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Dependencia

Son tantos los beneficios del oro negro a la sociedad que esta se ha vuelto
dependiente a él. Basta con decir que prácticamente todo lo que nos
rodea está hecho de petróleo o ha requerido de este para su elaboración,
situación que lo hace necesario en casi todas nuestras actividades diarias.
Además, la economía global se basa en un crecimiento constante
patrocinado principalmente por el petróleo.
El mundo consume 30 mil millones de barriles al año para generar el 40%
de la energía mundial y el 97% de la energía destinada al transporte
proviene de petróleo.
Si elimináramos tan solo el transporte (la gasolina y el asfalto) nos
veríamos en serias dificultades, pues muchas de las cosas que son básicas
para la vida diaria como el alimento o la ropa, requieren grandes
distancias de traslado desde su producción hasta llegar a nosotros.

La energía eólica es la más eficiente debido a una serie de ventajas asociadas a la manera
de obtener electricidad. Por un lado, es un tipo de fuente renovable que no contamina;
llega a producir una capacidad de energía similar a la de 1.000 Kg de petróleo, sin la
necesidad de que se quemen diariamente miles de litros de este combustible; no
erosiona el entorno y tiene un impacto ambiental casi nulo ya que, en el momento de
transportar la electricidad que genera, no emplea tuberías, barcos o camiones. Todas
estas características la han convertido en la fuente renovable más eficiente.
Cambios en el paisaje
Las actividades asociadas con la perforación de petróleo y gas impactan de
forma radical en el paisaje. El acolchado de pozos y la construcción de
carreteras requieren el uso de equipo pesado, como bulldozers, niveladores
de carretera y camiones.
Las consecuencias son: eliminación de la vegetación, aumento de la erosión
(que podría dar lugar a deslizamientos e inundaciones), perturbaciones de
los suelos (incluso con la aparición de sismos en caso del Fracking),
fragmentación de los hábitats, etc.
El metano, el principal componente del gas natural, es hasta 84 veces más dañino
para la atmósfera que el dióxido de carbono, atrapando el calor de manera más
eficaz e intensificando el Calentamiento Global

El ruido es uno de los impactos con menor aceptación social ya que


repercute directamente en la calidad de vida de la ciudadanía. Aunque en las
últimas décadas nos hemos habituado al ruido producido por el tráfico, este
ruido puede tener efectos perniciosos en nuestra salud. Estos trastornos
pueden ser tanto físicos (DISMINUCIÓN DE LA AUDICIÓN, AUMENTO DE LA
PRESIÓN ARTERIAL, etc.) como psicológicos (depresión, incapacidad,
fatiga, etc.).
Los ruidos provocados por estos vehículos, son producto del
funcionamiento del motor, de las transmisiones y de la fricción del vehículo
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con el suelo y el aire. A mayor número de vehículos mayor ruido, por tanto,
la mejor opción para reducir la afección acústica es desplazarse por medios
no motorizados o por transporte colectivo.

El modelo que ha explicado con más éxito los efectos que producen los medios
de masas y cuáles son sus relaciones con la opinión pública ha sido la teoría de la
agenda setting, que está enmarcada en los estudios de los efectos a largo plazo.
En dicha teoría se enfatiza el poder de los medios de comunicación para atraer la
atención hacia ciertos temas o problemas y al mismo tiempo crear los marcos de
interpretación de los acontecimientos sociales. Los medios, informando sobre la
realidad externa, presentan al público una lista de los temas que serán objeto de
la opinión pública. Está claro que el enorme crecimiento y la expansión de las
instituciones mediáticas constituyen hoy en día un elemento determinante de la
sociedad contemporánea. Su principal objetivo es influir en la opinión pública. El
sociólogo Robert Park dio mucha importancia a la influencia señalizadora de las
noticias. McCombs refuerza esta idea al afirmar que "las noticias diarias nos
avisan de los últimos acontecimientos y de los cambios en ese entorno que queda
más allá de nuestra experiencia inmediata. Pero las informaciones de la prensa y
la televisión, incluso las que viene tan apretadas en un diario sensacionalista o en
una web de Internet, hacen bastante más, en realidad, que limitarse a señalar la
existencia de hechos y asuntos importantes. Los editores y directores
informativos, con su selección día a día y su despliegue de informaciones, dirigen
nuestra atención e influyen en nuestra percepción de cuáles son los temas más
importantes del día. Esta capacidad para influir en la relevancia de las cuestiones
del repertorio público es lo que se ha dado en llamar la fijación de la agenda por
parte de los medios informativos" (McCombs 2006: 24). La selección de las
noticias más importantes dada al inicio de los informativos, la noticia o noticias
que aparecen en la primera página de los periódicos, el tamaño de los titulares, la
extensión de una noticia y el insistir en ella un día y otro día, apuntan hacia la
determinación de la importancia de los acontecimientos y ponerlos en el centro de
atención de la opinión pública. Son los medios lo que trazan las pistas sobre la
importancia de los temas de la agenda diaria. En cuanto al público, éste recurre a
esas pistas de relevancia para organizar y también decidir cuáles son los temas
más importantes que atraen su atención. De ahí que la agenda de los medios de
información se convierte en la agenda pública. En otras palabras, los temas de
preocupación más destacados se transforman en temas de preocupación más
importantes. Esta es la tesis central de la teoría de la agenda setting (McCombs
2006: 29).

Esta teoría sostiene que "como consecuencia de la acción de los periódicos, de la


televisión y de los demás medios de comunicación, el público es consciente o
ignora, presta atención o descuida, enfatiza o pasa por alto, elementos específicos
de los escenarios públicos. La gente tiene a incluir o a excluir de sus propios
conocimientos lo que los media incluyen o excluyen de su propio contenido. El
público además tiende a asignar a lo que incluye una importancia que refleja el
énfasis atribuido por los mass media a los acontecimientos, a los problemas, a las
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personas" (Shaw: 96). Los medios no buscan primeramente persuadir, sino que al
describir y precisar la realidad social externa, presentan al público la lista de todo
aquello en torno a lo que la opinión pública debe opinar y debatir. Según Shaw, "el
presupuesto fundamental de la agenda setting es que la comprensión que tiene la
gente de gran parte de la realidad social es modificado por los media" (Shaw: 96).
Aquí se acentúa, pues, una dependencia cognitiva del público respecto a los
medios, tanto desde el punto de vista del "orden del día" de los temas, problemas
y argumentos, que están presentes en la agenda de los media, como del "orden de
importancia y de prioridad" que dichos elementos son dispuestos en el "orden del
día". Como ya hemos visto anteriormente, Walter Lippmann en el capítulo titulado El
mundo exterior y las imágenes que nos hacemos en la cabeza y que le sirve de
apertura de su clásica obra La opinión pública expone su tesis, según la cual los
medios informativos, esas ventanas abiertas al inmenso mundo que queda más allá
de nuestra experiencia directa, determinan los mapas cognitivos que nos hacemos
de él. Por esto la opinión pública, sostiene Lippmann, no responde al entorno, sino
al pseudo-entorno construido por los medios informativos.

La hipótesis de la agenda setting no es una vuelta a la teoría hipodérmica (Wolf


2000: 22-35), y por tanto, no defiende unos efectos poderosos de los medios, ni
considera tampoco a los receptores como autómatas que dan simples respuestas
a los estímulos de los medios, pero sí da una importancia a los medios a la hora de
hacer el repertorio de la agenda pública; insistiendo en lo que ha dicho antes
Lippmann, la información que nos suministran los medios juega un papel
importantísimo en la construcción de nuestras imágenes de la realidad social. Lo
que influye, por tanto, en la construcción de esas imágenes es el conjunto total de
la información que nos dan los medios.

Existe, por tanto, una relación entre la hipótesis de la agenda setting y la sociología
del conocimiento. Ésta, al centrarse en la importancia y en el papel de los procesos
simbólicos y comunicativos, en tanto presupuestos de la sociabilidad, se convierte
progresivamente en una de las temáticas-guía en la fase actual de las
investigaciones sobre estos temas; y precisamente por esto, paralelamente, los
estudios sobre los efectos de los medios de comunicación se confunden, en ciertos
aspectos, con los estudios de los procesos de la construcción de la realidad social.
Se pasa, por tanto, del modelo transmisor de la comunicación al modelo centrado
en el proceso de significación. Y es desde este punto de vista que los medios
desempeñan un papel de construcción de la realidad social y nos ayudan a
estructurar la imagen de la realidad, del imaginario social, a largo plazo, a organizar
nuevos elementos de tales imágenes, a formar nuevas opiniones y creencias. En
el centro de la problemática de los efectos está pues la relación entre la acción
constante de los mass media y el conjunto de conocimientos sobre la realidad
social, que da forma a una determinada cultura interviniendo en ella de forma
dinámica. La hipótesis de la agenda setting no defiende que el objetivo fundamental
de los media es persuadir; "los media, al describir y precisar la realidad externa,
presentan al público una lista de todo aquello en torno a lo que tener una opinión y
discutir (…) El presupuesto fundamental de la agenda setting es que la
comprensión que tiene la gente de gran parte de la realidad social es modificada
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por los media" (Shaw: 103). Cohen puntualiza que la prensa no consigue decir a la
gente lo que tiene que pensar, pero sí es capaz de decir a los propios lectores sobre
qué temas tienen que pensar (Cohen 1963: 13).

Según la teoría de la agenda setting, el papel de los medios, en tanto fijadores de


la agenda, consiste en su influencia sobre la relevancia del tema, es decir,
en destacar la importancia del tema como objeto de la opinión pública. Cohen
estableció claramente el objetivo de la agenda setting:

"La prensa no tiene mucho éxito en decir a la gente qué tiene que pensar,
pero sí lo tiene en decir a sus lectores sobre qué tienen que pensar" (Cohen
1963).

Los efectos de la agenda setting son, por tanto efectos cognitivos, puesto que
influyen en los sistemas de conocimiento que la audiencia asume y estructura
establemente. Por esto no se trata ya de efectos puntuales, sino acumulativos y
sedimentados temporalmente. Esto explica, en parte, la influencia actual de la
sociología del conocimiento, cuyo interés está centrado en la contribución del
poder mediático a la construcción social de la realidad a través de la opinión
pública.
-TEORÍA DE LA AGENDA - SETTING La teoría de la agenda-setting se
desprende de la teoría de los efectos, en la cual se pensaba que los medios
tenían como objetivo lograr un efecto generalizado sobre la masa, efecto que ésta
recibía sin tener en cuenta ni el contexto ni sus criterios; es decir, en esta teoría el
público era un ente inerte que recibía mensajes y los asumía sin análisis ni
cuestionamientos. La teoría de la agenda setting plantea que los medios de
comunicación escogen los temas sobre los que se habla y se discute, así como su
importancia, su orden y la manera de transmitirlos. Un ejemplo práctico de esto lo
constituyen los noticieros y el tema del terrorismo: en casi todas las emisiones de
éstos se hace mención de este tema, independientemente de si es o no noticia
ese día. Los medios elaboran con antelación una agenda de trabajo sobre la
información que van a difundir, determinan la importancia de los hechos del país y
del mundo y les asignan un orden planeado y pensado racionalmente con el
objetivo de lograr mayor audiencia, un mayor impacto, y una determinada
conciencia sobre cierto tema, a la vez que deciden cómo evitar referirse a
determinada información, etc. El ejemplo más contundente de la puesta en
práctica de esta teoría lo podemos encontrar en la televisión, la cual, en definitiva,
es un medio hegemónico (como casi todos los medios), pues moldea el entorno
comunicativo y asume la información como un espacio de poder.

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