoph
Brewer-Carías”. Editorial Jurídica Venezolana. FUNEDA. Caracas. 1996.
17
ORTIZ ÁLVAREZ, Luis A. La protección cautelar en el Contencioso Administrativo. Colección
tratados y estudios de Derecho Comparado Nº 1. Editorial Sherwood. Caracas. 1999
36
“El sentido común deja ver que para que exista una buena administración
de justicia, que garantice tanto los intereses de los particulares como de la
Administración, es esencial que los litigios contencioso-administrativos
sean juzgados rápidamente (giustizia ritardata giustizia denegata) o que, al
menos, el juez contencioso administrativo disponga de las más amplias- y
rápidas- posibilidades de dictar medidas cautelares. Esta Posibilidad es, y
esto hay que tenerlo muy en cuenta, una de las más contundentes
manifestaciones del derecho a la tutela judicial efectiva” 18
10.2 CARACTERÍSTICAS
a) Instrumentales:
b) Provisionales:
37
necesaria de la instrumentalidad o subsidiariedad. En virtud de ésta, la providencia
cautelar suple un efecto a la providencia definitiva, y en virtud de aquella está a la
espera de que ese efecto sea sustituido por otro efecto determinado de carácter
permanente”.
c) Revocables:
Anteriormente, las medidas cautelares podían ser revocadas por falta de impulso
del recurrente principal, pues el artículo 136 de la derogada LOCSJ, en su párrafo único
establecía que «La falta de impulso procesal adecuado, por el solicitante de la
suspensión, podrá dar lugar a la revocatoria de ésta, por contrario imperio».
d) Accesorias:
e) Idoneidad:
Igualmente, las medidas cautelares deben ser las más idóneas para salvaguardar
la efectividad de la tutela judicial, pues si se conceden providencias que no garantizan
los resultados del proceso, la tutela cautelar se verá frustrada en la medida en que no
será idónea para la realización de esta.
f) Homogeneidad:
Estas medidas alcanzan una mayor eficacia en cuanto más similares sean a las
medidas que habrán de adoptarse para la ejecución del fallo definitivo. Las medidas
38
cautelares deben adecuarse a las pretensiones de la acción principal; por lo que de modo
alguno el juez cautelar puede excederse del objeto del recurso de nulidad. De allí que se
hable también de funcionalidad de la medida en el sentido de que ésta debe adaptarse
perfectamente a la naturaleza del derecho que se ejercita y se pretende.
La homogeneidad constituye así un límite al alcance del poder cautelar del juez,
pues la medida no podrá excederse de modo que su ejecución agote el contenido de la
sentencia definitiva. Al ser el objeto de las medidas cautelares la garantía de la
ejecución del fallo definitivo, resulta evidente que la misma no puede sustituir el
pronunciamiento final del juez, pues en ese caso se producirá una afectación directa del
derecho a la tutela judicial efectiva de la parte contra la cual obra.
g) Necesidad y Urgencia:
Las medidas cautelares que se concedan deben ser necesarias para la producción
de perjuicios graves e irreparables, o de tal naturaleza que no pueden repararse por la
sentencia que pongan fin al proceso principal. Esta característica se encuentra
íntimamente vinculada con la urgencia que debe contener toda medida cautelar, que es
–CHINCHILLA MARÍN- lo que explica y justifica las peculiares condiciones a las que
el juez adopta su decisión de otorgar o denegar la medida cautelar solicitada. De allí que
se afirme que ante «la solicitud de una medida cautelar, el juez debe examinar la
existencia del derecho de quien la solicita y el peligro de insatisfacción en el que este
derecho se encuentra».
39
conocimiento y en el tiempo que cuenta para que la medida sea verdaderamente
efectiva.
40
Se aprecia así que la ley española en esos determinados
casos, hace extensible los efectos de un fallo definitivo a otras
personas que no hayan actuado en el juicio en el cual el mismo
recayera, cuando esos terceros se encuentran en una situación
jurídica individualizada análoga a la parte que resultó vencedora
en el juicio(...)» (Resaltado nuestro)
41
El 17 de diciembre de 2001 (Sentencia Nro. 2675, Caso: Haydee Margarita
Parra Araujo, Ponente: Magistrado Jesús Eduardo Cabrera) esa misma Sala reconoció la
importancia de la extensión de efectos de sentencias a personas distintas al accionante
original, señalando lo siguiente:
42
el juez constitucional, no es la protección de los derechos particulares,
sino la enmienda de la violación constitucional, con el fin de mantener la
efectividad y supremacía constitucional; y en un proceso que busca la
idoneidad, la efectividad y la celeridad, como lo es por excelencia el
constitucional, resulta contrario a los fines constitucionales, que a
quienes se les infringió su situación jurídica, compartida con otros,
víctima de igual transgresión, no se les restablezca la misma, por no
haber accionando, y que tengan que incoar otras acciones a los mismos
fines, multiplicando innecesariamente los juicios y corriendo el riesgo
que se dicten sentencias contradictorias.
43
La doctrina venezolana también se ha pronunciado sobre la procedencia de la
extensión de efectos de las sentencias, a sujetos que no intervinieron en el proceso, pero
que se encuentran en idéntica situación que los beneficiarios que sí intervinieron. En
este sentido, Hildegard Rondón de Sansó sostiene que recurrir una y otra vez por casos
que en fondo tiene contenido análogo, resulta un desperdicio de esfuerzos porque
seguramente se obtendrán respuestas idénticas. Entablar procesos contra actos idénticos
resulta inútil y contrario al principio de celeridad y economía procesal, toda vez que se
puede adoptar la misma solución a través de la figura de la extensión de los efectos de la
sentencia a aquellas situaciones idénticas.
b.- Para ello, es necesario que quienes solicitan tal extensión se encuentren en
idéntica situación y sufran la misma infracción que los beneficiarios directos de la
decisión.
c.- La extensión de los efectos de una decisión judicial debe ser ejercida por los
jueces constitucionales como un medio para garantizar la efectividad y supremacía
constitucional, pues con ello no sólo se protege la violación de derechos particulares,
44
sino todos aquellos que comparten tal situación y a su vez son perjudicados por la
violación.
20
Sentencia de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo de fecha 3 de octubre de 2001 con
ponencia de la Magistrada Dra. Ana María Ruggeri
45
declararse procedente la medida cautelar, el medio procesal del cual dispone la parte
contra quien obre el decreto cautelar para su impugnación, es el de OPOSICIÓN, el
cual se sustanciará conforme al Artículo 602 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil.
EFECTIVA.
46
La suspensión de efectos fue incorporada inicialmente en el artículo 136 de la
LOCSJ, luego se encontraba en el artículo 21 párrafo 21 de la LOTSJ del año 2004, y
posteriormente, en el artículo 4 y 104 de la LOJCA los recoge de la siguiente manera:
47
“…en la Jurisdicción Contencioso Administrativa las medidas
cautelares innominadas tienen carácter supletorio, en el sentido que
deben decretarse solo en ausencia de medidas cautelares nominadas
que reulten aplicables, admisibles y suficientes para producir los efectos
requeridos por el recurrente o accionante o por el Tribunal de la causa,
en un caso concreto…”
48
interés público, lo cual evidencia la importancia del poder cautelar general del juez
contencioso administrativo.
49
derogado artículo 136 de la LOCSJ, la medida cautelar de suspensión de efectos debe
llenar los siguientes requisitos:
En ese sentido, será necesario que el daño irreparable que se alegue esté
fundamentado en un hecho cierto y comprobable que provoque en el juzgador la certeza
que de no suspenderse los efectos del acto, se le ocasionaría al interesado un daño
irreparable o de difícil reparación por la definitiva. Por ello, no será suficiente a juicio
de la Sala, que los accionantes fundamenten la solicitud de suspensión en la presunción
de un daño eventual que no se sabe si se va a producir. (Sentencia de la Sala Político-
Administrativa del 20 de enero de 2000. Caso: Farmacia Aeropuerto, C.A.).
En el fallo de 6 de febrero de 2001 (Caso Acerca), la Sala sostuvo que “... si bien
la norma citada otorga al juez contencioso-administrativo un amplio poder de
apreciación y ponderación en relación con la conveniencia de esta medida, debe
también verificar los requisitos de procedencia de toda medida cautelar, esto es, no
solamente, el peligro en la demora, sino también la presunción grave del derecho que se
reclama, pues mientras aquél es exigido como supuesto de procedencia del caso
concreto, el fumus boni iuris es el fundamento mismo de la protección cautelar pues, en
50
definitiva, sólo a quien posea la razón en juicio pueden causársele perjuicios que deban
ser evitados...”.
Otra limitante ha sido que el objeto de la medida de suspensión sólo puede ser el
acto administrativo cuya nulidad haya sido solicitada. En virtud de esta previsión, la
jurisprudencia ha negado la suspensión de efectos de actos que, aún cuando
relacionados con el impugnado, no son objeto de la solicitud de nulidad. Muestra de ello
fue el caso en el que un juez fue destituido y, habiendo impugnado el acto de
51
destitución, luego solicitó la suspensión de efectos de la convocatoria a concurso para
promover el cargo que él había detentado.
En ciertos casos los actos administrativos con efectos múltiples –orden de hacer,
imposición de una multa, orden de deshacer-, puede suceder que sólo algunos de estos
efectos sean los que den origen a la producción de daños irreparables o de difícil
reparación, cuestión que puede permitir alguna intervención parcial en cuanto a la
suspensión del acto.
52
actos colaterales, dependientes y continuación del primero. En estos casos, aún cuando
la respuesta de nuestra jurisprudencia era en un principio negativa, ha existido alguna
evolución al respecto.
53
dictar medidas cautelares. A este tipo de procedimiento no le es aplicable el trámite
establecido en el Capítulo V de la LOJCA, conforme lo dispone el artículo 103 de la
misma Ley.
Asimismo, establece el último aparte del artículo 104 de la LOJCA que el Juez
contará con los más amplios poderes cautelares para proteger a la Administración
Pública, a los ciudadanos o ciudadanas, a los intereses públicos y para garantizar la
tutela judicial efectiva y el restablecimiento de las situaciones jurídicas infringidas
mientras dure el proceso.
54
2. Del cuaderno separado (Artículo 105 LOJCA)
55
que, una vez admitida la causa principal debía emitirse al
mismo tiempo el pronunciamiento sobre la providencia cautelar
de amparo solicitada, con prescindencia de cualquier otro
aspecto, sin que ello entrañe o suponga en modo alguno, una
violación del derecho a la defensa de la parte contra quien obra
la medida, pues ésta podrá hacer la correspondiente oposición,
una vez ejecutada la misma, siguiendo el procedimiento
pautado en los artículos 602 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil.
Dentro de los dos (2) días, a más tardar de haber expirado el término probatorio,
sentenciará el Tribunal la articulación. De la sentencia se oirá apelación en un solo
efecto.
56
6. Lapso para apelar (Artículo 298 CPC):
57
11. SENTENCIA
Este ha sido quizás uno de los privilegios más flexibilizados o atenuados por la
jurisprudencia contencioso administrativa, que en obsequio del derecho a la tutela
judicial efectiva llegó a aplicar a la República por vía analógica, el procedimiento
especial de ejecución de sentencias previsto en el artículo 104 de la Ley Orgánica de
Régimen Municipal. Criterio jurisprudencial que sería expresamente acogido por la Ley
Orgánica de la Procuraduría General de la República.
21
Cfr. González Pérez, Jesús. Manual de Derecho Procesal Administrativo. Civitas. Madrid, 1992. Pág.
391.
58
A través de la ejecución de la sentencia se concreta el derecho a la tutela judicial
efectiva consagrado en el artículo 26 de la Constitución. De allí que pueda señalarse que
la ejecución se traduce en una de las manifestaciones fundamentales de ese derecho. En
efecto, tal como lo estableció acertadamente la Corte Suprema de Justicia el derecho
constitucional de acceso a la justicia «no sólo se comprende la acción, como el derecho
subjetivo público y autónomo de acudir a los Tribunales, sino también el de lograr la
ejecución de los fallos que éstos dicten.» 22
Así, no es suficiente que el particular pueda hacer valer sus derechos ante los
Tribunales competentes, ni que se produzca una decisión de fondo sobre el asunto
planteado, sino que será menester además que se cumpla con lo decidido por el Tribunal
para que efectivamente se materialice el derecho a la tutela judicial. La potestad del juez
de ejecutar sus sentencias tiene fundamento constitucional, es en efecto manifestación
de la tutela judicial efectiva y de la efectividad del principio de responsabilidad del
Estado.
Por otra parte, la ejecución efectiva de los fallos deriva no sólo de la facultad
restablecedora del juez contencioso, sino de la autonomía e independencia que
presupuesta el Poder Judicial como verdadera rama del Poder Público y equilibrio frente
a los otros poderes que está llamada a controlar.
22
Cfr. Sentencia de la Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia del 22 de noviembre
de 1990. Magistrado Ponente: Dr. Román J. Duque Corredor. Juicio: E. Fuentes y otros en amparo (caso
Mochima). Exp. 6810.
59
«a) El principio de inmodificabilidad de la sentencia:
Consiste en la afirmación de que la protección judicial
carecería de efectividad si se permitiera reabrir un proceso ya
resuelto por una sentencia firme, salvo aquéllos casos, en que,
por razones justificadas, la condena es sustituida por su
equivalente pecuniario u otro tipo de prestación, siempre que
tal sustitución se realice por los cauces legalmente establecidos,
de manera que no suponga una alteración del fallo contraria a
la seguridad jurídica.
60
De conformidad con esta doctrina jurisprudencial, el incumplimiento de alguno
de estos principios deja «abierta la posibilidad de solicitar la determinación de la
Responsabilidad de la República en ejercicio de su función jurisdiccional,[...] así como
la reclamación de los daños causados, como consecuencia de tal lesión».
- Ejecución Voluntaria
61
oportunidad de ejecución de lo ordenado en la sentencia dentro de los 30 días
siguientes de recibo el oficio respectivo.
63
1. Cuando la condena hubiese recaído sobre cantidad líquida de dinero, el tribunal
ordenará a la máxima autoridad administrativa de la parte condenada que
incluya el monto a pagar en el presupuesto del año próximo y el siguiente, a
menos que exista provisión de fondos en el presupuesto vigente. El monto anual
de dicha partida no excederá del cinco por ciento (5%) de los ingresos ordinarios
del ejecutado. Cuando la orden del tribunal no fuese cumplida o la partida
prevista no fuese ejecutada, el tribunal, a petición de parte, ejecutará la sentencia
conforme al procedimiento previsto en el Código de Procedimiento Civil para la
ejecución de sentencias de condena sobre cantidades líquidas de dinero.
64
VII. BIBLIOGRAFÍA
Farías Mata, Luis Henrique. Acto Administrativo, Materia del Recurso Contencioso
de Anulación, en XVIII Jornadas “J.M. Domínguez Escovar”, Avances
Jurisprudenciales del Contencioso Administrativo en Venezuela, Tomo II.
Barquisimeto, 1993.
65
Rondón De Sansó, Hildegard. La suspensión de efectos y otras medidas cautelares en
el contencioso- administrativo. Jornadas Internacionales de Derecho Administrativo
“Allan Raldoph Brewer-Carías”. Editorial Jurídica Venezolana FUNEDA. Caracas,
1996.
66